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SIN PUDOR. Superando Obstáculos

Cap 1. Recuperar mi libertad

Mi nombre es Flor Velarde, tengo veinticuatro años, me separé hace poco menos de un año después de estar casada por casi ocho años, a pesar de que todo se ha complicado puedo decir que soy más feliz, tengo la esperanza de pasar esta prueba y levantarme de nuevo sin un hombre que me humille y me pase a sus amantes por el frente.

La decisión de separarme no fue fácil, ya que además de mis tres hijos mi madre me presiona para que no me separé, pero ya no lo soporto mi vida es un infierno.

El padre de mis hijos es un hombre muy poderoso y todos le temen, se ha encargado de cerrar las puertas para mí, nadie se arriesgaría a darme trabajo.

Después de caminar todo el día repartiendo solicitudes de empleo me encuentro con la noticia que servicios sociales se llevó a mis hijos, sentí un balde de agua fría caer sobre mí, en el último año había hecho lo posible por sobrevivir con lo poco que ganaba trabajando en labores domésticas, pero eso no alcanzaba y ya debo dos meses de alquiler.

Me imaginé que la dueña de la casa había reportado mi situación, por lo que en el fondo de mi corazón sentí que me había hecho un favor.

Después de varios días comiendo y durmiendo muy poco, me sentía agotada, pero una vos en mi interior no dejaba que me diera por vencida.

Pero todo iba de mal en peor, después de caminar todo un día buscando empleo me encontré con una nueva sorpresa, las guardas de la puerta fueron cambiadas.

No tenía donde dormir esa noche así que decidí quedarme sentada en las gradas pidiendo a Dios que mi camino fuera iluminado, para lograr encontrar alguna salida.

Al día siguiente temprano en la mañana la dueña de la casa me permitió entrar tomar un baño y sacar algunas cosas, dejándome claro que no me daría mucho tiempo y que si no me ponía al día vendería todo lo que había en el apartamento.

Con la mente nublada y sin saber que hacer camine un par de horas hasta llegar a un lugar conocido.

Hay un par de rostros amigables se preocuparon al ver mi expresión. Les conté lo sucedido y la pregunta no se hizo esperar

 ¿por qué no regresas con tu familia?

Eso era imposible, no podía regresar derrotada ante aquella persona que me hizo tanto daño.

Sucedió hace 10 años.

Flashback

Flor: Por fin terminé mi secundaria, quiero ingresar a la universidad, pero debo conseguir un empleo antes, así podre dejar de depender de mi madre, quiero salir de aquí y no volver jamás.

Madre: ¿Qué diablos haces ahí pensando pendejadas, tengo hambre muévete a preparar la cena, a partir del lunes iras a trabajar a la casa de los Cardona, ellos necesitan una sirvienta y tú serías la indicada.

Flor: ¡Pero madre!

Madre: Pero nada, que esperabas que te siguiera manteniendo. Agradece que aún te permito vivir aquí.

Flor: Mi tío dijo que él se encargaría de costear mis estudios universitarios, dame su número yo lo llamaré y así dejaré de ser un estorbo en tu camino

Madre: Eres una estúpida. Nunca dejaré que tu tío te ayude no mereces  ser alguien en la vida y ahora ve a la cocina.

Flor: Pase el sábado y todo el día limpie la casa debía dejar todo limpio antes de ir a mi trabajo.

El domingo aunque no quería levantarme temprano, la bulla de la casa hacía imposible continuar durmiendo, me levante hice los quehaceres, la casa era bastante grande. Después del almuerzo creí que podría dormir un poco.

A eso de las tres de la tarde sonó el timbre, no sabía que tendríamos visita supuse, espere un poco, no quería bajar, no quería ver a nadie y metí mi cabeza bajo la almohada.

Mucho rato después los gritos de mi madre me despertaron

Madre: Flor baja hay alguien que quiere verte.

Flor: Me levanté sin muchas ganas, al llegar a la sala estaba un señor sentado en el sofá.

Buenas tardes

Alonsso: Buenas tardes, princesa

Madre: Flor, el señor Alonsso vino a pedirme permiso para ser tu novio.

Flor: Pero mamá yo no quiero.

Mi madre me llevó hasta la cocina y en vos baja, pero segura me dijo.

Madre: Mira muchachita del demonio, ya la decisión está tomada el señor Alonsso, es un hombre muy importante y tú aun estas bajo mi mando.

Flor: Justamente por eso madre, yo apenas tengo catorce años y ese señor tiene como treinta y cinco, si no tiene más, no me hagas eso, dije entre sollozos.

Pero mi madre no me escucho y minutos después estaba yo sentada en la sala viéndolos conversar.

Ahí empezó mi desgracia.

Por cuestiones de ley no podía casarme, por lo que el señor Alonsso me llevó a vivir a su casa, una casa muy diferente a él, llena de vida, de luz y de color.

Me enseñó un cuarto grande, ese sería mi cuarto, el suyo estaba a dos puertas más y no tenía intención de conocerlo

Era fin de semana así que los empleados estaba de descanso, fui a la cocina a preparar algo de comer y cuando salí él ya se iba.

No me esperes.

Tranquilo, no pensaba hacerlo.

Llegó a la madrugada muy borracho y con una acompañante, me di cuenta porque la vi salir en la mañana, mientras limpiaba el desorden.

Me dispuse a hacer el almuerzo.

Una semana aquí y he visto un desfile de mujeres, eso me da tranquilidad, no necesitará de mí para satisfacer sus necesidades.

Es domingo y quise preparar algo que me gusta un bistec de carne, arroz, platano maduro frito y ensalada, eran casi la dos de la tarde.

Que huele tan rico, ese olor me saco de la cama.

Lo escuché y sentí pánico, ese tipo era muy elegante, pero lo vulgar y corriente se le notaba por encima.

Llegue a la puerta de la cocina y la vi cocinando. Por lo menos sirves de algo, cuando termines me avisas a ver que tan bien lo haces.

Si señor.

Por lo menos es juiciosa pensé que sería una revoltosa, pero tiene la casa en orden.

Fin flashback

Llegó la noche y sin tener a donde ir acepte la ayuda de aquellos conocidos.

La cena estuvo muy animada, después de cenar me condujeron hasta el cuarto de invitados.

Señora Meyer: Que descanses mi niña, no te preocupes, mañana será otro día, no pierdas la fe.

Fue lo último que escuché antes de dormir.

Aunque suene raro ese día dormí como hacía mucho no lo hacía

Flor

Un nuevo comienzo

El olor del desayuno me sacó de un hermoso sueño, pasaban las ocho de la mañana y el sol resplandecía, me di un baño y baje a la cocina, allí encontré a un viejo amigo

Danilo: señorita años sin verla (aunque ya sabía su situación, no quería deprimirla más)

No me darás un abrazo después de tanto tiempo.

Flor: Corrí a sus brazos, era un persona muy especial, desafortunadamente sus amistades eran poco recomendables por lo que me había alejado de él, en el pasado.

Después de charlar un buen rato, mis ojos brillaron como estrellas por lo que Danilo acaba de decir

Danilo: Creo que tengo un trabajo para ti, no sé si te le midas, pero puede darte buenos ingresos.

Flor: Cuéntame de que se trata, en este momento me le mido a lo que sea, Danilo me miró con asombro, siempre había sido muy recatada y el sabía que le tenía un poco de desconfianza.

Mientras tomábamos el desayuno Danilo me explico de que se trataba el trabajo, yo trataba de asimilar sus palabras y mi cerebro luchaba buscando opciones antes lo que me estaba ofreciendo.

Conocía bien a Danilo y por algo me alejé de él, no podía ver escoba con falda, para él todas eran bonitas, sensuales y deseables, no le importaba cuanto tuviera que invertir para llevarla a la cama, tenerlo como jefe era un riesgo, pero esperaba que por nuestra amistad fuera diferente.

Danilo me abrazo y eso me sacó de mis pensamientos.

No hagas que me arrepienta le dije quitando sus brazos que me apretaba contra él, no puedo negar que el tipo es, guapísimo, teníamos la misma edad, trigueño, 1.90 de estatura, brazos musculosos, pecho supermercado, en alguna época fue fisiculturista, unos ojos color miel que combinaban divino con su tono de piel, unos labios que provoca besar, vestía siempre elegante y su fragancia era deliciosa.

Pero era un don Juan y además tenía amistades en los bajos mundos y no quería estar en medio del peligro, con el padre de mis hijos había sufrido bastante por esa razón y aunque no lo podía confirmar sabía que los amigos de Danilo eran cercanos a Alonsso.

Aun con su olor rondando mi nariz fui a buscar mis cosas, no eran muchas por lo que no demore en regresar.

Danilo: el viaje nos llevara unas 4 horas, deja esas cosas acá, cuando lleguemos te llevaré a comprar lo que necesites, como te dije este puede ser un nuevo comienzo para ti.

Flor: No sabia que estaba pasando por la cabeza de Danilo, pero en mis planes no estaba ser una de sus queridas, por lo que mis cosas fueron conmigo, no eran muchas pero eran mías.

Durante el camino hicimos una parada en un sitio muy agradable, era sobre la vía en un mirador, la vista era preciosa, mientras el hablaba con unos hombres que se veían muy rudos, yo permite que mi mente volará, visualice a mis hijos corriendo por esos jardines, su sonrisa me llenaba el alma y me sentí reconfortado.

La voz de Danilo me volvió a la realidad.

Danilo: ¿Te gusta lo que ves? Puede ser tuyo si lo quieres.

Flor: Es hermoso, pero no gracias, no se lo que tramas, pero solo acepte trabajar contigo, no esperes nada más.

Danilo me miraba de arriba a bajo y sus mirada era penetrante. Mi cuerpo lo atraía y me lo hacía sentir y es que no estaba nada mal. Media 1.70, piel canela, cabello largo ondulado, unos ojos penetrantes y caderas anchas, cintura pequeña y unos grandes senos que llamaban la atención a donde fuera, así me vistiera de monja.

Los hombres que estaban con Danilo volvieron a aparecer con unas viandas, era ya casi medio día y la verdad tenía hambre. Danilo me acerco la comida, se veía una delicia y el olor era exquisito.

Danilo: Si quieres puedes quedarte aquí por unos días, descansas y luego inicias con tus labores, no te preocupes no te acosare si es lo que temes, no negare que quisiera que fueras mía, pero mi madre me mataría si pongo mis manos sobre ti, solo lo puedo hacerlo si tu lo Permites y se que eso no sucederá.

Flor: Te agradezco mucho tu ofrecimiento, pero quisiera empezar a trabajar cuanto antes, sabes que me urge poner en orden mi vida.

No me quedaría ni loca bajo el mismo techo con él, lo aprecio como amigo y su familia ocupan un lugar especial en mi vida, pero no confío en él, ni en mi falta de sexo, su mirada me intimida pero su cuerpo me encanta.

Subimos al carro y retomamos el camino, para mi desgracia había un fuerte accidente unos kilómetros más adelante, las víctimas fatales eran varias esto haría que la vía fuera cerrada y las alternas estarán muy congestionadas, había una larga fila de carros en un largo trayecto.

Para abrir la carretera tendríamos que esperar por horas y el cielo tenía unas espesas nubes que anunciaban lluvia, era mejor estar en un lugar cubierto. Danilo voltea hacia mí con mirada pícara.

Entendí el mensaje y acepte, no teníamos opción.

De vuelta hablamos de mi situación de que había pasado, por primera vez le conté a alguien lo sucedido con mi madre y como había conocido al padre de mis hijos.

Sus palabras me dieron ánimo.

Danilo: No debiste pasar por todo eso, pero te aseguro que a partir de ahora no te faltara nada, cuentas conmigo y me encargaré de hacer que tu vida sea más agradable y tranquila no espero que me des nada a cambio.

Danilo

No tenía idea

De vuelta en aquel hermoso lugar, no pude evitar sentir un poco de angustia, la empleada me mostró mi cuarto, es un hermoso lugar en el segundo piso con un hermoso balcón que dejaba ver las montañas al frente y un hermoso jardín en el primer piso, tenía una cama enorme, en el baño la decoración era sutil, pero elegante, el olor relajante te hacía olvidar de todo. Llene la tina y me sumergí en ella, por un momento sentí que volvía a esa época de abundancia en donde podía darme lujos sin limitaciones.

Flashback

Viví en su casa por un tiempo, pero yo quería seguir estudiando.

Flor: Señor sería posible que me permita terminar mis estudios.

Alonsso: No quiero que salgas de la casa.

Flor: Le prometo que regresaré a casa en cuanto salga de clases, no tendría queja de mí.

Alonsso: No necesitas estudiar, solo serás mi mujer y quizás la madre de mis hijos. Tendré que salir de viaje, te quedaras aquí con alguien que estará pendiente de lo que necesites, no hagas estupideces si no quieres terminar con un tiro en la cabeza.

Sin opciones me quede en ese lugar, el día de mi cumpleaños me bebí un par de botellas de licor que encontré, me acosté totalmente ebria, había hecho estragos por toda la casa, pero estaba sola así que no me importaba.

Cuando regresó de viaje, trajo consigo cantidades de regalos y el ajuar de boda.

El noviazgo no duró mucho, después de un par de meses nos casamos, fue una boda muy “bonita”  asistieron unos pocos conocidos y la familia de Alonsso,  los adornos y los trajes traídos de Italia, a pesar de lo extraño de la relación, podía decir que me sentía bien con él, era atento y me cubría de regalos.

Después de la boda fuimos a las islas griegas, no había amor, pero los lujos no faltaban.

Al regresar de la luna de miel, aún sin consumar el matrimonio, mi esposo se la pasaba en reuniones y siempre tenía un viaje por realizar.

Mi vida transcurria en una inmensa mansión con sirvientes y guardaespaldas, no me dejaban trabajar, pero yo me daba mis mañas para guardar dinero sin que se enteraran, con la llegada de mis hijos los lujos aumentaban aunque veía mucho menos a mi esposo.

Durante un año estuve tranquila, las mujeres desfilaban por la casa, su gusto y muy variado, eso era mucho mejor para mí, no deseaba complacerlo, después de nuestra primera vez, mi primer embarazo no tardó mucho luego el segundo, junto con mi bebé llegaron sus tres hijos de cuatro, seis y siete años, vinieron a pasar vacaciones y nunca se fueron, a pesar de mi corta edad logré adaptarme a mí papel y traté de brindarle lo mejor a esos niños. Al principio no fue fácil, era niños rebeldes y mal portados, después de unos  años era muy agradable pasar tiempo con ellos.

Le conocí algunas amantes, por lo que mi mente empezó a buscar la forma de obtener mi libertad, me gustaban los lujos, pero también podía vivir con poco mientras pudiera ser feliz.

El tiempo transcurrió y ya en cumplimiento de mi papel como su mujer, con dos hijos, tres hijastros y un embarazo a punto de finalizar, disfrutaba el hecho de pasar la mayor parte del tiempo sin verlo.

Después del nacimiento de mi hija, la relación se fue acabando, aparecía poco por la casa, el juego el trago y las mujeres eran su diversión, las mujeres eran como buitres y es que el tipo no estaba mal, blanco, cuarenta años. 1,85, su cuerpo marcado cabello castaño, y una mirada penetrante que le daba un toque misterioso, una barba muy bien diseñada, siempre elegante.

Una de sus mujeres tenía el plan perfecto para sacarle mucha plata, uso tácticas seductoras que otras pasaban por alto y lo conquistó.

Cuando ya estaba embobado por ella le presento a su padre; un hombre de “negocios” poco recomendable que le hizo ofertas muy tentadoras.

Su nuevo amor se encargó de convencerlo usando métodos prácticos, después de una apasionada noche de licor y sexo le pidió que firmará los papeles y después de eso se quedó sin nada.

La chica y “su padre” desaparecieron.

Fin de flashback

El toque de la puerta me reinicio.

Empleada:  Señora la cena está lista.

Flor: Ya bajó conteste mientras salía de la tina.

La noche era hermosa y después de comer pase largo tiempo mirando el horizonte, me fui a dormir ansiosa por saber que pasaría al día siguiente.

A la madrugada empezó a llover, el agua entraba por las ventanas por lo que debí pararme a cerrarla, un ruido afuera llamó mi atención y salí del cuarto, era Danilo que se encontraba en el primer piso jugando en su celular.

Danilo: Qué haces despierta preciosa, deseas algo, te sientes bien.

Flor: No te preocupes solo quiero un poco de agua.

No pude evitar ver que estaba sin camisa y en un pantalón corto, sus fuertes brazos y su abdomen muy bien marcados eran una delicia.

Al escuchar que quería agua se paró dejando ver por completo ese espléndido manjar, su pantalón corto dejaba ver lo bien dotado que estaba y esas piernas, se me hizo agua la boca.

Danilo: Flor, Flor! En qué piensas te sientes bien.

Flor: Sentí pena y subí corriendo al cuarto ¿será qué se dio cuenta?

Aun llovía y el frío que se sentía era intenso, aunque las cobijas eran gruesas, se sentía el frío en el cuarto. Estaba por dormirme cuando la puerta sonó.

Me pare de la cama y abrí.

Y ahí estaba Danilo, con su pecho descubierto y esa mirada penetrante.

Qué necesitas pregunte cerrándole el paso.

Danilo: Hace frío, pensé que querrías un poco de calor.

En ese momento el fuerte viento abrió las ventanas y al golpear contra la pared los vidrios estallaron, quedaron hechos trizas por todo el cuarto y algunos se encajaron en mi cuerpo que estaba sosteniendo la puerta.

Danilo sin pensarlo me cargo y me llevó a un lugar seguro.

Hizo un par de llamadas, mientras una de sus empleadas me sacaba los vidrios incrustados y me hacía curaciones. Por fin dejo de llover y los vientos cesaron.

El dolor no era fuerte, pero no podía moverme mucho, cuando sonó el timbre sentí curiosidad, era muy tarde y acababa de pasar una fuerte tormenta.

Al abrirse la puerta entró un hombre de unos 30 años, Moreno, ojos claros, vestía deportivo. Saludo a Danilo y luego se dirigió hasta donde yo estaba.

Visitante: Buenas noches, soy el Doctor Aldair Grimaldi, soy el médico de Danilo y estoy aquí para revisar sus heridas.

Flor: No era necesario, no fue tan grave conteste, no debiste molestar al médico a esta hora y con este clima.

Al sentir sus manos revisar mis heridas pensé: necesito esas manos en una herida que tengo en medio de las piernas, por dios la fragancia de ese tipo me llevo al cielo.

El Doctor Grimaldi

 

 

 

 

 

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