Mi vida siempre fue junto a una espada y mis compañeros de batallón. Desde pequeña sabía que no quería ser una mujer de casa, me esforcé como si no hubiera un mañana fortaleciendo mi cuerpo, aprendiendo a usar una espada…cuando lo logré, pude tener el titulo de rosa roja, por la sangre que me bañaba, lo filosa y despiadada que era mi espina ante los enemigos.

Mi ultima batalla seria la que determinaría por fin el reino como ganador en esa interminable batalla… no obstante los enemigos formados no jugarían limpio… solo necesitaron de un corte para poner a mas de uno de mis hombres contra el piso… luche lo mas que pude mientras mi cuerpo absorbía el veneno. Cuando cerré los ojos encima de la sangre y cuerpos lo hice llena de orgullo y paz… “ganamos”

Aun con dolor solo recordé mi vida. amoríos fugaces que tenía, celebraciones hasta el amanecer. recordaba los momentos dolorosos… entonces llego mi infancia a mis memorias… la razón de que levantara una espada.  Una chica débil que no pudo defender a su familia de ser asesinada. Nadie me reprocho no defenderlos, solo me reprochaban por sobrevivir… ahora… ¿me seguirán reprochando después de que mi batallón lucho contra los enemigos más próximos a matarlos?

Cuando abrí los ojos la escena era irreal… el pasto perfectamente cuidado el aire limpio se sentía tan relajante… ¿fui perdonada por llevarme tantas vidas? ¿Era el cielo?

-princesa es hora de entrar- una mujer hermosa y bastante joven me hablaba con dulzura

- entrar a dónde? - dije con paz y tranquilidad

- al comedor. Su majestad la espera- ¿su majestad… será dios? ¿El realmente es real? Tome la mano que la mujer me extendió el tamaño de mi mano… era tan pequeña… los rumores de que dios llamaba a sus almas convirtiéndolas en niños… la forma más pura del ser humano… ¿era verdad?

Caminamos por ese patio llegamos a una gran entrada con un grupo de guardias los cuales ni me miraban. Una parte de mi sintió el orgullo de las fuerzas centradas en su trabajo evitando la mínima distracción.

A los lados, sin embargo, se convirtió en un campo de azaleas, flores tan pequeñas y con diferentes colores que lograban una vista cálida y hermosa.

Me llevo a un cuarto en el cual estaba rodeado de telas y accesorios

-no estábamos yendo al comedor? - pregunte al ella detenerse

-debemos arreglarla al final su hermano estará presente- hermano? Me dio un pequeño choque… pero “todos somos hermanos ante los ojos de dios”

- está bien- asentí y vi como colocaban pequeñas muestras de telas en mis brazos, otra peinaba mi pelo, era curioso lo rápido que se movían. Desnudarme frente a ellas tampoco fue un problema, ya que estaba acostumbrada a los doctores que me curaban o vendaban.

-esta hermosa! - se veía alegre por un simple cambio de ropa y peinado. Cuando escuche un ruido atrás mío me voltee para encontrarme con un reflejo ajeno al mío

una hermosa niña de no mas 8 o 9 años. Fue una visión corta…una ráfaga de recuerdos llegó a mí. El rey de ese país mi padre se enamoró de una baronesa, la cual murió al darme a luz, desde entonces no se ha vuelto a involucrar con una mujer, las madres de los otros dos príncipes siempre me hacen a un lado y tratan mal, aunque no es tan fuerte como la guerra que existe entre ellas para que su hijo tome el trono. Cuando la dueña de este cuerpo cumpla 12 la niñera de esta mostrara su verdadera cara haciendo un golpe de estado. Matando así al rey y a los príncipes. Con ello un tercero en discordia tomara la corona. Las concubinas anteriores serán encerradas…

en cuanto a mí, ni siquiera me quiso matar, me abandono fuera del palacio, una inútil princesa que murió de hambre y atacada por animales salvajes…

en cuanto a la personalidad de la dueña es fría arrogante mandona y agresiva… aun que con el maltrato recibido de las otras dos concubinas es normal, para una pequeña mimada apenas vivirá hasta los 12 que patético

cuando desperté de ese ataque de recuerdos me encontraba en mi cama. Me senté con sed y algo de mareo. Dure unos segundos en reconocer mi cuarto, Al lado de mi cama una jarra con agua y un vaso.

Tome algo y me coloque a pensar las cosas con mas calma… estaba en otro cuerpo en otra vida… pensé que lograría el descanso eterno por fin… si mi destino en este cuerpo es morir sin poder realmente cambiar… ¿nada?…

Cuando estaba por abrir las cortinas alguien abrió la puerta. La reconocí inmediatamente Eleonor Evans… segunda hija del marqués y primera concubina del emperador. Mejor era no provocarla por el momento

- que descaro.

-…- no dije nada solo la miré esperando sus palabras, pero esto pareció a ella molestarle

- cómo te atreves a ignorar la llegada de Aiden! ¿Acaso olvidaste tu posición en este lugar? - Aiden ramos Evans… el primer príncipe el

cual me trata como un insecto aun que el apenas tiene 12 que podría esperar de un mocoso, esta era su primera vez viajando a los pueblos aledaños presentándose como príncipe… tal vez era una tradición importante en la familia real.

- talvez no fue informada primera madre, pero mis fuerzas me traicionaron. Aun así, puede hablar con las sirvientas, como emocionada me estaba preparando. – se vio sorprendida… ella lo sabía… ah supongo que esperaba una disculpa… ahora que lo recuerdo esa comida la segunda concubina llamaba la atención del rey hablando de la pulida manipulación de la espada que tenía el segundo príncipe… tal vez quiere Eleonor liberar tención conmigo como en los recuerdos de la princesa…

- eso es lo mismo que nada. - así es… tener lista la masa y no preparar pan es como no tener nada. – tendrás que compensarlo- al serla

única princesa sin derecho al trono… claro si apoyaba a uno o a otro príncipe era mejor, ya que soy la hija de la amada del rey… en vez de buscar su amor la vuelven su punto de desahogo

-como desea que lo haga primera madre? – pensé rápidamente lo mejor es no hacer enemigos en el palacio…

- bien, por fin te comportas- entro con actitud de triunfo. Supongo que creerá que estaré de su lado – empecemos con algo sencillo

- hare lo que primera madre quiera para reparar mi error, pero me niego rotundo a intentar lastimar a mi segundo hermano- su sonrisa perdió la alegría.

- bien. no todo puede ir bien. mas te vale recordar lo que has dicho. - no sabía si estaba preparando un castigo o un plan. Por el momento era lo mejor.

Cuando me dejo sola simplemente tome aire mientras organizaba la información… la princesa no era una analfabeta sabía leer y escribir, pero también veo que odiaba la idea de abrir un libro a menos que fuera necesario.

Me servía ya que las letras eran distintas a las de mi mundo. Como si el cuerpo mismo lo recordara pude leer un pequeño libro de cuentos que tenía la princesa original… era lo único útil.

Al rato llego mi niñera… con una sopa supuse era de arroz con una compota y la carne cortada. Al inicio me sorprendí ya que ni recordaba que era una comida decente. Coloco todo en una mesa para la cama y me lo coloco al frente. En mis recuerdos veía como la princesa después de la charla con su madrastra le tiraba la comida a su niñera… claro más de una vez… era entendible como ella preferido dejarla morir de hambre… y… ¿si me vuelvo amiga del enemigo?

- gracias por la comida Erika – le sonreí levemente y comencé a comer… para mi esa sopa sabia a lo más delicioso alguna vez probado… poder sentir los sabores me lleno de emoción. Ahora vengo a percatarme de la tranquilidad que deje en la guerra

-princesa por qué llora? - mi reflejo en la sopa se mostró dándome cuenta… la princesa es linda asta llorando, al menos siempre que veía niños de 9 años parecía que les fuera a dar un ataque a comparación a la dulce mirada que la princesa tenía – princesa? - utilicemos esta oportunidad

- primera madre esta enojada conmigo por fallar…

- no tiene que preocuparse su majestad ordeno que la dejáramos descansar luego de escuchar que se desmayó- la princesa siempre se enojaba y pensaba que su padre la odiaba… aun que fuera negligente siempre que podía aun que algo pequeño como eso lo hacía. Era entendible si mostraba un favor a la princesa las dos brujas atacarían ala princesa… era la única forma de protegerla

- padre…- vi como mi niñera se petrificaba… claro asta la princesa… llamaba a su propio padre su majestad – nada, Erika gracias por la comida.

Se llevo la comida y se retiró. Tomé una hoja y papel empecé a anotar lo importante que sucederá en el futuro con la letra de mi anterior vida así nadie aun que sepan leer podrá adivinar que dice.

Luego anote planes posibles lo importante era fortalecer el cuerpo… aprender a sostener una espada y a moverse con ella… tener a la niñera lo más cercana posible así cuando, me echen del palacio tener comida. Lo suficiente para sobrevivir un pequeño tiempo. Un plan simple… lo mejor así aun si las cosas se tuercen buscar la manera de no modificar el resultado.

…

En la mañana mi niñera llego a despertarme, cuando volví a verme en el espejo me percate del arma que podría usar. La ternura física de la princesa

- Erika, pueden ponerme un vestido muy lindo? - me mostraron unos cuantos y me incline por uno azul – por cierto, podría pedir que me traigan un ramo de flores?

- un ramo de flores? - asentí con una sonrisa lo mas perfecta posible

- si que sea un gran ramo de lilis. Que pueda cargarlo

- s-si…? Lo pediré

- antes del desayuno

- enseguida- es tan agradable dar ordenes tan tontas y las hagan… negué al recordar como a veces tenía que golpear a uno que otro tonto entre orden y orden aun que era más jugando … era a veces molesto

Sali con el ramo de flores. No me percate que me miraban y susurraban, nunca preste atención a eso… pero la verdadera princesa siempre tenia la cabeza baja… al menos en estas edades. Pues mírenme con atención nunca bajare la cabeza ante un enemigo

Abrieron la puerta y los 5 me miraron

-buenos días madres, hermanos… - los ojos azules del rey con algo de tristeza me miro- buenos días padre- realice una reverencia, los sirvientes volvieron a susurra

-y esas flores Sofia? - sonreí al escuchar ese nombre… mi nuevo nombre.

- son para mi primer hermano! - dije y sonreí corriendo a el – perdóname hermano por no estar presente ayer que llegaste, pero quería felicitarte! - asintió en respuestas, sabia que estaban muy sorprendidos, una sirvienta tomo las flores y me senté al lado de la segunda concubina

-cómo te sientes Sofia? - el rey hablo algo cauteloso, solo le sonreí con ternura

- mejor padre. Aun que me gustaría saber si me perdí algo ayer- sentí como la mirada de Eleanor me atacaba, pero yo “inocente” del por que

- oh, déjeme su majestad contarle a la princesa- como esperaba la segunda concubina no desperdiciaría la oportunidad de alardear el rey movió su mano dándole el poder de contar la noticia

- mi hijo ya es maestro de primer nivel con la espada. De hecho, más tarde tendrá un duelo con el duque Blesto. – Blesto… se referirá al hijo mayor Sebastián Blesto ramos… nuestro primo, no lo eh visto mucho mas bien porque la dueña de este cuerpo lo evitaba y asta odiaba…

- felicidades entonces a ti también segundo hermano- le sonreí el solo asintió en respuesta. Yo tomaría las cosas relajadas en cambio se veía algo de incomodidad en el ambiente – que envidia me gustaría aprender también…

- lamento decirlo, pero una princesa no porta armas. - dijo la primera concubina de forma tajante

El desayuno se llevo en silencio. A veces me miraba el rey y yo en respuesta le sonreía. Pero paso algo que no esperaba después del desayuno y eso tenia que ver con mi clase de etiqueta

- mas derecha. – ya vieja bruja estoy lo más derecha posible – mal! ¡Que desastre!  ¡Mira cómo se hace otra vez! - era una reverencia en la cual el cuerpo debía realizar un Angulo de noventa grados el vestido al levantarse no debía pasar los 40 grados además de colocar una pierna adelante y otra atrás como si subieras una escalera. Para darle mas gracia al movimiento como de un baile se tratará…

- si maestra. - dije aburrida ya lo había logrado. Pero seguía regañándome como si no hubiera echo nada.

- si vuelves a fallar en algo tan fácil. - fácil para una niña de 9 años esto? – tendré que castigarte- me sobresalte al ver como golpeaba una clara regla de madera contra sus manos. en mis recuerdos nunca me golpeo una maestra. Tal vez era venganza de la primera concubina… entiendo los deseos de mi maestra de vengarse de las clases donde la princesa Sofia era arrogante

- no sabia que la maestra pudiera ejercer cierta

violencia para sus clases

- … no permitiré que vuelvas a fallar

- oh…- no soy tan tonta para aceptarlo – tendré que preguntarle a padre si tiene maestra el permiso de golpearme- trago saliva ya con eso decía que no… pero no reaccionó de forma agresiva puede que tenga una vía de escape – bien volveré a intentarlo maestra espero no fallar – esta vez falle tal reverencia apropósito.  Ella temblaba, pero o hizo nada. sonreí arrogante – y… bien?

- tks. La clase termino por hoy. - amenazar pensando en la ignorancia de la persona para luego huir… patético.