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Siempre A Tú Lado

Capítulo I

Hola hija cómo estás.

- Mamá me asustaste.

- Lo siento mucho hija no pensé que estuvieras tan distraída.

- Mañana tengo una entrevista.

- Para que cargo hija.

- Mamá solo puedo aplicar a un puesto, sabes que no e terminado la universidad.

- No me digas que para servicios generales.

- Es lo mejor hasta ahora, y a demás no es por mucho tiempo es mientras termino la universidad.

- Hay hija perdoname por no poder ayudarte soy una inútil.

- No digas eso me has ayudado mucho ahora es mi turno de ayudarte.

Le sonrió muy cálidamente a mi mamá quien a trabajado mucho por mi, después de que mi padre la abandorana cuando yo tenía a penas siete años.

Pero el año pasado un accidente dejo a mi mamá incapacitada para trabajar así que ahora es mi turno.

Por mi edad se que no me contratarían como gerente o secretaria así que aplique a una vacante de servicios generales como dice mi mamá el trabajo no es deshonra.

- Mamá necesitas algo.

- No hija ya me voy a acostar, por favor no te trasnoches.

- Está bien mamá nos vemos en la mañana.

Dejo a mi mamá en su habitación y voy a la mía a alistar mi ropa y los documentos que me solicitaron estoy bastante emocionada por este nuevo paso que voy a dar.

Me demoró en dormirme pero no me coge el sueño a penas suena la alarma de mi celular me levanto, tomo una ducha rápida y cuando bajo mi mamá ya me tiene el desayuno listo.

- Buen día hija.

- Buenos días mamá.

- Ya está el desayuno, sabía que no ibas a preparar nada así que me adelante.

- Siempre cuidando de mi.

- Tu llevas mucho tiempo cuidando de mi también, más bien apurar que se te enfría y se te hace tarde.

Agradezco a dios por enviarme una madre tan especial ella es para mí todo en mi vida, después de un delicioso desayuno salgo para mi entrevista.

Es mejor llegar antes que a tiempo así tienes más tiempo para estar calmada y con la mente más tranquila.

- Buen día. - Me acerco a la recepción.

- Buen día en que puedo colaborarte.

- Vengo a una entrevista.

- Me regalas tu nombre por favor.

- Antonella D'angelo.

- Claro que sí, por favor te puedes sentar que ahorita te atienden.

- Muchas gracias.

Mientras espero que me atiendan me pongo a revisar una revista y hay está el hombre más deseado de Italia Adriano Conte un hombre muy respetado.

Su empresa es una de las mejores en la fabricación de ropa, no mucha gente puede comprar sus productos son bastantes costosos también exportan y le va muy bien.

Se dice que está comprometido con una modelo italiana Bianca Martino es bastante hermosa me gustaría algún día poder diseñar par

a ella algún vestido. Sería la mejor manera de promocionar mi ropa con alguien tan influyente en el mercado. Pero primero tengo que graduarme y comenzar a adquirir experiencia si quiero tener mi propio negocio.

- Señorita D'angelo la esperan para la entrevista.

- Muchas gracias.

- En el segundo piso segunda puerta a la izquierda.

Asiento y sigo las indicaciones que me dio la recepcionista, tocó muy suavemente y desde el fondo me dan la orden de entrar.

- Buen día.

- Buenos días señorita Antonella.

- Si señora.

- Siga y se sienta. - Muy educadamente me siento. - Vienes para el puesto de servicios generales tienes alguna experiencia.

- No tengo experiencia este sería mi primer trabajo.

- Tienes 17 años.

- Si señora acá tengo el permiso de mi mamá.

- Porque en servicios generales.

- Se que puede parecer extraño primero por mi edad y segundo por lo que estoy estudiando pero la verdad necesito este trabajo para seguir pagando mi universidad.

- Estarías dispuesta a aguantar todo lo que acarrea este puesto. - Se que no es fácil e visto como trataban a mi madre pero es lo mejor por este momento.

- Claro que sí, hay que empezar con algo y puede que después de que me gradué me den un nuevo puesto en esta empresa.

- Tienes una mente abierta.

- Trato siempre de ser positiva.

- La verdad me gusta mucho tu forma de ser así que bienvenida a nuestra familia si quieres puedes empezar hoy mismo.

- Muchas gracias y por supuesto.

- Sígueme, pero antes mi nombre es Lia Palmieri soy la encargada de recursos humanos y también te voy a explicar lo que debes de hacer estarás a cargo de los primero cinco pisos, hay otras ayudantes de servicios generales pero como ves esta empresa es bastante grande.

El resto del camino me explica todo lo que tengo que hacer, me entrega el uniforme y me lleva al lugar en donde puedo cambiarme y en dónde voy a almorzar, según Lia se manejan tres turnos rotativos.

Una semana trabajo de 6 am a 2 pm, la segunda semana de 2 pm a 10 pm y por último 10 pm a 6 am. Después de pasar por los tres turnos vuelvo a empezar, también me comenta que un día a la semana voy a tener mi descanso pero que va a ser entre semana.

- Te dejo Antonella para que te prepares y puedas comenzar.

- Muchas gracias por está oportunidad.

Me cambio bastante rápido y empiezo con mis deberes en el primer piso solo está la oficina y el taller de confección que es muy grande, cuando termino voy subiendo y en los siguientes pisos solo me encuentro con oficinas. Cada una de ellas muy bien organizadas y a pesar de que todo se vea bien limpio hay que organizarlas limpiar el polvo, barrer, desocupar las canecas.

- Buen día señorita me puedes hacer un favor y me traes un tinto.

- Con mucho gusto. - Voy hasta la cocina y le preparo un café a la joven que me lo acaba de pedir como no se sus gustos llevo dos.

- Mira te traje dos uno claro y otro oscuro y no sé si le gusta con azúcar o no.

- Eres nueva verdad.

- Si.

- Mi nombre es Arabela.

- Mucho gusto Arabela mi nombre es Antonella.

- Eres muy joven cuántos años tienes.

- Tengo 17.

- Y ya trabajando debes de tener una gran responsabilidad para eso.

- Si.

- Te dejo para que sigas trabajando, pero antes de que te vayas apenas llegues debes de poner la greca a funcionar más o menos a las 8 ya estamos todos acá así que tienes que preguntar y repartir el café.

- Gracias por tu consejo.

Capítulo II

Después de hablar con Arabela, paso por cada una de las oficinas para preguntar si van a tomar café y todos dijeron que si.

Mi día se pasa muy rápido hasta el punto que la mujer que me recibe me va a avisar que ya había terminado mi turno. Bajo rápido y me cambio tengo que ir a ver a mi mamá.

Estoy tan cansada que me quedo dormida en el transcurso de mi trabajo a la casa, pero antes de que me pase de mi paradero.

- Veo que bienes cansada.

- Hola mamá cómo estuviste.

- Bien hija, ya está listo el almuerzo.

- Mamá sabes que no tienes que ponerte ha hacer eso yo puedo llegar a colaborarte.

- Hija estás trabajando y a parte de todo tienes que también estudiar.

- Hablando de eso tengo que hablar con el decano.

- Que pasa hija.

- Voy a trabajar en tres turnos mamá así que me toca mirar cómo hago para cuadrar las materia.

- Si yo lo hubiera.

- Nada mamá no fue tu culpa bueno, yo voy a organizar mis cosas se que tendré muy poco tiempo libre pero vamos a salir pronto de esto.

- Está bien.

Le doy un beso a mi mamá y subo a mi habitación para poder bañarme y enviar el correo cuando estoy bajando me suena mi celular.

- Si.

- Buena tarde señorita Antonella.

- Buen día señor Carlos.

- Llamaba para saber cuándo podría pasar por lo que me deben de arriendo no creo que pueda ser más paciente con ustedes.

- Señor Carlos hoy ya entre a trabajar y me pagan dentro de 15 días por favor deme ese plazo y le abono algo.

- Quince días le doy pero ojalá que lo que me vaya a abonar sea la mitad de lo que me debe. Si no puede darmelo completo

- Si señor está bien.

Mi mamá no se puede enterar de esta llamada porque se va a estresar y eso es lo que menos quiero yo, ya tengo bastante de que preocuparme como para echarle más leña al fuego.

Almuerzo con mi mamá mostrando una tranquilidad única, el día se está acabando y yo tengo que ponerme a hacer trabajos para la universidad, tengo que entregar unos diseños los cuales están bastantes atrasados.

Cuando me volteo a ver la hora me doy cuenta que ya es hora de bañarme y alistarme para mi trabajo, pero no me importa no haber dormido ya tengo mis diseños después del trabajo tendré que ir a la universidad a llevarlos.

Llegó de muy buenos ánimos y me pongo a trabajar a pesar de ser mi segundo día el ritmo de trabajo va muy bien. Hoy había empezado por el quinto piso e iba bajando.

Al llegar al taller de costura me quedo tan embobada que no le fijo que alguien viene y me chocó y por lo que siento en mi uniforme el traía una bebida y muy caliente.

- Maldita sea, es que no tiene ojos estúpida. - Me doy la vuelta y veo nada más y nada menos que a Bianca y a Adriano.

- Lo siento mucho señorita, espérame y ya traigo algo para limpiarla.

- Usted cree que esto va a caer, no ve que es de diseñador maldita niña.

Tan nerviosa estoy por lo que acababa de pasar que no me fijo que el señor Conte me está mirando, me maldigo a mi misma.

- Será que se puede retirar, ya hizo el daño del día. - Levanto mi mirada y veo esos ojos grises grandes y hermosos. - Oiga despierte.

- Con permiso.

Salgo con una vergüenza única, ese no era la impresión que quería darle a Bianca pero ahora que voy a hacer. Entro al vestuario y saco el repuesto de mi uniforme de mal genio me quito la blusa y la noto al piso.

- Maldita sea.

- Si. - Salto y me doy la vuelta para ver a Adriano parado en la puerta.

- Siento mucho lo de la señorita Bianca no era mi intención.

- Lo se, eres nueva en este trabajo.

Y como un león acechando a su presa se va acercando a mi, yo por instinto doy un paso atrás pero ya no puedo seguir ya que me golpeó con los lokers.

- Tienes miedo.

- De quién.

- De mi.

- Porque lo tendría me va a hacer daño.

- Puede que sí, puede que no todavía no lo sé.

- Hummm.

- Solo eso, que aburrida eres pero eso no quita que tienes un buen cuerpo. - Sus ojos viajan por mi cuerpo y es hay que me doy cuenta que estoy en sostén. - Nos vemos por hay.

Sale del vestuario como si no hubiera pasado nada, pero con el uno no se puede fiar pues lo consideran un rompecorazones muchas veces lo han visto salir con una mujer diferente.

Aunque piense eso mi corazón sigue latiendo como loco ante el arrebato del señor Conte, mientras me calmo me pongo la blusa y salgo de nuevo a trabajar.

El resto del día no los vuelvo a ver y mejor así no tengo ganas de lidiar con el y su prometida pero la dicha de que no me lo encontré en el trabajo no dura mucho pues saliendo me vuelvo a chocar con ellos.

- Otras ves parece que necesita gafas. - La frialdad de sus palabras me confunden. En el vestuario me trató de una manera y acá de otra.

- Parece que no soy la única.

Sigo mi camino sin poner mucha atención a lo que su prometida está diciendo y bueno a lo que el señor dice estoy de afán. Subo al auto bus y me dirijo a la universidad solo me queda una hora para entregar el trabajo.

Llegó lo más rápido y encuentro al profesor en el aula todavía.

- Respira por favor.

- Lo siento es que vengo del trabajo.

- Conseguiste.

- Sabes que me tocaba, los pagos no dan espera.

Valentino mi profesor se ha vuelto mi mejor amigo, en mi primer semestre tuve una crisis y el me ayudó en ese momento y a sido así hasta ahora.

- Lo se, que tienes para mi.

Capítulo III

Y como te fue en tu primer día.

- Dirás mi segundo día y si te contara lo que me pasó te burlarias de mi.

- Por tu expresión puedo decir que fue algo grave.

- La verdad es que fue más vergonzoso que otra cosa.

- Mientras reviso lo que me has traído por favor me vas contando.

- Me estrelle con una persona importante y le regué el café.

- Me imagino que debió ser a ti jefe.

- Ese es el problema, fue a Bianca Martino.

- No me digas que es la Bianca de la que hablan en todas las revistas y la prometida de Adriano.

- La misma que canta y baila.

- Eso solo puede significar que estás trabajando en la empresa de Conte.

- Si. - Lo digo con un desaliento único.

- Ahora si lo e escuchado todo, pobre de ti y tu que pensabas en que ella algún día se pusiera tía diseños. Ahora no creo que ella lo haga.

- No me hagas sentir más mal de lo que ya me siento y no solo eso cuando salía para acá me estrelle con el mismísimo Adriano.

Solo escucho la gran carcajada que da, para el esto es muy gracioso para mi no tanto Bianca era mi gran oportunidad para poder mostrar mis diseños y ahora no se si se podrá.

- Deja esa cara en ese mundo todo puede pasar y pueda que a ella se le olvide este incidente.

- Eso espero porque mis diseños se verían muy bien en ella.

- Y ya entrando en materia estos diseños están muy hermosos, dejamelos y los voy a mostrar a la facultad puede que se hagan realidad para el próximo desfile.

- Me estás hablando enserio.

- Muy enserio, tienes un gran talento y si sigues así puedes hasta montar tu propia empresa y vender diseños exclusivos.

- Eres un amor.

El resto de la tarde seguimos hablando de muchas cosas pero todo relacionado con mi carrera, no es hasta ya entrada la noche que mi estómago gruñe mierda se me olvidó almorzar.

- Te saltaste el almuerzo.

- Tenía que llegar a tiempo para entregarte la carpeta, si comía algo me demoraría más.

- Vamos ya e terminado por hoy, te invito a comer y te llevo a casa.

- Estás seguro, se que tu esposa te espera y no quiero atrasarte.

- Ella lo entenderá a demás tú tienes hambre y no puedo permitirme que mi mejor estudiante se desmaye llegando a casa.

- Está bien, pero quiero comer un rico plato de pasta.

- Lo que tú digas.

La mayoría de los estudiantes nos miran como si nosotros tuviéramos algún cuento, pero después de tantos chismes y de que el decano nos llamará a su oficina nos da lo mismo lo que piensen.

Es muy agradable distraerme de todos mis problemas y más cuando ese alguien te recuerda que la vida es bella y que hay que luchar para alcanzar tus metas.

Al llegar a casa mi mamá me está esperando y esa bastante enojada y quien no, no le avise que estaba en la universidad y que me demoraba en llegar.

- Porque no me avisaste. - Si que está enojada. - Que llegabas tarde.

- Lo siento mamá salí del trabajo para la universidad y me distraje con Valentino.

- Ese muchacho te distrae mucho y me alegra verte sonreír.

No muchas veces mi mamá me ve así, tratamos de no tocar un tema en específico pero cuando se entra en una crisis es difícil no hacerlo. Así que son muy pocos los días que me ve sonriendo.

- A mi también me alegra mucho poder contar con el.

- Está vez te perdono pero que no se vuelva a repetir ti sabes que no es muy bueno que andes sola tan tarde por la calle.

- Lo se y te pido disculpas, y cambiando de tema ya cenaste.

- Si, te guarde un poco pero si estabas con Valentino lo las seguro es que aya invitado a cenar.

- Si lo hizo y si no es más te dejo estoy muy cansada y me toca madrugar.

- Ve a recuperar el sueño.

Le doy un beso a mi mamá en la frente y subo a mi habitación, es tanto en cansancio que tengo que apenas tocó la almohada quedó profundamente dormida.

Los días pasan y no me vuelvo a chocar con nadie y el oficio se me hace más fácil de hacer el decano me dio la posibilidad de intercambiar mis materias dependiendo de mi horario y cuando alguna se me crucé podré estar virtualmente como hoy que tengo el turno dos y mi clase es a la seis de la tarde. Pude reunir al menos la mitad de lo que debemos de arriendo y eso me tranquiliza un poco también.

- Que haces acá. - Entra Carina la recepcionista al vestuario.

- Adelante todo mi oficio y tengo clase.

- Lía ya sabe.

- Claro que sí, yo se lo comenté apenas el decano me dio respuesta a mi correo.

- Que te rinda.

Dos horas después puedo volver a mi trabajo y una llamada me sobresalta al ver el identificador contesto rápidamente.

- Hola mamá que pasa.

- Hija no te enojes pero me están llevando al hospital. - Mierda.

- Que paso mamá.

- Estaba calentando un poco de agua y se me cayó encima de mi.

- Mamá dentro de media hora salgo y nos vemos en el hospital.

- Si hija.

Cuelgo para poder calmarme pero el dolor en el pecho está aumentando, mi visión comienza a volverse borrosa.

"Respira Antonella tienes que calmarte esto no es bueno para ti ni para tu mamá ella te necesita fuerte en este momento"

Me digo esto y poco a poco me voy calmando, cuando ya lo e logrado continúo con mis deberes para salir lo más rápido que pueda.

Al llegar al hospital busco a mi mamá y la encuentro su mano está completamente vendada me alegro de ver quejo es mucho lo que le pasó.

- Hola mamá.

- Hola hija, perdón por ser una inútil y una carga para ti.

- No eres nada de eso, pero por favor dime qué pasó.

- Estaba calentando un agua para lavar el baño, quería ayudarte y que...

- Basta con ese tema, más bien continua con lo que me estabas contando.

- Entonces al tratar de coger la olla está estaba muy pesada y se me giro cayendo el agua en mi brazo.

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