^^^«No podemos amarnos, aunque el deseo palpite en tu pecho y en el mío, aunque solo con verte todo mi cuerpo dibuje una sonrisa... no hay posibilidad para este amor imposible»^^^

^^^MARÍA DÍAZ.^^^

En el amor no se manda, pero nadie se está seguro de que lo que nos dice que hacer el cerebro, es el corazón o el cerebro; porque el corazón es traicionero, pero el cerebro se enferma y nos puede llevar a tomar malas decisiones. Porque el cerebro de él estaba enfermo, no estaba sano y todo lo que tomó a lo largo de su vida fue una continua serie de malas decisiones que lo llevaron a lo que es hoy en día. 

Porque el chico malo no era malo por un trágico pasado basura que se arreglaba con cariño y con amor, no se arreglaba con simples palabras lindas que le harían cambiar de pensamientos; lo que está roto no vuelve a quedar igual con pegamento, las grietas se quedan ahí, los huecos están ahí y la marca es visible, en cualquier momento aquello se despega y vuelve a quedar como lo que en verdad es. 

Ambos lo sabían, estaban más que conscientes de eso pero no querían verlo, no querían lastimarse mutuamente, no querían que las cosas salieran peor de lo que estaban pero no podían dejar de seguir haciéndose daño mutuamente, la dependencia que existía de ambos era inevitable, ahí estaba, era una tensión que se podía cortar con un cuchillo, lo sabían, las personas a su alrededor lo sabían pero nadie hizo nada por ayudarlos y cuando quisieron hacerlo… ya era demasiado tarde. 

Él había tomado su corazón y lo había lo había estrujado en sus manos, como el corazón de un pollo al cual le drenas toda la sangre. Tal vez la había matado, tal vez la había asesinado con el paso de los días.

Desde siempre estuvieron atraídos el uno al otro como imanes, juntos atrayendo problemas.

Ella quería curarlo, sanarlo, hacerlo feliz, pero no puedes chupar el veneno de la mordida si por el otro lado la serpiente seguía mordiendo.

No hay manera de entender algo tan loco ¿cómo se enamoró? ¿cómo soportó tanto? ¿porqué no dijo nada?

¿Existen las palabras de odio en esta historia? Las enfermedades son fuertes, la enfermedad mental es tan dura que nunca lo dejó de amar, jamás dejo de depender de él.

El juramento estaba hecho, las cartas sobre la mesa y nadie estaba más seguro de la decisión tomada que la misma April Zheng.

Ella se iba a ir al infierno junto a Daryl Sakurai. 

Siempre dependiendo de él... hasta ese día.

_______________

Mi aspecto reflejaba como me sentía, vacía, rota... él se había llevado todo de mi tal y como yo se lo había ofecido. 

-Pueden todos sentarse, excepto la testigo -dijo el juez de distrito Brian M. A él le correspondería dictar la sentencia. 

-Levante su mano derecha, por favor -me dijo alguien frente a mí, las voces resonaban en mi cabeza como en un eco, sólo juré decir la verdad. 

-Diga y deletree su nombre para el registro.

-April Mackenzie Zheng.

-Buenas tardes, señorita April ¿Cómo se encuentra hoy? -preguntó Anthony Baker, representante de la División Criminal del Departamento de Justicia. 

-Buenas tardes, bien -respondí de manera casi robótica, evitando a toda costa la mirada de él.

Lo que siguió fue una sesión de en la que salieron a relucir los detalles más íntimos y escabrosos de mi relación con él. Todo el mundo enterándose de la verdad que tanto me empeñé en ocultar, todos mirándome y susurrando cosas, fue sólo ahí cuando lo vi, esa mirada y esos azules ojos leyendo todo de mí, al instante supo como me sentía pero yo no supe como se sentía él. ¿Cómo era posible que a pesar de todo lo que estuviera pasando quisiera escapar a su lado? 

No, debía concentrare, yo fui la que quiso hacer esto... él había hecho todo esto, por eso estábamos aquí, él había asesinado a todas esas personas, el hombre del que siempre estuve enamorada es un asesino. 

^^^Sopla el puente al pasado^^^

^^^Blow the bridge to the past^^^

^^^Limpia las huellas dactilares^^^

^^^Wipe the fingerprints^^^

^^^Derrite tu corazón encerrado en cera^^^

^^^Melt your heart encased in wax^^^

^^^Robalo con un beso^^^

^^^Steal it with a kiss^^^

^^^Nuestro destino grabado, cicatriz esclavizada^^^

^^^Our fate engraved, scar enslaved^^^

^^^Mientras nos destruimos mutuamente^^^

^^^As we mutually destruct^^^

^^^Reposa, mi amor, he pecado lo suficiente por los dos^^^

^^^Repose, my love, I’ve sinned enough for the both of us^^^

^^^MOTIONLESS IN WHITE - ETERNALLY YOURS^^^

^^^Sopla el puente al pasado^^^

^^^Limpia las huellas dactilares^^^

^^^Derrite tu corazón encerrado en cera ^^^

^^^Robalo con un beso^^^

^^^Nuestro destino grabado, cicatriz esclavizada^^^

^^^Mientras nos destruimos mutuamente^^^

^^^Reposa, mi amor, he pecado lo suficiente por los dos^^^

^^^Y en nombre del amor…^^^

^^^In the name of love^^^

^^^MOTIONLESS IN WHITE - ETERNALLY YOURS^^^

Mi árbol genealógico era un desastre por completo, no podía dar explicación del desastre que habían hecho mis padres con él pero lo que sí podía hacer era dar una pequeña explicación y un diagrama frente a la clase. Acababa de ingresar a lo que se le podría llamar 5 grado de educación primaria y la primera tarea a mi disposición era nada más y nada menos que una presentación y mi árbol genealógico.

Tenía mi cartulina con un árbol genealógico bien explicado acerca de ello, mi hermana menor por segundos Cherry, compartiría el árbol genealógico conmigo, lo habíamos preparado juntas, así que nos habíamos dividido dicha tarea y estábamos seguras en obtener nada más y nada menos que un 10 seguro.

Mientras papá nos llevaba en el auto temprano en la mañana a mis hermanas y a mí, yo miraba por la ventana empañada por el frío, en Londres a estas horas aún se podían ver un poco los resultados de la oscuridad de la noche, Cherry dormitaba en mi hombro y mi hermana Coraline cabeceaba sobre la ventana de su lado.

Cuando nosotros habíamos llegado el salón ya estaba ocupado por otros tantos niños, nos habíamos despedido de papá y de mi hermana mayor. Cherry y yo nos sentamos juntas, aferrándonos a nuestras mochilas. Odiábamos la escuela, los niños solían burlarse de nosotras, se burlaban de Cherry por sus aparatos, sus zapatos ortopédicos y por sus frenillos, nunca la dejaban tranquila y a mí, lo mismo desde que tengo memoría, porque tenía unos kilos de más.

Cuando la maestra había llegado, los niños comenzaron a pasar en frente mostrando sus árboles genealógicos, ninguno tan bonito como el de Cherry y el mío, así que cuando fue nuestro turno pasamos muy emocionadas aunque mi estómago se removía de los nervios y más aún al ver como todos se reían de nosotras por nuestra apariencia, las ganas de llorar me llegaron al instante.

-Buenos días, mi nombre es April Zhen.

-Bu- buenos días, mi nombre es Cherry Zheng.

-Nuestro papá es Alexander Zheng -comencé diciendo yo y señalando la foto en la cartulina- y nuestra mamá es ShengMei Lin.

-Nuestra hermana es Coraline Zheng.

-Nuestros abuelos son los señores Lin, quienes tuvieron a Delan Lin y ShengMei Lin -hablé fluidamente.

-Nuestros abuelos paternos son los señores Zheng, quienes tuvieron a Alexander Zheng y adoptaron a Sho Sakurai, quien se casó con Kim Joon-Ho y tuvieron a Diana Sakurai, Demian Sakurai, Dominik Sakurai y Daryl Sakurai.

Incluso ahora parecía un poco enredado el asunto, aunque tratamos de explicarlo lo mejor posible, había demasiados hoyos en ello y era debido a que era información falsa, ni siquiera nosotros entendíamos del todo lo que nuestros padres nos ocultaban y del por qué teníamos que mentir acerca de sus nombres y de sus parentescos familiares.

La maestra nos aplaudió por ello, y sonrió, sabíamos que nuestro trabajo había sido bueno y nuestro árbol genealógico había sido de los mejores, contando con todo eso, a Cherry se le había derramado el pegamento en la cartulina, no estaba muy bonito pero podía contarse como de los mejores.

Mi familia era más grande de lo que aparentaba. Mientras la maestra colocaba nuestros sellos en la parte trasera de la cartulina una bola de papel cayó en la cabeza de Cherry con el fin de burlarse, ella hizo un puchero pero aún así lo ignoró, a mi me cayó otra, pero lo ignoré, no porque me diera igual sino porque vi a Daryl por el pasillo, el salón daba a los pasillos de la escuela y este quedaba hasta el final del pasillo, un poco antes del baño, siempre podía verlo pasar aunque sea una vez, aunque sonara un poco mal… él me gustaba.

Mi primo me gustaba.

Somos familia, pero no como lo pintaba la cartulina que acababa de explicar, tenía entendido que el papá de Daryl y mi papá son primos hermanos, pero Daryl no tiene mamá, ya que los padres de él son hombres, no podían tener hijos propios, así que el papá de Daryl pagó para que una mujer los tuviera por ellos, de ahí salieron los trillizos y Diana pero nadie sabe si los trillizos son del tío Sho o del tío Joon-Ho. De alguna manera, son mis primos pero no tan cercanos, no compartimos lazos de sangre cercanos.

Me cuesta admitirlo, pero la única persona que lo sabe es Cherry, no podría decírselo a nadie más, es la única que sabe de mis gustos por las cosas malas, por el gusto hacía uno de los trillizos y que no puedo dejar de verlo. Ella no me juzga, no se lo cuenta a nadie y lo mantiene como uno de los más sagrados secretos.

Ambas compartimos algo en común, somos las marginadas, de la vida, de la escuela y de la familia junto con los cuatrillizos;no somos bienvenidos al clan de la perfección. Cherry y yo no somos tan lindas como los hijos de la tía DeLan o como mi hermana Coralie, no somos tan inteligentes ni tan destacables como los hijos de los demás tíos, y es lo mismo para los hijos del tío Sho, todo es un asco para los terribles 6.

-¡Hey, vaca! Deberías dejar de tragar o un día vas a reventar.

El momento del almuerzo era el peor.

-No le hagas caso. -Me dijo Cherry mientras deposita su bandeja en la mesa que habíamos elegido para almorzar.

–¡Hey tú! -Grito Diana mientras se levantaba de la mesa y todos la miraban- Tu pito y tu inteligencia son del tamaño de mi dedo meñique. -mostró su dedo meñique al niño que inmediatamente le hizo una seña obscena.

-¡Diana, siéntate ya! -regañó Demian.- No puedo creer que ya estés haciendo alboroto el primer día.

-No puedo permitir que nos sigan haciendo lo mismo años tras año -regañó la niña de larga cabellera azabache.

Los terribles seis estaban sentados en la misma mesa, Cherry y April en el mismo lado junto a Dominick, dispuestos a comer tranquilamente sin importar las burlas y al otro lado, Diana, Demian y Daryl.

-¡Hey! ¡Ojos de raya! -dijeron unos niños para irritar a Diana- ¡Chupame las bolas!

-¡Vete a la mierda, Addison! -dijo la menor mientras tomaba una naranja de su bandeja y se la aventaba al menor dándole en la frente.

-¡Sakurai! -Llamó una profesora.

-¡Mierda!

Todos habían visto la escena, Cherry y April rezaban por la menor, Demian negaba resignado, Dominick contenía la risa y Daryl sonreía, le gustaba ver que su hermana se defendía.

Diana había quedado en detención el primer día de clases; no es como que no lo esperábamos después del teatro que montó pero sí que teníamos problemas por ello. Nuestros padres se dividían la tarea de tener que venir por nosotros. La primera semana de clases todos salíamos a la misma hora pero con este percance tuvimos que decirle a mi padre que nos recogiera dos horas más tarde, que era el tiempo de castigo de Diana. A todos nos dio igual hasta el momento de la salida, cuando todos los demás niños comenzaron a salir de clases y se burlaron de nosotros por quedarnos hasta tarde.

Así que ahora las cosas estaban así, mientras Demian y Dominick jugaban con una pelota que les prestaron, Cherry y Coralie fueron al área de clases extracurriculares a revisar a cuales podrían apuntarse, y yo… yo fingía que no me hacía sentir nerviosa la presencia cercana de Daryl a mi lado, él sólo veía como sus hermanos jugaban. 

Era triste la situación, siempre fue de esa clase de problemas, tenía extrañas condiciones médicas que le impedían estar mucho tiempo bajo el sol pues le salía urticaria, no podía correr por mucho tiempo por que le salía sarpullido por su propio sudor y tenía asma, así que para que no se sintiera solo yo siempre me quedaba con él, aunque también se debía a que no se me daban bien los deportes, odiaba el sol por que también me daba urticaria y contrario a Cherry y Coralie, no me gustaba estar atascada de cosas para no tener tiempo libre. 

Los siete teníamos actividades extracurriculares que nos gustaban y en las que nos iba bien, Cherry tenía como actividad extracurricular el Taekwondo, Coralie era apasionada del dibujo, más bien de las artes como la escultura y la pintura, Demian era un “friki” de la informática, las computadoras eran lo suyo, Dominick también era un apasionado del dibujo pero tirándole un poco más a lo que podría decirse el ánime, pero le gustaba coleccionar réptiles, puedo decir con certeza que tal vez sea veterinario, así que su actividad era una especie de servicio comunitario. 

Diana por su parte, era más artística y su actividad extracurricular era la gimnasia y el patinaje artístico, ambas cosas, aunque eran fuera de la escuela, Daryl no tenía una actividad extracurricular en sí, sus padres lo sobreprotegen demasiado por lo que no quieren que le pase nada, al ser el menor de los 4, tiene las defensas aún más bajas y es lo que ocasiona que lo traten como si en cualquier momento se fuera a romper, pero lo he visto dibujar, se que tiene un gran talento para el dibujo y es muy inteligente en la escuela. Por mi parte, lo que yo amo es el baile,. es algo en lo que yo me esmero por que es algo que amo. 

-Deja de ser tan inquieta, no es como que no me conozcas. -me dijo de repente. 

-Lo siento, no era mi intención. -le contesté casi con susurros. 

-No sé porqué te comportas así, no es como que te fuera a hacer algo, ¿te doy miedo?

Daryl tenía algo que me provocaba que me pusiera nerviosa, no sólo era el hecho de esos locos sentimientos que tenía por él, había algo en su personalidad que me resultaba extraño, que me hacía sentir rara, era como un imán hacía mi persona, no podía comprenderlo pero ahí estaba, existiendo. 

-¿Sabes cuando regresa, Calvin? -evadí la anterior pregunta.

-Sho me dice que mañana se integrará con normalidad aunque haya faltado al primer día de clase. -aunque me haya mirado raro por evadir su pregunta no duda en responder

Calvin era uno de mis mejores amigos y aunque no se llevara del todo bien con Daryl se que lo extrañaba. Calvin es hijo adoptivo de la hermana de Sho; Hana. 

Ella siempre cuenta la historia de que mientras vivía en las montañas de Japón encontró a un niño llorando en medio del bosque en invierno, lo adoptó y se convirtió en su hijo. ¿Qué tan fidedigna es esa historia? No lo sabemos, pero lo llama “Hijo de la luna” pues había luna llena esa noche de invierno. 

La tía Hana es algo rara, mamá dice que padece Alexitimia y le impide mostrar su sentimientos al cien por ciento, pero es una buena tía y buena madre, Calvin la ama y es feliz con ella.

-¡April! -Cherry venía corriendo hacía mí, a su lado de Coralie y ambas con un papel en la mano- Logré inscribirme en Karate. 

-Pero tú entrenas Taekwondo. -ella levantó los hombros en señal de que le daba igual aquello. 

Esperamos otra hora más, mis hermanas se habían unido al juego de Demian y Dominick mientras esperábamos a Diana, cuando ella salió tenía una estrellita dorada en la frente y una cara de asco.

Cuando llegamos a la camioneta de papá, este nos dio a todos una falsa sonrisa de felicidad, él odiaba recogernos de la escuela tarde, los inicios de semana eran los días que tenía designados con mamá para hacer cosas de adultos, si se le pasaba su día y su hora, tenía que esperar hasta la siguiente semana, por ello siempre nos llevaba a la casa del tío Sho los lunes después de clase, tenían la casa sola, para su mala suerte, este día no sería así. 

Mi lugar designado en la camioneta era hasta atrás al lado de la ventana en la hilera del copiloto, enfrente de mí iban Cherry pegada a la ventana, a su lado izquierdo Diana, al lado de ella Coralie y al lado de ella Calvin que hoy no venía con nosotros.

Conmigo venían Demian en la hilera del piloto, Dominick y Daryl, ese siempre había sido nuestro lugar, sin excepción, así como siempre tenía una costumbre con él.

-Daryl -estiré mi dedo meñique hacía él, lo miró y sin dudarlo lo enlazó con el suyo para bajar nuestras manos y esconderlas entre la chamarra que yo llevaba en la mañana. 

Desde que teníamos 6 años lo hacíamos, nunca ha dicho que no ni lo ha dudado.