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La Emperatriz Y Sus Concubinos.

Capitulo 1

POV LUCIANA.

Estaba terminando de leer mi novela "Apezar de las adversidades". Está novela cuenta la historia de Marión, la tercera hija del Duque Díaz.

Ella es una chica dulce, amable hermosa que logra llamar la atención del príncipe heredero en una fiesta de bienvenida.

Estos se enamoran a primera vista, pero lo que Marión no sabía es que Steven (el príncipe heredero) tenía una prometida, cuya boda se celebraría en un mes.

Cuando llega el día y este se casa ella queda devastada, ya que ella lo amaba con todo su corazón. Pero al tomar el trono este le ofrece ser su concubina, ya que solo se había casado con la princesa Abigaíl por formar una alianza con su imperio.

Marión gustosa acepta, ya que ella soñaba con poder estar para siempre con su amado. La emperatriz Abigaíl siempre estuvo enamorada de Steven, desde niños fueron compañeros de juegos y ella siempre tuvo devoción por él, cuando por fin se casaron, creyó que este por fin la amaría y serían felices como ella siempre había soñado. Pero el día que esté le informo que traería a una concubina a su palacio, toda esperanza de por fin ser feliz junto a este, murieron.

Sus padres eran emperadores de Barcella, y apezar de que siempre los nobles le exigieron tomar concubinas, esté siempre se negó por respeto a su madre. Por eso pensó que Steven no tomaría concubinas, pero a tan únicamente un mes de haberse casado ya había traído a Marión a su palacio.

Este las hacía compartir la mesa, la fiesta, las reuniones, y a veces hasta las salidas a pasear, era un completo sinvergüenza.

Un día en uno de sus paseos conoció a Silvia la hija de un Conde y nuevamente quedó cautivado por la chica, no pasó mucho cuando sumo una mujer más a su lista de amantes.

Marión quedó devastada nuevamente creyó que con ella y la emperatriz bastaba, pero el muy sinvergüenza le hizo lo mismo que a su esposa.

Así fue sumando mujeres a su lista y cuando menos lo supuso, tenía un harén de quince mujeres todas jóvenes bellas y todas tenían algo en común, amaban al bastardo y no solamente eso codiciaban el puesto de la emperatriz.

Abigaíl por su parte vivía rogando amor, cariño, afecto, o tan solamente una mirada de su esposo, pero por más que lo intentará este solo le dedicaba un tiempo reducido, ya que debía repartirse entre todas sus mujeres y bueno los días de las semanas no le alcanzaban al perro infiel. Las concubinas querían que la emperatriz abandonará al emperador para así alguna de estas tomar su lugar, por eso cuando esté no estaban le hacían las peores barbaridades, la humillaban, la golpeaban, y hasta la maltratabas psicológicamente.

Está un día arta de su vida, escribió una carta de despedida y se suicidó, dejando de esta manera por fin esa vida de sufrimiento. El emperador no lloro su perdida ni se entristeció todo lo contrario a la semana ya estaban coronando a Marión cómo la nueva Emperatriz. Está se dedicó a esclarecer todo lo relacionado con la muerte de la anterior emperatriz y descubrió que si ella no se suicidaba de igual manera moriría, ya que la estaban envenenados. Esta le mostró todas las pruebas al emperador, pero a este pareció nuevamente no importarle. Hasta que una guerra estalló en sus narices. Barcella buscaba justicia por Abigaíl, el emperador hermano de la difunta emperatriz, se había entrado de lo que había pasado con su pobre hermana y pedía la cabeza de las concubinas que habían llevado a la muerte a esta o acabaría con todo el imperio. El emperador Steven no le quedó más remedio que leer la investigación que Marión le había entregado y se dio cuenta de que todas sus concubinas había de una u otra manera lastimado a la ex Emperatriz. Este nunca sintió nada por esas mujeres más que atracción física excepto por una, Marión. Sin pensarlo mucho mando a arrestar a todas las concubinas y las llevo a la entrada de su imperio donde lo esperaba el ejército de Barcella para atacar. Este entregó a las mujeres (quienes rogaban por sus vidas) y el emperador de Barcella se las llevo junto con él para castigarlas y torturarlas por lo que les habían hecho a su difunta hermana. Este respeto el acuerdo antes hecho y prometió no atacar, pero si retiró todo apoyo a ese imperio y se fue para nunca más regresar.

El emperador Steven al quedarse solamente con Marión la fue conociendo y poco a poco se fue enamorando, ya que la chica era lista y además se preocupaba por su imperio. Marión apezar de todo nunca dejo de amarlo y decidió darse una segunda oportunidad y así ambos empezaron por fin su historia de amor, tuvieron hijos, fueron felices, comieron perdices y bla, bla, bla.

Cerré mi laptop y me dije.

Luciana: Que perdida de tiempo, una porquería está historia. Odió cuando romantisan este tipo de situaciones. No entiendo por qué el emperador si pudo tener su final feliz, cuando desde un principio él fue un perro con todas ellas y cuando ya había satisfecho sus más bajos instintos las desechó cuál prostituta.

Nunca más leo una pavada así.

Narrador omnisciente.

Se reprochaba Luciana mientras terminaba de alistarse para una misión. Ella junto con su hermana Tamy eran hijas sé un poderoso mafioso, y además Luciana por ser la más grande era la heredera de esa mafia.

Hoy darían un gran golpe, robarían de una mafia enemiga 400 toneladas de mercancía.

Luciana: Apúrate hermana o se nos hará tarde.

Tamy: Si ve yendo Lu yo te alcanzo.

Luciana solo asistió y se dirigió con un grupo de 50 hombres al muelle donde harían dicha transacción. Pero al llegar algo no cuadraba, está vio que algo no andaba bien del todo, pero antes de poder hacer lago fueron emboscados por sus enemigos.

Luciana dio pelea hasta que vio como su hermana venía con otro grupo de hombres.

Luciana: Te vas a arrepentir maldito de haberte metido conmigo, mi hermana acaba de llegar.

_ ja, ja, ja pobre ilusa ¿Enserio crees que viene ayudarte?

Luciana: ¿De qué hablas?

_Que te lo cuente ella misma. Ven cariño.

Tamy: Ay hermanita desearía no haber tenido que llegar a esto, pero no me dejaste otra opción.

Luciana: (está no podía creer que su hermana, su propia sangre la estaba traicionando en este momento. sonrió con amargura y dijo) Si querías el liderazgo solo tenías que habérmelo pedido.

Tamy: Sabes bien que padre no lo hubiera aceptado, si yo no me lo ganaba por mis propios méritos.

Luciana: Tienes razón, siempre fuiste débil. Es por eso que padre te considera indigna del cargo.

Tamy: Cállate eso no es cierto.

Luciana: ja, ja, ja Tuviste que emboscarme para poder vencerme. En una pelea justa tú nunca me hubieras ganado.

Tamy: Esta vida no es justa hermana. Tus últimas palabras.

Luciana: Vete al infierno perra.

Pum (impacto de bala).

POV LUCIANA.

Morí, siento mi cuerpo flotar en el aire, no siento dolor, ni angustia solamente nada no siento nada. ¿Será normal esto?

_ Si es normal, todos sienten lo mismo.

Luciana: ¿Quién dijo eso ? Carajo no traje mi arma conmigo, ni siquiera la navaja del abuelo.

_ ja, ja, ja, pero que chistosa eres.

Luciana: contesta mi pregunta ¿Quién eres?

_ Soy Dios.

Luciana: ja, ja, ja si como no. Enserio habla

_ Habló enserio.

Luciana: Digamos que te creo, ¿Qué se supone que hago aquí? ¿Y qué es aquí?

_ Es una especie de purgatorio, aquí las almas como la tuya vienen hacer obras que sumen o resten puntos para saber dónde van sus almas.

Tu apezar de ser hija de un mafioso y cometer vaya a saber yo cuantas atrocidades, también hiciste muchas cosas buenas y salvaste muchas vidas por eso te daré una segunda oportunidad. ¿A qué soy bueno?

Luciana: ¿Cómo me preguntas eso? Si recién te conozco Odín.

_ Dios mi nombre es dios y respeta muchachita insolente. Solo por esto ya sé donde de enviarte.

Luciana: ¿dónde? Oye desapareció.

Narrador omnisciente.

Luciana volvió a sentir su cuerpo con pesadez y a sentir sus extremidades. Hasta que de repente abrió sus ojos y dijo.

Luciana:Que sueño más raro ¿Qué mierda fue eso?.

_ Emperatriz que modales son esos.

Luciana: ¿Qué carajos? ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?(miro hacia todos lados y dijo)¿Mejor dicho que hago yo aquí? Esta no es mi habitación.

_ Majestad cálmense tuvo mucha fiebre, seguramente por eso se siente confundida llamaré al médico.

La señora salió de la habitación y Luciana se quedó sola mirando hacia todos lados.

Esta pensó/ Que seguidilla de sueños más raros que estoy teniendo. Nunca más vuelvo a salir con Tamy, vaya a saber que me puso en la bebida para que esté teniendo este tipo de sueños tan vividos.

Luciana se paró de la cama y recorrió la habitación hasta que encontró un espejo se paró enfrente de este y al ver su reflejo se dio cuenta de que su apariencia no era la misma, se le hizo conocido, pero no le tomo importancia, ya que en ese instante volvió a entrar la señora de antes acompañada de otro señor canoso, que ahora que les prestaba un poco más de atención vestían con ropas antiguas como de época.

Estos se acercaron y se inclinaron.

_Saludos majestad la emperatriz de Soler. Con permiso majestad he venido a revisar ¿cómo está usted está mañana.?

Luciana: Disculpe ¿Qué a dicho?

¿Dijo Soler?

_Asi es majestad usted es la emperatriz Abigaíl Campbell. Esposa del emperador Steven Campbell y luna del imperio Soler. ¿Algo más que desee saber?

Luciana: (Se sentó en la cama y se pellizcó el brazo) Auca si dolió, entonces no, no estoy soñando. Si morí y, y MALDITO SEUS TENÍAS QUE REVIVIRME EN ESTA ESTÚPIDA HISTORIA.

Luciana no dejaba de maldecir, tanto el doctor cómo la sirvienta no entendían nada, creyeron que la emperatriz había perdido la cabeza, cuando se estaban por retirar de la habitación para informarle de la situación al emperador está habló fuerte y claro.

Luciana: Che... che... che… Ustedes dos quietos ahí. ¿A dónde piensan que van?

_ (nerviosa) Majestad yo iba a, a, a prepararle un té. Si eso un té, para sus nervios.

_ Yo la iba a acompañar a traer la bandeja, por si es muy pesada.

Luciana: No hace falta, ahora explícame que me pasó.

Sirvienta: Bueno usted fue envenenadas majestad, afortunadamente la encontramos rápido y el doctor aquí presente le salvó la vida.

Luciana: ¡Con que envenenada he! Interesante. Dijeron que estoy casada ¿cuánto llevo de matrimonio?

Sirvienta: Dos años majestad.

Luciana: Perdón mi comportamiento, pero pienso que el veneno daño mi cabeza no recuerdo nada.

_ permítame revisar la majestad.

Luego de comprobarla el médico se alejó y dijo.

_ No encuentro nada fuera de lugar aparte de la perdida de memoria, el veneno ha dejado su cuerpo así que solo tiene que esperar a que sus memorias vuelvan solas. Eso es todo majestad, si no es más me retiro.

Luciana: Muy bien puedes retirarte, pero mucho cuidado con lo que cuentas que pasó aquí ¿Quedó claro?

_ (nervioso) Si Majestad, con su permiso.

Luciana: Tú también retírate y déjame descansar.

Sirvienta: Si majestad, estaré afuera cualquier cosa.

La sirvienta salió y ni bien cerro la puerta Luciana se dio vuelta, se tiró en la cama, agarró una almohada y gritó.

Luciana: AAAAAH. Maldito seas Locki, pero ya verás cuando nos volvamos a encontrar.

Luciana siguió maldiciendo hasta que se cansó y decidió descansar un momento. Luego pensaría que hacer de ahora en adelante, primero quería descansar...

Capitulo 2

Luciana se despertó de su siesta y seguía en el mismo sitio que antes, esa fue la confirmación que necesito para saber que esto no era un sueño. Volvió a golpear la cama con sus manos de la frustración que tenía y se sentó en la cama. Se dijo a sí misma.

Luciana: ¿Qué se supone que haré ahora? Piensa Lu, piensa.

A ver qué recuerdo de esta patética historia.

Está tomo una hoja, pluma y tinta y se dispuso a escribir lo que recordaba,

Luciana: A ver soy la emperatriz Abigaíl, por lo que decía en la historia ella era querida por su pueblo, administraba bien las finanzas de este imperio, aparte se decía que ella tenía el mismo derecho que el emperador de tener su propio harén, pero está por tonta creía que si el emperador la viera en brazos de otros hombres ya no la visitaría más y por miedo a perder las dos o tres horas que le dedicaba al mes, está se negó a ese derecho. Tonta yo hubiera disfrutado de muchos papuchos que aparecían en la trama. Luego los nobles que querían que sus hijas subieran al puesto de Emperatriz la empiezan a envenenar y ordenan a sus hijas que la maltraten. Bien por lo visto ya recibí el primer ataque. Y el supuesto esposó de esta, todavía no ni luces ha dado. Perfecto no lo necesitó, puedo conseguir a mis propios hombres y que sean solos míos. Bueno primero voy a llamar a la señora de hoy dijo que estaría tras la puerta.

Luciana se encaminó hacia la puerta y las abrió, dejando ver a dos soldados que al verla se ruborizaron por completo y a la señora de hoy a la mañana.

_ Majestad ¿Qué hace?, sé enfermera entre dentro por favor.

Luciana: Emm… Si solamente quería pedir si ayuda.

_ Está bien emperatriz entre.

Luciana:(la miro extrañada de su apuro para hacerla entrar, pero le hizo caso y volvió a la habitación) Listo ya entré ¿contenta?

_ Disculpe Majestad, pero es que usted está en paños menores y afuera hay dos caballeros.

Luciana:(bajo la mirada y vio que traía un camisón de abuelita, pero era muy fino y se podía traslucir sus pezones) Mmm… He estado con menos ropa que esto. Yo no tengo pudor.

_(está la miro incrédula de que la emperatriz sea tan desvergonzada) cof… cof... lo que diga majestad.

Luciana: ¿Cómo te llamas?

_Norma majestad soy su doncella.

Luciana: okay Norma, necesito prepararme y hablar con el emperador.

Norma: Majestad no creo que esté la atienda si no es su día de visita.

Luciana: Es que esta no será una visita, necesitó comunicarle que formaré mi propio harén.

Norma: (está abrió los ojos grandes y miro algo ruborizadas a su emperatriz, que desde que despertó estaba actuando completamente diferente a la señorita que ella conocía) Claro majestad. Ya preparo todo para su baño y vestimenta.

Norma no dijo más nada y se fue hacer su trabajo.

Luego de una hora termino de ayudar a alistarse a su Emperatriz y está dijo.

Norma: Se ve hermosa emperatriz.

Luciana: Gracias, guíame por favor.

Ambas mujeres salieron de la habitación y se dirigieron hasta el despacho del emperador.

Luciana pudo ver qué como todos los que estaban en ese palacio volteaban a verla, así que preguntó.

Luciana: ¿Qué sucede por qué me miran así?

Norma: Es por su atuendo majestad, ustedes jamás se arregla.

Luciana: ¿Por qué no lo hacía?

Norma: No le gustaba llamar la atención.

Luciana: Por eso mi guardarropa estas llenó de todos esos vestidos horribles y colores apagado. Bueno cambiaré mi guardarropa.

Norma: Si quiere puedo pedir a la modista que venga así confecciona sus vestidos majestad.

Luciana: Si has eso, mmm… Una pregunta ¿Cómo me dijo al emperador? ¿Majestad, esposo, emperador, Steven cómo?

Norma: Siempre se a dirigido a él formalmente majestad.

Luciana: Por supuesto. Bueno espero que me puedas atender

Al llegar a la entrada del despacho del emperador los guardias impidieron el paso.

_ Disculpe emperatriz, pero el emperador está ocupado con los consejeros.

Luciana: Ya veo, lo que tengo que decirle es importante podría darle esta nota de mi parte.(esta nota decía: Majestad necesitó su autorización para formar mi harén)

_ Veré que puedo hacer emperatriz, aguardé un momento.

Luciana: Claro aquí lo espero.

El caballero tocó espero el pase y entro este le entregó la nota al emperador. Este al leerla levantó una de sus cejas y dijo

Steven: Hala pasar, por favor déjenme a solas con la emperatriz.

Los consejeros salieron de la oficina del emperador y se inclinaron en forma de respeto para la emperatriz. Luego salió el soldado y le informo a Luciana que podía entrar.

Está ingreso con su espalda recta y se inclinó frente al emperador.

Luciana: Saludos, sol del imperio...

Steven: Al grano por favor.

Luciana:{Bastardo, pero tranquila Luciana, tranquila} Majestad necesitó su autorización para crear mi propio harén.

Steven: ¿Por qué ahora? Si con esto planeas que yo me interese en ti él …

Luciana: No, ya entendí que usted no tiene tiempo para mí por eso quiero mi propio harén.

Steven: Me alegra que lo hayas entendido, perfecto puedes presentar tu petición en la siguiente reunión de consejo.

Luciana: Gracias majestad eso era todo me re...

Steven: (levantó una de sus cejas y pensó) {¿Qué le pasa? ¿Ya se va? Creí que se quedaría más tiempo. Humm... eso que me importa no tengo tiempo que perder, pero esto es raro} mmm... ¿Cómo está de salud? Mis consejeros me informaron que tenía fiebre…

Luciana: Si me envenenaron pero estoy bien. Otras de las razones por las que quiero concubinos, ellos sabrán protegerme.

Steven:¿Cómo que la envenenaron? ¿Por qué nadie me aviso de esto?

Luciana: Ya no importa, como dije antes estoy bien. Pronto no lo molestaré más majestad, con su permiso me retiro. Antes de irme ¿Cuándo es la próxima reunión de consejo?

Steven:Mañana ¿Y qué quiso decir con eso de que ya no será una molestia para mí?

Luciana: Nada yo me entiendo, nos vemos mañana majestad adiós (se inclinó y salió del estudio).

Steven: (pensamientos) {¿Qué le pasa a esta mujer? Parecía no querer estar cerca de mí. No imposible ella está enamorada como todas las demás. ¿Pero por qué ahora quiere concubinos? Aparte ahora que pienso bien sus palabras me trató de incompetente por no poder verla por su seguridad.}

SIR FAUSTO.

Sir Fausto: Si majestad.

Steven: Vigila a la emperatriz y cuida de quién quiera hacerle daño, intentaron asesinarla y quiero que investigues esto a fondo.

Sir Fausto: Por supuesto majestad. Ni bien tenga algo le traeré un informe.

Steven: Perfecto ve hacer tu trabajo.

Sir Fausto salió del estudio del emperador y se fue hacer lo que el emperador le encomendó.

Por otro lado, Luciana se disputó a recorrer el palacio hasta que junto con Norma llegaron a una oficina donde se encontraban un señor mayor con unos lentes de leer y bajo este tenía la vista casada y bolsas negras. Esté al verlas sé levantó del asiento y se inclinó.

_ Saludos Majestad.

Luciana: Puede levantarse señor.

Norma: Él es el mayordomo Milton, él se encarga de las finanzas del imperio.

Luciana: Creí que la emperatriz se encargaba de eso, digo que yo. Que yo me encargaba de eso.

Norma: Así era majestad, pero hace tres meses dejo de hacerlo para llamar la atención del emperador, pero este no le tomo importancia y puso al señor Milton en su lugar para qué se ocupará de estas.

Luciana:{Por Dios ¿Se puede ser más tonta? Ay Abigaíl dejaste nuestra imagen por el piso} Bueno vengo a relevarlo de su trabajo. Yo me encargo.

Milton: ¿Enserio emperatriz?

Luciana: Si solo muéstrame en dónde te quedaste.{Yo llevaba la contabilidad de mi padre, no creo que sea diferente} a por cierto voy a hacer una petición para empezar a tomar concubinos, ¿Alguno sabe cómo hacer eso?

Tanto Milton como Norma se miraron y el mayordomo fue el primero en hablar.

Milton: Tiene que llenar una planilla con los asuntos que desea que la corte autoricé y luego usted se presenta en la reunión y ellos le hacen preguntas acerca de por qué usted está asiendo esa petición. Luego le preguntan al emperador si está de acuerdo y listo.

Luciana: Okay traiga una de esa planilla, mañana mismo la quiero presentar.

Milton: Por supuesto Majestad.

Este se retiró y luego de un rato volvió con el formulario

Luciana: Bueno esto ya lo terminé (dijo señalando la pila de papeles que le había dejado) ¿Eso era todo?

Milton: (este abrió sus ojos enormemente y dijo) Disculpe majestad no quiero ofenderla, pero ¿Seguro que lo hizo bien?

Luciana: No pasa nada, todo mundo se sorprende cuando me ve trabajar. Que puedo decir soy muy buena con los números. Igualmente, si no me crees puedes revisarlos, hice algunas anotaciones a los costados dónde figuran los faltantes.

Milton: ¿Como Qué faltantes?

Luciana: Si en el sector agrícola y también de los ingresos que provienen de ese mismo condado. Hay muchas variantes y muy poco justificado, busque registros anteriores y hace tres meses que nos viene robando.

Al principio fueron pequeñas cantidades, pero la suma ya es bastante grande solo un idiota no podría verla.

Milton:(se sintió ofendido, pero no dijo nada, ya que tenía razón no se explicaba como no lo había visto) Lo siento majestad.

Luciana: No tiene de que preocuparse, se lo nota cansado seguramente por eso se le pasó esto.

Milton: Esto lo tienen que saber el emperador.

Luciana: Vaya y hágalo usted. Yo no quiero verlo si no es estrictamente necesario sí.

Milton: Por supuesto majestad.

El mayordomo volvió a salir del despacho dejando a la emperatriz junto con norma sola.

Luciana: Bueno veamos.

Norma: Disculpe majestad, pero ¿Enserio tomará concubinos?

Luciana: Por supuesto que sí.

Norma: Es que ustedes siempre tuvieron ojos para el emperador nada más y…

Luciana: Y de que sirvió él no tiene tiempo para mí y yo estoy muy sabrosa para dejar que este cuerpito se lo coman los gusanos, prefiero que se lo coman los humanos ¿No te parece mejor idea?

Norma: ja, ja, ja que cosas dice Majestad.

Luciana: Ya, veamos que requisitos piden aquí.

Esta fue llenado la solicitud y cuando terminaron dijo.

Luciana: Uf terminé bueno, ¿Sabes a qué hora es la reunión mañana?

Norma: Si majestad yo le avisaré para que se prepare.

Luciana: (ruido de estómago) mmm... perdón, pero eso es un aviso de que no comí nada en todo el día. ¿Me podrías llevar algo a la habitación?

Norma: Claro majestad.

Ambas mujeres se dijeron a la habitación sé la emperatriz y Norma volvió a salir para traerle la comida a su señora.

Con el emperador.

Steven se encontraba con el señor Milton revisando nuevamente la contabilidad del condado y del sector agrícola que quedaba en estos terrenos.

Steven:¿Y dices que esto lo descubrió la emperatriz?

Milton: Si majestad, y en tiempo récord. Yo todavía estoy asombrado nose como lo hizo esta tan bien hecho que no cualquiera se daría cuenta de este faltante .

Steven: Tiene razón, si no compruebas los registros viejos no te darías cuenta. GUARDIAS.

En el despacho entraron los dos guardias que custodiaban su entrada y se inclinaron.

_ Diga Majestad.

Steven: Arresten al Conde Flores y a toda su familia.

_ Si majestad.

_ Disculpe Majestad con toda se refiere también a su concubina.

Steven: No de ella me encargo yo.

_Está bien majestad con su permiso.

Steven: Retírese usted también mayordomo vuelva junto con su emperatriz. Por cierto ¿por qué no vino ella a informar de lo sucedido? Ya que ella fue quien encontró la falta

Milton: Este, mmm… Yo

Steven: Habla.

Milton: La emperatriz dijo no querer verle si no era estrictamente necesario.

Steven: ¿Con qué dijo eso? Humm… Está bien, puedes retirarte.

Una vez quedó solo en su oficina hablo en voz alta.

Steven: Que estás tramando Abigaíl, si está es tu nueva manera de atraer mi atención no te funcionará.

Este dejo a un lado los papeles y fue en busca de su concubina Silvia. Tenía que averiguar si ella también estaba enterada o solamente fue cosa de su familia...

Capitulo 3

En el harén del emperador.

Se encontraba en una habitación, el emperador con su Tercera concubina Silvia.

Este al entrar pudo observar que la chica tenía vestido y joyas de mucha mejor calidad que las demás.

Steven al no convivir tanto tiempo con todas ellas, nunca presto atención a estos detalles, pero ahora con todo esto empezaba a sospechar de la chica también.

Silvia: Emperador es un honor tenerlo en mis aposentos. Me tenía un poco olvidada.

Steven: ¿Si? Pues no lo había notado. Igualmente, no he venido con ese fin a visitarte.

(este luego de recorrer su habitación con la mirada se detuvo en esta y dijo) Encontré algunas irregularidades en tus gastos este mes y los anteriores.

Silvia:(está se pudo nerviosa y dijo)¿irregularidades? No sé de qué habla Emperador. Yo gasto lo mismo que sus otras concubinas. Si lo dice por todo lo que ve aquí son obsequios de mi padre.

Steven: Mire usted no sabía que al conde le estaba yendo tan bien como para comprar las mismas sedas que utilizan el emperador y la emperatriz para sus vestimentas.

Silvia:(supernerviosa) Si mi padre apezar de ser un conde es un hombre muy rico y...

Steven: Ya no más.

Si me lo hubieras perdido yo te lo hubiera dado, pero robarme. Robarle al imperio esto es inaudito.

Silvia: Que dice majestad, yo nunca...

Stiven: ¿Vas a seguir mintiendo? Basta con mirar todo lo que se encuentra en esta habitación para darse cuenta donde vino a parar todo lo que tu padre robo.

Silvia:¿Qué ?, no majestad esto es un error.

(está se arrodilló y se sujetó de la pierna de este) Por favor créeme, mi padre jamás haría algo así.

Steven: La emperatriz volvió a sus labores y descubrió el faltante que había...

Silvia: ¿La emperatriz? Eso es mentira majestad ella está resentida conmigo porque piensa que yo la envenene, seguramente ella está tratando de inculparme a mí y a mí, familia, por eso no le crea emperador.

Steven: ¿Entonces lo del veneno también fuiste tú?

Silvia: ¿Qué?, no yo...

Stiven: ¿Cómo puede ser que la emperatriz te culpe de algo que nadie sabe? Este caso lo manejó con tanta discreción que ni a mí me informaron de lo sucedido, hasta que ella me lo contó esta tarde.

GUARDIAS

A la habitación entraron tres soldados y se inclinaron ante Steven.

Steven: La tercera concubina queda bajo arresto, por robar al imperio junto con su familia a espera del juicio y quiero que revisen cada sentimiento de esta habitación. Busquen venenos, también es sospechosa del intento de asesinato de la Emperatriz.

Los soldados tomaron a la concubina y la arrastraron hacia afuera con dirección a los calabozos. Solo uno de ellos quedó para poder requisar la habitación de esta.

Mientras esto ocurría Abigaíl (Luciana) Estaba en su habitación comiendo y disfrutando todo lo que Norma le había traído.

Abigaíl: Norma esto está realmente delicioso.

Norma: Oh majestad le daré sus felicitaciones a su nuevo cocinero.

Abigaíl: ¿Nuevo?

Norma: Si el emperador mando averiguar las causas de su envenenamiento y resultó ser que su cocinero acepto un soborno para envenenarla.

Abigaíl: ¿Y qué pasó?

Norma: El emperador se enojó y mando a castigarlo dándole 100 azotes y contrato a otro, quien presenció cómo fue severamente castigado.

Abigaíl: humm… Interesante. Otra pregunta ¿Por qué aparte di ti no tengo más sirvientas?

Norma: (miro hacia otro lado y dijo) No sé …

Abigaíl: Norma vamos a dejar algo en claro, no me gustan las mentiras. Así que si quieres seguir trabajando para mí siempre sé honesta y háblame con la verdad y completa libertad.

Norma: Si majestad, usted si tiene sirvientas, pero las tienen las concubinas trabajando para ellas como la mayoría del personal que trabaja en este palacio.

Abigaíl: ¿Robaron mi personal?

Norma: Algo así, ellos se fueron por cuenta propia, es mejor trabajar para las favoritas del emperador, que para una emperatriz abandonada por su esposo y maltratada por estas.

Perdón majestad me sobrepasase.

Abigaíl: No está bien, bueno parece que tendremos que hacer recorte de personal. Y contratar nuevo.

Estas no pudieron seguir hablando, ya que uno de los guardias tocó las puertas de la habitación.

_ Majestad el emperador está aquí.

Abigaíl: ashh… ¿Y este que quiere ahora?

Norma: Majestad creo que tiene que atenderlo el emperador jamás viene aquí, debe ser algo importante.

Abigaíl: ¿Y no podía venir mañana?

Norma: Majestad.

Abigaíl: Está bien. YA VOY.

_ Está bien majestad ahora le aviso al emperador

Abigail:(Se levantó y dijo) No retires mi comida que todavía me queda mucho.

Norma solo asintió y Abigaíl salió de la habitación, al llegar a la sala se encontró con el emperador sentado un unos de los sillones de la sala.

Abigail: (lo miro con fastidio y dijo) ¿A qué debo su visita?, majestad.

Steven: (la miro como tratando de descifrar que intentaba está, no entendía por qué había tomado esa actitud para con él, pero era algo que ya le estaba empezando a molestar) ¿Le hice algo?

Abigaíl: ¿ disculpé?

Steven: Abigaíl parecieras enojada ofendida por algo.

Abigaíl: No Emperador.

Steven: (espero a que prosiguiera, pero está únicamente dijo esas cortas palabras y nada más) hum... está bien he venido a decirte que ya encontré a la culpable de envenenarte y que mandé a encarcelar a la familia del conde por robar fondos.

Abigaíl: Si eso es todo ...

Steven: ¿Me estás echando?, pensé que me invitarías a comer.

Abigaíl: Yo ya cené y como bien sabe aún me estoy recuperando de mi intento de asesinato, agradezco su preocupación, pero no era necesaria. Si eso era todo lo que tenía que decir, cuando salga no olvide cerrar la puerta.

Abigaíl hizo una reverencia y dejo al emperador de pidiera, no tubo tiempo retrucar nada cuando está ya se había ido dejándolo solamente.

El emperador iba a seguirla, pero pensó {Pero que rayos, no, no calma ella lo que quiere es esto que tú la sigas. Te tengo ¿Así que quieres jugar? Bueno juguemos, pero mi juego} Este salió y se dirigió al harén y paso la noche con dos de sus concubinas.

Al día siguiente.

Norma llegaba a la habitación de Abigaíl con una cubeta de agua al entrar esta ya estaba levantado asiendo unos ejercicios raros.

Abigaíl: Buenos días, Norma

Norma: Majestad que hace tan temprano levantada.

Abigail: Temprano era a la hora que me levanté. Prepárame el baño mientras termino esta serie de ejercicios y luego dile al cocinero que a mí desayunar le agregué 3 huevos. Este cuerpo no tiene nada de masa muscular y necesitó ejercitarlo.

Norma (está no entendía nada, su emperatriz jamás se había preocupado antes por su físico. Sí, era una chica delgada pero delicada y bellísima. No entendía por qué se quería ejercitar, dejo de pensar en eso y fue hacer lo que le pidió.) Si majestad enseguida.

Abigaíl {Si ya intentaron envenenarme seguramente lo intenten devuelta, no puedo permitirme estar fuera de estado, necesitó entrenar duro este cuerpo}

Norma: Majestad ya está listo su baño ¿Quiere que la ayude?

Abigaíl: Te agradezco, pero puedo sola, gracias y ve hacer lo que te dije. Cuando salga desayunaré y luego iremos a la reunión esa.

Norma: Claro, con su permiso.

Luego de media hora Abigaíl salió del baño y busco que ponerse había un vestido más horrible que otro, hasta que encontró uno de su agrado era color bordo con unos moños al frente

Se lo puso y salió.

Abigaíl desayuno y cuando fue el momento se dirigió hasta la sala del consejo, dejo su formulario y tomo asiento.

Estas reuniones parecían superaburridas. Allí discutían diferente temas, como por ejemplo construcciones de centros de salud, caminos puentes, cada noble exponía su problema o lo que querían mejorar y estos votaban a favor o en contra.

Abigaíl ya se estaba durmiendo hasta qué.

_Siguiente tema a tratar es, (el hombre tomo el formulario y leyó en voz alta) Los concubinos para la Emperatriz.(luego de escucharse lo que dijo, volvió a leer el papel para ver si no se había equivocado y no, estaba en lo correcto)

Los nobles de la corte quedaron en silencio por un momento hasta el que estaba dirigiendo dicha reunión habló.

_ Emperatriz exponga su caso, ¿Por qué ahora sí quiere los concubinos?

Abigaíl: Por qué han atentado contra mi vida, en más de una oportunidad.

_ ¿Cómo es eso posible?

_Es una acusación muy sería majestad tienen pruebas.

Abigaíl: Yo no, pero el emperador si, su tercer, concubina me envenenó y gracia a que el médico real actuó rápido, hoy me encuentro con ustedes. Temo por mi vida por eso quiero tener a mi disposición a mis concubinos.

_¿Y por qué no más guardia?

Abigaíl: Por qué así como los empleados de mi palacio me abandonaron y sirven a las favoritas del emperador por qué creen que es una vergüenza servir a una Emperatriz olvidada por su esposo, los guardias podrían pensar lo mismo y dejarme a mi suerte. En cambio, mis concubinos serán mis esposos y ellos me protejeran con su vida.

Hubo un silencio enorme nadie decía una palabra hasta que el emperador habló.

Emperador: ¿Cómo es que no sabía todo esto?

Emperatriz: No lo sé, tal vez la gente que lo rodea no les pasa mis recados. Y como usted jamás tiene tiempo para mí, bueno nunca podemos hablar de estos temas. Pero no sé preocupé Emperador, con los concubinos usted ya no tendrá que velar por mi seguridad y solo tendrá que verme el día del mes estipulado.

La sala estaba atónita, sabían que el emperador no tenía tiempo para su Emperatriz, pero jamás creyeron que las cosas entre ellos estuvieran tan mal. Todos volvieron a poner atención a la emperatriz cuando está volvió a hablar.

Abigaíl: Además, esta mañana mandé una carta a Barcella. Le pedí a mi hermano el emperador, un ejército de mil hombres para que cuidaran de su princesa. Creo que esa gente que quiere acabar con mi vida olvida que yo no soy un don nadie, vengo de un imperio militar cinco veces mayor a este y con una fuerza militar muy grande. No deberían seguir subestimando a su Emperatriz, por qué ¿Qué piensan que haga mi querido hermano cuando se entere todas las cosas que me han hecho en este tiempo?

Esta hablaba con una sonrisa cálida, pero sus palabras claramente fueron una amenaza para todos los nobles presentes que estaban planeando derrocarla, estás palabras provocaron un escalofrío por las espaldas de más de uno, hasta que un noble habló.

_ ¿Emperatriz nos está amenazando.?

Abigaíl: ¿Usted en algún momento intento atentar contra mi vida?

_ Por supuesto que no.

Abigaíl: Entonces puede dormir tranquilo.

Steven: silencio por favor, nos estamos desviando del tema original los concubinos de la emperatriz. Por mi parte los apruebo, si eso hace estar más segura a la emperatriz.

Los que estén a favor.

Todos levantaron las manos ninguno se opuso y está sonrió gentilmente y dijo

Abigaíl: Gracias por preocuparse por mi seguridad. Cualquiera que quiera formar parte de mi harén tendrá que enviarme sus datos y un retrato con ella.

Stiven: ¿Algún cuestión más a tratar?

_ No majestad.

Steven: Perfecto todos pueden retirarse, excepto la emperatriz, tengo algo que hablar con usted.

Está asintió y los nobles se fueron, uno a uno los nobles que intentaron deshacerse de ella todos se fueron con un gran sentimiento rabia, ya que tuvieron que aceptar que la Emperatriz formará su propio harén.

Al quedarse a solas el emperador fue el primero en hablar.

Steven: ¿Fue necesario la amenaza?

Abigaíl: No entiendo de que habla majestad.

Steven: No te hagas la tonta que acabo de comprobar que de tonta no tienes nada.

Abigaíl: Está bien seré sincera, si fue necesaria, muchos nobles quieren matarme para poner en mi lugar a alguna de sus hijas. La tercera concubina no fue la única en atacarme, pero si fue la primera que usted pudo encontrar pruebas que la inculpen.

Stiven: Por qué no me avisaste de esto antes yo...

Abigaíl: ¿Qué ? ¿Me hubiera protegido? Vamos Emperador seamos honestos, ¿Cuántas veces he pedido hablar con usted y se me ha negado? Ya no esperaré nada más de usted. Podemos gobernar este imperio juntos, pero a la misma vez separada. Usted por su lado y yo por el mío ¿No es eso lo que siempre quiso?

Steven: No sé que le pasó, pero yo nunca quise...

Abigaíl: Llegar a esto, y que me pasó, pues morí. La Abigaíl que usted conoció ya no existe. Está que tiene enfrente suyo es una mujer renovada que no va a esperar a que usted la visite dos horas al mes. Esta mujer tiene amor propio y ya no siente ni la más mínima sensación de amor o cariño hacia usted. Así que como lo nuestro no se puede deshacer, tenemos que gobernar juntos hasta que la muerte nos separé. Ustedes podrán seguir teniendo sus amadas concubinas que yo tendré a los míos.

Steven quedó de piedra, nunca pensó escuchar hablar así a Abigaíl tenía razón en algo que había dicho y es que está mujer no era la que él conocía.

Cuando salió de su estado dijo.

Steven: Sabe bien bien que necesitamos un heredero.

Abigaíl: Cuando llegue el momento lo tendremos mientras tanto cada uno hace su vida como mejor le plazca, a y lo que dije no es mentira. Le envié una carta a mi hermano contándole toda mi situación y pidiéndole esos hombres y servidumbre de su confianza. Este lugar esta lleno de ratas no confío ni en usted. Si me disculpa tengo que hacer limpieza en mi palacio.

Abigaíl salió de la sala dejando al emperador en blanco, no sabía qué creer, que hacer ella claramente lo hecho de su vida y le dejo en claro que solo tendrían contacto por el imperio. Este una vez recobro la compostura dijo en voz alta.

Steven: ay Abigaíl no sabes con quién estás jugando, dejaré que hagas tus movimientos y luego jugaré yo, veremos querida esposa quien sale perdiendo en todo esto.

Este seguía convenciendo de que todo esto era una treta de parte de su esposa, pero no podía negar que se le hacía bastante llamativa esa fachada de mujer rebelde y dominantes...

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