Mitad de junio, periodo de exámenes y en vez de estar estudiando, Alexandra se encontraba en la oficina del rector sin conocer el motivo. Aunque llevaba 4 años estudiando Administración en la Universidad de Cambridge, nunca había entrado hasta ahora; y parece una réplica de la sala de descanso de la reina Isabel, aunque no le sorprendía porque el decano Arthur Jones tiene gustos un poco aristócratas hasta en su forma de vestir, era como el típico Londinense de estatura alta, pegándole a los 60 años y con un porte bastante anticuado, pero con una personalidad arrogante y presuntuoso más cuando hay junta de padres. Le encantaba adular y como no, si la mayoría de los alumnos que estudiaban en Cambridge son hijos de empresarios multimillonarios, jeques árabes y miembros de la realeza, Alexandra Villaseñor era una de ellos, aunque no le daba orgullo admitirlo, ni presumirlo como algunos de sus amigos y compañeros que conocía porque podía tenerlo todo lo que quisiera y cuando lo quisiera; sin embargo, a veces sentía que no tenía nada.
- Alexandra, me da gusto verte ¿Cómo estás?- El decano Jones entró y con una sonrisa la saludo.
- Bien, Sr. rector estaba estudiando para los exámenes finales cuando la Srta. Cooper me avisó que usted necesitaba hablar conmigo ¿De qué se trata?
- Bueno, lo que necesito decirte no es sencillo, al contrario, es una situación delicada ¿Me imagino que
no has hablado con tu madre o con el Secretario Zoniga? – Dijo Jones con acento londinense, aunque lo correcto era “Zúñiga”.
- No, Sr. no he hablado con mi familia desde hace dos semanas. – afirmó Alexandra.
- Tu padre acaba de fallecer hace dos días Alex.
Alexandra sintió como si le hubieran arrojado un balde de agua fría y por un momento se le hizo un nudo en el corazón hacía mucho tiempo que no pensaba en su padre y ahora se había ido. La última vez que había mantenido una charla con él fue hace 10 años, mientras esperaba un vuelo hacia Londres y lo último que le dijo fue “Te odio por alejarme de mi vida”, Alex recordó la expresión de tristeza de su padre y luego cambio su expresión a una más seria y fría por lo que dedujo que no cambiaría de opinión. Vicente Villaseñor era un hombre dedicado a su trabajo, y ella no recordaba cuando fue la última vez que la llevo a un parque de diversiones o pasara tiempo con su familia, para él su trabajo era primero, luego sus inversiones en la bolsa y por último su familia.
Para suerte de su padre solo tuvo una hija, y Alex creía que así el cargo de consciencia no sería tan terrible o tal vez así lo planeo él.
- Alex ¿Estás bien? El rector le hablo y ella salió de su remembranza.
- Disculpe Sr. la noticia me trasladó a otro mundo, nunca me imaginé que mi padre… Ah… Pereciera así de repente, yo… Mm… No sé qué decir ni pensar.
- Te entiendo y no sabes cuánto lo lamento, pero lo que me da curiosidad y quisiera que tú me lo aclararas más porque no es la única noticia que debo comunicarte, ¿Por qué no lo sabías hasta ahora?
- La situación familiar no está pasando por su mejor momento y por eso es que no hablo muy seguido con ellos. Pero ¿hay más?
- Si, a raíz de esto, es necesario que regreses a México.
Regresar a México es lo último en lo que ella había supuesto y menos a mitad del penúltimo semestre, tal vez en uno o dos años lo haría, pero no ahora, ¿y solo por un velorio? Se preguntaba, no quería ser mezquina o sonar insensible, pero lo había aprendido de su padre.
- No creo que sea necesario Sr. Jones, sé que es por mi padre y agradezco sus condolencias y su accesibilidad para viajar a México por el velorio, pero no se preocupe, estaré bien, en breve hablaré con mi mamá para explicarle la situación y… El Sr. Jones la interrumpió
- Creo que no me entendiste Alex, no es un permiso de unas cuantas semanas nada más por el velorio, la indicación que tengo por parte del secretario es que necesitan tu presencia de manera permanente, como sabes, eres la única heredera de tu padre y, por lo tanto, eres su sucesora.
Alex, quedo atónita con lo que el Sr Jones le dijo, estaba al tanto que era la única hija y sucesora de los negocios de su padre y que estaba destinada a dirigirlos en algún momento, pero se acababa de enterar de que su padre había muerto y ahora de repente tenía que regresar a México después de 10 años fuera, eso si no lo esperaba de pronto sintió que todo le daba vueltas y que el aire le faltaba, entonces colapso.
- ¡Alex, Alex, Alexandra! Despierta
- ¿Qué me paso?, ¿Dónde estoy?
- Te desmayaste baby, estuviste tres horas en la enfermería hasta que te trajeron al cuarto, ¿dime te expulsaron? ¿No me digas que fue por el viaje a París la semana pasada? Si solo fue un fin de semana.
Nadine era compañera de cuarto de Alex desde que entro a la universidad, era de nacionalidad española y eran muy buenas amigas, ya que ambas hablaban español.
- Mi padre murió Nad, lo más triste es que la noticia me la dio el decano y no mi madre, ni siquiera el secretario de mi padre me dijo nada. Alex no aguanto más y se derrumbó y sintió las lágrimas caer por su rostro, se decepcionó al pensar que ni en los peores momentos su familia deja de ser fría de corazón.
- Baby como lo siento, ¿pero qué paso, cómo fue?
- La verdad no se los detalles, aún no me comunicó con nadie de allá, pero eso no es todo, tengo que regresar a México.
Nadine se quedó sorprendida, Alex siempre le había dicho que no quería regresar hasta
sentirse segura de mi misma y superar aquel rencor que sentía por su padre al enviarla a Londres y por su madre al permitirlo.
- Pero estamos en periodos de exámenes, Alex no puedes irte así, ¿no me digas que el decano te dio permiso?
- No es un permiso, creo que no me graduaré
- ¿QUEE?
De repente cayó en la cuenta de la realidad y era cierto que pasaría con sus estudios, con la vida que ya tenía en Londres, entonces cogió su móvil y tecleo el número de Álvaro Zúñiga, el secretario de su padre.
- Oye, ¿era necesario enterarme por el rector de la universidad que mi padre murió y que además tengo que interrumpir mi carrera para regresar a mi país a ocuparme de los asuntos de mi padre?
- Alex, tranquila, las cosas no son así, yo personalmente iba a viajar a Londres a decirte las cosas, pero estoy organizando el funeral de tu padre y además…
- Eso no es excusa cómo es posible que ni siquiera mi madre fue capaz de avisarme, no entiendo para qué me quieren de regreso si en realidad no soy necesaria – Alex sollozaba, no quería discutir con Álvaro, ya que solo hacia su trabajo, pero se sentía desesperada.
- Además, creo que mi padre tiene a su hijo predilecto Max para que le llore y ocupé su cargo.
- Por dios no digas eso Alex, tu padre te amaba mira, te prometo que te lo explicaré todo, pero por favor, coopera con este asunto, es necesario que regreses.
Alexandra, respiro profundo, no dijo más, se despidió de Álvaro y colgó, solo se limitó a enviarle un mensaje de texto:
“lo pensaré”
Alex se llevó las manos a la cara y se limpiaba las lágrimas cuando Nadine le pregunto quién era ese tal Max. Ella miró al techo y le empezó a contar.
Maximiliano Rivero Falcón o Max, como todos lo conocen, bueno los más cercanos a él. Max y Alex habían crecido juntos, su papá se llamaba Federico Rivero y había fallecido hace más de un año. Y era fundador junto con Vicente de Grupo Empire, por lo tanto, era dueño de la mitad de la empresa, al igual que Alex. Cuando su padre murió; él y su hermana menor se mudaron a la residencia Villaseñor, Vicente y Alicia (madre de Alex) se hicieron cargo de ellos porque en ese entonces Max y Ximena tenían 17 y 7 años respectivamente, y son padrinos de ambos.
- Y entonces si son como hermanos para ti, ¿por qué dijiste eso de Max? ¿Acaso es parte del rencor que le tienes a tu padre? ¿Por qué lo consideraba más que a ti?
Al parecer Nadine había dado justo en el punto y eso le molestó a Alex.
- No, no es por eso, a pesar de que crecí con ellos, mis papás nunca demostraron más afecto a unos que a otros, bueno, por lo menos es lo que vi el último año que compartimos techo, porque después fue cuando me vine.
- ¿Qué paso entonces? – Alex se sentía avergonzada al contar esa parte de su vida, pero, ya que había iniciado…
- Pues… Lo que paso… Es que… me enamore de Max cuando éramos adolescentes – se sonrojó.
- ¡OMG it is amazing! – Nadine abrió los ojos de par en par, cuando hablaban en inglés era porque estaban en clase o con amigos, pero casi nunca entre ellas a menos que estuviera muy emocionada.
- No pongas esa cara, si me enamoré, pero fue un amor adolescente o no sé, tal vez compartimos mucho juntos que creí que era amor.
- ¿te enamoraste de tu hermano? ¿Te gustaba tu hermano? Tía, eso es incesto.
- No lo es porque no es mi hermano y ese fue el grandioso problema por el que lo detesto.
- A ver tía, no te entiendo, ¿me estás diciendo que te gustaba tu hermano, que no es tu hermano? Dios debe de estar re bueno el tío para que vos Alexandra Villaseñor se enamorara de él, digo por qué aquí solo andas con puro bizcocho rubio, ojos azules y polla enorme… y me refiero a Jacob, Brandy, Paul, etc.
Su amiga pudo notar que Alex estaba mejorando porque logro sacarle una sonrisa al mostrarle sus dedos mientras media el miembro de sus ex.
- A ver no tienes que recordarmelos porque si me regreso a México los extrañaré sobre todo a Paul. Alex recordaba que muchas sesiones de sexo salvaje con ese hombre.
- Bueno, bueno, no te desvíes, estamos hablando de tu hermano.
- ¡Que no es mi hermano! – Dijo casi gritando
- Vale, vale continua con tu historia de amor
Esa palabra de hermano la odiaba, ya que había sido razón de su infortunio.
Entonces continuo contándole lo que paso: un día antes de que Vicente le anunciara acerca del viaje a Londres, Max y Alex caminaba de regreso de la escuela, porque le había pedido al chofer que no los recogiera, pues tenía ganas de regresar caminando y le pido a Max que la acompañara, al principio él se negó era un poco fresa y soberbio, pero después dedujo que era peligroso que ella se regresara sola y decidió acompañarla, pero en realidad tenía otro motivo por el que quería estar a solas con él. Le iba a confesar que le gustaba mucho y que fuera su novio, Alex miro hacia la ventana y recordó las palabras que le dijo: fue “Me gustas Max”
Pero no tardo en desilusionarse porque Max la miro confundido y con palabras inocentes le rompió su joven corazón.
“Ale, pero no te puedo gustar, tú y yo somos como hermanos y te quiero como a una hermana solo eso, además no quiero hacer enfadar a tu papá si se entera, así que olvidemos lo que me has dicho”
Alex no supo que decir, se sintió muy avergonzada y aunque la entrada a su casa estaba a unos pocos metros, sintió que eran kilómetros y caminaron en un silencio incómodo que se sentía la tensión en ambos.
Al día siguiente Alex viajo a Londres, y lo último que recordaba de ese día era que Max únicamente le deseo buena suerte, acto seguido intento darle un beso en la mejilla, pero ella dio un paso hacia atrás y nada más le dio la mano.
Nadine hacia expresiones de ternura al escuchar su historia.
- Pero ese amor ya se acabó y me alegra porque tengo entendido que él ahora es un mujeriego que no toma a nadie, en serio así que no te emociones – Alex aconsejó a su amiga.
- ¿Estás consciente que lo vas a volver a ver?
- Si lo estoy, pero te repito, ya no siento nada por él, así que no me preocupa su presencia en lo absoluto.
- Entonces, ¿Qué tanto van a estar juntos ustedes dos?
- Él es el director actual de la empresa
-¿Y tú lo vas a remplazar o algo así?
- No, la dirección es compartida porque creo que él y yo somos los únicos que podemos ocupar el cargo, mira en realidad no sé cómo está el asunto, pero si estaré junto a él.
- Pues amiga, yo te sugiero que lo pienses es una gran responsabilidad la que tienes y si quieres demostrarle algo a tu familia, pues esa es la mejor manera.
Lo que Nadine dijo dejo a Alex pensativa, durante los últimos años siempre había creído que su papá había querido que viajara a Londres para deshacerse de ella, pero tal vez lo hizo por su bien.
Una semana después, Alexandra se encontraba en un vuelo con destino a la Ciudad de México sin imaginar lo que le esperaba. Se sentía ansiosa de saber quién la esperaba en casa, aunque se lo negaba a sí misma, esperaba ver a Max y mientras veía las nubes que empezaban a esconderse, Alex recibió un mensaje de Álvaro.
-Iré por ti al aeropuerto, después si quieres vamos a comer, o vamos directamente a tu casa.
-¿Él estará ahí?
-¿Quién? – Preguntó Álvaro
-¿Maximiliano estará en casa?
- No, estos días ha estado encerrado en la oficina, el Sr. Villaseñor dejo muchos pendientes y tiene que estar todo listo para la junta del próximo lunes, es el nombramiento.
-¿Nombramiento?
- Si, el tuyo
- WTF ¿Algo más que debo saber acerca de mí? Como, no sé, ¿Qué después de eso me meterán a la cárcel o algo así?
- Lo siento Alex, todo paso tan rápido que teníamos que hacerlo así.
- Si voy a ser tu nueva jefa, procura decirme las cosas con tiempo, más cuando se trate de mí estoy harta de ser la última en saber las cosas ¿ENTENDISTE?
- De acuerdo
Alex dejo el móvil de lado y cerró los ojos tratando de asimilar todo lo acontecido
en los últimos días.
Al salir de la terminal, vio a lo lejos a Álvaro, era un hombre de estatura media, traje de cuadros gris, Alex lo recordaba con un porte de hípster, solo le faltaba el suéter.
- ¡Hola, Álvaro!
- Alex me da gusto que estés de regreso.
- A mí no tanto – Alex respondió con ironía mientras se ponía los lentes de sol para que no se notaran sus ojeras.
- Aun conservas tu buen humor, pero dime ¿A dónde quieres ir primero?
- Llévame a ver a mi padre - En verdad deseaba verlo, no para reclamarle nada sino decirle Adiós, a pesar de todo era su padre y lo quería mucho, ahora se arrepiente por no
arreglar las cosas antes y estar bien con él.
-Como desees.
- Antes de irnos, quiero saber ¿Si mi mamá sabe que ya llegue?
- Si ya lo sabe tengo entendido que está preparando una cena de bienvenida.
Al escucharlo, Alex se sintió emocionada, pero no estaba lista para enfrentar a todos juntos y sobre todo a Maximiliano, y decidió ir a la tumba de su padre y después ir a descasar, el vuelo había sido largo. Cuando llegaron al cementerio se dio cuenta de que Vicente tenía todo planeado, nunca había imaginado que en el panteón francés, hubiera un terreno de veinte por veinte con el nombre de Familia Villaseñor, ahí están enterrados sus abuelos y un tío, ahora su padre está ahí, por un momento deseo que cuando ella muriera pudiera estar al lado de ellos.
Padre, ya estoy aquí como esperabas, sé que nuestra relación nunca fue la mejor y ni tú fuiste el mejor papá ni yo la mejor hija, pero aquí estoy para hacer valer tu última voluntad, solo espero no hacerlo sola y que me guíes desde donde estés, no espero ser como tú, quiero ser mejor que tú. Te traigo estas flores, no sé cuáles te gustan, así que te traigo las que a mí me gustan; son tulipanes blancos el color de la paz y la armonía. Gracias por todo papá.
Por un momento Alex sintió paz y tranquilidad, ya no tenía ese sentimiento de ansiedad y preocupación. Álvaro se le acercó, para ver si estaba bien, evidentemente no lo estaba, pero tenía que demostrarles a todos su fortaleza.
-¿Todo bien Alex?
-Sí, me siento rara, solamente que cuando deje de ver a mi papá solamente tenía 15 años, ahora tengo 25 y nada más veo una lápida con su nombre.
- Alex, tu papá te quería mucho, no lo dudes, él era un buen hombre y todo lo que hizo a lo largo de su vida fue por y para ti.
- Si te refieres a lo material, créeme que eso nunca me ha importado. Pero bueno, ya no tiene caso reclamarle, por eso, al contrario, agradecerle.
-Vamos, todos te espera.
- No quiero ir a la residencia, hazme una reservación en un hotel.
- ¿Por qué?
- No quiero ver a nadie, solo quiero descansar, así que no me cuestiones mis decisiones y haz lo que te digo.
-Como digas.
Fue así como de último minuto, Alex se terminó hospedando en el Paradise. Un hotel nada elegante, al parecer ni tres estrellas tenía, pero era lo único que Álvaro le pudo conseguir, por lo que no le quedo de otra.
- Puedo preguntar ¿Por qué no fuiste a tu casa? Todos te esperaban.
-Corrección, nadie me esperaba, tal vez Marícela, mi nana y su hija, no sé si sigue viviendo en mi casa.
-Sigue viviendo ahí, ella está estudiando gastronomía.
- Me da gusto por ella.
Ella y Alex jugaban mucho cuando eran niñas, ya que Alicia se iba a jugar póker y Alex se quedaba al cuidado de Marícela. Lorena, como se llama la chica, decía que algún día se convertiría en una chef reconocida y que
cocinaría a lado de Gordon Ramsey. Alex deseaba que fuera así.
- Pero bueno, no me interesa llegar todavía.
Mientras Alex recordaba sus aventuras con Lorena, la hija del ama de llaves intento beber una copa de vino que estaba en el pequeño refrigerador, pero se percató que la copa estaba un poco sucia y le dio asco. Al mirar en dirección hacia donde estaba Álvaro noto que estaba leyendo con preocupación su Tablet, y alcanzo a ver una foto suya, como un impulso Alex se vio a sí misma de arriba abajo, al parecer el mismo atuendo que traía era el mismo que el de la foto, entonces dedujo que era de hoy. Se preguntó quién la había reconocido en el aeropuerto si no tenía contacto con nadie.
-¿Por qué tienes una foto mía?
- Alex espera…
Y ahí estaba un artículo en el periódico electrónico de The news que anunciaba que la única hija de Vicente Villaseñor estaba de vuelta en la ciudad, pero eso no es lo peor, sino que se cuestionaba acerca de su capacidad para ser la sucesora de grupo Empire, mientras seguía la lectura del artículo Álvaro se asustó al ver lo enojada que estaba Alex, que pensó que tiraría su Tablet
- No le hagas caso a ese artículo, es pura prensa amarilla. Trato de tranquilizarla.
Alex le regreso la Tablet y fingió no importarle, abrió su maleta y empezó a sacar sus cosas.
- Si es solo prensa amarilla. Ya te puedes retirar Álvaro, quiero descansar.
- Alex, ¿estás bien?
- Si estoy bien, no me veas con cara de lástima, ahora déjame sola.
-De acuerdo, te dejaré sola, pero si necesitas algo…
Le cerró la puerta sin escuchar la frase completa. Y lo único que se le ocurrió hacer, fue meterse en la ducha y abrir la regadera hasta el tope para que nadie la escuchara sollozar mientras sentía las lágrimas correr por sus mejillas. Ella no lloraba por el artículo, sino porque en verdad se estaba creyendo que no iba a poder, pero a la vez eran lágrimas de coraje porque no permitiría que nadie cuestionara sus capacidades o la subestimara, así que rápidamente termino de ducharse y al salir de la ducha le hablo a Mónica su mejor amiga desde el kínder, ella era la única que estuvo al pendiente de Alex desde que le dijo que regresaría, y con dos palabras Alex empaco sus cosas y salió de ese hotel tres estrellas. Pensó en decirle a Álvaro, pero prefirió no hacerlo, no tenía ganas de escuchar sermones.
- ¡Hey bitch! – típico de Mónica
- Hola hermosa, cuanto tiempo sin verte.
- Diez largos años bebé, tanto que la última vez que te vi tus tetas estaban como limones y ahora parecen melones.
- ¡Ha-ha! y tú no te quedas atrás, ¿pero qué te paso con los brackets y el pelo teñido a manera de protesta?
- No eres la única con dinero para hacer lo que quiera.
Mónica es hija del ex secretario de finanzas en el tiempo en el que ambas estudiaban la primaria, después de eso su carrera política creció y llego a convertirse en Gobernador, Mónica estaba destinada a seguir la carrera política de su padre, pero por su actitud rebelde y desenfrenada decidió seguir su propia pasión, turismo y hotelería y ahora es dueña de una gama de hoteles y departamentos distribuidos en todo el país, Alex se encontraba alojada en una
de las habitaciones de su departamento en Cuernavaca una bonita ciudad al sur de la Ciudad de México, posee un clima acogedor y unos paisajes realmente tranquilos. Y para el estado de ánimo de Alex, respirar ese aire le sentaba bien. Mientras miraba por el balcón, recordó que en Londres, solo en tres ocasiones tuvo la oportunidad de viajar a un lugar paradisiaco y tranquilo, una de ellas fue en vacaciones de verano en koh Samui, una isla en el golfo de Tailandia, quizás Cuernavaca no es una isla, pero el estar en México la hacía sentir en casa. Decidió relajarse y olvidarse por un momento de su ajetreada vida. Así que se recostó en los camastros a lado de la piscina mientras Mónica nadaba. Ella siempre había sido muy glamurosa y consiguió tener una figura
espectacular.
-Y dime ¿Qué planeas? ¿Cuál es el siguiente paso?
- Por lo mientras descansar necesito pensar cómo será mi regreso a la vida de todos.
-¿De qué hablas?
- Pues necesito cambiar esa imagen de heredera incompetente que todos piensan que soy.
- No bebé, tú necesitas cambiar esa opinión que tú tienes de ti misma.
-¿No viste lo que salió en internet sobre mí?
- Si lo vi, pero solo ignóralo, ellos no saben lo que has pasado y lo que has vivido, además solo tú sabes quién eres y lo que eres capaz de hacer, así que si quieres cambiar algo
empieza por tu propia opinión de ti misma.
Eso le conmovió, Mónica podía ser lo que fuera, pero siempre sabia como alentarla y esta vez lo hizo de nuevo.
- Ya sé que sería bueno.
- ¿Qué?- la miro con curiosidad.
- Un cambio de look. Quiero dejar atrás a la estudiante universitaria y darle la bienvenida a la nueva directora de Empire.
- Eso me agrada, ahorita mismo, voy a llamar a Johnny, estará encantado de trabajar contigo.
- Espera, no quiero nada exagerado, ¿eh?
- No tranquila, te dejará como una diosa, por cierto ¿Cuándo es la junta de consejo?
- Es el próximo miércoles.
- No te preocupes, estarás este fin de semana para que regreses más descansada y con una nueva imagen.
- Gracias bebé, no sé qué haría sin ti.
¿Realmente iba a hacer eso? ¿Tanto me había afectado esa publicación? Se preguntaba tal vez un poco al principio, pero Mónica tenía razón a quien debía demostrarle seguridad y fortaleza a ella misma, porque era Alex quien estaba confirmando lo que decía el artículo. Entonces se animó y puso manos a la obra.
Grupo Empire seis de la tarde del día que Alexandra llego a México, Maximiliano se encontraba en la oficina a punto de salir, cuando recibió una llamada de doña Alicia, notificándole del regreso de Alexandra y de la cena de bienvenida.
- Señor, doña Alicia esta está en el teléfono.
- De acuerdo enlaza la llamada por favor.
- Si señor.
- Hola madrina ¿Qué sucede?
-Álvaro me avisó que el vuelo de Alexandra esta por aterrizar y me gustaría que todos estén aquí, ordené una cena magnifica para darle la bienvenida.
- Creo que llegaré un poco tarde, tengo que tener todo listo para la junta del miércoles.
- Por favor cariño es el regreso de mi hija y quiero que todos estén aquí.
-Todos ¿Quiénes madrina?
- Pues tú, Ximena también estará y Arturo llego hace una hora.
Arturo era el hermano de Vicente y por muchos años trató de quitarle la dirección a Max haciéndolo ver como incompetente ante Vicente pero nunca lo consiguió y menos ahora que su hermano ya no estaba así que tenía que jugar nuevas cartas y al parecer su nuevo objetivo era su sobrina, y siendo parte de la mesa directiva con el treinta por cierto de las acciones, tenía que demostrar su apoyo y confianza por lo que llego una semana antes a la ciudad. Y por obvias razones Max y él nunca se llevaron bien.
-¿No sabía que había llegado tan pronto?- Max lo dijo en un tono incómodo, esos días conviviendo con él en la casa sería muy largos hasta el próximo miércoles el día de la junta.
-Está un poco emocionado por ver a Alex, pero tu tranquilo Max no permitiré que empiece con sus cosas.
Max no estaba convencido pero al saber que Alicia estaba emocionada por el regreso de
su hija no tuvo más remedio que ceder.
- De acuerdo madrina llegare temprano para la cena, en una hora estaré en casa.
- Muy bien hijo no llegues tarde.
- No madrina – colgó el teléfono respiro hondo y enseguida Max llamo a su secretaria.
- Lucy ¿puedes venir por favor?
-Si señor enseguida.
- Cancela la reservación que tenía en el Bistrot, cenaré en casa.
- Sí señor, pero… ¿y su acompañante?
- De ella yo me encargo tu encárgate del restaurante por favor.
- Como diga jefe.
Y como siempre Max estaba saliendo con una de sus conquistas de temporada, una modelo Colombiana su nombre era Natasha, la conoció en una sesión de fotos para la promoción de la nueva línea de maquillaje llevaban dos citas hasta el momento; esta iba a hacer la tercera si no lo hubiera cancelado.
- Estaba a punto de llamarte corazón, ya casi estoy lista no me digas que ya vienes.
Sí que a Max le gustaban las mujeres realmente bellas Natasha era una mujer extraordinariamente bella cuerpo esculpido a la perfección y una melena color café que combinada con su tono de ojos.
- Me temo que me tendrás que disculpar Nat no saldremos esta noche.
-¿Qué?¿porque? si ya habíamos quedado.
- Me salió un compromiso de último minuto en casa y tengo que estar ahí.
- ¿Algo más importante que yo? hoy me vestí con algo especialmente para ti Maxi y no es un vestido.
Max era un seductor maravilloso y cualquier mujer que conocía se rendía ante su masculinidad y cada palabra suya era cómo una orden hacia ellas quienes obedecían fascinadas.
- Si es especial para mí, no tiene nada de malo mostrármelo otro día – lo dijo mientras se mordía el labio.
- Está bien te perdono, pero la siguiente cita no va a ser en un lugar público te quiero solo para mi esa noche ¿de acuerdo?
- De acuerdo.
Max sabía que esa noche tal vez nunca llegaría ya que con Alexandra cerca, sería incómodo que lo viera con una chica u otra. Aunque después de unos segundos reflexiono acerca de ese pensamiento y se preguntó a si mismo ¿Por qué se sentiría incomodo? ¿No es ella como su hermana? ¿No creo que a Alexandra le importe su vida sentimental o sexual?
Mientras Max pensaba acerca de eso recibió un mensaje de Ximena, preguntándole si iba a estar en la cena de bienvenida. Entonces se puso el saco y salió de la oficina
- ¿Ya cancelaste la reservación Lucy?
- Si señor ya está cancelada. Si no necesita otra cosa me retiro.
- Adelante yo también ya voy de salida.
Mientras bajaban por el elevador Lucy tuvo curiosidad y le pregunto a Max.
-Si no es indiscreción señor ¿Cuándo llegara la señorita Alexandra? – lo dijo en tono tímido.
- Esta noche Lucy
- Es decir ¿ya llego?
- Supongo que sí, de hecho voy a la cena de bienvenida por eso cancelé mi compromiso de esta noche.
- ¡Ah debe ser muy bonita! ¿no? Yo no la conozco.
- Ni yo Lucy.
-¿Perdón señor?
- Digo que si debe ser bonita, la última vez que la vi éramos adolescentes – al abrirse las puertas Max salió de prisa un poco sonrojado
- Buenas noches Lucy descansa.
- Igual usted señor.
De camino a casa Max se detuvo enfrente de una florería, pensó en comprar un ramo
de rosas para dárselas a Alex pero luego pensó que eso solo se le da una novia o para pedir matrimonio y ése no era su caso además no quería verse cursi; entonces se marchó sin comprar nada. Se imaginó muchas maneras de saludarla y se sentía algo nervioso ya que suponía que ella ya estaría ahí.
Al llegar encontró a todos en la sala y visualizo por todos lados en espera de encontrarse con ella, pero al parecer aun no llegaba dio un respiro de tranquilidad y saludo a todos los presentes incluido a Arturo.
- Creí haber llegado tarde madrina.
- No hijo estas a tiempo Alex todavía no llega.
- Pero ya casi son las ocho ¿Álvaro no se ha reportado?
- Seguramente se atoró en migración ya sabes cómo son – afirmó Arturo.
- Qué tal si trajo algo ilegal y se los retuvieron en el aeropuerto – Ximena argumentó sarcásticamente.
- ¡Por dios niña no digas eso!
- Pues por la forma en la que la hicieron venir no dudo que use cualquier excusa para salir corriendo – dijo Arturo
- Mi hija no es así Arturo ella sabe su responsabilidad.
- Pues que otra excusa le das para que no esté aquí cuñada ¿Qué le haya pasado algo en el camino?
- ¡Hay no ni dios lo mande! ¿por favor Max comunícate con Álvaro?
El celular sonaba y no respondían.
- No responde madrina, voy a volver a intentar.
- ¿Y por qué no le marcas al celular de Alex?
- Yo no lo tengo, ¿madrina?
- Yo tampoco.
- No puedo creer que no tengas el número telefónico de tu hija cuñada.
- Es que casi no mantengo contacto con ella.
- ¡Es increíble! – Arturo en verdad estaba sorprendido por la actitud de Alicia, era justo como su padre lo trataba a él.
Arturo le extendió el móvil a Max dejando ver el contacto del número internacional de Alex.
- No sabía que mantenías contacto con Alex – dijo Alicia.
- A mi si me importa mi sobrina.
- ¡Eh! basta ya – intervino Max.
Cuando al fin contestaron el móvil Max pensó que sería Alex, pero en realidad era Álvaro quien le decía que Alex se quedaría en un hotel y que no iría a la cena de bienvenida. Max pregunto el motivo pero no recibió una respuesta concreta así que colgó.
- ¿Qué paso hijo?
- Al parecer Alex no va a llegar esta noche
-¿pero porque?
- Álvaro no me dio mucha explicación sólo me dijo que Alex se quedara en un hotel y vendrá después.
Alicia estaba confundida
- Te dije que tu hija no iba a tomar bien todo lo que paso.
-¿Dijo en que hotel esta?
- No me dijo nada madrina
- Creo que Alex no quiere que sepamos donde esta madre – asumió Ximena – bueno ya que no habrá cena me voy a seguir viendo mi dorama.
- Y yo necesito una copa esto se pondrá interesante – Arturo decía mientras salía de la sala y se dirigía al bar.
-¿Por qué está actuando así hijo? ¿será porque no le avise yo acerca de su padre?
- No lo sé madrina toda esta situación no ha sido fácil, no sabemos cómo se lo tomo Alex tal vez necesita tiempo para digerirlo.
- Solo espero que mi hija no me odie.
Max abrazo a Alicia mientras trataba de comprender la forma de actuar de Alexandra;
él en su lugar habría llegado directo a casa para ver a su madre después de tanto tiempo de estar lejos. Pero tal como dijo anteriormente, Alexandra necesitaba tiempo antes de reencontrarse con todos.
Al acompañar a Alicia a su dormitorio Max marco el número de Alexandra nuevamente,
pero como era de esperarse ella no respondió, cayó en la cuenta que el sería la última persona con la que ella quisiera hablar.
Al día siguiente en el desayuno, Max observo con ánimo decaído a Ximena. Ella había sido una niña rodeada de amor en especial por él ya que fue la responsabilidad que su mamá le encomendó antes de morir. Xime apenas cumplía dos años cuando ella falleció, pero recibió el amor de su padre, su hermano y Alicia que los adoptó a los dos como si fueran sus hijos.
Ximena se convirtió en la hermana menor de Alexandra y cuando ella se fue a estudiar a Londres, se convirtió en la prioridad de Alicia y ella sin pena siempre le decía mamá. Era la típica adolescente que estudiaba la preparatoria y era súper fan del kpop, e iba a todos los conciertos tanto en México como en Estados Unidos. Y a su corta edad era dueña del veinticinco por ciento de las acciones y de propiedades que su papá le había dejado a ella y a su hermano, por lo tanto ella al igual que Max y Alex era la heredera del grupo Empire. Aunque sus planes y metas eran distintos ya que su sueño no era dirigir la empresa sino dedicarse a la comunicación, algo por lo que siempre terminaba discutiendo con Max y cuando eso sucedía Alicia siempre intervenía.
Cuando Ximena termino de desayunar se subió a su habitación y Max fue tras ella la vio un poco preocupada.
- Tú siempre hablas en el desayuno y ahora estuviste muy callada.
- Eso era cuando estaba más pequeña, ahora tengo que estudiar aun cuando esté comiendo.
- No creo que el estudio sea una excusa, todavía la semana pasada nos repetiste en el desayuno tu experiencia en el último concierto y eso fue hace meses.
- ¡Ashhh! ¿necesitas algo hermano? – Ximena preguntó molesta.
- ¿Tú dime Xime te pasa algo?
- ¿Algo como qué?
- Estabas muy callada hoy y eso no es normal en ti – Max conocía perfectamente a su hermana y nunca le podía ocultar sus sentimientos.
- Estoy bien tengo mucha tarea es todo – Ximena trato de cambiarle el tema –¿mañana llegaras temprano como hoy?
- Tengo un poco de trabajo y además un compromiso en la noche.
Cuando Ximena le preguntó a Max si llegaría temprano al día siguiente lo miro a los ojos esperando que él entendiera y adivinara su preocupación pero al escuchar su respuesta cambio su mirada hacia su ordenador.
- Seguro tienes una cita con la modelo con la que estas saliendo ¿verdad?
- ¿Cómo sabes eso? – Max preguntó inquieto.
- No eres muy discreto con tus citas Max y además soy mujer es obvio que lo sepa ¿saldrás con ella? – Ximena volvió a preguntar.
- No precisamente es una cita de negocios.
-Mmmm, Está bien.
Max acertó en descubrir que su hermana tenía algo pero no le quería decir, por lo
que decidió cambiar sus planes del siguiente día para averiguarlo.
-¿Te gustaría que cenemos mañana en el lugar que tú quieras?
Ximena se sorprendió y volvió a mirar a Max.
- Pero, ¿y tú cita de negocios?
- Puedo cambiarla para otro día ¿Qué dices?
- Si, será increíble hermano si quiero ir – Ximena se sintió tan emocionada que dejo su ordenador de lado y se levantó de un salto para abrazar a Max.
- Y ¿A dónde te gustaría ir?
- ¡Mmm! quiero ir a Belli, estoy harta que Samara siempre me presuma que come todos los días ahí con sus papás. Max con una leve carcajada asintió y abrazó a su hermana con fuerza demostrándole
cuanto la quería.
Cuando Max salió de la habitación de Ximena cogió el móvil y se dispuso a marcar nuevamente el número de Alexandra pero como era obvio ella no respondió entonces decidió marcarle a Álvaro ya que él tenía que estar con ella.
- Hola Max ¿Cómo estás?
- Hola Álvaro me encuentro bien gracias, ¿oye? ¿Dónde está Alexandra ahora? Sigue sin contestar.
- Mmm...debe de estar en el hotel – Álvaro se escuchaba nervioso.
- ¿En qué hotel esta voy a ir a verla?
- Pero, ¿para qué vas a ir a verla? No es necesario, digo ella, mmm...ella llegará después.
Álvaro en verdad estaba nervioso, ese día por la mañana fue a ver a Alexandra para ver si necesitaba algo pero al llegar el gerente le notifico que ella ya no estaba ahí; que había dejado el hotel la misma noche que llego, trató de averiguar a donde se había ido pero el gerente no sabía nada. Entonces le llamo al celular y no le contesto a la primera sino fue hasta la tercera llamada que le dijo que estaba de vacaciones y que llegaría un día antes de la junta, Alex no le dio más detalles y colgó, esa fue la última llamada que recibió de ella.
Al recibir la llamada de Max no sabía cómo explicarle la situación, realmente Álvaro se sentía en un gran aprieto temía por su puesto pero no tuvo más remedio que contarle a verdad.
- Te notó poco convincente en tus palabras Álvaro.
Respiro hondo
- Okey te diré la verdad: Alex se salió del hotel sin avisarme y no sé dónde esta.
- ¿QUEE?
- Así es, no sé para donde se fue, ayer vio un artículo que hablaba de ella y… Álvaro se detuvo porque sabía que había hablado de más.
- ¿Y qué?
- Mira Max no te puedo decir mucho, lo único que te puedo decir es que Alex está tratando de procesar todo lo que ha pasado hable con ella hace unos momentos y me dijo que estaba bien y que no la molestara estos días.
-¿No tienes ninguna idea de dónde está?
- Lo siento Max.
- Así como la viste Álvaro dime, ¿tiene intenciones de dejarnos plantados en la junta? Porque si es así es mejor que me lo digas y resolver la situación porque mi madrina esta alterada por su ausencia de anoche.
- ¿No confías en ella?
Max tomo aire de preocupación.
- No es que no confié sino que no entiendo su forma de actuar, no solo ella está pasando por un mal momento. – Manténme informado ¿de acuerdo?
- Está bien Max.
Después de colgar el teléfono Álvaro se quedó pensando en lo que Max dijo de Alexandra y empezó a entenderla un poco, por lo cual decidió no llamarla de nuevo hasta el martes y solo le envió un mensaje que decía: “iré por ti hasta el martes descansa” y al igual que ella se tomaría esos días para relajarse ya que su verdadero trabajo comenzaría a partir de la junta.
Al día siguiente Max recogió a Ximena en la residencia como había prometido la llevaría a cenar para averiguar lo que le preocupaba. Al llegar a Belli subieron por el ascensor hasta llegar al último piso, este restaurante es
famoso por su movimiento oscilante a 360 grados y su vista increíble de la Ciudad de México y ahí en uno de las mesas cercanas al gran ventanal se encontraban los dos hermanos degustando de una deliciosa cena.
- La sopa de langosta esta deliciosa – argumentó Ximena – ahora si Samara no me vendrá a contar.
- ¿Por qué no habías venido anteriormente, si ya has recorrido todos los restaurantes de la zona?
- Porque Samara viene con sus papás y yo no quería venir sola.
- Y ¿tus amigas?
- Hay hermano es un restaurante familiar – Ximena respondió en tono sarcástico.
Max cayo en la cuenta de lo que Ximena quiso decir, y entonces comprendió que hace tiempo que no compartía más de treinta minutos con su hermana, cada uno vivía en su mundo y en la etapa de desarrollo en la que Xime se encontraba lo necesitaba más que nadie.
- Tienes razón Xime, ven tomémonos una foto para tus redes sociales.
- ¿Qué? – Ximena se sorprendió por la petición de Max – pero ¿y la discreción del gran director de Empire?
Max soltó una risa burlona.
- ¡Oye…! no vengo con cualquiera, sino con mi hermosa hermana. – aunque prepárate para ver mañana un artículo de nosotros.
- Si es lo que veo – al otro extremo del restaurante estaban un trio de chicas mirando hacia su mesa y una de ella estaba tomando fotos.
- Si no saben quién soy está bien, así sabrán que estas en una relación otra vez, ¡ha-ha!
- Bueno – Max estaba feliz de pasar ese momento con Ximena.
- Y entonces ¿ya averiguaste donde está la princesa?
- Si, está de vacaciones no me preguntes en donde porque no lo sé. Pero estará aquí un día antes de la junta.
- Y ¿cuándo nos mudamos?
- ¿De qué hablas?
- Supongo que en cuanto Alex regrese querrá recuperar su lugar en la casa – Max al fin descubrió la preocupación de Ximena.
- Eso no pasara Xime, no creo que Alexandra haga eso parece que no la conoces.
- Corrección hermano no la conocemos, ella ya no es la misma de antes. Además no quiero estar ahí cuando llegue entonces decidí ir a LA de compras esta semana ¿puedo?
- Okey te doy permiso si te llevas el jet de papa y si Juan Pablo va contigo como guardaespaldas.
- Está bien.
Así concluyeron la cena en la cual rieron, comieron, se tomaron fotos y después del restaurante Ximena convenció a Max de ir al cine, y a la pista de hielo. Hicieron cosas que ella extrañaba hacer con su padre y que todo el tiempo intentaba con su hermano pero por el trabajo y sus compromisos con sus novias nunca tenía tiempo. Entonces Max le prometió que por lo menos cada mes iban
hacer lo mismo.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play