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La Venganza De Mila

1

Viernes.

Termino mí turno en la panadería con la esperanza de llegar a mí departamento y estudiar para mí exámen del lunes, pero veo mis planes truncados cuando recibo un mensaje de Maguie, una compañera de la universidad y también un mensaje de Sam. Hoy los chicos de arquitectura hacen una fiesta, y Maguie está esperanzada en ir, a Sam le da lo mismo pero no quiere dejarnos solas.

Mila, hace mil no sales a divertirte. Anda, ven con nosotras, solo serán un par de horas.

Sonrío, es cierto que hace mucho no salgo a divertirme, pero decidí dejar de hacerlo después de John... ya no quiero distracciones, solo quiero recibirme. Me cuesta mucho trabajar para mantener mí carrera y mís gastos, se que podría haberles dicho que si a mis padres cuando quisieron enviarme dinero cada mes, pero no quiero eso... puedo mantenerme y lo voy a hacer. Aparte no me parece justo, solo acepté el departamento que me regalaron cuando decidí estudiar aquí, ya soy una mujer adulta, debo asumir mis responsabilidades.

Al llegar a casa, tomo una ducha rápida y abro mí armario; no pienso mucho que voy a ponerme, no tengo intenciones de llamar la atención hoy de nadie, por eso tomo el primer vestido que encuentro.

Mientras elijo mis zapatos, me llega un mensaje de Sam

¿irás a la fiesta hoy? contéstame y te paso a buscar.

Le envío una respuesta rápida, y sigo preparando mí atuendo. Cuando termino con mí ropa, sigo con el maquillaje: un labial ciruela oscuro, delineador negro y sombra clara para que resalte mis ojos color cielo, dejo mí cabello suelto y ya estoy lista para irme. Siento la bocina del auto de Sam y tomo mí abrigo, cierro bien mí departamento y bajo para irme con mí amigo.

-Amiga, hoy te pasaste... estás hermosa-me dice Sam mientras dejo un beso en su mejilla.

-No exageres...

-No lo hago, para mí siempre vas a estar hermosa, pongas lo que te pongas.

Se desde hace mucho que Sam siente más que una simple amistad por mí, pero para mí el es mí mejor amigo, no podría verlo de otra manera.

El día que hicimos trabajo en parejas, el se ofreció a ser mí compañero y lo hizo con la intencion de acercarse, pero logró que yo viera en él el hermano que nunca tuve; siempre es muy atento, es un excelente compañero de estudio, consejero... no me gustaría arruinar esta hermosa amistad, seguramente no terminaremos en buenos términos. No me gustaría perderlo.

Al llegar a la fiesta,vemos que está lleno de jóvenes estudiantes de varias carreras, hay compañeros míos y hasta profesores en este lugar. Entramos con Sam y dentro encontramos a Maguie, a Melissa y a Lina, nos saludamos y vamos a lo nuestro, que es bailar, disfrutamos hacerlo.

No necesariamente bailo para provocar, pero la música nos lleva a hacerlo de manera sensual, y si bien hay muchachos que se acercan a nosotros, yo los saco volando a todos, no hay posibilidad de nada conmigo por mucho que lo intenten. Maguie y San quedan conmigo, ya que Melissa y Lina encontraron enseguida compañero de baile, y nos quedamos los tres juntos disfrutando la noche.

Luego de no sé cuánto tiempo de bailar, comienzo a sentirme observada, y disimuladamente, mientras bailo busco con la mirada de dónde proviene mí sensación. Giro, y miro hacia la barra, Sam está detrás de mí tomándome por la cintura mientras nos movemos al ritmo de la música y puedo ver a un hombre mirándome desde allí, sus ojos me recorren desde los pies hasta la cabeza.

Por alguna razón no me molesta saber que me está mirando, así que esta vez si comienzo a bailar para seducirlo, me abrazo a Sam y me muevo, frotando mí cuerpo contra el suyo.

Luego de varios pistas, pasa una chica rubia por nuestro lado, y los ojos de Sam se van tras ella, me río y lo suelto.

-Ve por un refresco, por fa... y trata de no perderte!

Me mira y duda, pero le sonrío y acepta.

-Búscame cuando quieras irte.

Sigo bailando con Maguie, hasta que ella también consigue compañero... así que voy a buscar un refresco para mí y descansar un rato, hasta que siento unas manos recorrer mí cintura, y me envuelve un olor a loción amaderada que me atrapa. Se mueve tras de mí, invitandome a bailar, lo sigo hasta que me giro y lo encuentro frente a mí.

Ese hombre que me miraba desde la barra, está aquí, aferrado a mí cintura, pero no siento temor.

-¿Quieres bailar? - me pregunta al verme pasmada en mí lugar

-Si, pero primero quiero ir por un refresco - le digo mirando sus ojos.

-Bueno, vamos

Me guía hasta la barra, nos dan nuestras bebidas y nos vamos a sentar a unas mesas que están apartadas de la pista de baile. Mientras bebo mí refresco, siento su mirada en mí una vez más.

-¿Eres estudiante de arquitectura?-me pregunta de repente

-No, de medicina. Me invitaron y vine con un amigo.- Me animo a mirar sus ojos, son oscuros como la noche al igual que su cabello.

-Soy Bruno, un gusto conocerte

-Mila. Mí nombre es Mila- extiendo mí mano para saludarlo y el la toma para dejar un beso en esta. Cuando lo hace, una vez más siento esa electricidad recorrer mí cuerpo. -¿Tu eres estudiante de arquitectura?- le pregunto quitando suavemente mí mano.

-No, ya me recibí. Me invitaron los profesores y vine para hacer presencia, nada más.

-Entiendo... te aburre rodearte de jovencitos con alta carga sexual

Lo miro y comienza a reírse de lo que dije. Su risa es contagiosa, me gusta escucharlo.

-No, no es eso...-sacude la cabeza mientras toma otro trago de su bebida.- No acostumbro a salir a fiestas, es eso.

- Perdona, no quise decir eso... pero es que a mí tampoco me gustan estas fiestas

-No parecía eso hace un momento, te vi bailar muy a gusto.

-Si, eso si. Pero las fiestas de estudiantes son para ligar... la verdad es que no estoy para eso, debería estar estudiando para un exámen.

Hablamos muy ameno, de mí carrera, de su carrera y actual trabajo, de cosas varias hasta que miro mí teléfono.

-Oh, no me había dado cuenta la hora...

-¿Ya te vas?- me pregunta preocupado

-No, aún no.

-¿Te gustaría ir por un café uno de estos días? no sé, solo si tu quieres.

Cuando estoy por responder, aparece Sam

-Te estuve buscando por todos lados. ¿Quieres irte ya?

-Si. Espérame fuera, ya voy...

Sam se va, y vuelvo mí atención a Bruno.

-Claro que me gustaría...

-Toma- me extiende una tarjeta con su nombre y teléfono.- Escríbeme cuando quieras...

-Lo haré...- le digo guiñando un ojo y me voy con Sam.

De regreso a casa, Sam me mira mientras guardo el número de Bruno en mí teléfono.

-Mila, ¿Donde te habías metido? te busqué por todos lados...

-Tu te fuiste a "buscar un refresco"- le hago las comillas con mis dedos- y Maguie enseguida consiguió un compañero... me iba a ir a la barra pero me detuve bailando y bueno, luego me fui a sentar.

-Debes tener cuidado con quien hablas, ese hombre no parece estudiante... siempre están buscando alguna jovencita para enamorar...

-Pero tu siempre estás ahí para cuidarme, ¿Verdad?

-Si, lo haré siempre que pueda... Anda, entra a tu casa mientras espero aqui... luego que entras me voy

Beso su mejilla y el se sonroja.

-Gracias por traerme de vuelta a casa... Nos vemos

Entro a casa, me voy desvistiendo en el camino a mí habitación, tomo mí pijama, me cepillo los dientes y me tiro en mí cama. Pienso si escribirle o no a Bruno, y tiento a mí suerte.

-Si me responde, es para mí. Si no responde, no lo es.

Le envío un mensaje rápido, y dejo mí teléfono en la mesa de luz. Apago el velador y suspiro cerrando mis ojos... en menos de dos minutos lo siento vibrar.

^^^Gracias por la compañía de esta noche... me gustaría que sigamos hablando y conociéndote. ¿Qué dices de ir por un café? pero solo cuando pase tu exámen, no quiero distraerte mientras estudias...^^^

Sonrío como tonta... soy una ilusa. Una vez más cai en los encantos de un hombre.

Me gustaría y me encanta aún más la idea que sea después de mí exámen. Te vuelvo a escribir entonces el lunes, luego del trabajo.

^^^Ok, esperaré ansioso tu mensaje^^^

Descansa. Besos

^^^Buenas noches preciosa.^^^

Sigo con una sonrisa en mí rostro, dejo otra vez el teléfono en la mesa de luz y me abrazo a la almohada, cierro mis ojos recordando sus manos en mí cintura mientras bailamos y mí corazón palpita como un loco... no quiero ilusionarme, no otra vez.

El fin de semana me la pasé estudiando para hoy poder dar ese bendito examen bien. Al entrar al aula, Sam me saluda desde nuestro lugar, me acerco y lo veo súper ansioso.

-¿Estudiaste?-me pregunta con curiosidad

-Obvio, quemé mis pestañas leyendo todo el fin de semana. Me irá más que bien, te lo aseguro.

- Esa es la actitud...

El profesor nos entrega las hojas del examen, y el tiempo comienza a correr. Leo con cuidado, y sonrío porque todo está en mí cabecita que tiene muy buena memoria, y comienzo a responder cuidadosamente, pensando muy bien cada palabra que voy a usar. No quiero equivocarme, quiero rendir cada materia para poder recibirme a tiempo...

En 30 minutos, tengo el examen terminado, me tomo el trabajo de volver a leer y releer cada pregunta y respuesta antes de entregar, y cuando me siento segura de que está todo perfecto,me levanto y lo entrego.

-Muy bien, Mila. Puede retirarse.

Lo miro a Sam, y le deseo buena suerte, y salgo rumbo a mí trabajo.

2

-¡Mila! ¡Llegaste temprano y justo a tiempo! hoy hay mucha gente, te necesito.

Don Agustín es el dueño de la panadería, junto a su esposa Lía. Ellos son mayores ya, y los conozco desde hace mucho tiempo, mis padres son amigos de sus hijos, y fue así que conseguí este trabajo aquí de medio tiempo. En la panadería a veces atiendo, otras limpio las mesas de afuera, o la vereda, y otras ayudo a reponer los productos en las vidrieras. Don Agustín repite una y otra vez que soy como una hija para él, la hija mujer que no tuvo ya que tiene dos hijos varones... yo los quiero mucho a ambos, son muy buenas personas y la verdad es que tienen mucha consideración conmigo, ya que hay veces que no puedo venir porque debo estudiar.

-¿Cómo te fue hoy en el examen?- me pregunta Lía mientras la ayudo a atender

-¡Súper bien! Al menos eso creo, respondí todo y revisé por las dudas. Entregué y me vine, por eso llegué temprano.

-¡Esa es mí pequeña! - Grita don Agustín desde la cocina- Ya verás que te fue muy bien

-Eso espero...

Luego de mí turno, me voy a mí departamento que está muy cerca, solo a unas cinco cuadras. Cuando llego, me tiro en el sillón y mientras me saco las zapatillas, suena mí teléfono en algún lugar de mí bolso.

Son dos mensajes, uno de Sam y uno de Bruno... no creí que Bruno me escribiera.

Primero voy al de Sam

^^^Mila, ¿como hiciste para responder todo?  me trabé en la última respuesta... hiciste trampa?^^^

Me río, se que me está mintiendo, Sam es una luz para anatomía, así que le respondo algo rápido.

Eres un mentiroso, pero no. No hice trampa, no juego sucio. ¿Te fue bien?

Mientras espero que me responda, tomo aire y abro el mensaje de Bruno.

^^^Hola preciosa, no pude esperar a que me escribas. Espero  no interrumpir en tu trabajo, pero quería saber cómo te fue hoy...^^^

Es un tierno.... se preocupa por mí, y por cómo me fue

Me fue muy bien , no interrumpes, recién llego a casa. ¿Cómo estuvo tu día?

Miro a ver si Sam me responde, pero al ver qué no hay respuesta, solo descanso unos minutos más en el sillón.

^^^Tuve un buen día, pero no dejo de pensar en que me debes un café... ¿Sigue en pie la cita?^^^

Sonrío. No le respondo, me levanto a preparar mí cena, cuando siento que está entrando una llamada. Atiendo y lo pongo en altavoz mientras sigo con lo mio.

-Hola ...

-Hola, ¿Mila?...

-Si soy yo...

-Como no me respondiste, pensé que quizás dije algo o me apresuré con la cita...

-No, no es eso. Estoy preparando mí cena, y no podía escribir. Te puse en altavoz para poder conversar contigo ahora.

-Ah... ¿Cocinas? pensé que tus padres te hacían la comida todavía

-No vivo con mis padres, vivo sola. Y se cocinar muy bien para tu información... un día te invitaré a comer algo

-Me encantaría... ¿Qué dices? ¿Sigue en pie nuestra cita?

-Si, sigue en pie.

-Bien, ¿te parece mañana? puedo pasar por ti a la universidad

-Mañana no tengo clases, si quieres puedes pasar por mí a mí departamento y luego de nuestra cita voy a mí trabajo... obvio, si puedes por la mañana. Sino lo podemos dejar para el miércoles..

-No, mañana está bien. Paso por ti a las diez, ¿te parece?

-Si...te envío la ubicación de mí departamento.

-Bueno la espero... nos vemos mañana.

-Nos vemos, adiós.

Cuelgo y suspiro recargada en el lavaplatos... ¿Porque mí corazón late tan rápido cuando él me habla? solo lo vi una vez y no se nada de él...

Cuando termino de cocinar, pongo la mesa y suena el timbre.

Cuando voy a abrir, tengo a Sam parado en mí puerta, con una bolsa en la mano que parece ser helado, y viene medio entonado... huele a alcohol.

-¿Que haces aquí? le pregunto enojada porque está borracho.

-Vine a festejar que nos fue súper en el exámen-me dice y lo dejo pasar.- y traje helado para el postre, tu favorito: chocolate, crema americana y banana Split.

-Bueno, llegas justo para cenar. Lávate las manos

Cómo puede llega al baño, lava sus manos y vuelve a la mesa. Sirvo los platos y cuando me inclino a su lado para dejar su plato, siento que pasa su nariz por mí pelo, inhalando mí aroma.

No le digo nada, y me siento a su lado a cenar.

-Hueles muy bien- me dice cuando me siento a su lado.

-Gracias...eso que aún no me baño. - le digo a modo de chiste.

Comemos en silencio, él termina, se recuesta en la silla y me mira.

-Siempre hueles bien para mí... no creo que si no te bañaras puedas oler mal...y cocinas delicioso...y me encantan tus labios...- Se levanta y se arrodilla frente a mí silla

-Sam, ya hemos hablado de esto...- le digo sin ánimos de pelear con él.

-Lo sé, lo sé...- me dice y veo sus ojos húmedos, mientras acaricia mí mejilla - pero no puedo con tanto amor en mí pecho...

-No puedo verte como algo más, Sam...lo sabes- le susurro

-Si me dieras la oportunidad de demostrarte todo lo que te amo, lo feliz que puedo hacerte, entenderías... - sin que lo vea venir, me besa.

Esto no está bien... para nada.

Lo aparto con mis manos en su pecho, y él me mira con frustración

-¿No te gustan mis besos? puedo mejorar...

-Basta Samuel. No quiero arruinar esta amistad, eres mí mejor amigo...

- que te ama con locura, al que no miras para nada como un hombre...

-Vete, por favor, Sam... no estás pensando bien.

Lo acompaño hasta la puerta y, al abrirla, vuelve a darse vuelta tomando mí rostro con sus dos manos, besándome feroz y demandante, me apreta contra la pared y yo intento quitarmelo de encima. Cuando me suelta, acaricia mis labios y le termino dando un cachetazo que suena en toda la sala.

Él me mira tocándose la cara, y estoy al borde del llanto.

-Vete Sam... por favor, vete...- le digo con la voz quebrada

-Perdoname Mila... no quise...

-¡Vete! no vuelvas a venir alcoholizado

Cierro la puerta, y caigo al suelo deslizandome por esta. No creí que esto fuera a pasar.

Luego de unos minutos, me levanto, limpio con el dorso de mí mano mís lágrimas y camino hasta la cocina. Me recargo en el lavaplatos, mirando por la ventana al cielo oscuro... mí único amigo se me ah declarado.

Lavo los platos, y apago las luces de la cocina, metiendome en el baño de mí habitación ,abro la ducha y me desvisto. La cagó... cagó nuestra amistad con esos besos, si no hubiese insistido lo hubiese dejado pasar. Pero ya no puedo verlo de nuevo a la cara, yo sabía que se arruinaría nuestra amistad...

Luego de bañarme, me tiro en mí cama a descansar, cuando escucho que mí teléfono suena. No es Sam, es Bruno...me había olvidado de él.

No te olvides de pasarme tu ubicación así paso por ti mañana... descansa.

Suspiro... cuento hasta diez y le envío la ubicación junto a un mensaje.

Departamento 2, piso 4... te espero.

Silencio mí teléfono, por hoy ya fue bastante, y me voy a dormir.

Despierto a las ocho de la mañana, me levanto para vestirme y lavar mis dientes y rostro... miro mí armario y no sé qué ponerme. Elijo un vestido de verano azul que llega un poco más arriba de mis rodillas, y unos zapatos bajos; suelto mí cabello rizado en las puntas y aplico solamente un poco de brillo en mis labios.

3

Luego de perfumarme , miro mí teléfono. Hay diez llamadas perdidas de Sam, y ni hablar de la cantidad de mensajes que me ah enviado... no quiero hablar con él, no hoy.

Suena el portero eléctrico de mí departamento, y al ver por la pantalla, lo veo a Bruno.

-Sube - le digo por el interlocutor, y le abro la puerta principal. Al cabo de unos segundos, está en mí puerta. Estoy nerviosa, él provoca eso en mí.

Al abrir la puerta, lo veo apoyado en el marco con una flor en su mano, cuando me ve me sonríe y se acerca a mí para dejar un beso en mí mejilla. Su aroma me envuelve y puedo llegar a decir que es, incluso, adictivo.

-No sabía si te gustan, por eso solo traje una sola ... te ves hermosa.

Me sonrojo y lo miro, tomando la flor.

-Gracias, es hermosa. ¿Quieres pasar mientras la pongo en agua y tomo mí bolso?

-Si no es molestía...

Le dejo el camino libre para que pase, él lo hace mientras observa todo a su alrededor... cierro la puerta y camino hasta la cocina, buscando un florero para mí regalo.

-Sientate cómodo un momento, la pongo en agua y nos vamos.

-Como digas...

Luego de encontrar un florero, y poner mí flor en la mesa de la cocina, voy a mí habitación a buscar mí bolso y un abrigo liviano.

Al salir, él está mirando por el ventanal de la sala.

- Ya estoy lista, disculpa la demora ...

-No pasa nada, podría esperarte una eternidad...

Se acerca a mí, toma mí mano y con la otra, acaricia mí mejilla.

-¿Vamos?

-Si, vamos.

Salimos los dos del departamento, y al bajar por el ascensor, encuentro a Sam entrando al edificio con un ramo de rosas blancas, mis preferidas, y al verme junto a Bruno, su rostro palidece.

Me acerco a él, apartandome de Bruno

-¿Qué haces aquí? - le digo reprochandole por atreverse a volver

- Vine a disculparme por lo de anoche...pero veo que estás muy bien acompañada

-Eso no importa Sam. Te portaste como un patán anoche...

-¡Lo sé! por Dios, Mila, lo sé... pero no estaba pensando bien... perdoname por favor

-Vete, Sam. Por favor, vete y no me busques más..

-Creo que fue más que clara la señorita al pedirte que te fueras...

La voz de Bruno detrás de mí me sobresalta. Sam lo mira, luego me mira a mí y sacude su cabeza, negando lo que está pasando.

-Me iré y no por que lo digas tú... si no por ella.

Sam se retira, furioso tirando el ramo contra el suelo, y Bruno me toma del brazo suavemente, intentando hacerme volver a mí realidad.

-Si quieres podemos dejarlo para otro día, no te preocupes.

-No. Vamos, aquí no pasó nada.

Disfruto del desayuno con Bruno, realmente hace que olvide lo que pasó aunque se que va a querer saber más...

-Bien, dime ¿Estudias medicina y...?

-Trabajo medio tiempo en una panadería.- le digo jugando con el borde de la taza de mí té.

- ¿Hoy trabajas?

- Si, entro a las dos de la tarde y salgo a las ocho...

-Puedo acompañarte si quieres... perdón, no era así como debía decirlo... ¿puedo acompañarte?

Me río de sus comentarios, y él me mira... sonríe cuando dejo de reírme a carcajadas.

-Me gusta.

-¿Qué? - le pregunto sin entender

- Tu risa.

Siento como me voy sonrojado muy de a poco... necesito cambiar de tema.

- Cuéntame de ti... ¿ qué haces ?

- Trabajo independiente, tengo mí constructora... aún es pequeña.

- ¿qué es lo que edifican? o sea, algún tipo especial de edificio

- No, en realidad yo hago los planos y diseño los edificios...ya sean casas o edificios de departamentos.

-Interesante...

-Mila, el tipo que fue hoy... ¿es tu novio?

Cómo empiezo a explicar... sabía que preguntaría.

-No, Sam no es mí novio. Era mí mejor amigo hasta ayer...

-Parecía muy afectado...

-Es difícil, pero te explico. Sam es mí compañero de la universidad y mí mejor amigo... el problema es que anoche apareció en casa borracho y dijo cosas que no tendría que haber dicho.

-y te enojaste.

-No es solo eso. Sam siempre sintió cosas por mí, pero yo no le respondí, es mí amigo. No puedo verlo de otra manera, y él no lo comprendió. Anoche me besó no una, sino dos veces y se rompió el límite que había entre nosotros. Le di una cachetada y lo eché... me duele porque por más que pida perdón, ¿Cómo hago para contarle cosas íntimas si el tiene otra intención? No puedo, simplemente no puedo.

-¿No lo perdonarás?

-No.

Me mira serio, no se que pensará pero ya está... aclarada la situación, me levanto para ir a mí trabajo.

-Agradezco tu invitación, me gustó hablar contigo, pero debo ir a trabajar.

-Puedo llevarte si no te molesta... me queda de pasada

-Mmm... bueno está bien.

Subimos a su camioneta y le indico el camino hasta la panadería. Al llegar, antes de bajar, me toma una mano y me mira a los ojos.

-Mila, me encantaría seguir conociéndote... siento que podemos ser buenos amigos. ¿Te puedo llamar por la noche?

Dudo unos segundos.

-Mira, Bruno, para mí es difícil abrirme de nuevo a conocer a un hombre. No la pasé bien hace algunos años, por eso dejé de intentar encontrar a alguien para compartir la vida o tener una relación. No quiero que te ilusiones, ni yo tampoco quiero hacerlo... vayamos despacio. ¿Si?

-Me parece bien... no quiero lastimarte, no acostumbro a hacerlo con ninguna mujer... de echo, soy muy solitario, no me gusta andar con mujeres para un rato, no. Quiero conocerte, el resto lo dirá el destino...

-Solo conocernos.

-Si, solo conocernos.

-Llamame a las ocho y media.

Dejo un beso en su mejilla y bajo de su camioneta.

Al entrar, veo a Don Agustín mirando por los ventanales de la panadería hacía la camioneta de Bruno, y se que está a punto de hacerme un interrogatorio.

-Mila, ¿Quién era el muchacho?

-Agustín, deja en paz a la niña. Ya es grande- lo reta Lía desde la vitrina

-Solo quiero saber... quizás necesita una charla de hombre a hombre...

-No es necesario, solo es un amigo.- le digo mientras me coloco mí delantal.

Don Agustín me mira y sigue hasta la puerta de la cocina

-Cuando la necesite, me avisas.

Me guiña un ojo y se va.

Debo reconocer que no quería nada con Bruno, yo le dejé claro la situación y él la aceptó, pero el destino tenía otras intenciones...

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