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Cautivas.

Desaparecidas.

...AURORA...

—La verdad aún no entiendo para que viniste Joel— lo primero que dice Hannah mientras bajamos las escaleras del avión las cinco, incluyendo a Joel— estas son unas vacaciones de chicas, nadie te invitó.

—Ya cállate, papá me envió para cuidar de ustedes como el mayor.

—Ni siquiera sabes cuidar de ti mismo— rueda los ojos y se detiene para verlo— supongo que no vivirás los dos meses con nosotras aquí en New York, ¿verdad?

—No lo volveré a repetir, me quedaré a cuidar de ustedes.

—Tengo 25 años, ¿lo recuerdas? Aurora los tiene. Nasya tiene 23...

—Tengo 22— la corrige Nasya desde el auto.

—Como sea, las cinco somos mayores de edad, así que largo— dá unas palmadas en su pecho antes de subirse al carro donde están las demás.

—Algo querrás hacer como para que no quieras que esté aquí.

Lo miro con una sonrisa. Aunque me lo he negado varias veces, estoy enamorada de él, pero sé que solo me quiere como lo que no soy, su prima. Doy un beso en su mejilla.

—Adiós.

—¡Aurora vamos!

—La bruja te llama, ve.

Con aquella sonrisa que no puedo evitar dibujar en mis labios hago lo que me dice, alejandome lentamente de él.

▪︎▪︎▪︎

—Ya una semana y el idiota no regresa a Londres— suspira Hannah— pero que ni crea que no podré disfrutar de mis merecidas vacaciones.

Subimos al carro después de horas de arreglarnos para ir a uno de las más prestigiosas discotecas de New York.

—La verdad ir a ese lugar sin el permiso de Joel no me parece buena idea— de nuevo una insegura Nelly— ¿no creen que mejor será que nos quedemos en la casa y...?

—¡No!— dicen al unísono.

—A papá no le gusta que vaya a ese tipo de lugares sin su autorización.

—Por favor Nelly, tienes 18 años, aparte que el tío no tendrá porque saberlo.

Hannah detiene su Lamborghini fuera del lugar donde acordamos disfrutar esta noche sin la vigilancia de Joel.

...KENNETH...

No sé cuanto tiempo llevo escuchando a mi padre, pero cada que quiere platicar conmigo es para tratar de convencerme en casarme con la hija de su amigo.

—¡Ya lo dije una vez papá y espero no volver a repetirlo, no me casare con ninguna mujer, no nací para unir mi vida con alguien. Así que ve diciéndole a tu amigo que no me casare con Mariangel, ni con ella ni con nadie!

Cierro de golpe la puerta de su oficina y dando un profundo respiro acelero el auto.

Como el mayor de los hermanos Maxwell me gusta tomar mis propias decisiones, y aunque mi padre se empeñe en esa estúpida idea no logrará su propósito.

—¿Llevan mucho tiempo esperándome?

Tomo asiento a lado de mis hermanos sin quitar la mirada de personas bailando. No hay nada mejor que venir a una de mis discotecas a desestrezarme.

—Lo suficiente como para saber que pareces niña arreglandote— sonríe ladeado Sebastián.

—Lo siento, papá quería verme. Quiere conseguirnos esposas.

—No, que ni lo piense— niega Jayden— odio el matrimonio. Ese viejito no mandará en mi vida. Pienso regresar esta noche a casa.

—Yo igual, no soportare más a papá.

Por casualidad nuestras miradas se ubican en la entrada donde acaban de llegar cinco mujeres.

—Esto sí es vida— susurra Christian— ¿que probabilidad hay de que esta noche tenga sexo con una de esas nenas?

Me cruzo de piernas para observarlas mejor, pero mis ojos solo están puestos en la rubia que está bailando en la pista. Ladeo mi cabeza llamando a uno de mis hombres.

—¿Quién es ella?

—Es muy fácil distinguir a aquella bella mujer, señor. Ella es Hannah Hardy,

—¿La conoces?

—Digamos que he escuchado hablar de ella. Es una de las mujeres más ricas de Londres. Sus padres son herederos de una gran fortuna al igual que sus tíos.

—¿Y las demás?

—Son sus primas, aunque una de ellas tan solo se crió como tal.

—Así que ella son las famosas Hardy— ahora Dexter— hasta donde escuché no están en ninguna relación. No estaría nada mal si me presento a una de ellas.

—No creo que te tomen en cuenta— sonrío y miro de reojo a mi hombre— Pero tengo una idea. Ya sabes lo que tienes que hacer.

...JOEL...

Bendita Hannah, lo primero que le dije, lo primero que hace. Escuché como una de sus sirvientas decía que salieron las cinco a una de las discotecas de la ciudad y sé que ella es la responsable de aquello, pero me va a escuchar.

Entro por las grandes puertas de la discoteca. Miro por todos lados buscando a las cinco pero solo veo a desconocidos. Camino por un largo pasillo que va en dirección al baño de las mujeres y entro.

—¡Hannah, Aurora, Nasya, Betania, Nelly! ¡¿Dónde carajos están mocosas?!— suspiro deteniendome en la puerta y veo a lado de mi pie donde se encuentra el celular de la más loca; Nasya. Su pantalla está rota y esa niña nunca deja su celular, es como su droga— ¡Nasya!

Siento mi respiración faltar de los nervios al imaginarme de lo que le pudieron pasar a ellas. No creo que se hayan ido tan rápido si llegaron hace una hora. Llamo al celular de mi hermana y abro los ojos de par en par cuando lo escucho en uno de los baños. Agarro el teléfono de Hannah que está en el suelo.

—Mierda...— susurro— ¡mierda!

No quería darle preocupaciones a mi padre pero la angustia de no saber dónde están me obliga a llamarlo.

📲 —¿Joel?— por como me habla sé que se acaba de despertar— esperaba tu llamada. ¿Como está tu hermana, tus primas?

Las palabras se atoran en mi garganta.

📲 —¿Hijo estás ahí?

📲 — Papá...lo que pasa es que no sé donde están.

📲 —Joel déjate de bromas.

📲 — Llevo llamandolas ya rato, pero el celular de Hannah y Nasya los encontré en uno de los baños de la discoteca.

📲 — ¿Como...como que discoteca?

📲 — Quería cuidar de Nelly y Betania por ser las menores como me dijiste. Pero no están papá...las chicas están desaparecidas.

Nunca seré tuya.

...HANNAH...

MIAMI, FLORIDA.

Logro abrir mis ojos luego de un profundo sueño. Mi cabeza me arde del dolor pero aún así logro sentarme en la cama, observando que en una esquina se encuentra un hombre que al parecer hace rato me estaba viendo.

—¡¿Quién carajos eres?! Y...qué haces aquí pervertido? ¿No te han enseñado que no se entra al cuarto de una dama, imbecil?— sonríe ladeado. Miro a mi alrededor— esta no es mi casa.

—Claro que no, es la mía. ¿Seguirás hablando o dejarás que me presente?— se levanta— Soy Kenneth Maxwell, un placer en conocerla Srta. Hardy.

—¿Por qué carajos estoy aquí? ¿Dónde estamos?

—Estamos en Miami, y respondiendo la primera pregunta; porque me interesas.

...AURORA...

HOUSTON, TEXAS.

Los rayos del sol reflejándose en mi rostro me obligan molestamente a abrir mis ojos.

—Buenos días bella durmiente— mi vista no está del todo clara pero puedo ver que un hombre acaba de abrir las cortinas de las ventanas.

Mi cabeza dá vueltas, no sé quién es el. Lo único que recuerdo es que anoche me encontraba en el baño de aquella discoteca con Nasya y Hannah, pero de pronto sentí un trapo cubriendo mi nariz dejando que respire un fuerte olor...

—Hasta nombre de princesa tienes— gira.

Un hombre guapo, alto, cabello castaño oscuro, ojos negros...muy atractivo.

—¿Quién...quién carajos eres?— refrego mis ojos— ¿nos conocemos? ¿Dónde estamos?

—Te responderé las preguntas por orden— se sienta en la butaca de enfrente— Soy Sebastián Maxwell.

—Lo siento pero no te conozco.

—Yo tampoco hace unas horas. Aurora Cole, 25 años de edad, hija de un millonario...¿me podrías contar algo más que no sepa?

—Regresame a mi casa— me muestro seria.

—No puedo.

—¡Regresame a mi casa en este instante!— me levanto y miro por las ventanas, pero están cerradas— no te conozco...no sé donde estamos...¡¿por qué carajos la puerta está con llave?!

—Bienvenida a mi mansión, princesa, estamos en Houston— sonríe— ¿lista para hacer de tus días una maravilla?

...NELLY...

CHICAGO, ILLINOIS.

Ante una terrible pesadilla me siento de golpe en la cama. Trato de respirar profundo sin abrir los ojos y al hacerlo retrocedo al ver que estoy en una habitación que no es la mía. Ayer no tomé nada, bueno sí un poco de agua pero de pronto me sentí mareada y...

Miro a mi alrededor y camino hacia la puerta. Mis nervios incrementan.

—¡¿Quién está ahí?!— toco con desesperación al ver que está con llave— ¡saquenme de aquí por favor!— contengo mis lágrimas cuando por fin la puerta se abre.

—Yo me pregunto, ¿por qué tantos gritos tan de mañana?— retrocedo temblando ante un hombre alto con una sonrisa que no me agrada— ¿qué tal dormiste, pequeña?

—¿Quién eres?— delato lo nerviosa que estoy por mi voz— ¿Dónde están mis primas?

—Deja de llorar...

Corro hacia la puerta y dando golpes trato de salir.

—¡Saquenme de aquí, por favor!

—Las personas que están detrás de aquella puerta, trabajan para mí. Nada de lo que digas funcionará para que obtengas tu libertad. Que mal educado soy, no? Soy Dexter Maxwell. Eres más bonita que en fotos.

—¿Qué quiere?

Recorre con su mirada mi cuerpo.

—Te quiero a ti.

Sabía que era un grave y maldito error salir de casa sin la vigilancia de Joel, siento que a partir de hoy mis días no serán como siempre.

...BETANIA...

PHILADELPHIA, PENNSYLVANIA.

Me duele la cabeza, pero es por culpa de Nasya, ella me obligó a tomar. Me siento mareada, todo me dá vueltas. Todos mis malestares pasan al ver a un atractivo hombre en la puerta, que si mal no recuerdo vi anoche en aquel lugar.

—No me digas, ¿me acosté contigo?

—Por como hablas pareciera como si te acostaras con muchos.

—No es eso, solo que tienes cara de pedófilo y me das miedo.

—Soy Jayden Maxwell.

—No te lo pregunté.

Me levanto y miro por la ventana.

—Esto no es New York...—giro— ¿Philadelphia?— sonríe. Miro la puerta que está con llave y regreso mi mirada a él—. ¿Me secuestraste para tener sexo conmigo?

—¿Desde cuando el sexo se ha vuelto un tema de conversación?

—¿Desde que me trajiste aquí sin mi consentimiento?

—Por lo que veo eres muy inteligente, contigo no tendré que usar muchas palabras, ¿no Srta. Díaz?

Me cruzo de brazos.

—Tengo 18 años, no sabes en el problema que te metiste, mis padres me han de estar buscando en esta momento. Ya te veo jodido. ¿Qué quieres?

—Tener sexo contigo.

—Ajá— volteo. Siento que el mundo cada día está haciendo más imbeciles que piensan solo con el de abajo— Quiero salir de aquí.

—Lamento informarle que no será así, una noche conmigo, y te largas, ¿estamos?

—Entonces...—sonrío— ¿una noche y ya?

—Una noche a cambio de tu libertad— sonríe.

Rozo mi nariz en la suya y antes de que me dé un beso saco la navaja de mi cintura y la pongo en su cuello.

—Lo siento, pero no soy una zorra. Dame las malditas llaves si quieres seguir aún con vida.

...NASYA...

LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.

Siento mi cuerpo caer de la cama al suelo ante otra pesadilla en la que discutía con mis hermanos; Ni en mis sueños me dejan tranquila.

—¡Ay mi trasero!— me quejo al pegarme.

Escucho una risa detrás de mí.

—¿Y tú de qué te ríes?— me levanto.

—Lo siento, es inevitable. ¿Sabes que hora son? Ya es medio día, si no te hubieses caído no te hubieses despertado. ¿Siempre te despiertas hasta estas horas?

—¿Ahora que te digo? ¿papá? ¿Cómo te llamas y por qué me estás viendo dormir, pervertido?

—Soy Christian y no soy ningún pervertido.

Me cruzo de brazos.

—Christian...¿tipo Christian Grey?

—Soy Christian Maxwell. ¿Acaso te has visto esa película erótica?— sonrío— no me quiero imaginar en como habrás terminado, toda mojada no?

—¿Puedo saber que hago aquí con un desconocido?

—Estamos en Los Ángeles, en mi mansión.

—¿En Los Ángeles? Sabes siempre quise conocer los Ángeles pero nunca tuve la oportunidad de venir por mis estudios pero que lindo se ve todo desde aquí— miro la ciudad desde la ventana— un momento...— giro— ¿Por qué tan lejos de casa? Quién eres en realidad cabroncito, acaso me tienes aquí para follar conmigo?

—Sería lo más obvio— río— ¿puedo saber cuál es la risa?

—Eres todo muñequito con un cuerpo súper erótico. Si me gustaran de tu tipo tal vez te diera una oportunidad para que me follaras, pero hay dos impedimentos: No te conozco, recién llevamos 10 minutos en aquel proceso; Por último...— me coloco detrás de él— soy lesbiana.

...KENNETH...

—¿Qué dices, aceptas este trato para poder salir de mí mansión? Solo tienes que fingir delante de mí padre que eres mi novia, pero claro tendrás que disfrazarte para que no sepa que eres una de las herederas Hardy. No es mucho lo que pido, no te estoy diciendo que follemos.

—Lo siento pero no soy una buena actriz, consiguete a otra. Más vale que me saques de aquí, mi padre me ha de estar buscando y cuando se entere que me tienes aquí te va a matar.

—No le tengo miedo a nadie. Piénsalo Hardy, es la única llave a la libertad— abro la puerta y al salir vuelvo a encerrarla— vigilenla, que no intente escapar.

...CHRISTIAN...

Vaya, Vaya, que sorpresas recibo en esta vida.

—¿Qué pasó muñeco? ¿Sorprendido?— vuelve a reír— no intentes violarme, mi padre me enseñó a defenderme.

—No soy esa clase de personas. Podría hacerte cambiar de sexualidad si me lo permites.

—Mmm, no lo creo.

—Te puedo asegurar que a mí nadie me deja con las ganas.

—Ajá.

—Muy pronto te enseñaré que es follar con un hombre.

—Uy que rico suena, pero no, gracias.

Volteo para salir.

—Christian Grey.

—Soy Christian Maxwell.

—Hagas lo que hagas, intentes lo que intentes, nunca seré tuya.

...____________________...

✔ HANNAH: Es hija de Katherine y Arthur. Tiene 25 años.

✔ AURORA: Es hija de Madison y Lewis. Tiene 25 años.

✔ NASYA: Es hija de Grace y Alexander. Tiene 22 años.

✔ BETANIA: Es hija de Arianna y Rodrigo. Tiene 18 años.

✔ NELLY: Es hija de Dina y Manuel. Tiene 18 años.

✔ Kenneth que como podemos ver será la pareja de Hannah, tiene 30 años.

✔ Sebastián (Aurora) tiene 26 años.

✔ Dexter (Nelly) tiene 25 años.

✔ Jayden (Betania) tiene 28 años.

✔ Christian (Nasya) tiene 24 años.

Orgullo herido.

...JAYDEN...

—Baja eso ahora, te recomiendo que lo hagas.

—No estás en condición de recomendarme nada; dame las llaves ahora.

—Bien te las daré— llevo con cuidado mi mano a mi pantalón.

En la posición que estamos sé que con un solo movimiento podría cortarme la cara o el cuello.

—Estas son las llaves— se las muestro. Antes de tenerlas en su mano las tiro en la cama que está detrás de ella.

—¡Pero que maldito...!

Agarro ambas manos cuando se distrae y vota la navaja.

—Vaya niña, si que me das miedo, quieta.

—¡Quita tus asquerosas manos de mí!

—Creo que tu y yo nos divertiremos muy pronto, nos llevaremos bien, ya lo verás. ¡Irene!—;la chica entra y suelto a la mocosa luego de agarrar la navaja—. Ella es Irene; a partir de hoy estará encargada en todo lo que necesites, te arreglará cuando así yo lo quiera, y lo que se te ofrezca solo pideselo, claro, algo moderado. Irene la dejo en tus manos— Avanzo a la puerta.

—Devuelveme la navaja, es un regalo de cumpleaños de mi padre, es muy costosa.

—No quisiera que asesines a tu niñera, te la daré cuando vea tu rabia en el suelo, ¿entendiste?

...JOEL...

LONDRES.

—No estoy entendiendo— las lágrimas de la tía Grace me causan depresión— ¡¿como que mi hija está desaparecida?!

—¡Te dejé en claro que cuidarás de las cinco imbecil, te dije que no te despegaras de ella!

—Y lo hice así, papá, pero...

—¡Cállate! ¡¿Ves lo que causas por tu descuido?!

—Joel dime que no es cierto...—Ahora veo a la tía Madison—. Aurora...— dá vueltas de un lado a otro— ¡Aurora! ¡¿Dónde está mi hija?!

—Mi amor necesitas calmarte...

—¡¿Cómo quieres que me calme sabiendo que mi hija está en peligro?!

—Te prometo que la encontraremos.

—Me encargaré de encontrar a las cinco— mi padre no deja de mirarme con enojo. Se aleja con el tío Alexander luego de marcar un número.

Abrazo a la tía Madison que no ha parado de llorar desde que supo lo de Aurora.

—Te prometo que pondré de mi parte para encontrar a ella, y a las demás— beso su frente.

«Amor» Tal vez eso es lo que siento por Aurora, un sentimiento que acabo de descubrir ahora que no puedo volver a verla; ya son dos días de la desaparición de las cinco, y todo ha sido un caos en la familia.

—Betania...tan solo tiene 18 años...mi hija.

El dolor es más fuerte en la tía Arianna, Betania es su única hija y sé que tanto ella como el tío Rodrigo están sufriendo.

...SEBASTIÁN...

—No puedo creer que en el mundo aún hayan asquerosos como tú que necesitan drogar a una mujer para tenerla, en vez de usar la cabeza de arriba los hombres de hoy en día usan la de abajo— río— maldito desgraciado, desearía borrarte esa estúpida sonrisa de la cara.

—¿Sabes? Me encanta lo directa que eres, hace mucho tiempo no conocía a una mujer como tú. Esta es otra razón para no dejarte ir.

—¿Qué quieres? Por donde estamos sé que no te hace falta dinero, ¿acaso te hace falta una follada?

—Me hace falta una bailarina— enciendo un cigarrillo al tirar unas fotos de ella al suelo— bailarina de ballet a tus 18 años— sonrío— una de las mejores en las escuelas de baile de Londres, muy reconocida.

—¿Y qué con eso?

—Tengo problemas familiares, el estrés me está matando y sé que una buena vista me quitará todo malestar. No me interesas para follar, no te preocupes. Pero hay que admitir que tienes un cuerpo hermoso...quisiera que seas mi exclusiva bailarina, una que me baile cuando así yo lo quiera...bueno, no quiero especialmente ballet, sino una nena en el tubo.

—Ni lo sueñes.

—Hagamos un trato, un mes y ya. Bailame por un mes, y te vas.

—¿Porque debería hacerlo?

—Porque no creo que quieras ser mi prisionera— abro la puerta— piénsalo, te dejo para que mires tu habitación, buen día princesa, cuando quieras verme solo llámame— un último guiño y salgo de la habitación.

...BETANIA...

DÍAS DESPUÉS...

Maldito millonario atractivo, si cree que me acostare con él a cambio de mi libertad está muy confundido.

Salgo de mi habitación al terminar de bañarme. No sé como reaccionar al ver que en la maldita cama donde he dormido por una semana, está el imbecil desnudo, acostado y mirándome con una sonrisa.

—¡Maldito pedófilo! ¿Qué haces aquí? ¿Ni porque me tienes secuestrada me puedes dar mi espacio?

—¿Qué pasa Tania, acaso no disfrutas de esta vista?

—En primer lugar no me pongas diminutivos; En segundo, no. Lárgate de aquí en este instante.

Avanza hasta cortar la distancia entre nosotros.

—Maldito pervertido, necesito cambiarme, ¿podrías salir?

—Mmm, no. Ya que estamos como Dios nos trajo al mundo, ¿que tal si cometemos el pecado?— sonríe.

—Creo que no te quedó claro lo que te dije, no tendré sexo contigo, ¿debería ser más clara?

—No soy de rogar niña, necesito de alguien esta noche, y qué mejor compañía que la tuya— mira la cama— no me hagas enojar y súbete.

—Mi intención no es que tenga un malhumor— Rozo mi cuerpo en el suyo tocando con mi pierna su parte sensible—. ¿Me promete que si lo hacemos seré libre?

—Siempre y cuando hagas un buen trabajo.

Sé lo nervioso que pasó a ser por como susurro en su oído sensualmente. Con las manos en su pecho me inclino a sus labios. Hace mucho tiempo no me besaban demasiado rico.

—¿Listo para recibir lo más inolvidable de tu vida?— susurro.

—Listo— me responde de la misma manera sin quitar su sonrisa.

Mi pierna reacciona dando un fuerte golpe en sus bolas con mi rodilla, por su expresión sé que le di donde más le duele. Cae de rodillas, no hay mayor satisfacción que ver sus lágrimas caer. Mi burla no la puedo evitar.

—Confieso que no soy virgen, me entregué a un imbecil hace un año. Hasta ahora no he conocido al indicado así que ve haciéndote la idea de que tendrás que conformar con ver y no tocar. Mantén tu distancia y aleja tu cosita de mí— río al ver lo blanda que quedó por el golpe— Por más que intentes no lograras tenerla como me gusta— le doy un guiño—. Que tenga una hermosa noche, con permiso— regreso al baño al agarrar por fin mi ropa.

Maldito cabron con las bolas grande, al parecer tendré que bajarselas de ahora en adelante.

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