Entre la oscuridad de tus ojos...
(Capítulo 1)
[Escritor]
-¡Mamá, papá! Ya me tengo que ir
-¿A dónde irás?
-Ya les dije... Iré con mis amigos, Arturo estará ahí
-Bueno, al menos irá alguien decente- Dijo su madre rodando los ojos- Sólo irá él ¿Verdad?
-Si... También estará Louis
-Bien, ya sabes que no quiero que te juntes con salvajes
-Si, lo sé mamá, te la pasas diciéndome lo mismo todos los días
-Tu madre tiene razón hijo, debes juntarte con personas de nuestra misma clase
-Ajá...
-Hijo, lo hacemos por tu bien, no sabes que costumbres raras pueden tener esos salvajes, nosotros somos personas civilizadas, con valores y moral, no puedes juntarte con cualquiera- Dijo la madre tomando su taza con té
-Si, si, lo que sea, ya me voy
-¡AÚN NO TERMINAMOS DE HABLAR!
Yuki salió de la casa y cerró la puerta antes de que terminaran de hablar sus padres.
-Tu hijo es un desastre Abraham
-¿Qué hicimos mal?
-No lo sé...
Yuki caminó un corto tramo y vió el auto de sus amigos.
-¡Eh chicos!
-¡Yuki!
Uno de sus amigos bajó el cristal del auto y saludó a Yuki.
-Pensé que no vendrías, ya nos íbamos a ir
-¡No pueden dejarme! Soy el alma de la fiesta
-Jaja, ¡En eso tienes toda la razón! ¡Sube!
Yuki subió al auto y sus amigos comenzaron a conducir.
-¿Qué le dijiste a tus padres para que te dejaran venir?
-Sólo les dije que vendría con ustedes
-¡Jaja! Menos mal
-Pero...
-¿Pero?...
-¡Se pusieron histéricos!
-No me digas... El mismo discurso de siempre
-Si...
-La señora Carolina y su esposo Abraham son unos exagerados... Sin ofender- Dijo Louis
-Es verdad... Sé que son mis padres, pero aveces siento que exageran
-Por cierto... ¿A dónde nos llevas Louis?
-Ya lo verán, ¡Es una sorpresa!
-Jaja
-¡Qué bien!
-Yuki, ¿Invitaste a Edwin?
-Si, lo invité
-Ya veo...
-¿Por qué preguntas?
-Bueno... Todos saben que es un hombre realmente intimidante
-Todos menos tú Yuki
-Jaja, tranquilos, no sería capaz de hacerme nada
-Bueno... Escuché que tienes una deuda con él... ¿No tienes miedo?
-En lo absoluto
-¿Enserio?
-¡Claro! Además, no sé por qué le dicen que es intimidante
-Jaja, bueno, la apariencia lo dice todo
..........
Mi nombre es Yuki, tengo 19 años y vivo en una familia con un linaje puro y millonario.
Mis padres son personas que viven en el clasismo, dejándose llevar por sus prejuicios. Es por eso que ni siquiera me atrevo a decirles quién soy en realidad.
Mi mejor amigo se llama Arturo, es de la misma edad que yo, nos conocemos desde que éramos unos niños gracias a nuestros padres. Mi padre y su padre son socios de una de las más grandes empresas del país, así que somos como familia.
Mi vida se resume en dos simples cosas: Fiestas y dinero, mucho dinero.
Jamás he tenido una relación seria, todas las personas con las que he estado me buscan por una sola cosa, "Dinero".
Crecí con los prejuicios de mis padres y las distinciones sociales, desde la raza, hasta el tono de piel. Tengo todo lo que quiero cuando quiero, lo cual hace la vida menos divertida, así que trato de vivirla al máximo.
Puede sonar estúpido, pero... Soy virgen... Si, lo sé, es muy visto que las personas que viven como yo tengan una vida sexual muy activa, pero la verdad es que prefiero guardar mi virginidad para alguien que pueda destrozarla de una forma inolvidable, y... Hasta la fecha no he encontrado a nadie.
Tres meses atrás conocí a un chico que al parecer era un ex boxeador famoso, todos lo admiran por su rudeza. Hablamos y nos hicimos cercanos, aquel chico es un adicto al sexo y al placer... Un día mis padres me castigaron por dos meses, y me dejaron sin dinero, Edwin se ofreció a ayudarme, a cambio de pagarle y darle satisfacción... Fuí un idiota por aceptar.
Personajes...
"Yuki"
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"Edwin"
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"Louis"
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"Arturo"
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Entre la oscuridad de tus ojos...
(Capítulo 2)
[Escritor]
Después de un rato los chicos llegaron a un bar lujoso.
-Wow, de todos los bares lujosos a los que he ido, este se ve genial- Exclamó sorprendido Arturo
-¡Es perfecto!
-Bueno... Bienvenidos a mi bar- Dijo Louis orgulloso
-¡¿Tú bar?!- Dijeron Yuki y Arturo al mismo tiempo
-Mi padre me lo regaló, dijo que sería bueno empezar un pequeño negocio
-Es correcto, mis padres me compraron un restaurante de comida china, pronto estará listo- Arturo sonrió al decir lo último
-Jaja, esperaremos
-¡Si! Y bueno... ¿Entramos?
-¡Vamos!
Los chicos bajaron rápidamente del auto y entraron al bar. Pocos minutos después llegaron amigos de Louis, Arturo y Yuki.
El bar se llenó por completo.
-¡Eh parce!- Dijo un hombre acercándose a Yuki
-¿Si?
-¿Cómo has estado?
-Se podría decir que bien
-Oye, oí que eres amigo del famoso ex boxeador ¿Es cierto?
-¿Te refieres a Edwin?
-Si, ¿Dónde está?
-Aún no llega, ¿Para qué necesitas verlo?
-Me gustaría hablar con él, tengo unas conocidas que quieren verlo
-Vale, en cuanto venga le digo
-Gracias, amigo
-Vale, ya, ve a la fiesta
-¡Adiós!
El hombre se fué y el celular de Yuki comenzó a sonar.
>¿Si?
>Busca la habitación número 3
>¿Habitación?
>Si, estoy en el bar de tu amigo, te estoy esperando
>Vale, voy para allá
Yuki colgó y buscó la habitación número 3 por todo el bar. Subió las escaleras y llegó a la zona VIP. El ruido del exterior se esfumó con la romántica melodía. Se dirigió más la fondo y vió habitaciones separadas una de otra, tenían números escritos en las puertas, buscó la puerta 3 y tocó.
Un chico de cabellos negros, se asomó por la puerta.
-Al fin llegas- Sonrió el chico
[Yuki]
Entré a la habitación y Edwin me abrazó.
-¿Para qué me quieres aquí? Te dije que te daría el dinero más tarde
-Hoy no te llamo por el dinero
-¿Entonces?
-Bueno... Hace tiempo que no recibo la otra parte de mi paga~
¡¿Tiempo?!, ¡¿Enserio dijo tiempo ?!
¡Lo hice hace apenas 2 semanas!
-Maldito animal caliente, ¿Acaso estás todo el tiempo en celo?- Dije burlándome y dándole la espalda
Edwin se me acercó y me abrazó por detrás, acercando su pecho desnudo hacia mi.
-Tienes un cuerpo exquisito... Y un trasero que cualquiera quisiera apretar hasta que se reviente
-¿Son las mejores palabras que se te ocurrieron?- Dije rodando los ojos- Que romántico, casi caigo a tus pies...
-Anda~
Estaba demasiado cansado como para complacer a ese idiota, pero recordé mi deuda, así que acepté.
-Está bien...
-Pues vamos~
Edwin se recostó en la cama y abrió sus piernas.
-Listo~...
Su ridículo rostro me hacía arrepentirme.
-Ven aquí~- Dijo tratando de coquetearme
Besé sus labios y quité su pantalón junto con su bóxer, me coloqué unos guantes de látex y coloqué lubricante.
Metí dos dedos en su entrada y comencé a moverlos.
-Ya estás mojado...
-Tú me pones así...~ Mhhh~
Seguí moviendo mis dedos en forma de tijera, explorando su interior.
-Ah~ Yuki~ ¿Por qué no metes tu p*ne?~
-Ya te lo dije, no te haré nada que tenga que ver con eso
-Jaja, vale~ sé que no quieres divertirte conmigo~
-Cállate o me iré
Seguí moviendo mis dedos y encontré su punto G.
-Ahhh~
Sus gemidos parecían escucharse a kilómetros.
Mientras movía mis dedos, sus piernas se movían, apretando más mis dedos.
-Ohh~ Dios~ Eres tan bueno~
Edwin tomó mi rostro con sus manos y me besó.
Su lengua exploraba mi boca lentamente, mientras que sus gemidos eran silenciados con mis labios.
-Dios~ Creo que me vengo~
-¿Otra vez?
-Ngh~
Tapé la cabeza de su miembro con mi dedo pulgar, evitando que se viniera.
-¡AHH!~ Ngh~
-Aguanta un poco más...
-No~
Seguí moviendo mis dedos y los metí más profundo.
Sus caderas se movían haciendo que mis dedos entraran más a su interior, metí un dedo más a su entrada.
Levanté mi mirada y vi como se mordía su labio inferior. Sus mejillas se hacían cada vez más rojas, y sus ojos reflejaban el placer.
-Ahh~ Por favor~
Sus mejillas se tornaban cada vez más rojas y sus gestos se volvían más intensos.
-Demuéstrame cuánto deseas venirte
Edwin besó mis labios de forma apasionada, mientras que sus manos recorrían mi abdomen.
Nos separamos dejando un fino hilo de saliva.
-Jaja, ¿Enserio?
-Ngh~ Yuki~- Dijo mirándome a los ojos- Por favor~
Ese hombre que causaba miedo a los demás, ahora me suplicaba, era tan sumiso que sonreí.
Me acerqué a su oído y le susurré.
-Está bien
Vi como se estremeció cuando mi aliento tocó su piel.
Quité mi dedo pulgar y se vino de inmediato. Todo su semen se esparció en su abdomen y en mi camisa.
-Mira... Me ensuciaste
Edwin se levantó y comenzó a lamer el semen.
Era increíble ver como el hombre que todos consideraban rudo, se portaba de esta manera.
-Eres tan sumiso...
-Gózalo...~
Fué subiendo hasta mis labios y me besó.
Después de un rato me levanté, me quité los guantes y los tiré a la basura. Recogí la ropa de Edwin y se la di.
-Toma
-Gracias guapo~
-¿Vas a bajar?
-Si, dicen que las bebidas son buenas
-Obvio, el bar es de mi amigo
-Vamos
Edwin se vistió y salimos de la habitación.
Unos intendentes entraron para limpiar el desastre que dejó Edwin.
Bajamos las escaleras y su rostro sumiso cambió al de un "macho" honorable.
Su tono de voz y forma de actuar era distinta cuando estaba en público.
-¡Eh! Yuki, siéntate con nosotros- Dijo Louis desde el otro lado de una mesa del bar
-¿Vienes?- Dije refiriéndome a Edwin
-Bien
Caminamos hasta donde estaba Louis y sus amigos.
Todos me saludaron y se recorrieron para darnos lugar.
-¿Y este tío que viene contigo quién es?
-Se llama Edwin
-Que onda
-Vaya amigo, tenés un porte de todo un macho, creo que te he visto antes
-¡Es cierto! Eres el boxeador que abandonó su carrera
-Así es
-Amigo, ¿Por qué lo hiciste? Tenías a un montón de fans, eras buenísimo con los golpes
-Bueno... La verdad es que el boxeo me aburría, mi padre compró dos empresas, así que ahora estoy dirigiendo una
-Que bien amigo, por cierto, tengo unas amigas que están buenísimas, y son tus fans, puedo presentártelas- Dijo el hombre guiñandole el ojo a Edwin
-Estaría perfecto
Los chicos se reían y para mi la conversación se hacía cada vez más incómoda.
-¿Y qué hay de ti Yuki?
-¿Ya tienes a una hembra?
-¡Ja! Tengo cosas mejores que hacer
-¡Perdón señor trabajo!
-Jaja
Pidieron botellas y bebimos hasta el amanecer.
Un terrible dolor de cabeza me recordó que tenía que regresar a casa.
Llamé a mi chófer y llegué a casa.
Mis padres estaba durmiendo, así así decidí subir a mi habitación de forma silenciosa para evitar su discurso.
Al llegar a mi habitación me cambié y me tumbé en la cama.
Estaba tan cansado que me quedé dormido.
Entre la oscuridad de tus ojos...
(Capítulo 3)
[Yuki]
Horas después, la terrible resaca me obligaba a mantenerme postrado en mi cama.
Mi puerta sonó y tuve que contestar.
-¿Si?
-Joven Yuki, sus padres lo están esperando abajo
-No bajaré
-Me temo que es importante...
-Bien... Voy para allá, gracias Luisa
Luisa es mi sirviente, es muy linda y cariñosa, ha estado conmigo desde que tengo memoria, es como mi abuela.
Me cambié y bajé las escaleras.
Me dirigí al enorme comedor y vi a mis padres sentados.
-Ya estoy aquí- Dije sentándome en mi lugar
-Buenos días Yuki- Dijo mi padre levantando una ceja
-Buenos días mamá y papá...- Contesté de mala gana
-Hijo, hay algo muy importante que tenemos que decirte
-Uy, muero de emoción- Dije en tono de burla
-Tu padre y yo hemos decidido que te harás cargo de la empresa
Estaba comiendo, y al oír a mi madre casi me ahogo.
-¡¿Qué?!
-Lo que oíste, te encargarás de la empresa
-¿Y por qué de repente me la dan?
-Los vecinos le dieron a su tonto hijo adoptado, su empresa
-¿Qué tiene que ver eso conmigo?
-El niño la está manejando muy bien y es una terrible competencia
-¿Y? Nuestra empresa es más reconocida, no hay por qué asustarse
-¡¡ES NEGRO CARAJO!!- Dijo mi papá exaltado- Imagínate que dirían los demás si se enteran que nuestra mayor competencia es la empresa de un negro
No respondí, no sabía qué decir.
-Sabemos que tú eres muy bueno con los negocios, así que queremos que manejes la empresa para que su estúpido negocio barato se vaya al carajo
Mis padres sin duda se estaban volviendo locos, ¿Cómo iba a poder manejar una empresa de un día a otro?
-Bueno, lo pensaré, me voy- Dije levantándome de mi asiento
-También es hora de que madures y te comportes como un hombre de verdad- Dijo mi padre
-¿Qué quieres decir con eso?
Mis padres se miraron mutuamente y mi madre sonrió.
-Hijo... Ve y ponte tu mejor ropa- Dijo mi madre sonriendo
-¿Para qué?
-Tendrás una cita con la hija de uno de mis amigos, se llama Maite
-¡¿QUÉ?! ¿¡ME ORGANIZARON UNA CITA CON UNA COMPLETA DESCONOCIDA!?
-¿Algún problema?
-¡Si! ¿Cómo pudiste permitir eso madre?
-Nunca has traído a ninguna chica con nosotros, así que te buscamos a una
Mi padre me hizo señas para que me acarcara a él.
Caminé hasta su lugar y puso algo en mis manos.
-Si tienes suerte los usarás, serás todo un hombre
Vi mi mano y...
¡CARAJO!
-¿Condónes?
Mi padre me guiño un ojo y movió la campanita que tenía de lado suyo.
-¿Si señor?
-Luisa, lleva a mi hijo a su alcoba, y asegúrate de que se bañe y se vea presentable
-Si señor
Suspiré y fuí con Luisa, tiré los condónes en la basura, no voy a usarlos.
Me bañé y me puse un traje.
(Escritor)
-¿Qué tal?
-Se ve muy guapo joven Yuki
-Luisa... Ya sabes que mientras no estén mis padres puedes hablarme informalmente, eres como mi abuela
-Jeje, bueno, es hora de que te vayas
-Luisa...
-¿Si?
-No quiero ir a la cita
-Si no vas tu padre se enojará tanto que te quitará la tarjeta de crédito
-¡Ja! Esa maldita tarjeta se puede ir, ayer lo gasté todo
-Yuki... Será mejor que vayas
-Es que...
-Lo sé hijo... Sé y entiendo tu secreto, pero haz el intento de hacerte su amigo por lo menos, tal vez sea una buena chica
-Tienes razón, haré que sea mi amiga
-Jeje
-Por cierto... Ya sabes... Mi secreto no puede escucharlo nadie
-Tengo la boca cerrada
La madre de Yuki iba pasando por el cuarto de su hijo y escuchó parte de la conversación de su hijo y su sirvienta.
-¿Secreto?...- Dijo alejándose
Yuki salió de su habitación y se dirigió hacia el lugar donde se vería con Maite.
Cuando llegó vió a una chica de cabellos dorados y ojos azules.
-¿Hola?
La chica vió a Yuki y sonrió.
-Tú debes ser Yuki, encantada
-Y tú debes ser Maite, encantado también
Yuki se sentó y ambos pidieron de comer.
-Nuestros padres son muy parecidos ¿Verdad?- Sonrió Maite
-Si... ¿Hacernos una cita sin conocernos? ¡¿Enserio?!
-Jaja lo sé, es una locura, ¿A ti también te obligaron a venir?
-Jaja si...
-Bueno, podemos ser amigos ¿No?
-¡Eso es justo lo que quería lograr! jaja
-¡Yo igual!
-Jaja, bueno, ahora somos amigos
La chica sonrió y terminaron de comer.
Después de un rato fueron al parque.
-Déjame ver si entendí, ¡¿Tienes un novio y no le has dicho nada a tus padres?!- Dije sorprendido
-Jeje, si...
-Vaya... Deberías decirles, así no te harán más citas a ciegas
-Jaja, tienes razón, ¿Y que hay de ti? ¿Tienes novia?
-¿Qué?... No... Claro que no
-¿Y novio?
-Bueno... Digamos que la soltería y yo tenemos una relación muy seria
-Jaja, tu humor está bastante roto
-Lo sé jaja
Yuki vió su reloj y se dió cuenta de que ya era tarde.
-¿Quieres que te lleve a casa?
-Si, por favor
-Vamos
Subieron al auto de Yuki y llegaron a la casa de Maite.
Los padres de ambos se encontraban en la entrada de la casa.
-¿Qué hacen aquí?- Dijo Maite
-No tengo idea...- Contesté confundido
Los chicos bajaron del auto y fueron hacia donde sus padres.
-Hola papá
-Hola hija- Dijo el señor José abrazando a su hija
-¿Qué hacen aquí?- Preguntó Yuki
-Bueno... Queríamos saber...
-¿Cómo se la pasaron?
-Muy bien, Yuki es un chico genial
-Jaja, lo mismo digo de Maite
-¡Perfecto! ¿Ya le pediste ser tu novia?- Dijo mi papá golpeándome suavemente con el codo
-¡PAPÁ!- Dijo Yuki entre dientes
-¿Hija? ¿No vas a responder?
-¡Padre!- Dijo Maite sorprendida
-No sean tímidos, ¡Vamos!
-En realidad...
-Somos amigos
-¡¿Qué?!- Dijeron ambos padres al mismo tiempo
-Así como lo oyen
-¿Por qué? ¿Mi hijo te hizo algo indebido?
-¡No! Claro que no, su hijo es encantador
-¿Entonces?
-Bueno... No sentimos atracción por ninguno... Y yo...- Suspiró Maite- Tengo pareja papá
-¿Y por qué no me lo dijiste?
-¡Siempre estás ocupado! ¡Nunca tienes tiempo para hablar conmigo!
-Lo siento hija... No lo sabía
-Claro que no...
Maite estaba llorando, así que Yuki le dio unas palmadas en la espalda suavemente para calmarla.
-Bueno... Fracasó nuestro plan de unirlos amigo
-Si... Ni modo, hay que hablar con nuestros hijos, lo bueno es que son amigos
-Si
Los señores se despidieron y Yuki subió con su padre al auto, en el camino nadie dijo ni una sola palabra hasta llegar a casa.
(Yuki)
-Tranquilo hijo, ya llegará la indicada
-Si... Muero por que llegue- Dije rodando los ojos
Subí a mi habitación y me lancé a la cama.
-Que día... Necesito despejarme...
Pero... ¿Cómo?
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