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Una Noche Inesperada.

Capítulo 1: Destellos de una noche parte 1.

Ami podía sentir como las gotas tibias de agua  caían de la ducha mojando su piel, intentaba relajarse para no recordar nada de lo ocurrido  la  fatídica noche anterior, pero su alma y su mente parecían haberse quedado varadas en la suite del Pacific hotel. No se había dado cuenta del tiempo que había pasado encerrada en el baño

hasta que una voz la trajo de regreso al presente.

_Ami, corazón ¿te encuentras bien? – preguntaba su amiga afuera del cuarto de baño.

Del otro lado se podía escuchar un sollozo ahogado, lo cual preocupo más a la joven. Luego de un rato la puerta se abrió  lentamente y una  chica de  mirada sombría salió del lugar envuelta en una toalla,  con los ojos hinchados  de tanto llorar. Acto seguido se colgó al cuello de Sabrina para seguir derramando  lágrimas con las que intentaban limpiar el dolor que llevaba dentro.

Luego de un rato las dos compañeras de departamento se encontraban en la habitación de Ami, Sabrina le trajo una infusión de té de tilo para lograr calmarla y que le contara lo sucedido.

_ ¿Ahora sí vas a decirme qué te ocurrió? ¿Por qué estas así? Anoche, después  de la presentación te busque por todo el hotel y no te encontré, llame a tu celular y estaba apago. Le pregunte a tu hermano y me dijo que te habías

ido. Al final volví a casa y te espere hasta que me dormí, no sabes lo preocupada que he estado. Y  ahora despierto para encontrarte  así.

Sabrina tuvo que calmarse y  esperar a que Ami también lo hiciera,  antes de  escuchar de su boca todo lo ocurrido la noche anterior  y no podía creer lo que su amiga le contaba.

Flashback

Lo que en realidad ocurrió,   empezó cuando su cuñada Celin que era la presidenta de la fundación que tenía la empresa familiar, la invitó a participar de un evento organizado con el fin de recaudar fondos para la caridad.

Aunque al principio tuvo sus dudas para asistir, su padre la animo a hacerlo, sería un gran paso para acercarse a su medio hermano Edward, el  esposo de Celin quien además,   era el presidente de la compañía de la  familia, había tomado ese lugar  desde que el padre de ambos sufrió un ataque al corazón quedando imposibilitado de continuar en el cargo. La relación con su hermano mayor no era la mejor y por otro lado, los motivos de  la convocatoria la conmovieron,  pues a ella le gustaba mucho ayudar a los necesitados y más cuando todo lo recaudado sería destinado a un orfanato donde ella solía trabajar. Le fue imposible negarse a participar, ella aparte de ser estudiante en la carrera: Profesorado de danzas contemporáneas, trabajaba como profesora de danzas árabes en el  instituto de su madre,  por lo que llevaría dos números de  baile, uno   junto a sus alumnas

más avanzadas y otro en solitario.

Finalmente,  la tan ansiada noche llegó, lo que no sabía era el desenlace  que le esperaba.

Terminada la primera parte de la presentación,  volvió con sus alumnas al camerino que les habían asignado para prepararse, allí  la esperaba su amiga Sabrina.

Ami estuviste majestuosa y las niñas también. - dijo su amiga.

¡Gracias! Estaba  muy nerviosa porque hay mucha gente importante allí afuera. – le respondió Ami mientras tomaba una buena cantidad de su bebida energizante favorita, (de la que acostumbran a tomar los deportistas) antes de volver a salir al escenario.

Lo hicieron muy bien,  como siempre. Pero ¿te pasa algo? Te veo preocupada. – le consultó Sabrina.

Sí,  es que no veo a mi novio por ninguna parte, me dijo que  vendría. Lo llame pero parece que tiene el celular apagado. Espero que se encuentre bien.

_Seguro que Alex está bien. Ahora no te preocupes por él,  que ya  mañana podrás verlo. Toma tus elementos de baile y  sal a brillar. ¡Suerte!.

Y así fue como Ami salió por segunda vez al escenario,  ahora para hacer su presentación en solitario. La música comenzó a sonar y las luces se bajaron para reflejarla solo a ella, quien se encontraba de rodillas en el suelo y envuelta en un accesorio llamado las alas de Isis, instrumento aéreo que se usa en las danzas orientales de fantasía.

De pronto un leve mareo comenzó a embotar su cabeza, pero como dicen en el ambiente artístico: “la función siempre debe continuar”,  así que acto seguido,  comenzó a incorporarse lentamente y a desplegar las  alas que completaban su atuendo de odalisca,  para así mecerlas  imitando el vuelo de un ave, eran como un abanico gigante cuyo movimiento la hacía ver elegante y exótica a la vez. Después comenzó a  balancear  sus caderas al ritmo de una canción oriunda de medio oriente, las lentejuelas de su traje brillaban y los adornos de sus caderas sonaban al son de las notas musicales, la gracia que tenía sobre el escenario capturaba la atención de todos, dejándolos con la boca abierta.

En el público todos estaban fascinados por su belleza, algunas señoras codeaban a sus esposos para que dejaran de babear, las más jóvenes tampoco podían ocultar su envidia, pero había entre todos los presentes un par de ojos azules,  cuyo brillo se ponía cada vez más intenso a medida que el baile se intensificada y la melodía se hacía cada vez más rítmica, dándole movilidad a cada parte del cuerpo de la joven. Muy pronto aquella mujer

sería suya y le haría pagar por su insolencia de haberlo rechazado, a él nadie le negaba nada y esa muchachita no sería la excepción.

La danza terminó y los aplausos se hicieron sentir de manera estruendosa, su presentación había sido un éxito total otra vez. Saludó  al público y antes de bajarse del escenario sintió de nuevo un leve mareo, esta vez acompañado con  algo de sofocación, no quiso darle importancia porque lo atribuyó a toda la tensión nerviosa que había estado sintiendo durante el día por causa del evento. Así que se dejó embargar por la emoción del éxito y corrió de regreso  al camerino para abrazar a su amiga y festejar su buena presentación. Sus alumnas también la esperaban para felicitarla,  las niñas  la admiraban y deseaban ser como ella porque siempre las inspiraba a ir por más. Estaba agotada y con mucha sed,  así que bebió casi sin parar un poco más de la   bebida energizante que  habían  dejado para ella, la misma que quedó  a medio  terminar antes de irse a bailar.

Entonces llegó su cuñada Celin y luego de felicitarla le pidió que la acompañe ya que un importante empresario deseaba hacer una donación cuantiosa  al centro comunitario donde Ami trabajaba como voluntaria.

_¡Felicitaciones! Estuviste sensacional querida.

Le dijo enfatizando la palabra  sensacional. No era habitual en su cuñada ser tan emotiva con ella,  asique no pudo evitar sorprenderse o sería que ¿algo tramaba la mujer de su hermano?

Capítulo 2: Destellos de una noche parte 2.

Las emotivas felicitaciones de Celin confundieron un poco a Ami, ya que el trato que siempre recibía de parte de su cuñada era frío y distante, sentía en ella el mismo rechazo que provenía de su hermano,  pero la noche había sido tan buena, que seguramente estos elogios  eran parte de su buena fortuna, pensó la joven. Tal vez su padre había tenido razón en aconsejarla que aceptara la invitación que le hicieron, después de todo esto podría marcar  un acercamiento con su medio  hermano, nada más ansiaba la muchacha que el cariño de Edward ya que este siempre la veía con desprecio por ser ella  la hija de la mujer por la que su padre se separó de su madre y primer esposa.

_Querida, vine a buscarte,  Edward nos está esperando en el piso de arriba junto al Señor Harper.

Me cambio y enseguida  te acompaño, no puedo ir así vestida. – dijo la joven que aún traía puesto el traje de odalisca.

Debemos ir  ya, al señor Harper no le gusta que lo hagan esperar – dijo esta vez en tono demandante Celin.

Pero yo que tengo que ver con ese señor, apenas lo conozco.

Te conviene ir, él desea hacer una donación muy generosa al centro comunitario en el que tú trabajas de voluntaria. ¿Acaso no quieres ayudar a esos niños?

ok, qué más da, vamos – dijo Ami, pero cuando estaba por acompañarla un nuevo mareo la desestabilizó, preocupando esta vez a su amiga Sabrina.

Tranquila Sabrina ya me siento mejor.

En realidad Ami no quería ser la culpable de que el centro perdiera un donativo tan bueno y con un poco de suerte quizás hasta conseguía que Adam Harper acepte ser el padrino del lugar.

_ Ten linda, bebe un poco de esto. – dijo Celín y le dio otra botella de la bebida energizante que habían dejado en su camerino.

Luego y sin darle tiempo a nada más a las dos jóvenes,  Celin se llevó a Ami a toda prisa rumbo al ascensor. A esas alturas la chica estaba cada vez más enferma  y continuaba ingiriendo la bebida que llevaba, ahora lo hacía  para apaciguar la terrible sed que sentía.

Cuando finalmente llegaron a la suite tomo un poco de aire para calmar la  sofocación y el calor que la quemaba por dentro, podía sentir como  algo se estremecía en la boca de su estómago,   era una sensación rara, difícil de describir con palabras, ansiedad o  miedo a lo que  le aguardaba  allí dentro tal vez. Así que nuevamente se dijo a sí misma: ánimo, el espectáculo debe continuar.

Dentro de la suite vio a su hermano y al señor Harper,  ambos hombres eran de la misma edad, como de unos 32 años. Acababan de firmar unos papeles y de cerrar un trato, al parecer estaban haciendo un buen negocio porque ambos se veían contentos. Adam Harper era todo un magnate y heredero de una de las familias más destacadas, millonarias y poderosas del país. Prácticamente era el dueño de la ciudad donde  vivían llamada Lux City;  las mujeres estaban locas por él ya que aparte de toda la fortuna que poseía,  era dueño de una belleza inigualable, se podría decir tranquilamente que su cara y su cuerpo habían  sido esculpidos por los mismos dioses. De cabello castaño, ojos azules que brillaban intensamente, sobre todo cuando el deseo los desbordaba como lo estaba haciendo en ese preciso momento y dueño de una altura imponente como su carácter. Todas esas cualidades lo convierten en el  soltero perfecto y el más codiciado de la nación, lo que no sabían era lo peligroso y demandante que podía llegar a ser cuando quería algo o alguien.

Edward se acercó a las mujeres con una copa de champaña para cada una invitándolas a unirse al brindis, ni bien Ami  sorbió el primer trago,  un nuevo mareo nublo su vista, todo se le puso  negro por una fracción de segundos y escuchaba  las voces muy  lejos. De no ser porque Adam Harper la asió por la cintura habría dado de  lleno contra el suelo.

_ Ya te he dicho que no bebas tan aprisa- le inquirió su hermano.

Ella no pudo responder pues las palabras no le salían en ese momento.

_Siéntate aquí – le ordenó Adam

_ No se preocupe, ya me encuentro bien – contestó la chica algo avergonzada por las palabras de su hermano, tan pronto como recuperó su voz.

Continuaron un rato más hablando de negocios y acuerdos que ella por no sentirse del todo lúcida no logró entender. Hasta que de pronto vio cómo se marchaban del lugar su hermano y su cuñada,  quiso irse con ellos pero una mano sujetó su brazo con la fuerza de unas tenazas al tiempo que una voz grave y potente le dijo:

_ Tú aún no puedes irte, tenemos un asunto que arreglar aquí. Tu hermano me dijo que apruebas  los términos del acuerdo  que hemos hecho.

El único acuerdo que se le vino a su enmarañada mente,  fue la donación   que le mencionó su cuñada que haría aquel empresario. Así que su respuesta inmediata fue un “sí” y eso es lo que para su desgracia  selló su destino en aquella noche.

_ De acuerdo, has de saber entonces que a mí no me gusta perder el tiempo y  sobre todo me gusta que las cosas se hagan a mi manera, bajo mis términos.

La muchacha lo miró un poco sorprendida y solo atinó a responder:

_ Comprendo, pues es usted un importante y ocupado  hombre de negocios.

_ Exacto – le dijo el hombre acercándose peligrosamente a ella.

La chica lo vio acechándola como un depredador a su presa, los ojos del CEO brillaban intensamente haciéndola temblar, nunca antes un hombre la había mirado así, ni siquiera su novio. Un magnetismo animal parecía atraerla hacia él y un fuego salvaje empezó a  tomar el control de su cuerpo,  se trataba de algo desconocido para la muchacha, algo nuevo que la llenó de temor.

Él atrapó sus  caderas, las mismas que lo estuvieron enloqueciendo durante toda la presentación y la aprisionó contra la pared, por fin  sería suya.

Entonces  una pequeña luz de cordura iluminó  la mente de la joven,  quien al mínimo intento de zafarse  del agarre fue sometida nuevamente, esta vez con un intenso beso. Otra vez el mareo y la sofocación se hicieron presentes en su cuerpo,  pero ahora estos síntomas que había sentido desde temprano,  venían acompañados de una gran excitación que nublaron por completo la poca  razón que le quedaba a la joven.

Capítulo 3: Destellos de una noche parte 3.

Ami cerró los ojos y un gemido se ahogó en su garganta, hecho que  complació al varón que no paraba de besarla. De un salto ella encerró con sus piernas las caderas del hombre montándose en él,  luego sintió como las manos de Adam acariciaban su espalda y subían hábilmente  para enredar sus dedos en su cabellera rojiza y llena de ondas. Después sintió  que la recostaban en una cama y no supo cómo llegó hasta ese lugar, tampoco le importaba, lo único que le interesaba en ese momento era calmar el deseo que su cuerpo sentía.  Necesitaba apagar el fuego que ardía desde sus entrañas y aquel experto hombre no hacía más que avivarlo a cada instante con sus caricias y sus besos,  de pronto la imagen de su novio apareció como un recuerdo y el nombre de Alex escapó de sus labios acompañados de un gemido placentero, esto molesto a su actual amante quien de inmediato dejó de besarla. La miró desde arriba  y la vio retorcerse debajo de su cuerpo llena de placer, Ami estrujaba las sábanas con sus manos y entreabría la boca excitada.  Él tenía pensado, por alguna extraña razón que no entendía del todo, ser amable con la muchacha, pero  lo que acababa de escuchar lo llenó  de rabia y celos, este último era un sentimiento nuevo para él y no quiso profundizar en eso. Pero acto seguido, en un arrebato, rompió la escasa vestimenta que llevaba puesta la joven y le dijo al oído con la voz ronca:

_ Esta noche serás mía,  haré que te olvides de ese tal Alex para siempre y que solo  mi nombre salga de tus labios con lujuria. Te haré entender que  solamente yo soy tu dueño hasta que me canse de ti.

Las primeras luces de la mañana se colaban por la ventana de la suite, Adam buscó a su amante tanteando la cama porque no podía abrir los ojos. No encontró nada, así que dijo con molestia en el tono de su voz:

_ ¿Dónde estás? Aún no te he ordenado que te levantes.

Pero en la habitación únicamente se encontraba él, así que nadie respondió a su pregunta. No pasó demasiado

tiempo para que el hotel más caro de la ciudad estuviera  conmocionado y casi dado vueltas con todos y

cada uno de los empleados buscando a una escurridiza bailarina de cabellos rojos.

Mientras tanto, en el departamento que compartían  las chicas desde que empezaron a estudiar en la facultad, aunque no cursan la misma carrera, ya que Ami estudiaba Profesorado de danzas  y su amiga medicina,  habían decidido vivir juntas porque se conocían desde que iban al jardín de infantes y además las dos eran muy independientes, no les gustaba vivir del dinero de sus familias así que estudiaban, trabajaban y se apoyaban mutuamente.  Sabrina terminaba de escuchar lo relatado por su amiga, que no era el cien por cien de lo ocurrido,  sino solo lo que ella recordaba. Ami no sabía, no entendía y no quería comprender cómo pudo ser capaz de entregarse a un desconocido,  que aunque era muy guapo, no era el hombre que amaba, su novio. Lloraba sin consuelo y no podía perdonarse lo ocurrido la noche anterior.

_ Yo tampoco entiendo nada de lo que pasó Sabrina, solamente sé que desperté en la cama con el señor Harper, estábamos desnudos y anoche me porte como una descarada. Es que yo parecía poseída por algo, no podía controlarme, esa no era yo. Tú me conoces Sabrina,  tú sabes que yo jamás traicionaría a mi novio. Pero ¿Cómo pude hacer algo así? ¿Cómo voy  a decirle a Alex lo que pasó? – repetía Ami llorando con desesperación.

_ ¿Desde cuándo empezaste a sentir mareos y malestar el día de ayer? – le preguntó su amiga.

_ No estoy segura, creo que fue en la segunda presentación, mientras estaba en el escenario.

_ ¿Comiste alguna cosa en mal estado o bebiste algo raro?

_ En el hotel no comí nada y lo único que tomé fue la bebida energizarte que pedí que me dejaran en el camerino, la que tomo siempre.

_ ¿Y no le notaste algo raro al sabor?

_ Tal vez un poco más ácida que de costumbre. Acaso piensas que me drogaron. Pero, ¿Quién me haría algo así?

_ Hay amiga, no estoy segura, pero tú siempre me has dicho que tu cuñada es una cretina,  que tu medio hermano te odia y que de pronto te hayan invitado a un evento que ellos mismos organizaron. No sé, pero para mí  algo huele mal y podrías empezar a buscar respuestas por ahí. En cuanto a la bebida que tomaste, si tienes la botella, la llevaré a la Universidad para analizarla en el laboratorio.

_ Debe estar en el bolso que traje, salí corriendo de allí, pero alcance a tomarlo.

Su amiga buscó la botella de la cual sospechaba y la guardó en su mochila, esa misma tarde le haría un análisis y también  consultará con su novio que era bioquímico.

_ Recuéstate un poco y trata de dormir. Yo me quedaré a tu lado para cuidarte.

Amira se acostó y cerró los ojos intentando dormir, los sollozos no dejaban de salir de su boca. Su amiga se sentía igual de triste que ella, no sabía qué hacer para consolarla, así que besó su frente como si fuera una niña y le  quitó un mechón de cabello que la estaba incomodando. De a poco empezó a quedarse dormida y su respiración fue cada vez más tranquila.

En ese mismo momento, en una mansión ubicada en un barrio privado,  una pareja desayunaba plácidamente, llenos de esperanzas por el excelente trato que habían logrado cerrar la noche anterior.

_ Es la primera vez que me siento afortunado de tener a esa tonta por hermana. – dijo el hombre mientras tomaba su taza de café.

 _ Medio hermana - corrigió su mujer para luego echar a reír.

_ Pero como sea tienes razón mi amor, al fin esa mosca muerta te sirvió para algo.

_ Así es, no es más que una zorita, igual que su madre. No entiendo como mi padre pudo dejar a mi mamá que es una dama de verdad por esa mujerzuela  y encima atreverse a tener una hija con ella.

_ No lo sé cariño,  pero me alegra que no tengas los gustos de tu padre y te hayas fijado en mí que soy una mujer con clase y de gustos refinados.

Dicho esto la pareja empezó a besarse. Habían logrado conseguir un poco más de tiempo para devolverle la enorme cantidad que le  debían a Adam Harper a cambio de Amira. Ahora solo faltaba manipular a la joven para que no rechazara al CEO y este descubriera la cruel verdad, que la muchacha había sido entregada por su propia familia a cambio de aplazar la ejecución de la deuda.

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