No me toques! Ya te dije que hasta que no te mandes a quitar ese lunar tan asqueroso no quiero que te me acerques, aunque sinceramente tú a mí no me provocas ni un mal pensamiento. No entiendo cómo fue posible que tuviéramos una hija, debí estar borracho en ese momento para poder haber aceptado acostarme contigo.
Lamentablemente Alfredo ya no la quería, en realidad nunca la quiso, él sólo se había casado con ella por obligación. La conoció en una fiesta de unos amigos en común, él estaba bastante ebrio y ella al verlo inmediatamente quedó impactada puesto que Alfredo era un hombre muy atractivo, mientras que ella en ese entonces era una mujer fea, no se arreglaba, tenía la verruga en el labio superior y encima no tenía buen gusto para vestirse.
Raquel sólo tragaba grueso y callaba, sentía miedo, vergüenza y al mismo tiempo rabia de no verse atractiva para poder agradar a Alfredo. Cada día se acomplejaba más y por esa razón no le provocaba arreglarse porque sabía que con la gordura que tenía y esa verruga en su boca, era razón más que suficiente para no tener el deseo de mejorar por lo menos su manera de vestir porque aunque se vistiera con un traje de la mejor firma, igualmente no le iba a lucir con la gordura y la verruga que le hacían estragos cada vez que se miraba al espejo.
Tristemente Alfredo solo se aprovechaba de la inseguridad que tenía de sí misma, porque de esa forma la manipulaba a su antojo. Siempre la amenazaba con dejarla si no lo ayudaba económicamente y Raquel prefería hacer cualquier tipo de sacrificio con tal de que Alfredo permaneciera a su lado aunque jamás la tocaba. En realidad era un matrimonio de apariencias, como si hubiera comparado un esposo, pero nunca recibía el más mínimo respeto o consideración por parte de él.
En realidad lo único que los unía era Gabrielita, que fue una niña que nació producto de una noche de copas de la que Alfredo no recordaba absolutamente nada.
Ya se le había hecho tarde, así que Raquel salió de su casa de prisa rumbo a su trabajo en la clínica, ella tenía el puesto de analista del departamento de admisión de una de las clínicas más importantes de la ciudad. Tenía muchos años trabajando allí, era una de las trabajadoras más responsables en su área de trabajo, habían tres analistas incluyéndola a ella, una de sus compañeras de trabajo era muy cercana a Raquel, se llamaba Ana, era una joven muy trabajadora y responsable al igual que Raquel, pero con la diferencia que era soltera, vivía en una residencia donde tenía rentada una habitación muy pequeña, no tenía familia, estaba prácticamente sola en el mundo, pero se tenía a si misma para trabajar y salir adelante. Le tenía mucho cariño a Raquel, le daba mucha tristeza que siempre la gente le hiciera bullying, especialmente en su sitio de trabajo. La otra compañera era Shasa Blondet, era una joven al igual que Ana pero con la diferencia de que tenía una personalidad mucho más fuerte, era una mujer ambiciosa, caprichosa y calculadora, ella se creía mejor que todo el mundo, vivía una vida totalmente desproporcionada a la realidad que tenía, porque aparentaba tener dinero, posición, cuando en realidad sólo dependía de su sueldo. Se ayudaba con un dinero extra, porque cuando salía con alguien siempre trataba de sacarle provecho a la salida. Le gustaba mucho el dinero, el lujo y la comodidad, era por esa razón que hacía cualquier cosa que estuviera a su alcance para lograr lo que se proponía, justamente estaba detrás del puesto de coordinadora del departamento de admisión, pero en la clínica la que más merecía tener ese puesto era Raquel, puesto que en todos los años que tenía trabajando en la clínica, ella había demostrado ser una excelente empleada, a diferencia de Sasha que no estaba preparada para el cargo. Pero lamentablemente Raquel no solo recibía bullyng por parte de Alfredo su esposo, sino también de la gente que la rodeaba, especialmente en su sitio de trabajo, lo que hacía que no pensaran en ella para el puesto de Coordinadora por más que lo mereciera y todo debido a su aspecto físico.
Los comentarios de las demás personas, hacían que Raquel se sintiera cada vez más insegura y por esa razón tenía tan baja autoestima. Ella no creía ser merecedora de ser feliz, es por esa razón que se conformaba siempre con muy poco, hasta el punto de soportar los maltratos y humillaciones que le hacía Alfredo.
Ya Raquel había llegado a la clínica como todos los días, aunque ese día llegó más tarde que nunca, se sentía muy contrariada, siempre sentía que todo le salía mal, especialmente cada vez que discutía con Alfredo. Cada insulto que él le daba la desgastada emocionalmente, era una relación que no la hacía para nada feliz, sin embargo prefería esa tortura de estar al lado de un hombre que no la amaba, con tal de no quedarse sola y terminar en la más inmensa de las soledades.
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Disculpe Lic. Ofelia es que se me hizo tarde porque no escuché la alarma del celular, anoche me acosté muy tarde y no he dormido nada, pero sabe perfectamente que yo nunca acostumbro a llegar tarde, por favor no me vaya a amonestar por eso.
- La Licda. Ofelia la miraba mientras sonreía, puesto que ella sabía lo buena trabajadora que era Raquel, así que para calmarla le dijo:
- Por favor Raquel ya cálmate, respira y relájate, sé perfectamente que eres una de las empleadas más responsables, así que no tienes de qué preocuparte, incorpórate a tu puesto de trabajo que hay varios pacientes esperando a que se les haga el presupuesto pre-operatorio y sólo tú eres experta en eso, así que a trabajar.
- Sí Licda. Ofelia voy inmediatamente. Con su permiso.
La Licda. Ofelia Urbano, era una mujer muy bondadosa, a pesar de tener un fuerte carácter, al mismo tiempo era muy considerada con sus subalternos, sabía perfectamente cuáles eran las condiciones y capacidades de cada uno, por lo que distribuía el trabajo a cada quien según sus conocimientos. Con Raquel ocurría algo especial y era el hecho de que ella sabía manejar todos los departamentos administrativos de la clínica, eso hacía que siempre tuviera mas trabajo que las otras empleadas, pero eso se debía a que ella por afán de querer ser aceptada por todo el mundo, trataba en la medida de lo posible de hacerse útil, de manera que siempre su presencia y talento eran indispensables en la empresa, además de que su trabajo y su tiempo extra, la hacían ganar un dinerito a parte de su sueldo, que a ella le era muy beneficioso puesto que tenía todos los gastos de la casa.
Al llegar al departamento de Admisión inmediatamente se encontró con Ana que le estaba haciendo la suplencia mientras ella llegaba.
- Hola Ana muchas gracias por hacerme el quite, es que no escuché la alarma del teléfono y me quedé dormiday para varias y no perder la costumbre, discutí horrible con Alfredo.
- Tranquila amiga, sabes que lo hago con todo el gusto. Bueno me voy a mi escritorio, la señora que está esperando viene a que le realicen el presupuesto para la operación. Ya le ingresé sus datos personales en el sistema sólo queda que incluyas lo que el médico que la va a operar le solicitó para la operación.
Habían tres escritorios en el departamento de admisión, uno al lado del otro, Ana ocupaba el del medio por lo que tenía a Raquel del lado izquierdo y a Sasha del lado derecho.
Raquel al momento de ocupar su puesto de trabajo, la paciente que estaba siendo atendida por Ana, al ver el aspecto de Raquel, se sintió incómoda e inmediatamente sin ningún tipo de tapujos le dijo:
- Pero ¿por qué no me sigue atendiendo la otra joven? me parece de muy mal gusto que primero me atienda alguien y de forma abrupta se levante y se vaya dejándome sin ningún tipo de explicación, además no quiero que me atiendas tú.
Raquel se sintió muy incómoda al escuchar a la paciente hablarle de esa forma tan despectiva, aunque no era para nada extraño que ocurriera ese tipo de situaciones con ella, lamentablemente ya Raquel estaba acostumbrada a que la gente la despreciara, sin embargo no dejaba de ser muy desagradable e incómodo.
- Lo que sucede es que este es mi puesto de trabajo y Ana mi compañera la que la estaba atendiendo, sólo me estaba supliendo mientras yo llegaba. Pero no hay problema señora yo le voy a hacer el presupuesto, no cambia nada. Por favor permítame atenderle.
Ana y Sasha estaban en sus respectivos escritorios mientras observaban lo que pasaba, para Ana era realmente vergonzoso que la paciente se comportara de esa forma tan despectiva, en cambio Sasha solo se reía y hasta lo disfrutaba puesto que no le caía para nada Raquel.
La señora le respondió a Raquel:
- Pues déjame decirte que sí hay un inconveniente y es que veo considerablemente a la otra joven más preparada que tú. Así que como paciente exijo que sea ella la que me continúe atendiendo, ¿te quedó claro? o ¿quieres que te lo explique con dibujitos?
- ¿Pero por qué dice eso señora? Yo tengo años trabajando en la clínica y conozco muy bien mi trabajo. Soy una persona muy preparada aunque usted no lo crea, por favor deme la oportunidad de terminar de atenderla, por favor no me siga humillando de esa forma, se lo ruego.
- Pero mírate, ¿acaso no te has visto en un espejo? Una persona que tenga ese aspecto tan descuidado, desagradable y además poco estético, no puede trabajar en un sitio como este y mucho menos cuando justamente estoy aquí para hacerme una cirugía plástica. No quiero imaginarme que si opero en esta clínica voy a quedar como tú, Dios no no no no, ¡qué asco!
Raquel sintió que la tierra se le abría, quería tener un poder para desaparecer de allí en ese preciso instante. Ana estaba atendiendo a otra paciente y no podía involucrarse en el problema, además que estaba tratando de hacer como si no se había dado cuenta de lo que estaba pasando, para no hacer sentir mal a Raquel. Sin embargo Sasha que también estaba escuchando, sólo se reía mientras disfrutaba ver como la paciente humillaba a Raquel.
- Señora por favor no es necesario todo esto, me está ridiculizando enfrente de todos, le agradezco algo de respeto por favor. ¿acaso no tiene familia?
- Y yo exijo que me atienda otra persona, o a diferencia de eso, me conformo al menos que sea la misma chica que me estaba tomando mis datos.
Sasha no aguantó más y se levantó de su puesto acercándose al escritorio de Raquel mientras le decía a la paciente:
- Señora no se preocupe, estamos aquí para servirle, si lo desea yo personalmente puedo atenderla, pase por acá, mi escritorio es el de la derecha. — Dijo Sasha tratando de ganar el protagónico del asunto, mientras hacía quedar muy mal a Raquel.
Raquel indignada de lo que estaba haciendo Sasha en vez de apoyarla a ella y hacer ver a la paciente el error que estaba cometiendo, le dijo:
- Pero no puedes hacer eso, estás pasando por encima de mi, además la señora me está faltando el respeto y tú en vez de apoyarme estás actuando como si nada estuviera pasando.
- Ay ya Raquel por favor! Encima de horripilante te vas a dar el tupé de armar un escándalo aquí delante de todos los pacientes?
- Yo no estoy armando ningún escándalo, solo que me parece una discriminación lo que está haciendo esta señora de no aceptar que yo la siga atendiendo solo porque le parezco fea.
Sasha enseguida le respondió:
- No es que le pareces fea, es que eres fea, definitivamente Raquel voy a hacer una recolecta entre todos los empleados de la clínica para obsequiarte un espejo gigante para que lo pongas en la sala de tu casa y puedas mirarte, bueno si en realidad el espejo aguanta tanta fealdad. Jajajajajajajaja
Todos los que estaban alrededor viendo lo que estaba pasando comenzaron a reírse en su mayoría, al parecer les parecía gracioso lo que estaba pasando, mientras que Raquel quería desaparecer del lugar.
En ese instante en vista de que los ánimos se estaban alborotando cada vez más, se acercó el jefe del departamento de Recursos Humanos el Lic. Carlos Blasco, que era a su vez jefe de la Licda. Ofelia Urbano.
- Pero se puede saber qué está pasando aquí? Qué escándalo es este?
Sasha fue la primera en hablar aprovechándose de la simpatía que tenía el Lic. Blasco hacia ella:
- Es que la paciente viene a buscar un presupuesto para operarse pero no quiere que Raquel la atienda, eso es todo.
- Pero cuál es la razón por la que usted no desea que nuestra analista Raquel la atienda? Acaso la ha tratado mal?
- Mire señor, no deseo que me atienda porque me desagrada su aspecto, ustedes como institución deberían saber elegir mejor al personal que va a tener contacto directo con el público, porque eso le quita prestigio a la clínica, es más ya no quiero ningún presupuesto, voy a hacer que me operen en otra clínica no vaya a ser que los resultados de mi cirugía plástica sean el quedar así como esta. (dijo la paciente mientras señalaba con el dedo a Raquel).
-
Capítulo 3 Alicia
Mientras la pobre Raquel pasaba por un mal momento, Alfredo había llevado a Gabrielita al colegio como se lo había pedido Raquel. La señorita de la niña fue quien la recibió y cuando vio a Alfredo le dijo:
- Hola cómo está señor Alfredo? Y qué raro que no vino la señora Raquel a traer a Gabrielita?. Hola mi amor pasa con los otros niños por favor. (Le dijo la señorita Alicia a Gabrielita).
- Es que tiene otras ocupaciones y entonces decidí venir yo personalmente a traerla, es que me preocupa mucho el bienestar de mi hija y además qué bueno que la veo, porque quería preguntarle cómo va el rendimiento de la niña?
La señorita Alicia, era una mujer muy atractiva, joven, delgada, tenía un cabello rojizo hermoso, realmente no pasaba desapercibida ante cualquier hombre, por supuesto que Alfredo desde que su hija Gabrielita comenzó a estudiar en ese colegio y tuvo la oportunidad de conocerla en una junta de padres que prácticamente tuvo que ir obligado por Raquel, conoció a Alicia quedando impactado por su belleza. Pero como casi nunca llevaba a Gabrielita al colegio, no tenía mucha oportunidad de poder hablar con ella. Ese día todo le cayó como anillo al dedo, puesto que justamente fue La señorita Alicia quien salió a recibir a la niña.
La señorita Alicia respondiendo la pregunta que le había hecho Alfredo, le dijo:
- Bueno Gabrielita es una niña muy inteligente, además que es muy aplicada en todo lo concerniente a sus estudios y especialmente a la hora de realizar cualquier actividad, pero hay algo que me preocupa muchísimo y que he notado de un tiempo para acá.
Alfredo intrigado le preguntó:
- Pero qué será eso?
- Bueno la verdad es que a la niña le están haciendo bullyng en el colegio.
- Pero cómo que bullyng? No comprendo, pero por qué?
- Ay señor Alfredo la verdad es que no sé cómo decírselo, para mí es muy penosa esta situación. Y es más agradezco que haya venido usted en vez de la señora Raquel, porque creo que no podría hablar con ella de esto.
- Pero señorita Alicia, dígame por favor qué es lo que pasa?
Alfredo no se preocupaba mucho de su hija, ese día sólo la había llevado al colegio porque no tuvo otra alternativa, por supuesto delante de la señorita Alicia estaba aparentando ser un padre amoroso y preocupado, pero en realidad lo que le estaba tratando de decir la señorita sí le causaba curiosidad, porque se estaba imaginando cualquier cantidad de cosas que no sabía hasta qué punto podían ser verdad.
La señorita continuó diciendo:
- Bueno lo que sucede señor Alfredo es que cada vez que su esposa la señora Raquel, trae a la niña al colegio, los niños se burlan de ella por el aspecto de la señora, usted sabe como son los niños, que a veces dicen cosas que lastiman, porque no siempre saben medir el peso que pueden tener sus comentarios. Eso por supuesto hace que la niña se desconcentre de sus clases y siempre está apartada de todos, porque trata de alguna manera de esconderse para que no la vean y le digan cosas de su mamá.
Alfredo se llevó las manos a la cabeza, bajó la mirada y frunció el ceño. Por supuesto tomó eso como la excusa perfecta para poder tener un acercamiento más profundo con la señorita Alicia.
- Lo que me está diciendo realmente me ha lastimado profundamente, no sabe cuanto sufro por todo esto. Es que siento que me duele hasta el pecho.
Dijo Alfredo mientras realmente se tocaba el pecho y trató de que sus ojos se humedecieran procurando de cualquier forma que le saliera una lágrima para así poder impresionar a la maestra.
- Por favor señor Alfredo cálmese, no se ponga así, además estamos en el colegio, no sería bueno que Gabrielita saliera del salón y lo viera en ese estado, pero lamentablemente tenía que contarle esta situación que a mi parecer es muy grave y hay que tomar cartas en el asunto.
- Pero no comprendo y qué se puede hacer al respecto? por que ni modo que cambie de madre a la niña, aunque lo que sí pudiera es cambiar de esposa, digo bueno…jejejeje fue una broma.
Alicia se quedó mirándolo sin poder evitar reírse del mal chiste que acababa de decir Alfredo, ella no quería burlarse, esa no era su intención en lo absoluto, lo que pasaba era que Alfredo era un hombre muy jovial, muy atractivo y además tenía una capacidad de hacer reír a las mujeres que lo hacía mucho más atractivo. Además siempre estaba vestido de forma impecable, con ropa a la moda que lo hacía ver mucho más jovial, aparentando tener una edad mucho menor a la que en realidad tenía.
Luego de ese momento algo vergonzoso por parte de Alicia al reírse, ella le respondió:
- Bueno en realidad no creo que quiera cambiar de esposa, porque tienen una niña demasiado linda y además el que usted esté con ella habla de su buen corazón, porque debe quererla mucho para no importarle su aspecto físico. Bueno perdón no quise decir eso, pero es que en realidad la señora Raquel es una mujer que…bueno…cómo decirle…la verdad es que mejor no digo nada.
- Vamos a hacer una cosa señorita Alicia, por qué mejor no hablamos de esto en otro sitio, digo en un café por ejemplo, porque aquí en la puerta del colegio no me parece apropiado y menos con el riesgo de que salga Gabrielita y se de cuenta que estamos hablando de su mamá, no sé qué le parece si me cuenta en otro sitio, qué podemos hacer con el problema de bullyng de mi querida hijita?
La señorita Alicia se puso nerviosa puesto que no sabía qué responderle a Alfredo, ella era una mujer muy profesional y además amaba su trabajo, le apasionaba trabajar con niños, en realidad estaba preocupada por el caso de Gabrielita, puesto que ya conocía de muchos casos de suicidios en menores a consecuencia del bullyng. Por otra parte no podía negarse a sí misma que le atraía muchísimo el padre de Gabrielita, le parecía un hombre bello, sexi y además no podía entender (aunque se lo guardara para sí) que ese mango estuviera casado con la madre de su pequeña alumna.
Ella después de pensarlo bien por unos instante le respondió:
- Bueno señor Alfredo me parece bien, porque en realidad estoy muy preocupada por Gabrielita, pero en este momento no puede ser porque tengo que darle clase a los niños, si desea podemos vernos al final de la tarde, pero no aquí en el colegio porque no quiero que hayan malos entendidos, usted sabe como es la gente que mira las cosas a su manera y después inventa lo que no es. Podemos vernos en un café o no sé dígame usted.
Alfredo pensó inmediatamente que no tenía ni un quinto para invitarla a tomar ni un vaso con agua, así que pensó:
“Lo mejor es llevarla al bar donde canto y como tengo algo de crédito puedo invitarle a que tome lo que quiera y así aprovecho a que me escuche cantar y eso nunca falla, las mujeres caen redonditas.”
- Bueno ya sé! Se me ocurre invitarla al bar donde canto y toco la guitarra, porque como usted sabe hay que trabajar y yo me esfuerzo mucho para darle todo a mi hija y que no falte nada en la casa, entonces aprovecho de trabajar y al mismo tiempo le buscamos una solución juntos al problema de Gabrielita, qué le parece señorita Alicia, acepta?
- Pues me parece bien, pero no le traerá problemas en su trabajo que lleve a alguien?
- No para nada, si casi soy uno de los socios del bar, así que por eso no hay problema..
Alicia estaba deslumbrada cada vez que Alfredo decía algo con respecto a lo que era su vida supuestamente. Le estaba vendiendo una imagen totalmente opuesta a lo que en realidad era. Pero esa era su estrategia para poder conquistar a cuanta mujer le gustaba, porque en realidad con Raquel no tenía intimidad.
Ese día se fue del colegio y cuando llegó a su hogar, se echó en la cama diciendo:
“Bueno Raquel no sabe el gran favor que me hizo haciendo que llevara a la niña al colegio, ahora solo tengo que dormir unas cuantas horas y esta noche me llevo a la señorita al bar, allí es mi oportunidad de comerme ese caramelito. Es que está demasiado bella esa hembra”
En ese momento se volteó en la cama hacia el lado de la mesita de noche de Raquel y cuando vio la foto de esta con la niña, que se encontraba en un porta retrato, se le quitó la sonrisa del rostro e inmediatamente pegó un grito diciendo:
“Ayayay susto!! Por Dios vengo de ver un monumento de mujer y tengo que encontrarme con esta cosa”
Expresó mientras ponía boca abajo el portaretratos.
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