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DESTINO O CAUSALIDAD

capítulo 1

Ya estaba por terminar las labores diarias en mi oficina, cuando suena el teléfono. Me extrañó porque la centralista ya se había ido, al escuchar por segunda vez el timbre, supe que era una llamada directa, era habitual dejar las líneas directas cuando no estaba nadie en la central.

En primer momento pensé que era mi esposa porque teníamos una cita para cenar y estaba sobre la hora, escasamente tenía tiempo para llegar a casa y volver a salir.

Levanto la bocina y contesto.

-. Aló! Buenas Tardes.

Pensando escuchar la voz de Hane, pero no fue así, era una voz extraña pero a la vez familiar.

-. Buenas tardes Doctor Jesús. ¿Cómo está?

-. Disculpe señora está equivocada.

-. No, no creo estarlo porque tengo su tarjeta de presentación en mi mano. Entiendo que es tarde para atenderme, pero ahora justo fue que logré la llamada, todo el día la línea ha estado congestionada, imagino que muchos pacientes concretando citas.

-. Disculpe una vez más, está equivocada.

Dije por segunda vez.

A lo que ella no hizo el menor caso y continuó.

-. Es primera vez que concreto cita con usted, por favor no me niegue la posibilidad de atenderme, he oído que usted es muy buen terapeuta, eso es justo lo que necesito, una buena terapia para aliviar toda esta carga que llevo encima.

-. ¿Cómo es su nombre señora?

Pregunté, para con más propiedad decirle que estaba equivocada. Pero, al escuchar su nombre, cambie totalmente de opinión.

-. Mi nombre es Susej Terranui, estoy llamando por recomendación de una amiga, dice que usted es un ángel.

Al escuchar ese nombre entendí por qué esa voz me era tan familiar.

Pensé, es casi imposible que existan dos personas con ese nombre, aunque no era total esa posibilidad.

Entonces decidí preguntar un poco más. Por un momento llegué a pensar que me estaba tomando el pelo, pero no entendía bien cuál era el fin de su broma.

-. Disculpe señora ¿Puede repetir su nombre?

Ella contestó tan claro como la primera vez.

-. Susej Terranui.

Mis dudas fueron aclaradas.

-. Señora Susej ¿Quién le recomendó conmigo?

-. Mi amiga Susan Martínez, ella me dijo que sus terapias son muy efectivas.

-. Me alegra escuchar que mis pacientes tengan esa imagen de su terapeuta. Le explico, tengo una emergencia familiar y debo atenderla, ¿Puede usted llamar mañana?

-. Haber empezado por ahí doctor ¿Dígame a qué hora le llamo mañana?

-. Llame a las 2:00 pm, por favor.

-. Con mucho gusto doctor, felíz tarde.

-. Felíz tarde.

Luego de colgar la llamada, apagué mi PC salí a la carrera porque tenía casi media hora de retraso. El camino a casa fue rápido, gracias a Dios, la vía estaba despejada.

Llegué y entré corriendo, directo a la ducha, mis hijos y esposa ya estaban listos, soltaron carcajadas al verme entrar despavorido.

-. Ja, ja, ja, ja, ja, ja.

-. ¿Y a ti qué te pasó? ¿Vienes mal del estómago?

Sabiendo bien cual era mi urgencia, sólo pasé por la ducha como un rayo, y salí igual de veloz a la habitación. Mi esposa ya me había seleccionado el traje que usaría.

Cogí toda la ropa y sin detallar mucho, me vestí, en casi 10 minutos ya estaba presto para salir. En la camioneta terminé de colocarme la corbata y estaba bañado, esta vez de sudor. Los niños me veían y seguían riendo.

-. Ni cuando ibas a pedir la visa a la embajada fuiste tan diligente amor.

-. Este compromiso es más importante que el llamado de la embajada je, je, je, je.

Luego de tanto corre, corre, la cita con mi familia fue tomando forma. Ya más calmado y en la entrada del restaurant, Hane tuvo que acomodarme la corbata que estaba algo fuera de lugar. Mi hija que ya tenía 12 años comentó:

-. Papá cuando llega tarde es más diligente para estar listo a la cita. Aunque debíamos grabarle un video para que se vea como Mario Bros.

Hice una mueca para no responderle nada. Entramos al lugar, en la recepción nos indicaron la mesa que íbamos a ocupar, se acerca el mesonero y nos dice:

-. Bienvenue. Bon soir Monsieur ¿Comment allez vous?

-. Bon soir três bien, merci! Spagnol s´ill vous plait.

-. Perdón señor, son las reglas.

-. Mi francés está oxidado, usted me entiende.

-. No se preocupe señor, cuando guste puede ordenar.

Todos ordenamos. Mientras comíamos conversábamos Hane y yo. Le comenté lo sucedido y causa de mi retraso.

-. Yo pienso que ella quiere acercarse a ti, y no encuentra la forma, entonces buscó esa excusa.

Dijo Hane.

-.Yo pienso lo mismo, aunque en esos casos ella no sabe disimular, ya hubiese soltado la risa o colgado la llamada. Más bien la escuché ahogada por algo y está buscando salida.

-. Bueno, bueno… dejemos a Susej y sus vainas para luego. Comamos en familia sin que nadie más nos quite la paz.

-. Tienes razón amor, hoy es nuestra cita, nadie debe quitarnos la paz.

Contesté.

Los niños comieron cacareando como gallinas y fue necesario pedirle que hicieran silencio en varias ocasiones.

Luego de cenar, los pequeños y mi esposa Hane me pidieron fuésemos a comer helados, yo estaba muy lleno porque comí todo el plato.

-. No creo poder comerme un helado, la cena me dejó muy lleno.

-. Como no vas estar lleno si devoraste la cena casi sin cogerle gusto.

Dijo Hane.

Y los niños una vez más carcajearon.

-. Hoy has estado muy gracioso papá.

Esta vez fue mi hermosa hija Daimar.

-. Ja ja ja.

Contesté irónico.

Ella hizo muecas y sonrió.

-. Bueno niños y niño mayor.

Llamó la atención Hane.

-. Vamos a comer helados, ya nos debes muchos paseos y se terminó la discusión. A comer helados, que papá invita.

Entre risas y canciones tarareadas seguimos hasta llegar a una pequeña plaza donde los tráiler de comida chatarra abundan.

-. Qué triste que mi estómago este lleno.

Dije.

-. ¿Acaso quieres comer frituras?

Preguntó Hane.

-. No cariño, solo tengo un estómago y está lleno de camarones rebosados.

-. Ni te atrevas a intentar semejante grosería.

-. ¡Ya pues! No tengo intenciones de comer nada.

-. Solo helados.

capitulo 2

Poco a poco el sueño fue amilanando todo el barullo que tenía en mi mente, hasta que reaccioné de un salto con la alarma del reloj despertador.

-. Mierdaaa.… ya es hora de levantarse a trabajar.

Dije sobresaltado.

Hane con el sueño aún en los ojos, se colocó su bata y se fue a la cocina a preparar el desayuno, yo a la ducha a darme un baño y vestirme para salir.

Salí de la regadera, ahora sí bien despierto, fui al closet, decidí no ir al trabajo de traje como de costumbre, esta vez tome ropa y zapatos casuales, un abrigo para el frío en la oficina. Bajé a tomar el desayuno y cuando mi esposa me vió, dijo:

-. Hey, hey, hey ¿Y a dónde va el señor hoy que no lleva puesta su corbata?

-. No mi amor, hoy no voy de traje al trabajo, iré así casual, estoy algo cansado de los trajes ¿Qué tenemos para desayunar?

-. Pan, mermelada, huevos revueltos, queso, jugo de naranja y un café amargo.

-. Muy bien amor, buen apetito. ¿Los peques están dormidos?

-. Buen apetito. Sí aún entre sábanas, luego los levanto y les preparo su desayuno. Retomando el tema de anoche ¿Crees que Susej te llame? Ten mucho cuidado, no vaya la señora a involucrarte en sus problemas, mira que después de descubrir tantas de sus… bueno no quiero que te enrede en su telaraña.

-. No te preocupes mi amor, de eso puedes estar sin cuidado, la conozco bien como para caer en sus ba… tú me entiendes.

Ya terminado el desayuno Hane tomó mi maletín y me acompañó hasta la puerta, me dio un beso y me hizo la cruz como todos los días.

-. Dios te proteja mi cielo, que tengas buen día.

-. Amén amor, gracias, besos a los chicos cuando despierten.

-. Hasta la tarde.

Salí en la camioneta con precaución porque estaba lloviendo y el asfalto se pone resbaloso, no iba con prisa porque llevaba buena hora.

En el camino vi un accidente un tanto trágico, un conductor se salió de la vía y lastimó a unas personas, más adelante el semáforo estaba dañado y tenían dos policías dirigiendo el tráfico, uno de los policías era mi amigo Denny, tenía ya casi 20 años de servicio intachable, al pasar a su lado bajé el vidrio y le saludé.

-. Buenos días señor policía.

-. Hooola Damir, ¿Cómo estás? Tiempo de no verte, ese trabajo de oficina te está envejeciendo je je je. Que estés bien amigo, recuerda que los celulares existen.

Solo saqué mi mano y le dije adiós. Tenía mucha razón, pero también era cierto que me alejé de él porque descubrí que se estaba ligando a Susej, y su esposa era muy amiga de Hane y no quería verme involucrado en esos problemas de pantaletas.

Llegué a la oficina y mi asistente Rita, se sorprendió al verme en ropa casual.

-. ¡Ooooh Señor Damir! Hoy sí que se ve diferente, esa ropa le va muy bien.

-. Sí verdad, los trajes me hacen ver como Ebenezer Scrooge.

-. Noooo señor, usted luce bien de traje, pero hoy, se ve muy bien con esa ropa.

-. Gracias Rita, tráeme por favor un café con dos cucharadas de azúcar y un poco de crema de leche.

-. Sí señor, como usted ordene.

-. ¿José no ha llegado aún?

-. No señor aún no llega.

-. A ese jefe nuestro ya creo que le están cayendo los años juntos, está muy flojo.

Entré a mi oficina, prendí el aire, la PC, y me senté, en eso entró Rita con mi café.

-. Muchas gracias, preciosa.

-. A su orden señor.

Rita era una asistente muy eficiente, ya tenía muchos años en la empresa, cuando yo empecé a trabajar. Ella me enseñó muchas cosas, tenía un aire a monja y la ropa que usaba siempre le hacía ver, dijera mi amigo José Domingo:

<>

Pariguaya es una palabra Dominicana que significa: motolita, anticuada.

Pero eso sí, muy eficiente e inteligente, siempre decía que podía ser monja, excepto por su nombre: Rita, entonces sería Sor Rita\= sorrita \=zorra. Con un nombre así la iban era a expulsar del convento.

Jamás usaba algo ajustado al cuerpo, siempre sus faldones y blusas anticuadas. Recuerdo una vez que la invitamos a salir y le dimos unas copas de vino, eso fue suficiente para embriagarse, estábamos cerca de una fuente, de repente se quitó la ropa y se metió en el agua, según porque le dio un sofoco.

En esa ocasión pudimos ver semejante cuerpo que esconde el montón de trapos que lleva encima a diario.

Siempre se ha sabido que es virgen, nunca ha tenido novio. De cuando en cuando le dan unas morideras que José, mi jefe, dice qué es calentura y se resuelve buscándose un marido.

Luego me concentré en mis quehaceres hasta que llegó José y me invitó a almorzar en el restaurant de la esquina que sirven unas comidas con bastantes frituras y una que otra vez vamos a meterle colesterol al cuerpo.

Regresamos otra vez a la oficina a trabajar, debíamos atender muchas cotizaciones.

Estaba muy lleno para tomar un café, llamé a Rita:

-. ¡Aló! Rita.

-. Si señor dígame.

-. ¿Puede usted prepararme un té de Jamaica caliente? Por favor.

-. Como usted ordene señor.

-. Gracias Rita, usted es un sol.

Estaba revisando documentos cuando entró Rita.

-. Permiso señor, aquí tiene su té de Jamaica.

-. Pasa Rita.

-. ¿Con dos cucharadas de azúcar señor?

-. Si por favor. Rita una pregunta.

-. Dígame señor.

-. ¿Por qué usted de vez en cuando no hace como yo?

-. No entiendo señor.

-. Bueno, cambie esa vestimenta, use lentes de contacto, esos tipo Betty la fea, ya están viejos y son anticuados.

-. ¡Ay señor! Usted si es malo.

-. En serio le digo Rita, usted es una mujer muy bonita, muestre su belleza búsquese un no…

Cuando sonó el teléfono y fui interrumpido.

-. Disculpe señor, debo ir a atender la llamada.

-. Vaya Rita, pero, piense bien lo que le acabo de decir.

Alcancé oír que Rita decía que estaba equivocada y colgó la llamada.

Casi inmediato vuelve a sonar el teléfono y atiende una vez más.

capitulo 3

-. Ya le dije que está equivocada, aquí no trabaja ningún doctor llamado Jesús.

En ese momento recordé y casi gritado le llamé:

-. Rita, páseme esa llamada.

-. ¿Cómo dijo señor?

-. Que me pase esa llamada por favor.

Ella se encogió de hombros y me pasó la llamada.

-. Buenas Tardes señora Susej.

-. Buenas tardes doctor Jesús ¿Cómo está?

-.Muy bien gracias a dios.

Tapé la bocina y le pedí a Rita que cerrara mi puerta.

-. Disculpe el infortunio, cuénteme en que la puedo ayudar.

-. Doctor, como le dije ayer, tengo, es más, necesito hacer terapias, ya la conciencia me va a matar.

-. ¿Su nombre es Susej Terranui?

-. Si doctor soy yo.

-. ¿Y cómo le gustaría hacer las terapias?

-. No entiendo doctor

-. ¿Las quiere hacer en consulta o por llamadas telefónicas?

-. ¿Y se puede? Mi amiga no me comentó que también se podía hacer por llamadas.

-. Es una nueva modalidad que está dando buenos resultados. Además, usted puede mantener su anonimato.

-. Por el anonimato no hay problema doctor, usted sería mi terapeuta, sabrá guardar mis confesiones, porque es su deber como profesional.

-. Le ofrezco esa modalidad para que no tenga que venir hasta mi consulta. Igual es usted quien decide como tomar sus terapias.

No se me ocurría nada más, si ella decidía terapias presenciales estaba fuera del juego y jamás sabría que quería ella en realidad, tampoco sabía a ciencia cierta si se podía hacer una terapia vía telefónica

-. Me parece justo doctor.

Dijo ella.

-. ¿Sabe el costo de la consulta?

Porque como dije no tenía la mínima idea de donde me estaba metiendo.

-. Mi amiga Susan me dijo que son 20$ cada consulta.

Viendo bien con cuatro terapias al día me gano lo que en la oficina me pagan en una semana.

-. ¿Le parece justo el precio?

-. Si es como dice mi amiga que es tan efectiva, valdrá bien la pena la inversión. Usted me dice cuando comenzamos.

-. El lunes próximo comenzamos.

-. ¿Y por qué no comenzamos antes?

-. Porque esta semana ya tengo copadas todas las horas, sería una falta de respeto citarla y no poderla atender.

-. Siendo así doctor nos vemos el lunes próximo, perdón, nos escuchamos.

-. Muy bien, espero su llamada el lunes.

-. Pero, no me ha dicho la hora.

-. Su cita es a las 5:00 pm, eso sí, espero solo diez minutos, pasado ese tiempo cancelo su cita.

-. No se preocupe seré puntual.

Luego de hablar con Susej fui directo a la central telefónica a hablar con Rita.

-. La llamada que le pedí nunca sucedió ¿Me entiende?

-. Perfectamente señor.

-. Si el lunes usted se va antes de las 5:00 pm le agradezco dejar la línea directa a mi extensión.

-. Si señor como usted ordene.

-. Y para aclarar dudas, no le soy infiel a mi esposa, pero hay cosas que no se pueden explicar, por lo menos en estos momentos.

-. Yo simplemente soy su asistente señor.

-. Y ahora mi confidente Rita.

-. Buee… bueeeno señor.

-. Usted solo haga lo que yo le pido y no diga nada a nadie.

-. Está bien señor, tal cual será.

Luego fui a mi oficina, dejé a un lado lo que estaba haciendo, entré a un buscador de internet a revisar, y sí, ciertamente encontré muchas páginas donde hablaban de cómo hacer terapias vía telefónica, comencé a leer para instruirme sobre los próximos pasos que debía dar.

Me puse a pensar: si el destino la puso en mi camino por alguna razón debía ser.

-. Tengo que averiguar lo que ella está tramando o ¿Cuál es el motivo de su llamada?

Ya decidido a arriesgarme volví a revisar los presupuestos, porque tenía que entregarle status a José al final del día. Era una tarea que me pidió que hiciera por encima de todo el trabajo pendiente. Terminé dicha tarea envié los reportes a José. Cerré mi PC, apagué el aire y las luces, cerré la puerta con llave y al girar estaba Rita parada justo en frente, como esperando una respuesta.

-. ¿Te sucede algo?

Le pregunté.

-. No señor, bueno sí, bueno no, ¡Ay Dios! señor no sé cómo decirle.

-. Habla Rita en perfecto español.

-. Es queee, lo que pasó hoy me dejó intrigada. Usted es un hombre muy correcto y no creo que esté siéndole infiel a su esposa.

-. ¡Bien bueno pues! ¿Tú estás interrogándome? ¿Acaso Hane te paga para que me vigiles?

-. Perdón señor, sólo que le tengo mucho aprecio y admiro como es usted con su familia.

-. Tranquila Rita, no estoy haciendo nada indebido, pero sí voy a necesitar de tu ayuda. ¿Vas a tu casa? Porque si quieres te doy el empujón, así te evitas ir en bus, a esta hora todos van llenos y te costará tomar uno.

-. Está bien señor y gracias.

Fuimos hasta el estacionamiento, antes de subir a la camioneta me provocó unos donuts. Entonces le dije:

-. Rita ¿Puede usted ir a comprarme unos donuts y compra algo para usted también?

Ella emocionada cual niña gritó:

-. Siiii ¡Claro que sí!

Luego aclaró su garganta un par de veces y dijo:

-. Perdón, señor, sí señor con mucho gusto.

Mientras yo calentaba la camioneta, ella regresó con los donuts. A poca distancia de montarse la brisa sopló fuerte, la falda se le pegó al cuerpo, dibujando una figura muy bien definida. Entones me dije:

-. Tan buena que está la mujer y siempre anda tapizada con esos trapos.

Cuando abordó se ajustó los lentes en señal de nerviosismo, porque sabía que yo había visto su figura. No dijo ni media palabra en todo el camino, estaba segura de que le diría algo. Cuando llegamos donde se quedaba sólo se despidió.

-. Hasta el lunes señor, felíz fin de semana y gracias por traerme. ¡Ah! se me olvidaba, gracias por los donuts.

-. Cuídese Rita, felíz fin de semana.

Yo continué mi camino a casa, al llegar los chicos pidieron chocolate caliente para acompañar los donuts que les llevé.

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