Un día de primavera nuestra protagonista Luz, una chica humilde y que trabajaba en un bar de mesera. Salía de su trabajo, después de haber hecho doblé turno para cubrir los gastos de renta.
Debido a esto Luz cruzó una calle sin prestar mucha atención, cuándo de pronto escuchó el sonido de una bocina y ruedas sobre el asfalto chillando. No tubo tiempo a reaccionar cuándo sintió el impacto de aquel auto.
Lo último que sintió fue el frío asfalto y como último pensamiento pasó por su cabeza que si existía una vida después de esta tuviese el amor de una familia.
Con ese deseo Luz dejo la vida como la conocía, pero ni en sus sueños más locos pudo imaginar lo que el destino le tenía preparado.
En una lujosa habitación,
dormía una linda albina sobre
sábanas de la más fina seda.
La chica que recién comenzaba a despertar, podía sentir que su cama
era más cómoda de lo usual.
De un momento a otro entró en la habitación una chica casi de su misma edad, está era Beth la sirvienta personal de Elizabeth Cortés (hija del duque Stefan Cortés, el hombre más temido en todo el imperio de Esmeralda).
La chica traía consigo una fuente con agua para poder bajar la fiebre de su señorita, puesto que un día antes había ido de visita al palacio y no se sabe cómo, pero Elizabeth termino cayendo al lago.
Si no fuese por qué justo el segundo príncipe Sebastián pasaba por los alrededores y la vio caer, nadie se hubiera entrado de aquel evento.
Al acercarse a su señorita Beth pudo ver signos de que se estaba despertando. Asi que sin perder tiempo se acercó un poco más y con voz suave le habló.
Beth: ¿Señorita, cómo se siente?, ¿me escucha?
A lo que nuestra prota toda dormida respondió
Elizabeth(Luz): cinco minutos más, es muy temprano.
Luego de terminar la frase se despierta por completo, puesto que Luz vivía sola y no entendía de dónde venía aquella voz.
Se levantó de un saltó y aún somnolienta pregunto.
Elizabeth (luz):¿quién eres?, ¿dónde estoy?¿qué es este lugar?, ¡está no es mi casa!
La chica abrumada por tantas preguntas no sabía que responder primero, hasta que contestó
Beth: señorita Elizabeth tranquilícese, soy Beth su sirvienta personal, y estamos en el ducado Cortés, ¿se encuentra usted bien?, ¿quiere que llame a un médico?.
Tal vez se golpeó fuerte la cabeza al caer al lago, por eso está desorientada.
Luz quedó en blanco después de oír "Ducado Cortés", pues es el mismo nombre del hogar de la villana de su novela favorita.
"Un amor para siempre".
En ella cuenta la historia de Ross, una chica humilde y bondadosa, hija de un barón que en el cumpleaños de la mayoría de edad del príncipe heredero Erick, queda totalmente enamorada de él, y él de ella. Sin importar que este ya tenía un compromiso concretando, nada más y nada menos que con nuestra Elizabeth.
Ellos estaban comprometidos desde antes de nacer, puesto a que el emperador y el duque cortés, eran los más grandes amigos y siempre pensaron en unir las familias.
El que nunca estuvo de acuerdo con esto fue su hijo Erick, ya que nunca le gustó mucho estar comprometido con alguien que no amaba, y que encontraba sumamente irritable, puesto que Elisabeth al ser hija única era muy consentida por ambos padres.
Ella era todo lo contrario a Ross. Por eso cuando el príncipe la vio quedó enamorado a primera vista.
Esto hizo que Elizabeth se llenará de celos y odio hacia la chica. Pues ella había intentado por años por lo menos agradarle a su prometido, pero nunca lo logro y todos sus esfuerzos se fueron a un caño cuando ella aparece en escena.
Elizabeth segada por el odio y los celos trato varias veces lastimar y humillar a Ross. Pero siempre llegaba el príncipe y la salvaba, era como si supiera que estaba tramando y él llegaba y destruía sus planes. Cansado de esto el príncipe Erick rompe su compromiso, sin importarle los sentimientos de Elizabeth y una semana después anuncia su nuevo compromiso con Ross.
Elizabeth no daba crédito a toda esta situación así que decide acabar con el problema de raíz, intenta envenenar a Ross, pero falla y es descubierta en su intento, por eso es rápidamente captura por los soldados reales. Cuando es presentada ante el emperador este la mira con frialdad, puesto que no puede creer que esa niña que él vio crecer allá llegando a tales extremos.
En el juicio se le acusa a Elizabeth de intento de asesinato junto con todo lo demás. Por la gran amistad que el emperador tiene con el duque, ella solo es exiliada del imperio, algo que no dejo muy contento al príncipe heredero. Pero no puede darse el lujo de perder el apoyo del duque Stefan Cortés y su fuerza militar.
Luego de que Elizabeth fuera exiliada el príncipe Erick y Ross se casaron y vivieron felices por siempre. Mientras que Elizabeth un año después de su exilio decidió terminar con su soledad dándole paso a su muerte.
En lo personal nunca me gustó la villana por su obsesión no pudo ver la maravillosa vida que tenía, unos padres amorosos, un Ducado próspero y gente que se preocupaba por su bienestar. Yo, por otro lado, soy huérfana, siempre estuve sola y tuve que trabajar toda mi vida para poder comer.
Ahora no sé ¿cómo paso?, ni sé ¿cómo llegué hasta aquí?. Pero yo no cometeré los mismos errores que Elizabeth.
Voy a cambiar mi final y voy a ser feliz en esta nueva oportunidad que me dio el destino...
Mientras que Elizabeth seguía perdida en sus pensamientos.
Beth se ponía cada vez más nerviosa, ya que su señorita luego de esa breve charla quedó muda, y perdida. No solamente no hablaba sino que tampoco escuchaba.
Ya había pasado más de 20 minutos, y seguía es estado de shock.
En ese momento a Beth le brillaron los ojos cuando vio la fuente con agua que anteriormente tenía en sus manos y que luego de entrar a la habitación la había dejado en un mueble cerca de la puerta.
Con paso decididos Beth se acercó al mueble, tomo la fuente, se acercó a su señorita y justo cuando estaba a punto de tirarle el agua para que despierte Elizabeth habló.
Elizabeth:¿Disculpa cómo dijiste que me llamaba?, solo para confirmar.
¿Qué estabas por hacer?.
Beth se congela justo en ese momento y responde.
Beth: Señorita por fin, ya me estaba asustando. Y. y. Yo iba a tirarle un poquito de agua fresca para que se despierte de su trance. Parecía en estado de shock.
Elizabeth estaba sorprendida por lo que Beta estuvo a punto de hacer, pero antes de poder protestar o regañarla por su comportamiento ella volvió a hablar.
Beth: Y respondiendo a su pregunta, usted es Elizabeth Cortés, hija del duque Stefan Cortés y la duquesa Lizbeth Cortés
princesa heredera del imperio Esmeralda.
Enserio señorita estoy muy preocupada por usted. Mejor llamo al médico para qué la revisé y de paso aviso a los duques que ya despertó.
Antes de que Elizabeth pudiera decir otra vez algo Beth ya había salido de la habitación.
Resignada solo le quedó esperar a que viniera el dichoso médico. Mientras tanto se sentó en la cama y se puso a pensar que haría a partir de ahora, mientras que con sus ojos registraba la habitación en la que se encontraba. Hasta que su vista cayó en un gran espejo con marco de madera con un lindo diseño.
Sin perder tiempo se levantó y camino hacia el espejo, cuando llegó se quedó asombrada de la imagen que ve reflejada.
Pues en su vida pasada ella no era fea, pero Elizabeth era una belleza de otro nivel.
Elizabeth tenía el pelo color blanco con tonalidades en verde agua, ojos grises y una figura que a cualquiera volvería loco.
Era una chica sumamente hermosa que en este momento tendría unos 16 o 17 años no estoy muy segura. Pero si sus sospechas aran ciertas, eso quería decir que tenía muy poco tiempo para cambiar su final. Puesto que él la novela el compromiso se rompe cuando Elizabeth tiene 17 años y a los 18 ella muere.
Tiene que idear un plan para acabar con ese compromiso antes de que la trama empiece y ella quedé como la Villana del cuento.
Mientras que Elizabeth seguía perdida en sus pensamientos, la puerta de la habitación se abrió de golpe dando pasó a los duques. Luego del estruendo que hizo la puerta al abrirse de golpe lo primero que sintió nuestra prota, fueron unos brazos fuertes rodeándola y una voz gruesa que le decía.
Duque Stefan: Hija mía no sabes el susto que le pegaste a este pobre viejo.
Duquesa Lizbeth: Ya Stefan deja a la niña tranquila, la estás asfixiando.
En ese momento Elizabeth sintió como el abrazo perdía fuerza, pero así y todo no la soltaba.
Elizabeth: Estoy bien.
Fue lo único que logró decir, puesto que el hombre no la quería soltar. Justo al rescate apareció un señor como de unos 60 años con bata blanca, supongo que sería el médico.
Doctor Salazar: Permiso su excelencia, pero necesitó hacer mi trabajo, ¿Me permite revisar a la señorita?.
Duque Stefan: Por supuesto verifiqué que todo esté bien por favor.
Contesto el duque dándole paso al doctor para que hiciera su revisión.
Justo en ese momento llego Beth y dijo en un tono preocupante.
Beth: Por favor compruebe bien la cabeza de mi señorita ella no sabe quién es, cuando despertó me hizo muchas preguntas raras, yo creo que se golpeó la cabeza.
Al terminar de hablar se escuchó el jadeo por parte de la duquesa e inmediatamente comenzó a llorar, el duque se acercó a abrazarla y mientras la consolaba le decía.
Duque Stefan: Tranquila mi amor, todo va a estar bien. Nuestra hija es fuerte.
El médico seguía haciendo su trabajo hasta que terminó y de manera calmada dijo.
Doctor Salazar: La señorita se encuentra bien, solo tiene un golpe en la cabeza, pero nada de que preocuparse, con los días la inflamación bajara.
Ahora señorita Elizabeth sabe usted ¿Qué paso? ¿Cómo cayó al lago?
Y justo cuando terminó de hablar una puntada en la cabeza me hizo gemir del dolor, al ver mi estado el médico volví a hablar.
Doctor Salazar: Está bien, no se esfuerce los recuerdos irán llegando solos. ¿Recuerda algo más? ¿Sabe quién es usted?.
Y justo en ese momento se me prendió el foquito de las ideas, después de todo fingir que no recuerdo nada no era tan mala idea. Así que sin más respondí.
Elizabeth: Disculpe, pero no, no sé quién soy.
Y justo en ese momento me volvieron a abrazar los duques. Con voz tranquila, trate de que se calmarán un poco así que dije
Elizabeth: Perdón por ponerlos así, pero no era mi intención hacerlos sentir mal.
Y era cierto, pero no podía arriesgarme a qué supieran que no soy Elizabeth. En cambio, de esta manera podía justificar mi comportamiento y mi cambio de actitud con mi perdida de memoria.
La duquesa fue la primera en hablar.
Duquesa Lizbeth: Ya, ya cariño tú no tienes la culpa de nada con el tiempo irás recuperando todos tus resultados.¿No es así doctor?.
Doctor Salazar: Si, si por supuesto.
Respondió el médico temeroso de la mirada asesina que le dedicó la duquesa. El duque, por otro lado, no me soltaba, hasta que decidió hablar.
Duque Stefan: Bueno no importa, lo importante es que estás con vida y con nosotros. Los recuerdos volverán con el tiempo y si no es de esta forma aremos memoria nueva.
No pude contener mis lágrimas y también me puse a llorar. Pero al contrario de lo que piensan no eran lágrimas de tristeza, eran lágrimas de felicidad. Siempre estuve sola y ahora que me encuentro rodeada de dos personas que me van a brindar su amor incondicional, si la anterior Elizabeth no lo supo apreciar yo no voy a desaprovechar esta oportunidad, siempre quise una familia así que los voy a amar como ellos se merecen.
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