Andrea:
Me despertó el sonido del despertador, y enseguida vino el fuerte dolor de cabeza, producto de los tragos de anoche. Había aceptado ir a una fiesta de despedida de la Constructora en la que trabajaba mi padre.
Aunque no me gustaba la Arquitectura, creía que sería un honor trabajar junto a él, tenia un titulo de Administración, y desempeñaba un cargo de secretaria, jamás me gusto liderar, me gustaban los trabajos sencillos, ganaba más de los necesario para vivir y estaba conforme con eso, amaba mi vida.
Hasta que mi padre murió, él era la única familia que tenía, siempre fuimos los dos contra el mundo, lo amaba. Como su última voluntad, quería que me casara con Nate, me parecía un gran chico, guapo inteligente, su cabello es color castaño claro, ojos verdes y un cuerpo escultural, era evidente que yo le gustaba, pero yo jamás sentí nada por él.
Anoche desahogue, toda mi tristeza en esa despedida, Nate estuvo todo el tiempo conmigo consolándome y queriendo algo más… pero no me encontraba de ánimos para nada más. En cuanto a la última voluntad de mi padre, aun lo pensaba no quería casarme, tal vez pudiera pagárselo de otra manera.
Me levanté de mi cama y me dirigí a la cocina por un vaso de agua y una aspirina. Enseguida sonó mi teléfono anunciando una llamada, solo empeoro mi dolor de cabeza, y era literal, era Nate quien llamaba, lo colgué sin pensarlo
Llego un mensaje de él: “Espero te encuentres bien, estoy acá para cualquier cosa que necesites… carita feliz y corazón”
Me sentí un poco mal no haber hablado con él, pero me encontraba deprimida, entre en el cuarto de mi padre, me dirigí a su closet y abrace unas de sus camisas, aun con su olor en él, derrame un lagrima y luego otra.
Lloré como no pude llorar delante de nadie más, me sentía tan sola, mi padre fue mi todo, y ahora no lo tenía junto a mi…..
Mas tarde …
Sabía que tenía que superarlo pero aún no, no quería enfrentarlo, Sali un rato a caminar por el parque, había parejas tomadas de la mano demostrándose su amor, siempre fui desde pequeña, una persona con los pies bien puestos en la tierra, jamás me enamore de nadie, tuve novios, pero ese nunca había sido mi objetivo en la vida. Sino estar con mi padre y llevar una vida feliz, y más adelante formar una familia, darle nietos a mi padre. Solo quería encontrar a el indicado, pero se me fue el tiempo y no pude cumplir esa promesa para mi padre.
Vino ese dolor de nuevo a mi pecho, y lo ahogué con lo único que entraba en mi sistema alcohol, entre en el primer bar que encontré, y resulta que era VIP.
“¿Tiene, Reservación?” dijo el hombre corpulento de la entrada
“Solo quiero entrar a beber y pasarla bien,” estoy segura que me veía desastrosa y desganada
“Te vendo una entrada son xxxxx,” dijo el sujeto era algo caro, pero no me importo, asi que pague y entre, hice una parada en el baño y me mire en el espejo tenía una leve hinchazón en mis parpados. Mis ojos azules se veían algo rojos, no tenía nada de maquillaje, pero no me importaba, solté mi cabello castaño y cayó en ondas en mis hombros. Lo primero que me puse fue un pantalón de jean corto, y una camisa ajustada, era verano y esto se sentía cómodo.
Sali a la pista estaba llena gente y solo quise hacer algo que jamás había hecho en mi vida dejarme llevar por el sonido de la música y bailar con desconocidos.
Christopher:
Fue un día como cualquiera, siempre normal, sin algo de emoción, hasta que la vi, no era apta para el lugar, su ropa no era lujosa, pero era muy hermosa, contoneaba sus caderas a el ritmo de la música. Sus pantalones cortos y ajustados solo hicieron cosas en mi imaginación
Tenia los ojos cerrados cuando me acerqué, y como sabiendo de mi presencia abrió sus ojos, Hechizo mi alma con sus asombrosos ojos azules, abrió un poco su boca y quise besar sus labios carnosos y llenos. Se veía algo sorprendida.
“Quieres tomar algo?” le dije, ella detuvo su baile y la vi algo nerviosa. Por lo general causaba el efecto contrario en las mujeres, se me lanzaban, pero ella solo me veía calculadoramente, decidiendo que hacer.
“Solo quiero estar sola” dijo esto y se alejó. La observé de lejos y comenzó a bailar con otro sujeto, supe en ese momento que seria mía.
Christopher:
Me senté junto a el bar, observándola todo el tiempo, bailaba pero no sonreía, solo quería dejarse llevar, la note un poco triste, y quise en ese momento, ser algo más para ella, conocer su vida, sus gustos, todo de ella, apoyarla en lo que se sea que estuviera pasando.
¿Seria, un ex…peleas con sus padres? … No lo podía saber, me sorprendí a mí mismo, la manera en que reaccione a ella, jamás me sentí tan atraído por una mujer, un deseo tan fuerte de estar con ella, no solo hacerle el amor, sino de que fuera mi compañía por siempre.
La vi bailando con un sujeto, parecía que ella no se daba cuenta con quien bailaba, me levante de mi asiento sin pensarlo y me dirigí hacia ella.
Una vez cerca “Es mi mujer aléjate” le dije al sujeto, levanto sus manos y solo se alejó sonriendo, con el sonido de la música, era imposible que hubiera escuchado.
Puse mis manos en sus caderas y me pegue a su trasero. Baje mi cabeza hasta su cuello y aspire su aroma a flores de jazmín.
Ella pareció disfrutarlo, hasta que termino la música, ella despertó a la realidad.
Andrea:
Al alejarme de ese hermoso, hombre no pude evitar imaginarlo, bailando conmigo, y algo más…, pero no estaba aquí para ligar, no sería muy respetuoso para con mi padre, aunque sé que el querría que saliera, conociera amigos, en el pasado no lo hice mucho.
Yo estaba feliz en mi mundo, vivía en una burbuja, ahora tendré que enfrentarla, me encontré hablando con extraños, incluso me tocaban, el aire olía a sudor, colonias fuertes y cítricas. Pero hubo un olor que llevo de regreso a casa.
Fui muy consciente de que alguien bailaba conmigo, estaba justo detrás de mí, y no se detenía al tocarme, mis caderas, abdomen, incluso aspiraba mi olor. Me sentí mareada por él, fue cuando despertó mi deseo, por un desconocido. Iba a besarlo cuando se detuvo la música y me llevo a la realidad.
Me aleje sin mirar atrás, pero ese olor terroso, no se iba, me detuve en el bar. Supe que él estaba detrás de mí, así que voltee a ver.
Al verlo, era el mismo sujeto rubio que me encontró en la pista. “Hola me llamo Christopher” dijo el con una voz ronca que hizo cosas dentro de mí. “Que quieres de beber, yo invito” no parecía un mal sujeto, pero si alguien, con mucho dinero, lo podía ver en su traje de corte elegante, aunque solo llevaba la camisa y la corbata, sin chaqueta. Me imagine atando sus manos, El alzo sus cejas y sonrió, me di cuenta que me quede mirándolo mucho tiempo, baje mi mirada y sentí mis mejillas calentarse.
“¿No vas a hablarme? no tenías problema de bailar con otros hombres, pero si conmigo” me reclamo
El los pocos libros que leí, me vi inclinaba por los hombres celosos, posesivos y que Christopher fuera así, solo me hizo tomar una decisión, solo una noche, está bien nos deseábamos y yo solo quería olvidar todo por una noche, ya enfrentaría lo que viniera a el otro día.
“MI nombre es Andrea” Extendí mi mano “no quiero nada gracias, pero si quiero tener sexo” le dije al oído, siempre había sido una mujer sin filtros y pelos en la lengua, cuando quería algo solo lo decía.
Christopher me miro, y me deje Hipnotizar por sus hermosos ojos azules tan familiares para mí, me hacían estar en casa. No espero y me beso, al probar su sabor, su lengua, me sentí muy excitada y algo salvaje. Nos devoramos en ese beso.
Él se separó de mí y tomo mi mano sacando del bar.
Christopher:
La tome de la mano, y nos dirigimos a la salida, encontré rápidamente mi auto, la mire y abrí la puerta de mi auto, ella se pudo dar cuenta que mi auto no era precisamente barato, yo respiraba dinero, no quería espantarla, pero no podía mentirle sobre mi estatus social.
Se vio un poco reacia a subir, puse mi mano en su espalda que envió un placer a sus ojos, si, quería que me deseara tanto como yo a ella. En un instante Andrea subió, no hablamos mucho pero si hubo miradas fugaces entre nosotros.
La lleve a mi apartamento, y como digo se sorprendió, por el lujo en el que vivía, ella no encaja allí, pero entre todas esas cosas, ella valía más que todo el dinero del mundo.
“Quieres tomar algo?”, le ofrecí, parecía muy entretenida con mis fotos. Volteo un poco la cabeza para mirarme
“si tienes algo fuerte, te lo agradezco” y volteo su cabeza cubriendo su mirada de mí, parecía algo tímida.
Fui rápidamente a servir Wiski para los dos, me acerque y el di la copa, ella me miro y lo recibió y lo tomo de un solo trago.
Me reí “Oye… no es agua” Andrea se sonrojo un poco y me tendió el vaso. Lo recibí y deje mi copa y la de ella, encima de la mesa de la sala. Otra vez tome su mano y la lleve a mi cuarto.
Andrea:
Me encontraba algo nerviosa, ese coraje que tuve en el bar se esfumo al encontrarme en un entorno muy diferente al mío, él era rico, ¿que vería en mi para traerme a su casa?, ¿me vi muy necesitaba?, o ¿solo un juego para él? rodee mis ojos por supuesto que iba a hacer una aventura de una noche. Despeje mi cabeza de esos pensamientos.
Aunque quedo uno en mi cabeza,.. no me podía quejar él era muy atractivo, imponente, el hombre que escogería para mi vida, era mucho más que Nate, me conformaría con tenerlo por una noche. Aunque no me encontraba con un atuendo muy atractivo, por lo demás estaba lista para una relación sexual, así haya esperado mucho por esta decisión…
Él se sentó en la cama y me acerco a él, empezó a bajarme el pantalón, sería un buen momento para decirle? El me observo expectante, “Soy virgen…” ya está lo dije... Aunque él se encontraba más en shock que yo, rodee mis ojos, “¿Tienes algún problema con eso?” le dije enojándome.
“por supuesto que no “dijo Christopher trayéndome más cerca de él, “ Solo me sorprende, que… edad tienes?”
“la suficiente para saber lo que estoy haciendo” le dije seria, no necesitábamos saber nada el uno del otro, aunque me moría por saber todo sobre él.
“Bien” el me sostuvo fuerte y me recostó en la cama, subió sobre mí y empezó a besarme, enrede mis piernas alrededor de él queriendo, saber cómo se sentía hacerlo…
El Gruño y puso mis manos a la altura de mi cabeza apresándome allí con una sola mano, “Tú eres mía, desde este instante” me miro sin apartar su mirada de mí, podría jurar que sus ojos se oscurecieron. En mi mente dije y tú eres mío. Sonreí a eso.
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