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La Dama Malvada Desea Sobrevivir

Prólogo

Érase una vez en un próspero reino una hermosa niña nacida para ser amada. Sus rubios cabellos que se asemejaban a los rayos del alba formaban una cascada dorada al caer por sus hombros, sus ojos verdes como dos bellos zafiros resplandecían cuando el sol los tocaba, suave y blanca era su piel inmaculada que resaltaba unos pequeños y rojos labios como botones de rosas. Aquel era el perfecto rostro de un ángel que podía conmover incluso al corazón más frío.

Aquella graciosa y gentil criatura a pesar de contar con una belleza envidiada nació en una pobre cuna lo que la hizo una paria en medio de una sociedad aristócrata y pretenciosa. La niña fue el resultado de un amor prohibido entre un importante noble de la corte y una humilde plebeya, una historia de amor digna de ser narrada en los libros como el romance del siglo. Diona, quien había sido el primer amor del duque León lo adoro con su vida y su cariño fue correspondido, pero las diferencias sociales hicieron que sus caminos se separasen y en silencio ella ocultó aquel fruto de ese enorme amor.

Al encontrarse su madre en los minutos finales de su existencia y viendo Diona que su hija quedaría en el total desamparo con sus últimas fuerzas escribió una carta a su amado León contándole la verdad y sobre la hija que tuvieron y a quien crio y educo en secreto, pero la respuesta no llego a tiempo y la muerte abrazó a Diona, la niña lloro amargamente la perdida de la única persona que estuvo a su lado. Ya era demasiado tarde cuando su padre llegó y solo encontró una cama vacía y un retrato siendo velado. Su hija yacía en la soledad de la pobre estancia llorando aun la partida de su madre.

La hermosa niña fue recogida por su progenitor y llevada a vivir a su hogar junto con su esposa e hija quienes hasta ese momento habían desconocido la existencia de la bastarda del duque. León juró ante la tumba de su primer amor proteger a su hija y darle la seguridad que no pudo ofrecerle en sus primeros años. Así pues, de la noche a la mañana la niña paso a ocupar el lugar que le correspondía como una de las hijas de la casa ducal más influyente en el reino y el apellido de su padre se le fue otorgado pasando a llamarse desde ese momento Amanda BellaFleur.

Pero dentro de la mansión del duque la niña no recibía otra cosa más que maltratos por parte de su hermanastra y la madre de esta quienes constantemente la humillaban y le recordaban sus orígenes humildes burlándose abiertamente de su falta de modales en los eventos sociales. Su hermanastra Selenia era quien más se aprovechaba de ella y de su posición en la mansión BellaFleur haciéndole limpiar el suelo por donde pasaba, tirando objetos al suelo con el fin de hacerla recogerlos, golpeándola con su abanico cada vez que Amanda se equivocaba y hasta llegó al extremo de acusarla injustamente con la duquesa, su madrastra, para que esta le administrase un duro castigo. Solo su padre la amaba, solo cuando el duque estaba cerca Amanda era inmensamente feliz.

Un día cuando su hermanastra fue más cruel con ella de lo acostumbrado, Amanda huyo envuelta en lágrimas sin que su pobre corazón resistiese más. En esa ocasión su familia fue invitada a una cena a palacio organizada por el rey para la presentación del príncipe heredero. Amanda se sintió muy dichosa por tener aquella oportunidad, su madrastra no se negaría, puesto que su padre estaría ahí para defenderla. Pero Selenia quien detestaba a aquella hija ilegítima no desaprovecho una oportunidad para humillarla públicamente aquella noche.

—Hermosa Amanda, estás muy hermosa en verdad —dijo Selenia con una sonrisa burlona y quien estaba en compañía de su séquito de amigas, otras damas igual de elegantes y petulantes que ella.

—Gracias —respondió Amanda con recelo, puesto que conocía a su hermanastra lo suficiente para saber que palabras amables nunca saldrían de ella.

—Un hermoso vestido sin duda, tan hermoso que haría ver elegante hasta a un cerdo.

Las risas de las otras mujeres no tardaron en dejarse notar aumentando aún más la humillación de Amanda.

—Es cierto —dijo una de las amigas de Selenia —. No puedo creer que hasta los cerdos puedan verse tan bien en finas telas.

—Pero incluso los cerdos mal olientes —continuo Selenia dirigiéndole una mirada amenazante a Amanda —. Son capaces de conocer su lugar.

―Hermana Selenia ―hablo Amanda implorando con la mirada un poco de compasión hacia ella quien nada le había hecho.

― ¿Hermana? ―se burló Selenia junto a su séquito de amigas ―. ¿Lo han oído? La hija de una plebeya me ha llamado hermana.

―Me ofendería demasiado que una plebeya me llamara hermana.

―Somos hermanas, vivimos en el mismo hogar compartimos el mismo padre y nuestra sangre…

―No me hables de la sangre ―la mirada de Selenia se volvió más punzante y venenosa tan solo al recordar que era aquella muchacha plebeya la única dueña del cariño de su padre ―, tú y yo no tenemos relación alguna mi querida Amanda y jamás la tendremos.

Selenia se acercó a su hermanastra con una copa de vino en mano, aquella sonrisa malévola debió de alertarle a Amanda de lo que su infame hermana se traía entre manos, pero no pudo percatarse a tiempo hasta que la tuvo muy cerca de ella, Selenia se aproximó al oído de Amanda con delicadeza como quien desea contar una pequeña confidencia acción que no fue mal vista por nadie.

―Selenia ―murmuro Amanda apretando la tela de su vestido con fuerza, le temía demasiado como para rebelarse en público.

―Te odio Amanda ―y la copa de vino que Selenia traía consigo se derramó sobre el vestido de Amanda causando gracia en aquel grupo de mujeres petulantes y estiradas, una sonrisa triunfal se dibujó en los labios de la malvada Selenia.

―Qué barbaridad ―dijo una de las amigas de Selenia en son de burla ―. La plebeya está completamente impresentable

―Pero que torpe soy Amanda querida permite que te limpie un poco ―fingiendo amabilidad Selenia limpia el rostro de su hermanastra con su blanco pañuelo, la fina tela rápidamente absorbe el rojo carmesí de la bebida tiñéndose por completo, el vestido de Amanda se encontraba completamente arruinado.

―No puede ser lady Selenia su pañuelo se encuentra completamente estropeado.

―Es cierto miren nada más está sucio y mal oliente ―dijo Selenia para acto siguiente lanzarle el pañuelo manchado a Amanda aumentando aún más la humillación ―. Ahora quiero que lo laves y me lo devuelvas limpio, sucia Amanda.

Las lágrimas de Amanda no tardaron en bajar y salió huyendo lejos de aquel grupo encabezado por su hermanastra con su pañuelo sucio aun fuertemente sujetado entre sus manos, el dolor era inmenso, Amanda solo quería a su padre, solo en él podía confiar. No se percató de que tan lejos había llegado hasta que choco con alguien muy cerca a los jardines de palacio.

―Perdone usted, no veía por donde iba ―intento excusarse ella secando los vestigios de su llanto con el sucio pañuelo de Selenia.

―No mi lady, soy yo quien debe pedir perdón por haberla asustado de esa manera.

Al levantar la mirada y observar aquel rostro con mayor detenimiento los ojos de Amanda se abrieron por la sorpresa, era nada más que el príncipe heredero y el prometido de su hermanastra Selenia su alteza Gregor Castiello I.

―Larga vida al príncipe heredero ―se apresuró a decir Amanda ejecutando una reverencia algo burda para una dama aristócrata, pero que en ella se veía muy tierno. Se encontraba sumamente nerviosa y avergonzada por encontrarse con su alteza el príncipe en aquellas fachas. El príncipe no reprimió una sonrisa al verla.

―Levante su rostro mi lady no sea tímida ―dijo el príncipe queriendo contemplar con mayor detalle aquel encantador rostro.

―Temo no encontrarme presentable para su alteza ―respondió Amanda bajando la cabeza sumamente avergonzada ―, por favor ruego su perdón por mi falta de modales.

Sin deshacer aquella sonrisa Gregor levanta con suavidad el rostro de la dama angelical dejando que la luz nocturna iluminara aquel rostro encantador, era tan hermosa y llena de dulzura y el príncipe quedo tan maravillado por la belleza la de la joven que Gregor tuvo fuertes impulsos por proteger a tan puro y frágil ángel. Y así lo hizo

―Puedo decir mi lady sin miedo a equivocarme que su belleza es envidiada hasta por la misma luna presente en esta noche. Si mi atrevimiento no le causa rechazo ¿Me daría usted permiso de acompañarla en esta noche?

Amanda algo apenada, pero conmovida por el príncipe aceptó encantada aquella invitación, Gregor seco sus lágrimas con su propio pañuelo de lino y sujetando su mano la escolto hacia el salón de baile llamando la atención de todos los presentes incluida Selenia quien observaba roja de furia la interacción entre su hermanastra y el príncipe. El príncipe bailó con ella la primera melodía de la noche y mientras el tiempo transcurría Gregor se permitió enamorarse de aquella hermosa niña de sonrisa y rostro de ángel, aquella muchacha que había sido bendecida para ser amada por todos.

Y es así que Amanda y Gregor se hicieron cada día más cercanos y Selenia habiéndose visto desplazada intento un y mil formas de separarlos, pero ninguna había resultado y los maltratos hacia Amanda se acrecentaron.

Meses después en un baile organizado por el mismo príncipe de la corona, Gregor al enterarse del vil comportamiento de Selenia hizo de conocimiento público las fechorías hechas por la hija de la duquesa y el maltrato causado hacia la inocente de Amanda, mando a castigar a Selenia rompiendo su compromiso con ella y haciéndola pagar por el daño infligido hacia la pobre de Amanda. A pesar de todo lo sufrido en manos de Selenia y la duquesa Amanda pidió piedad por ellas porque su corazón no estaba hecho para guardar rencor por tal motivo en vez de encarcelarlas Gregor las exilio removiéndoles de su estatus de nobles y mandando a la duquesa a servir en el convento y a su despiadada hija a trabajos forzados en el campo donde pasaría sus días.

Amanda y Gregor proclamaron su amor abiertamente y toda la corte mostró su aprobación y bendijo a la pareja deseándoles buena fortuna.

Y es así que la niña que nació de una plebeya conquisto al príncipe heredero con su buen corazón y se convirtió en reina y fue amada por todo su pueblo y la felicidad llenó sus días demostrando que la bondad y el sacrificio siempre eran recompensados y que al final el amor siempre triunfara por sobre el mal.

El amor siempre vence y el mal es castigado.

Este no es el fin ni mucho menos el verdadero inicio. Esta no es una hermosa historia de amor donde el bien siempre triunfa sobre el mal y las villanas de negro corazón son castigadas por los actos cometidos hacia aquellas niñas benditas con el don de ser amadas por todos.

Porque incluso el ser más despreciado y vil tiene su propia historia que contar y su propia versión de como las cosas se suscitaron, aunque a nadie le interese tan siquiera oírla.

Yo soy la villana Selenia BellaFleur y hoy voy a morir.

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Érase una vez una villana

...PRIMERA PARTE...

...I...

Los fríos grilletes sujetan mis muñecas tan fuertemente que las manos se me entumecen y es sumamente doloroso, atrás quedaron los días en donde era conocida como aquella dama perfecta a la que todas anhelaban aspirar, una digna portadora del apellido BellaFleur.

¿Quién me viera ahora?, mi cuerpo está cubierto de una sucia tela raída que tiene como única finalidad cubrir mi desnudes, mis uñas están rotas de tanto arañar la pared al momento de recibir los latigazos previos a mi ejecución. Mi larga cabellera platinada ha sido cortada para facilitar al verdugo la tarea de cortar mi cabeza.

Este es el final para mí, es aquí a donde mis actos me arrastraron y me sumergieron en este pozo sin fondo, mi vida transcurrió tan fugaz como una efímera y a mi muerte estoy segura que mi solo nombre será aborrecido y escupido por todos aquellos nobles que antes apoyaron mi compromiso con el príncipe de la corona y que ahora reniegan de mi existencia llamándome bruja. Y mientras escucho a la multitud enardecida pedir por mi pronta muerte mi tembloroso y cobarde corazón intenta dominarse y no permitir que la humillación pública a la que estaba siendo sometida lograse alterarme pese a que me encontraba en mis momentos finales, aún recuerdo las enseñanzas de mi madre “una verdadera dama se mantiene imperturbable Selenia” a si pues he de comportarme hasta el final puesto que es lo único que sé hacer, obedecer como una buena dama, morir con elegancia.

¿Quién me recordará cuando deje este mundo? ¿Quién llorara mi muerte cuando mi cuerpo caiga desfallecido? ¿Quién pedirá por mi alma? Jamás le temí a la muerte, pero si al abandono y al olvido.

Mis ojos temblorosos se dirigen hacia el atrio principal donde se encuentra aquel quien hacía algunos meses atrás fue mi prometido, el hombre que un día me dijo palabras de amor, que prometió quedarse a mi lado y protegerme, aquel hombre hoy se encontraba a lado de aquella niña tan amada por todos que ocupo mi lugar y me desplazo como un artefacto roto e inservible. Era tan doloroso de contemplar que mis ojos traidores no pueden evitar soltar algunas lágrimas.

También veo a mi padre al lado de mi ex prometido y de la nueva princesa, él me observa con esos ojos fríos que jamás en toda mi vida me mostraron ni una pequeña pizca de amor, ¿Acaso no sentía por la muerte de su primera hija? ¿Acaso tan siquiera no me miraría con amor, aunque sea en los segundos finales? ¿Por qué no me ama? ¿Por qué mi padre me rechaza de esa manera? Es cierto, su única hija siempre fue y será Amanda, la hermosa Amanda, aquella quien me hizo caer en la envidia y cuyo odio hacia ella me llevo hasta el camino de mi muerte.

En mi mente el recuerdo de aquella noche de mi exilio y de mi rompimiento con Gregor retorna a mí como una última visión antes de mi deceso, el rostro frio y duro de mi padre quien jamás en su vida tuvo un gesto de cariño hacia mí se quedó tan arraigado en mi memoria que incluso ahora es mi recuerdo final.

“― ¿Por qué no me quieres?” ―llore a sus pies sujetando con fuerza la tela de su pantalón mientras le miraba suplicante y completamente derrotada, todo lo había perdido y ya nada me quedaba pero con desesperación seguía aferrando a la idea de poder aunque sea solo una vez recibir aunque sea un poco de afecto de mi padre pero al no encontrar nada para mí en el salvo una total indiferencia mi desconsuelo se acrecentó, me encontraba en el total desamparo ―, “¿es porque no soy cómo Amanda?, ¿Por qué le has dado todo tu cariño a Amanda y me lo has negado a mí? ¿Por qué siempre me miras con odio papá? He hecho todo lo que me has pedido, he obedecido cada palabra tuya sin negarme a nada, solo quiero un poco de tu cariño ¡Por favor padre no lastimes mi corazón! Mírame con cariño, solo mírame como la miras a ella papá, por favor”.

Estaba deshecha mientras suplicaba por aquel trato cariñoso inexistente en mi padre o al menos para mí. Mis lágrimas bajaban por mis mejillas con intensidad y mi cabeza estaba hincada al suelo. ¿Hasta dónde una hija tenía que mendigar un poco de amor de su propio padre? ¿Por qué me rechazó toda mi vida? Tal vez si me hubiese querido, aunque sea un poco yo no hubiese tenido que llegar a donde me encuentro actualmente, tal vez si hubiese conocido lo que era el amor no me hubiese aferrado a Gregor y a sus promesas vacías. Tal vez mi destino hubiese sido tan distinto.

Pero no resulto así.

― “Para ti no tengo nada Selenia” ―fue lo que dijo con aquel tono frio y despiadado de siempre ―. “Eres la vergüenza de mi casa y el mayor error en mi vida”

El peso de todo cayó encima mío y un dolor mucho mayor que el de haber perdido a Gregor causo una puñalada en mi corazón.

― “¡Soy tu hija, padre! ¡Yo también soy tu hija!”

― “Ya no lo eres” ―dijo ―. “Eres solo un estorbo, siempre lo has sido”.

Tan solo un estorbo, y las esperanzas puestas en mi padre se desvanecían como si todo hubiese sido una especie de ensueño, una fugaz ilusión que jamás se vería realizada.

Toda mi vida tan solo anhelé un poco de su cariño, algunas tiernas palabras que me demostrara que en verdad me quería y que estaba orgulloso de mí, todo lo que hice fue por mi padre, pero nunca le fue suficiente.

Todo lo que hice fue por amor…

Qué tontería el haberme aferrado con desespero a algo a lo que nunca estuve destinada “el amor sana” dicen “el amor perdona y salva” , el amor nunca me salvo, fue por amor que busque dañar a aquella quien recibió todo el cariño de mi padre, fue por amor que lastime al ángel más amado por el pueblo por haberse atrevido a tomar a mi prometido el primer príncipe, fue por amor que me rebaje a actos indignos y de los que ahora me arrepiento y al final al verme derrotada, al verme humillada y despojada de todo lo que alguna vez me perteneció busque envenenarla al enterarme que esperaba un hijo del hombre a quien yo más quería.

Tuve que pasar por mi humillación para darme cuenta que todo lo que alguna vez yo creí y me aferre no era amor verdadero, no era ni la sombra de ello.

La fría y dulce promesa de mi muerte se acerca y me consuela en los segundos finales. Mis ojos contienen mis lágrimas las cuales no pienso mostrar ante nadie, a diferencia de Amanda yo jamás lloraba en público, mi dolor lo mantuve siempre oculto tal y como me enseñaron, tan solo para mí y la soledad de mi recamara.

Debí haber seguido en el exilio y nunca haber regresado a este reino de lágrimas. Pero ya es demasiado tarde para arrepentimientos.

—Selenia BellaFleur —escucho decir mi nombre y los abucheos no se hicieron esperar lanzando miles de insultos hacia mi persona y deplorándome. Observo a Gregor, el dueño de aquella voz, ahora convertido en rey y siendo el encargado de hacer cumplir mi castigo —. Se le acusa de intento de asesinato hacia nuestra amada reina, conspiración y además atentar contra la vida de mi hijo no nacido, ¿Cómo se declara?

Nadie llorará por mí ni tan siquiera el padre que lleno mi cabeza de ilusiones y esperanzas. ¿Por qué debía de oponerme? Ya no tengo nada más que agregar porque además sé que no importa cuán arrepentida me encuentre o cuantas suplicas clame al cielo y al rey pidiendo misericordia por mi vida, mi suerte ya estaba echada y todo había llegado a su fin.

—Culpable —digo, y una sonrisa melancólica se dibujó en mis labios, voy a morir de todos modos así que ¿Qué más da?, no negare los crímenes que se me imputan.

Mi afirmación solo causo la ira del rey Gregor y de los nobles más importantes del concejo de justicia.

—Sucia bruja —escupió Gregor mirándome con desprecio mientras protegía con su cuerpo a una afectada Amanda cuyos ojos verdes se deshacían en lágrimas y buscó la protección de aquel hombre que había prometido salvaguardarla ¿De qué lloraba esa mujer? Toda mi vida fue usurpada por ella.

—Gregor —dice Amanda con suave abrazando a su esposo y buscando consuelo, tiembla de pavor tan solo al verme como si aún representase un peligro para ella. Que absurdo, tengo las manos atadas y el cuerpo molido a látigos, no poseo la fuerza necesaria para ir hacia ella y atacarla.

En mi corazón no puedo evitar cuestionar cada expresión de mi hermanastra. No finjas Amanda, nunca me temiste realmente. Tu corazón puro está igual de manchado que el mío, pero nadie salvo yo puede verlo, porque te conozco y sé dé lo que puedes llegar a ser para conseguir lo que más anhelas.

—Es momento de que pagues tus pecados y mueras como la bruja que eres ―proclamo mi ex prometí haciendo oficial mi sentencia.

Gregor Castiello continúa siendo igual de cruel conmigo como siempre lo fue, la venda había caída al fin de mis ojos y ahora podía ser capaz de contemplar aquella realidad que siempre se me mostro y a la que me negué muchas veces.

Mi querido y amado Gregor, no tienes idea de cuánto te quise aun cuando solo recibí indiferencia de tu parte, este es pues querido mío el final para ambos. Siempre anhelé una mirada cálida, anhelé tu atención y guardaba la esperanza de alcanzar el amor que tanto perseguí contigo. Pero los anhelos y deseos de una villana jamás llegan a ser oídos y ahora tus ojos miran a otra y tus brazos guardan a tu reina. Los ojos se me humedecen tan solo al contemplar aquel cuadro tan perfecto que ensalzaba al amor, quizás a mi lado Gregor nunca hubiese alcanzado la felicidad y yo hubiese tenido que conformarme con migajas de un amor que nunca me perteneció, pero nada de eso importa ahora. Soy una villana después de todo y las lágrimas de las villanas nunca son importante.

Ya es el momento, mi cuerpo se estremece y puedo sentirlo, con ayuda del verdugo mi cabeza es acomodada en el tronco de los condenados, todavía conserva restos de sangre de muchos otros antes de mí, puedo sentir sus suplicios y el miedo a la muerte. La multitud guarda silencio mientras mi largo cuello es depositado con suavidad. Los recuerdos de mi infancia me invaden de pronto sin que pueda hacer algo para evitarlo. Una niña solitaria nacida en un hogar sin amor, un padre que solo la vio como un medio para afianzarse en el poder. Una madre ausente, un prometido distante y una hermanastra tan hermosa y gentil que tomo todo el amor para sí misma.

Porque no importa cuanto lo intente al final este es el destino de cada villana. Dolor, tristeza e ira es lo único que siento al recapitular mi vida, vivimos morimos y somos condenadas al olvido, es lo que me merezco por buscar el amor en el lugar erróneo.

Hace frio, los dedos de los pies se me congelan y entumecen, solo anhelo que todo termine pronto, tan solo quiero que los insultos se detengan y al final pueda ser libre lejos de este reino de lágrimas, lejos de Amanda y Gregor, lejos de mi madre y padre, lejos de este mundo tan doloroso.

― ¡Maten a esa bruja!

― ¡Que muera!

― ¡Corten su cabeza! ¡Trae desgracia al reino!

No llores Selenia, contén las lágrimas, resiste se fuerte. No tengas miedo a la muerte, es mucho mejor que vivir con el odio de todos. No llores porque pronto ha de terminar.

El hacha cae en mi garganta y siento como mi cabeza es separada de mi cuello, mis ojos permanecen abiertos por unos segundos. Solo esos segundos son suficientes para ver la sonrisa de Amanda, esa sonrisa de burla. Al fin muestras quien eres querida hermana, aunque ya es tarde para mí.

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En las aguas del olvido

...II...

¿Qué es aquella sensación vacía en mi alma? Aquella infinita calma que me envuelve por completo nace desde algún lugar en mi pecho y se extiende por todo mi cuerpo. Al fin ya no siento dolor ni soledad.

Mi vida no fue más que unas constantes malas decisiones, dejé que la envidia y el odio me consumiera. Toda mi vida perseguí aquella dulce promesa. Busque un amor de padre que no halle, mi prometido el primer príncipe se enamoró de mi media hermana y la prefirió a ella haciéndome la burla de toda la corte. Me aferraba a ese amor a pesar de que me había dado la espalda. Quizás si hubiese tenido un poco de amor propio no me hubiese dejado cegar por el odio ni la envidia. Tal vez mi destino hubiese sido distinto, nunca lo sabré, ya es demasiado tarde.

―Jamás es tarde para corregir nuestros actos ―una voz rompe el silencio existente en aquel espacio negro y vacío y me altero por vez primera desde que llegue a aquel lugar.

¿En dónde es que me encuentro? ¿Es este el infierno? No me sorprendería que este fuese mi destino final luego de todo el daño que he ocasionado. Intento mover mi cuerpo, pero es como si estuviese sumergida en un inmenso océano, mis brazos y piernas se mueven con lentitud y pesadez mientras intento avanzar, todo está tan oscuro que no logro ver nada más allá de mis narices.

“¿Quién está ahí?” ―intento decir, pero es inútil pronunciar palabra alguna es como si intentase hablar bajo el agua.

―Debes dejar de luchar contra la corriente niña o tu alma quedará perdida en las aguas oblivias por siempre.

De nuevo aquella voz en medio de toda la nada y mi corazón empieza a inquietarse aún más ante la posibilidad de algo indeseado.

“¿Quién eres tú?” “¿Qué es este lugar?” ―son las preguntas que repentinamente me asaltaron al no poder emitir palabra alguna.

―Yo lo soy todo y estoy en todos lados ―dice la voz del vacío lo que causa más dudas en mí que respuestas, pero antes de que pudiese formular más preguntas su fuerte voz vuelve a retumbar en mi cabeza ―. Soy el dios del tiempo y del espacio y tu alma yace en mi mundo ahora.

Se supone que estoy abrazando mi muerte, se supone que mi destino es desaparecer en el olvido entonces ¿Cómo fue que llegue a parar ante la presencia del dios del tiempo?

“¿Es este mi final?, ¿qué estoy en este sitio?"

―Haces muchas preguntas para ser un alma que ha transitado innumerables veces por los mares del olvido y antes de que formules otro cuestionamiento, en efecto, has tenido otras cuatro vidas con anterioridad y en todas fuiste una mujer despiadada y vil.

La sorpresa es tal que me quedo enmudecida ante la revelación de mi paso por este mundo, entonces mi destino siempre es el de la villana y mi suerte es el de perecer como pago por mis crímenes ¿Por qué soy consciente de todo lo que me rodea y sobrecoge?

―Te has dado cuenta ―hablo una vez más la voz del tiempo ―. Todas las almas al llegarles la hora son conducidas hacia mí y luego permito que se sumergen en el mar del olvido donde sus memorias son borradas y sus almas purificadas de nuevo para ser mandadas al mundo una vez más donde se les da la oportunidad de corregir los errores de sus vidas anteriores. Una y otra vez regresan a mí y cada vez sus corazones son más ligeros y el peso de sus pecados disminuyen y es cuando dejan de regresar a mis aguas y pueden al fin ascender al firmamento para su descanso eterno. Pero tú Selenia en todas tus vidas has sido una mujer cruel y sin escrúpulos tus acciones causaron dolor y trajeron miseria a todo aquel que tuviese la mala fortuna de toparse contigo.

“Si soy tan despiadada y cruel ¿Cuál es la razón para seguir enviando a una persona como yo al mundo?” ―puede que no me encuentre en una situación en donde se me permita reclamar a un dios omnipotente, pero no era necesario enfatizar mi comportamiento en vidas de las que ni siquiera recuerdo.

―Cuatro veces te presentaste ante mi Selenia y en esas cuatro veces borré tu memoria para permitir que regresaras a purgar tus crímenes y sanaras tu corazón. Pero fallaste y retornaste arrepentida para que volviese a borrar tus recuerdos y te permitiese volver a nacer, cuando empezaste tu quinto regreso vi cómo te transformabas de nuevo en la mujer de tus anteriores vidas y con tristeza me di cuenta de que tal vez mi benevolencia me impedía ver que los intentos por hacer que tu alma lograse salvarse eran en vano.

¿Eso era todo entonces? ¿He agotado mis intentos y ahora sería arrojada a la nada en donde pasaría la eternidad pagando las acciones crápulas de todas mis vidas? Si tan solo tuviese una oportunidad intentaría al menos impedir mi muerte.

―Pero estás aquí ahora de nuevo y por más que sigas sumergida en aquellas aguas que ya deberían haber hecho que olvidases tus vivencias aun conservas tus recuerdos y estas consiente de todo lo que está sucediendo en este momento.

“¿Y eso que significa?” ―inquiero sin tener la menor idea de adonde quería llegar o tan siquiera saber si todo esto no era más que un sueño extraño o una especie de castigo divino ―, "¿Es este mi final?"

―Mi querida Selenia ―habló la deidad ―. Yo lo veo todo y nada escapa de mi eterna vigila y a pesar de que en tus vidas anteriores fuiste una persona cuestionada y con un comportamiento déspota y despiadado he de decir que en esta última existencia tu destino estaba lejos del camino del mal, incluso me atrevo a decir que hubieses podido llegar a ser una persona generosa si las circunstancias vividas no hubiesen alterado tu corazón ni envenenado tu alma, así pues yo el dios del tiempo y del espacio puedo ver un poco de luz en tu ensombrecido camino.

“¿Está diciendo que me dará una segunda oportunidad?” ―por un segundo por un corto instante me permito tener esperanza de que tal vez en esta nueva vida pueda alcanzar la felicidad no de la manera egoísta, puesto que ya experimente ese estilo de vida y nunca termina en algo bueno, anhelo poder aspirar a ser querida genuinamente por alguien, anhelo con todas las fuerzas de mi corazón labrar mi propio camino, ya que no deseo experimentar nuevamente una muerte tan dolorosa y humillante.

―Tendrás una segunda oportunidad ―dijo el dios del tiempo y su voz a pesar de que no podía divisarlo era imponente y causaba temor ―, pero será esta vida la que volverás a recapitular, te permitiré regresar a tu tiempo y a tu reino en una fecha elegida por mí y deberás ser lista si deseas cambiar tu destino y aspirar a una vida sin vicios ni egoísmos o de lo contrario se terminaran las oportunidades y tu alma permanecerá en el vacío infinito y te extinguirás por siempre.

“¿Dice que me hará regresar a una vida en donde fui ignorada y desplazada por mi propia familia?” ―digo recordando con detalle cada episodio de mi vida y en cada una de mis memorias solo pude ver la total indiferencia de mis padres y la constante presión por cumplir aquellas expectativas impuestas ―, "¿En dónde fui ensombrecida por una extraña que llego a mi hogar y oculto su verdadero rostro hasta el último momento de mi ejecución?"

―He tenido suficiente contigo Selenia ―el fuerte tono empleado hace que me encoja y baje la cabeza avergonzada por mis reclamos cuando una nueva oportunidad se me estaba otorgando, pero es que no puedo evitarlo cuando lo recuerdo todo y sigo sintiendo dolor y resentimiento, me avergüenzo de eso lo admito soy un ser humano imperfecto incapaz de olvidar todo de la noche a la mañana, la sola idea de volver a ver a mi padre y sentir de nuevo su trato hostil y soportar de nuevo la presión de ser la dama BellaFleur ―, he sido benevolente contigo por cuatro vidas enteras y he permitido que expíes tus culpas si excito alguno ¿Te atreves a cuestionarme y renegar de la oportunidad que te ofrezco? ¿Te atreves acaso a rechazar el divino regalo de la redención? Selenia BellaFleur habla ahora antes de que decida dar por finalizado este encuentro y tú tengas que ir al vacío donde pasaras la eternidad.

“Ruego perdón” ―suplico apretando mis manos contra mi pecho y conteniendo las lágrimas aun cuando desconozco si la simple acción de llorar sea posible en medio de este inmenso y profundo océano de recuerdos ―. "No es mi intensión ser egoísta, lo he sido por largo tiempo y yo más que nadie sé a dónde lleva ese sendero, pero usted dios del tiempo que todo lo ve y nada escapa de su constante vigilancia sabe muy bien la clase de vida que ha de esperarme a mi regreso. No deseo tropezar con las mismas piedras una vez más"

―Recuerda Selenia que la única con el poder para modificar tu suerte eres tú, dime ¿Te arrepientes de todo lo que has causado? ¿Tu corazón desea librarse de esas ataduras?

“Si” ―me quiebro ―, “ninguna de mis acciones fue correctas, dejé que la envidia y los celos me dominasen y en el camino perdí mi verdadero rumbo, deseo recuperarlo”.

― ¿Qué buscarás una vez retomes tu vida nuevamente?

“Sobrevivir” ―digo sin dudar ―, “Solo quiero ser feliz”

―Mi querida Selenia ―por primera vez desde nuestro encuentro siento sus palabras cálidas y con ternura, nadie se me había referido a mi de forma tan paternal que me sobrecogí ―, la única que puede darte ese amor que tanto anhelas para ti eres tú misma, si no puedes amarte entonces no busques amor porque ni todas las alabanzas y halagos serán suficientes para llenar el vacío en tu corazón, tu eres la única que puede liberarse a sí misma.

Soy la única con la voluntad necesaria para cambiar mi destino, una sonrisa tranquila se dibuja en mis labios por vez primera y dejo que mi cuerpo sea arrastrado por las aguas de aquel océano infinito. Paz es todo lo que siento y una liberación que no se compara con nada antes experimentado.

―Ya está hecho ―oigo decir y mi corazón late más aprisa porque sé que dentro de algunos segundos seré arrojada de nuevo al lugar de donde vine.

“Tengo miedo” ―confieso abrazándome a mi misma y colocándome en posición fetal buscando un poco de seguridad.

―No temas Selenia, sigue los designios de tu corazón y serás libre.

La libertad es todo con lo que sueño ahora, quiero ser libre del duque y de Amanda, quiero ser libre para labrar mi propio futuro para decidir a donde ir y a quien amar.

Una fuerte luz me rodea ¿Qué es todo esto? La calidez se disipa, un frío casi insoportable se apodera de mi cuerpo. Mi pecho se agita, tengo mucho miedo. La luz se vuelve cada segundo más brillante envolviéndome por completo. Las vivencias de la vida que deje vuelven a reproducirse en mi cabeza. Mi muerte, el atentado contra Amanda, mi vida en el exilio, la noche en el baile cuando Gregor anulo nuestro compromiso en frente de todos y me expulso, Amanda llegando a la mansión por primera vez, mi padre mirándome con ojos fríos, los golpes en mis pantorrillas cada vez que cometía un error, la soledad de mi recámara, la indiferencia de mi madre, dolor, tristeza y esperanza…

Quiero tener esperanza, solo anhelo un final feliz.

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