Y allí estaba yo, mirando fijamente desde la entrada como es que en el jardín un grupo de niños jugaban alegremente, reían sin parar y compartían un momento agradable, un momento que talvez nunca antes pudieron haber disfrutado ni en sus mejores sueños.
los veo acercarse a mí, tomarme de la mano y llevarme a qué los acompañase a jugar, el juego se llama 'juguemos en el bosque" consiste en que todos hagamos una ronda y empecemos a cantar una canción, después de ello haríamos una pregunta y uno de los jugadores que tenía el rol del lobo respondía, yo participe en la ronda y uno de los niños hacía de lobo; no recuerdo cuando fue la última vez que lo jugué con exactitud y para ser sinceros tampoco quiero recordarlo.
Juguemos en el bosque mientras que el lobo está.
lobo, lobo ¿qué estás haciendo?🎶🎵
- Voy a comerme a uno de ustedes, ***grrrrr***
Respondía después de que la ronda se movía cantando, la consigna de este juego desde luego era que el lobo entre en el centro del círculo llevándose a alguien del mismo, los que conformábamos el círculo debíamos pegarnos muy bien y apretarnos las manos para evitar que aquello suceda. Fingí ser atrapada varias veces, mientras observaba como los niños reían y quizá por ese instante yo también era feliz. Desde luego si hay algo en esta vida que priorizo es el bienestar de un niño y la ayuda a las mujeres, se podría decir que son como mi máxima.
Recuerdo haberme pasado cerca de 1 hora jugando y riendo con ellos, hasta que una joven señorita se acercó a mí para decirme que ya podía ingresar a la oficina del director de la fundación. Iba a verlo a él en realidad, pero me detuve jugando con aquel grupo de niños.
La fundación VOLVAMOS A SONREIR nació hace más de 10 años, tiene su sede principal Piura y nació a partir de mi experiencia con algunas mujeres y niños que sufrieron violencia familiar, trata de personas, narcotráfico y demás. Yo misma fui parte de ello y se lo que significa el que nadie te apoye, que todos agachen la cabeza frente al más poderoso, el llorar en silencio, los golpes, las humillaciones; así que cuando salí de ello decidí que si puedo ayudar a cambiarlo lo haré, cree está fundación para decirle a esas personas que pueden volver a sonreír después de a travesar una situación de esa magnitud, para mostrarles que pueden tener oportunidades y que la esperanza es lo más importante, aunque claro ellos no son conscientes de que detrás de todo ello estoy yo.
Al inicio era dirigida por un hombre llamado Máximo Salazar parecía honorable y digno… digo parecía porque lo descubrimos desviando fondos y tomando cantidades de dinero de los donativos en efectivo que se le daba, tuvo un final triste que puedo decir me encargue de dárselo. Recientemente hace casi 3 años fue puesta en manos de George, hasta la fecha todo funciona bien, hemos tenido buenos resultados, espero que siga así, no me gustaría prescindir de sus servicios después de todo.
Al llegar a la oficina tomo asiento para después saludar de manera muy informal, en realidad conocía bien al director así que podía darme ese lujo.
- Raúl ¿cómo va mi fundación? quiero decir la tuya - se lo digo de forma sarcástica
- La señora sin rostro, hace mucho tiempo no la veo, un” buenos días” no estaría nada mal- me recrimina mientras se vuelve para tomar asiento, haciendo un gesto con su mano
- Ese apodo me perseguirá durante todo este tiempo ¿verdad? En fin, realmente no es que me quite el sueño así que está bien mientras siga manteniendo mi anonimato. Igual eso no responde a mi pregunta George -manifesté mientras rozaba levemente mis dedos por las sillas, lanzando una mirada penetrante de cuando en cuando
- Ya que se niega a darme el saludo, voy a proceder con el informe. Durante los últimos 3 meses hemos recibido varios casos de mujeres y niños víctimas de trata de personas, intentamos buscar a sus familias, algunos se fueron con ellas y se les está dando el soporte psicológico necesario y la ayuda para que puedan salir adelante
- Muy bien me alegra mucho oírlo, pero ¿que han hecho con los que no tienen familia?
- Quisieron llevárselos a orfanatos no lo permití, ambos sabemos que es lo que les pasa a los niños que entran allí, algunos vuelven al mismo círculo vicioso de dónde salieron
- ¿entonces?
- En estos últimos meses, han incrementado las donaciones, empresas e instituciones se han unido a nuestra causa, así que los niños sin familia fueron llevados a internados dónde recibirán una buena educación y tendrán un buen futuro, o eso esperamos ¿no es cierto?
- Me alegro al menos este dinero sirve para algo bueno ¿no crees?
- Desde luego, usted ha ayudado a muchas personas, así que debería sentirse muy bien por ello, lo que hace es un enorme gesto de desprendimiento y le otorga oportunidades que nunca se les pudieron presentar a todas esas mujeres y niños que han sufrido mucho como....
- No digas más, no quiero recordar cosas que no vienen al caso ahora. Solo quería darte este maletín - mi mano sujeta aquella manija dorada del maletín, la sube sobre la mesa y acto seguido abro de par en par el mismo dejando ver más que el cintillo de algunos billetes
- Me trajiste un botín esta vez ¿verdad? - pregunta mientras rie apaciblemente
- Espero mi recibo, la próxima vez que venga, no sé cuándo sea, pero deberías prepararlo desde ya; sabes que me gusta aparecer de repente - se lo recuerdo mientras salgo por la puerta - ¡Ah! por cierto, buenos días y adiós… Cuídate amigo mío....
George es un buen amigo es casi como mi hermano, solo la sangre nos separa de serlo; hemos vivido muchas experiencias difíciles juntos, así que solemos tratarnos de ese modo, él me ha visto llorar, reír, me ha visto caer y también levantarme, me ha enseñado a ser fuerte y valiente desde que lo conocí, ha sido una de las pocas personas que me ha visto quebrarme durante los últimos 14 años de mi vida, siempre he tratado de mantener una postura muy estricta y seria, mis sentimientos los oculte desde hace muchos años, buscando que nadie más tratará de lastimarme. Muchos dirían que soy cruel y un tanto despiadada, talvez lo sea y talvez me pudra en el infierno, pero al menos tengo la satisfacción de saber que lo hago por una buena causa, cosa que no es justificación, aunque eso dejo de importarme hace años.
FLASHBACK
Acababa de dispararle a Jota, me encontró sentada en mi habitación mirando lo que parecía ser su cadáver el cual estaba en el piso lleno de sangre, tenía un arma en las manos y estaba temblando de miedo, mientras las lágrimas no dejaban de rodar por mis mejillas. Cuando lo vi parado en la puerta de la habitación, pude observar su sorpresa al verme, talvez tuvo miedo… quiero decir yo lo tenía, pero ni siquiera por eso le apunté con el arma, a decir verdad, no me importaba nada.
Morir en ese momento era lo que más quería, llevaba mucho tiempo intentando hacerlo en realidad, pero nunca pude tener éxito, mis padres habían muerto al igual que mi hermano, creía que no me quedaba casi nadie en este mundo; así que era una decisión amparada en la soledad y el odio.
- ¿qué pasó aquí? - pregunta George mientras se arrodillaba delante mío
- Yoooo.... Simplemente creo que lo maté, me hubiese matado sino me defendía, aunque viendo mis circunstancias sería lo mejor ¿verdad? - dije soltando el arma delante suyo
Jota, Jota y Jota siempre que pienso en ese pobre infeliz me compadezco a mí misma, fui tan cobarde en aquella época, me deje chantajear con algo que tarde o temprano sabía que sucedería. Algunas veces me miró en el espejo tratando de buscar a esa antigua mujer, esa que tenía un espíritu indomable, pero de carácter tan noble y débil, la que se dejó domar como cual potro salvaje; a la que los sentimientos traicionaban haciéndola doblegarse. Quisiera saber que hubiera sido de mi vida ahora si siguiese siendo esa tonta, ingenua y amable chica ¡ha!... muerta en vida probablemente.
………………..
FIN FLASHBACK
No vale la pena recordar viejos tiempos a menos que sea para aprender algo de ello o atemorizar a alguien, suelo hacer más lo segundo en ocasiones… no se crean, es decir tener el trabajo que tengo lo amerita.
cómo sea, el pasado es pasado y es allí donde debe quedarse ¿no es así?... ¡Dios!Pensar mientras conduces ¡que locura! ¿verdad? bueno yo lo hago, sé que no se debería hacerlo, pero a veces solo sucede. Hablar por teléfono es algo que tampoco debe hacerse, pero como me gusta romper reglas desde hace muchos años, pues también lo hago.
- ¿Hola?
- Buenos días ñusta, resulta que tenemos un asunto aquí y necesitamos de su ayuda
- Como siempre, no sé porque no me sorprende ¿dónde están?
- Ruta c, bodega 1
- ¿creen que puedan manejarlo por un día más? Mañana estaré llegando temprano, no se diviertan tanto con él, no salió bien la última vez- advertí
- Lo trataremos bien está vez no se preocupe
Existen preguntas y cosas que solo las personas indicadas pueden hacer y ¿qué creen? … soy una de esas personas. Definitivamente la gente que trabajaba conmigo sabía que yo era especialista en interrogatorios, así que siempre que tenían un caso que no podían resolver me llamaban.
En este negocio del narcotráfico y el contrabando es importante hacerte de gente que te respete pero que sobre todo te sea fiel, llevo maso menos 8 años al mando de este negocio y a lo largo del mismo he aprendido mucho, también he sacrificado mucha gente no se crean. Las personas no suelen ser confiables al cien por ciento y lo comprobé cuando tuve que asesinar a uno de mi guardaespaldas más cercano.
En fin, dentro de mis muchas características y gustos personales están los libros con historias románticas, de amor y poemas, aunque ya no estan más, estos fueron reemplazados hace muchos años por los de estrategia militar y política, adquirí mucho conocimiento acerca de cómo hacer que la gente hable más rápido, técnicas para doblegar su voluntad y quebrantar su espíritu, si no lo habré practicado con un montón de personas; diferentes muertes, unas más largas, otras cortas, muchas en agonía y otras sin sufrimiento; dentro de mi historial tengo mucho de ello. Me preguntaba cuál sería la que iba a utilizar hoy, espero que el viaje valga la pena sinceramente.
La ruta c era un apelativo que solíamos utilizar para hablar de una de las haciendas que se ubicaba en una ciudad cerca de la selva peruana, una de las más grande y bonitas de la región, muchas hectáreas de sembradíos, ganadería y demás, es muy lujosa en verdad ya que pertenecía a una de las familias más ricas e influyentes del país, digo pertenecía porque no queda nadie de esa asquerosa familia y ahora me pertenece a mí, aunque la modernice a mi gusto, remodele algunos de los sótanos que ya teníamos y los volví mejores en todo sentido, pero tengo uno en especial al cual le dedique mucho tiempo y supervise su construcción en persona, pero ese es otro cuento.
Los sótanos son lugares dónde llevábamos a la gente que cometía traición y también a nuestros enemigos, es como mi sala de diversiones personales; allí libero mi estrés y las tensiones del día.
- ¡Hey! ya llegué .... ¿cómo va todo por aquí?
- Maso menos ñusta, no hemos logrado que hablé aún por eso la llamamos
- Haber vamos a ver qué me tienes esta vez Alex- mencioné mientras nos dirigimos a uno de los sótanos.
- Pues capturamos a este, al parecer trabaja para "chulo" intentamos hacer que hable, pero no, dijo que quería esperar por usted, no sabe lo que le espera - mencionó Alex riendo de forma irónica
El “chulo” es una sabandija que últimamente no esta causando problemas, dice que también esta queriendo inmiscuirse en mis negocios, está produciendo también cocaína y ha incendiado una de las plantaciones de mis aliados; estoy realmente molesta y pienso desquitarme con este sujeto.
Al entrar al sótano encontré al hombre, lo tenían amarrado de las manos a una barandilla del techo de la bodega, al parecer los chicos se habían divertido mucho con él, aunque tenía la mirada en el piso se le notaba a penas un labio partido y la parte derecha de la cara hinchada y roja, estaba sin camisa y sin zapatos, es decir no se veía tan mal, si lo hubiese capturado yo estaría peor eso es seguro.
- ¿Buenas? es decir buenas para mí, para ti no creo que sea de la misma forma ¿verdad? - pregunto mientras suelto una risa irónica dándome la vuelta y cruzando los brazos
- Aún sigo vivo, eso es muy bueno ¿no crees? - mencionó mientras levantaba poco a poco la cabeza
- Si consideras que eso es bueno, es porque aún no me conoces, no sabes cómo es que trato yo a los invitados en mi casa
- Me gustaría averiguarlo ciertamente... expresó él con una risa burlona
- Bien, aquí vamos otra vez... respondí girándome hacia el con agilidad y lanzándole un puñete directo al rostro del sujeto
- Pensé que golpeabas más duro Mariam, al parecer no aprendiste bien- sugirió aun sonriendo
- Tome lecciones con los mejores, créeme y no con respecto a esa tal Mariam, yo no tengo ni la menor idea de quien sea- respondo sutilmente mientras sigo golpeándolo con ahincó
Debo reconocer que a pesar de tratar de fingir mis sentimientos y emociones en frente de los demás, oír este nombre de alguien que no es mi personal de confianza hace que algo en mi interior tiemble de solo oírlo.
- ¿crees que alguna vez olvidaría esa silueta y esa voz? ¡maldita perra! – me grita
- ¡Así que tienes ganas de hablar eh! pues empieza a cantar pajarito ¿Para quién trabajas?
- Jota, Carlos ¿Cómo es que lo recuerdas mejor? P-e-r-r-a
No recuerdo haber tenido un huésped tan resistente como este, lo he golpeado con fuerza durante todo este tiempo que llevo aquí y aun así sigue manteniendo esa sonrisa desafiante, su voz sigue sin titubear y su mirada no ha cambiado, tiene espíritu y eso me gusta; siento que doblegarlo será muy divertido.
- ¿A dónde se llevaron mi mercadería? habla maldito infeliz- replico sin prestarle atención a sus insultos, pero esta vez propinándole una patada en el estómago
- Eres buena, pero no lo suficiente- manifiesta mientras dejo de golpearlo
- Vaya que eres resistente, pero quiero saber ¿Dónde está mi mercadería? - pregunto volviendo a golpearlo
- Jota menciono que preguntarías por ello, también dijo que si querías saberlo deberías recordar seguir el sendero
Aquello que menciono me hizo detenerme, “el sendero” era una ruta que solo Jota conocía y que solía utilizar para introducir algunos productos por contrabando, jamás me ilustro sobre ella solo me dijo que, si algún día tuviese el tiempo suficiente, se encargaría de mostrármelo. Por desgracia ese momento no llego porque murió antes, pero siempre me lo repetía, solo él y yo sabíamos de la existencia de esa ruta, nunca se lo mencionamos ni contamos a nadie, ¿cómo es que este sujeto sabía acerca de ella?
- ¿Qué sendero? ¡Habla! – le ordeno volviendo a golpearlo
- Mariam no te esfuerces tanto tratando de buscar algo que tú ya sabes, deberías concentrarte mejor en recuperarte de tu operación- añadió generando que por fin me rinda y deje de golpearlo
- Alex, castigo 5 ya sabes cuál es, aplícalo por 3 días, si no funciona extiéndelo por más tiempo- le indico mientras salgo de esa bodega
- Es algo extremista, pero quién soy yo para juzgar sus métodos… Haber ustedes amarren muy bien sus manos y llévenlo a la jaula favorita de la ñusta- le indica a dos de sus hombres que estaban parados en la puerta
Soy bastante apasionada cuando se trata de torturar a alguien, sin embargo, hoy estoy algo cansada, descansare un poco y luego tratare de volver al ruedo.
- ¿Qué es ese tal castigo 5?
- curioso ¿verdad amigo? – pregunta Alex con una enorme sonrisa en el rostro- no comas ansias y espero que pienses muy bien tus siguientes respuestas si no quieres que tu sufrimiento sea prolongado
Está mujer es muy respetada y admirada por todos nosotros los trabajadores de este cártel. Tiene métodos un poco ortodoxos pero funcionales. Aunque muchas veces es cruel con sus torturas, al final estás dan el resultado esperado.
Ella maneja un catálogo de torturas y castigos a imponer a sus víctimas, los mantiene en orden desde el menos doloroso hasta el más doloroso, a veces los más inofensivos son los más dolorosos. Dentro de sus torturas tiene 7, las cuales son:
Tupac amaru, que consistía en amarrar a la víctima de sus 4 extremidades e ir estirando las cuerdas hasta dislocarlas, en caso de que no hablaran
La gotera, muchos piensan que es simple castigo, pero en realidad lo que ella hace es colocar agua helada o con hielo sobre la víctima haciendo un pequeño orificio al recipiente para que esa gotee regularmente, el agua helada quema la piel de las víctimas y no les permite descansar o trata de distraerse en nada más, era algo meramente psicológico, pero funcionaba muy bien.
Piernas temblorosas, es un método en el cual ella empleaba un tipo agujas en las venas de sus piernas y los dejaba parados por horas, si se movían las agujas hacían su trabajo, desviándose y causando calambres
La balanza era otra de sus técnicas, está consistía en poner a la víctima boca abajo y amarrar tanto sus brazos como sus piernas hacía atrás, era dolorosa porque aparte de que los nudos estaban muy apretados, estar acostado en el suelo a veces desnudos y luego estar en esa misma posición por horas, seguro era muy difícil.
El solitario, está consistía en meter a una persona completamente desnuda en una pequeña estructura de acero dónde a parte del espacio reducido había pequeñas púas por toda la estructura, clase cuales desangraban a las víctimas lentamente.
El fileteo denominó a una de sus formas de hacer hablar a las personas mediante pequeños cortes impartidos a las víctimas en todas las partes del cuerpo mientras estás estaban amarrados a un palo
Kill mouse era la técnica que más cruel se me hacía porque se trataba de una en la que a la víctima se le amarraba a una silla, se le ponía un recipiente tipo olla amarrado al pecho para luego introducir una de las ratas negras grandes de las salvajes e ir acercando fuego a la parte posterior del recipiente para que la rata en busca de su escape acabe metiéndose al cuerpo de la víctima mordiendo la y acabando con algunos de sus órganos en el camino.
Dentro de los castigos más fuertes que aplicaba a algunas personas estaban:
la tablada, que consistía en amarrar a la víctima en una silla con las manos hacia atrás para luego golpearlo con un mazo en las piernas.
¡Quiere llorar! mediante esta técnica conseguía torturar psicológicamente a las personas ya que las encerraba en lugares pequeños y con muy poca luz, les suministraba alucinógenos y luego les hablaba buscando que ellos imaginen lo que escuchaban, logrando así que sufran aún más.
Suenan mal de por sí, pero verlos en acción es aterrador; he oído gritos desgarradores, suplicas y maldiciones después de haber sido aplicados, pienso que las personas que han sido interrogadas por mi han sido más que afortunadas, cuando la ñusta es quien los tortura sufren mucho” – piensa Alex mientras trasladan al prisionero – “Al principio me parecía muy cruel lo que hacía, pero luego aprendí a quererla mucho porque todo lo que hacía era por una buena causa. Ya me acostumbré a hacerle caso en todo lo que pide y ordena, nunca me meto en sus asuntos al igual que todos aquí”
Siempre que reviso este libro me da escalofríos por todo lo que ella guarda y hace. Es implacable y a veces parece no tener corazón, aunque yo sé que lo tiene muy en el fondo, pero lo tiene.
Mariam salió de aquel sótano en apariencia muy segura y decidida, altiva y dando órdenes sin titubear en ningún momento, sin embargo, apenas llegó al despacho de aquella hacienda tomo una botella de vino con las manos temblorosas, la descorcho y sin siquiera usar una copa, bebió directamente de la botella; mientras uno a uno los recuerdos del pasado como una maldición empezaron a llegar.
Honestamente Mariam sintió terror cuando ese hombre desconocido la reconoció y pronuncio en voz alta su verdadero nombre, pero flaquear era un lujo que en ese momento no se podía dar, se prometió no perder el control nunca ante ningún oponente a menos que tenga una estrategia ya implantada ante tal contingencia.
Escuchar ese apodo que por años ninguna de las personas que las rodeaba volvió a mencionar hizo que la piel se le escarapelara. Por otro lado, oír su nombre a viva voz y de alguien que no era precisamente cercano le hizo pensar en que debía desaparecer ese nombre de una vez por todas, cubrir cada uno de sus pasos y borrar del mapa toda huella y rastro que quedaba de ella. En la hacienda y alrededores todos solían llamarla señora cuando la veían de frente y ñusta cuando debían referirse sobre ella ante los demás, un apodo que le fue dado por una gran persona y a la cual le guarda un gran afecto.
En las fundaciones y obras caritativas la llaman “la señora sin rostro”, es de las pocas que deja un enorme donativo, pero nunca pone su nombre, ni mucho menos deja indicios de quien es, los orfanatos, hospitales, comedores populares y demás eran los más beneficiados en cuanto ella aparecía, nadie nunca mencionaba su nombre en ningún lado, mantener un perfil bajo era sin lugar a duda lo más importante para ella, patrona era otra de las maneras en que se dirigían a ella. En el banco y las otras empresas que le heredo Jota y el abuelo, la conocían con otro nombre.
- Ese hombre me reconoció, pero yo no tengo la menor idea de quién es él, debo averiguar que sabe de mí, no creo que me haya visto solo una vez; él dijo que trabajo para Jota… ¡Maldita sea! - se reprochó a mí misma lanzando la botella de vino a la pared- ese desgraciado está muerto, muerto- me repetía tratando de acallar mis pensamientos
Al hacerlo pense que se me quitaría todo el resentimiento que guardo por años en contra de aquel hombre que tan solo de oír mencionar su nombre la sangre me hierve y el corazón se mee acelera, su rostro se pintaba de color rojo, estallando en una gran colera. Botella en mano salió del despacho furiosa, una de las empleadas le ofreció algo de comer, pero ella respondiéndole algo molesta le pidió una botella más de vino para su habitación y que nadie la molestará durante toda esa noche.
Ya estando dentro y mientras tomaba directamente de la botella ese líquido embriagante de dulce sabor y exquisito aroma, de tonalidad roja sé quedó viendo fijamente a través de la ventana hacía la entrada principal.
Esta entrada era muy bonita, tenía el camino empedrado desde la puerta principal de la casa hasta la puerta de rejas que daba a la calle, la casa tenía un estilo muy clásico en realidad (debo decir que Jota era un maldito, pero tenía buen gusto). La primera vez que me trajeron aquí no pude apreciar bien cada detalle porque traía una venda en los ojos, pero tiempo después pude observarla con detenimiento, detalle a detalle.
FLASHBACK HACE MAS DE 10 AÑOS
- Ven aquí niña- expresó un hombre mientras tomaba bruscamente a la niña asustada que traía en la camioneta negra de lunas polarizadas
- No quiero estar aquí, por favor suéltame, déjame ir- gritaba la niña mientras su cuerpo caía al piso golpeándose con las frías y duras rocas
Ver su rostro deprimente y su actitud quizás y solo quizás por un momento logro que él hombre sintiera algo de compasión al ver su llanto.
- Lo siento mi niña, pero no soy el que toma las decisiones aquí, ahora sí no camina tienen permitido arrastrarla- ordeno
Mis ojos vendados solo percibían la oscuridad, mientras era arrastrada hacia el interior, lo supe porque el sol ya no se sentía tan fuerte como al principio. Los hombres sujetaron mis brazos con fuerza, me hicieron caminar torpemente hacia el interior y luego me hicieron subir las escaleras, subir cada uno de esos escalones con los ojos vendados fue de lo más complicado, caí un par de veces, pero eso no les importo en absoluto a los hombres que me llevaban, al final supongo que se cansaron de mi torpeza y en seguida me cargaron en hombros. Lo siguiente que sentí fue mi cuerpo impactando con la cama.
En el silencio de ese lugar lo único que se oyó fue mi ¡Auch! Que fue algo lastimero, pero cero importante para aquellos… sentada sobre la cama me dejaron en silencio y sin saber que hacer. Mis manos atadas hacia atrás no me permitían moverme con libertad sin importar el esfuerzo que yo hiciera, estuve inconsciente no sé por cuánto tiempo, solo sé que apenas venia abriendo los ojos y lo único que veía era oscuridad.
Estaba tratando de tranquilizar mi respiración y de poner en orden mis pensamientos, el único sonido que escuchaba eran las voces de mi cabeza y los canticos de los pajarillos, el ruido típico del campo supongo. Por un momento pensé que los que me habían llevado allí eran mis padres, recuerdo haberles dicho que quería una gran sorpresa para mi cumpleaños próximo, sin embargo, el modo en el que me trajeron no creo que sea propio de mi padre, así que me despertaron la duda.
- Señor hemos traído un regalo muy especial para usted
- ¿Regalo? ¿de qué se trata? Aun no es mi cumpleaños, es mas creo que esta bastante lejos aun
- Es un presente de su padre… el ultimo para ser exactos
- ¿de qué se trata? Estoy un poco ocupado y no me gustaría dejar mi trabajo por algo tonto
- Estoy seguro de que esto le agradara señor, sin embargo, le sugiero que vaya a su habitación dentro de un par de horas
El hombre no mencionó ninguna palabra, solo unos gestos y unas señas le dieron a entender al hombre que debía retirarse.
- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? - preguntaba al escuchar los murmullos
- Señorita póngase de pie
- ¿Quién esta ahí?
- Señorita por favor- la voz de lo que parecería ser una mujer sonó algo leve al acercarse a ella
- No, ¿Qué haces? Ya dije que no- grité al sentir como aquella persona se acercaba a mi
Las ataduras en mis manos se sintieron flojas, la cuerda ya no apretaba y podía moverlas con libertad, aunque aún estaban algo entumecidas. Me quité rápidamente la venda de los ojos, me puse de pie observando a 4 señoritas a mi alrededor.
- que-que que es lo que quieren ustedes? ¿Por qué están aquí? ¿Por qué estoy yo aquí? - pregunte
Ninguna de las mujeres respondió, solo miraban sobre la cama, así que me gire también para ver que sucedía; un vestido bonito y brillante, aunque algo corto yacía sobre la cama, una colección de joyas, conformado por una gargantilla y un par de pendientes brillaban desde la distancia.
-Qué sucede aquí? ¿Por qué nadie me responde? - grite
Las mujeres solo se acercaron a mí, parecían zombis, intentaron quitarme la ropa, sin embargo, no se los permití, las empuje y les gritaba que dejaran de tocarme y acercarse a mí.
- señorita por favor guarde silencio o todas seremos castigadas- pronuncio finalmente una de las mujeres
- que? no, ya déjenme… no me toquen, si no me tocan dejo de gritar- amenace
Inmediatamente después de que finalice mi amenaza la puerta se abrió y la figura de un hombre apareció. De edad mediana, alto, moreno y de un rostro bastante peculiar, tenia una enorme cicatriz que dividía su cara, siendo honestos ese hombre irradiaba miedo.
- ya quédate quieta niñita, deja que las señoritas hagan su trabajo… no me obligues a intervenir, te aseguro que no te gustara
- pero señor…
- pero nada, ¿acaso quieres que te desvista yo? – me pregunto molesto
- no señor
- entonces quédate quieta, no quiero oír una palabra mas
El hombre me amenazo y luego de ello se puso de pie, acomodo su camisa y salió fuera de la habitación. Acto seguido las mujeres balbucearon una que otra palabra dirigiéndome miradas de odio, para posteriormente ayudarme a quitarme la ropa. Era la primera vez que me encontraba desnuda ante alguien que no era yo.
Una de las mujeres me llevo al baño y me ayudo a bañarme, ni siquiera proteste debido al temor que ese hombre fue capaz de infringir en mí, era la primera vez que lo veía y deseaba que fuese la última también; no sabía que era lo que estaba sucediendo, lo único que puedo decir es que tenia miedo. ¡Auch! – pronuncie al sentir como la chica que estaba peinando mi cabello jalo con demasiada fuerza.
- Mis disculpas señorita, no quería
- ¡Oh, no! No hay problema, continua- pronuncio tratando de que no se sintiera mal y que a mí no me fuera tan mal
Al tiempo que trabajaban mi cabello también arreglaban mis uñas y me maquillaban, no entendía el punto de eso, sin embargo, puedo decir con total sinceridad que sentí terror. Todas esas cosas moviéndose entre mis manos, mi rostro y cabello me asustaban, nunca antes lo había hecho, nunca permito que toquen mi cabello y mucho menos me maquillen o pongan ropa demasiado reveladora, pero hoy, hoy no tuve elección.
- ¡Se ve tan linda! – pronuncio una de las chicas viéndome al espejo finalmente vestida
- No quiero esto, no quiero- manifiesto intentando sacarme el vestido
- ¡Alto, espera! ¿Qué haces eh? Quédate quieta si el señor Ramón te ve se pondrá furioso y lo pagaremos todas
Finalmente pude saber el nombre de ese sujeto, pero eso no solucionaba el problema y mucho menos me sacaba de aquel lugar.
- Falta algo- pronuncio una de las mujeres rociándome algo de perfume
- Cof, cof, cof! – tosí al sentir como la fragancia invadía mi boca
- Bueno, el trabajo está hecho es hora de irnos
- Que? no, ¿A dónde van? No me dejen aquí por favor- suplique tomando la mano de una de las mujeres
- Señorita por favor compórtese
- Creo que aún no le enseñan modales- manifestó otra riendo
- Pronto se los enseñaran
- ¿De qué están hablando? - pregunte con algo de temor
- Ya basta, dejen de decir tonterías, ya vámonos- volvió a insistir una de las mujeres a la que al parecer las otras 3 obedecían porque guardaron silencio y empezaron a empacar sus cosas
- Oigan no esperen, en serio, no me dejen sola
Mis suplicas parecían no llegarles, ya que ellas ni siquiera voltearon a verme, excepto cuando me oyeron caer al piso.
- No se caminar con estos- pronuncie señalando los tacones
- De aquí en adelante debes aprender a dominarlos, porque créeme que te harán falta....
- Aunque no creo que sea eso lo que necesite - se le escapa burlonamente a una de las mujeres ocasionando que aquella que me respondió antes le lanzara una fuerte mirada
La líder de las mujeres solo se giro para decirme aquello y después las 4 abandonaron la habitación sin pronunciar ninguna palabra más, yo intente seguirlas y salir, pero al instante que me acerque a la puerta escuche como esta era cerrada con llave desde el exterior.
“Calma Mariam, cálmate, esto es solo un sueño, una pesadilla… si tú te duermes y luego vuelves abrir los ojos vas a estar en tu casa nuevamente” … trataba de consolarme a mí misma diciéndome aquellas palabras, sin embargo, no podía disimular mi nerviosismo ante lo que estaba sucediendo, me miro al espejo y veo a una joven completamente diferente a la que soy, cubierta de maquillaje y vistiendo esta ropa que jamás en mi vida me hubiera imaginado.
La oscuridad ya rodeaba el lugar, la habitación lucia ordenada, no me había fijado mas temprano, pero ahora que la veo con mas tranquilidad puedo notar esos colores grises que hacen un juego perfecto con los muebles, todo se ve bastante fino y elegante; al principio pensé en que seria prostituida o algo así, sin embargo, al ver este lugar tan delicado y cuidado no creo que se trate de un prostíbulo y si es así debe ser uno bastante lujoso.
¡que estúpida! – me recrimino a mi misma al darme cuenta de los pensamientos que estoy teniendo, sin embargo, no dejo de pensar en que esto es bastante extraño. Y de pronto la puerta se vuelve abrir dejando ver la silueta del hombre que me amenazo.
- Haber niña, la persona que va entrar después de mi es bastante especial, no te niegues a nada de lo que vaya a pedirte, no pongas peros y tampoco respondas; es algo impaciente y te aseguro que no es tan amable como lo soy yo, así que mantén la boca cerrada
- Señor
- ¿Qué quieres?
- Esto es una broma ¿cierto?
- ¿Broma? ¡ha! Si por supuesto que es una broma… una broma que te costara caro si te atreves a hacer alguna de las cosas que te dije que no hicieras
- Pero señor…
- ¿Pero? Escucho un “pero” más y te juro que voy a golpearte hasta que me canse, ahora ten- me dijo alcanzándome un antifaz bastante elegante y que hacia juego con el vestido que llevaba puesto- usaras esto y más te vale que no te lo quites en ningún momento durante toda la noche- me advirtió apretando mi mano- ¿lo entendiste niñita?
- Duele, duele... por favor
- ¿Dime si entendiste lo que acabo de decir?
- Si señor, si
- Pobre de ti si no cumples con lo que pidan, juro que te mataré - vuelve a insistir vehementemente
- señor, por favor...
Pronuncio al sentir el dolor intensificarse, el hombre me pone el antifaz con sumo cuidado evitando que el peinado se arruine y luego se retira de la habitación, haciéndome una seña con los dedos, tratando de decirme que me estará vigilando. Intento salir de la habitación, pero esta ya esta cerrada con llave, mi corazón empieza a latir con rapidez y luego entro en pánico, trato de llorar, pero recuerdo las palabras del hombre y lo único que puedo hacer es temblar.
Puedo escapar por la ventana, pero a donde se supone que voy a ir en la oscuridad” – yo me rompía la cabeza pensando en que era lo que debía hacer, quería lanzarme por el balcón, pero sentía vértigo de solo pensarlo.
La manilla de la puerta fue girada y un hombre alto hizo su ingreso, su estatura era difícil de ignorar, de tes morena y cuerpo bien trabajado, traía el cabello bien peinado y el olor de su perfume era bastante fuerte, me hizo estornudar. En cuanto lo vi ingresar mi cuerpo se paralizo tratando de imaginar que era una estatua y que, si fingía no respirar él no notaria mi presencia y se iría, sin embargo, aquello no sucedió, estaba algo ebrio supongo porque se tambaleaba, aun así, yo no me moví, me quede de pie justo frente a él, quien tomo asiento después para observarme.
- Vaya, Ramon sí que sabe cómo agasajar a una persona- pronuncio el hombre- esta vez sí que se pulió
El hombre al verla así de pie, observó su delicada figura, sus largos cabellos castaños, sus labios ligeramente carnosos, detuvo su mirada en los senos pequeños de la joven, luego su mirada se centró en su fina cintura y sus largas piernas, su piel de tez clara la hacía lucir hermosa, causando que este hombre enloqueciera, su mirada descarada delataba sus intenciones. Después de observarla un momento ordeno que girara.
- ¡Quítate la ropa! – fue lo que dijo haciendo en automático que me pusiera a temblar
- ¿Que? - balbuceo para mí misma
- Que no oíste lo que dije- preguntó - que te quites la ropa- volvió a ordenarme
Yo no lograba dar crédito a lo que estaba oyendo, es por ello que lo ignore completamente, al parecer entre en trance al escucharlo, ni siquiera me percate que se había acercado a mí, en cuanto recobre el conocimiento vi como el vestido que vestía hace segundos yacía en el piso desgarrado.
- No, espera, que…
- Acuéstate en la cama- me ordeno
En cuanto estuve consciente de lo que sucedería después intente salir de allí, pero no me fue posible ya que al usar estos malditos tacones caí al intentar dar el primer paso, mismo que fue aprovechado por el hombre que me levanto del piso y me lanzo sobre la cama, trate de huir, pero me fue imposible, físicamente ese hombre era superior a mí en todo sentido, se abalanzo sobre mí y de allí no pude sacarlo, intente gritar en cuanto sentí su boca rozar mi piel, pero él fue más rápido y tapo mi boca con su enorme mano; al sentirlo dentro de mi grite de dolor, nunca antes me había pasado y fue doloroso, no dejaba de mover mis pies tratando de patearlo para evitar que el contacto siguiera, pero una bofetada detuvo mi lucha y me dejo inconsciente.
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La fiesta de fin de año en el prestigioso Club Central era de las mas importantes del país, la crema innata de la ciudad de Lima y del Perú entero se reunía para celebrar y darle la bienvenida a un nuevo año; aunque esa solo era una excusa para seguir haciendo negocios y crear nuevas alianzas.
La gala era bastante elegante y reunía a las familias de mas prestigio en el mundo empresarial, dentro de ellas la familia García dueños de las fábricas de textiles más grandes del país, los Ricci dueños del grupo de importaciones, los Breca dueños de hoteles, resorts y algunas empresas financieras, los Romero dueños de las empresas productoras de alimentos más importantes del país y finalmente los Valencia dueños del banco más grande el país que a su vez manejaban financieras alrededor del país y con sucursales en otros países; estas y otras familias se reunieron en aquella fiesta, tanto adultos como niños fueron participes de aquella velada hecha para celebrar, disfrutar y sobre todo socializar.
- A mi hijo le quedo gustando la jovencita esa
- ¿Cuál señor?
- Aquella, la nieta de Claudio Breca
- La jovencita de allá- menciona señalando a una dulce niña que se divertía oyendo las ocurrencias de su amigo
- Baja la mano, es de mala educación señalar a los demás así- regaño el hombre a su guardaespaldas que estaba de pie a su costado- pero si, aquella jovencita es del agrado de mi hijo, esta como idiota pensando en ella, así que he planeado darle la bienvenida a este negocio dándole como regalo aquella bella flor
- Señor ¿Qué está sugiriendo?
- Sabes a lo que me refiero Ramon, esa jovencita no será la esposa de mi hijo, pero servirá para mantenerlo a raya un rato, se la daremos como regalo y cuando se aburra puede tirarla a la basura como hace siempre con las otras chicas
- Pero señor es la nieta del señor Breca, no es cualquier chica
- ¿y? ¿Cuál es el maldito problema con eso?, ¡apellidos! Breca, Quispe, Romero, todas son lo mismo...
- señor...
- todas son carne en exhibidor esperando por el comprador más fino y delicado o el que más dinero tenga
- Podríamos meternos en problemas
- No te preocupes, yo me encargo… solo necesito que la hagas llegar sana y salva a la hacienda, te encargues de dejarla presentable para mi hijo y ya… ese será tú trabajo… ¿puedes con él o debo llamar a alguien más?
- No señor, yo me encargo
- Eso creí…- menciono el hombre palmeando el hombro de su empleado mientras no le quitaba la vista a la joven quien sonreía muy alegremente ante los chascarrillos de su amigo
- Si señor, pero ojo, necesito que ocultes el rostro de la joven, este tonto dice que está enamorado y que le gustaría pedir su mano… ¡detestable! … no quiero que la vea y decline, mis planes con los Romero no deben verse afectados bajo ninguna circunstancia y menos por un lío de faldas
- Si señor
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“El antifaz será suficiente”
La conversación que sostuvo en aquella fiesta con su antiguo patrón le hizo recordar el porque trajo a aquella niña allí, aunque al principio se negó a hacerlo por temor a como reaccionaria la familia de aquella joven, después cuando se la entregaron inconsciente no le quedo de otra que llevársela. Mandar que la arreglaran, maquillaran y vistieran lo hizo sentir como un proxeneta que dirigía un prostíbulo; aunque a juzgar por sus acciones anteriores no podía negar que era un poco el rol que desempeñaba; no era la primera vez que lo hacia después de todo.
“Ya de por si esta vida es complicada, los problemas no dejan de asediarnos; si Jota ejecuta algún movimiento brusco nuestra situación se complicaría aún más, tener aliados es importante en este negocio, arriesgarlo todo de esta manera no es correcto, no después de tantos años de trabajo y esfuerzo” … pensaba el hombre.
“No puede arruinar el futuro matrimonio de mi hijo, si eso llegara a ocurrir nos meteríamos en grandes problemas” … era lo que mas recordaba de aquella reunión y era lo que dentro de todo lo motivo a seguir las ordenes de un viejo cadáver.
El hombre dejo a la niña tirada sobre la cama algo frustrado porque no cumplió con las expectativas que tenía, físicamente se veía bien, aunque solo tenía una observación por ello “le falta pechos, pero por lo demás esta bien”
Carlos hijo al igual que el padre, eran dos hombres difíciles de complacer, exigentes en los negocios, en la comida, los lugares, pero sobre todo las “mujeres”.
- Señor
- Ramon, me agrada que siempre trates de complacerme, pero esa niña es más joven que las que acostumbras traer
- Señor ya se lo dije fue un regalo de su finado padre, el considero que esta jovencita podría traerle algo de alegría al corazón
- Mi padre siempre tan considerado- respondió con ironía- sin embargo, no me gustan las vírgenes- pronuncio cerrando su bata
- Señor
- La mujer perfecta debe tener un bonito rostro, piel suave, hombros firmes, cintura definida, buenas piernas, pero lo más importante son los senos, que deben ser grandes y lindos- pronuncio el hombre mientras le daba la espalda a su subordinado
- Si claro…
- Esos son los atributos que debe tener una mujer que pretende entrar en mis habitaciones… esta niña cumple con casi todo, excepto lo ultimo
- Esta jovencita fue la excepción a la regla- susurro Ramon
- No tuvo el rendimiento esperado, ni siquiera aguanto una ronda, es más se quejó y tuve que reprenderla... ¿Qué sucede contigo? Al menos deberías aleccionarlas antes de traérmelas
Lo reprendió con ironía mientras acomodaba su bata.
- No quiero volver a ver a esa niña, que sea la última vez que la traes ante mi- amenazo – me gusta su piel es suave y tersa, pero no logro satisfacerme completamente así que no la quiero más aquí... ¿me oyes?
- Señor
- No quiero ningún “pero” cumple mis ordenes
- Si señor
- Limpien mi habitación de inmediato
Ramon lo observo con detenimiento, su actitud era la típica de un joven Valencia. Desde que este cumplió los 18 años siempre anduvo detrás de él, vigilando cada uno de sus pasos y complaciendo sus caprichos, era inmaduro a pesar de tener más de 20 años, sin embargo, después de la muerte de Carlos Valencia padre este se convirtió en alguien más serio, asumió la responsabilidad de las empresas, volviéndose mas frio y déspota de lo que era antes.
“Digno hijo de su padre” … pensaba… “aunque me pregunto si tan solo supieras quien estaba detrás del antifaz seguirías pensando lo mismo” … Una sonrisa se le dibujo en el rostro mientras lo veía desaparecer en el pasillo… “aun tienes mucho que aprender”
- Solucionemos este desastre
- ¿Qué es lo que hizo esta vez? ¿Volvió a romper algo? - pronuncio la mujer de mediana edad
- Lo de siempre Rosa
- ¿Una chica más? … debí sospecharlo en cuanto vi aquellas mujeres ingresar con todas esas maletas- manifestó la mujer subiendo las escaleras
- Pero esta vez no es cualquier mujer
- ¿A qué te refieres?
- Ya lo veras- advirtió el hombre
Rosa una mujer de mediana edad algo regordeta y con los cabellos ya volviéndose plateados, lleva trabajando para la familia Valencia casi toda su vida. Siempre encargándose de limpiar el desastre que su adorado niño dejaba a su paso, siempre cuidando sus pasos, velando sus sueños y apoyándolo en todo.
- Veamos que hay esta vez… pronuncio abriendo la puerta
La cama deshecha, las sabanas revueltas y las almohadas por el piso, en el centro un bulto cubierto por una sabana.
- ¡Pero qué sucedió aquí! Señor, esto parece un campo de batalla y ese cuerpo… no, no me digas que esta vez mato a alguien
La mujer corrió hacia la cama al ver el bulto, removió la sabana del cuerpo dándose con la sorpresa de que se trataba de una jovencita. Su piel blanca, y sus cabellos castaños llamaron su atención, aunque quizá haya sido el hecho de que la joven estaba inconsciente lo que alerto su sentido. Le quito el antifaz viendo un bello rostro a pesar de la mejilla algo moreteada.
- Carlos ¿Qué hiciste esta vez? ¿Qué sucedió aquí? - pregunto la mujer indignada- esta señorita no es como la otras
- Claro que no lo es, te lo dije desde antes
- Pe-pe-ro…
- Mariam Benavides
- Esa niña… solo la vi en los periódicos, es tan linda, ¿Qué hace aquí?
- Un presente del señor Valencia padre
- Ese desgraciado… aun de muerto sigue haciendo su voluntad- susurro para sí misma
- ¿Eh? ¿dijiste algo?
- No, nada- respondió sin más- ni siquiera debo preguntar qué es lo que sucedió aquí ¿cierto?
- No es nuestro problema, solo ayúdame a dejar limpia a la joven y yo me encargo de lo demás
El hombre hizo que uno de los jóvenes que los acompañaba cargara a la joven hacia la habitación contigua, la dejaron en la bañera mientras limpiaban la habitación de donde provenía.
- Pobre niña
- ¡Ah, no! – la joven despertó en medio del baño pegando un fuerte grito
- Tranquila niña
- ¿Quién eres tú? ¿Qué suce…? .... auch!
Un derechazo de realidad llego en forma de recuerdo.
- ¡Espera! Yo estaba allí y luego...- mi mirada esta vez se centró en algo mas
La sabana en el piso era un indicador de lo que claramente había sucedido.
- ¿Entonces en verdad sucedió? - pregunte con resignación
- Niña…
- Tanto tiempo esperando por este momento y fue así como sucedió
Mis brazos se deslizaron en el agua, encogí las piernas y las sujete con fuerza, la mujer trato de seguir limpiándome, pero no se lo permití. Con la mirada desolada y los pensamientos perdidos lo único que podía hacer en aquel momento era llorar por lo que tuve y acababa de perder.
- Señorita
- Ya no soy una señorita… ¿acaso no lo ves? - pregunte molesta
- Niña…
Sus palabras tímidas estaban cargadas de vacío, ya no era una niña, tampoco una señorita; las lágrimas en mis ojos no podían dejar de fluir, cada maldito segundo en ese lugar fue como un horrible recordatorio de lo que me había sucedido.
Mi vida había dado un giro de 360 grados en tal solo 1 segundo, lo último que recordaba era haber estado volviendo de practicar mi rutina de natación como siempre, un hombre me detuvo para preguntarme la hora y después de eso todo se torno oscuro. “Debí haberle hecho caso a mama, jamás escuches a desconocidos, ignóralos… pero ahora ya es tarde”
- Terminaste con ella Rosa, debo llevármela ya
- Porque no dejas que descanse, se ve terriblemente agotada… Carlos no fue precisamente amable con ella- argumento la mujer
- ¿Cuándo es que Carlos ha sido amable con alguien? ¿Me lo recuerdas? Porque yo no recuerdo que lo haya sido con alguien jamás, talvez conoces a un Carlos diferente al que yo
- No hay necesidad de ser irónicos Ramon… yo solo decía
- Pues no digas Rosa, ese no es nuestro deber, ahora alístame a la niña que debo sacarla de aquí
- Si claro
La mujer asintió volviendo a ingresar al baño, intento sacar a la joven de la bañera, pero sus intentos fueron vanos, la joven no la dejo acercarse solo se encogió aún más.
- Niña por favor, vas a resfriarte si sigues allí, ven…
- Aléjese de mí, no se me acerque
- Por …
- ¿Rosa dije que te dieras prisa, que sucede? – pregunto el hombre abriendo la puerta
La joven no sabía dónde meterse en cuanto vio la figura del hombre, se sentía avergonzada y temerosa.
- Ramon por favor no te acerques, yo me encargo de traerla- pronuncio Rosa al notar la actitud de la joven
- Escúchame niñita… si no sales de allí ahora mismo y haces lo que Rosa dice soy capaz de pegarte un tiro aquí mismo, ya me hiciste perder la paciencia- amenazo el hombre mostrando el arma que llevaba en la cintura
- Guarda esa cosa Ramon, no es necesario que amenaces, ella va cooperar ¿cierto? - pregunto girando para ver a la muchacha
La joven asintió con la cabeza aun temerosa, el hombre volvió a cerrar la puerta, aunque la joven observo su aterradora mirada hasta el final y aun cuando no estaba podía sentir esos ojos negros amenazantes sobre ella.
- No hagas caso de Ramon, pierde la paciencia con facilidad, pero no es malo… bueno no tanto- aclaro sonriendo
Mariam cual zombi solo podía asentir con la cabeza mientras veía como la mujer la ayudaba a vestirse, sube una pierna y luego la otra, alza el brazo y luego el otro, date la vuelta e inclínate un poco; era lo único que oía durante ese momento; al finalizar la joven salió escoltada por la mujer de mayor edad quien con rostro compasivo solo podía observarla salir de la habitación.
- ¿A dónde me lleva? - pregunte con voz temblorosa
- Te dije que te portaras bien y es lo último que hiciste- le reclamo el hombre sujetando con fuerza su brazo- creo haber dicho que si hacías algo que molestara a ese hombre me las pagarías
- Déjeme, no, no quiero, no otra vez… por favor no- gritaba mientras el hombre sujetaba mi brazo
- Guarda silencio, voy a matarte si vuelves abrir la boca- amenazo
Detuvieron el paso a mitad del pasillo, el hombre se veía furibundo debido a que no logro llenar las expectativas de su nuevo jefe, así que jaloneo a la joven sin el mayor reparo, la sacudió un momento y luego continuaron el paso, la jovencita solo lloraba en silencio, incapaz de responder o emitir palabra alguna. “sí me negué ante ese hombre y me violo, ¿Qué sucedería si respondo a este que hasta un arma tiene?” … se preguntaba la muchacha viéndose en tal situación.
Iban atravesando el pasillo cuando una de las puertas se abrió, el hombre saco la cabeza por la rendija de la puerta ocasionando que la joven voltease a verlo; las miradas se cruzaron, aquellos ojos avellanos lograron que los ojos cafés de aquel hombre se abrieran enormes ante la sorpresa de verla allí; la joven por otro lado parecía haberlo reconocido.
- Pero que diablos sucede aquí, ¿Por qué tanto grito?
“pero, este me parece conocido, siento que lo he visto en algún lado antes, maldición” … se recriminaba por no poder recordar el rostro de aquel hombre… “espera, siento que lo vi… claro los periódicos… Carlos Valencia el de los bancos, el podría ayudarme” … con la esperanza de que este la ayudara no lo pensó dos veces y abrió la boca para pedir ayuda.
- Ayúdame por favor- pronuncio corriendo hacia él y sujetando su brazo
Mariam en ese instante solo pensó en que este la ayudaría, sin embargo, en cuanto vio con detenimiento se dio cuenta que eso no sucedería. “Esos ojos, los labios, esa nariz son del hombre que hace a penas algún momento abuso de mi” … pensó retrocediendo
- ¡Tu! - pronuncio recordando
- Disculpe señor, me estaba llevando a la señorita, pero…
- ¡Fuiste tú! - asevero ella soltando su mano- fuiste tu
- ¿Yo que? tu que haces aquí?
- Señor ya me la llevo, perdone la molestia- pronuncio el hombre
Este se disculpo y sujetando el brazo de la joven volvió a jalarla hacia su costado para después llevársela; estuvieron a punto de girar en la esquina del pasillo cuando Jota irrumpió su paso.
- Ramon!
- Si, señor
- Ven aquí…- ordeno haciendo un ademan con las manos
- Jaime- llamo este a su vez a uno de los jóvenes que vigilaba la casa- lleva a la señorita al auto y espérenme allí que ya bajo
La orden fue dada, el otro hombre tomo del brazo a Mariam nuevamente y se la llevo ante la mirada de Ramon y Jota, quien pensativo solo se rascaba la cabeza con desesperación.
- ¿Qué mierda fue eso?
- Señor ¿a qué se refiere?
- Ella- dijo señalando al final del pasillo- ¿qué hace ella aquí?
- Es el presente que su padre dejo para usted señor
- ¿De que estas hablando? - pregunto frotando su barbilla con frustración- estas diciendo que me acosté con esa niña?
- Si señor
- ¡Carajo! No, no, no… no debía ser así… ¡mierda! – pronuncio enojado pateando el marco de la puerta
- ¿ocurre algo señor?
- Sabes lo que ocurre- respondió apuntándole con el dedo- sabes muy bien lo que ocurre no te hagas el idiota, mantenías a mi padre informado de cada uno de mis pasos y ¿pretendes hacerme creer que no? … ¡que molesto!
- No entiendo a qué se refiere señor
- Quería que esa joven sea mi esposa, planeaba conquistarla y pedirle matrimonio después y lo arruinaste… lo arruinaste maldita sea… ¿estas feliz con eso eh?
- No señor
- Mi padre debe estar riéndose en su tumba después de haberme arruinado así, claro no podía permitir que arruine sus planes ¿cierto?... aun después de muerto sigue jodiéndome la vida
Meses atrás Carlos Valencia conoció por error a esta joven, su mirada cálida y sonrisa inocente lograron captar su atención desde el primer instante.
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Piura y Tumbes, dos de las ciudades más calurosas del país, entre los limites de ambos departamentos un pequeño distrito exclusivo para gente con mucho dinero, solo las personas más influyentes y adineradas podían acceder a un terreno aquí y eso lo sabia muy bien Carlos Valencia, tenia una hacienda de grandes hectáreas allí, lujosa por fuera y por dentro, había sido construida por sus abuelos varias décadas atrás, oculto a la vista de todos.
Mariam estaba de vacaciones allí durante el verano de aquel año, había sido hospedada por la familia Romero de cuya hija era amiga, esas malditas vacaciones sellaron su destino.
“Debes conocer a tu futura esposa, estoy más que seguro que te agradara” … aquellas palabras dichas por Carlos Valencia padre resonaban en la cabeza del hombre que sentado en una camioneta observaba al parque esperando que la joven que le había sido prometida llegase.
- Como si no tuviese suficiente con los negocios ahora pretende que también me haga cargo de una mimada y tonta niña… ¡maldición!... ¿Qué opinas de eso Gabo? - pregunto al chofer
- Señor no…
- Que vas a opinar tu si solo eres un chango más que está a sus órdenes- le increpo el joven sin apartar la mirada del parque
Tan solo minutos después vio a la joven arribar al lugar junto a un chico, pelota de básquet en mano la joven se apropió de una de las canchas del lugar. Sentados en una de las banquetas debajo de un árbol parecían esperar algo.
- ¡Vaya! Ni siquiera es tan femenina como la describió mi padre, mírala si luce como un hombre, supongo que deberé hacer un enorme esfuerzo para sostener esta mierda de matrimonio que piensan imponerme… ¡qué suerte la mía! - renegaba mientras caminaba hacia el par de jóvenes que jugaban muy amenamente
Estaban esperando algunos minutos, pero en vista de que Jota no aparecía empezó a retar al muchacho que la acompañaba para jugar basquetbol, estuvieron haciéndolo por largo rato, hasta que Jota quien observaba de lejos a través de la luna polarizada de su auto se acercó a ellos para presentarse.
A pocos pasos de llegar hacia ellos, una suave brisa logro volar el gorro de la jovencita mientras trataba de encestar la pelota, una hermosa cabellera levemente rizada y de color castaño se dejó ver en su máximo esplendor, el brillo en los ojos color avellana hacia un perfecto match con su delicada y suave piel blanca, aquellas cualidades sumado a la gran sonrisa en el rostro de aquella muchacha lograron dejar pasmado al joven por un corto periodo, pero no fue el único que quedo en ese estado gracias a aquella situación, el otro joven que la acompañaba se quedó boquiabierto al presenciar aquella belleza angelical.
- ¡Hey! Jhonatan despierta, estoy aquí- decía chasqueando los dedos- oye! - repitió volviendo a ejecutar el movimiento
- Eh, ¡sí! - respondió el joven algo apenado- si-si- sigamos con el juego, ven- dijo poniendo su mano en el hombro de la muchacha
- ¡Hola! soy Carlos Valencia, estoy buscando a Carla- menciono el joven con voz suave
La joven Mariam que en ese momento recordó que debía hacer un favor, irrumpió antes de irse.
- soy yo, soy Carla ¿en qué puedo ayudarte?
Jhonatan la observo con sorpresa, sin poder creer lo que acababa de oír, “pero si su nombre es Mariam, porque esta dicie… seguramente es otra broma de Carla” se decía a si mismo aun viendo con confusión aquella escena
- En realidad, venía a conocerte, papá me dijo que arregló una salida con tu padre, perdón la tardanza
- ¿salida? Hmmm, no recuerdo haber escuchado eso, de cualquier manera, tengo planes hoy, no creo poder salir contigo… lo siento- pronuncio algo desconcertada por lo dicho
- sí claro, por supuesto- respondió titubeante- debo asumir que no soy tu centro de atención- bromeo- si no quieres no hay problema- aclaró sin quitarle la mirada de encima
- lo siento- fue lo único que dijo alejándose del lugar
- entie…- ni siquiera termino de pronunciar la palabra que quería decir cuando vio a la joven marcharse
es bonita, claro que es bonita” … menciono soltando un suspiro… “definitivamente papa sabe lo que hace, él nunca se equivoca”
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El hombre claramente desesperado y sin saber que decir, solo frotaba su cabello y de cuando en cuando su barbilla.
- Señor
- Estoy pensando, déjame en paz
- Entonces me retiro señor, debo terminar la tarea que me encomendó
Ramon el fiel sirviente, se giro y camino decidido a ejecutar la orden que le había sido dada hace minutos atrás, sin embargo, Jota no estaba dispuesto a permitir que todo aquello terminase así.
- ¡Espera!
- Señor
- ¿Qué planeas hacer con ella?
- El señor Carlos me dijo que en cuanto usted se cansara de ella la ejecutara
- ¿Qué mierda estas diciendo?
- Fueron ordenes de su señor padre, no puedo contrad…
- Mi padre esta muerto, el jefe ahora soy yo, por lo tanto, las ordenes las doy yo
- Por supuesto señor… entonces permítame preguntar ¿Qué es lo que debo hacer?... usted no quiere el presente, no puedo llevarla de regreso con su familia, les contaría todo y nos meteríamos en problemas, ejecutarla es la mejor opción- argumento el hombre
- No vas hacer aquello ¿me oyes?
- Entonces ¿Qué sugiere que haga?
- Que se quede, quiero que de quede…. Pronuncio
Jamás unas palabras fueron una sentencia tan dura y cruel, una sentencia de muerte hubiera sido mejor que la vida tan miserable que dio inicio allí para mí.
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