El olor de ese líquido rojo con el olor a pólvora se impregna en mis fosas nasales por la cantidad que hay y esas lágrimas patéticas solo... Suelto una pequeña risa por lo bajo y me advierten que todo ya está en orden.
Que patético ese Lycan. ¿Creyó que con una patética suplica viviría? Dioses, me estaba atacando a traición ¿Y quería que lo perdonara?
Aveces me pregunto ¿Quién puede ser tan ignorante para querer entrar a mis dominios? ¿Acaso no perciben el olor a muerte cuando estan cerca de mis tierras? Ciertamente, no. Dioses, desde los 16 lucho con estos intrusos que vienen por mí. Y me gustaría decir que me molesta, pero si no.
Me agrada. Y aún no me he hastiado de esta situación.
Un quejido me obliga a bajar la mirada y un vampiro tiene los huevos puestos para aprovechar mi detenimiento y morder mi tobillo. Las garras no tardan en salir para hacer desgarres en su rostro y dejarlos casi hecho tiras.
"Nos encargaremos, princesa", sugieren a lo lejos y asiento en acuerdo.
Sin embargo, mi boca se hace agua por probar sangre. Así que mi lengua sin problema pasa por una de las garras para saborear el líquido carmesí que no olía mal. Al menos no el último.
Dejó atrás el escenario lleno de sangre y cuerpos mutilados por todas partes, también otros baleados hasta dejarlos sin vida. Han sido tantas que no se cuantos van.
Siento un escalofrío recorrerme la espina dorsal cuando el viento resopla fuerte como si la lluvia estuviera a punto de caer. Aparezco en las afueras de mi habitación, escuchando a las pequeñas criaturas silvestres recorrer el bosque.
No había tenido enemigos cerca durante estas últimas semanas hasta hoy que decidí entretener mi cuerpo. Eso solo llegando hasta la segunda defensa, ya que la última vez que llegaron aquí a la mansión fue cuando madre estaba viva y algunos días después de su muerte.
Es me aflige de cierto modo. Su... sus muertes.
Inhalo ese olor a pino por ultima vez y entro para quitar la sangre de todo mi cuerpo. Matar es uno de mis mayores entretenimientos y miento si digo que no me gusta jugar previamente antes de hacer con mi víctima lo que quiera.
Eso sí no me han enfadado lo suficiente.
Me dirijo al baño y veo a mi sirvienta personal -por ahora- en el umbral de la puerta. Annie parece mi hermana mayor, siempre me ha cuidado desde que mis padres murieron. Un cuerpo envidiable, cabello ondulado marron rojiso, y unos ojos realmente hermosos color grisaceo.
Me muevo a la tina preparada y entro, sumergiéndome en ella, asi pues, dejando solo mi cabeza afuera y recostandome en el borde la misma.
Se siente bien la tibieza de la misma. Mi cuerpo empieza a relajarse totalmente, al punto de cerrar mis ojos para disfrutar unos segundos de ese estado. No es que no lo pueda hacer, sino que, no lo he hecho por... nose, no tenia muchas ganas de muchas cosas.
Tantas cosas que pasan por mi cabeza y todas se relacionan a eliminar a quienes quieren atraparme a como de lugar. Es una lástima que, lo que mis padres formaron y yo con el tiempo fortaleci, no dejen siquiera tocarme un pelo. Soy yo quien debo salir para que puedan verme almenos.
Al pasar los minutos, decido salir cuando siento una presencia estar en la puerta del baño. Volteo a verla y enarco la ceja. Me parece extraño que este ahí y lo es mucho más estando callada. Normalmente habla de cualquier cosa, asi sea por pequeños minutos. Supongo que, para no estar en un incomodo silencio.
Se adentra, ubicándose a mi espalda.
—¿Podría ayudarla?— siento que recorre con su fría mano mi espalda
—Seguro— Acepto. No me es posible enjuagarme por ahí de cualquier manera.
Esta es la tercera vez que lo hace. Algunas veces cuando estoy ocupada, pido que me prepare la tina.
No soy muy comunicativa; Podria intentar, pero ya que soy muy cerrada y poco sociable, no tengo "amigos" con quién interactuar y salir de lo rutinario como quisiera.
Decepcionante. Tampoco es que me haga falta
Mis salidas son cortas a la ciudad y solo para alimentarme, o algunas veces cuando tengo que estar presente en reuniones. Cada mañana doy un recorrido al bosque para ejercitarme y no aburrirme, lo cuál no funciona porque es parte de la rutina.
La rutina cambia cuando tomo represalias con los que quieren entrar en mi territorio -como hoy-, algo que no pasa tan seguido estos ultimos dias y si ocurren, los soldados que están afuera de mi territorio se encargan.
Su mano recorre mi piel con delicadeza; es tan suave que se siente bien ser tocada por otra persona.
No pienso mas allá de lo sexual -concepto que no he experimentado- solo la veo como mi hermana o a lo que se parezca. Al igual que ella a mi, hasta incluso podría odiarme. Mi personalidad es una mierda y aguantarme no debe ser agradable, pero la considero alguien confiable a pesar de mi actitud hacia ella.
Lava mi espalda, brazos.
Se ubica en frente y continua con mis pechos, un toque suave que te relaja el cuerpo. Mi vista en la nada se encuentra con ella. Se ve tan concentrada que, podria decir que le gusta hacerlo. Su delicado rostro con pestañas largas, sus carnosos labios y sus dientes que muerden el inferior; Baja a mi abdomen que siguen con su inocente limpieza.
Cualquiera que la miré diría que es incapaz de matar a alguien.
—Su abdomen...— se detiene a pensar un momento, queda en silencio— su figura... se podría decir que es perfecta.— completa con admiración. Quedo pensativa por su comentario. Nunca había dicho algo asi.
Bufo para no decir algo irónico. Tengo entendido en los estándares de "perfecto" sería tener cada cosa en su lugar. Claro que mi cuerpo esta en forma, pero mis pechos podria jurar que su mano es suficiente para cubrirlos por completo.
—Termina. Necesito descanso.
Veo que trata de estar seria conteniendo que sus labios no la traicionen con sonreír. Es extraño, ya que no veo el chiste. Estoy tan concentrada en ganar la batalla de miradas y no me percato de su mano esta en mi entrepierna. Eso me da un extraño escalofrío
Nadie me ha tocado ahi y ella no es la excepción. ¿Que mierda le pasa? esta demasiado atrevida. Le sujeto la mano, pero no deja que la mueva de allí.
— Estoy por terminar, ama. No me mire asi— refuta suave, dulce, se acerca a mi oido — Relajese— sugiere provocativa y siento un leve rubor en mis mejillas
¡Joder! ¿Por qué usa ese apelativo justo ahora?
— Pues hazlo— digo con voz firme— ya quiero salir.
Continua lavandome. No se en que momento cerré mi ojos para relajar mi cuerpo y disfrutar de eso, esa rareza por primera vez. No había sido limpiada por alguien mas.
Normalmente siempre me baño sola y no dejo que nadie toque mi entrepierna con tanta confianza.
No esta mal. Pensé que sería incómodo...
Sé que tiene su ojos fijos en mi. Sus movimientos suaves sin ningún tipo de intención -creo- se mueve de arriba abajo. Entreabro mi boca cuando me causa una extraña sensación y se crea un sonido en mi garganta listo para salir pero...
— Todo listo— dice, cortando la sensación que me empezó a provocar.
Lame sus labios y se levanta con una sonrisa picara. Frunzo el ceño, mirándola fijamente y esperando que diga el porqué me causo esa sensación. Pasan uno segundos y solo salgo directo a mi armario cuando no me da lo que quiero, así que ella se retira dejándome sola.
¿Que fue...?. No fue nada. Era parte de la relajación que me proporcionó.
Niego con la cabeza. Tomo mi pijama o se podría decir algo asi. Solo es una camisa larga que llega a mis muslos, pero comoda.
Me recuesto en mi cama, es enorme, podrían dormir hasta tres personas. Es suave y es cálida; tomo una de las almohadas y la coloco debajo de mi nuca formando una posición de ovillo.
Es lo que tenía pensado. Tomar un descanso, pero parece que mi cuerpo esa parte no lo entendió, porque estoy dando vueltas en la cama sin poder dormir ni un poco.
Pero no logro conciliar el sueño, solo mantengo mis ojos cerrados como si meditara. Aunque literalmente estoy tomando un descanso. Por mi mente pasa esa sensación muchas veces.
Evito pensar en eso y me centro en otra cosa. Otra cosa que me aflije.
Tenía dias que esto no me ocurría.
En momentos asi, recuerdo a mis padres. Y no me gusta, porque eso me hace recordar que... fue algo muy fuerte para mi y me provoca estar frágil... así que las lagrimas salen con facilidad y no me gusta para nada.
Llorar es para débiles, amar, querer... sentir. Principalmente sentir. Todo los sentimientos me dan absolutamente igual, y solo uno me empezó a complacer verdaderamente mi alma que había quedado atrás ante la muerte de mis padres.
De nada sirve llorar porque eso no me regresará a ellos.
—¿Ama?
Su voz me hace sobresaltar de sobremanera que mi corazón palpita fuerte. Le lanzo una mirada de disgusto, sin embargo, me levanto y me siento al borde de la cama, esperando que de sus razones del porque esta aquí.
— Habla
Calla unos segundos y posa sus manos frente a su vientre con una expresión tranquila.
— Ha llegado un cazador y necesita de su presencia.
Frunzo el ceño. ¿Cazador? Eso es extraño. Suspiro de nuevo y me levanto de la cama para cambiarme.
— Estoy en un minuto.
¿Quien pensaría que mi vida rutinaria cambiaría de una manera drástica que jamás pensé, jamás en mi cabeza se hubiese presentado que tales actos ocurrirían y yo... yo misma permitiendo, buscando más eso?
Y que... Envés de llevarme a algo bueno... si, fue algo bueno, ¿Quien diría que... eso tendría un precio alto que cambiaría mi vida?
No. En mis especulaciones eso no tenía ningún lugar. Ningún espacio para tomarle importancia para tomarlo en cuenta como algo relevante
.......
.......
Resoplé con hastío de solo pensar en reunión y reprimí un gruñido. Por eso prefiero más la acción que el papeleo, a eso se le da mejor a otra persona. Claro, aún ronda por mi cabeza quien lo dejó pasar, pero no es tan importante porque dependiendo de sus intenciones tienen solo un segundo para escapar de mi.
Salgo de mis pensamientos para no seguir divagando acerca de lo molesto que es las reuniones. Escojo mi vestuario cómodo para bajar. Una camisa que cubre mis brazos, un chort negro que no sobrepasa mis rodillas. Sujeto mi cabello en una cola alta, dejando unos mechones fuera y me pongo unos tenis. Solo dejo un poco de maquillaje básico y tomo rumbo a la puerta.
Alguien quiere saber la tregua, no seria tan extraño. Pero ¿Por qué venir aquí? Eso deberia informarlo el jefe o como se llame quien dirige a los cazadores. Es imposible en no pensar lo extraño que es esa visita.
Tomo mi camino afuera y empiezo a bajar las escaleras, dirigiéndome a la sala de estar con sigilo para ver al "invitado" que llegó. Una silueta aparece cerca de la chimenea y ladeo mi rostro por el olor que tiene. ¿Un Lycan?
Su imponente presencia denota seguridad. Lleva unos vaqueros desgastados, botas de montaña y una sudadera con capucha que cubre parte de su cabeza.
"Buenas noches... su casa es realmente acogedora", habla de momento y me impresionó por el buen oído que tiene. No deja de mirar la chimenea en ningún momento.
No pensé que me escucharía bajar. Debe ser alguien con experiencia alta si escucho mis pasos, audición extrema a pesar de ser un simple humano con un olor extraño.
"Es de mi agrado escucharlo decir eso", comenté con un vago gesto que él no vió. "...pero no creo que venga a alagarme sobre como es mi casa", agregué con el ceño fruncido mirándolo atenta a cada movimiento que hace.
Ríe un poco sin volverse. "Eres directa", alude risueño. Su voz es ronca y grave. "me agrada", agrega y voltea a mirarme, sus ojos de un azul claro, cabello rubio alborotado, su nariz un poco larga y un rostro fino con mandibula cuadrada.
Un principe total si no tuviera esa intensa mirada que demuestra que quiere matarte en cualquier momento, me provoca cierta intriga.
"No me agradan mucho las visitas", ironizo dulcemente con una sonrisa y él me imita. "Que bueno, porque yo no lo soy", afirma con obviedad y ofensa en aquella voz. Imbécil.
"No te conozco ni tu a mi", habla con un tono de fastidio que me molesta. ¿Por que todos tienen ese atrevimiento de hablar como si fuese su jodida amiga? ¿No percibe que está en desventaja?
Suspiré levemente. "Entonces habla y te largas por donde viniste", exigí demandante y mi dulce vos desaparece. Intento hacer lo mismo que Danna, pero no es posible. "no tengo tiempo, mucho menos para ti", completé recorriendo su cuerpo de arriba a bajo con desdén.
"¿No me invitaras a sentarme?", parece ofendido y veo una sonrisa sarcástica cuando lo dice.
"Claro, los perros pueden sentarse en el piso", señalo el piso con la palma de mi mano y mi sonrisa se extiende cuando aquella sonrisa desaparece. «modales, por favor, modales» exige mi conciencia. "Oh, bien. El olor es fácil de quitar, así que siéntate", seguí burlona.
"Gracias", masculla forzando una sonrisa.
Hay tensión en el ambiente. Se sienta en el sofa, y yo en el que se encuentra en frente cruzando mis piernas. Se pone comodo, observando cada parte de la casa como si estuviese grabándose cada parte. El silencio que hay durante ese tiempo es molesto, sobretodo porque no lo conozco.
Los cazadores de este pais han pactado conmigo de no molestar en mi territorio, si los que pertenecen a mi clan no los atacan. Acepté para no tener que defender de ellos tambien, así que ni yo los toco ni ellos a mi.
Al menos los cazadores que viven aquí.
"Me dijeron que no puedo hacer ningún tipo de caza... si no tengo tu autoridad", suelta rompiendo el silencio que estaba molestandome. Enarco la ceja por esa tontería muy grande. Y no es mentira, pero no hago en mi territorio.
"Solo parte de la autoridad", aclaro su pequeño error. Parece sorprendido pero cubre su expresión con una sonrisa.
" ¿Solo parte?", se ve confuso frunciendo el ceño. Suspiré tomando paciencia para este idiota que quiere morir.
"En lo que me pertenece", le explico al suicida y parece comprender al fin porque asiente convencido.
¿No me detendrías si es fuera de él?", pregunta incrédulo con una sonrisa estirando en sus labios. ¿Se hace el ignorante o es ignorante?
"Me vale mierda", alzo los hombros cambiando a mi otra pierna. "Solo debes mantener alejado tus pies de mis terrenos", explico con una sonrisa maliciosa y solo bufa como si no le importara lo que advertí.
Me estoy conteniendo de no sacarlo de aqui.
"Lo entiendo", suelta una carcajada que se escucha hasta el último rincón y que a mí, no me causa nada para poder imitarlo. "Eres tan fria con tu propia especie", ríe entredientes.
"Si hay un acuerdo... Que ustedes deben seguir...", comienzo para no andar por las cuerdas. Ya mi límite de está agotando y mi paciencia puede estallar en cualquier momento.
"Solo que hay cazadores que no la cumplen", termina lo que iba a decir y me alegra que al menos use su cerebro para algo. "Ustedes tenían permitido cazar ciertos vampiros...", me mira confuso por lo extraño que suena eso, es decir, los cazadores no discriminan. "... los que no estuvieran en ningún clan, quiero decir", aclaré
"Me parece absurdo", sonríe incrédulo. Su espalda toca el respaldo y se cruza de brazos con demasiada confianza.
"Lo es. Demasiado, diría. Nunca sabrás que sea de cierto clan hasta que te busquen. Es por eso que fue eliminado ese acuerdo", hago un gesto vago para que no le tome importancia. "Hubo muchos conflictos internos. Y vampiros solitarios se alzaron contra cazadores y clanes de vampiros por despreciarlos.
Hace una mueca demostrando disgusto. Sus ojos no se quedan quietos, como si estuviese cerciorandose de algo. "¿Perdi mi tiempo entonces.?", dice seriamente cambiando de tema.
" Lamentablemente esa persona que te envió te hizo perderlo", le afirmo con una mueca de pena. Quizás lo enviaron a morir. "El nuevo acuerdo indica que ustedes tienen permitido cazar a mi especie solo si es estrictamente necesario..
Se levanta, dando a entender que se irá. Lo imito por cortesía, aun asi, no se mueve de su lugar dandome una mirada fija que me hace arquear la ceja. Da pasos lentamente recortando la distancia que nos separa y se detiene a sólo dos pasos.
"¿Y Cual es el acuerdo entre tu y los cazadores?", dice ignorando mi pedido restándole importancia. "No explicaste eso, solo generalizaste"
"Oh", Digo desorientada. Eso no lo recuerdo, mierda. Abro mi boca y la cierro nuevamente. Acaricio el puente de mi nariz y suspiré.
Mi memoria en algunas ocasiones me falla. Tengo que tener a alguien a mi lado que me haga recordar o que redacte en un papel lo importante y me lo haga saber, es por eso que mis reuniones son no muy largas. Solo si es necesaria mi presencia, si no, Danna se encarga de la situación.
En esta situación trato de recordar lo que se relaciona al tema... Sé que es una tregua entre ambos bandos.
"No se permite, excepto solo si es invitado, el acceso de los mismos", dice una conocida vos detrás de mi y lo frío me causa intriga. "Podria matarte aqui mismo y nadie lo impediría ni molestaría en ayudarte. Estas rompiendo parte de ese acuerdo", espeta peligrosamente entredientes. "Así que tienes tres segundos para alejarte de mi ama y largarte si no quieres morir", amenaza aterroradoramente Annie indiferente, pero con un toque territorial.
El cazador esta a solo dos metros de mi lugar sin quitar sus ojos de mi, que me analizan detenidamente y que en esa mirada podria estar incluida algo de malicia. No me esta gustando como me ve y mas cuando ahora sube y baja la mirada por mi cuerpo de una manera lujuriosa.
"Ya tienes tu respuesta", mascullo ante tal obviedad, sus ojos vuelven a los mios. "Fuera, humano", exigí cuando ya había informado lo que necesitaba.
"Tus modales son una mierda", mencionó riendo con gusto." y tus sirvientes también", siguió con su burla que me vale mierda.
"Me alagas", comento con emoción muy falsa en mi voz y provoco una risa de su parte.
Es intimidante y daría terror tenerlo cerca con esa mirada que te mata, pero no me inmuto, su fuerza es inferior a la mía. Todo de él es inferior a mi. Puede llegar a intimidar a cualquiera, pero no a mí.
Ese efecto no me produce nada, solo me causa risa.
Soy una vampiresa pura sangre -joven- y ya causa terror a alguna que otra especie sin hacer mucho, solo hablar o una que otra acción sangrienta que he tomado para que tomen en serio lo que digo y me respeten.
En este caso, este humano creído de olor extraño, piensa que con palabras hará sacarme de mis casillas y romper mi compostura. Algo posible solo si sabe irritarme lo bastante bien y no solo con estúpidas palabras que solo son un mal chiste.
"Pero me agradas", comentó al cabo de segundos, acariciando su menton y viviendo la miradas atrás de mi. "al igual que tu mirada que intimida a cualquiera que vea", admite con el ceño fruncido y río internamente.
Esa es la idea. Así me ahorro palabras que solo fastidian de mencionar.
" No puedo decir lo mismo", digo decepcionada. Ladeo mi rostro, detallando cada parte de su perfil. "aunque tu seguridad es bastante notable", alago con la mirada entrecerrada.
Siento una presencia que desprende molestia y rabia, y una aura asesina que aumenta con los segundos que pasan.
" Lo sé, soy muy conocido por eso...", quita la capucha que esta sobre su cabeza y sonrisa mostrando todos sus perfectos dientes. "Y por mi capacidad de matar vampiros", agrega con cinismo en su voz y me mantengo inmutable
Solo ladeo mi rostro, esperando que continue para ver si algo causa en mi, pero no continua y solo frunzo el ceño. ¿Se supone que tenia que asustarme?.
Me vale bastante poco si esta capacitado para eso o no.
Queda pensativo con las dedos en sus bolsillos. Puede que su pensar sea hacer algo, pero ese mismo algo lo detiene. Me yergo cuando sus piernas intentan cambiar de posición.
"Da un paso mas, humano, y las consecuencias no serán buenas para ti", amenazo cuando percibo las intenciones de moverse.
Me mira fijo durante segundos, ahora sin expresión, esperando algún tipo de reacción en mi. Me cruzo de brazos, esperando sea lo que sea que hará y él solo sonríe. Ignora mi advertencia y mueve su pie a dar un paso.
Era su intención, pero algo se lo impide. Solo escucho el zumbido pasar cerca de mi oído. Detiene una cuchilla que iba en direccion a su cabeza. Y vaya que reflejos, fue tan rápido. Deja caer el objeto mostrando aburrimiento, riendo alocadamente y hacer madre
"Detente, Annie" ordeno, porque se que lo matara. "es innecesario"
Vale tan poco. Su olor es horrible. Y no me escuchó cuando dije que no podía acercarse a amarás de for
Frunzo el ceño por su reacción. Y miró sobre mi hombro a la mujer que me acribilla con la mirada grisácea que se carga. Sin fijarme, ya el hombre está caminando con una de sus manos en sus bolsillos.
"Nos vemos, querida", grita desde la puerta. Me guiña un ojo como si nada y sale riendo.
Una sonrisa adornar mis labios por su actitud relajada y mis ojos permanecen en la puerta aún cuando ya ha salido. Quede con la curiosidad. ¿Quien es él?
La mirada de Annie nunca se desvia aún cuando pasó cerca de ella para subir las escaleras que me llevan a mi habitación. Jamás había visto esa mirada asesina en ella, es escalofriante y aterradora. Cuando estoy en su punto de vista la suaviza y suelta una sonrisa encantadora que me obliga a fruncir el ceño. «que cambiante».
¿Podría ser...? no, imposible, eso sería tomar un riesgo, aparte de ¿como sabría que Annie reaccionaria así?
"Te agradezco la ayuda", mastico las palabras con muy pocas "Y... voy a dormir, no me molestes", aclaro exasperada de todo.
"Ama". Me detiene su hablar frío y es extraño. Por muy osado que sea alguien, Annie nunca es tan fría.
"¿Que?", mascullo por lo molesta que está siendo. La miro sobre mis hombros y aquella mirada plateada está muy afilada. Y su aura esta muy pronunciada también.
"¿Permitirá que se vaya?", dicta en un tono frio cuando se digna a mirarme. Mis ojos se dirigen a la puerta por donde salió el humano de olor extraño. ¿Dejarlo ir?
De hecho... Pensandolo bien... es sospechoso, todo cazador debe tener en cuenta que entrar aquí es una muerte segura y nadie lo salvará simplemente por ser cazador. A mí me da igual que los asesinen frente a mi. Son grupos que nos cazan solo por intentar sobrevivir.
No justifico a los que se la pasan asesinando solo por placer, pero si a los que lo hacen solo por necesidad cuando necesitan hacerlo para sobrevivir.
"Solo por hoy. Para la próxima seran sus partes mutiladas en bolsas negras que saldrán por la puerta por osado", predije gélida mirándola y reanudo mis pasos a la habitación.
Ese cazador me dejo una curiosidad enorme, ¿quien demonios lo enviaría por algo tan estúpido? ¿y que conseguiría con hacerlo? ¿que tipo de cazador sería por acercarse tanto a mi sin ningun temor?
De nada sirve pensar tanto. No tendré la certeza de verlo. Lo haré si tiene la suerte vivir hasta ese momento.
Me tumbo a la cama después de quitar mi ropa, me envuelvo en la sabanas cálidas que están a mi completa disposición y cierro mis ojos para que Morfeo me abrace con fuerza.
......•......
......•......
«Es de madrugada y el sueño está lejos de mi. La luna resplandece en su hermoso color plata, filtrando su bella luz por las ventanas. Me levanto para ir hacia el balcón y apreciarla mejor. La fria brisa se adentra y puedo sentir a lo lejos ruidos nocturnos.
Llaman a mi puerta de repente y me sacan de mi encantamiento en la luna. Se escuchan desesperados, dando fuertes golpes. Respingo asustada y dudo al ir allí, sus golpes son con frenesí y muy insistentes. Inhalo hondo tomando fuerzas y me decido abrir.
Nadie entraria a atraparme. Mamá jamás lo permitiría.
Llego aún dudando de abrir y recibo es una de las servidumbre de mamá, llorando sin detenerse. Me preocupo por su manera de estar y su comportamiento envia un leve dolor en mi pecho que no le presto atención.
Limpia sus lagrimas y cuando sus ojos conectan con los mios, abre su boca y sus mejillas se vuelven a llenar de lagrimas como si recientemente no las haya limpiado.
"Se-señorita", me llama a pesar de saber que tiene mi atención. La veo morder su labio y su facciones se contraen. "¿Cual es el problema?", cuestioné preocupada por su comportamiento y un leve estremecimiento recorrió mi pequeño cuerpo.
Quienes limpian nunca los he visto en este estado, nunca. ¿Que puede pasar?
"Su m-madre...", y rompe a llorar mas fuerte. Retrocedo por inercia y una leve voz grita que algo muy mal está pasando. "ella esta...", dejó de respirar cuando no termina la información contenida y solo la empujé. "No, no es posible", ignoré escuchar lo que debia de escuchar y me dirigí a donde mamá.
El dolor de mi pecho aumentaba, mis latidos se descontrolan y mi respiración no se mantenía estable, apenas y podía respirar, pero algo me dijo que corriera, lo hice con ansiedad, negando la idea. Quizás es algo simple y esa mujer exagera. Mamá esta... mamá está bien.
Entro a su cuarto empujando a quien sea que se atraviesan mi camino y que además me lo impiden y la veo en cama. Sus ojos entrecerrados y su pecho moverse buscando un poco de oxigeno; con sangre derramandose en el costado de su pecho, un enorme agujero notable y una daga en dirección a sus pulmones. Mi mundo se detiene. Me paralizo por completo y mi mente empieza a imaginar que es un sueño.
Sin embargo, rompo a llorar cuando el olor se su sangre es muy intenso y... es imposible que sea eso. Esta agonizando, y de sus labios solo repite mi nombre como su último aliento.
Corro a dónde se encuentra torpemente, quitando a los que intentan detenerme otra vez.
"¡Mamá! ¡Mamá, por favor!", no pude decir otra cosa con más firmeza, mi vos apenas era audible. Sujeto su mano cuando intenta buscarme y como puedo coloco su cabeza en mi regazo.
El olor a sangre llega a mi nariz con más fuerza, empeorando mi estado. Esta perdiendo mucha sangre.
"Pequeña..." dijo con sangre en sus labios, tratando de sonreír para mi. "Lo siento, no podré cumplir la promesa", mostró una sonrisa frunziendo el ceño del dolor y se aferró a mi mejilla.
"¡Si lo harás!", le reclamé, tomando sus mejillas entre mis pequeñas manos. "¡No morirás! ¡Esto es un sueño! ¡Mamá, por favor, dímelo!", Sentía mas lagrimas rodar por mis mejillas sin detenerse. Sentía su mirada de disculpa, cuando no, no es un sueño.
"*De verdad lo siento, cariño", ví una lágrima que salió sin detenimiento alguno de sus ojos y gemí por el dolor que me estaba abordando. "¡Y no sabes cuanto...!", se lamentó. Toca mi mejilla quitando lagrimas y me olvida a mirarle. Aún tiene esa sonrisa forzada.
"¡No llores! duele verte asi. Todo está bien", aseguró aún cuando veía con mis propios ojos que no es así. Sollocé y lloré fuerte por lo que decía*.
¿Cree que a mi no me duele? La estoy viendo morir, y solo puedo hacer eso, verla morir. No puedo hacer que pueda salvarla del estado en que se encuentra. Es demasiada sangre. ¡Duele demasiado!
Mi pequeño pecho se oprime al verla en ese estado vulnerable, débil por sus heridas. Produce una impotencia y solo puedo llorar desesperadamente, buscando míl soluciones en mi pequeña cabeza. Mamá es alguien con un corazón bueno ¿cómo pudier...? gruño por pensar en esas cosas y no en salvar a mi madre que agoniza en mi regazo y trata de ser fuerte frente a mi.
"Duele, duele demasiado tenerte asi, no me pidas que no llore", murmuré adolorida y empecé a gritar desesperadamente hacia quienes estaban dentro de la habitación. Que me ayuden, que la ayuden, pero nadie se acerca ¡Maldición! ¿por qué no se acercan? "¿Por que no te ayudan mamá? ¡ordena que te ayuden!
¿¡Por qué nadie se acerca ayudar!? ¡Mi madre esta muriendo!
"Detente, Vain, no es posible", sentía que se rompía mi corazón en pedazos por su esfuerzo de hablar. "Vive feliz, hija", me desea con una genuina sonrisa. Un deseo que no se si podré cumplir.
Sollozo mas fuerte. Su mano se llena de lagrimas y me apego a ella, a esa calidez que me reconforta.
"Madre, por favor no mueras", supliqué en un hilo de vos desesperado. "Papá no esta con nosotras...", Sus párpados apenas pueden sostenerse y yo no lo había notado por centrarme solo en aquella calidez de su mano. "... estaré sola si mueres".
Su intento de buscar oxigeno se detiene; sus párpados se han cerrado y su mano cae dejando su calidez en mi mejilla. La llamo con desesperación, llamo varias veces sujetando su rostro, sacudiéndola, pero no responde. Mi cerebro ignora lo que sucede y no paro de llamarla. Muerdo mi muñeca hasta sentir el líquido brotar y coloco la sangre que caiga en la profunda herida. No ocurre nada y eso empeora todo. Mi pequeña existencia se derrumba.
¡No, por favor no!.
No es posible. Siento que mis lagrimas no se detienen y sollozo sin parar. Un dolor desgarrador se instala en lo profundo de mi pecho, sintiendo como mi corazón se rompe pedazo a pedazo, desmoronándose, volviéndose nada por la muerte de mamá.
"Mamá, madre...", susurré con la vos rota. Habían lamentos a mi alrededor. "No me dejes... cumple tu promesa...", musité en un sollozo con la esperanza que abriera sus ojos. Toco con delicadeza su rostro y no ocurre. "No podré estar sin ti, mamá. Hablame... ¡Cumple tu promesa de estar conmigo!", reclamé en un gruñido cuando no abre sus ojos.
Lloro desesperada, sin saber como reaccionar por lo que ocurre en este momento. La que me dio la vida esta muerta y solo puedo llorar a su lado como la niña que soy.
Grito por mi maldita debilidad e impotencia, tanto que mi garganta duele. Tantas imágenes, sucesos que pasan por frente mis ojos y en cada una se muestra mi madre feliz, con su hermosa sonrisa. Ahora... ahora... solo está... ella está... muerta. Sin vida... dejandome con esta sensación... de necesidad
Tantas emociones que me abordan que es asfixiante. Mamá era la unica que me quedaba. ¿Como viviré feliz, si la felicidad solo me la ofrecía ella, la unica persona que me amaba en este mundo?. Madre... Mis lagrimas salen sin importar que me debiliten. y por ello pierdo fuerzas, mi pequeño cuerpo cae al piso y mi conciencia se desvanece dejando a mamá sola cuando me sujetan para sacarme de la habitación»
...•...
Despierto llorando, bañada en sudor, llamando a mamá como si ocurriera el hecho en este mismo instante; mi respiración entrecortada y mis latidos sin control alguno. Sollozo, sollozo sin parar, recordando el dolor que se había apasiguado por un tiempo en mi pecho. Mi corazón se siente como aquella madrugada, desgarrado y un vacio infinito. Me encojo, abrazando mis rodillas y llorando con desesperación.
"¡Maldita sea!", Grito entre llanto, adolorida. "Debi morir con ella...". Siento que me rodean unos brazos que reconozco al momento y me aferro a ellos como un ancla de vida, recostandome a su pecho
"Fue mi culpa", susurro con dolor con un nudo en la garganta. "Si me fuera entregado a ellos", Gruño entre lagrimas de frustración. "Ella estaria viva... Es mi culpa". Solo yo soy la culpable de que haya muerto. ¡Y eso duele!
"¡No, no es su culpa!", me reprende con una voz apacible. "Su madre hizo bien en ocultarla. Protegerla", refuta abrazandome más fuerte.
"Si no fuera nacido mi madre estaría viva...— sigo en trance, ignorandola. "...y feliz con papá. Estarían disfrutando cada momento ellos juntos", rompo a llorar de nuevo ocultando mi rostro entre mis manos.
Jadeé entre llanto. "pero tuve que nacer con estas malditas habilidades. Estoy... maldita", intento separarme de Annie, pero me sostiene fuerte. "Estaria mejor... muerta...— estrujo mi pecho, queriendo sacar mi corazón y que el vacío deje de doler.
Quisiera desprender ese dolor, esa culpabilidad que llevo conmigo, pero no es posible porque es una carga que llevo por ser la culpable.
Apesar de que mis emociones las oculto y las desato cuando estoy en matanzas, en momentos asi de vulnerabilidad no puedo controlarlas.
"Ama", me sostiene el rostro en sus manos. Hay preocupación y lastima en sus ojos. "Sus padres fueron los mas feliz del mundo al tenerla...", niego rápidamente y su frente cae en la mía, deteniendo esa acción.
Mi vista se nubla nuevamente por las lágrimas que vuelven a surgir. "Y que también murieron por hacerlo", siento como limpia mis lagrimas con el dorso de sus manos. Mis ojos suben a los suyos. "No trates de justificarme, Annie".
"Se equivoca", masculla sacudiendo mi cabeza levemente y sus ojos se cristalizan. "¡No es así!... ¡Deja de decir que eres un error, Vain...!"
Mis ojos se llenan de agua de nuevo cuando escucho como lo repite. Una reprimenda y cuando dice mi nombre, su voz se suaviza. Así lo hacia mi madre
"No lo digas asi. ¡Lo dices igual que ella!", reclamo y me aferro a sus manos. "Quiero verla, Annie", deseo con todas mis fuerzas, con esperanzas de que pueda cumplir, pero se vuelve nada cuando niega. "De verdad lo siento", se lamenta disculpándose por no poder hacerlo. Sus brazos me envuelven y mi rostro queda en su cuello.
"Debe saber que culparse de algo que no es su responsabilidad solo empeora su estado", aconseja como un arillo, acariciándome mi cabello. "Ire por el...", impído que se levante y la vuelvo hacer caer en la cama.
No hay nada que pueda apaciguar este vacío, está gran culpabilidad que llevo encima desde que mi madre murió... este dolor... que se abre paso a cada momento y me quiebra poco a poco. Solo hay una cosa que puede tranquilizarme y eso solo provocará lo contrario.
No quiero que se aparte, que se vaya y me deje con estás sensaciones que pueden dañarme más, llevarme a una oscuridad que no me gustaría entrar.
"No te vayas, por favor...", siento que mi cara es la de cachorro abandonado. Me siento en un trance, y mi antigua personalidad sale a flote.
Esa que lleve a lo mas profundo de mi alma para que el dolor fuese mas llevadero, porque de no ser asi, ya estuviera quebrada y no fuera la persona la que hoy en día soy. Tuve que cubrir con una capa de frialdad esos sentimientos que pudieron joderme por no saber como sobrellevar algo que esta impregnado en mí.
"Shhh... Shhh.. No lo haré", aseguró con la voz sedosa, muy tranquila.
"Te quiero conmigo...", Estoy tan perdida que no se lo que digo, solo quiero compañia, y no sufrir con pensamientos que me atormentan. "obedece...Por favor... Por favor... Quedate... Quedate co...", mis músculos se debilitan, y mi consciencia colapsa, apenas puedo escuchar lo que me dice.
Caigo sobre ella por la debilidad y mi conciencia se desvanece, mandandome a una oscuridad lentamente.
"¿Ama?...", pregunta y puede notar mi estado cuando sus dedos se pasean por mi cuello. "Que alivio, mierda. Me echaste un susto, Vain", reclama y es lo ultimo que escucho.
...•...
Voy recobrando la consciencia, recuperando mi movilidad.
Me siento comoda, mi rostro en una parte blanda, así que apego mas esa comodidad de blandes a mi rostro. Olfateo un aroma que no logro descifrar a que o quien pertenece. Beso, muerdo y paso mi lengua, lamiendo. El olor sigue ahí, pero el sabor es diferente.
Y escucho suspiro por mis acciones. Mis latidos se aceleran y despierto para ver de quien se tratan esos sonidos.
Para mi sorpresa, siento esa intensa mirada grisácea sobre mi. Juraría que si pudiera sonrojarse lo haría en este momento «mierda, mierda» doy un brinco y por la impresión levantándome, caigo de la cama lastimandome cabeza y espalda por el golpe.
¿Que mierda pasó aquí? siento como si fuera dormido solo minutos y ahora me encuentro en una situación bastante vergonzosa e incómoda. ¿Por qué Annie está conmigo?
"Mierda...", me quejo. Llevo una mano a mi cabeza, sobandome, y notando que estoy en una posición patética; mis piernas en la cama y mi espalda tocando en piso. "¿Quieres matarme, Annie? ¿Que demonios haces aquí?".
Muevo mis piernas para levantarme y escucho una risa que jamás había escuchado, como melodíosa, alegre, suave y encantadora, que contagia. "Ama", dice levantándose y se dirige a mi para ofrecerme su mano. "Permitame ayudarla", Toma mi mano sonriendo, como si fuera lo mas normal.
"No te burles...", digo igual que ella, me aferro y me levanto. "y responde... ¿Que haces... aqui?", Mi voz se desvanece en la ultima palabra cuando un leve golpe imaginario llega a cabeza y leve rubor en mis mejillas, recordando lo ocurrido el día anterior. Mis palabras, mis acciones, mi debilidad y mis lagrimas. Todo visto por la persona que se encuentra con una sonrisa en frente de mi en ropa interior solamente.
Un cuerpo que me deja sin palabras.
Detallo cada parte de ella, sus piernas firmes y fuertes, cintura esbelta y perfecta con sus curvas. Vientre plano, atlético, con un pequeño tatuaje que no se describe debido a que, parte del mismo, se encuentra debajo de sus bragas y por ultimo unos pechos dotados firmes. Me abofeteo mentalmente por detallar figura. Pero joder, ese cuerpo es demasiado. Ya veo el porque la comomidad antetior
Me encuentro su mirada tentadora y maliciosa. Ahora me siento pequeña ante ella, a pesar de ser de su tamaño.
Mi sonrisa se desvanece. Siento, siento rabia por mostrarme débil en ese momento, y avergonzada por mi actitud suplicante que deje en el olvido desde la muerte de mi madre, no por ella, si no por mi, por ser débil ante los recuerdos que creo haber guardado en lo profundo de mi corazón y que a pesar de todo me afectan demasiado.
Jamás pensé que lo volvería a recordar.
"Yo...", Evita mi mirada, llevándola abajo. "Disculpeme", dice y se va, dirigiéndose a la puerta. Se detiene al llegar a ella. "Estaré afuera, esperando su siguiente orden..."
Frunzo el ceño. ¿Semidesnuda, afuera? ¿Esta loca?. En un segundo me sorprende como la hago impactar en la puerta y ella ladea su rostro para no lastimarse.
«Tienes que mantener tu palabra», me reprende mi conciencia.
No creo que debas recordar esa humillación
"¿Adonde crees que vas?", ironizo con una mueca parecida a una sonrisa. Este cuerpo no lo verá nadie. ¿Está loca?... la loca soy soy.
"A esperar sus ordenes afuera", comenta con obviedad.
"Te equivocas..." gruño levemente. "Eso no fue lo ultimo que te pedí", advierto cerca de su oído y, siento sus nervios recorrerle.
Cada segundo pasando saliva. Dejo de presionar con mi mano en su nuca su cuerpo y retrocedo por lo incómodo que puede volverse la situacion. Ese olor es... extraño.
"Vistete y en ese momento puedes irte", impongo y se voltea a darme la cara. Hay confusión en su rostro. "Soy una sirvienta no tengo que...", Calla cuando entrecierro la mirada. ¿No tiene que demostrar?
" Ponte algo y espera mi siguiente orden"
Entré al baño en un segundo. Me recuesto en la puerta recién cerrada, deslizándome poco a poco hasta llegar al suelo. Me entra una nostalgia, acompañado de un vacio que siento que me absorbe. Sinti culpa por la muerte de mi padre y de mi madre apesar de que Fue hace 12 años
Papa murió a los 5 años de mi nacimiento. No sabía que había muerto por mi culpa hasta que escuche murmurar a unos criados entre ellos que murió protegiéndonos a mi madre y a mi. Cumplidos mis 8 años nos movimos a este lugar lejano de cualquier criatura de la noche. Solo rodeandonos de simples humanos. Solo eramos mamá, y yo. Y uno que otro sirviente de confianza.
A los meses, mamá descubrió que nos traicionaron y dieron con nuestra ubicación. Ella se fue de casa con unos vampiros expertos, tratando de despistar al que nos acechaba y logro hacerlo al igual que matarlo, pero acuesta de su vida propia. Mis ojos se cristalizan debido al recuerdo y llevo mi mano a la boca para Evitar que mi llanto se escuche. Y lo detengo, pero mis lagrimas no las logro retener y caen por mis mejillas.
Me levanto y voy al espejo que se ubica al lado de la ducha. "Es doloroso... Llevar la culpa...", rio irónicamente, negando con la cabeza. "Causar la muerte de tus propios padres, Vain Evans... Eres una maldita", digo con asco, viendome al espejo.
Tanto tiempo perdido, no sé qué hacer. Todos estos años solo me guío por los ideales que recuerdo de mi madre y es perdida de tiempo, siento que no soy quien los guía a algo mejor.
Me dejo llevar por algo... que murió. Y se que está mal, pero es lo que tengo de ella, de mi madre. Me aferro a eso.
Es mi personalidad, si. La creé por el dolor que de oculta en mi, si y no me arrepiento porque me gusta. Lo que no termino de aceptar, a pesar de hacerlo, es no hacer lo que yo quiero.
Limpio mis lagrimas con el dorso de mi mano. Volviéndo la misma en puños, enterrando mis uñas por lo apretado, y Sin pensarlo doy un golpe, y otro, al espejo frente a mi con la misma mano. El estruendo surge y veo caer pedazitos grandes y pequeños con mi reflejo plasmado en los que quedaron sin caer e incrustandos algunos en mi mano por el fuerte impacto.
Entro a la ducha sin importarme mi pijama. Viendo como se humedece, y se adhiere a mi cuerpo poco a poco, la sangre cae al borde la ducha, y el ardor es terrible al igual que el dolor, pero es soportable. Quito los vidrios incrustados y también mi ropa, quedando desnuda.
Minutos despues, salgo del baño sin ningún tipo de toalla con la mente un poco mas fria y tranquila con un leve dolor en mi mano. Me acerco a donde esta el armario, y me pongo comoda vistiéndome.
Fruncí el ceño cuando observo mi mano lastimada. Aún no se regenera y me parece extraño, suelo hacerlo en menos de cinco segundos
"¿Ya se siente mas tranquila?", cuestiona cortante sobresaltandome por la voz sorpresiva.
"¡Maldita sea Annie...!— espeté llevando mi mano lastimada a mi pecho. "¿Quieres matarme?...¿Cuando llegaste?", ahora es ella que lleva su mirada a mi pecho, mas bien a mi mano. "¿Que le ha pasó a su mano? ¿y...?...",
"Envía a Kein a limpiar el baño", evito su pregunta descaradamente. "Y te quiero en 15 minutos junto a la salida"
No le agrada mi respuesta, ya que pone mala cara y su mandíbula se prensa. Le toca tragársela, porque no responderé a su cuestión.
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