"Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío"... Ésto solo significa que hay que ser paciente y esperar el momento adecuado para poder tomar revancha contra nuestros enemigos, y eso es justamente lo que estoy a punto de hacer...
—Señor Murray, lo que nosotros buscamos es mantener el orden y la armonía dentro de la ciudad. Puede estar seguro que la familia Liu colaborará activamente con usted para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
—Me alegra mucho escuchar eso. Sé que los Liu son muy respetados en todo el condado y contar con su apoyo es realmente muy importante para mí —ese horrible hombre me extendió la mano, la cuál observé un momento dudando en tomarla hasta que mí asistente carraspeó la garganta dándome a entender que devolviera el gesto cosa que tuve que hacer en contra de mí voluntad.
—Estoy convencido de que hará un gran trabajo en la alcaldía.
—Gracias joven Zhao, haré todo lo posible por estar al nivel de sus expectativas —asentí a sus palabras esbozando una pequeña sonrisa fingida.
En ese momento Li Peng el encargado de mí seguridad entró a la habitación en donde estábamos reunidos y le susurró algo a Chen, el cuál es mí asistente y hombre de confianza desde que me hice cargo del negocio familiar.
Después de que Li saliera, Chen se acercó a mí mientras el nuevo alcalde nos miraba sin entender lo que ocurría.
—Jefe, ya está todo listo —me susurró mientras yo miraba fijamente al tipo insípido que tenía enfrente.
—Señor Murray debo retirarme, los negocios me llaman —me levanté del sillón abrochándome el saco.
—Está bien, espero volver a verlo por aquí muy pronto —me extendió nuevamente la mano solo que esta vez no quise tomarla y por el contrario me dirigí hacia la salida de la alcaldía secundado por Li y Chen.
Después de subir al vehículo, atravesamos la zona comercial hasta llegar a las afueras de la ciudad en donde seguimos por un inhóspito camino de tierra en dirección a lo que alguna vez fue una granja agrícola.
En cuanto el automóvil se detuvo Li bajó y luego de abrirme la puerta los tres nos encaminamos hacia el interior de aquel granero en donde ya se encontraba mí primo Jian. Él estaba con un bate en la mano y su camisa salpicada con manchas de sangre por lo que supuse que ya había comenzado sin mí.
—Lo lamento primo pero no pude esperar. Hoy tuve un día de mierda después de cruzarme con la familia Wang y tenía que descargar mí frustración con alguien —me dijo sonriendo de lado.
—Te he dicho mil veces que no interfieras en mis asuntos —le arrebaté el bate y luego me dirigí hacia el centro del granero donde estaban esas dos basuras atadas a unas cadenas que colgaban del techo.
Me detuve frente a ellos y luego me agaché para poder ver sus rostros los cuales estaban cubiertos de sangre.
—Ese imbécil —maldije a Jian en voz baja por el estado en que los había dejado.
Me incorporé mirando a Li y haciendo un movimiento con mí cabeza le indiqué que prosiguiera lanzándoles una cubeta de agua fría para hacerlos reaccionar. Inmediatamente uno de ellos comenzó a toser mientras que el otro agitaba las cadenas tratando de liberarse.
—¿Saben porque están aquí? —les pregunté colocándome un par de guantes negros.
—No lo sé, pero tienen a los tipos equivocados. Nosotros no hemos hecho nada —gritó desesperado el que intentaba liberarse.
—¿Eso crees? —Li me pasó la pinza que solemos usar para este tipo de trabajo —¿El nombre Amelia Anderson les dice algo?
En cuanto ambos oyeron ese nombre se miraron entre si y luego volvieron la vista hacia mí.
—¡No sé de qué carajo estás hablan... —antes de que continuara diciendo estupideces le propiné un puñetazo en el estómago que lo dejó sin poder respirar.
—¿Van a seguir escupiendo mierda? ¿O van a decir la verdad? —está vez me dirigí al otro.
—Ya... ya pagamos por eso. Estuvimos cinco años en la prisión. Cre... creo que fue una condena justa —murmuró el que hasta ahora se había mantenido en silencio.
—Ustedes pagaron la pena que les impuso la justicia; pero no pagaron por todas las lágrimas que ella derramó, ni por las noches que no pudo dormir debido a las pesadillas que no dejaban de atormentarla, ni por los ataques de pánico que sufría cada vez que un hombre se le acercaba. Tampoco pagaron por los dos largos años que Jaden Tucker tuvo que estar encerrado por un crímen que no cometió, estando lejos de la mujer que ama y de su pequeña hija, a la cuál ni siquiera vió nacer. ¿De verdad creen que con cinco años de prisión le van a devolver a ellos todo lo que perdieron? —solté una carcajada irónica.
—¡Maldición, déjanos ir! Nosotros ya pagamos en la prisión por lo que hicimos... Ya es suficiente... —murmuró ahogándose en sus propias lagrimas el imbécil al que había golpeado en el estómago.
—Por favor, ten piedad... —susurró el otro.
Al ver cómo ambos me suplicaban clemencia esbocé una pequeña sonrisa de satisfacción mientras Li y Chen estaban a mis espaldas observándolos sin inmutarse.
—No sean ingenuos... —abrí la pinza de acero mientras los miraba fijo—. Su verdadera condena comienza recién ahora.
Cinco años esperé por este momento, cinco largos años para poder tomar venganza por lo que le hicieron a la única mujer que he amado, y finalmente hoy, tomaré revancha en su nombre haciéndoles pagar por todo el sufrimiento que ella tuvo que soportar...
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N/A: Hola a todos, esta novela es la historia de Zhao Liu, uno de los personajes de mí novela "A través de mis ojos". Si gustan, pueden leer la primer novela (la encuentran en mí perfil) o sino, les he dejado un pequeño resumen en el siguiente capítulo. Gracias por darle una oportunidad a la novela y espero que les guste. ❤️
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Cuando tenía 17 años, me enamoré por primera vez. Por ese entonces, estaba cursando el último año de preparatoria y ella era mí compañera de clase. Al principio nos hicimos amigos, pero poco a poco mis sentimientos fueron cambiando; y de esa forma, Amelia se convirtió en mí prioridad. Solo ella era capaz de alegrar mis días y hacer que mí vida fuese menos terrible, pero lamentablemente, se enamoró de uno de mis amigos y él también de ella. Ambos se amaban profundamente, y yo respeté su relación enterrando el amor que sentía.
Amelia, al igual que yo, sufría acoso escolar por parte de nuestros compañeros, pero cómo se enfrentó a ellos, eso ocasionó que el odio y la envidia despertara en algunas personas. A los pocos meses de comenzar su noviazgo con mí amigo Jaden, le tocó vivir un terrible momento que cambió la vida de todos nosotros para siempre. Por culpa de la estúpida venganza de sus enemigas, Amelia fue abusada y brutalmente golpeada por tres hombres, a los cuáles, esas chicas les habían pagado para que la asustaran. Por suerte aquel día, Jaden llegó a tiempo y evitó que pasará algo peor, pero para poder detener a sus atacantes, tuvo que pelear contra esos hombres y a raíz de eso, uno de ellos murió. Él fue encarcelado y separado de la mujer que ama. Ambos tuvieron que soportar mucho dolor y yo fui testigo de todo eso. Afortunadamente, gracias a mis contactos, pude ayudarlos y después de dos largos años, Jaden recuperó la libertad. Aunque eso, solo pudo ser posible a cambio de mí propia libertad, ya que tuve que hacerme cargo de la organización Liu para poder usar el poder de mí familia y así ayudar a mis amigos.
Lo que más me molesta, es saber que todo este desastre fue desencadenado por el estúpido plan de venganza de un grupo de niños arrogantes a los cuales no les gustó que Amelia se revelara ante ellos. Si solo hubiesen dejado las cosas como estaban, ahora todos seríamos felices; pero sin embargo, el daño ya está hecho y es hora de que paguen por lo que hicieron...
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Regresando a la actualidad...
Ya era de noche cuando llegué a la villa donde vivo actualmente. Hace unos años, decidí comprar este lugar para poder alejarme de mis padres y vivir completamente solo.
Los únicos que tienen permitido entrar sin pedir permiso son Chen y Li. Los guardias de seguridad se mantienen alrededor de la propiedad y solamente pueden ingresar al interior de la vivienda en caso de que mí integridad física este en peligro. Tampoco tengo servidumbre constantemente, solo viene una mujer a limpiar y a cocinar pero debe irse antes de que yo llegue a casa.
Luego de que Li me dejó en la entrada fui directamente al baño principal del primer piso y una vez allí me quité la ropa ensangrentada botándola dentro de una bolsa de basura, después me di un largo baño de agua caliente y en cuanto terminé bajé al sótano donde está la caldera para poder deshacerme de las prendas manchadas.
Al día siguiente desperté muy temprano cuando Chen llegó a buscarme con lo que parecían ser malas noticias.
—Jefe, hay problemas —irrumpió en mí habitación y comenzó a buscar un traje dentro del armario para mí.
—¿Que pasó? —le pregunté sentándome en el borde de la cama.
—La policía encontró esta mañana los cuerpos de esos hombres flotando en el río y justamente todas las pruebas señalan hacia nosotros.
—¿Quién hizo eso? ¡Yo no di la órden de matarlos! —levanté la voz indignado.
—Lo sé y por eso estoy averiguando que fue lo que pasó. Ahora vístete rápido que tus padres pidieron verte de inmediato.
En cuanto oí eso último solté un suspiro de molestia mientras trataba de vestirme lo más rápido que podía. Cada vez que mis padres piden por mí, es señal de malas noticias.
Traté de ir cuanto antes hacia su mansión para no hacerlos esperar y una vez que atravesé la puerta fui recibido por una bofetada de mí madre que dejó mí mejilla ardiendo.
Volví a enderezar mí rostro sin mostrar un mínimo de debilidad y luego la seguí en silencio hasta el despacho en donde estaba mí padre reunido con mí primo Jian.
—Yo debo seguir con mis obligaciones. Los veo después padrinos —hizo una reverencia ante mis padres y luego pasó junto a mí apoyando su mano en mí hombro.
Mí madre rodeó el escritorio parándose a un costado de mí padre el cuál evitaba mirarme, luego sacó un sobre del cajón y lo arrojo frente a mí.
—¿Qué significa esto? —dí un paso hacia adelante para tomar aquel sobre en el cuál habían fotografías de los hombres que había torturado tan solo un día antes.
—Yo no los maté —respondí con frialdad—. Solo les corté algunos dedos para que no se atrevieran a tocar a una mujer de nuevo.
—Entonces, ¿quién lo hizo? —preguntó mí progenitor golpeando el escritorio.
—Lo estoy averiguando —contesté de manera cortante.
Ayer les pedí específicamente a mis hombres que dejaran a esos dos sujetos vivos en el mismo lugar de dónde los habían secuestrado. En ningún momento dije que se decidieran de ellos. Claramente hay alguien que quiere perjudicarme y no hay que ser un genio para darse cuenta quien es.
—Sabes que tenemos a la policía respirándonos en la nuca y encima tú te atreves a hacer semejante insensatez —me reclamó mí madre levantando la voz—. Creí que ya te habías olvidado de esa maldita mujer, ¿hasta cuándo vas a seguir con eso?
Golpeé el escritorio de un violento puñetazo consiguiendo que ella se asustara mientras mí padre seguía inmutable.
—Desde que me obligaron a hacerme cargo del negocio jamás he discutido ninguna de sus órdenes, incluso he tenido que limpiar la mierda que dejaron todos estos años. Apenas era un niño cuando tuve que soportar llevar sobre mis hombros el destino de toda la familia Liu y lo mínimo que pido es que no se metan en mí vida privada. Lo que yo haga fuera de los negocios familiares no les incumbe —me dí la vuelta dándoles la espalda—. Yo me encargaré de limpiar este desastre como siempre lo he hecho.
Después de decir eso salí del despacho azotando la puerta y me dirigí hacia la salida en donde me esperaba Li junto al vehículo.
—Jefe —me abrió la puerta para que subiera.
—Agranda el bono del comisario de este mes y dile que estoy muy conforme con sus servicios —le ordené a Chen mirando hacia afuera—. Espero que con eso se mantenga lejos de nosotros.
—Con respecto a los demás, ¿qué harás? —preguntó Li.
—Continuaremos con lo que estábamos haciendo. El plan aún sigue en marcha —me giré en dirección a ellos—. ¿Quienes siguen?
Chen abrió una carpeta de la cuál extrajo unos documentos con fotografías de cada uno de los implicados en el ataque de Amelia.
—Kendall Stuart y Gail Patrick.
—Los hijos de puta del equipo de baloncesto —murmuré mientras encendía un cigarrillo—. Ellos fueron quienes esparcieron el rumor y crearon el chat falso.
—Kendall Stuart está en el último año de la carrera de ciencias económicas, es la estrella del equipo de baloncesto de la universidad y gracias a eso a obtenido una beca —leyó Chen en voz alta.
—Haz que le rompan una pierna. Asegúrate de que no vuelva a jugar —murmuré exhalando el humo—. ¿Que hay con el otro?
—Gail Patrick recientemente abrió un bar en la zona sur que se ha vuelto muy popular entre los jóvenes universitarios —guardó aquellos documentos y luego se quedó mirándome en silencio esperando mí desición.
Me recliné hacia atrás mientras cruzaba las piernas y al mismo tiempo observaba a Li, quien iba mirando por los espejos retrovisores cerciorándose que el camino esté despejado.
_ Li, ¿que crees que debería hacer? —él me miró brevemente al oír mí pregunta y luego volvió a mirar hacia afuera.
—Préndele fuego —agregó.
—Chen, ya lo oíste. Incendia el bar cuando no haya nadie dentro.
—Entendido. Con Leslie Adams, ¿qué haremos?
—A ella y a su familia quiero verlos en la ruina. Sé de buena fuente que Bruce Adams le debe una considerable suma de dinero a los Wang, solo necesito que ellos me entreguen los documentos de esa deuda —Li se giró de repente al oír lo que dije.
—Ellos son nuestros enemigos ¿Que te hace pensar que van a colaborar con nosotros? —espetó con molestia.
—Hay algo que los Wang quieren y yo puedo dárselos.
—Los terrenos de Northwest —agregó Chen.
—Exactamente. Solo es cuestión de sentarse a negociar —entrelacé mis dedos mientras los otros dos se miraban entre si.
—¿Y que harás con Emily Bennett? —preguntó mí mano derecha.
Al oír ese nombre una avalancha de sentimientos contradictorios me invadió al instante, no solo sentía odio contra ella, también sentía un incontrolable deseo de hacerle pagar por todo el daño que causó. Emily es la peor de todos, no solo engañó a Amelia haciéndose pasar por su mejor amiga, también traicionó su confianza al aliarse con Leslie y no solo eso, justamente ayer cuando torturaba a esos abusadores, uno de ellos me confesó que una chica rubia y hermosa les había dado dinero para que asustaran a Amelia en el deshuesadero y da la casualidad que esa descripción encaja perfectamente con Emily.
De no haber sido por ella nada de eso habría pasado, Amelia y Jaden no habrían sufrido de esa manera y yo hoy no estaría en este lugar ni en esta situación. Ella es la culpable de todo y la haré pagar por lo que hizo.
—Zhao —Li llamó mí atención al verme inmerso en mis pensamientos.
—Emily Benett... —susurré mientras esbozaba una sonrisa perversa—. A ella le tengo preparado algo muy especial.
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Pasé el resto del día trabajando en la compañía de mi familia porque a pesar de que nosotros controlamos todo el distrito de Portland desde las sombras, aún así debemos mantener la fachada empresarial para no levantar sospechas.
Al caer la noche regresé a casa en dónde me cambié el traje que traía puesto por algo más casual y luego fui a comer a un restaurante sencillo que está en el extremo opuesto de la ciudad. Cómo no quería movilizar a mis hombres, ni hacer trabajar horas extras a Chen, decidí ir solo con Li, obviamente tomando los recaudos necesarios para no exponerme demasiado.
Al llegar a ese lugar le pedí a mi guardaespaldas personal que me esperara en el automóvil y después de entrar al restaurante me senté en una mesa apartada del resto en donde me quedé observando el movimiento que hacían los camareros, los cuales se turnaban de tanto en tanto para atender a los clientes.
El porque atravesé toda la ciudad para venir a un restaurante de mala muerte donde la comida apesta al igual que el servicio, es sencillo, me interesa algo que está aquí y eso básicamente es, Emily Bennett.
Después de que su familia quedara en la ruina por culpa de las estafas que hizo su padre, en cuanto terminó la preparatoria tuvo que ir a trabajar para poder mantenerse a si misma ya que sus progenitores literalmente la dejaron a la deriva después de huir del país para evadir la justicia. Debido a que no tenía dinero no pudo seguir estudiando en la universidad y a cambio tomó todo tipo de trabajos para sustentar sus gastos hasta que finalmente decidió quedarse como camarera en este restaurante en el cuál me encuentro ahora mismo.
Cómo no quería permanecer demasiado tiempo dentro de este horrible lugar, le pedí a un camarero que iba pasando que me trajera la especialidad de la casa a lo cuál él asintió de inmediato.
Cuando mi orden estuvo lista fue la mismísima Emily quien la trajo a mi mesa pero a pesar de que yo estaba observándola detenidamente, en ningún momento levantó el rostro para mirarme.
—Que disfrute su comida —murmuró entre dientes y después se marchó.
Ella se veía tan agotada y acabada, incluso el brillo que solía tener en sus años de adolescencia se había esfumado por completo y ahora solo quedaba la sombra de aquella hermosa chica a la cuál toda la preparatoria deseaba. Parecía como si el mero hecho de respirar le costara trabajo y al verla de esa manera no pude evitar sonreír de la satisfacción que sentía.
Me tomé mi tiempo para tragar aquella comida que tenía enfrente debido a que el sabor era mucho peor de lo que había imaginado y después de que terminé dejé el dinero de la cuenta más una generosa propina sobre la mesa.
Apenas salí del restaurante me dirigí al vehículo que estaba del otro lado de la calle y me quedé esperando hasta que ella terminara su turno. Casi una hora después la vi salir por la puerta trasera seguida de cerca por el otro camarero, quien la sujetó del brazo y comenzó a acorralarla contra la pared mientras intentaba besarla.
—Aléjate, no me toques —le dió vuelta la cara.
—Cierra la boca maldita perra, yo sé muy bien que tú también quieres ésto. Me he dado cuenta por la manera en que me hablas.
Tanto Li como yo estábamos observando esa escena sin la intención de intervenir, pero al ver que ese idiota le dio una bofetada porque no quería besarlo y ella ni siquiera se defendió como si estuviese resignada a soportar esa situación, me ví en la necesidad de interceder.
Bajé del vehículo y me dirigí hacia ellos secundado por mi guardaespaldas, una vez que estuve a solo unos metros de distancia tiré la colilla del cigarrillo destrozándola con la punta de mí zapato mientras los miraba fijamente.
—¡Hey Emily! ¡Tanto tiempo sin vernos! —le dije con una sonrisa irónica dibujada en mi rostro.
Ella al principio no pareció reconocerme y era algo lógico ya que mi aspecto ha cambiado bastante desde la preparatoria pero cuando finalmente se dió cuenta de quién era, su rostro se tornó completamente pálido como si hubiese visto al mismísimo demonio.
—¿Qué carajo quieres? ¿No ves que estoy teniendo un momento íntimo con mí chica? —dijo ese imbécil parándose desafiante frente a mi.
Yo solo lo miré brevemente con frialdad e indiferencia y luego volví mi vista hacia ella ignorándolo por completo.
—¿Te acuerdas de mí? Íbamos juntos a la preparatoria —le pregunté mientras aún me observaba atónita.
—Zha... ¿Zhao?... —murmuró en voz baja.
—Ese mismo —le respondí.
—Oye idiota, no escuchaste lo que acabo de decirte —ese sujeto intentó apoyar su mano en mi hombro pero antes de que lo hiciera Li lo intercepto, luego le retorció el brazo y finalmente le dio un golpe rompiéndoselo en dos.
El imbécil gritaba desesperadamente del dolor tendido sobre el piso mientras Emily había quedado en shock por la escena que acababa de presenciar, entonces yo me agaché frente a él mientras sonreía de lado.
—Lo siento, mi guardaespaldas no suele ser indulgente cuando intentan tocarme —miré a Li quién estaba detrás de mí sin inmutarse —. ¡Tráela! —le ordené.
Él inmediatamente le dio un golpe al costado del cuello desmayándola al instante y después la cargó hacia el vehículo mientras yo lo seguía de atrás.
Una vez que la dejó sobre el asiento trasero, acomodé su cabeza sobre mis piernas mientras él se sentaba frente al volante.
—¿A dónde vamos? —me miró a través del espejo retrovisor.
—Al Red Palace —en cuanto mencioné ese nombre él esbozó una pequeña sonrisa.
—Madame Sherry se pondrá feliz de verte.
—Hace tiempo que no voy pero ahora tendré un motivo para ir más seguido —le respondí mientras acariciaba el rostro de Emily.
Al llegar al burdel los guardias de la puerta nos escoltaron hasta dentro en donde nos recibió Madame Sherry con una gran sonrisa.
—Joven Zhao que grata sorpresa tenerlo nuevamente por aquí.
—Madame, es un gusto volver a verla —hice una reverencia y después dejé un beso sobre su mano.
—Dígame en qué puedo ayudarlo.
—Necesito una habitación —le pedí sin rodeos.
—Por supuesto, puede utilizar la habitación vip. Laila los escoltará hasta allá —en cuanto dijo eso una muchacha apareció junto a nosotros e inmediatamente nos guío hasta la habitación más exclusiva que tiene este lugar.
Li dejó a Emily sobre la cama y luego se devolvió junto a la puerta esperando mi orden.
—Espera afuera.
Una vez que él salió de la habitación le puse llave a la puerta y después me senté en el sillón que está frente a la cama en donde encendí un cigarrillo mientras esperaba a que despertara.
Minutos después Emily comenzó a moverse hasta que despertó del todo, dió una mirada alrededor mientras se sentaba de repente al no saber en dónde se encontraba.
—Al fin despertaste —le dije llamando su atención.
—¡Zhao! —exclamó asustada en cuanto me vió —. ¿Dónde estoy? ¿Por qué me trajiste a este lugar?
—Desde hoy este será tu nuevo hogar.
—¿De qué estás hablando? ¿Dónde estamos?
—Supe que no estabas pasando por una buena situación económica y como fuimos compañeros de preparatoria, decidí ayudarte —le dije exhalando el humo del cigarrillo —. Aquí tendrás techo y comida, también te enseñaran una profesión para que aprendas a ganarte la vida y si eres buena con los clientes tendrás el dinero suficiente para poder retirarte en un par de años —le dije esbozando una pequeña sonrisa burlona.
—No sé de que demonios estás hablando pero no me quedaré a oír tus idioteces, yo me largo de aquí ahora mismo —corrió hacia la puerta pero por mucho que lo intentó no pudo abrirla —. ¡Abre la puerta! ¡Déjame ir! ¿Por qué me estás haciendo ésto?
Caminé hacia ella hasta hacer que su espalda chocara contra la pared y luego me incliné un poco para poder estar a la altura de su rostro.
—Tú sabés muy bien el porqué... —le susurré mirándola a los ojos.
Emily no supo que responder, solo se quedó en silencio mirando hacia el piso.
—No podrás escapar de aquí así que sé una buena chica y hazle caso a Madame Sherry —abrí la puerta dispuesto a marcharme solo que antes de salir la miré una última vez —. Pronto vendré a visitarte...
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