Keyla Laurent, una linda joven de cabellera roja, fue una dama admirada en la sociedad, aún cuando su familia era solo un Marquesado, su simpatía gustaba a todos, ella era la chica con quien todos querían contraer matrimonio, pero el único afortunado era el Duque William Legrand, un chico que tras hacerse del Ducado de su corrupto padre, hizo prosperar sus tierras, aunque muchos decían que era terrorífico, porque usaba siempre una máscara, era todo lo contrario, era un chico noble, aunque si llegaba a ser violento, era contra quienes querían invadir sus tierras, William y Keyla, fueron unidos en un compromiso por sus familias, Keyla estaba feliz de casarse con él, porque sabía que era un buen hombre, guapo y con una gran fortuna, además de que se conocían desde la infancia, todo lo que una chica podría desear, pero, ella solo era la villana de la historia, pues en la vida de William llego Mavis Morel, una linda y adorable joven, de quien William se enamoró, Keyla comenzó a sentir celos e hizo de todo para sacarla de su camino, pero finalmente, todo fue descubierto, William no soporto las malas acciones de Keyla, así que rompió el compromiso y llevo a juicio las acciones de la chica, lo que causo que Keyla acabará siendo expulsada del Ducado, para vivir de manera pobre en un viejo castillo, donde las doncellas eran señoras ya mayores y sobrevivían con lo poco que podían cosechar, Keyla no soporto más eso y se quito la vida tomando veneno. Mientras que William y Mavis pudieron tener su final feliz.
Hace poco Melina reencarno en Keyla, al principio le fue difícil asimilar su nueva vida, sobre todo porque acabaría de manera miserable, pero tenía que salvar su vida, por lo que, la única manera de hacerlo, era no interferir en la relación de los protagonistas, incluso podría hacerse amiga de Mavis y cuando ella y William se enamoren, retirarse de manera digna. Keyla estuvo investigando, lo que la llevo a saber que estaba casi por la mitad de la historia, donde la protagonista ha llegado al ducado, el padre de Mavis era un comandante de la guardia imperial, pero debido a una lesión se vio forzado a retirarse, aunque el emperador le concedió una propiedad dentro del Ducado de William y la madre de Mavis comenzó a trabajar de doncella en casa del joven Duque, es así como ellos se conocen y comienzan una linda amistad, la historia ha llegado hasta ese punto, así que.
- es hora de hacerse a un lado.
- lady Keyla, su madre manda decir que baje, el Duque William ha llegado.
La doncella de la chica, había entrado, llevando con ella un cambió de ropa, Keyla deja salir un suspiro, así que se pone de pié para que la joven doncella de nombre Nancy la ayude con su vestido.
- el Duque vino hoy acompañado de su madre.
- supongo que con la Señora, vinieron dos doncellas, una joven y una mayor.
- ¡oh! Si ¿como supo?
- las vi llegar desde mi balcón.
- comprendo. Esta lista, le deseo suerte, lady.
- gracias Nancy.
Deja salir un largo suspiro, por ahora debe actuar normal, dejar que todo fluya, sin interferir en la relación de los protagonistas. Al bajar, la Marquesa Margot Laurent, madre de Keyla, la esperaba al pié de la escalera, pidiendo que sea educada, pues el Duque Legrand es alguien muy importante y es bueno que sus familias se unan; ambas van a la sala, donde al entrar, Keyla saluda a ambos invitados haciendo una reverencia.
- saludos excelencia, lord Legrand.
- lady Keyla, un gusto verla de nuevo, espero no sea un inconveniente mi visita.
- por el contrario, me hace feliz que venga a verme. Duquesa Legrand, un gusto verla de nuevo.
- es un gusto verla también lady Keyla, se ve tan linda como siempre.
La mujer se acercó para darle un abrazo a Keyla, no cabe duda que la Duquesa es una mujer amable.
- gracias, usted también es hermosa.
Keyla fija su vista hacía aquella chica que estaba parada en un lado de la habitación, su apariencia, de era la de una chica hermosa, sonrisa encantadora y una expresión llena de amabilidad. Esa sin duda era Mavis Morel.
Keyla le sonríe, sorprendiendo a la chica y a su madre, que venían con ella.
y ellas son...
- claro, son Fancy Morel y su hija Mavis, son mis nuevas doncellas, ya que la otra se retiro, ya era muy mayor.
- comprendo, mucho gusto, a las dos, si gustan pueden retirarse, en la cocina les servirán un refrigerio.
- ¡oh! N-no hace falta eso lady Laurent...
Hablo nerviosa la mujer mayor, Fancy.
- insisto, madam Legrand estará bien con nosotras ¿verdad madre?
- si, pasen, digan que yo las envío.
Por suerte la madre de Keyla era una mujer amable, es una pena que su familia se haya visto afectada por los males que causo como villana.
La Duquesa y Marquesa, se retiran para dejar a Keyla y William a solas, después de todo, deben conocerse mejor.
- bueno...hay que ir a dar un paseo al jardín ¿le parece?
William se extraña por la invitación, normalmente Keyla prefiere quedarse en la sala a beber el té mientras le cuenta todo lo que sabe de sus reuniones con otras señoritas. Ambos caminan por el jardín, pero Keyla solo camina a su lado, sin colgarse de su brazo como siempre suele hacer.
- lady Keyla ¿se encuentra bien?
- ¿eh? Si ¿por qué lo pregunta?
- no, no es nada.
- por cierto ¿por qué no se quita la máscara? Hasta donde recuerdo usted es un chico muy guapo.
William se detiene ante lo que dice Keyla, eso le hizo sentirse avergonzado.
- n-no necesita decir eso.
- ¡oh! Es tímido~ que lindo.
Desde la ventana de la cocina, Mavis y Fancy, observan a la pareja.
- parece que el lord se lleva bien con su prometida y ella parece amable.
- espero que lo sea, ya que en unos años será la señora de la mansión Legrand.
- si, sería malo que la señora de la casa fuese mala.
Pero, las envió a comer un refrigerio, así que no parece mala, a menos que solo haya fingido, pero no parece ser el caso.
- oye mamá ¿sabes por qué el lord usa esa máscara?
- según la madam es porque su hijo es un poco inseguro, pero en realidad es guapo.
- vaya, quizás lady Keyla pueda ayudarlo con eso, escuche de las doncellas que ella esta enamorada de él.
- la madam me dijo lo mismo, parecía feliz cuando hablaba de la futura esposa de su hijo.
Por otro lado, en el jardín, Keyla y William, se habían detenido en el estanque del jardín, ahí, la pelirroja se sentó en el césped quitándose los zapatos para meter los píes al agua, eso le extraña a William, ella no suele hacer ese tipo de cosas.
- lord William...¿le puedo pedir un favor?
- si, adelante, siempre que este en mis posibilidades.
- si llegase a enamorarse de otra chica, quiero que me lo diga, para poder terminar de manera cortés y sin rencores.
- ¿eh? Yo no la dejaría, he prometido casarme con usted y cumpliré con mi palabra.
- agradezco su palabra tenga valor, pero, quiero que sea sincero si algo así llegase a suceder ¿de acuerdo?
William se queda en silencio por un momento, no comprende porque Keyla le ha pedido algo así ¿acaso es ella quien se ha fijado en otro? No sería extraño, hay jóvenes mejor que él y sin los antecedentes que su familia carga por culpa de su padre.
- yo, no la detendré si quiere a otro...
Dicho esto se da la vuelta para regresar a la casa, para Keyla fue extraño que dijera aquello, pero, supone que así esta bien, no debe crear un vínculo con William para acabar como la verdadera Keyla. Al llegar a la casa, se topa con Mavis, quien se disculpa por caso chocar con William, pero éste solo pasa de largo, siendo extraño para la chica, ya que regreso solo.
"¿Se abran peleado?"
Fue lo primero que pensó. Poco después Keyla llegó, al ver a Mavis sonríe.
- lady Mavis ¿disfruto de los bocadillos?
- ¿ah? S-si...pero mi lady, no es necesario ser formal conmigo, puede solo llamarme Mavis.
- no, usted es una dama como yo, además su padre es un caballero real y su familia merece respeto.
- g-gracias, mi lady.
Mavis se inclina ante Keyla, pues nunca nadie le había dicho algo así, la pelirroja le hace levantar la mirada.
- espero podamos llevarnos bien, lady Mavis.
- lo mismo digo, lady Keyla.
No esperaba que Keyla le pidiera algo así, solo espera que no este fingiendo, ya que algunas damas suelen hacerlo, para que crean que es una buena persona. William fue de regreso al carruaje, ahí mismo, se quito la máscara, dejando salir un suspiro, Keyla siempre le ha parecido una chica mimada, aún así, no le molestaba la idea de casarse con ella, pero, le molesto un poco, lo que dijo, es como si ella quisiera romper el compromiso ¿acaso tiene a alguien que ama? Es lo único que puede imaginar, pues no habría otro motivo por el cual no quisiera casarse a menos que, sea por lo de su padre.
- supongo que...será una carga que llevaré siempre...
La Duquesa y la Marquesa vieron a Keyla volver a casa, pero William no regreso, la Duquesa pregunta por su hijo, Keyla le menciona que estaban hablando y que de repente se fue.
- espero no lo regañe, ya sabe que suele ser tímido.
- pero la dejo sola. Este chico.
- no se preocupe por eso. Yo las dejo para que sigan con su platica, me retiro a mi alcoba.
Keyla hace una reverencia, para después retirarse de ahí y subir las escalares. En el carruaje, William se baja de este, cruzándose con Mavis, quien lo saluda, sorprendida por verlo sin esa máscara, pero se la coloca enseguida.
- lord Legrand, usted es atractivo, no debería cubrirse.
- ¿eh? N-no...así esta bien...pero gracias por su halago.
- no tiene porque agradecer, solo digo la verdad.
- espero que lady Keyla piense como usted.
- seguramente que si, ambos lucen bien juntos.
William se emociona al escucharla decir eso, mientras que desde su ventana, Keyla puede ver que ambos comienzan a llevarse bien, cierra su cortina y se recuesta en su cama, dejará que la historia fluya como debe, para que los protagonistas puedan ser felices. En la noche, cuando las visitas se han ido, Nancy le trae la cena a Keyla, la joven doncella la deja sobre la mesa de la sala que tiene ahí.
- lady, que disfrute su cena.
- gracias Nancy. Por cierto ¿los Legrand ya se han ido?
- así es, solo se quedaron a comer, aunque lord William se veía algo desanimado ¿se pelearon?
- no, solo hablamos un poco, lord Legrand es un buen chico.
Aunque en la novela, se decía que William solía ser alguien inseguro, pues aunque sea atractivo, no se sentía de esa manera, pues de pequeño los otros niños se burlaban de él, diciendo que su rostro parecía el de una chica, debido a eso comenzó a ocultar su rostro con distintas máscaras, hasta obtener la actual, que siente le ayuda a verse más rudo, aunque en realidad ya lo sea, pues sabe manejar muy bien lo negocios de su familia. Sobre la inseguridad de su apariencia, la va ir superando poco a poco gracias a la protagonista. Los siguientes días continúo con su vida normal, acudiendo a fiestas de té, para escuchar los chismes, aprender a bordar, modales y música.
- pero que vida más aburrida.
Keyla lanzo lejos el bordado que tenia en la mano, la vida de una señorita es demasiado aburrida para ella, necesita buscar alguna manera de divertirse.
- Nancy ¿crees que pueda aprender a montar a caballo? Se ve divertido.
- e-eso, algunas aprenden, pero no se si su madre lo permita.
- no creo que mi madre se niegue.
Keyla se estira un poco, mientras que Nancy recoge el tejido, al mirarlo se extraña, pues estaba todo mal hecho, cuando en realidad siempre ha sido buena en ello. Mientras que en la mansión Legrand, durante la cena, William no bajo a cenar, lo que le parece extraño a su madre, aún así le pide a Mavis que le lleve la cena a su estudio, pues debe estar muy ocupado con sus deberes, hay muchas cosas que aún no se estabilizan debido a lo que su padre hizo.
- lord Legrand, su madre le envía la cena, dice que no debe excederse.
- gracias Mavis.
Mavis estaba sorprendida pues al entrar el chico no tenia puesta la máscara, Mavis sonríe.
- lord Legrand es muy guapo, no debería usar esa máscara.
- ¿eh? Se lo agradezco, pero tengo mis razones.
- comprendo, pero, si va de visita con lady Keyla, seguramente ella estará encantada de verlo sin esa máscara.
- n-no lo creo, ella no se fija en eso, nunca me ha reclamado por usarla.
- eso significa que lady Keyla, lo quiere mucho. Su madre dice que se conocen desde niños.
- así es, nuestras madres son quienes sugirieron el compromiso y estuvimos de acuerdo.
- eso quiere decir que ambos se gustan, que romántico. ¡oh! Lo siento, creo que estoy hablando de más.
Mavis hace una reverencia avergonzada por haber hablado de más, pero William solo le dice que puede retirarse.
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