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Mi Amor Inesperado

Prólogo

~Cuenta la leyenda que en la vida de una mujer siempre llegan dos hombres: El amor de su vida y su alma gemela. Y aunque se podría pensar que es lo mismo, la realidad es que son totalmente diferentes.

¿Por qué son diferentes?. Pues bien aquí va la respuesta.

El amor de su vida será aquel que entrará a su corazón sin avisar, sin pedir permiso e invadirá su mente, sus deseos, su piel, y todos sus sentidos. Lo amará como nunca amó a nadie, y después de él no volverá a amar igual.

Y....

El alma gemela se cruzará en su camino en primer lugar para alejarla de la soledad, para ayudarla a conocerse más y mejor a si misma, la ayudará a crecer como ser humano, en todos los sentidos. Esa persona será su espejo y ella será el suyo.

La misma leyenda cuenta también que tristemente el amor de su vida marcará un antes y un después en su vida, pero finalmente todo terminará, pues él la hará llorar y sufrirá demasiado para después continuar sus vidas por separado, aunque seguirán extrañándose por dentro...

Pero luego llegará su alma gemela quién vendrá a sanar las heridas que dejó el amor de su vida, le dará confianza nuevamente, cariño, y así le ayudará a levantarse. Su alma gemela será todo lo que ella busca en un hombre y lo querrá mucho, por él sentirá mil emociones y aunque ella creerá amarlo en realidad nunca va a sentir por él lo mismo que sintió con el amor de su vida, ella será feliz con él porque la ayudara a rehacer su vida.

Ahora la pregunta que finalizará está leyenda peculiar; ¿La chica volverá con el amor de su vida o continuará con su alma gemela?.

¿Qué eliges tú?.

¿Qué va a elegir la protagonista?.

(***)

En esta historia encontrás;

~Regresos inesperados~

~Secretos~

~Venganza~

~Y sobre todo amor~

~Y un posible triángulo amoroso~

Eso lo que encontrarás en esta historia y espero que me acompañes desde este punto hasta el final.

《EL amor es inesperado. No sé puede controlar ni evitar. No es cuando tú quieres. O cuando el mundo cree que lo necesites... 》

(***)

Hola chicos(as), sean bienvenidos a mi primera novela.

Les agradezco infinitamente que hayan entrado a leer mi novela.

...¡Estoy muy feliz de tenerte aquí!...

...Como toda nueva escritora...

...tengo que avisarles que mi ortografía no es muy buena que digamos pero trato de hacer lo mejor posible para que se sientan cómodos al leer....

...Pueda que al principio encuentren los capítulos sin importancia o no vean trama alguna en estos y sientan que son muy aburridos, pero les aseguro que si siguen leyendo podrán darse cuenta de la trama y de lo que sucederá, será entretenido ya verán....

《Solo denle una oportunidad a mi novela...》

...Quiero que sepan que está historia la empecé a escribir a una corta edad y que a esa edad no tenía algo en mente de lo que iba a escribir y solo escribía disparates (como suelen decir), pero ahora estoy tratando de editar los capítulos de buena manera....

...Espero que me apoyen con un voto o algún comentario( Me gustaría saber si les gusta la novela), acepto toda clase de opiniones o críticas (Críticas constructivas y no ofensivas)....

...Espero que me acompañen desde esta parte hasta el último capítulo de está novela☆....

***No a los lectores fantasmas***

*Algunas de las frases que pongo a los inicios de los capítulos son sacadas de internet*.

(***)

bye❤️

El Inicio

《Nunca es tarde para emprender un nuevo rumbo, vivir una nueva historia o construir un nuevo sueño...》

(***)

¿Cómo empezar esto?... No tengo idea.

¿Qué debería decir?... No tengo idea.

¿Que debo narrar o contar?... ¡No tengo la más mínima idea!.

Soy una chica algo extraña para no decir peculiar ¿Ó debiera decir peculiar para no decir extraña?... Bueno no sé, el punto es que están a punto de conocer mi vida y todo lo que eso conlleva, y bueno si debo empezar seria por el...¿El principio?.

Si tal vez.

Y bien, si es así entonces vamos hasta como empezó mi típica mañana de un típico lunes.

(***)

Estaba soñando algo pecualiarme hermoso e interesante, cuando de repente escuché el cantar de los pájaros y sentí los hermosos rayos del sol en mi cara haciendo que me despertará con buen humor...

Esperen...

Así no pasó en realidad...

¿Osea quién narra cómo empezó su mañana?, Por que yo soy muy mala en eso.

¡Oh Dios!.

Mejor continuemos sin ser tan clichés.

En realidad fue algo asi; Soñaba con el protagonista de una serie que estaba viendo recientemente...

¡Oh vamos!, creo que no soy la única que hace eso...¿O sí?

Continuemos mejor...

Estaba tan feliz mientras disfrutaba de la calidez que me brindaba mi cómoda cama hasta que sentí un líquido en mi cara y en la parte baja de mi estómago, un líquido muy frí a decir verdad.

Muy frío...

¿Frío?

Cuando sentí el agua fría caer como cascada sobre mi cara, y en si todo mi cuerpo, me desperté de un saltó provocando que me enredara con las sábanas y que en cinco segundos después estuviera ahora acariciando el hermoso piso de mi habitación, había caído de frente contra el suelo haciendo que mi mañana iniciará de buena manera y de manera rara.

-¡Auch!- Exclamé mientras sentía un leve ardor en la frente, frunzo el ceño disgustada por la manera tan linda de despertar.

Se suponía que así no iba a iniciar mi día.

Escuche una risa de burla que yo conocía a la perfección, levanté la mirada algo enojada y pude observar a mi "querido" hermano Marcus riéndose de mi mientras rodeaba su estómago con sus dos manos, le hacía gracia la situación.

Que hijo de su...bueno no nos pongamos ofensivos desde temprano.

Debería sonreír y decirle que no es gracioso de manera amable, pero... Dije debería y mi humor actual no estaba para ser amable precisamente.

-¡¿Qué te pasa, estúpido?!, ¿Estás idiota? ¿Ó qué? - Solté con la voz llena de molestia, mientras me levantaba del piso pude notar que mi pijama estaba algo mojada y sentí ganas de rodear el cuello de mi hermano y asesinarlo.

La parte frontal de mi cara dolía todavía y rezaba para no tener un moretón.

Pobre de mi bello rostro de Victoria's Secret, ya quisiera yo.

-Pues no es mi culpa, hermanita - Marcus me guiño un ojo con evidente burla, Lo observé con algo de ironía e incredulidad-, bueno tal vez la culpa sea algo mía pero es que hice de todo para que despertarás; te hice cosquillas, te quite la almohada y te golpeé en la cara con ella pero tu ni señales de vida dabas, te iba a quitar las sábanas pero me arrepentí- Levanté una ceja enojada, él se encogió de hombros siendo indiferente-, Se ve que tienes el sueño pesado eh, pero para que despertarás lo único que se me ocurrió fue que te tirará agua fría en la cara, agua muy fría...y mira tú, si funcionó - Dijo con simpleza y aplaudió al final de su discurso.

Yo permanecí frente a él soportando las ganas de matarlo.

Sentía unas tremendas ganas de borrarle esa estúpida sonrisa de la cara.

-¡Hijo de mi sagrada madre!, Vete de mi habitación antes de que te mate engendro del demonio...- Expecté con enojo mientras lo apuntaba con mi dedo con evidente furia en mi rostro, luego me acerqué a él para sacarlo de mi habitación a patadas.

-¡Calma tus garras bestia!- Me grito mientras yo lo empujaba fuera de mi habitación- Le diré a mamá que me estás maltratando- Ya estando afuera sonreí con hipocresía.

- No me importa, adiós- Y cerré la puerta en su cara, escuche un grito de su parte pero no me importo él se lo busco y si me busca me encuentra, aquello era algo típico que decía mi madre.

Apoye mi espalda sobre la puerta y solté otra maldición no tan linda mientras cerraba mis ojos con fuerza, ya ni uno puede dormir en paz.

Rayos.

Y es así como son todos los días de mi vida o la mayor parte de ésta, siempre termino levantada a causa de mi hermano y segundo después me encontraba con la cara estampada contra el piso.

En las mañanas no tengo un buen humor que digamos, la mayoría de las veces despierto enojada con el mundo.

Estando apoyada contra la puerta me fui deslizando hasta caer al suelo, desde donde estaba observé hacía la ventana y Solté un suspiro sin poder evitarlo.

Apoye mis manos sobre mis rodillas y traté de que los recuerdos no volvieran atacarme como antes.

Sentía un vacío uno muy grande dentro de mi, algo me faltaba y sentía que estaba incompleta. Y aunque me doliera sabía a la perfección lo que eso significaba.

Sabía que aunque pasaran diez años o veinte siempre iba a tener presente lo que había pasado y sabía que aunque recibiera ayuda no iba a poder olvidar todo completamente.

Sabía lo que hacía mi hermano, pues aunque él no me lo diga sé que trata de ayudarme a tratar de volver a ser la misma de antes pero era imposible ser la misma luego de todo lo que pasó.

Mi familia quiere que pueda superar lo que sucedió y aunque ellos crean que estoy bien la verdad es que no, por fuera puedo estar feliz y lucir que ya olvide todo y no me afecta pero la triste verdad es que no es así. Por dentro me siento devastada e infeliz, me siento triste y decepcionada tal vez con el destino.

Hoy era uno de esos días donde despertabas y te ponías a pensar en todo lo que has hecho con tu vida, te pones a pensar en las decisiones que has tomado y si estás fueron las correctas, te pones analizar situaciones que pasaron y si estas fueron las adecuadas. Sin duda hoy era un día de esos que sientes muy sola y apartada de tu alrededor. Solo eres tú y tu mente.

Mi nombre es Katia Elizabeth Morgan Wilson, Tengo diecisiete años, pero cumplo los dieciochos años en dos meses y algunos días más, soy una chica algo complicada a decir verdad.

Tengo secretos como todo el mundo, tengo miedos como todo el mundo.

Y tengo una gran debilidad de la que muy pronto sabrán. Es algo de lo que no me gusta hablar.

Tengo cosas buenas y malas por contar pero lo sabrán después.

A mi corta edad he pasado por cosas que me han marcado de manera dolorosa, una de esas cosas fue que sufrí mucho a causa de perder a una persona que quería y amaba... Pero tal vez cuente esa historia luego. Repito. No me gusta hablar sobre eso.

Creo que a todos nos afecta un tema en sí y a mi me afecta hablar de él.

Soy una chica común y corriente que no tiene nada en especial, no les voy a inventar cosas innecesarias que hagan perder su tiempo.

Tengo un odioso hermano de quince años que creo que ya conocieron; Marcus Morgan, es un chico torpe, sarcástico le gusta molestarme la existencia la mayoría del tiempo, pero muy en lo profundo de mi corazón lo quiero, muy en lo profundo.

Mis padres; Elizabeth Wilson y Carlos Morgan ellos son las personas que más admiro y me han apoyado en todo, los amo demasiado a los dos y son mi todo. Mi familia es la cosa más importante que tengo y luchó cada día para que no vean mi sufrimiento y sientan lástima por mi, creo que lo único que en verdad odió sería sentir su lastima hacía a mi, solo deseo que vean que ya superé todo, si estoy mal ellos están mal y eso no es lo que quiero.

Soy hija de unos empresarios muy reconocidos en el país, y aquello hace que muchas personas nos conozcan. El apellido Morgan es uno muy famoso e importante, estoy muy orgullosa de que mis padres hayan podido cumplir todo lo que alguna vez desearon, no fue fácil pero con trabajo y dedicación lo lograron.

La familia de mi padre y la familia de mi madre fueron vitales para lograr lo que ahora tenemos, somos una familia muy unidad.

Los Wilson y los Morgan son ahora apellidos que se están volviendo muy reconocidos en el país y tal vez en otros también.

Mi padre junto con mi abuelo y otros miembros de la familia pudieron construir empresas en varios lugares del país, mi padre era quién estaba al mando ahora de las empresas antes había sido mi abuelo pero debido a la mayoría de edad el liderazgo pasó a mi padre, éramos una familia muy reconocida y digamos que "famosos" pero siempre tratábamos de pasar desapercibidos, mis padres han creado una buena empresa de distribución de productos en los Estados Unidos y yo solo podía sentirme muy orgullosa de eso, mi padre quería que yo siguiera sus pasos y lo mismo sucedía con Marcus.

Él al igual que yo iba a liderar algún día el mando de nuestras empresas y aquello me emocionada y era lo que me motivaba para que continuará con está cosa rara que es mi vida.

No somos una familia perfecta como todas las demás, algunos acontecimientos en nuestra familia nos han puesto muchos obstáculos pero hemos podido hacer frente a todos los problemas que se nos han puesto por delante.

A mis diecisiete años he tenido altos y bajos, fui traicionada por mi propia mejor amiga...¿Pueden creerlo?.

Aquella arpía me hizo sufrir como el infierno y no de manera física si no más sentimentalmente hablando.

La creí mi mejor amiga desde que era una niña y desde hace dos años ya no la veía y esperaba no verla nunca más.

Nunca digas nunca.

Me reproche mentalmente.

Hace dos años y medio mi vida era tan linda, me sentía completamente feliz y ahora me sentía horriblemente mal, sentía que algo faltaba en mi vida y si que lo era, me faltaba aquello que me hacía sentir completa...me hacia falta él.

Pero ya no está más y no creo que pueda volver. Lastimosamente.

No tenía muchos amigos, en realidad ni amigos tenía ahora. Estaba sola.

Debido a un triste acontecimiento que pasé mi vida no tenía sentido alguno. Sufrí, lloré y sobre todas las cosas perdí aquello que más quería y amaba.

Pero fui fuerte y traté de soportar el dolor que eso me provocaba, lo hice por mi familia, ellos me apoyaron cuando más los necesitaba y no podía simplemente dejar que todo lo malo me matara lentamente.

Fui débil y aquello me trajo muchas complicaciones a mi vida, me trajo un gran problema del que ahora tengo que aprender a vivir con ello. Un problema que tal vez nunca pueda curar.

Hace dos años mi vida dio un giro inesperado y ahora entendía aquel dicho de; "Nada dura para siempre".

Pero...

Mejor cambiemos de tema.

Si lo mejor sería cambiar de tema porque seguramente si seguía pensando en eso terminaría llorando y creo que ya lo hice suficiente.

(***)

Hoy era mi primer día en la universidad y se preguntarán ¿Una chica de diecisiete años ya en la universidad?, pues digamos que cuando salí del colegio lo hice con diecisiete años y bueno al parecer soy de ese pequeño porcentaje que entra a la universidad siendo menor de edad.

Realmente la universidad ya había iniciado pero yo tenía un mes de retraso, ya que, por asuntos de mi familia tuvimos que hacer un viaje a Canadá debido a que mi abuela estaba un poco enferma pero por suerte mejoró y nosotros tuvimos que regresar y luego de un mes del inicio de clases es que voy asistir.

Bueno no por nada dicen que lo bueno siempre tarda en llegar...¿Ó no?.

Estaba un poco nerviosa, en realidad todos lo están el primer día de clases y yo no soy la excepción.

Quería saber ya quiénes iban a ser mis compañeros, quería saber lo que me traería este año en la universidad y si tal vez pueda recomenzar una nueva etapa en mi vida sin acontecimientos tristes de por medio que me hagan sufrir. Quería saber si podía tener amigos o si podía volver a confiar en alguien como lo había hecho años antes.

No les miento si les digo que tengo miedo de lo que pase este año, ya sufrí demasiado y confié en las personas equivocadas, brinde mi cariño y solo me pagaron con dolor y traiciones ya no soportaría eso una vez más.

Iba a tomar la carrera de administración de empresas en una Universidad de California, la Universidad " Beckley", una de las más prestigiosas en el país, no iba a quedarme a vivir en algunos de los edificios del campus, iba a seguir viviendo en mi casa, además no quería estar tan alejada de mi familia y otra razón de no quedarme en el campus era que; vivía muy cerca y no encontraba gracia alguna ir a vivir allá, si mi casa estaba cerca.

Otro motivo era mi salud, mi doctor recomendó que no estuviera muy lejos de casa puesto a que si me llega a ocurrir algo tenía a mi familia para ayudarme.

Eso es otro tema sensible y delicado del que no me gusta hablar.

En fin; me adentre al baño e hice mis necesidades básicas, luego me quite la ropa que traía puesta para luego entrar a la ducha.

Sentí mi cuerpo relajarse y contraerse contra el agua caliente, cerré mis ojos y pasé mis manos por mi rostro, amaba este momento en donde tomaba mi ducha, me sentía relajada y podía pensar en todo,  últimamente había tenido muchas pesadillas y sueños, la mayoría de estos se trataban de...

Negué y alejé aquellos pensamientos de mi cabeza.

Ya había sido suficiente por estos dos años, debía de alejar aquellos recuerdos dolorosos de mi cabeza.

Tenía que olvidarlo y dejarlo ir de una vez por todas.

Tenía que prometer que iba a olvidarlo aunque eso me doliera en el alma.

(***)

Salí del baño luego de unos minutos, me envolví en una toalla de ositos la cuál me encantaba por cierto, ya que me la había regalado mi abuela y esta seguía teniendo ese olor peculiar a vainilla que me encantaba.

Me gustaba el olor de la vainilla algunos dicen que es muy dulce pero a mi me gustaba y me relajaba de alguna manera.

Me vestí de manera rápida y luego me fui a posicionar frente al espejo de cuerpo entero que estaba al lado del armario.

Tenía unos labios gruesos y carnosos de un color rosa, mis cejas eran delgadas y algo curvadas, mis pestañas eran largas y delineadas, mis ojos los tenía de un color miel, mi nariz era fina y un poco recta y era algo mediana, mi cabello era largo me llegaba hasta la cintura, era ondulado y de un castaño claro.

Mi cara era algo pequeña y delgada; mis mejillas eras suaves y levemente rosadas, era de una altura normal, ni tan alta ni tan baja.

Trataba de pasar desapercibida, no me gustaba llamar la atención, y agradecía que mi familia no estuviera con reporteros y paparazzis siguiéndonos los pasos todo el tiempo.

Antes era una chica muy segura de si misma y tenía una actitud clara y firme pero ahora y luego de los sucedido me sentía insegura y triste.

Baje la mirada mientras sentía una presión en mi corazón y mis ojos se cristalizaron.

Solo esperaba que algún día pudiera volver a ser yo misma.

- Tu puedes hacerlo Katia, confía en ti y no dejes que nadie vuelva a burlarse de ti, sé fuerte y no dejes que nadie vea tus debilidades - Levanté la mirada hacia el espejo y observé mis ojos con atención mientras me decía eso.

Solo debía de fingir que estaba bien, aunque no fuera así.

(***)

Cuando estuve lista, tomé mi bolso con todo lo que iba a usar en la universidad dentro de esta, salí de mi habitación y tomé camino hacía las escaleras a pasos apresurados baje esta, me dirigí hasta la cocina, abrí la puerta que dividía la sala del comedor, y ahí ya se encontraba la que era mi familia la cuál estaba conformada por mis padres y mi hermano menor, comiendo sus respectivos desayunos y en sus respectivos asientos.

Ahogue un suspiro melancólico y caminé hacía mi lugar en la mesa.

-Buenos días Katia- Mis padres hablaron a la vez y yo sólo respondí con un simple "Buenos días". Mi ánimo estaba extraño pero si no quería soportar las preguntas de mis padres tenía que hacer que estaba bien.

-Katia y Marcus- Miré a mi mamá la cuál estaba viendo algo en su celular-, Creo que no les debo de decir como tienen que comportarse en este nuevo año porque lo deben de saber ya- Ambos asentimos mientras desayunábamos.

Mi mamá era un mujer muy bella, aunque su manera de ser variaba de su estado de ánimo, algunas veces podía estar muy animada, alegre y otras veces podía estar enojada, y muy furiosa, pero yo la quería como era; ella siempre me apoyaba en mis decisiones y en los momentos malos que pasé.

Ella fue la que más me apoyó cuando sucedió lo del accidente.

Apreté mis labios en una línea recta tratando de bajar el nudo que se formaba en mi garganta.

Me hacía mal recordar todo lo que pasó hace dos años, todavía me seguía afectando todo.

Bebí un poco de jugo de naranja tratando de bajar el nudo en mi garganta.

Olvídalo ya.

(***)

Luego de desayunar me fui a lavar los dientes otra vez y salí de mi gran casa en busca de mi auto en el garaje.

Y se preguntaran ¿Conduce un auto siendo menor de edad?, pues la repuesta era sencilla; aprendí a conducir desde los quince y bueno mi papá me quería tanto que al ver que actuaba de manera responsable me regalo este auto y bueno tampoco es que en la ciudad en donde vivo haya muchos policías o algo así, a mi edad me permiten conducir, Vivía en Los Ángeles, mi papá además quería que no fuera en autobús o en taxi a la universidad, otra manera era que un chófer me llevara pero aquello no era una idea que me agradará, y por eso me compró el auto.

En fin subí al auto y lo puse en marcha hacia la universidad.

Hoy comienza o un buen año o uno muy malo.

(***)

Estaba por doblar hacia a la derecha pero me fije con anterioridad -¡Gracias a Dios!-, que un auto venía a una rapidez increíble y como si fuera un acto reflejo puse mi pie sobre el freno de manera rápida par detener el auto.

Sentí como el auto se detenía de manera violenta, mi corazón palpitaba de manera rápida, sentía la adrenalina recorrer mi cuerpo era como si estuviera haciendo una de esas carreras clandestinas, hice una mueca recordando algunas cosas, mi cuerpo estaba completamente tenso y nervioso.

Apreté el volante con fuerza mientras trataba de calmarme y hacer que los latidos de mi corazón volvieran a su estado normal.

Había tenido un susto muy grande.

El auto pasó a mi lado con una sonrisa, era un maldito viejo.

-¡Maldito Idiota para la otra fíjate imbécil!- Grité con enojo, pero quedé con una cara afligida, pues los vidrios de mi auto estaban arriba y nadie escuchó ese grito.

Soy una idiota.

Escuche como el auto que estaba detrás de mí me pitaba con enojo, observé por el espejo retrovisor, había un auto tocando la bocina y detrás de este otros más.

-No me jodas, casi me mató y ustedes solo joden - Murmuré tomando nuevamente el control del auto.

Después de unos minutos de estar manejando llegué por fin a la universidad.

Busqué un lugar de estacionamiento habían muchos autos, sonreí al ver un lugar vació.

Suspiré mientras apagaba el auto, me quedé mirando a mi alrededor mientras observaba los diferentes grupos que habían.

Los chicos normales, chicos que no son ni populares ni "nerds" solo eran normales, los chicos populares; que se creían los mejores de toda la universidad, las chicas porristas; con su típico uniforme que era demasiado corto - Bueno tampoco así-, y los chicos que estaban en el grupo de deportes; eran esos que se la pasaban junto a las porristas y se me olvidaba mencionar a los "nerds", que solo por el hecho de ser estudiosos y saber más que otros se les llamaban de esa manera, algo injusto para mi.

Yo soy inteligente pero tampoco soy la típica nerd, solo soy alguien normal en la universidad.

Sujete mi bolso mientras tomaba una gran bocanada de aire y lo solté despacio,  tratando de darme ánimos a mi misma, abrí la puerta del auto y de una manera tipo tortuga fui saliendo de este así como en las series que veía; cuando la chica popular se bajaba del auto en su modo diva- Soy única e inigualable-, cuando estuve completamente afuera, cerré la puerta de este y coloqué el seguro.

Me gire para comenzar a caminar hacía la entrada de la universidad, no quería mostrar rastro de nerviosismo, ya que, quería parecer segura de mi misma, así que coloque un rostro serio, sentía muchas miradas sobre mi, la mayoría eran de chicos que me miraban atentos y algunas veces con picardía, eso hizo que en mi interior sintiera ganas de vomitar, me parecía patético que hubieran chicos que se comportarán como si fueran los mejores del mundo y con un ego que de seguro lo tenían por las nubes; las chicas me miraban con burla debido a que se creían superiores a mi y otras con rabia al ver como los chicos me miraban con tanta atención, que molesto era esto.

Si lo pensaba mejor esto era muy cliché.

La chica nueva en la universidad.

Camine tratando de evitar esas miradas, escuchaba a varias personas susurrando cosas entre ellos, puse mis ojos en blanco demostrando desinterés.

Malditos, sentía que me violaban con la mirada, esto era raro...muy raro.

Apenas había llegado y ya me quería ir.

Sin duda hoy no era mi día.

(***)

¡Hola a todos!.

Esta es mi primera historia y espero que sea de su agrado, me suelo equivocar con la escritura por lo que si ven algún error me lo hagan saber en los comentarios.

Recuerden que cualquiera persona se puede llegar a equivocar.

Gracias por darme una oportunidad, me alegraría mucho si me apoyaran con sus votos y comentarios, me harían saber si les va gustando la novela o no.

¡Si sigues con el siguiente capítulo ya te ganaste mi corazón!.

¡Hasta la próxima!.

~Con amor y cariño, me despido~❤️

Nueva Amiga

《La amistad no se busca.

Se encuentra..》

(***)

Katia:

Mientras más avanzaba por los pasillos de la universidad más me sentía perdida y desorientada, ahora me reprochaba por no venir antes para hacer el recorrido, estoy en medio del pasillo de la universidad como un poste de luz tratando de encontrar la secretaria para buscar lo típico; el horario y las llaves del casillero, estaba demasiado frustrada, porque no sabia hacía donde ir.

Sentía las miradas de los demás sobre mi y eso era muy incomodo, empecé a morder el interior de mi mejilla y tome una diminuta bocanada de aire llenando mis pulmones en el acto dándome un poco de valor, estaba nerviosa y algo inquieta. Estar rodeada de personas me hacia sentir algo extraña, tanto tiempo sin salir de mi casa estaban pasándome factura ahora, ¡Solo quiero irme a casa!. Pero eso es imposible ahora.

Odiaba ser la chica nueva que no sabia ni en donde estaba parada, debí de haber venido antes como me lo dijeron mis padres, debí de haber venido hacer el recorrido antes del inicio de clases pero no lo hice.

Acomode la correa que sujetaba mi bolso sobre mi hombro derecho, el mismo se estaba deslizando y se iba a caer, me sentía muy cansada y ni sabia la razón, mi corazón latía de una manera algo rara y me sentía agitada, apenas había llegado a la universidad y ya me quería ir.

Sentí mis manos temblar ligeramente y tuve que cerrarlas en forma de puño.

Mientras caminaba maldecía internamente porque la secretaria no la encontraba, y a la par trataba de hacer oídos sordos a lo que decían los demás no sabía si era sobre mi, bueno no creo que sus vidas sean tan poco interesantes como para fijarse en mi y hablar de mi a mis espaldas eso seria de mal gusto siendo razonable.

Me miraban como si fuera un bicho raro, y me incomodaba.

Era como si estuviera en un lugar que no era para mi, era una intrusa entrando a un lugar desconocido.

Esos chicos que me miraban parecían acosadores y me estaba empezando a sentir sofocada e incómoda, nunca me había gustado ser el centro de atención, siempre era la que trataba de pasar desapercibida pero hoy no era mi día y estaba empezando a odiar eso.

Trate de no darle tanta importancia a eso, así que me puse recta y empecé a caminar a pasos firmes y decididos, sonreí de manera falsa y seguí mi camino.

Me sentía como en las típicas películas donde la chica popular caminaba por todo el pasillo y todos la miraban con atención y se hacían a un lado para dejarla pasar.

Gire hacia el pasillo derecho y seguí caminando tratando de encontrar la oficina del director o algo así, luego gire hacia la izquierda, y entonces me detuve de manera abrupta cuando observé una puerta en donde decía "Secretaria" en la parte alta de esta, la había encontrado.

¡Por fin!.

Sonreí victoriosa y me dirigí a esta de manera rápida, empuje la puerta y entre sintiendo el fresco del aire acondicionado chocar contra mi rostro, un escalofrío se hizo presente por todo mi cuerpo, me quería quedar aquí por siempre, porque afuera hacía demasiado calor.

Cuando entre lo primero que vi fueron los diferentes trofeos que la universidad había obtenido durante los años y también pude observar a una señora de unos cincuenta y tantos de años. Usaba lentes y era una señora que a simple vista parecía un poco amargada debido a que su ceño estaba fruncido y los labios en una línea recta, lo primero que se me vino a la mente fue a "troncha toro" de la película "Matilda", me reí internamente por aquel estúpido pensamiento.

La señora estaba haciendo algo con la computadora, movía el mouse de muchas maneras parecía frustrada y se veía muy al pendiente de lo que sea que estaba haciendo allí.

Me acerqué a pasos apresurados, quería tener mi horario de manera rápida para poder ir en busca de mi salón.

Cuando estuve cerca simplemente aclaré mi garganta un poco para llamar la atención de la señora pero esta al parecer estaba en su modo "Ignoren a Katia", puse mis ojos en blanco con fastidio y toqué la mesa con mi puño para llamar nuevamente su atención.

-Buenos días- Salude lo más amable posible, pero la señora simplemente seguía jugando al solitario en la computadora, levanté una ceja enojada, ella no me miró en ningún momento. Abrí mi boca ligeramente me estaba empezando a enojar -¡Oiga!- Eleve mi tono de voz para que me prestará atención ella se arregló sus lentes y puso en pausa la partida de cartas.

Genial un juego era más importante.

Ella me observó como analizándome de arriba hacía abajo con una mueca llena de flojera.

- Hola señorita...¿Qué se le ofrece?- Me preguntó con voz monótona e impaciente.

Hice una pequeña mueca.

-Bueno...Soy Katia Morgan, Mis padres habían venido antes para hablar con el director para decirle que iba a entrar a esta universidad un mes después del inicio de clases por motivos personales y quería ver si me podía dar.... -En ese preciso instante se escuchó un ruido algo desesperante que daba inicio a la jornada escolar del día, me puse nerviosa, ella me miró sin expresión alguna como si no le importara en lo absoluto que llegara o no a mis clases.- Solo vengo por mi horario y llave de casillero - Continúe hablando con mi mejor sonrisa amable que tenía.

- Bueno espera aquí mientras busco eso para que puedas ir a clases - Me dijo para luego levantarse de su silla giratoria, se acercó a una repisa que tenía varias gavetas, abrió una gaveta y tomó una llave de está, luego buscó algo en unas carpetas, y saco un papel, ella miró el papel mientras arrugaba el ceño y yo estaba que moría de los nervios, me quería ir y ella era más lenta que un caracol.

La señora luego de unos minutos me extendió su mano con el papel, por fin me estaba entregando lo que buscaba.

Ya tenía la llave y el papel con mi horario, así que la observé agradecida pero ella nuevamente se sentó en su silla frente a la computadora y siguió con su partida de solitario, bufe.

-Ya te puedes ir...-Me dijo sin mirarme y abrí mi boca indignada.

Conté hasta tres y la observé con una sonrisa fingida en mi rostro.

-Muchas gracias- Y antes de que la señora dijera algo más, salí como alma que lleva el diablo de esa oficina, me detuve en medio del pasillo para tomar entre mis manos el papel con mi horario, bueno mi horario era desde las 7 de la mañana hasta las dos y media de la tarde, dependiendo de las materias que me correspondían por día, algunos días salía más temprano y otros demoraba un poco más, no me intereso aquello, debido a que no estaba en algún edificio mi horario estaba bastante normal  y además luego de clases no tenía nada interesante por hacer, solo estar sola en casa mientras trataba de no ahogarme en mi mar de llanto a causa de mis agobiantes problemas.

Busqué lo que me correspondía este día y era contabilidad en el aula 12 B con un tal profesor Sellers.

Nada mal para iniciar.

Seguía caminando por el pasillo el mismo ya se estaba vaciando debido a que todos debían de estar en sus clases, busqué mi casillero este era el número ciento treinta y cuatro.

Luego de unos segundos y por suerte pude encontrar mi casillero, abrí el casillero y observe los libros y algunas otras cosas más que habían en ese pequeño lugar. Tomé El libro de contabilidad y luego de eso cerré el casillero.

-Vamos Katia, tú puedes- Me dije a mi misma motivándome en un susurro algunas veces hacía eso para tratar de brindarme apoyo.

Comencé a buscar el salón, iba a girar hacia la izquierda para ir al otro pasillo pero segundos después y de manera rápida me encontraba en el piso y con un dolor tremendo en el trasero.

-Santa Madre de Dios- Susurré mordiendo mi labio inferior, me dolía el trasero horrible, había chocado contra el cuerpo de alguien y demonios me dolía horrible mi trasero sentía este muy entumecido y adolorido.

-¡Oh lo siento!...¡Por Dios!, que torpe soy, de verdad lo siento mucho no era mi intención, es que no te vi - Levanté la mirada y observe a una chica de ojos color verdes muy lindos y cabello chocolate, lo tenía suelto en ondas, la chica parecía estar muy apenada ya que tenía sus mejillas un poco sonrojadas, ella muy amablemente me extendió su mano para ayudarme a levantarme, acepté su mano, no la iba a dejar con la mano extendida.

Sería algo irrespetuoso de mi parte.

Y además necesitaba un poco de ayuda para levantarme, ella hizo un poco de fuerza para poder levantarme y yo le agradecí con la mirada para luego limpiar mi pantalón en la parte de atrás.

Sonríe de manera amable y la observé, la chica me miraba atentamente como inspeccionándome, tal vez tratando de averiguar si me había visto antes.

-No te preocupes, no pasa nada y no importa, aunque, creo que mi trasero fue quien recibió el mayor golpe - Le dije con una gran sonrisa irónica, ella río levemente.

- Vale, pero de todos modos lo siento no me había fijado, venía distraída - Le dediqué una media sonrisa despreocupada-, Bueno mi nombre es Natalia Stone pero mis amigos me dicen Naty o Nat, aunque no tengo muchos amigos - Lo último lo dijo mientras soltaba un suspiro algo triste, me estiró su mano la cuál yo acepté con gusto- , Tú puedes decirme como quieras, menos algún apodo de esos raros y subidos de tono- Ella me guiño un ojo y yo asentí un poco confundida por lo último que dijo.

Era la primer persona que me había hablado durante el día -Aparte de la señora de secretaria-, y quería dar una buena impresión aunque tampoco le daba mucha importancia a eso, solo trate de ser amable.

-Yo soy Katia Morgan y mis amigos me dicen Kat...- Yo no tenía amigos, los que tenía ya no están. Ignore aquel pensamiento hiriente mientras me colocaba de cuclillas para recoger mi libro del piso.

-Entonces...¿Eres nueva? ¿Verdad?- Antes de decir algo ella continuó -, ¡Oh pero que torpe soy!- Natalia puso su mano sobre su frente- ¡Claro que eres nueva!, no te había visto por aquí, - Exclamó mientras negaba con la cabeza, yo reí ante la extraña actitud de la chica. Era algo parlanchina.

- Digamos que si soy nueva nueva y creo que estoy un poco perdida- Mencioné con una mueca en mi rostro-, Tuve que entrar un mes después por motivos personales-

- Entiendo y bueno, bienvenida y espero que tu estadía aquí sea la mejor- Parecía se que era una chica amable, eso me dio un poco de confianza.

- Gracias Natalia- Respondí con simpleza.

- ¿Qué asignatura te corresponde?- Me preguntó mientras cruzaba sus delgados brazos, Natalia era muy linda y algo me decía que iba a ser mi nueva amiga en esta universidad, aunque era muy pronto para saber si iba o no hacer mi amiga.

-Contabilidad-

Natalia sonrió de manera agradable.

-¡A mi igual!...-Al parecer íbamos al mismo salón pero ella luego frunció el ceño- Espera.. ¿Eres de la clase A o B?- Preguntó mientras entrelazaba mi brazo con el suyo.

Demasiada confianza pero no me incomodaba de alguna manera.

- Según mi horario estoy en la clase B con el Profesor Sellers- Recordé lo que había leído anteriormente.

-¡Ay Que lástima!, yo soy de la clase A, con la profesora Mayers - Sorpresivamente su rostro adquirió algo de tristeza.

-¿En serio?-Me sentí más sola que antes, creía que podía estar con ella pero me equivoqué, Natalia asintió mientras mordía su labio inferior - Que mal, ¿Pero me harías un favor?- Pregunté ganándome una mirada curiosa de su parte.

-¿Qué clase de favor?- Me preguntó sonriendo.

Al parecer nunca se cansaba de sonreír.

-¿Sabes donde queda la clase B de Contabilidad?- Ahora yo preguntaba, ella soltó una risita pero asintió.

-¡Claro!, yo te acompaño- Me dijo tomando mi brazo para mostrarme por donde era, ambas empezamos a caminar, mejor dicho  solo la seguía- ¿Así que tú profesor es Sellers? - Mordí el interior de mi mejilla mientras asentía, esperaba que mis profesores fueran buenos - , tranquila a lo que escuché es un profesor divertido pero de igual manera es algo serio y odia la impuntualidad- ¡Genial!, Ya había empezado mal.

-Entonces ya empecé mal su asignatura-

-No creo que te diga algo, eres nueva y debe entender- Ambas Subimos unas escaleras que me parecían infinitas.

Cuando llegamos al salón ella tocó la puerta y salió un hombre algo rellenito y con lentes creo o mejor dicho supe que él era el profesor.

-¿Por qué llegan tarde señoritas?- Preguntó con el ceño fruncido, tenía los brazos cruzados, tenia cara de viejo amargado.

¿Dónde quedó el profesor divertido?, ¡Uy si como no!.

-Perdón profesor, lo que pasa y acontece es que soy nueva en la universidad y me perdí y la señorita aquí presente, me ayudó a encontrar el salón, siento la tardanza y le prometo que no volverá a pasar- Le dije con mi mejor sonrisa posible, él pareció analizarlo unos segundos.

¡Dios!, ni que fuera el fin del mundo llegar tarde.

-Esta bien, pase y que no vuelva a ocurrir por que odio la impuntualidad, señorita - Me dijo el viejo amargado - Y usted señorita puede ir a su clase- Dijo esta vez mirando a Natalia, ella asintió y con la mano se despidió, el profesor cerró la puerta y me miró- Vaya a sentarse -Me dijo y asentí, Así que con la mirada busque un asiento vacío, trataba de ignorar las miradas curiosas de los estudiantes, encontré un asiento vacío al final, en este estaba sentado un chico.

Me encogí de hombros y camine hasta ese asiento.

Me senté y coloqué mi libro sobre la mesa, mi bolso lo puse también en la mesa.

El chico sentado a mi lado me dedicó una mirada sonriente.

-Hola- Salude de manera agradable- Soy Katia - Le dije extendiendo mi mano hacia él, el chico se puso recto en su asiento y estiró su mano para estrecharla con la mía dándole un leve apretón a mi mano.

-Hola, yo me llamó Allan- Él chico me respondió de vuelta, lo miré bien sus ojos eran de color verdes, su cabello castaño, y tenía una bonita sonrisa, era guapo pero siendo sincera yo no estaba buscando un romance universitario, el amor para mi no era posible en estos momentos.

No quiero pasar por lo mismo que la vez pasada, no quiero volver a salir lastimada

Al pensar aquello separé mi mano de la de él y me puse recta en mi silla.

-No te había visto por aquí, ¿Eres Nueva?- Allan me preguntó en voz baja debido a que el profesor había comenzado a dar su clase, pude sentir como Allan me miraba atentamente, asentí.

-Si, soy nueva y espero llevarme bien con todos- Hablé de manera sincera, el asintió.

-Bueno cuentas conmigo para lo que necesites- Respondió con la voz algo ronca.

-Gracias Allan- Respondí de manera sincera.

Él iba a decir algo más pero el viejo amargado lo interrumpió.

-Bueno chicos como ven el día de hoy tenemos a una nueva estudiante y me gustaría que la recibieran de la mejor manera y le brinden ayuda en los apuntes que ya hemos dado para que no esté tan atrasada en la clase- ¡Vaya! No era tan malo como aparentaba, el profesor me miró- Mi nombre es Cristóbal Sellers y seré su profesor de Contabilidad -Me dijo apoyándose contra el escritorio- ¿Podrías presentarte ante la clase?- Oh rayos, asentí rendida - Perfecto ponte de pie -

Sentía la mirada de los demás sobre mi.

Me puse de pie segura de mi misma, tome toda la seguridad que me fuera posible y hablé.

-Hola a Todos, mi nombre es Katia Morgan y espero poder llevarme muy bien con todos ustedes - Sonreí de manera falsa.

Espero que con eso sea suficiente así que me senté nuevamente.

-Bien pues sigamos con la clase - El profesor comenzó con su clase y yo trataba de prestar atención aunque era un poco difícil debido a que el tema era algo aburrido.

Miré a todos mis compañeros y ninguno prestaba atención en realidad, algunos comían de manera discreta creyendo que nadie los veía, otros jugaban con sus celulares, otros hablaban con su compañero de asiento y otros simplemente dormían.

Suspire pasando una mano por mi cara.

Este año iba hacer muy largo, algo me lo decía.

Mi cabeza estaba en el modo "Me vale todo" ya que me desconcentraba por todo.

(***)

Después de cuatro horas de tanto "aprender" Marketing, contabilidad y dos horas de dirección Empresarial, por fin había tocado el timbre de receso.

Miraba como los estudiantes salían del salón como alma que lleva el diablo incluyendo a mi compañero Allan yo salí de ultima y me sorprendí al ver que Natalia me estaba esperando fuera de mi salón, ¿Cómo sabía en donde estaba?. Eso era raro pero le reste importancia.

-¿Todo bien?- Preguntó cuando estuve a su lado, yo asentí.

-Bien, pero a la vez aburrido, estaba que me moría, las clases estaban muy aburridas y pasaban muy lentas - Le dije ganándome una risa por parte de ella.

-Las clases pasaron super lentas- Me dijo Natalia suspirando, asentí estando de acuerdo.

-¿Que te puedo decir?...Odio las clases- Le dije suspirando y pestañeando varias veces-, espero que la carrera de administración de empresas se pase rápido, quiero terminar este semestre y todos los demás, para salir, y dejar de estudiar- Ella me miró confusa.

-¿Ya tienes un lugar de trabajo pensado luego de terminar tus estudios?- Preguntó curiosa.

-Estoy estudiando administración de empresas y pues no es tanto el tiempo creo, pero cuando salga voy a empezar a trabajar en las empresas de mi familia -Respondí mientras caminábamos a- No sé donde-, habían varios chicos dispersos por el pasillo- Supongo que no importa cuantos años estudié si total voy a ser la dueña de las empresas de mis padres- le dije encogiéndome de hombros.

-¿Como se llama tú padre?- Me pregunto con interés.

-Carlos Morgan- Respondí y ella me miró con sus dos cejas alzadas y la boca medio abierta.

-¿Tú padre es Carlos Morgan?- Asentí sin importancia-, él es uno de los mejores empresarios de Estados Unidos, mis papás son amigos de él y ahora mi nueva amiga es la hija de él, esto es increíble- Parecía sorprendida, frunzo el ceño.

-¿Tus padres son empresarios?-

-Si, mi papá se llama Mateo Stone y mi mamá Ana González-

Me quedé en silencio algunos segundos.

-Tú papá también es un empresario reconocido, nuestras familias tienen mucho poder en el mundo empresarial y son reconocidas- Le dije y ella sonrió orgullosa.

-Eres una chica con dinero e hija de unos de los mejores empresarios del país y tienes tu vida resuelta al igual que yo- Ella Mordió su labio inferior.

-Supongo que sí aunque siempre trato de no hablar de eso, no me gusta - Ella me observo comprendiendo.

-Bien voy a ser una empresaria como tú, aunque me gusta más la fotografía pero mis padres dicen que es mejor que sea empresaria- Me dijo con una mueca-, mi hermano es quien va a remplazar a mi padre-

-Es tu decisión no la de ellos, siento que debes de escoger algo que te motive y te guste...¿De que sirve hacer algo que no te gusta?- Ella paró de caminar y me miró.

-Supongo que tienes razón...tendré que hablar con mis padres- Asentí compresiva- Bueno vamos a la cafetería y no preguntes porqué te vas a sentar conmigo en la misma mesa ¿Está bien?- Me preguntó y yo asentí.

Apenas llevo unas horas de conocerla y ya me cae super bien.

-Esta bien, vamos- Le dije riendo mientras comenzamos a caminar hacia la dichosa cafetería.

-Espero que seamos muy buenas amigas- Entrelazo nuestros brazos- Me agradas, Katia-

-Por supuesto que seremos amigas, tú también me agradas y creo que vamos a llevarnos muy bien. Eres mi nueva amiga- Sonreí y ella me imitó.

No sabía si confiar en ella pero tenia un extraño presentimiento de que puedo estar con ella y hablar con ella sin problemas, tal vez ella pueda volverse mi amiga y yo pueda volver a confiar en alguien.

-Que lastima que no estemos en el mismo grado, me hubiera encantado estar contigo en el mismo salón- Ella bufo y yo reí-, pero creo que mi hermano si debe de estar en tú mismo grado, yo voy en un grado más bajo que él, mi hermano es también mi mellizo...¿Puedes creer eso?, - Yo la observe sorprendida.

Nunca había conocido a alguien y que tuviera un mellizo.

-¿Mellizo?, Eso es...- La chica me interrumpió.

-¡No digas nada al respecto!, mi hermano nació seis minutos antes que yo- Asentí algo incrédula. - A veces las cosas no son como uno quiere. Bueno no importa seremos amigas y listo sin importar si soy un grado más alto o menor que tú- Ella me miró sonriente.

- Vaya que filosofía...-Le dije con burla -¿Acaso eres poeta?- Natalia río y seguimos caminando hacia la cafetería.

(***)

¡Hola a todos!.

Esta es mi primera historia y espero que sea de su agrado, me suelo equivocar con la escritura por lo que si ven algún error me lo hagan saber en los comentarios.

Recuerden que cualquiera persona se puede llegar a equivocar.

Gracias por darme una oportunidad, me alegraría mucho si me apoyaran con sus votos y comentarios, me harían saber si les va gustando la novela o no.

¡Si sigues con el siguiente capítulo ya te ganaste mi corazón!.

¡Hasta la próxima mis amores!.

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