Gabriela
Hace pocos días fue mi grado de la universidad, estudie finanzas y negocio internacional, vivo sola a unas cuantas calles de la casa de mi mejor amiga Angela, a quien considero mi hermana, ella y mi tutor son la única familia que tengo, mis padres murieron en un accidente cuando tenia 16 y desde entonces he estado con ellos, me independice a los 20 y mi amiga hizo lo mismo, no se me dificulto encontrar trabajo ya que el señor Emiliano Bustamante amigo de mi padre y mi tutor me tenia reservado un puesto en su empresa al terminar mis estudios, desde que quede huérfana el se hizo cargo de mí, no monetariamente, pero si con su compañía y su ayuda, él es un hombre mayor y elegante y siempre se ha portado como un padre para mí.
Emiliano Bustamante
Llevo un mes trabajando para él como su asistente personal, pero tengo unos días libres porque el señor tuvo un viaje inesperado, Angela me llamo para que fuera hoy a la empresa para que la cubriera en una reunión, ella siempre ha estado para mí asi que no podia negarme, por cierto ella es la asistente de la vicepresidenta Victoria Alcocer, llegó la hora de la reunión y asistí con todo gusto, al finalizar tome unos papeles que le correspondian a mi amiga y cuando pensaba llevarlos a su lugar de trabajo para que ella al volver los revisara, un hombre muy elegante y atractivo se me acercó.
-Buenas tardes señorita- me dijo - Es usted nueva en la empresa no es así? no me parece haberla visto antes.
- Si buenas tardes señor, mucho gusto, Gabriela Robechi para servirle- le extendí mi mano un poco nerviosa y él la tomó, su tacto es tan suave, no pude evitar sonrojarme.
- El gusto es todo mío, Esteban Montalvo- al parecer no quería soltar mi mano, o me dio esa impresión.
- Si me disculpa me retiro, un placer conocerlo.
- Espero nos veamos pronto- me sonrió y me picó el ojo, me sonroje nuevamente, "acaso me esta coqueteando" .
-Hasta pronto- sonreí y seguí mi camino.
Los días pasaron y cada vez eran mas frecuentes nuestros encuentros, no puede evitar sentir una fuerte atracción hacia él, pero como no sentirlo si él era tan pícaro, seductor e increiblemente apuesto, y ni hablar se su esculpido cuerpo, ojos azules y cabello oscuro, todo un sueño.
Esteban Montalvo 29 años
Cierto día salí temprano del trabajo, mi jefe había salido nuevamente de viaje y no me había dejado muchos pendientes, por lo que me tomé libre gran parte de la tarde y justo cuando iba a salir me tope con él.
-Pero que guapa te ves hoy Gabriela, eres toda una hermosura de mujer- me mira de pies a cabeza - Creo que estoy enamorado.
Me sonrojaron sus palabras, yo estaba usando un vestido negro con encaje, bastante ajustado, suelo usarlos así porque amo mi cuerpo, y la verdad me lo puse porque era viernes y planeaba ir a casa de Angela.
Gabriela Robechi 26 años
- Ja ja ja muchas gracias, lo tomaré como un cumplido, aunque tu no estas para nada mal- me sentia realmente nerviosa frente a él.
- A donde vas tan temprano y así de bella- me guiña el ojo y yo me pongo como un tomate.
- Hoy no tengo más trabajo y pensaba pasar a casa de mi amiga.
- Ah no señorita, eso si que no, venía a saludarte pero al ver que ya saliste te llevaré conmigo a dar un paseo, además tu amiga puede esperar y no creo que me vayas a decir que no o sí?.
- Pués claro que acepto- le digo emocionada, y a la vez apenada porque todos nos quedaron viendo por mi reacción.
Subimos a su auto y dimos algunas vueltas por Ciudad, luego nos detuvimos en un parque, lo cierto es que esta parte de la Ciudad no la había visto y el parque era muy hermoso, caminamos y hablamos de todo, él me tenía himnotizada, no escuchaba nada, solo veía esos irresistibles labios moverse, cuantas ganas tenía de besarlos.
- Y entonces que dices?.
- Ah? disculpa Esteban que me decías? estaba distraída- trágame tierra.
- Si eso veo ja ja ja... Te pregunté que si querías cenar conmigo?.
Por Dios que vergüenza, por estar mirandolo no lo escuché y en qué momento se hizo de noche? tanto tiempo estuve perdida en mi mente?.
- Por supuesto que sí, me gustaría muchísimo.
- Entonces vamos, conozco un restaurante aquí cerca que estoy seguro te encantará.
Me tomó de la mano y me condujo a un restaurante bastante bonito, tenía un toque parisino, y se veía muy elegante.
- Y bien? que te parece hermosa.
- No tengo palabras, perfecto como tú- no puedo creer que haya dicho eso, pero a él le gustó porque no dejó de sonreir, me tomó por la espalda e ingresamos, nos sentamos en una mesa que estaba en el rincón, si por fuera era hermoso, por dentro es de ensueño.
- Gabriela, eres una mujer realmente encantadora aparte de hermosa, eres inteligente y maravillosa, dichoso el hombre que se gane tu corazón- mi corazón latía tan fuerte ante cada palabra, me sentía súper felíz - Nunca había conocido a alguien como tú, tan perfecta, en el tiempo que llevo conociendote podría decir que son sin duda los mejores días de mi vida, se que es pronto para decirte esto- hizo una pausa y continuó - Estoy locamente enamorado de tí, me flechaste desde el primer día en que te ví, te amo Gabi y sé que es sorpresivo para tí pero...- no lo deje terminar y cerré su boca con un beso, lo siento, fue impulsivo, pero con lo dicho no me pude aguantar.
- Eres correspondido- le dije con una sonrisa y esta vez el me besó, nos separamos cuando llegó el mesero con la carta, "rayos" se me olvidaba que estabamos en un restaurante, nos miramos y reímos.
El mesero tomó nuestra orden, seguímos hablando y dandonos picos, al rato llegó con la comida y cenamos, al terminar él pagó la cuenta y salimos tomados de la mano como un par de enamorados, que dicha la que sentía, fuera del restaurante nos volvimos a besar, no hacian falta las palabras, nos consumimos en ese beso donde dejamos plasmado todo el amor reprimido que sentíamos, o eso era lo que yo sola sentía.
Nos subimos al auto y me invito a su casa, yo acepté por supuesto, no quería separarme de él, condujo un rato hasta llegar a una hermosa mansión, enorme para mi gusto y por dentro era muy placentera.
Me tomó de la mano y me llevó a su interior, nos besamos y me indicó subir las escaleras, yo lo seguía en todo y me dijo - Acompañame...- me tomó de la mano y me llevó a su habitación, por todo el camino me besaba y acariciaba en endiendo todo en mí, me besó el cuello y susurró - Me muero por estar contigo y demostrarte todo mi amor- me derretí y el deseo se hizo presente - Ven...- me acostó en la cama y me besó con deseo.
- Espera...- le dije recuperando el aliento - Nunca he estado con nad...
- Shhhhhh...- tapa mi boca con su dedo sin dejarme terminar de hablar - Tranquila mi amor, no te lastimaré, confía en mí.
- Confío en tí.
Él comenzó a quitar mi vestido y a besar mi espalda, un escalofrío me inundó, luego quitó mi ropa interior y quedo mirandome un instante.
- Eres perfectamente hermosa.
Sentí tanta vergüenza, se posó sobre mí y empezó a besarme, ¡Oh Dios! que besos, bajó a mi cuello y yo solo apretaba los labios, siguió bajando y llegó a mis pechos, los tomó en sus manos y los apretó suavemente, los metió a su boca y jugó con ellos, los chupaba y lamía, yo gemía y me retorcía, que sensación, con su lengua bajó a mi ombligo y yo intente cerrar las piernas pero el no me dejó, llegó a mi intimidad y con su lengua estimuló mi clítoris, era algo extraordinario, sentía como me mojaba, y esa palpitación que me pedía más, tomo dos de sus dedos y los introdujo en mí, que delicia, estoy en el cielo y mientras los sacaba y metía no dejaba de chuparme, lamerme, saborearme, estaba haciendo maravillas ahí abajo, no aguante más y me vine en su boca, él se deleitaba con mi sabor, estaba enloquecida, subió nuevamente a mis labios, quitó su ropa quedando totalmente desnudo, me asombré de ver su enorme miembro erecto, tragué saliba y cerre mis ojos, se ubicó entre mis piernas y lo acercó a mi intimidad, estaba tensa, pero con sus besos me relajó, me estimulo nuevamente y fue penetrandome lenta y suavemente, sentí un poco de dolor pero al rato se fue tornando placentero, sus movimientos eran suaves y era tanta la exitación que me vine de nuevo, mojada, sudorosa y jadeante, todo se fue volviendo más salvaje, metía y sacaba con más fuerza, con más rapidéz, yo gritaba de placer y eso lo hacía enloquecer, sus penetraciones eran cada vez mas profundas, me apretaba contra su cuerpo, agarraba mi cabello y me sometía a su voluntad, lo saco de golpe y me puso de espaldas, levanto mi trasero y solo me dijo así te encantará, ese enorme miembro me penetró con fuerza y yo grité, que rico, metía y sacaba, con deseo y lujuria, mientras hacía sus movimientos metió sus dedos en mi intimidad y los movía al mismo ritmo, lloraba del placer, estaba en el cielo, así siguió hasta que llegamos al clímax juntos, salió de mí y se acostó a mi lado.
- Hermosa esto ha sido realmente maravilloso, eres perfecta en todo sentido, no sabes cuanto te amo Gabi, me darías el honor de llamarte mi novia?- sonreí, estaba tan felíz
- Si si si, claro que sí, yo tambien te amo muchísimo y me haces tan felíz, lo eres todo para mí
Nos besamos nuevamente y lo hicimos nuevamente, al terminar tomamos un baño y nos dormimos.
Esteban
Hoy llego de Madrid luego de unos largos y merecidos meses de descanso, aproveche este tiempo para pasarlo con mi prometida Samantha Evans, ella es la mujer mas hermosa del mundo para mí, es modelo y esta de viaje en esta Ciudad cumpliendo un contrato que tiene por un año.
Samantha Evans 29 años
Tenía un mes de no verla y decidí sorprenderla con mi larga visita 5 meses para ser exactos.
Mi avión privado acaba de aterrizar en la ciudad y mi chofer Augusto vino a recogerme, como he estado tanto tiempo lejos decidí no ir a mi mansión sino directo a las compañias, pase primero por la de Emiliano mi socio, casualidad iba a empezar una reunión y asistí a esta para ir poniendome al corriente, ahí la ví, una hermosa mujer de cabello negro largo, ni hablar del cuerpo uff, tenia puesto un vestido corto blanco y negro y su pequeño escote dejaba ver un poco de sus lindos pechos, mi amiguito se puso contento, en ese momento me dije a mi mismo "esta mujer va a ser mía", sí, tengo prometida, pero aún no me caso, ella no tiene porqué saberlo, cuando acabo la reunión vi que se dirigía a un escritorio, me acerqué a ella, y la noté nerviosa, punto a mi favor.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play