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Atman (Borrador)

Prólogo

El llanto de un niño logró percibirse como eco entre las calles de una pequeña ciudadela.

La clara y fría noche, cubría su pequeño cuerpo al igual que los brazos de un hombre de raro aspecto que lo llevaba en brazos.

Un pequeño sollozo era finalmente la señal para poder despegarse del único al que al pasar el tiempo, pudo llamar familia e incluso, un hijo.

El niño llevaba siglos durmiendo entre sus brazos, esperando una pronta reencarnación que finalmente lo haría despertarse.

Aunque el desapego de ambos fue difícil por parte de su protector, sabía que era lo correcto.

El hombre colocó al niño frente a una pesada puerta de metal, sobre varias sábanas sucias, viejas y llenas de agujeros.

Después de varios pasos golpeó tres veces aquella entrada y una vez efectuado su cometido. Cruzó al otro lado de la calle velozmente. Donde ningún poste de luz pudiera cubrirlo con sus amarillos reflejos.

Pero era inútil.

Había olvidado la claridad de la noche y al tratar de ocultarse, todos podían notar su presencia.

Un estridente "¡¡Bum!!" se escuchó de aquella puerta de metal.

Revelando después una mujer que tomó al pequeño en brazos delicadamente desde el suelo.

La mujer observó sus alrededores, pero no encontró rastros de alguna persona. Solo observó como un hombre torpemente trataba de ocultarse, lo que para ella pareció ser un vagabundo que merodeaba cerca.

Este hecho también formó desconfianza e hizo que pensara, que el hombre trataba de tomar el niño para llevárselo, e inclusive venderlo.

Esto provoco que volteara de manera acelerada y se habrá paso dentro del orfanato, junto a un nuevo integrante.

Sencillos rastros de celos y enojo, en varias de las arrugas del rostro del errático hombre lograron percibirse, mientras poco a poco se alejaba en cortos pasos del lugar.

Pateando y susurrando ciertas palabras..

—No escatimó poca felicidad en tu futuro. Probablemente seas más feliz de lo que fue permanecer a mi lado.

Y luego solo…. Desaparecio a la distancia.

Inminencia - Parte 1

Dothan Dieller caminaba de derecha a izquierda dentro de su oscura habitación mientras mordía sus uñas frenéticamente como claro signo de intranquilidad.

Al cabo de un tiempo, ligeramente en su andar, se detenía en breves momentos a visualizar las calles de afuera por la ventana.

Miles y tal vez millones de gotas se desprendían del gris concreto, golpeando fuertemente el vidrio.

Los rayos rugían entre las nubes.

El petricor era evidente en la atmósfera debido al choque de aquellas perlas vidriosas contra el calizo piso. Y los vientos…… Ellos azotaban los techos y árboles que se encontraban cerca, haciendo que sus troncos se curvaran perfectamente.

Allí mismo, desde la pequeña mesita del fondo de la habitación, una pequeña radio triangular y algo degradada por el tiempo, transmitía de manera recortada.

......【 Hoy 25 de noviembre.................hemos detectado signos de una fuerte tormenta ….golpeará las costas … por….. su seguridad se recomienda evitar salir pasadas…..las 4 o 6 de la tarde……mantener mucho ....cuidado con los fuertes vientos, eviten los riscos y la marea alta…..especialmente los pequeños pueblos de la costa.】...

............

La vida de Dothan inicialmente, nunca hasta hace poco incluyó el tema de velar por otro.

Pero debido al severo cambio que su propia vida obtuvo. lo era, casi a diario.

Pues su “hermana mayor” , hace un tiempo prudente había empezado a padecer de los típicos problemas que se presentan durante la etapa adulta.

Los gastos en los cuales invertía su dinero aumentaron considerablemente. Fue despedida de su pequeño trabajo. Todo su dinero conservado fue dedicado a deudas e incluida la relación incómoda y discriminatoria con su arrendatario y vecinos, perturbaron totalmente su mente haciendo que termine estresada.

Por más cotidianas que sean todas estas razones en la vida , las mismas solo hicieron que Arty no las soportara y decidiera netamente empezar de nuevo a esperar resolver todo esto y esta vez, en un lugar muy alejado a la ciudad.

Las cosas innecesarias como televisores, teléfonos, ropa cara y extravagante que en realidad a la vista pobre de ellos lo era , fueron vendidas para comprar una pequeña residencia a cercanías del mar, en un pequeño lugar llamado Paitan.

Aunque su vida se redujo de una gran ciudad a un pequeño pueblo, era autosuficiente para ambos. Puesto que si de algo se caracterizaban este par, era de lo conformistas y adaptables que eran aunque no sean hermanos de sangre.

Por lo tanto, al ver una pequeña oportunidad de vivienda en un lugar muy remoto, lo tomaron, sin pensarlo dos veces.

Algo especial de este asentamiento era que no se trataba de un lugar olvidado del mapa como muchos otros. Este era conocido por sus grandes artesanías, su mínima capacidad de obtener personas y su no mayor pero tampoco tan baja estabilidad económica.

Por lo que si alguien viajaba aquí, lo hacían específicamente por turismo o simplemente, para comprar todos sus productos salidos del mar, modificados por ellos.

Más no para vivir.

Los lugareños eran amables, no creaban conflictos entre ellos y la población no sobrepasaba los 1000 habitantes. A diferencia de los vecinos de ciudad, estos se ayudaban mutuamente y se trataban con cercanía. Por eso para probar esta armada confianza, creaban pequeñas reuniones alrededor de una fogata a orillas del mar, todas las noches de cuarto creciente.

Este era un ritual pasado de generación en generación, por las personas del pasaje, y llevaba consigo un único propósito.

forjar con más intensidad, lazos ya existentes.

Al crear estas reuniones , las risas, las historias y las canciones parecían absorber las grandes agitaciones, aversiones y miedos de cada persona, para luego quemarlos indirectamente al danzar alrededor de la gigantesca llama que se extendía desde aquellos grandes trozos de madera hacia el cielo. Por lo que aquellas cenizas que sobrevolaban los cabellos de fuego era una prueba de aquello dejado atrás.

Cuando Dothan y Arty establecieron nuevos lazos con las personas del pueblo , Arty decidió tomar la iniciativa y empezó a trabajar en los barcos pesqueros junto a muchos hombres. Su complexión no era del todo delgada y era una mujer bastante alta, pero aun así durante los primeros meses se enfocó en desarrollar musculatura, convirtiéndose en la primera mujer navegante en el pueblo.

Era sorprendente debido a que desde hace mucho tiempo atrás, también se mantenía la tradición de "hombres al mar, mujeres en tierra" , y eso también incluía un hecho, pues la mayoría de mujeres, preferían permanecer en tierra diseñando y creando artesanías de desechos del mar que entrar en los barcos y no ser de utilidad.

No existía discriminación por ninguno, cualquiera podía romper la plasmada tradición, por ello muy pocas personas, planeaban mover un dedo, nadie quería un cambio y quien cambiaba, no sería excluido por nadie.

Por ello los trabajos manuales se convirtieron en una mejor opción para la mayoría de mujeres y algo simple de hacer.

Arty era algo torpe con cosas frágiles y la creatividad no era algo diseñado para ella, así que ni siquiera lo intentó y fue directamente a por el trabajo pesado.

Por todo ello, esta fue la razón principal de Dothan al sentirse angustiado, su hermana se encontraba fuera y la tormenta poco a poco se volvía tosca. Dejó su andar y pegó su frente a aquella ventana que había sido testigo de su constante arrastre de pies en el suelo.

Después de todo…. Existieron momentos lluviosos, pero no tanto como este.

Mientras sus ojos buscaban en las calles desde adentro de su casa, lentamente se perseguían unas a otras las claras gotas de agua recién rociadas sobre la cara externa del vidrio.

—¿Dónde estás? —cruzaba el joven hombre sus brazos, mientras continuaba apoyando su frente y rechinaba entre dientes. —¡Te dije, trabajar hoy era una mala idea! ¡Necia!......

Luego se elevó de golpe, colocando ambas manos sobre sus mejillas murmurando angustiado —qué tal… qué tal.. si el barco no llegó a la orilla y se volcó en medio del mar.... —Abrió sus ojos de par en par mientras una gota de sudor recorría su frente y abanicaba ambas manos para tratar de enviar algo de aire hacia su rostro.

—¿Qué pasa… si en realidad sucedió eso y están en medio del mar… pidiendo ayuda..?....…y si….. —trago saliva lentamente y luego exclamó —¡No, no, no! …..Es imposible.

Las miles de situaciones que se formaban en su cabeza claramente empezaban a molestarlo, y su corazón justo ahora se encontraba más agitado que el mismo oleaje del mar, sentía que su estómago se llenaba de agujeros por cada gota de agua que caía y chocaba contra la tierra, y su hermana no mostraba indicios que callarán aquella tormenta que lo carcomía psicológica e internamente.

Sus ojos bordeaban rojo por sobre el morado de sus Pesadas ojeras y después de tragar saliva constantemente, su voz ya no salía.

Dothan era solo un chico de 19 años, nunca conoció a sus padres, y la mayoría de su vida hasta ahora se ha enfocado en aprovechar la oportunidad que se le ha sido brindada y estudiar, disfrutando muy poco de sí mismo para retribuir todos sus gastos, incluso si eso llevaba a desgastarlo física y mentalmente.

Pensaba que nunca experimentaría aquella emoción llamada "preocupación familiar" después de todo, al inicio no tenía por quién hacerlo.

Pero.

Conoció a Arty en cuanto ingresó al orfanato. Su vida de por sí dentro de él fue dura, lloraba todas las noches y Arty solo era un chica inexperta en el cuidado de niños, pero sin importar aquello, siempre trato de hacer lo mejor por el, nunca supo el motivo de su cercanía, pero su simple existencia iluminó aquella vela que se encontraba apagada en su interior.

…… esa única chispa fue la que hizo que todos esos engranajes obstruidos de su vida empezarán a correr.

Así, en cuanto Arty cumplió su mayoría de edad, abandonó el orfanato en busca de trabajo. Sin antes prometer a Dothan sacarlo de allí y llevarlo a vivir una vida tranquila junto a ella.

Desapareció aproximadamente 2 años y en cuanto volvió, de inmediato reclamó y adoptó a aquel excluido niño que cuido, este ya había cumplido 10 años.

Nunca en su vida dejó que alguien viera la frágil persona que se ocultaba detrás de aquel cansado y siempre enojado rostro. Se consideraba lo suficientemente adulto por dentro, nunca tuvo miedo de perder un amigo porque su excentricidad le decía "no es importante".

Nunca le importó perder un objeto cualquiera, después de todo el tiempo lo destruiría poco a poco, si alguna discusión no lo relacionaba con más personas se sentía aliviado ya que así evitaba ciertos inconvenientes innecesarios y si algo lo relacionaba realmente, siempre hacía todo lo posible por resolverlos en cuanto quitaba tiempo de su agenda, pero siempre era tarde, las otras personas creían que solía ignorarlos y terminaban alejándose.

En resumen vivía su vida posponiendo cosas, para centrarse en los medios necesarios para obtener una única cosa, dinero.

Pues en su relación familiar no quería ser el único beneficiado con grandes cantidades.

Sin embargo.

Justo ahora, esta situación era algo que no podría simplemente ignorarlo, temía evidentemente perder a alguien importante para él, temía perder a la única persona que lo tomó bajo su lecho y ahora mismo su única familia.

Los sentimientos humanos sin importar la persona, son como un balde de agua extremadamente helada, que se derrama sobre nuestras cabezas en cuanto una situación desesperante aparece, dando como consecuencia horribles y acelerados ritmos cardíacos, y por más sensato que se considere Dothan no estaba exento de experimentarlos o pasar por ellos.

.....

Inminencia - Parte 2

Después de todo, en su interior no dejaba de ser un niño, y al no mantener su ansiedad oculta, lo refleja por fuera. De manera que su comportamiento justo ahora asimilaba a un infante que espera desesperadamente la llegada de su madre o padre en casa.

Pidiendo a las inexistentes estrellas un milagro en un día tormentoso.

Alrededor de unos minutos casi con los ojos llorosos, dos "Toc" "Toc". Se escucharon desde la puerta trasera, Dothan de inmediato se acercó, la abrió bruscamente y allí estaba.

Su hermana se encontraba entera, excepto que había sido empapada, no por el mar, si no por la torrencial lluvia.

Gracias a ello, aquellos agitados sentimientos, con tan solo verla frente a él, empezaron a desaparecer pausadamente. Pero, mientras el lamentable Dothan se relajaba, inesperadamente Arty levantó su brazo y lo dejó caer bruscamente sobre su cabeza, replicando….

—¿PODRÍAS DECIRME, CUANTAS VECES TE HE DICHO QUE ANTES DE ABRIR LA PUERTA, MIRES POR LA VENTANA DE QUIÉN SE TRATA? ¡QUÉ SI ERA UN LADRÓN!.

Dothan sabía perfectamente, que aquello que menos le agradaba a Arty era el desobedecer las reglas planteadas en casa por ella misma. Reglas que a veces, él olvidaba.

«Dios… que hice» pensó para sí mismo. Luego, rápidamente llevó su puño hacia su boca, tosio dos veces y aclaró su garganta, reflexionando —Lo siento, no volverá a pasar, solo me preocupabas un poco… eso es todo.

—Haaa… que niño….. — puso sus ojos en blanco y contrajo el entrecejo. —¿es por la tormenta?, ya sabía que habría una con tan solo ver el cielo, incluso si no lo supiera, los pescadores con experiencia que prevén misteriosamente el clima, me lo dijeron en cuanto llegue —Luego dejó su rostro lleno de seriedad se inclinó hacia el joven y sonrió burlonamente —son mucho más rápidos que los meteorólogos esos ¿no crees?.

Dothan la miró encarecidamente ignorando la burla hacia él, puesto que él siempre dependía de aparatos electrónicos y hechos científicos para aprobar sus diálogos.

—¡Eh! Entonces…… —pauso y consecuentemente pregunto —¿a dónde fuiste?.

—Emm… jejeje —Ambas mejillas de Arty se sonrojaron y sus ojos se desviaron hacia arriba.

Dothan suspiró fuertemente, se frotó la sien exclamando —¡Tu!.

—Querido hermano, deberías dejar tus libros un poco y observar el paisaje, tu no sales si no te pido salir, los estudios en línea pueden generarte problemas de espalda, ¡Oh! ¡por cierto! —rápidamente Arty desvió el tema y dio unos pasos hacia la izquierda aun fuera de la casa.

—Este joven dice conocerte, no se que tipo de amigos hayas hecho en la ciudad, pero…… ¿hmm? —Al ver que el hombre no avanzaba, ni tomaba la iniciativa al presentarse, lo tomó bruscamente de los hombros y lo atrajo hacia adelante, poniéndolo frente a Dothan.

—¡Veo que tienes un gusto bastante exclusivo al hacerlos!.

«¡¿AY?!» grito internamente no por siquiera no reconocer el rostro de quien estaba a dos pasos de él, sino por el aura de rareza que derramaba. Pues al mantener sus ojos fijos en la mujer, ignoró lo llamativo que era.

La Figura de este, era extraña no por su altura, si no por su vestimenta, aunque estaba desgastada y húmeda, y podía parecer algo podrida, lograba diferenciarse claramente, tenia la cara pintada de blanco, y una lagrima pintaba de negro al igual que sus labios, tenia un sombrero redondo con bordes alargados, una camisa interna blanca pura, una chaqueta externa sin mangas a cuadros, blancos y negros, similar a una tabla de ajedrez, un trozo de tela colgaba de su pecho como lazo, su pantalón era mitad blanco, mitad negro y se extendía desde la cintura hasta sus tobillos, este a medida que se alargaba se anchaba, además de tener un par de botas que combinaban bellamente con su chaqueta externa.

«¿Un payaso fúnebre?¿Un pierrot?» se pregunto luego de analizar todo su cuerpo.

—¡Vamos! ¡Vamos! — dijo Arty— déjalo entrar, la lluvia es demasiado fuerte, podría terminar resfriado, ¡Además si es tu amigo, recíbelo correctamente!.

Dothan de inmediato detuvo a la mujer desde su muñeca, susurrando en su oído —Pero.. Hermana…estás equivocada…realmente no lo conozco, es más ni siquiera tengo amigos cercanos, ¿Y si trama algo malo?.

—Oye, no te preocupes, después de todo, ¿Qué puede tomar de nosotros?, somos simples pesqueros además solo miralo…. Es… un tanto especial — respondió Arty, susurrando igual.

Ella tomó al hombre del brazo y lo arrastró bruscamente hacia adentro, aunque Arty era una dama, a veces no solía medir la fuerza que colocaba al tomar una persona.

—Si no lo invitas a pasar, entonces lo haré yo.

Para Dothan fue verdaderamente extraño la llegada de esta persona, su desconfianza se hacía evidente, formando nuevamente situaciones o más bien alternativas en su cabeza, pues cómo llegar aquí específicamente cuando el pueblo aunque era pequeño, había muchos más hogares donde llegar.

«Si terminaba en otra casa podría considerarse normal, pero llegó junto a Arty por el camino trasero, en específico por donde ella suele llegar muy pocas veces y nadie conoce … lo que quiere decir……. ¡que estuvo esperando a que ella caminara por allí justamente hoy y así aprovecharse de la tormenta para entrar en nuestra casa!.....o, odio admitirlo, pero también pudo haber sido solo una coincidencia?».

Mientras Dothan pensaba para sí mismo, Arty camino, hacia algunos ganchos de la pared para tomar una toalla y así poder secar el exceso de agua que había empapado su cabello, luego la colgó en sus hombros y se dirigió apresuradamente a la cocina para preparar algo caliente para todos dentro.

—¡llevalo a tu habitación, prestarle un cambio de ropa, esa que compré y te quedaba grande, conversen un poco! —grito animada desde la cocina.

Dothan sabía que no era normal, dejar entrar a la primera persona que encuentres en la calle a tu casa, Arty también lo sabía muy bien además de ser algo extremadamente más que lógico, era algo contradictorio con las leyes de su hermana.

Pero si este hombre conocía su paradero y nombre, de igual manera tal y como dijo Arty, debería saber que no valía la pena tomar algo de él, después de todo su casa era pequeña, ya no vivían en la ciudad y sus cosas eran mínimas, el dinero era el suficiente para el dia a dia por eso el ahorrar fue un tema importante para ambos ya que si bien el pueblo era estable, su estancia apenas empezando y ganancias bajaban considerablemente.

Incluso si se tratara de venganza aunque había un 0.00001% de serlo, aún era una probabilidad , ya que la gente incluso sin involucrarse con nadie inconscientemente termina obteniendo enemigos. Por actitud, por palabras, por resentimientos.

Sin embargo, alguien que viste raro, alguien que se pinta el rostro, que parece estable mentalmente y que a simple vista parece perdido y necesitado, ¿a quien sería capaz de dañar?.

—Nadie, pero no puedo descuidarlo… —Susurro.

Luego de dar muchas vueltas al asunto, sintió una ligera contracción en su cabeza, por lo que simplemente dejó salir un largo suspiro.

—Vamos, límpiate la cara, imagino que te encuentras incómodo con toda esa pintura encima. Buscaré algo de ropa también tengo una a tu medida, en cuanto la encuentre tómala, es mejor que quedarte con eso.

—No me siento incómodo —respondió el hombre con voz firme. —pero lo haré para evitar hacerlos sentir incómodos a ustedes. No es normal ver en tu puerta a alguien pintado y vestido así….. al menos en estos tiempos….. dejó de verse —respondió después el hombre con suave voz mientras retiraba su saco y camisa.

«Algo poco normal es dejarte entrar, pero, bien, tienes algo de decencia, pensé que serías del tipo callado y misterioso hasta el final».

«No importa aunque no se de quien se trate, ayudar al prójimo en estas situaciones no está mal, después de todo el día es frío y lluvioso y no tiene donde pasar la noche aunque me parece algo muy bien elaborado, ¡realicemos una buena acción solo por hoy!».

A pesar de tener un carácter algo sin igual, a Dothan muy pocas veces le encantaba hacer buenas acciones, no era empático con muchos, solo pensaba que si algún día necesitara ayuda, la vida misma le brindaría un pequeño rayo de esperanza, por ello mientras más acciones buenas acumulara, mayor sería la ayuda de los cielos que recibiría.

—No te preocupes, convivo con alguien rara en casa, sígueme.

Después de unos cuantos pasos llegaron a su habitación. Dothan le extendió un trozo de tela húmeda para que el hombre limpiara toda marca de pintura en su rostro. Al hacerlo este reveló un hermoso rostro de amplios rasgos, su nariz era recta y respingada, sus labios eran naturalmente rosados ademas de ser finos pero rellenos, sus ojos eran verdes y su forma parecia ser la misma que un par de almendras, sus pestañas y cejas eran pobladas y aquellas capas y capas de color sólido, sólo ocultaban una linda y tersa piel.

«Qué extraño, ahora viéndolo de manera más clara se parece algo a mi…….».

«aunque unos años más mayor…..».

«Y más guapo».

«Ah… que manera de bajar mi autoestima».

Justo ahora él sostenía en su brazo una camisa y pantalón sencillos para el hombre e inconscientemente no dejó de observar en ningún momento a tal persona, aunque su parecido era casi similar no pudo ignorar aquel rostro mejor compuesto que el suyo.

.....

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