La Balada De Dos Agujeros
Asesino
La tarde en el Castillo de L´Andro es ajetreada. La primavera apenas ha llegado, el sol calienta un poco mas que un candil y la piedra sigue transmitiendo un frío helador. Los mozos de cuadra se afanan con picos y palas rompiendo la nieve transformada en hielo que no se derrite aún y la llevan en baldes hasta dejarlos sobre un cedazo encima del pozo de agua. Las ayudantes de cámara y sirvientas están atareados terminando de airear las ropas de cama, tapices y cortinas de las habitaciones reales. El jardinero real y su ayudante han quitado ya las grandes telas que cubrían las plantas con flores y los árboles frutales y quitan los braceros que han evitado que se congelaran en el largo invierno.
Piinngggs...ssshhhh....staaackkk
En el jardín del sur, el más soleado, está despejado y arreglado y han levantado una tienda para la princesa L´Aurah. Su padre, el Rey L´Oren quiere que practique con su arpa sin que la mampostería sufra continuas rajaduras y sus oídos descansen después de un invierno que se le ha hecho demasiado largo.
Piinngss......sshhh........ staaackk.
Una doncella achaparrada, regordeta y con la cara roja como un tomate avanza, nerviosa y agitada, a toda la velocidad que le permiten su peso, la aversión a mojar sus sandalias y la posibilidad de resbalar en los adoquines aún muy fríos. No mantiene una línea recta sino que se mueve como una mosca buscando una ruta que le evite el coletazo de una vaca particularmente molesta.
Tata L' Oshca
-¡¡No doy mas, puf -puf. no doy mas!! Ya vienen, ya los escuchoooo...
Piingsss.... ssshhhhhhh.......Sssstaacckk
La mujer entra como una tromba en la tienda. Salta unos almohadones, sillas, el arpa, una mesa baja y mueve un tapiz que da una pared de lona donde se ha descosido en la unión de dos telas. Salio por la abertura y enfila saltando entre los charcos de barro hacia un amplio campo libre junto al muro exterior donde una muchacha tensaba su arco y disparaba.
Pingsss....shhhhhhhhhhhhh.Staacckkkkk
Tata L' Oshca
- ¡Princesa L´Aurah... prin....cessaaaa !
Gran Visir L' Trahiteu
No, hace falta que grites, muchacha.
La doncella casi queda congelada en el momento de dar un salto sobre un charco de barro al oír la voz. Miró a la derecha. El Rey seguido pero apenas por el Gran Visir han cortado en diagonal hacia donde está la princesa sin importar lo muy anegado que está todo gracias a sus botas altas perfectamente engrasadas. Están ocultos a los ojos de la princesa por un alto y frondoso seto vivo resistente al invierno.
Pinngsss....sshhhh.........STAAAACCKKK.
La joven estaba en buscando otra flecha en su aljaba. Iluminada por los últimos rayos que superaban las almenas y daban a sus cabellos los tonos de una hoguera. No era pelirroja; tiene una rara pigmentación que da a su pelo negro el tono dominante de luz. Llevaba un vestido verde que para evitar que se manchara con barro había subido hasta su cintura y lo sujetaba con un cinturón fino que daba tres vueltas a su cintura. Debajo llevaba unos pantalones de montar y unas botas altas hasta la rodilla. Estaban llenas de barro fresco.
L' Aurah/N'Dree
- ¿Tata? - dice mientras hace un visera para cubrir sus ojos del brillo del sol - ¿Qué tienes?.
Tata L' Oshca
-Mi niña deberías... - hace señas con las manos de quitar el cinturón y bajar el vestido y hacer revolotear sus ojos hacia el ceto - ...dejar este pequeño paseo para continuar con su práctica.
La joven abre muy grandes sus ojos y en un movimiento suelta el cinturón y baja el vestido cubriendo la aljaba que cuelga de la pernera del pantalón de montar. El arco es más difícil, no le da tiempo para destensarlo y lo tira muy a su pesar al suelo húmedo y lo cubre con el vuelo de su falda. Apenas a tiempo para ver la cara rubicunda de su padre con el ceño y la cara tan agria que parece estar chupando un limón.
L' Aurah/N'Dree
- Padre...solo.. estaba... -mira la cara de la doncella que se para en un pie y otro y avanza hacia su padre y lo abraza - paseandoo?
Rey L' Oren
- Hija.. L´urin .. ¿Cuantas veces tengo que decirte que debes comportarte como una dama? -la cara de tristeza es infinita
L' Aurah/N'Dree
- Pero.. padre, si lo hago me he pasado todo el invierno bordando.., ehmm... aprendiendo a bordar.. y tocar el arpa. -sonríe con cierto regocijo cuando su padre tiene un escalofrío por las orejas - ahora solo quería estirar las piernas.
Gran Visir L' Trahiteu
-Mi señor -dice mientas señala con la cabeza una serie de dianas disimulados en setos y árboles.
El Rey L´Oren mira hacia donde señala el Gran Visir y deja a su hija a un lado para entrar en la zona iluminada por el sol caminando con energía y dejando entrar la ira. La princesa va tras él, avergonzada y moviéndose incomoda por culpa del vestido y la aljaba.
L' Aurah/N'Dree
- ¡¡Padre!! - gritó movida un brillo y un movimiento en la muralla y la intuición en el pecho de que pasaba al malo
Plaanckkkkkk.............sssshhhhhhh
Rey L' Oren
- Hijaaa no estoy para tu ...- dice. Se ha girado hacia la joven pero, en ese momento, pisa el arco que está oculto en la hierba mojada - que est.... aagghhh
fffffhhhhhhhhhhh........plankkk - el dardo pasa junto a la cabeza del Rey que está cayendo por culpa de su tropiezo. La punta ha hecho una brecha en su cuello que no lleva ningún tipo de protección.
L' Aurah/N'Dree
-Padre - dice la princesa y atrapa a su padre antes que toque el suelo y se ve arrastrada por él.
Tata L' Oshca
- Su Alteza - la redonda doncella ha llegado casi al mismo tiempo de la princesa y, aunque pequeña, logra liberar a la princesa del peso y se hace cargo del Rey.
Gran Visir L' Trahiteu
- Una ballesta. No pasa nada, apenas es... un razguño - dice sin acercarse, mira el apenas empenachado dardo clavado en el suelo y luego sonríe al ver que el Rey aún no reacciona y agrega- Han fallado.
L' Aurah/N'Dree
-¡Nooooo! - dice y de un solo movimiento se para con el arco ya recuperado del suelo, levanta su falda para sacar la última flecha de la aljaba y la coloca. Ya corre en pos de la muralla.
La princesa ha visto un movimiento en lo alto de la muralla, justo por debajo del pasillo que usan los guardias. Hubo un derrumbe que no pudo ser reparado en el invierno. Alguien está saliendo con dificultad e izándose por lo que parece una soga de nudos.
La figura siguió a lo suyo. La princesa se lo pensó.
L' Aurah/N'Dree
-¡Detente en el nombre del Rey!
Ninguna respuesta. La figura ya casi alcanzaba el borde. La princesa colocó la flecha y apuntó hacia el hombre que estaba bastante más allá de unos 30 metros.
L' Aurah/N'Dree
-¡Detente en nombre del Rey o tendré que matarte!
La negra figura dio vuelta la cabeza con un ademán extraño e incrédulo. La risa fue como una cascada de agua helada en el espinazo de la joven.
L' Aurah/N'Dree
-¡juuuummmmm! - dijo frenó el berrinche. Respiró hondo, tensó el arco. La figura estaba casi encima del borde daba un blanco muy muy pequeño. Contuvo el aliento y pensó: Ahora verás. Y soltó la flecha.
Princesa
Arriba, en la muralla interior...
El hombre había escalado por la cara norte de las murallas durante la noche llevando un gran rollo de fina soga que iba desenrollando detrás de si. Casi cae un par de veces debido a que sus manos estaban ateridas por el frío. Se lanzó sobre el borde con la espada preparada. Nadie. Dió gracias por su suerte. Nadie. No había guardias. La zona estaba con reparaciones a medio hacer.
Tiró de la fina soga. Primero apareció una gran bolsa de tela embreada. La desató de su amarre a la fina y la dejó en el suelo. Siguió tirando hasta que la fina soga dejó paso a una maroma de barca. Había sudado lo suyo.
No tenía tiempo para descansar. De la bolsa sacó una gran polea que aseguró al muro y pasó la maroma por su guía. No la tensó. Dejó que colgara flácida pegada al muro. No quería que pudiera llamar la atención de los guardias.
Se deslizó hacia el lado interior de la muralla hasta hacer pie en el andamio. A la luz de las antorchas de la Guardia apenas pudo vislumbra la oscuridad del patio interior. Intuía los bordes de una tienda blanca. Se encogió de hombros debía esperar al amanecer. Busco unas lonas que dispuso como un toldo a modo de escondite en la parte superior del andamio. Se acurrucó para soportar mejor el frío y esperar la mañana.
El sol no daría en el patio interior hasta la tarde. Estuvo atento a la aparición de obreros, pero nadie vino en toda la mañana. Un frondoso seto hacía de frontera entre una amplia extensión de terreno que ahora era un barrizal que se cubriría de pasto más adelante y el cuidado jardín interior donde habían levantado la gran tienda blanca de la que solo veía la afilada punta adornada con un banderín demasiado coqueto para su gusto.
Necesitaba calcular las distancias. Sacó la ballesta de la bolsa, era de las potentes, las de largo alcance. Pero debía hacer, al menos un disparo de prueba. Había una zona al final del seto una zona de pastos aplastados. Lo usó como referencia y disparó.
Dos Agujeros
-Uno... dos... tres - contó ese era el tiempo de vuelo.
El dardo llegó de sobra, se hundió hasta el penacho. Iba a bajar a buscarlo pero sonidos de actividad en el patio le hicieron desistir de la idea.
Se pasó el resto del día tratando de dormir. El olor que se escapaba de las cocinas lo hacía babear. Debía ser el almuerzo. Llevaba dos días sin comer.
El sol ya se alzaba sobre el patio y el reflejo del sol sobre la lona blanca la tienda iluminaba toda la pared del muro interior. Entonces empezó el ruido. El hombre sacudía la cabeza como un caballo espantando moscas y la cera se fundía en sus peludas orejas.
Dos Agujeros
-Una voz.. si debía ser una voz... mujer.. y un instrumento.. si, uno muy torturado.. -se decía a si mismo por lo bajo para combatir la tortura.
Iaaaaaoooooo -la voz.
Twin..twin... piriig.. pinpinggg... tweennnnnnnt. - el instrumento.
Unos minutos.. de paz. y....
-Iaaaaaoooooo -la voz... otra vez.
-Twin..twin... piriig.. pinpinggg... tweennnnnnnt. - el instrumento. Y nueva pausa.
Cuando el sol dio de lleno en la pared de su lado y comenzó a sentir algún picor de sudor, la tortura musical acabó abruptamente. Al final de seto donde se podía pasar al barrizal apareció una joven llevando un arco largo y un aljaba de flechas romas. Era la señal.
Acostado en el suelo del andamio puso su pie en el aro de carga de la ballesta. Sujetó la cuerda firmemente con sus dos manos y tiró usando todo el cuerpo. Con bastante esfuerzo logró engancharla en el disparador y le trabó el seguro.
-Pinngg.....sssshhhhhhhhhhhhh.............Staccchkk..
Unos momentos.
-Pinngg....sshhhhhhhhhhhhhh...... Stacckkkk
El hombre no se distrajo. No era otra cosa que una práctica de arquería de una jovencita. Un juego. Lo primero era su encargo. Sacó de su estuche de madera el dardo especial que le habían dado para esta misión. La diferencia era la punta, mucho más larga y ancha de lo normal, tanto que apenas necesitaba penacho. Puso especial cuidado en no tocar la punta. Estaba cubierta de un aceite color óxido. La colocó en la ballesta. Acomodó el arma tomando como punto de apoyo una de las barras del andamio para ganar estabilidad en el disparo. Y esperó.
-Pingg..ssshhhhhhhhh...stackkkkk.
La joven practicaba y practicaba. Se había enrollado el vestido para no llenarlo de pellas de barro que saltaba cuando caminaba por el barrizal mientras recuperaba sus flechas de los blancos.
Dos Agujeros
- ¿Pero que demonios?- murmuró.
La necesidad de mantener la vigilancia había cedido a la curiosidad por saber que tal se le daba a la niña. No había errado ningún tiro. No eran blancos como tal, estaban apoyados de cualquier manera a diferentes distancias. Pero sabía que acertaba porque, desde su perspectiva, podía ver como la flecha los atravesaba y la punta florecía de su lado.
Un movimiento llamó su atención. Apareció una mujer bajita y tirando rechoncha que zapateaba y gesticulaba. Le hablaba a la joven. Entonces apareció su blanco y no hubo nada más en la mente del hombre.
Su blanco, el Rey L´Oren , entró en el chorro de sol. Se movía lentamente, pero no quedaba quieto. La joven tiraba de él, con cariño, con sumisión. Afirmó bien el arma, soltó el seguro y su dedo se tensó sobre el gatillo.
El Rey se separó. Un blanco limpio. Contuvo el aliento. Tiro suavemente del gatillo pero tensó todo su cuerpo para evitar que un movimiento involuntario arruinara el tiro.
Dos Agujeros
- Uno - dijo siempre controlaba el tiempo de vuelo.
El Rey siente algo a sus pies. Mira abajo mientras da un paso.
Dos Agujeros
- doo... ss - hay un poco de incertidumbre en la voz.
El Rey se resbala. La joven ya está a su lado trata de sostenerlo.
Dos Agujeros
- Tre... - angustia, duda, esperanza - ¡¡¡Mieerrdaaaaaa!!!
Ve que la flecha pasa entre ellos y se clava en el suelo. No espera. Apenas ha dormido o comido y lleva muchas horas encogido con el frío de las piedras metido en los huesos. No hay suficiente calor en sus músculos a pesar de haber sudado por el sol. Su cintura cruje cuando se levanta, va muy lento. Sus movimientos alertan a los de abajo. Escucha una voz de mujer que grita advertencias. Es la cantante seguro le taladra los oídos. Parecen órdenes. Que se detenga o así.
Dos Agujeros
- ¿Será ilusa? - se murmura- Vamos, viejo, pon ganas, no te rindas - se arenga porque las tiene crudas.
Va subiendo por el andamio hasta llegar arriba. Tienes un tramo largo. Salta y queda colgado de manos. Nunca había necesitado más de un impulso para izarse. Ahora, debe levantar una pierna sobre el borde y quedar como un cangrejo mal metido en un balde. Se dice que hay tiempo, que los guardias están del otro lado del castillo. Tiene tiempo. Entonces le llega la amenaza final de la joven. Y...
Dos Agujeros
-¡Jajajajajaj! - suelta torpe la carcajada. La voz chirriando, amenazando con su muerte, se ha sumado a la angustia por blanco fallado y la amargura de ver que su cuerpo no responde como debería.
Dos Agujeros
-¡Dios! ¡Que necia! - se dice- Está a más de 30 metros, ¿no? y tira hacia arriba ¿eh?
El aliento se le había ido. Llevaba un momento tratando de recuperarlo con medio cuerpo sobre la calle del vigía de las muralla solo le faltaba una pierna por subir.
sshhhhhhhh......cchunnckkkkkk.
Dos Agujeros
-¡AAAAAAHHH! ¡PEROQUECOJO@#&! -sentía un ardor y dolor insoportables pero siguió subiendo.
Terminó de izar su cuerpo y se quedó boca abajo con el trasero en pompa. Cualquier movimiento le dolía horrores. Se tocó la nalga, le había crecido una vara larga que ahora colgaba flácida.
Dos Agujeros
- ¡Aaaahhh!- dejo de tirar - ¡Cojo...- tiró de nuevo - ¡ay, ay!¿¿Con ese arco de juguete??- desistió de quitarla. Agitó la cabeza apesadumbrado - Esta mierda me va a dejar un agujero.
Atrapado
L' Aurah/N'Dree
-¡RINDETE! Sé que te dí. Estás herido. Entrégate y te curaremos.- gritó aunque la acústica del patio era buena. Aunque bajo, escuchaba los quejidos del desconocido.
El hombre se levantó del suelo en ángulo agudo con su culo como vértice apuntando al cielo. A cuatro patas primero. Luego, lanzó un quejido y quedó en dos.Medio escorado hacia su izquierda con la flecha barriendo el aire como la cola de un perro poco entusiasta fue, dando bandazos, hasta el borde exterior del castillo.
Dos Agujeros
- ¡Ni hablar! Me matareis..- necesitaba tiempo - peor que eso.. me torturaréis ...- se lo pensó - ¡como a ese pobre infeliz de la tienda blanca!.
L' Aurah/N'Dree
-¿Que tienda...? - la princesa mira al Gran Visir que se encoje de hombros. Mira en derredor, la cúspide de su pabellón de estudios destelló blanca al sol -¡¡¡¡Malditoooo!!!!
Gran Visir L' Trahiteu
- ¡Déjelo, su Alteza, lo atraparán los guardias. Seguro tendrá una tirolina o algo así!- gritó desde el lugar donde estaban asistiendo al Rey.
Dos Agujeros
- ¡No me jodan! - murmuró. La voz del Gran Visir le había llegado clara -¿cómo podía saberlo?
Acomodo la polea anclada al muro. y comenzó a tensar la maroma que estaba dispuesta en la guía. Pesaba mucho, tenía que emplear toda su fuerza, pero la flecha no le dejaba torturarle a cada tirón. El ruido chirriante de la polea lo delataba a pesar que estaba engrasada . Tardaba demasiado. No podía hacer fuerza.
La princesa miró al Gran Visir y a su padre socorrido por la Tata. El ruido en lo alto de las almenas confirmaba que el asesino estaba haciendo algo. Si. Una tirolina y un caballo para escapar
L' Aurah/N'Dree
-Una tirolina..y un caballo ... tiene razón - pensó.
Tomó una decisión. Se levantó el vestido y lo ató con el cinto y salio a la carrera hacia la muralla. De camino cogió dos de las flechas que seguían clavadas en los blancos de práctica y las metió en la aljaba.
Corrió a toda velocidad hacia un roble rodeado de rosales como si fuera una muralla. Era el árbol preferido de su padre y la flor que representaba a las mujeres de la casa de Rey.
Al llegar, fue directa a una de las enormes piedras del muro interior. Tiro con fuerza y está cayó pero no del todo que enganchada de unas cadenas. Dejo a la vista una entrada del tamaño de un hombre. No era más que una loza fina de lo que había sido la piedra original.
La princesa entró como una exhalación por la abertura y ,recordando las enseñanzas recibidas, tiro de las cadenas para dejarla cerrada. La salida secreta sólo conocida por la familia real y debía seguir secreta. Nunca habían tomado la fortaleza, esta era la primera vez que se usaba.
El hombre buscó una resistente tira cuero con las abrazaderas para sus manos. La pasó a los lados de la maroma y subió al borde de la muralla. Quedó de costado. Ajustó el cuero a sus muñecas para no depender solo de sus manos.
Saltó. Sólo su fuerza de voluntad hizo que no se desmayara cuando sus pies colgando en el vacío tiraron hacia abajo y el balanceo hacía insoportable el dolor en sus nalgas..
La princesa se mueve a toda la velocidad que puede en la oscuridad más absoluta.
L' Aurah/N'Dree
-¿Dónde está la antorchh..? - se dio con ella.- uffff.
La sacó del soporte de la pared y la encendió haciendo chispas dando con el cuchillo que siempre llevaba en las bota contra la piedra. Sacudió la cabeza para desterrar el pensamiento de la desaprobación de su padre acerca de las habilidades que debía cultivar una princesa.
Corrió a toda velocidad con la llama casi horizontal y apenas algo de luz por delante. Giros y contragiros bajando mas hacia el río.
El hombre tomaba velocidad pero no la suficiente. Debía hacer fuerza con las piernas para ganar impulso pero no podía. Estaba medio de costado como un muñeco con la mirada puesta en el final del desfiladero del río.
Un movimiento en un recodo junto al agua llamó su atención. un fuego. Algo verde.
Dos Agujeros
- ¿Cómo es posible?- a pesar del dolor, empezó a buscar más velocidad en su último tramo. Ya casi llegaba a su caballo.
Abajo, en el recodo del río...
La princesa llegó a la salida. Casi cae al agua. Miró hacia arriba. El hombre vestido de negro la había visto y empezaba hacer fuerzas para ganar velocidad.
L' Aurah/N'Dree
- No te escaparás - murmuró .
Tiró la antorcha al río. El deshielo lo traía muy lleno de agua y espuma. Vio un caballo atado a un árbol. Estaba disimulado con algunas ramas de árboles para que no se vieran desde los puestos de guardia.
Buscó un camino entre las rocas más grandes. Unas le llevaban hacia allí. No se lo pensó y comenzó a correr y saltar.
Dos Agujeros
-¿Cómo puede ser..?- la incredulidad teñia su voz.
Desde arriba los saltos y la carrera de la joven eran imposibles. Las piedras estaban mojadas y con verdín. Demasiado lejos. Demasiado redondas y pulidas. Pero..
Dos Agujeros
- No importa, ya estoy. - se dispuso a ver como haría para tomar tierra.
En una piedra a la mitad del rio..
La princesa tenia claro que le faltaban un par de piedras. No lo alcanzaría. Desde la piedra donde estaba podía ver el árbol donde se había anudado la maroma. Tomó una decisión.
Sacó una de las flechas. La colocó, tomó puntería mientras tensaba con un movimiento fluido y sin pausa. Soltó nada más llegar al máximo de tensión del arco.
Ping... sshhhhhhhhhhhh..............
Paaakk.. La punta de la flecha se hundió en la maroma. No fue suficiente. No la cortó..no toda.
Una primer hebra... se rompió. La princesa lo vio y siguió con persecusión a más velocidad.
Plin..plin..plin..plin... las pequeñas sogas que formaban la maroma fueron rompiéndose. Plin..pllin... plin.,,,.
El hombre lo vio. No lo notaba aún en su la soga.. bueno.. casi...
Dos Agujeros
- ¿ Pero quee...? - basculó un poco hacia a bajo, la soga haba perdido algo de tensión.
Fue muy consciente de lo que pasaba. Ahora lo que había sido una flor en el nudo de la maroma era una plumero grande. No tenía tiempo. Un arbusto, abajo. Ahora. Se soltó.
¡¡¡Twwwweeennttt!!!! ¡¡SSShhaachaaa!! La maroma se cortó retorciéndose como una boa constrictor con un ataque epilepsia.
Dos Agujeros
-¡¡¡Mierrdaaaaa!!!!!- se había soltado un momento antes y la parábola lo llevaba hacia el arbusto...bueno... casi..- ¡¡¡Noooooo!!!
¡Pafff!¡Plafa!¡Tracatraca!¡Cruch! El hombre se detuvo. Había errado al arbusto por un pelo de calvo con todo el piso embarrado de le había amortiguado algo el golpe.
La princesa había llegado al otro lado del río a tiempo para ver como el hombre tomaba tierra y rebotaba. Rebotaba otra vez. Resbalaba por el barro. Y lo detenía un arbolito... para luego quebrarse, el arbolito. Todo el tiempo había logrado mantener la fecha de manera que no pegara o se enganchara en nada.
La princesa sacó la segunda flecha , la colocó y medio tensó el arco. Se acercó lentamente a la figura que quejaba adolorida.
L' Aurah/N'Dree
- Estás atrapado. Ven conmigo. Seremos benevolentes.
Dos Agujeros
- ¡Y una mierda! - farfulló escupiendo algo de barro en el proceso - Maté al rey. No tendréis piedad.
El hombre se paró como pudo. Buscó la espada corta pero solo tenía la funda vacía.
La princesa se acercó dando pasos pequeños con el arco ahora tenso y listo. El hombre se movía como un borracho buscando su armas.
Buscó la daga que llevaba en la bota izquierda. No estaba. La bota estaba clavada en el barro pero ni noticias de la daga.
Dos Agujeros
- ¡Vaya desastre!- dijo y agregó consciente de que había una dama- ¡hos@€¬!!y ¡&%&#&#!"#!
L' Aurah/N'Dree
- ¡Ven conmigo eres mi prisionero! - dijo a la espalda del hombre tambaleante. Un poco demasiado cerca.
Dos Agujeros
- ¡No me apuntes con ese trasto!- dijo y su guante reforzado pegó contra la flecha. En un giro circular con paso hacia ella tomó el arco. Trató de quebrarlo contra su pierna. El dolor le desfiguró la cara. Soltó un silencio juramento. Se hizo un lío soltando la cuerda y lanzando arco al rio.- Así está mejor. Nunca apuntes de tan cer....
L' Aurah/N'Dree
-¡Malditooooo!!!!¡¡¡Mi arcoooo!!!!- con la cara congestionada por la ira, la princesa, cargó con su pequeño cuchillo.
El hombre se había confiado. Paró la estocada. Pero ya estaba una segunda. Y una patada mal tirada pero fuerte. Retrocedió.
La princesa siguió atacando sin arte solo con fuerza con empuje. El hombre estaba sorprendido. Sobrepasado por el ímpetu y solo salvado por la experiencia y, aunque no quería aceptarlo, la suerte.
Y esta se acabó de repente. Una patada no acertó a su cabeza por poco pero el otro pie de la chica dentro de la pesada bota se plantó con todo su peso en su pie descalzo. Saltó un poco y ella lo empujó con el hombro. Cayó de espaldas y la flecha entró un poco más.
La chica realizó un grácil voltereta y, esta vez, su bota dio de lleno en la cara del hombre.
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