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Lucas

Mamá siempre está triste

...Lucas...

^^^No es padre el que procrea, aunque usted no lo crea…^^^

^^^DMVM^^^

...Epígrafe...

^^^De la vida no quiero mucho. Quiero apenas saber que intenté todo lo que quise, tuve todo lo que pude, amé lo que valía la pena y perdí apenas lo que nunca fue mío.^^^

^^^Pablo Neruda^^^

...Dedicatoria...

^^^A mi hija, a ese ser que sin querer me dio el papel de madre, a ella quiero hoy dedicarle una vez más lo que escribo por ser ella mi mejor compañía y la causante de mis alegrías.^^^

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...Prólogo...

Hace cinco años más o menos, una noche algo alocada tuve una aventura con un hombre desconocido. Sé que eso sonó mal, pero estaba ebria y no sabía lo que hacía, ¡Tal vez me deje llevar! Por sus besos, unos que me hicieron entregarme por completo a él. Luego de lo sucedido y presa del pánico salí huyendo de la escena, aquel momento fue extraño, estaba tan alcoholizada que ni siquiera vi su rostro.

Cinco años después…

Hoy es un hermoso día, y me encuentro en esta ciudad llena de oportunidades, creo que llegamos hace aproximadamente una semana, ya no lo recuerdo, quizás he tenido mucho en mente estos días.

¡Después de estar casi 5 años en el extranjero! Tomé la decisión de volver, aunque realmente he regresado para comenzar de nuevo, pero esta vez con Lucas acompañándome. Cuando me fui de este lugar él estaba en mi vientre, hoy tiene 4 años y unos meses, además de una mentalidad ¡Increíble! A veces me asombra porque ¡Piensa todo más rápido que yo! Y eso me hace sentir vieja, aunque aún no lo sea, tal vez sea algo de su generación, no lo sé, lo único que tengo claro es que lo amo y haría lo que fuera por él. ¡Ya no hablaré más! Mejor los invito a conocer nuestra historia, una que está narrada por mí, y plasmada por la mano de su escritora…

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Texas, Houston.

Nota…

¡Hola! Antes de que inicies la lectura de mi novela quiero comentarte algunas cosas.

Después de mucho tiempo sin escribir por problemas personales, decidí terminar la edición completa de la historia, esto no quiere decir que no contenga ningún error, por eso les pido disculpas si se me ha escapado alguno.

1- Esta historia trata de la vida de Lucas y Mile quienes tienen un sueño, tener su propia pastelería, además de conseguir un padre para él algo que desea hacer Mile por su hijo y una pareja para ella. Algo que dese hacer Lucas por su madre. ¿Lograrán conseguir todo lo que desean? Hoy yo te invito a averiguarlo mientras lees mi novela...

2- Su contenido va cargado de amor, desamor y un final inesperado.

3- Hay bastante tensión durante toda la trama, donde se tocan temas como el secuestro, el maltrato tanto físico como psicológico y la superación personal.

4- Tiene contenido sexual, pero nada fuera de lo normal.

5- Esta historia fue escrita en pandemia. Espero que te guste la trama y que me apoyes con los likes y los comentarios.

Inicio del primer capítulo: enero de 2022

Inicio de la primera edición y corrección: 14 de agosto de 2023

Gracias de antemano por regalarme unos minutos de tu tiempo para leerla, está escrita con mucho cariño para quien la lee.

...Capítulo 1...

...Mamá siempre está triste...

Siempre he pensado que no necesitamos de otros para ser feliz, aunque por dentro desearía conseguir un buen padre para Lucas. Quizás porque sé que es imposible que aparezca el biológico, ¡Ni siquiera recuerdo su rostro! Pudiera venir cualquiera y decirme: — «¡Soy yo!»—. y jamás me daría cuenta si realmente lo es o no, pero en fin la vida debe continuar, y yo tengo buenos amigos que son como mi familia, y junto a ellos he criado a mi Lucas, aunque a partir de ahora seremos nosotros dos solos en esta hermosa ciudad.

... ༻❁༺ ...

Aquí me encuentro con la gente del Servicio de Internet, quienes están terminando de instalar el Wifi en la casa porque nos hacía falta, además recuerdo que no teníamos cuando yo vivía aquí. Con esto instalado puedo decir que ahora sí está completo nuestro nuevo hogar, uno que le ha gustado mucho a Lucas, y si a él le gusta a mí me gusta más.

Otra de las cosas que le ha gustado de vivir en Houston, son sus colegios, quizás porque ya tiene edad para comenzar a estudiar. Hace dos días conseguimos un lugar cerca, el cual nos ha gustado mucho a ambos. Se ve tranquilo y además tiene varias actividades integrales, algo importante para su formación, aunque aún no sé quién está más emocionado con todo esto, ¿Si él o yo? Aunque quizás sea él, porque será quien comenzara a estudiar.

El día pasó a millón, realmente sin darme cuenta, ya era de noche, todo estaba tranquilo. Lucas dormía como un angelito, mientras yo estaba en la comodidad de mi supersofá, buscando información de un local en alquiler. ¡Sí! Como lo han escuchado ¡Un local! No es una locura, es un sueño que tenemos ambos, uno que además esperamos se nos cumpla pronto. Este emprendimiento lo diseñó él un día después de cumplir sus 4 años, aún recuerdo cuando me lo propuso. El cual acepté luego de pensarlo por unos días, o, mejor dicho: semanas, y es por eso que estamos en Houston, regresamos para hacerlo realidad.

... ༻❁༺ ...

Ha pasado una semana desde que iniciamos la búsqueda de un local donde estará nuestro pequeño negocio familiar. Lucas está agotado y se ha quedado dormido, porque mañana comienzan las clases y es bueno que descanse. Por mi parte estoy terminando de sacar cuentas por qué no tengo mucho dinero disponible, y si no consigo un empleo pronto no sé cómo haremos para sobrevivir. Eso es algo que me preocupa, y tal vez demasiado. Ahora tengo a Lucas y no permitiré jamás que le falte nada. Me conozco y sé que haría lo que sea para que eso no pase.

Cuando somos madres solteras, no nos toca fácil, y sé que eso es verdad porque para mí no lo ha sido, pero nosotras hacemos hasta lo imposible porque a ellos no les falte nada, y mucho menos amor.

Aquí estoy en la puerta de su habitación, observándolo mientras me tomo un poco de vino, uno que no me cae nada mal en este momento de tensión, además sé que en unas horas será otro día, y espero que pueda concretar aquello que ha estado en mi mente desde el sábado. Algo que les contaré mañana por qué es hora de apagar las luces e irme a dormir.

Amanece, y con este amanecer llega un nuevo día, uno en el que tengo las pilas al 65% porque no dormí mucho anoche de tanto que pensé. Lucas ya está despierto; sus energías están a mil por ciento, además ya está listo para su primer día de clases y yo aún estoy pensando ¿Si me levanto o no de la cama? ¡Definitivamente! Mi hijo está creciendo, incluso se viste solo, y estoy segura de que, si él pudiera, ¡Se iría solo también!

Luego de que mi hijo me había sacado de la cama prácticamente a empujones y yo literalmente me había arrastrado hasta el baño, me he parado frente al espejo, y justo en ese momento he recordado que hoy tengo una reunión. ¿Con? ¡Ya va! Porque no recuerdo su nombre, ¡Mi memoria es fatal! Menos mal que lo he guardado en mí iPhone (uno que me regalaron para mi cumpleaños el año pasado). Aquel día me dijo el Sr. que hoy a primera hora debía confirmar la cita, entonces regresé a la habitación para buscar mi móvil y Lucas estaba cruzado de brazos mirándome.

—Mami, ¡No quiero llegar tarde!

—Y no lo haremos, hijo, tranquilo que no me tardaré, solo reviso algo y regresaré al baño, ¿Puedo? —le pregunté—. además, debemos desayunar antes y aún está temprano.

—¡Está bien! Pero me quedaré aquí esperándote. —le di un beso en la frente antes de tomar mi iPhone de la mesita que está junto a mi cama.

Regresé al baño, y al cerrar la puerta he entrado en los contactos de mí móvil; bajé, bajé y bajé en la lista, pero nada que lo encontraba hasta que por fin lo vi y ¡Aquí está! Me reuniré con el Sr. Augusto, para lo del contrato.

¡Ups! Es este mi secreto… Resulta que hemos conseguido un sitio para alquilar. ¡Digo hemos! Porque mi hijo también participó en esto. Él me ayudó a buscarlo y el sábado fuimos juntos a verlo. ¡Sé que no es la gran cosa! Pero estará bien para empezar.

Realmente estamos muy emocionados porque pronto podremos abrir nuestro nuevo negocio de venta de pasteles. Es por eso que esto no se me podía olvidar, procedí a enviar aquel mensaje de confirmación y ahora sí estaba lista para arreglarme.

... ༻❁༺ ...

He dejado a Lucas en su nuevo colegio, y no sé quién lloraba más ¿Si lo hacía yo, o él bebe? Que tenía la señora que estaba al lado mío. ¡Estoy muy nerviosa! Entonces hablaré sola en el auto, mientras llego a mi cita para lo del alquiler del local. A veces grabo notas en el móvil cuando no me da tiempo de escribir lo que me sucede durante el día.

Tengo estudios de Mercadeo en la Universidad, además me gradué con excelentes notas, mi regalo de graduación fue un coche Audi último año, uno que fue dado por mi padrino a quien conozco poco o mejor dicho nada. De seguro me odiarán cuando cuente esto, o tal vez no; antes de regresar a mi ciudad natal, Texas, vendí mi Audi y me compré uno más económico. La razón de esta locura fue todo lo que tenía en mente para hacer y nada de dinero para lograrlo, entonces tomé la decisión y lo vendí.

También lo hice con otras cosas que tenía, algunas eran de valor, otras eran un total fiasco, pero con la venta de todo esto Lucas y yo hemos sobrevivido desde que dejé el trabajo en la universidad, además nuestra casa es propia. Eso es una ventaja porque no tengo que pagar nada por ella. Me fue dejada en herencia.

Pasaron las horas...

¡Estoy tan feliz! Que cundo se lo diga a Lucas se pondrá igual. Mi reunión fue excelente, mañana será la firma de mi contrato, el cual tendrá un año de duración, me ha dicho el arrendador que las llaves me las dará el miércoles. Me alegra saber que todo esté pasando tan rápido, eso facilita las cosas porque tenemos mucho que hacer.

Apenas me las entreguen debemos comenzar a acondicionarlo para poder tener todo listo a tiempo. Lucas me dirá hoy el día justo de su inauguración, eso me lo dijo esta mañana antes de dejarlo aquí en el colegio, justo donde estoy ahora a la espera de su salida. ¡Me hizo mucha falta! No lo negaré, tal vez sea porque estoy muy acostumbrada a estar con él.

Por fin salió y yo estoy feliz por eso, está a punto de subir al auto, realmente se ve tan adorable con su mochila. Él es todo un hombrecito, además se ve tan bello despidiéndose de sus compañeros. ¡Amo a mi hijo! Y jamás me arrepentiré de haber tomado la decisión de traerlo al mundo, pasara lo que pasara.

—Hola, ¡Mami! —me ha dicho junto a un gran beso y un abrazo, antes de pasar de mi asiento al suyo en la parte de atrás.

—Hola, ¡Mi amor! —le devolví el abrazo, antes de atosigarlo con mis preguntas—. ¿Cómo estuvo tu primer día? ¿Te gustó? ¿Te hice falta? Perdón hijo, te hago mil preguntas y aún no te doy ni un beso. —mientras le decía todo esto, él solo sonreía y jugaba con mi cabello—. Hijo, ¡Me hiciste mucha falta! Siéntate para que te coloques el cinturón y me puedas contar todo con calma, discúlpame por hacerte tantas preguntas. —lo había atosigado, es que realmente me hizo falta, quizás no sé cómo expresarlo y el cómo recibirlo.

—¡Mami! Tengo… déjame contarlos, uno, dos… creo que son como cinco amiguitos nuevos y dos amiguitas, en total son siete. —me enseñó sus manos para que viera aquel número en sus dedos—. Dos teachers y muchos colores, juguetes y además hay un gran parqué infantil, también dormimos la siesta, aunque realmente no tenía sueño, pero dijo la teacher que debíamos dormir, entonces cerré mis ojos y luego no sé qué pasó porque me desperté y ya era la hora de salir. —estaba tan feliz y emocionado, a mí se me ha salido una lágrima mientras lo escuchaba.

Mirándolo por el retrovisor me acabo de dar cuenta que le hacía falta compartir con personas de su edad; creo que ya estaba bueno de tanto adulto. Encendí el auto y nos fuimos a casa. El día había sido agotador para ambos, entonces dejaría las compras grandes para el fin de semana.

Llegamos a casa, él a bañarse y yo a hacer algo ligero para cenar, tenía todo el día sin probar bocado alguno, pero primero bajé del auto las cosas que compré para la casa y otras que eran para el nuevo local. Esas las coloqué en el garaje, solo dejé en la maleta lo que necesitaba para limpiar. Eso es algo que espero poder hacer el miércoles para después pintar.

Realmente mis días eran cortos de tiempo por el horario de Lucas y las demás diligencias que tenía que hacer: el registro, los permisos, la publicidad, el logo y mil cosas más, que serán necesarias para emprender esta nueva etapa de nuestras vidas, pero tengo entusiasmo y mucha fe.

Apenas tengo 23 años recién cumplidos, sé que soy joven para ser madre, pero así tocó, además hay que seguir adelante, y aunque a veces me agobio un poco, lo veo y todo eso desaparece.

Me he duchado rápido para poder cenar, mientras lo hacíamos hemos hablado de lo más importante del día, ¡El colegio! Realmente sé cuándo algo lo cautiva porque te habla de ello por días, hoy ha sido por horas, pero eso está bien, además verlo feliz me hace feliz a mí.

—Mami, ahora cuéntame de tu día, aunque aún tengo como tres cosas que contarte: José le dijo a Carlos que su mochila estaba fea, y bueno, Maite se molestó conmigo porque me reí de su dibujo, pero la teacher nos explicó todo muy bien. —cómo hago para preguntarle o contarle algo si está fascinado hablando de lo suyo, mientras yo solo lo escucho y me rio.

—Tranquilo hijo, luego hablamos, lo importante es que tú seas feliz, y que tengas tu estómago lleno. —le di un beso en la frente antes de recoger todo, pero él me abrazó por las piernas hasta llevarme al sofá de la sala.

—Se llamará Sweet Mile&Lucas 🧁. —me ha dicho ese nombre.

—Mi amor ¿Qué cosa se llamará así? —me senté y él se sentó en mis piernas.

—Nuestra pastelería, mami, tendrá nuestros nombres, ¡Ya vuelvo! —se bajó de mis piernas y se fue corriendo a su habitación, al regresar traía algo en sus manos y lo escondió en su espalda para que yo no lo viera, quería darme una sorpresa.

—¿Qué tienes ahí? —le pregunté y él se sentó nuevamente en mis piernas y me lo entregó.

—No lo hice solo, realmente me ayudó la teacher, como aún no sé escribir, ella me dijo que tenía recortes y me dio las letras, entonces las pegué lo mejor que pude, pero el dibujo sí lo hice yo, ¿te gusta? —luego de todos sus gestos y de enseñarme su gran obra de arte, sé me empezaron a salir las lágrimas.

—¡Claro que sí! Hijo. —exclamé—. no solo me gusta, también me fascina, sobre todo porque está hecho por ti, ¡El nombre me encantó! —mis lágrimas fluían por mis mejillas, pero esta vez eran de felicidad—. ¡Gracias! Eres mi mayor bendición. —lo abracé y le di un beso, mientras sostenía su dibujo con cuidado para no dañarlo.

Era hora de descansar, entonces lo llevé a la habitación, le leí nuestro cuento habitual, y antes de apagar la luz me ha dicho la fecha, es increíble como tiene presente cada cosa que me promete. —¡En un mes mami! Tendremos la gran fiesta de Sweet Mile&Lucas 🧁—. Suspiré, la razón de aquel suspiro era por qué solo tengo un mes, ni más ni menos para tener todo listo.

—Está bien hijo, así, será. —le dije sonriendo—. Deseo poder cumplir tu fecha, una que esperaba todo el día, ¡Te amo! Que tengas una feliz noche. —me despedí para luego apagar la luz y salir de la habitación rumbo a la mía, me acosté a pensar, pero en cuestión de segundos me dormí.

...༻❁༺ ...

Los días pasan rápido, aunque a veces pienso que es lo contrario. Por fin llegó el día de la inauguración de nuestra pastelería, debo decir que estoy muy feliz por nuestro logro. Fueron días de mil cosas por hacer, pero gracias a Dios y a Lucas todo salió como lo esperábamos, aunque corrimos la fecha de apertura, cinco días porque aún no estaba listo nuestro logo, uno que iba en la puerta, y eso era algo que no podía faltar. Aquí estamos parados frente a nuestro local tomado de las manos mirando nuestra bebé: Sweet Mile&Lucas 🧁 además estábamos completamente solos porque no teníamos a nadie para invitar a la inauguración.

Pusimos la cinta, y trajimos al cura de la iglesia para su bendición. Compramos refresco para brindar de ese que parece vino, no soy experta en esto, y confieso que tuve que revisar por internet para comprar el mejor, incluso para hacer todo esto, según lo que decía en los videos que vi, al parecer todo me había quedado bien.

Ahora procederemos a cortar juntos el gran lazo que estaba en la puerta para poder entrar, creo que lo hicimos al revés, le dije a Lucas riendo, no sé, pero lo hicimos juntos. Volteamos el cartel de la puerta de Closed a Open. Respiramos profundo al ver cómo nos había quedado todo, se veía realmente bello, ni hablar de las decoraciones, el mobiliario, los colores, todo estaba tal cual lo habíamos imaginado, aunque no había nadie a nuestro alrededor más que el cura, nosotros dos, y un perro en la mitad de la calle, estábamos felices, nuestro sueño se había hecho realidad.

... ༻❁༺ ...

Este día fue fugaz, realmente pasó rápido. Hoy es viernes día de colegio de Lucas, aunque por la inauguración no fue a clases.

Al cerrar hemos regresado a casa, eran más o menos las 8:00 p.m. el pobre está muy cansado, tanto que hoy no se bañó, pero está bien, mañana lo hará. Se acostó y se quedó dormido tan rápido que no alcancé a leerle su cuento, entonces apagué la luz y salí de su habitación para poder cuadrar mis cuentas, porque necesitaba saber cómo nos había ido en nuestro primer día en la pastelería.

Estoy muy cansada, entonces me quité los zapatos y me senté en el sofá un rato, como de costumbre me quede dormida por unos segundos o minutos, eso no lo sé a ciencia cierta, de repente me desperté exaltada. ¡No había pasado nada malo! Solo tuve un sueño, uno quizás algo extraño: «estábamos Lucas y yo juntos, pero había un hombre de rodillas pidiéndome matrimonio» No le vi el rostro, solo sé que se veía alto, que era algo musculoso y nada más porque no recuerdo nada. Qué tristeza me da de que fuera solo un sueño, aunque sé que eso no pasará nunca, porque nadie me pedirá matrimonio, y menos con un hijo en mi historial.

Coloque mi cabeza hacia atrás y se me vino a la mente la única persona que sé que estaría dispuesta a casarse conmigo, pero esa historia es para otro momento, debo sacar cuentas y escribir como siempre en mi diario personal donde plasmo todo lo que me sucede casi que a diario.

Sábado 4:30 a.m. sé que es temprano, anoche me dormí a las 12:00 a.m. realmente no descansé nada. Las cuentas fueron rápidas, solo tres personas entraron en todo el día, esperemos que hoy sea diferente.

Me estiré más de lo normal, además creo que bostecé como diez veces, entonces era necesario ir primero a la cocina, aún conservo esta costumbre, ¡La hora del café! Es él, el culpable de esto y otras cosas más, aunque últimamente me da por suspirar y sonreír cada vez que recuerdo ciertos momentos.

Mi Lucas aún duerme, porque es día de descanso para él, pero debe estar conmigo, entonces en un rato lo despertaré para irnos.

Estábamos en la pastelería desde las 6:00 a.m. pero aún no abrimos porque estoy preparando mis cupcakes, los responsables de este emprendimiento y además los famosos del cumpleaños de Lucas. ¡Ya tenemos casi dos horas aquí y tengo todo listo!

Lucas voltea el letrero y como por arte de magia entra nuestro primer cliente del día, es un hombre alto. Realmente me impacté al verlo porque me parecía que lo había visto antes, incluso pensé que era el hombre de mi sueño, pero no, eso es algo imposible, además se ve alguien importante. “Sé que jamás se fijaría en mí” de eso estoy completamente segura.

...༻❁༺ ...

Creo que me impacienta la gente que entra hablando a un lugar donde espera ser atendido. Ese es el caso de mi único cliente en este momento, debo ir a revisar algo en el horno y él no deja de hablar por su móvil.

Pasado unos minutos su oreja se quedó por fin sola, quizá porque ha bajado su móvil, pero lamentablemente yo me había ido a la cocina, entonces era él quien debía esperar ahora. Lucas está conmigo, terminé lo más rápido que pude y salí para atenderlo. Ha tocado dos veces la campana, antes de que yo saliera, pero al estar frente a él, de nuevo hablaba por su móvil.

Se ve que es alguien importante, incluso ni me mira, solo me señala con las manos lo que quiere, entonces preparé su pedido y se lo entregué. Me ha cancelado y se marcha, sin mirar ni una sola vez en mi dirección, ni siquiera me dio las gracias, incluso se llevó sus cosas sin mirarlas. Parecía automático o algo así, ¡Ricos al fin! Como siempre me encogí de hombros y continué haciendo aquello que hacía, quizás porque sé que hay cosas que no tienen arreglo en la vida.

Lucas se dio cuenta de que esto me había afectado un poco y me abrazó por las piernas, entonces lo cargué, para abrazarlo, y le he dado besos para luego colocar mi frente en la de él.

—¡Estoy bien! Quédate tranquilo, solo me incomodó que nuestro primer cliente fuera un insensible, eso es todo, además jamás lo volveremos a ver. —aunque realmente si deseo verlo, porque no es para nada feo.

—¡Está bien! Mami. —me ha dicho jugando con las tiras de mi delantal.

El día ha pasado muy rápido, además hoy hemos tenido más movimiento que ayer; son las 6:00 p.m. estoy a punto de cerrar cuando la puerta se abre; al mirar en esa dirección me doy cuenta de que es aquel hombre nuevamente. El cual hizo exactamente lo mismo que esta mañana, entonces suspiré, apenas salió, cerramos y nos fuimos a casa, al llegar hicimos las actividades del colegio y nos acostamos para poder leerle su cuento antes de dormir.

—¡Esta será nuestra rutina diaria! Hijo. —le dije acariciando su rostro.

—Sí, pero seremos felices ¿Verdad? Mami. —Me miraba con sus ojitos inocentes mientras le terminaba de leer nuestro cuento.

—¡Claro que sí! Hijo, lo seremos. —le di un beso y apagué la luz antes de irme a dormir, realmente estaba agotada.

Un mes después…

Ha pasado un mes y aquel hombre hace lo mismo todos los días, el negocio ha prosperado, incluso tengo una persona trabajando conmigo, la cual empezó hoy. ¡Esa fue una buena decisión! Además de ser perfecto porque podré hacer más cosas para ofrecer en la pastelería.

Lucas está tan feliz como lo estoy yo; lo veo jugar en la oficina de este lugar lleno de dulces, y me siento satisfecha de ver que cada día es mejor que el anterior, además él está disfrutando de esta nueva vida que hemos construido para nosotros.

La única preocupación era aquel hombre y lo que producía en mí, sentía indignación de ver que le gustaban mis dulces, pero no era capaz de agradecerme por eso, y menos de mirarme.

¡Gracias a dios! Ahora es Camile quien lo atiende y no yo, pero lo veo llegar e irse por el vidrio ahumado de la oficina, y tiene la misma actitud con ella. He tratado de que esto no me afecte por Lucas. Sé que él está triste de ver el efecto que esto tiene en mí, pero es algo imposible de evitar, quizás porque los hijos detallan todo.

Un año después…

Hoy es nuestro primer aniversario, uno que celebraremos en la misma pastelería, porque no teníamos tiempo de mucho, ahora tenía más empleados, incluso Lucas y yo estamos mejor, además la pastelería era contratada para eventos importantes por mis pasteles, dulces, canapés y tapas, entre otras cosas. Realmente estoy exhausta, pero feliz.

... ༻❁༺ ...

Es viernes y ya estoy en casa luego de dejar todo listo en la pastelería para mañana. Me senté en el sofá donde me tomaba una copa de vino. Mientras suspiraba mirando a la nada mi vista se perdió entre los dibujos de Lucas que hay en el refrigerador, pensaba en que mañana tendré un evento muy importante en una empresa de la ciudad, donde como siempre estaré presente. No importa que esté agotada o que mi personal esté disponible para ayudarme, dar la cara en cada evento es importante para mí.

Las cosas han ido en aumento, y las obligaciones ahora eran mayores. Mi tiempo se había reducido, por eso decidí contratar a alguien para que me ayudara en casa, sé que era un gasto más, pero uno necesario. ¡Gracias a Dios! La Sra. Nany, es un amor además de nuestra compañera desde hace 3 meses, en la actualidad dependo mucho de ella, aunque hay cosas que seguirán igual, como la hora de dormir de Lucas, esa será mía por siempre, adoro la hora de leer un cuento antes de dormir, y para él es importante porque son todos inventados por mí, quizás si no amara tanto la pastelería, sería escritora.

Lucas casi siempre se queda dormido antes de terminar el cuento. Al salir y apagar las luces me dirijo de nuevo a la sala, y sentada en este lugar me doy cuenta de cómo ha cambiado mi vida, desde que decidí regresar a Houston, me he puesto un poco melancólica, quizás porque a veces me siento sola, debo confesar que me hacen falta mis amigos.

Mis lágrimas se querían escapar, pero no las deje salir, era mejor que me fuera a dormir porque mañana sería un día de mucho trabajo y no deseaba tener ojeras y menos los ojos hinchados por llorar.

╰┈➤ Nota de la Autora:

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Hola, actualmente me encuentro editando la novela, subiré un capítulo nuevo y uno editado. La novela está narrada en 3.ª persona y con diálogos que no estaban como deben ir, quizás por mi falta de experiencia, una que he nutrido a lo largo de estos meses, tanto en la app, como por mi cuenta, ahora estará narrada en 1.ª persona, y realmente es mejor tanto para ustedes como lectores, como para mí como escritora. Espero contar con su apoyo y comprensión, disfruten de esta nueva versión de Lucas, la cual mantiene la trama original, solo estará más desarrollada.

El es un sínico

Sábado 4:30 a.m. me he levantado puntual para la hora de mi café, uno que ha estado listo en unos minutos, aunque no soy amante de esta bebida, me trae recuerdos y fue por eso que lo hice algo habitual al llegar aquí.

Luego de disfrutar mi café me arreglé rápidamente, en menos de media hora estaba lista para irme a la pastelería a buscar la camioneta, y todo lo que debo llevar a aquel lugar, donde hoy tendrá Sweet Mile&Lucas 🧁 un día importante.

Es la primera empresa en contratarnos, casi todos mis clientes son familias que desean hacer de su día especial al escogernos para brindarles nuestros servicios. Pero hoy es diferente, entonces debemos dejar nuestro nombre familiar en alto, Lucas duerme como debe ser, lo beso en la frente y me marcho no sin antes pedirle a Dios que me diera su bendición para que me fuera bien este día.

... ༻❁༺ ...

Media hora después de salir de la pastelería hemos llegado al lugar donde nos habían contratado, era en un edificio, algo bastante imponente a la vista, además tenía varios pisos, gracias a Dios tienen ascensor porque subir todo esto por las escaleras sería una tortura.

Cuando la mujer con la que hablé me contrató, me dijo que todo el mobiliario estaba a nuestra disposición, aunque nosotros ofrecemos el servicio completo, es el cliente quien decide que paquete quiere, en este caso solo pidieron el menú ofrecido para este evento, el cual ya hemos comenzado a ordenar; pasado un rato estaba todo listo en sus mesas y a disposición para los invitados, ahora solo me quedaba ir a cambiarme, y para eso he pedido prestada una de las oficinas.

Cuando estoy comenzando a cambiarme, escuché ruidos, era como si alguien hubiera abierto una puerta, automáticamente me giré para ver si había alguien, pero no se veía nada, entonces seguí quitándome la ropa para colocarme mi uniforme. El cual se compone de un pantalón negro ceñido al cuerpo, muy ceñido, una blusa hasta el cuello con un pequeño escote en la parte de atrás y unas botas negras largas. Luego de vestirme, me recogí mi cabello lo más alto que pude, me quedo como una cola de caballo, me maquillé y me miré al espejo que tenía mi polvo compacto, además me di ánimos antes de salir. —¡Mile! Quédate tranquila que te ves hermosa, ahora a dejar en alto nuestro nombre Sweet Mile&Lucas. 🧁

Al salir al gran salón revisé que todo estuviera bien y lo estaba, entonces hice mi trabajo con tranquilidad, quizás porque me sentía a gusto con el lugar. Un rato después estaba hablando con Camile y sin darnos cuenta ya había pasado la mitad del evento, me aparté un poco de ella y justo en ese instante hablé con el personal por los manos libres para asegurarme que todo estuviera marchando bien. Después de eso me tomé un tiempo para llamar a casa, quería saber si las cosas estaban bien por allá.

Camine un poco hasta salir del salón donde había mucho ruido para hacer la llamada. Hablé primero con la Sra. Nany quien me dijo que veían una película en Disney, luego hablé con mi hijo Lucas, quien me ha dicho que me extrañaba, y yo también le dije lo mismo, pero solo hablamos por unos minutos porque debía seguir coordinando todo. Al terminar de hablar a casa, he guardado mi móvil y cuando me dirigía de nuevo al salón me he dado cuenta de que en la puerta estaba el hombre de la pastelería. Me impacté al verlo, mi mente no entendía que hacía el aquí.

—Hola, ¡Mile! Acaso ¿Vas siempre a tus eventos de esa manera? —me estaba comiendo con la mirada, además me incomodaba, incluso me ponía nerviosa, aunque esto es algo que me pasa cada vez que él entra por la puerta de la pastelería.

—¿Disculpé? —le dije, porque no entendía la pregunta, y mucho menos el tono de la misma.

—¡Así! —ha señalado todo mi cuerpo—. ¡Vestida tan sexy! —sonreía endemoniadamente mientras me devoraba con su mirada. La verdad que él es un imbécil, pero uno que llama mi atención.

—¡Este es mi uniforme para eventos! Desde hace un año, Sr. —exclamé seriamente.

—¿Sabes? Hay algo en ti qué te hace aún más sexy. ¡El hecho de que tengas un tatuaje en tus caderas! Me pareció ver ¿Una flor? O tal vez no lo vi bien, realmente estaba algo oscuro. —se reía pícaramente mientras lo decía.

De repente empezó a caminar a mi alrededor, poniéndome más nerviosa de lo que ya estaba. ¡El muy imbécil! Me había visto mientras me cambiaba, además es un sucio y un poco hombre. Lo miré de reojo mientras abría y cerraba mis manos a cada lado de mi cuerpo.

—¡Entonces era usted! —exclamé.

—¿Qué cosa, era yo? —me respondió parándose frente a mí.

—¡La persona que hizo ruidos cuando me estaba cambiando! —exclamé—. Usted tiene claro ¿Qué es un abusador? —ambos nos mirábamos—. ¡Eso es algo impropio! Además de una falta de respeto. —me hervía la sangre de una manera difícil de explicar, además quería darle una bofetada.

Pensaba muchas cosas mientras lo miraba y mi respiración se agitaba, entonces lo miré fijamente a los ojos antes de girarme sobre mis talones para salir de aquella oficina, pero antes de llegar a la puerta aquel hombre me ha tomado del brazo impidiendo con ello que me moviera.

—¡Tengo un año viéndote día tras día en la pastelería! —exclamó él, junto a una mirada que se fijaba en la mía.

¡Entonces él sí me miraba! Pensé, pero no dije nada porque me perdí en aquella frase que me acababa de decir.

—¡No entiendo por qué dices que eso es una falta de respeto! —exclamó muy cerca de mí—. Digamos que es: ¡Admiración! —acercó su rostro al mío al decir esa última palabra.

Su manera de mirarme me asustaba, además estaba demasiado cerca. De repente se le han formado dos hoyuelos con aquella sonrisa que me cautivaba, una que tenía últimamente al entrar a la pastelería. Acaso ¿Me estaba hipnotizando? Estaba muy nerviosa, y mi cerebro no ayudaba, quizás porque me mandaba las señales equivocadas en el momento menos indicado.

—¡Sé perfectamente quién es usted! —exclamé mirándolo a los ojos—. también observo a mis clientes, solo que no me pongo a espiarlos mientras estos se cambian. —mi pecho subía y bajaba, quizás porque estaba muy molesta y nerviosa al mismo tiempo.

—¡Lo que sucedió fue un accidente! —exclamó—. creo que debo explicarte algo antes de que me sigas colocando etiquetas. Resulta que tú estás en mi empresa y mi casa a la vez, en esa puerta —la ha señalado con su dedo índice—. está la entrada a mi hogar desde hace unos cuantos años y fue en esa oficina donde tú te cambiaste, entonces no es mi culpa, ¡Realmente es tuya! —en eso último tenía razón porque yo solo entré y me cambié sin revisar el lugar antes, pero eso no le daba derecho a mirarme.

Sonreía sin dejar de mirarme, además estaba tan cerca que su aliento recorría algo más que mis labios en este momento.

—¡Me disculparía con usted! Pero no lo haré porque eso no le daba derecho a quedarse callado, y menos a mirarme mientras me cambiaba. —tenía tanta rabia que mi cuerpo temblaba.

Realmente quería que me soltara, pero también que me besara. Él es tan guapo que se robaría los suspiros de muchas, aunque es un imbécil, uno que me tenía demasiado nerviosa.

—¡En eso tienes razón! Por cierto, me llamo Alfred. —extendió su mano para presentarse y justo en ese momento me ha soltado apartándose un poco de mí, entonces lo mire por última vez y me escapé sin decirle ni una sola palabra, dejándolo con la mano extendida, eso ha hecho que se moleste, me he dado cuenta por el golpe que le ha dado a la pared.

Cuando estoy entrando nuevamente al salón, mi cintura es atrapada por un brazo fuerte, uno que me ha arrastrado hasta las escaleras, mientras yo intentaba soltarme.

—¡¿Qué le pasa?! ¡Suélteme! ¿Qué quiere? —forcejeaba con él, mientras estaba presa del miedo.

—¡¡A Ti!! Tan sencillo como eso—. me ha respondido.

Y yo no entendía qué era lo que le pasaba a este hombre conmigo, acaso ¿Era obsesión? Me ha empujado contra la pared. En este momento mi cuerpo, uno que era bastante pequeño, estaba atrapado entre el suyo y mis miedos.

—No sé qué es lo que veo en ti. ¡Que me atrae tanto! —estaba aún milímetro de mis labios cuando su aliento al decir aquellas palabras calentaba los míos, me ponía nerviosa y me asustaba a la vez.

¡Aquella puerta de las escaleras ha sonado! … Se ha escuchado un ruido proveniente de la puerta cuando él estaba a punto de besarme. Realmente me tenía acorralada, entonces aquella puerta se abrió revelando a una mujer muy elegante, una que era bastante alta, con un traje muy ceñido al cuerpo, que además tenía una abertura en su pierna izquierda, sus labios estaban más rojos que la sangre.

En ese momento ambos nos hemos quedado quietos; yo dejé de luchar por soltarme y él de insistir para robarme aquel beso. La mujer nos miraba fijamente, a mí con desprecio, eso fue algo que no comprendí. Luego se acercó a nosotros y antes de emitir alguna palabra, lo miró fijamente.

—¿Qué haces aquí? Además, ¿Quién es ella? —esbozó por su boca como cuál víbora, porque realmente eso parece, entonces la miré y respondí.

—¡Realmente nadie! Con permiso. —exclamé mirándola fijamente a ella, pero antes de poder huir del lugar él me ha sujetado del brazo nuevamente y se acercó a mi oído.

—No ha terminado, aún me debes ese beso. —su aliento era caliente, cerré mis ojos y me solté para luego salir del lugar lo más rápido posible, realmente no me interesaba quedarme junto a ellos en este preciso momento, pero me fue imposible no girarme para verlo y menos no escuchar su discusión.

—Alfred ¿Qué hacías tú con esa mujercita? —cruzando sus brazos ante él, ella se refirió a mí, justo a mí, de esa manera tan déspota.

—¡Creo que deje de darte explicaciones desde hace 5 años cuando nos divorciamos! —exclamó molesto—. ¿Es que acaso no lo recuerdas? Mejor dame permiso que debo regresar a la fiesta.

Luego de escuchar parte de su discusión y comprender que ellos eran pareja, he regresado al salón, y me acerque a los chicos para ayudar. Cuando me vuelvo a girar estaba él, al otro lado observándome. Ella también estaba en el salón, incluso se le notaba lo furiosa que estaba, me sentí incómoda por la manera en la que ambos me miraban, uno con deseo y ella con rabia.

Había pasado un buen rato, y ya era hora de comenzar a recoger las cosas para marcharnos y así dar por terminada nuestra jornada de trabajo. Los invitados se habían retirado casi todos, entonces me reuní con mi equipo para darles instrucciones.

—Bueno chicos, por hoy hemos terminado, debo agradecerles porque todo ha salido perfecto, como siempre. ¡Muchas gracias! Por todo su esfuerzo y su apoyo, saben que lo aprecio enormemente, ahora recojamos aquí para que podamos irnos. —fueron mis palabras antes de empezar a acomodar todo. Estaba agotada al igual que todos ellos.

—¡Necesito las llaves de la camioneta para guardar las cosas! Creo que las dejé junto a las de la casa. —he mirado a mi mano derecha desde hace casi un año—. ¡Camile! ¿Puedes hacerme el favor de ir por mis cosas? Están en la oficina principal donde me cambié. —le he pedido el favor de que las buscara por mí, quizás porque no quería regresar a aquel lugar y mucho menos encontrarme con ninguno de los dos.

Pasados unos minutos…

—Sra. ¡Mile! Revisé en varias oficinas y no conseguí su maletín, y tampoco su cartera, ¿Usted está segura de que los dejó en aquel lugar? —fue su pregunta, entonces me he quedado mirándola mientras recordaba uno a uno mis pasos, y sí, estoy segura de que fue ahí donde dejé mis cosas.

—¡Claro! En aquella oficina dejé todo porque fue donde me cambié, mejor hazme el favor de terminar con esto, mientras voy a buscar las cosas. ¡Gracias! Camile. —le entregué lo que tenía en mis manos antes de salir y dirigirme a las oficinas.

Al entrar me he dado cuenta de que efectivamente no había nada, y que además Camile tenía razón, entonces me he quedado pensando por unos segundos hasta que mi mente hizo un clic. (justo en ese momento puse mis ojos en blanco). Ahora que lo pienso de seguro fue él quien las escondió, incluso pudo ser ella, aunque estoy 100% segura de que fue él. Me di la vuelta para salir de la oficina, total no tenía nada más que hacer en este sitio.

Estaba molesta, quizás porque no me gustaba el juego, o tal vez porque dentro de mi cartera estaban las llaves de la casa. Sé que podía molestar a la Sra. Nany para que me abriera, pero no era la idea, además quién era él, para hacerme estas cosas. Al regresar donde estaban todos les dije:

—Guardemos todo, pidamos un taxi para que uno de los muchachos busque la copia de las llaves en la pastelería, ¡Espero que estén allá y no en casa! —exclamé suspirando—. luego los llevaré a todos a sus casas. —pero no era tan sencillo, algo más pasaba por la manera en la que Camile me miraba.

—Sra. ¡Mile! No tenemos una llave para entrar en la pastelería porque esa llave también la tenía usted, junto a la de la camioneta y a la de su casa. —no podía ser posible, se me había olvidado por completo, que al llegar aquí había guardado todas las llaves en mi cartera para evitar que se perdieran.

Cuando lo recordé me dio rabia, me giré para regresar a aquella oficina, aunque no deseo verlo, no había nada más que pudiera hacer en este momento.

Mientras caminaba de regreso se me salieron unas cuantas palabras, estaba cansada y además deseaba llegar a casa pronto.

—Demonios, ¿Dónde estará este hombre? Diablos ¿Por qué me tienen que pasar estás cosas a mí? —tenía mucha frustración, quizás demasiada por mi cansancio y todo lo que estaba pasando.

—Acaso usted está Hablando sola ¿Srta.? —me ha preguntado la persona a la que quería ver y a la vez no, entonces me giré para encontrarlo sonriendo. Él es un hombre atractivo, es algo que no puedo negar, pero justo ahora lo odio.

—¡Con usted quería hablar! Por favor devuélvame mi cartera, y además mi maletín. —le dije con autoridad cruzando mis brazos sobre mi pecho.

—¿Los quieres? Cena conmigo. —me ha dicho, me dio rabia porque me estaba chantajeando.

Estaba tan cerca que podía oler su maldad, junto a su aroma intenso, a hombre elegante y además atractivo.

—¡Por favor! Solo entréguemelo, mire que debo dejar las cosas en la pastelería y llevar al personal a sus casas, además todos estamos cansados. —trataba de apelar a su lado humano, pero al parecer él carecía de eso.

—¡Ya te dije que cenes conmigo a cambio de esto! —me ha enseñado mis cosas, las cuales tenía en sus manos—. es mi única oferta y no haré otro trato contigo, estaré en mi departamento, por si decides cambiar de opinión y aceptar mi invitación. —se dio la media vuelta, para entrar en aquel lugar con mis cosas, unas que deseaba de regreso y él quería hacerme caer con ellas en su trampa.

Tenía tanta rabia que quería llorar. Este hombre me estaba sacando de mis casillas, no sabía qué hacer, mirando fijamente la oficina, respiré profundo, tratando de calmarme, antes de entrar nuevamente para reclamar aquello que me pertenece, además él no tiene ningún derecho de quitarme mis cosas y menos a obligarme a hacer algo que no deseo. Al entrar lo miré con rabia antes de dirigirle la palabra.

—¡Por favor! Se lo suplico, devuélvame mis cosas que debo irme, en casa me esperan, además está tarde, y mi trabajo terminó. —le imploraba, humillándome para tratar de obtener algo que era mío.

—Cena conmigo mañana a las 8:00 y te devuelvo todo en la cena, puedes dejar las cosas aquí y tu personal puede irse con uno de mis choferes, así se resuelve tu problema. —era un sínico, sonreía jodidamente sexy, mi molestia aumentaba con su sonrisa, cerré mis ojos un segundo y mis puños los apreté a cada lado de mi cuerpo antes de responder a su estupidez.

—¿Qué es lo que usted quiere de mí? —le pregunté—.

—Ya te lo dije: ¡Que cenes conmigo! —me respondió.

—¡Tengo un hijo! Y es por eso que debo llegar a casa, aunque a usted no le importa, resulta que él me espera, además no lo he visto en todo el día y usted pretende que yo haga las cosas a su manera. Me tiene aquí haciéndome perder mi tiempo, uno que es valioso para mí. —realmente estaba muy molesta, pero él parecía no entender mi situación.

De repente su rostro cambió, y algo pasó porque de la nada me ha entregado todo, se giró en su silla mirando a la ventana antes de hablarme de nuevo.

—¡Te puedes marchar! Olvida lo de la cena, además espero que no volvamos a vernos jamás. Te pido disculpas por mi comportamiento. —no le veía el rostro, pero si escuchaba claramente el tono de su voz, aunque no entendía su actitud, ninguna de las dos realmente. Entonces tomé mis cosas, antes de decirle:

—¡No se preocupe! Que con gusto me marcharé. Eso es lo que deseo desde hace más de una hora, y con respecto a la cena, esa jamás se la hubiera aceptado, no saldría con alguien como usted ni que me pagaran por hacerlo, de eso puede estar seguro.

Me fui de esa oficina sin entender lo que había pasado, además tenía tanta rabia por todo lo que había sucedido que quería llorar, pero no le daría el gusto, así que me aguanté y llegué hasta la camioneta donde todos estaban aguardando por mí, al verlos me di cuenta de que realmente estaban muy cansados, me sentía tan apenada con ellos. Pero por fin nos fuimos. Dejamos las cosas en la pastelería y luego lleve a cada uno a sus casas, para luego irme a la mía, era muy tarde.

Mientras manejaba pensaba en todo lo sucedido en aquel lugar. Hay algo que tengo claro y es que lo odio con todo mi corazón, además es un estúpido, sínico y manipulador, ¿qué se ha creído él? Quizá pensó que yo iba a caer rendida a sus pies, pero eso no pasará jamás, espero no verlo nunca más en mi vida.

Cuando por fin llegué a casa me di cuenta de que hoy había sido un día terrible, y que lo mejor que podía hacer era darme una ducha para tratar de relajarme, lamentablemente ya Lucas dormía hacía mucho rato, me había dicho la Sra. Nany, entonces solo me quedaba hacer mi rutina para luego irme a dormir.

... ༻❁༺ ...

Me he quitado la ropa para meterme a la bañera, una que tiene la temperatura justa para relajarme, aunque no creo que pueda tener paz porque mi mente no ha dejado de pensar en él, y me odio por eso. Realmente parece un gusano navegando en mis pensamientos.

Mientras me enjabonaba pensaba en aquel momento cuando me entregó las cosas, y me dijo que me marchara. Lo único que yo había dicho, era que tenía un hijo. Seguro ha sido eso lo que lo ha espantado.

Ya habían pasado unos minutos cuando cerré mis ojos. Creo que me he relajado tanto que me quedé dormida unos segundos, porque me he despertado asustada con aquellas imágenes que había en mi mente justo en este momento.

¿Qué fue eso? Además ¿Por qué me soñé con él? Eso es algo que jamás pasará. Estoy cien por ciento segura de eso. Lo que acababa de pasar es solo un sueño, uno que se ha dado por todo lo que pasó con él. Sé que es un hombre atractivo, pero también es un ser frío.

¡Mile! No pienses más en eso. No creo que sea tan bueno en la vida real como en el sueño. Al salir del baño me he ido a la cocina, debía tomar agua antes de dormir, porque realmente ese sueño me ha dejado acalorada, entonces me bebí mi vaso con agua mientras pensaba en él.

...༻❁༺ ...

Amanece en Houston... Además ¡Es sábado! Son las 4:30 a.m., realmente no pude dormir más de dos horas en toda la madrugada, quizá era por eso que la flojera la tenía a mil. De repente me giré sobre el lado izquierdo para tomar nuevamente mi móvil, y lo he mirado una vez más antes de levantarme. Deseaba que la hora que había visto al despertarme no hubiera avanzado.

Sé que es un día nuevo, pero luego de lo de anoche realmente estoy muy cansada. Aunque al ver la palabra sábado reflejada en el móvil suspiré, ella es un recordatorio de que debo llegar temprano porque suele estar lleno los fines de semana, y los chicos no se dan abasto. Es por eso que hoy es más complicado.

Por fin he dejado la flojera y me levanté de la cama. La cual juro que me retiene. De pie y estirando mi cuerpo he mirado por tercera vez el móvil, pero ahora lo había hecho para recordar aquellos mensajes que extraño desde hace más de un año, unos que dejaron de llegar después del cumpleaños de Lucas.

Al entrar al baño parecía sonámbula, entonces he tomado una ducha rápida para tratar de despertarme, al terminar me dirigí a la cocina, ellos aún dormían, lo noté porque había total silencio en la casa, además eran las 5:25 a.m. imposible que él estuviera despierto.

Quiero preparar el desayuno temprano porque deseo compartir con Lucas un rato antes de irme a la pastelería, aunque él irá conmigo hoy, entonces apoyé el móvil en la encimera, preparé primero el café, mientras se estaba colando hice la mezcla para hacer el desayuno preferido de Lucas, me serví el café para continuar preparando lo demás; al terminar de tomarme mi bebida se han despertado ambos.

—Buenos días, ¡mami! —me ha abrazado luego de cargarlo—. ¿Sabes? Ayer te extrañé tanto, sobre todo a la hora de dormir. No me leíste el cuento y tampoco cenamos juntos. Pregúntale a la Sra. Nany, ella te dirá lo triste que estuve ¡Toda la noche! —me decía con su frente apoyada en la mía mientras ambos hacíamos nuestros pucheros.

—Buenos días, mi amor. —le di un beso en la frente—. ¡También te extrañé mucho! Por eso hoy quiero que desayunemos y estemos todo el día juntos, ¿Te parece? —le pregunté.

—Sí, ¡mami! —me dio un beso—. ¡Quiero estar contigo! Y además ir a la pastelería. —me ha respondido mientras jugaba con mi cabello.

—Sé... —lo senté en la encimera—. ¡Que tú sabes qué mami, te ama! Y que además ayer tenía que trabajar en aquel lugar lujoso que te dije, pero pensé en ti toda la noche, no hubo ni un momento en el que no lo hiciera. Te amo hijo, eres lo más importante en mi vida y el regalo más bello que la vida me dio. —lo abracé fuerte mientras hablaba con él, realmente Lucas es todo para mí.

—¡También te amo mami! Pero ahora tengo hambre. —me ha dicho y con eso se había acabado el encanto del momento, quizás porque su barriguita hacía ruidos y eso le indicaba que era la hora de comer.

—Dime ¿Cuánta hambre tienes? Para poder servirte el desayuno. —le he dicho a manera de juego mientras lo bajaba de la encimera donde estaba sentado.

—¡De aquí a la pastelería! —ha exclamado tapándose la boca para que no viera su risa.

Amo a mi hijo, no sé qué sería de mí, si él no estuviera en mi vida, es mi mejor compañía, además de mi mejor amigo.

—¡Entonces esperemos! Que esta torre de panquecas te alcance, porque si no, no sé qué haremos o a qué superhéroe tendremos que llamar. —le he tocado la punta de la nariz antes de girarme para servirle su desayuno mientras él se sentaba a la mesa.

La Sra. Nany estaba molesta, lo sé porque no me había saludado aún, esa era la señal perfecta para saber que así era. De seguro había sido por el desayuno, a ella le gusta hacerlo y más si sabe que he tenido trabajo fuerte el día anterior.

—Buenos días, Sra. Nany. —la he saludado.

—Buenos días, Sra. Mile, usted sabe que yo puedo hacer esto, ¿Verdad? —me ha dicho acercándose para ayudarme a servir.

—¡Por supuesto que sí! Pero yo quería hacerlo hoy, quédese tranquila, mejor vamos a desayunar. —le dije y nos sentamos los tres a la mesa.

Observaba a Lucas mientras desayunaba. Me da tristeza que no tenga un padre que lo guie o lo cuide cuando no pueda hacerlo yo, pero sé que es algo imposible de arreglar. Aunque hay alguien que ha suplido ese lugar, el problema es que yo no siento nada por él, lo veo solo como un amigo, uno con derechos.

—Mami, ¿Qué piensas? —me ha preguntado mientras mi mirada estaba puesta en las panquecas.

—En nada, hijo. —le dije guiñándole mi ojo derecho.

—Mami, ¡Seguro que te estás imaginando a un superhéroe entrar por nuestra puerta! ¿Verdad? —se reía al igual que la Sra. Nany.

—¡Sí! En ti, ¡Tú eres mi único superhéroe! Hijo. —le sonreí acariciando su mejilla.

Terminamos de desayunar y nos fuimos directo a la pastelería. Luego de llegar nos damos cuenta de que hay algunos clientes esperando para entrar a desayunar, esto es algo que se ha vuelto costumbre.

Me he girado un momento para ver a Camile, y justo en ese momento me he dado cuenta de que él está parado afuera. Era extraño porque no suele venir tan temprano, quizá estaba cambiando su hora para no verme. Lo miré y suspiré recordando todo lo sucedido ayer en su empresa y lo qué había pasado en mi bañera fue como una mezcla de ambos momentos, entonces tuve que sacudir mi cabeza para que aquellos pensamientos se esfumaran.

Al levantar nuevamente mi mirada, sus ojos y los míos se encontraron ambos, nos mirábamos a través del cristal, creí que entraría, pero no, simplemente se dio la vuelta y se montó en su automóvil, esto no lo entendía ¿Por qué no había entrado? Acaso ¿Se arrepintió? Aunque él dijo ayer que esperaba no verme más, entonces ¿Qué hacía aquí? Me confundía su actitud.

Lucas me jalaba del delantal tratando de llamar mi atención, una que estaba puesta en aquel auto que se marchaba por la calle del medio.

—¡Mamiiii! —me seguía jalando el delantal.

—¡Perdón mi amor, estaba distraída! —me puse a su altura mientras le hablaba.

—¡Quiero ir a la oficina a jugar! ¿Puedo? —me pregunto con sus ojos llenos de emoción.

—¡Claro, mi amor! —apenas le dije, solo alcancé a tocar su cabello, antes de que se fuera a jugar.

Me enderecé, y mis ojos volvieron a mirar la calle, y mi mente a pensar en él nuevamente. ¿Qué será lo que quiere aquel hombre? De mí…

╰┈➤ Nota de la Autora:

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Hola, actualmente me encuentro editando la novela, subiré un capítulo nuevo y uno editado. La novela está narrada en 3.ª persona y con diálogos que no estaban como deben ir, quizás por mi falta de experiencia, una que he nutrido a lo largo de estos meses, tanto en la app, como por mi cuenta, ahora estará narrada en 1.ª persona, y realmente es mejor tanto para ustedes como lectores, como para mí como escritora. Espero contar con su apoyo y comprensión, disfruten de esta nueva versión de Lucas, la cual mantiene la trama original, solo estará más desarrollada

Cómo te llamas

Me he perdido en aquella calle mirando en dirección al auto, uno que se alejaba sin entender que era lo que pasaba con aquel hombre que tanto me miraba.

Lucas jugaba en la oficina mientras yo estaba con Camile atendiendo a los clientes. Cada día el negocio marcha mejor, eso me llena de orgullo y también de satisfacción, una que me hace suspirar.

Mientras atendía a un cliente, le he servido aquellos dulces que le gustan a Alfred, y mi mente se ha hecho una pregunta: ¿Por qué vino? Si él dijo que no me quería ver más, ¡No entiendo nada! Entonces me he perdido en mis pensamientos, cuando de la nada sentí la necesidad de buscar a Lucas.

Hace un rato lo había visto salir de la parte trasera de los estantes, y lo he regañado porque debe andar con cuidado entre tantos utensilios que hay. Además, los chicos siempre están entrando y saliendo del almacén o del área de los hornos. ¡Lugar donde tiene prohibido entrar! Me dirigí a la parte de atrás.

—¡Lucas! —lo llamé al entrar por la puerta de la oficina—. Hijo, ¿Dónde estás? —lo llamé y pregunté, pero no lo conseguí, entonces empecé a sentir angustia, mi corazón palpitaba a millón, Camile, ¿Viste a Lucas? —le he preguntado angustiada.

—Sí, hace como media hora en la oficina jugando. —me ha respondido—. Estaba aquí hace un momento, sentado justo ahí. —me ha señalado Camile, acompañándome nuevamente a revisar el lugar. Debo confesar que el pánico se estaba apoderando de mí justo en este momento.

—Dios... ¡Lucas! Hijo, ¿Dónde estás? Camile busca por este lado, yo iré por este, Marcos… quédate al pendiente por si regresa ¡Por favor! —le he pedido a todos que me ayudaran, realmente estaba desesperada, era la primera vez que pasaba algo así.

—Por supuesto, Sra. Mile, ¡Estaré pendiente! —me ha respondido él con rostro de: ¡Cuanto lo siento!

Camile se fue por la derecha y yo lo hice por la izquierda, jamás me he comido las uñas y este no sería ese momento, pero las estaba mirando con deseo de hacerlo. Camine cuatro calles antes de que Marcos me llamara para pedirme que regresara a la pastelería. Al entrar más atrás entro Camile, quien se ha quedado parada en la puerta al igual que yo.

—¡Este jovencito dice que tú eres su Mamá! —exclamó sonriendo—. Acaso eso es ¿Verdad? —me preguntó, mientras yo ponía mis ojos en blanco ante su pregunta y estiraba mis brazos para hacer que Lucas viniera a ellos.

—¡Ven Lucas! Vamos a la oficina que mamá debe hablar contigo. —aquellas palabras habían hecho que cruzara sus brazos sobre su pecho, bajando su mirada. Él sabía que estaba en problemas.

—¡Oye! Mile, se dice: ¡Gracias! ¿No crees? —me ha dicho aquel hombre cuyo nombre no recuerdo, o tal vez no deseo recordar en este momento. Pero no le respondí nada, simplemente tomé a mi hijo y pasé por un lado del mostrador.

En este momento en la pastelería había unos cuantos clientes, unos que miraban todo lo que estaba pasando.

—¡Qué increíble! Ahora resulta que ayudar a la gente es delito. —ha dicho exclamando durísimo. Creo que hasta los empleados de la cocina escucharon sus alaridos.

—Hijo, espera a mami en la oficina, en unos segundos estoy contigo. Camile, por favor, ve con él. —me había puesto a su altura para decirle, y al levantarme me había girado en dirección a él, mi mirada decía todo lo que pensaba justo ahora.

Caminé hasta donde estaba él, lo tomé del brazo y lo jalé hasta llevarlo al almacén. Él iba sonriendo, creo que tal vez porque esto era un juego para él. Al entrar cerré la puerta y al girarme me encontré con sus ojos, unos que me sonreían con picardía, deseo y quién sabe cuántas cosas más que pasaban por su mente justo en este momento.

—¡Escúchame! No sé si te lo encontraste por casualidad, si te lo llevaste o x, no me interesan los detalles. Él está aquí y es eso lo que realmente me importa, pero quiero dejarte algo bien claro. —tomé aire, antes de continuar mi discurso, me di cuenta de que estaba molesta, y tal vez demasiado—. No quiero, ¡Escucha! Bien esto, no quiero que te acerques a mi hijo, o a mí nunca más, ¿Entendiste? —lo miraba a los ojos, y por un segundo me perdí en ellos.

—¿Por qué me tratas así, con tanto odio? Si se te nota que te pasa lo mismo que a mí.

—Y que se supone ¿Qué te pasa a ti? Porque a mí no me pasa nada, yo solo quería encontrar a mi hijo, y bueno, tú lo trajiste hasta aquí, ahora te marcharás y nunca más nos volveremos a ver. —mantenía mi firmeza ante él, porque yo sabía por dónde quería llevar esta conversación, tampoco soy tonta.

—¿Es en serio? Debo decirte que me hace gracia tu pregunta. Además, es que acaso ¿¿Anoche no te ha quedado claro?? —me ha cuestionado seriamente mientras se acercaba un poco a mí.

—Sr. sé que debo agradecerle, y créame que lo haría, ¡Si usted no fuera así! Como es… —le dije sin dejar de mirarlo, además estábamos muy cerca el uno del otro.

Él me miraba sumergido en mis ojos con deseo, mientras yo estaba nerviosa por su mirada, una que me consumía en suspiros tan secretos como mis pensamientos.

—¿Sabes? ¡Eres Increíble! La química entre ambos se nota a años luz, ¿No crees? —insistía en nosotros como si tuviéramos algo.

—¡No entiendo a qué se refiere! Y realmente ahora no tengo tiempo para sus juegos, además lo único claro que tengo con respecto a usted es que es un abusador, uno que cree que por tener dinero puede humillar a la gente como yo. —le he dicho cada palabra sin importar lo cerca que estaba, incluso lo peligroso que era el momento, donde casi podía rozar mi cuerpo con el suyo.

—¿Abusador? No, ¡Admirador! Sí, además lo soy sin querer porque no es mi culpa desear ver la belleza que hay en ti. —sonreía al decir cada palabra, lo peor es que tiene bastante poder para halagar a una mujer.

—¿Sabe algo?… ¡Lo odio! —exclamé cruzando mis brazos para poner una separación entre ambos, sé que me veía infantil y más al poner mis ojos en blanco, pero no logro entender qué me pasa cuando estoy junto a él.

—¡De donde yo vengo, el odio suele ser amor! —exclamó acercándose más a mi cuerpo.

—¡Y de donde yo vengo! Odio es odio, pero con ganas de darle una cachetada y sacarlo de aquí a patadas. —mi corazón estaba como un caballo desenfrenado, incluso aquellos sonidos en mi pecho se podían escuchar a kilómetros.

Con cada respiro él se acercaba más, mientras que yo daba un paso atrás, no me quedaba mucho espacio y estaba consciente que de un momento a otro me tendría contra los estantes que hay en el almacén.

—¡Mile! No te resistas a mí, regálame una noche solo una y te demostraré, que lo único que deseo es enseñarte lo que siento por ti. —me decía esas palabras, mientras apoyaba sus manos a cada lado del estante que estaba justo tras de mí, eso me dejaba entre sus brazos.

—Sabe contar ¿Verdad? No cuentes con eso, esa historia ya me la sé, nos embriagaremos para luego tener una noche loca de sexo desenfrenado para después dejarme sola y embarazada. —sin querer había dejado salir mis recuerdos, unos que aún por lo visto me atormentaban.

—Acaso ¿Fue así que tuviste a Lucas? ¿Es esa tu experiencia? —su rostro había cambiado, y nuevamente me confundía su actitud y aún más esas preguntas que me acababa de hacer.

—¡No! —exclamé, intentando escapar de sus brazos—. Además, eso no es asunto suyo, ¡Apártese! —forcejé con él empujándolo con mis puños sobre su pecho, aunque fue algo inútil porque soy demasiado pequeña ante él.

—¡No te voy a dejar ir! Aún no. —exclamó mientras acercaba su rostro nuevamente al mío. Sentía su respiración demasiado cerca, esa cercanía me producía miedo y nervios a la vez.

—¿Qué quiere? Acaso ¿Besarme? —le he preguntado cuando sus labios rozaban mi mejilla derecha.

—¡Tal vez! O quizás solo deseo tenerte así ¡Por ahora! Creo que me gusta esta posición, acaso ¿A ti no? —me ha preguntado cínicamente, realmente era de lo peor, pero me tenía entre sus brazos y no podía escapar tan fácilmente.

—¡Debo ir a la oficina con mi hijo! Me debe estar esperando. —le he dicho, mientras él recorría nuevamente mi mejilla con la punta de su nariz. Mi piel se erizaba con cada roce.

—Tu hijo es todo un hombrecito, además de un niño muy inteligente y fuerte. —susurró en mi oído izquierdo.

—¿Tiene hijos? —le he preguntado por qué recordé que algo pasa en él, cuándo le mencionó la palabra ¡Hijos!

Luego de aquella palabra mágica me ha soltado, y mirándome a los ojos me he dado cuenta de que había tristeza en ellos, esa mirada duró unos segundos porque salió del almacén huyendo como si hubiera dicho algo malo.

Este hombre realmente es extraño, creo que jamás lograré comprender lo que le pasa.

Al reaccionar salí al pasillo que da a la oficina y la puerta trasera de la pastelería, porque escuché voces, y al darme cuenta de que eran ellos me he quedado quieta escuchando.

—Lucas, ¡Basta!… —le he dicho, mientras me colocaba frente a ellos dos.

—Tal vez a ti sí, pero ¡A tu mamá! No lo creo, porque hasta lo que sé ella me odia. —sonreía—. ¿Verdad? Mile. —metió sus manos en los bolsillos de su pantalón, mientras yo lo observaba de reojo.

—Lucas, ven, dejemos al Sr. Tranquilo porque él debe irse, de seguro tiene mucho trabajo, además ya lo hemos fastidiado bastante por hoy. —he abrazado a mi hijo para llevarlo a la oficina nuevamente, pero él se ha girado apartándose de mí otra vez.

—Mami, quédate tranquila que debo hablar con el Sr. Tengo algo que decirle. —me ha dicho tiernamente y moviendo sus manos al hablarme—. Déjame arreglar esto, tal vez después de que nosotros hablemos tú ya no estés más triste, además, él sería un buen novio para ti, mami. —sé que no lo decía por mal, pero no lo podía dejar continuar.

—Lucas, hijo… ¡Por favor! No sigas, no es necesario. —lo tomé de la mano nuevamente.

—Lucas, yo quiero salir con tu mami, pero ella no quiere. —le ha dicho a mi hijo, guiñandole un ojo—. ¿Te das cuenta? Hasta él quiere que me des una oportunidad. —me ha dicho sonriendo al mirarme.

—¡Mami! ¿Por qué no quieres salir con el Sr.? Te he visto llorar por su culpa, él te hace poner brava porque no te mira cuando tú lo atiendes. —había tristeza en los ojos de mi hijo, y mi corazón se partía en dos, entendía lo que trataba de hacer.

Sin decir nada, he tomado a Lucas por el brazo, esperando que aquel hombre se fuera al nosotros irnos a la oficina, mientras caminábamos me quería morir porque mi hijo me había dejado expuesta, ante aquel hombre que no me dejaba en paz.

—Lucas, hijo, no puedes decirle esas cosas mías a la gente, eso no es correcto. —le dije mientras estaba de rodillas, ante él para poder verlo a la cara, una que estaba triste y llena de lágrimas—. Yo sé que tú me amas y no quieres verme sufrir, pero no podemos juntar a las personas con otros así nada más.

—Mami, yo sé que a ti te gusta él, entonces ¿Por qué no se puede? Además, yo sé que él te dijo cuando te tenía agarrada en el almacén que quería salir contigo. —¡Por Dios! Nos vio ¡Qué maravilla! Cerré mis ojos ante esa confesión.

—Lucas, ¿Que te tengo dicho? Tú sabes perfectamente que es malo escuchar las conversaciones de los adultos, además, eso no es correcto, ¡Por favor! No lo vuelvas a hacer. —mientras yo le decía esas palabras, él agachaba su rostro, se sentía regañado y con pena.

Sé que mi hijo desea lo mejor para mí. Él siempre ha querido que yo consiga a alguien que me quiera, o sea que tenga un novio, pero las cosas no son tan sencillas como él cree, además, ya lo tuve y no terminó nada bien.

Por un momento cerré mis ojos, quizás porque me produce dolor toda esta situación.

—Mami, no lo volveré a hacer ¡Te lo prometo! —me ha abrazado fuerte, yo sé que no lo hace por mal; él desea un padre de la misma manera que desea un novio para mí.

Nos soltamos y él se fue a pintar unas hojas que tenía con dibujos sobre el escritorio, entonces me he puesto a pensar porque debía estar clara en mis emociones, era no, y siempre debe ser no, a esa invitación, además no quiero volver a caer, y él se ve un hombre embaucador, mujeriego y el peor hombre del mundo. Es que no entiendo cuál es su empeño por salir conmigo, ¿Qué es lo que tengo que desea tanto? Bueno, me imagino que lo mismo de todos, pasar una noche conmigo y listo.

He revisado mi móvil y al hacerlo me doy cuenta de que tenía un mensaje de mi mejor amiga en la Universidad, ya habían pasado 3 horas desde que me había llegado y no me había dado cuenta.

Mensaje…

—Hola, hola… adivina quién está a punto de verte?? Bueno, no sé hacer mucho esto, pero te escribo para avisarte que pronto llegaré a Houston, necesito tus direcciones, ambas, pásamelas por mensaje ¡Por favor!… Bye, ¡Nos vemos! TQM

—Holaaa, ¿Quéééé? No puedo creerlo, me muero por verte, pero avísame para ir a recogerte al aeropuerto, te extrañaba mucho, ya te adjunto las direcciones.

Fin de los mensajes…

Me muero de la felicidad, ya me hacía falta ver a Sara, le adjuntaré las direcciones. Ahora, a esperar que me avise, no puedo creerlo de verdad que no me esperaba esta noticia.

—Mami, ¿Por qué estás tan feliz? —me ha preguntado Lucas.

—¡Porque viene tía Sara! —exclame sonriendo—. Aunque no sé cuándo llegará, ok, pero es la mejor noticia del día. Hace un momento cuando revise mi móvil tenía un mensaje en el móvil, me lo había mandado temprano, ¡Qué felicidad! Ya la extrañaba, ¿Y tú? —le he preguntado mientras lo colocaba sobre el escritorio para que quedara más a mi altura.

—Sí, mami, la extraño mucho, además, es bueno que venga tía Sara, porque a ella le quedan mejor las tortillas. —ha tapado su boca para reírse de lo que acababa de decirme, aunque es verdad, ella es una excelente cocinera.

Me ha pedido que lo baje del escritorio mientras aún se está riendo de lo dicho.

—Lucas, corre porque si te agarro te voy a hacer cosquillas. —pero no corrió, solo se reía—. ¡Qué pasado eres! Como me vas a decir eso, ven, hijo, sabes que te amo ¿Verdad? —le di un beso en la frente, mientras ambos estábamos sonriendo, fue nuestro momento gracioso luego de todo el estrés de hoy con aquel cliente.

—Sí, mami, yo también te amo. —me ha dicho mientras yo me agachaba para ponerme a su estatura.

—Hijo, eres lo más importante en mi vida. No importa que mami esté triste a veces, esas son cosas de adultos, pero no es porque me sienta sola, debes saber que eso no me pasa porque te tengo a ti y eso es suficiente. Ven dame un abrazo de oso. —nos hemos abrazado fuerte. Yo sé que también es bueno que ella esté con él, realmente ellos se la llevan bien.

...༻❁༺...

Eran las 16 horas cuando miré mi móvil, y recordé que debía hacer algo antes de irme a casa, además, había bajado un poco la clientela, entonces aproveché y me fui a la oficina para hacerlo; debía revisar algunos pedidos pendientes para mañana en la tarde.

Camile había ido con Lucas por unos helados, aunque nosotros aún no los vendemos, pero deseo hacerlo. Sé que tengo que pensar muy bien sobre eso. De repente la puerta es tocada, sacándome de aquel pensamiento. Fueron tres toques los que escuché, los cuales me hicieron creer que era Camile y Lucas quienes habían regresado.

—Adelante, hijo. —pero nadie entró, solo se escuchó otro golpe antes de que abrieran un poco la puerta.

—Hola… —dijo una voz particular, entonces emocionada me levanté de aquella silla, y no lo podía creer, era ella, mi mejor amiga Sara, nos abrazamos y mis lágrimas se salieron al igual que las de ella.

—¡Tía Sara! —gritó feliz al entrar corriendo a la oficina e inmediatamente Sara me soltó para cargarlo a él.

—Hola, Lucas, ¿Cómo ha estado mi sobrino favorito? —se han abrazado—. ¡Estás bastante pesado! Eso significa que has crecido. —exclamo ella sonriendo.

—¡Bien! Tía, ¡Gracias! Mira, estoy así de grande y fuerte —Lucas le ha enseñado sus músculos—. ¡Soy el hombre de la casa! —además de decirle aquellas palabras, él estaba tan feliz como yo, de verla nuevamente.

—¡Guao! Mírate. —dijo ella con asombro—. Bueno, como eres el hombre de la casa, ahora tendré que pensar a quién le daré el regalo que traje, porque en su empaque dice que es para niños. —le ha dicho Sara mientras lo bajaba de sus brazos.

—¡A mí! Tía Sara, alguien debe cuidar a mamá, pero aún soy un niño Tía. —le ha dicho él en su defensa, y dejándole claro que aún era un niño, aunque me cuide a mí.

—Entonces ese regalo sigue siendo para ti, ahora que lleguemos a tu casa revisaremos qué hay en mis maletas, ¿Te parece?

—Sí, tía Sara. —estaba feliz, se le notaba en su rostro.

—Ven, tienes razón, eres el hombre de la casa, pero aún eres mi hijo Lucas, dejemos que la tía se siente y ponga sus maletas a un lado, ¿Deseas algo de tomar Sara? —le he preguntado mientras nos sentábamos en las sillas de la oficina.

—Sí, un café con leche estará bien para mí, ¡Gracias! Déjame decirte que me encantó este lugar, la decoración es: ¡Guao! Increíble, además está lleno de clientes, y eso es una buena señal. —su rostro estaba lleno de asombro mientras me decía aquellas palabras que me llenaban de orgullo.

—¡Gracias! Sara, ya pedí el café. —le dije antes de responder a sus halagos—. Sí, no ha sido fácil, pero tampoco fue tan complicado, entre Lucas, el equipo que trabaja con nosotros, y yo, hemos hecho de este lugar lo que hoy es. —le decía aquellas palabras cuando de repente la puerta se abre, pensé que era Camile quien traía el café, pero no, aquel rostro era de alguien a quien jamás pensé volver a ver, mi ex.

—¿Pidieron dos cafés?… —ha dicho mirándome con aquella sonrisa que extrañaba.

—¿Frankie? —he dicho yo sin dejar de verlo.

—¡Tío Frankie! —dijo Lucas, emocionado antes de levantarse del suelo.

—Sí, hermanito, esos cafés son para nosotras. No sabía que ahora trabajabas aquí. —le ha dicho Sara irónicamente.

Mientras él nos entregaba nuestro café, mi mente recordaba aquella última vez en su casa, una que guarda muchos momentos, al igual que mi habitación de la universidad, pero aquel día fue muy triste, más para él que para mí.

Debí imaginarme que esto sucedería, no entiendo por qué no se me ocurrió pensar que él también vendría, lo que menos me esperaba era verlo nuevamente y menos luego de nuestro último encuentro.

Siempre me ha amado, y me lo demuestra hasta con su mirada, pero yo a él no. No puedo negar que besa bien, entre otras cosas, pero no siento amor hacia él, tal vez porque mi mente solo tiene una meta, encontrar al padre de Lucas.

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