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Alpha'S Hard Romance

Capítulo 1: ¡¿Estás de Broma, Luna?!

—Mikaela. —Le llama Tony.— ¡Mika!

— ¡Qué! —Respondió la mencionada de su cama.

—Despierta floja, hoy es tu cumpleaños.

—Por eso mismo, déjame dormir más.

—Nel floja, ya son las diez.

—Cinco minutos más...

—Eso dijiste cuando eran las ocho.

Mikaela le ignora y continua su descanso, Tony por su parte, le da un ligero tic en su ceja izquierda, toma las sábanas de su hermana y tira de ellas hasta descubrirla.

— ¡Levántate de una vez tenemos que cazar! —Exclamó Tony.

— ¡Uhm! ¡Bien vámonos! —Acabo rendida Mikaela ante la insistencia de su hermano.

Mikaela se levantó y cambio su ropa de mala gana, ya que ella quería seguir durmiendo. La ventaja para ella, es que su ropa, no refleja su mala gana, así que es ventaja de las prendas, eso piensa.

Tony y Mikaela apenas bajan de las escaleras de la casa, cuando de repente a Mikaela le cae confeti en la cabeza y serpentinas de colores junto a un gran grito de todos los que se encontraban en la casa.

— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! —Exclamaron todos.

Mikaela sonríe ampliamente mientras abraza a toda su familia, y con lo que ella se refiere con toda la familia, es todo el clan Aaiss

— ¡Felicidades amiga! —Le felicito Lily, beta del clan Aaiss y mejor amiga de Mikaela.

—Gracias Lily. Ya 21 años ¿Qué tal eh? —Respondió Mikaela.

—Nada mal, me sigues llevando la delantera por unos meses pero nada mal.

—Hmp, bueno, los veo en un rato iremos a cazar. Por cierto ¿Cómo sigues de tu tobillo?

—Ya mejor, gracias por preguntar.

—De nada.

— ¡Mika! —Le llamó Tony.

— ¡Ya voy!

Mikaela fue tras Tony, el cual le pidió que tomara su forma de lobo y así fue. Tony llevó a Mikaela a correr a un rumbo que no parecía fijo a muchos kilómetros de distancia del clan, ya después de dos horas de correr sin casi parar, regresaron al clan.

—Oye. —Le llamó Mikaela jadeando.— ¿No se supone que íbamos a cazar?

—No, la idea era hacerte despertar, jaja. —Respondió Tony con carcajadas.

— ¡Tony!

Mikaela gruñó en su contra y persiguió a su hermano por todo el clan Aaiss, él ya estaba exhausto después de la larga corrida de dos horas, Mikaela también lo estaba, pero aun así tenía algo de energía extra como para perseguir a su hermano.

Mikaela consigue atrapar a Tony y lo deja colgado de un árbol de cabeza, como un siervo u oso que cae en una trampa de humanos.

El aullido de Tony era insistente, después de solo cinco minutos Mikaela fue por él.

—Ah, sabía que no me ibas a dejar abandonado aquí. —Le dice Tony en modo dramático.

—Cállate. —Respondió ella sacando la lengua.

—Nah, a ti te dura poco la dureza, tú no eres de castigar.

—Punto a favor tuyo.

—Gracias.

Durante el camino de regreso a su casa, apenas entraron y mandaron de inmediato a Mikaela a su habitación, toda la mansión Aaiss es un relajo por adornarla.

Mikaela por su parte, se preparó para la fiesta, procuró algo sencillo y muy cómodo de usar, se fue por un skinny claro unos converse blancos de botín, una blusa holgada gris con top debajo color azul cielo, una chaqueta mezclilla del mismo color que el pantalón y un gorro azul, junto con un maquillaje un poco fuerte para resaltar y su cabello suelto.

Para los lobos Aaiss, del Tundra, pese a que hace un frío bastante interesante, para ellos es muy acogedor, pueden vestir casi como verano y no les afecta mucho, claro, mientras la temperatura no pase a menos cero.

Y así fue, dieron las diez de la noche y apenas empezaba la fiesta, a pesar de que era el cumpleaños de Mikaela, el padre de ella, le dio aviso de que invitaría a un alfa en específico, ya que son amigos de hace tiempo, pese a la rivalidad que hay entre sus clanes.

Claro, estaba por demás que quería presentarme a su hijo, pero al decirme que clan es, claramente mostré que rodee mis ojos en señal de desacuerdo.

—No sé como pueden ser amigos sabiendo la relación de los clanes como están. —Le dijo Mikaela.— Pero de antemano, padre. No pienses que me acercaré al hijo de tu amigo, podré ser cortés, pero no para unir las manadas.

—Hija. —Le responde su padre.— Han sido 500 años de batalla sin sentido entre los Aaiss y Zwarte, ¿hasta cuando seguirán con eso?

—No lo sé, pero acepto que hayas invitado al alfa, pero no a la idea de que me presente a su hijo, voy con los demás a la fiesta. Hoy es un día de diversión y alegría, no me lo arruines con esto.

Mikaela le da la espalda a su padre y se va con los jóvenes del clan que se encuentran en el patio trasero de la mansión Aaiss, preparan la música y los remixes para empezar la fiesta, nada podría salir mal ese día, era su cumpleaños ¿Qué podría salir mal?

Mientras que en las plenas entradas del clan Aaiss, algunos visitantes, llegaron un poco pasado del tiempo de la hora en que la fiesta había empezado.

—Realmente siento que es mala idea venir aquí. —Dijo un joven de ojos potentemente amarillos.

Mientras caminaban y él dijo ese comentario, muchos miembros del clan Aaiss los miraron con desconfianza y al mismo tiempo, inseguridad, muchos estaban con la guardia en alto expectante de cualquier movimiento en falso que vayan a hacer esos visitantes.

—Relájate amigo, si el anterior alfa de los Aaiss le mando invitación a tu padre es porque espera que no haya ningún conflicto. —Respondió un joven de ojos café muy claros.

— ¿Y tú como puedes estar tan relajado? —Preguntó el oji amarillo.

—Quien sabe, ¿quizás porque no ando viendo a los lobos Aaiss como amenaza sino totalmente relajado? ¡Hola!

El joven de ojos café claros, saludo a una joven chica Aaiss con una gran sonrisa y la joven un poco tímida, devolvió el saludo, pero no tardo en aparecer un joven que al ver a la chica y a quien saludaba, mostró una reacción celosa contra el joven visitante.

—Calma, solo saludo a los anfitriones del clan, pero igual, hola a ti, compañero de esa chica. —Calmo el joven de ojos claros.

El chico Aaiss se sorprendió, pero devolvió el saludo.

—Realmente eres extrovertido. —Suspiro el oji amarillo.

—Sí, es lo bueno, así me hago amigable de muchos miembros de clanes. —Sonrió ampliamente el ojos claros.

El joven de ojos amarillos sacudió la cabeza, a veces le sorprendía bastante la actitud despreocupada de Khan, su amigo de ojos café claros.

Prontamente, entraron a la mansión Aaiss, de la música se intensificó un poco, pero no lo suficiente, ya que se podía hablar tranquilamente sin tener que alzar la voz, el verdadero escándalo provenía del patio.

— Stephan Aaiss. —Saludo un visitante adulto.

—Cristian Zwarte, viejo amigo, cuanto sin verte. —Respondió Stephan.

—Dijo lo mismo compañero, te quiero presentar a Damian Zwarte, mi sucesor y actual líder de la manada Zwarte.

Damian, quien es el joven de ojos amarillos, saludo formalmente al antiguo líder de la manada Aaiss, pero el saludo de él hizo que Damian se tensará completamente.

Normalmente, uno esperaría un estrechamiento de manos como un saludo forma, pero el anterior líder de la manda Aaiss no lo hizo, sino que fue por algo más familias, un abrazo.

—Hijo, no te preocupes, vinieron aquí a divertirse, veo que tu amigo ya se está adelantando en ir a la fiesta, ve con él. —Dijo Stephan mientras sacudía el hombro de Damian.

—Ah, d-de acuerdo señor, permiso. —Respondió Damian un poco lento.

Realmente, el anterior alfa de los Aaiss a tomado por sorpresa al joven líder Zwarte, suspirando, alcanzó a Khan antes de que entrará al círculo del baile.

—Vaya, hay muchas chicas lindas en el clan Aaiss. —Se sorprende Khan.

—Hmm… —Expreso Damian.

Damian vio el círculo de los Aaiss y todos estaban muy animados con la famosa canción de fiesta de Party Rock Anthem, un clásico y no sería una fiesta si esa canción no está presente.

Damian y Khan consiguieron adentrarse al círculo, los lobos Aaiss no les rechazaron, si no que al contrario, les dieron el espacio para que pudieran divertirse y relajarse, algo que Damian, a tomado en cuenta, siendo él el líder de los Zwarte. Más en el centro de la pista se veía a una joven bailar de manera espectacular todos no paraban de repetir la abreviación de su nombre.

— ¡Mika! ¡Mika! ¡Mika! —Repetían mayoría de los jóvenes en la fiesta.

Mikaela hacía unos pasos increíbles de break dance, ella hizo en un giro que le falló un poco, pero continuó, Damian pudo apreciar su rostro por un segundo y por ese instante sintió que el tiempo se detuvo en ese diminuto instante de que ella volteará, no podía creer lo que sentía, mucho menos creer que ella fuera lo que esperaba.

—Esto no puede ser. —Se dijo Damian.

— ¿Qué pasa amigo? —Le preguntó Khan.

—Nada, debo de ir con mi padre.

—La fiesta apenas comienza ¿todo bien?

—Sí, tú disfruta iré con él un rato.

Mikaela dejó el centro de la fiesta para ir por un poco de bebida, tras bailar le dio una sed intensa, normal después de un gran espectáculo como ese. Mientras se servía, Khan se acercó detrás de ella y toco su hombro y ella voltea a verle.

—Hola. —Le saluda Khan.

—Hola bienvenido ¿no eres del clan cierto? —Le saluda Mikaela.

—No, jaja ¿se me nota mucho?

—Jaja, no es eso, nunca te había visto por el clan, por eso sé que no eres de aquí.

—Vaya, así que sabes cuando hay un intruso en la manada.

—Se podría decir que sí.

—Vaya, bueno, mi nombre es Khan, miembro del clan Zwarte.

—Oh, bienvenido, mi nombre es Mikaela Aaiss Vulph. Pensé que no iban a venir.

—Bueno, llegamos un poco retrasados, ya que fue difícil convencer al nuevo alfa de la manda de venir.

—Jaja, me imagino, en mi caso no tardaron en convencerme de venir a bailar.

—Hmp, me di cuenta, bailas muy bien.

—Gracias.

— ¡Oh! Lo más importante, feliz cumpleaños.

—Muchas gracias Khan, siéntete como en casa sí, he pedido al clan que no hagan ningún alboroto con respecto al clan Zwarte.

—Gracias por tomarnos en cuenta a pesar de ser tu cumpleaños.

—No es nada, aunque sea mi día siempre tomaré en cuenta a los demás.

Mikaela no le mentía a su padre de que sería cortés con los miembros del clan Zwarte, mientras ella hablaba con Khan, le agrado bastante, es un joven suelto y sencillo de hablar, muy similar a su amiga y beta, Lily Aaiss.

Mikaela vio que su padre le estaba haciendo unas señas para qué se acercará a él, asintiendo con la cabeza, se dirigió a Khan y se despidió de él, después fue hacía con su padre.

— ¿Me llamabas, padre? —Preguntó Mikaela una vez a su lado.

—Sí, te presento al anterior alfa del clan Zwarte, Cristian Zwarte. Amigo, ella es mi hija y la alfa de Aaiss, Mikaela.

—Un placer conocerlo señor. —Se inclinó levemente Mikaela.

—El pacer es totalmente mío, te quiero presentar al Alfa de los Zwarte, mi hijo Da…

El anterior alfa de los Zwarte no termino de hablar dado que un joven de unos cinco o cuatro años mayor que Mikaela le encerró contra la pared y le miró fijamente a los ojos.

Mikaela estaba muy muy sorprendida para reaccionar y cuando al fin lo hace, le mira desafiantemente como toda alfa que ella es.

— ¿Te podrías quitar de encima de mí? —Le preguntó seria y levemente agresiva.

Damian no se movió ni un centímetro, Mikaela trato de empujarlo, pero esté es mucho más pesado que su hermano, tras unos pocos minutos de que Damian le contempló, él iba a hacer una anunció del cual se la estaba pensando mucho en hacer, pero impulso que le demandaba era enorme por lo cual, no pudo aguantar más.

— ¡MI LUNA! —Exclamó Damian.

— ¿Qué? —Quedó Mikaela en blanco.

Mikaela miró a sus padres y ellos estaban sorprendidos, pero a la vez alegres y algo tristes, Mikaela no podía asimilarlo completamente, ella pensó que ya no volvería a poder tener un compañero de vida, pero al parecer la diosa Luna, le ha dado otra oportunidad en tan corto tiempo.

Pero había un detalle que Mikaela no iba a poder aceptar tan fácilmente.

Su mayor enemigo y rival, el actual líder de la manada Zwarte.

¡Es su compañero de vida!

Alfas dominantes tan fuertes como ellos dos ¡No era posible! Damian y Mikaela sabían que iba a ser muy difícil poder llevarse bien, eso era cien por ciento seguro.

"(¡Luna! ¿Qué clase de broma o jugada es está?)" —Pensó Mikaela.

Damian no podía creer que exclamó con todo pulmón que ella, la líder del clan Aaiss fuera su pareja, su luna, su mundo, su todo, él ahora mismo tiene un problema, sabe que está pasando el espacio personal de un alfa y hasta cierto punto, sabe que eso, molestaría a cualquier alfa dominante como él.

Mikaela por su parte, aún seguía demasiado en shock para poder reaccionar ante el reducido espacio personal que ella tiene, primeramente, al mismo tiempo está agradecida con la Luna por permitirle que tenga otra pareja, pero al mismo tiempo, no deja de repetir en su mente si lo que estaba pasando, no era una broma.

Solo imagínenlo, Damian y Mikaela son alfas, son dominantes y altamente orgullosos ¿Cómo podrían llevarse bien entre los dos?

Tanto uno del otro, nunca se han enterado de una pareja predestinada como ellos, que fuera feliz y en el caso de que fuera así, tanto los dos, se rechazaban mutuamente, se sabe que ningún alfa, sería capaz de compartir su liderazgo con otro.

"(Estoy jodido.)" —Pensó Damian.

"(Estoy jodida)" —Pensó Mikaela.

Capítulo 2: El Comienzo

—Wow, alto ahí, alfa de los Zwarte ¿yo tú compañera? —Le dijo Mikaela tratando inútilmente de apartarlo.

—Así es. —Respondió con una voz fuerte, sensual y muy, pero muy atractiva.

"(Esperen ¿Qué?)" —Pensó Mikaela entrando en reacción.— "(Contrólate Mikaela, serena y firme.)"

De un movimiento rápido, Mikaela escapó del encierro de Damian, y estando a lado de sus padres Mikaela se cruza de brazos y mira fijamente a Damian y él a ella.

—Escucha bien, alfa Zwarte, lo siento mucho, pero no puedo ser tu mate. —Le dijo Mikaela directo.

— ¡Mikaela! —Exclamó la madre de Mikaela.

—Lo siento madre, pero no puedo hacerlo.

— ¿Por qué no? —Preguntó Damian.— Mi nombre es Damian Zwarte, alfa de los Zwarte.

—Sé quien eres, y porque ambos somos alfas muy dominantes ¿crees que voy a dejarme dominar fácilmente por otro alfa? —Preguntó Mikaela a él.

—Es obvio que no, pero tú eres mi compañera y no pienso aceptar un no por respuesta.

Mikaela sintió la autoridad y desafió de Damian, por lo que comenzó a gruñir, pero trataba de ahogar esos gruñidos de desacuerdo total con él. No, ni de sueños ella se iba a rendir ante él.

—Vamos a hablar en otra parte, los chicos ya están entrando. —Dijo el ex alfa Aaiss, Stephan.

Stephan guio a todos a un salón apartado de toda la fiesta, Mikaela salió al balcón para respirar algo de aire muy fresco dado que eran las dos de la mañana y regresando ella al interior, todos los ojos estaban encima de ella.

"(¿Es en serio?)" —Pensó Mikaela.

—Bien, sé muy bien los pros y contras que tiene si no acepto ser tu compañera. —Comenzó Mikaela.

— ¿Es así? —Preguntó Damian incrédulo.

—Escúchenme bien todos aquí presentes. —Habló Mikaela con seriedad absoluta.— Tomaré mi decisión, pero ocupo tiempo, permiso.

Mikaela se dio la vuelta para retirarse de la sala, pero una fuerte y gran mano le detiene tomándola de la muñeca, era Damian quien le impide tal movimiento de ella. Mikaela lo ve y le mira mal.

—Suéltame. —Mikaela le ordenó.

—No lo haré, hasta que aceptes venir conmigo y ser mía. —Respondió Damian.

— ¿Acaso no oíste lo que dije? Tomaré un poco de tiempo, no pienso prolongar esto durante días.

—Aun así...

Mikaela se zafó del agarre de Damian y volteándose rápidamente el cabello de Mikaela le golpeo en la cara a Damian, dejándole a él con un gruñido ahogado y una mirada molesta, ella fue hasta su habitación y comenzó a meditar caminando en círculos todo lo bueno y lo malo de dicha unión por la diosa Luna.

—Bien veamos. —Comenzó Mikaela.— Los pros son que si acepto ser su compañera habrá alianza y paz total con mi clan y el de él, si nosotros tuviésemos problemas podemos contar con la ayuda de los Zwarte. Los contras serían que si no acepto ser su compañera, habrá guerra entre nosotros, de por sí, ya estamos jodidos con la problemática de que los animales cruzan parte de su territorio, pero bueno y no se podrá contar nunca con la paz que tenemos hoy en día… Por la diosa, ¿esto es en serio?

Mikaela se sentó en su lecho y se cubrió el rostro con ambas manos, ella es alfa y sabe muy bien cuál es la decisión correcta, más que por su felicidad propia debe pensar primero por la de su clan y ella lo sabe perfectamente bien.

Ella soltó un muy profundo suspiro y regreso a la sala donde estaban los demás, pero no encontró a nadie, así que se dirigió a la entrada de la mansión Aaiss y ahí los encontró junto con otros lobos del clan Aaiss y principalmente, a Lucy, Tony y Khan, pero Tony, no lucía para nada contento.

—Ya me contaron ¿es en serio? ¿Este idiota es tu nuevo compañero? —Preguntó Tony señalando con la cabeza a Damian.

Damian hace sonar un claro gruñido contra Tony, quien al oírlo no tardó en responderle, más Mikaela calma a su hermano y toma sus manos para ello, Tony solo es un beta, por ende, no es bueno que desafíe a un alfa.

—Calma Tony, eh de anunciar que he tomado mi decisión. —Le dijo Mikaela.

Todos pusieron atención incluyendo el propio clan de ella que estaba dentro de la mansión ya estaban enterados por lo cual tomando aire, Mikaela dio su respuesta.

—Por el bien de mi clan y la paz que tenemos, he aceptado ser tu compañera. —Anunció Mikaela.

Los padres de Mikaela le felicitan, Lily por supuesto no se queda atrás y felicita a su mejor amiga, todo el clan Aaiss felicita a su joven, pero firme líder de clan. Pero Tony es el único que no está contento de ello, a la vez sí lo estaba porque sabía que a su hermana se le estaba coincidiendo una nueva oportunidad de tener un compañero de vida, pero a la vez enojado y Mikaela sabe bien por qué.

No era tanto que Tony no confiará en Damian o en el clan Zwarte, sino por algo que no tiene mucho que paso, solo apenas hace un año de ello y tanto a Mikaela, Tony, su familia y el clan Aaiss, aún está herido por ese acontecimiento.

Damian se acercó a Mikaela y ella sintiendo su autoridad se puso firme, pero él solamente le abrazó y le agradeció, pero Mikaela seguía firme y no muy de acuerdo de su decisión, pero todo sea por el clan.

—Aún no agradezcas nada, tenemos muchas cosas de que hablar. —Le dijo separándose de él.

—Lo que sea que quieras hablar lo escucharé atentamente. —Respondió él seriamente.

Mikaela suspiro, y fue a su habitación sin avisar, al entrar acarició suavemente la orilla de su cama mientras caminaba rumbo al balcón para relajarse un poco con el aire fresco, pero un sonido de un suave golpe en la ventana le hizo voltear.

—Damian. —Dijo su nombre tras voltear.

—Bajaste la guardia. —Dijo Damian.— No me sentiste cuando entre.

—Estoy en mi habitación, es obvio que baje la guardia, ¿Qué se te ofrece?

— ¿Sabes que sigue después de esto, no?

—Me voy a ir a vivir contigo.

—Así es.

Mikaela volteo a verlo y esos hermosos ojos claros le miraban fijamente.

—Damian…

Mikaela no pudo continuar en decirle algo más que su nombre, las lágrimas le querían vencer, en realidad, lo hicieron, el sentimiento de tener un compañero de nuevo, de cierta forma le hace sentir que está siendo infiel, cuando no es así, dado ese sentimiento, le da la espalda a Damian rápidamente.

— ¿Qué tienes? —Le pregunta preocupado.

—Nada... —Mintió Mikaela.— Escucha, soy Alfa de Aaiss, y si me voy contigo el clan tiene que seguirme no puedo dejarlo aquí. Mis padres ya se retiraron y muchas cosas han cambiado desde su liderazgo por lo cual no puedo dejar indefenso a mi clan sin Alfa.

Mikaela le habló con más calma una vez que sintió que el sentimiento que le abrumaba se pasaba lentamente.

—Sabía que me ibas a decir eso Mikaela, por lo cual ya he preparado todo para que tu clan se venga a mis territorios y convivan todos. —Le dijo Damian.

— ¿Cómo es que...?

—Si te preocupa tu clan a mí también me preocupa, eres mi pareja y lo que te preocupe a ti me preocupará siempre a mí. —Le interrumpe Damian.

Las palabras que Damian dijo, se repetían en la cabeza de Mikaela, lo que él acababa de decir, era exactamente lo que él le dijo.

—Gracias. —Solo pudo decir eso Mikaela.

—No es nada. —Respondió Damian.

En ese instante, una ráfaga de aire paso delante de Mikaela y Damian por impulso y protección, cubrió a Mikaela con su cuerpo, todo había sido tan rápido que ella no pudo reaccionar por el movimiento tan rápido del Alfa de los Zwarte. Ella acabo posando sus manos sobre su pecho y él rodeo su cintura con su brazo, pronto él reacciona después de revisar donde vino eso.

— ¿Qué ha sido eso? —Mikaela le preguntó.

—Un ataque, entremos. —Respondió Damian sin dejar de revisar los alrededores.

Una vez que ellos entraron y cerraron el balcón, Damian le entrega una pequeña hoja de papel a Mikaela.

—Era una flecha con un mensaje, se quedó clavada en la pared. —Le dice Damian.

—De acuerdo, debo de ir a informarle a mi padre. —Respondió Mikaela.

Mikaela comenzó a retirarse, pero nuevamente, Damian le detiene tomándola de la mano.

"(Creo que le gusta mucho detener de este modo.)" —Pensó Mikaela.

—Tú eres la Alfa puedes encargarte de esto junto con mi ayuda. —Le dice Damian con seriedad.

—Lo sé. —Respondió Mikaela.— Pero no creas que este es el primer ataque que dan en mi balcón, debo de avisarle.

—De acuerdo.

Mikaela baja corriendo las escaleras y salta desde uno muy arriba donde por poco cae al suelo, pero se repuso y llegó hasta su padre, quien estaba despidiendo a otros amigos que habían venido a la fiesta poco frustrada de Mikaela.

—Padre. —Le llama Mikaela.

— ¿Qué pasa Mika? —Responde su padre.

—Uno más, piensas decirme que pasa o piensas seguir callando como hace 16 años.

—Seguiré callando Mika... Damian.

—Dígame señor. —Respondió el mencionado.

Mikaela una vez más se sorprende de escuchar la voz de Damian detrás de ella, nuevamente nunca lo sintió ¿Qué le estaba pasando?

—Necesito que te la lleves ya, el clan los alcanzara después. —Le dijo Stephan.

— ¡Padre! —Le llamo Mikaela.

—Es por tu bien Mikaela, vete ya. La fiesta se acabó.

Dada la prisa de Stephan en despedir a los invitados de distintos clanes Mikaela corrió a su habitación y preparo sus maletas, ella comenzó a dudar de sus acciones, como un Alfa jamás estos deben de dudar de ellas, pero ahora, por una extraña razón comenzó a dudar ¿o quizás…?

— ¿Estás bien?

Nuevamente escamada por la repentina voz de Damian en su oído y el no sentir su presencia, Mikaela suspira y sin voltearlo a verle ella le pregunto qué debía llevar.

—El clima ahora es de verano, por lo cual lleva ropa ligera después cuando lleguemos a Inglaterra compraremos ropa. —Respondió Damian con su respiración en el cuello de Mikaela.

— ¿Inglaterra? ¿Ahí es donde vives? —Le preguntó Mikaela con cierto titubeo.

— Sí ¿acaso ya había ido allá?

—Ahm... no.

— ¿Hm?

Mikaela no quiso responderle más a Damian, ya que ella tiene un pasado en Inglaterra.

—Debemos irnos, tengo un jet privado para irnos de inmediato. —Le aviso Damian.

—De acuerdo. —Dijo Mikaela.— ¿Cuántas horas son de aquí a Inglaterra?

—Unas ocho horas y media, pero en el jet llegaremos en menos de lo estimado.

Mikaela asintió, ella tenía mucho tiempo que no viajaba tantas horas. Aunque a decir verdad, ella no había vuelto a viajar desde el cumpleaños de Harry.

—Ten un buen viaje cariño. —Se despide la madre de Mikaela.— Te veremos cuando todo se haya calmado, le avisaremos a Damian por lo cual no te preocupes ¿sí?

—Gracias mamá, aunque pides algo que es obvio, obviamente me preocuparé, es mi clan después de todo. —Respondió Mikaela.

La madre de Mikaela le abraza y sonríe, seguido que Mikaela se acerca a Tony, su hermano. Quien por lo visto, no luce muy contento.

—Tony. —Le llamó Mikaela.

—Ya sé, es tu nuevo compañero, pero ya sabes por qué estoy así, no quiero que pase lo mismo una vez más. —Respondió Tony.

—Tranquilo, yo espero lo mismo. Espero verte pronto.

Mikaela se fue así, despidiendo de casa uno de sus familiares cercanos, pero con Lily, le notaba muy nerviosa y ansiosa al igual que Khan estaba igual que Lily.

Mikaela es un alfa por lo que debe de ser muy observadora en los detalles más mínimos que puedan aparecer, aun si se trata de su mejor amiga.

Cuando se estaba retirando del clan, Mikaela noto el drástico cambio de humor de Khan, de haber estado nervioso y contento, cambio tristeza y seriedad. Para ella fue fácil saber esa reacción, ella pasó por lo mismo una vez, encontró a su pareja de vida.

Durante el camino nadie hablo y mientras Mikaela observaba en la ventana ella visualizó una manada de otros lobos que venían siguiendo el auto donde ella estaba, al principio, ella no le dio importancia, pero al ver quienes eran, no pudo evitar gruñir porque es una manada que está en proceso de volverse independiente.

—Mikaela ¿Qué pasa? —Le preguntó Damian al momento que la escuchó gruñir.

Mikaela no le contesto, solo de un rápido movimiento, abrió la ventana del techo del auto y salió de ella quedando de pie en el techo.

— ¡Mikaela! —Exclamó Damian.

"(¡Qué osadía!)" —Pensó Damian.

— ¡¿Por qué me están siguiendo?! —Exclamó Mikaela.— ¡Obedezcan mi orden y quédense aquí!

Damian miro a la ventana y vio unas sombras moverse en la misma dirección en la que iban, por el olor supo que eran lobos, pero no sabía si eran amigos o enemigos, aunque dado la actitud de Mikaela, todo indicaba que ella los conocía. Aunque para Damian, se escuchó un bullicio inaudible para él.

—Son lobos de manadas muy débiles. —Le dijo Khan.

— ¿Omegas? —Preguntó Damian.

—No, son manadas creo yo, que están aprendiendo a ser independientes, me lo dijo una chica del clan Aaiss.

— ¡Basta de tonterías! —Exclamó Mikaela.— ¡O se retiran o haré que se retiren!

Los lobos rodearon el auto y de repente, Mikaela ya no estaba en techo del carro y la manada corrió a lo profundo del bosque.

— ¡Detengan el auto! —Ordeno Damian.

El auto se detuvo en seco, Damian y Khan bajaron rápidamente y fueron a por Mikaela, al adentrarse al bosque, se podían escuchar muchos bullicios, gruñidos y chillidos de lobos, en algunos, se escuchaba como rugidos peligrosos, lo que hizo que los dos lobos Zwarte, tuvieran sus formas de lobo listas para cualquier cosa.

—Ten cuidado, siento una presión enorme. —Le dice Khan.

—Lo sé, yo también la siento. —Respondió Damian.

Damian y Khan no se acercaron mucho, dado que no querían causar disturbios por su apariencia de lobos azabaches, de repente, un lobo blanco como la nieve, aterriza delante de Damian y Khan, su manera de gruñir era muy desafiante.

El lobo blanco se acercó a un lobo café el cual agacho un poco las orejas mientras el lobo blanco seguía gruñendo, ya a escasos centímetros del lobo café otro lobo del mismo color aparece y se pone debajo del cuello de su compañero.

— ¡E-Espera! —alzó la voz la loba café que estaba abajo del cuello de su compañero.— Espera por favor... Mikaela.

Damian y Khan quedaron sorprendidos, ese lobo bellamente blanco y amenazante era Mikaela.

— ¿Por qué me pides que me detenga Tita? —Le preguntó Mikaela.

—No lo mates por su imprudencia de seguirte. —Respondió Tita.— Yo… Yo, traté de detenerlos, pero no me hicieron caso alguno.

— ¡Guarda silencio Tita! No es tu asunto. —Le espeto su compañero.

— ¡Por supuesto que lo es! ¡Eres mi pareja y estás buscando severos problemas con una Alfa! Cuando tú eres solo un Delta.

— ¡Suficiente! —Alzo la voz Mikaela.— Deberías de escuchar más seguido a tu pareja, Tobías. ¿Por qué estás siguiéndome cuando sabes que no deben de salir del territorio?

—El clan Zwarte no es de fiar. —Respondió Tobías.— Y tú lo sabes, ¿Por qué demonios te vas con ellos?

Mikaela tardó en responder ella debía avisarle que es pareja del alfa de los Zwarte, pero al tardarse en responder, Damian se dio cuenta de que ella no está muy contenta de ser su compañera, por lo que de cierto modo, le entristece saberlo.

—Soy la compañera de vida del alfa de los Zwarte. —Respondió Mikaela.— Por eso me estoy yendo con ellos.

—Con todo respeto a ti Mikaela y a la Luna, pero ¿Qué clase de broma pesada es está? —Dijo Tobías.— Unir a dos Alfas tremendamente poderosos y muy autoritarios ¿acaso Luna piensa que uno de los dos se va a dejar dominar por el otro? Esto sí que es de locos.

—Opino lo mismo, pero ya veremos que trae los días en adelante. Ahora, retírate y regresa al clan Tobías, tú aún necesitas mucha preparación para ser un Alfa firme para liderar tu clan con libertad.

—Lo sé, cuídate de los Zwarte Mikaela, adiós.

Mikaela se dio media vuelta y Damian y Khan no se movieron de donde estaban, Mikaela volvió a su forma humana y les miró, al principio se sorprendió de verlos, pero cuando vio los ojos amarillos de Damian, aquella mirada serie y de cero confianza volvió.

—No tenían por qué seguirme. —Dijo Mikaela.

—Eres mi pareja, si algo te alerta y te vas es obvio que te seguiré. —Respondió Damian con autoridad.

—Aun así no era necesario.

Damian y Mikaela sintieron el choque de sus autoridades el uno con el otro, al final, Khan tuvo que ser el mediador y ambos líderes regresaron al auto y retomaron el camino al aeropuerto.

Donde ambos líderes pensaron:

..."(Realmente me costará asimilar como nos iba a ir de hoy en adelante.)"...

Llegaron al aeropuerto y subieron al jet privado de Damian, él guió a Mikaela a un asiento a lado de la ventana y Damian se sentó a su lado, más Mikaela se distrajo observando a la ventana y rato después, ella quedó dormida.

—Hasta dormida puedo sentir su defensa. —Dijo Khan.

—Lo sé, ¿tanto desconfían de nosotros? —Respondió Damian.

—Amigo, hemos estado peleados desde hace más de quinientos años y preguntas ¿por qué desconfían tanto de nosotros? Creo que ya respondí tu duda.

—Khan...

—Mira, ponte en el lugar de ella ¿te hubiese agradado que una completa desconocida te arrincone y exclame '¡Es mío!'?

—No...

—Tú no exclamaste eso, pero casi dabas con esa exclamación, después muestras tu autoridad y aura dominante como Alfa ante una Alfa con grata experiencia al igual que tú. —Khan hace una pausa breve.— De verás, Damian, esto es una locura.

— ¿De qué hablas?

—Hablo ya no tanto por ser clanes rivales a muerte, hablo por ser pareja de un Alfa. Alfa y Alfa es una locura. Lo más usual sería alfa y omega, alfa y beta, alfa y delta, pero ¿Alfa con Alfa?

—Ya sé, pero nuestro caso es así, a ver cómo nos va a ella y a mí.

Mientras los chicos hablaban de la situación en la que el actual alfa de la manada Zwarte pasaba con la alfa de los Aaiss, no se dieron cuenta de que los preciosos ojos azules de Mikaela se habían abierto, señal de que ella había despertado.

Más ella tenía la intención de tomar agua, pero dado su conversación siguió fingiendo que dormía, pero ella también pensaba que era una locura ser pareja de otro Alfa. Ella sabía que muy pocas parejas consiguen vivir en completa armonía a pesar de ser Alfas muy o en extremo dominante aunque al final uno de los dos se doblegaba ante la autoridad de su pareja o se sostenía ante sus decisiones.

Aunque... Eso será complicado, ambos son líderes muy fuertes, ya se ha repetido mucho, pero de esta bella pareja ¿Quién creen que ceda primero?

Capítulo 3: Mikaela (Parte 1)

Cuando Mikaela abrió sus ojos se encontró en una habitación muy amplía un poco cálida, al asomarse a la ventana pudo sentir el calor del sol, por lo cual, regresó a la cama vio su maleta y comenzó a desempacar sus cosas cuando de repente tocan la puerta.

—Buenos días Srta. Luna. —Le saluda una sirviente.

—Buenos días. —Respondió Mikaela entendiendo donde está.

—Eh venido a traerle el desayuno.

La sirvienta entró a la habitación y le dejó el desayuno en la mesita de noche y se retiró, poco después Mikaela desempacó todo, cuando vio los cajones con ropa de hombre, Mikaela se dio cuenta que la habitación no solo iba a ser de ella, por el olor supo que eran de Damian, por lo cual, suspiro y acomodo su ropa de modo que cupiera junto a la de él, después desayuno.

Al rato de terminar de comer, salió de la habitación dispuesta a ir a dar una vuelta por los alrededores, para conocer el territorio Zwarte.

—Srta. Luna ¿Qué hace? —Le pregunta Khan.

Mikaela voltea y ve al sonriente de Khan.

—Oh, hola Khan. —Le saluda Mikaela.—Buenos días.

—Buenos días ¿A dónde vas?

—Voy a dar una vuelta, no hay ningún problema ¿o sí?

Khan tardó en responderle, pero afirmo, Khan sabía que no era recomendable, pero él sabe que Mikaela es alfa, que ella sabe cuidarse sola y que no es indefensa, Mikaela podrá tener lindo rostro angelical, pero no la hagan enojar o dañar, si no conocerán a la verdadera alfa del clan Aaiss.

Mikaela se aleja bastante de los límites del clan Zwarte, buscó un lugar alto para poder observar todo y a gusto a sus anchas. Una vez que ella exploró todo, pensó en regresar por donde había caminado anteriormente, pero un chillido repentino le hizo frenar su paso y con su oído siguió el chillar, en el cual se adentró un poco más en el bosque, cuando de repente…

— ¡Te tengo!

Desde que salió Mikaela, cierto beta esta muy intranquilo de ver que la futura luna de los Zwarte aún no regresa y su notable preocupación se ve mientras no para de dar vueltas de izquierda a derecha.

Él espera verla primero a ella que a su alfa, ya que conociendo al alfa Zwarte, se preocuparía mucho por ella y lo que menos él quiere ver, es un conflicto entre alfas potencialmente fuertes en una pelea solo por una salida que él autorizó.

Paso una media hora y Mikaela no regresaba, Khan estaba con los nervios en el suelo, pero mientras él pensaba en la bella pareja del clan Zwarte, llegó el rey de roma.

—Hola Khan. —Le saludo Damian.

—H-Hola. —Respondió Khan tartamudo.

—Oye tú no tartamudeas ¿Qué pasa?

—Eh... nada, ¿Qué acaso no puedo tartamudear a veces o qué?

—Relájate, solo se me hizo raro, iré a ver a Mikaela a ver si no se le hace raro compartir habitación conmigo.

—Ah, sobre eso Dam---

Damian no escuchó a Khan, por lo que subió las escaleras de tres en tres, para Khan solo tuvo que contar hasta cinco para ver de regreso a un alterado lobo Zwarte.

— ¿¡Mikaela donde está!? —Preguntó Damian alterado.

—Primero, relájate y déjame decirte donde está. —Respondió Khan.

— ¿Cómo quieres que me relaje? ¿Dónde está ella Khan?

—La tratas como una loba que es incapaz de protegerse, te recuerdo que ella es una Alfa.

— ¡Khan!

— ¿¡Estás escuchándome!?

Damian le ve sorprendido, Khan siempre ha sido uno de los lobos Zwarte más tranquilo de la manada, por lo que él solo alce la voz, ya es motivo de sorpresa.

—Sí te estoy escuchando. —Responde Damian.— ¿Me dirás dónde está?

—Fue a dar una vuelta. —Respondió Khan.

—Es peligroso que ella ande sola voy a ir a...

Khan detiene a Damian del brazo antes de que avance.

—Amigo escúchame por favor. —Le pidió Khan.

—Khan, eres mi mejor amigo y odio estar en contienda contigo por lo cual ¿Por qué me detienes tanto en ir por Mikaela? ¿Acaso te está interesando mi pareja? —Le dijo Damian serio.

—Claro que no, tú, alfa histérico y dramático. —Respondió Khan dandole un zape a Damian.— Mikaela para mí es solo una hermana y amiga, pero la razón por la que te detengo a que vayas a por ella en este momento es por lo siguiente: Ella es ALFA, no es una Omega ni una loba que no sepa defenderse, ella es como tú ¿te gustaría que otro Alfa te buscara solo para protegerte aún sabiendo que eres Alfa?

—Khan...

—Responde.

—Es obvio que no, me haría sentir mal y probable pelearía con él.

— ¡Vez! Mi motivo de detenerte es para que tú no tengas tantos problemas con ella, entiende amigo, ustedes dos son Alfas, son dominantes.

—Te lo agradezco hermano, pero es mi pareja, cuando encuentres la tuya me vas a entender, iré a buscarla, pero procuraré no hacerla enojar, agradezco tu preocupación, Khan. Te veo al rato.

Damian se fue y Khan solo suspiro todo el camino hacía su casa y a su habitación, para cuando llega se tumba de panza y después voltea para observar el liso techo y suspirar.

—Alfa histérico, si supieras que ya encontré a mi pareja, solo que ella tardará en llegar por su clan. —Suspiro Khan.

Damian fue en busca de Mikaela transformado en lobo, él mismo se intenta engañar de que no esta preocupado, pero en realidad si lo esta, no sabe bien como va a reaccionar su clan ante la presencia de un lobo Aaiss.

—O-Oye suelta mi oreja. —Se escuchó la voz de Mikaela.

La voz de Mikaela llamó la atención del preocupado alfa y corriendo a esa dirección la encontró con la cabeza ladeada dado que un cachorro del orfanato se escapó de nuevo y ese pequeño enfadoso, Damian ya sabía quien era.

—Cody. —Le llamó Damian duramente.

Cody saltó al oír la voz dominante del alfa Zwarte, Mikaela por su parte solo se sacudió la cabeza para después ver a Damian con seriedad.

— ¿Te volviste a escapar o el grupo está en otro lado? —Le preguntó Damian.

—Está en o-otro la-lado, Al-Alfa... po-por favor n-no me regañe po-por escaparme de la gua-guardiana, po-por favor. —Respondió Cody.

Damian miraba duramente a Cody, él pequeño sabe que no debe escaparse de las guardianas, que son omegas, pero pronto desvió la mirada hacía Mikaela quien miraba con ternura a Cody, por lo que Damian suspiro en silencio y sentandose calmó la intensidad de su mirar sobre el cachorro.

—De acuerdo, no te llamaré la atención con la condición de que me digas la tabla del cinco. —Dijo Damian.

Cody refunfuño y gruño divertido, Damian se río y Mikaela también.

—No es cierto Cody, vete a jugar con el grupo. —Damian le dio un suave empuje con su nariz a Cody.

Cody se despidió y levantándose en sus dos patitas traseras para tratar de alcanzar a Mikaela, ella agacho su cabeza y lo abrazo, después Cody desapareció de las vistas de ambos alfas.

— ¿Viniste a buscarme? —Pregunto Mikaela de golpe con cierta molestia.

—Te mentiría si dijera que no, pero es así. —Respondió Damian relajado y aún sentado en el suelo.

Mikaela estaba por decir algo, pero él añadió otra cosa con rápidez.

— …Más quería mostrarte el lugar, pero te me adelantaste ¿te importaría si te acompaño? —Preguntó Damian.

Mikaela fue tomada totalmente en cuerva, ella se estaba preparando para una riña, por lo que al no tener respuestas para que arremeter, solo bajo sus orejas, suspiro y miró a otro lado.

—Está bien. —Respondió Mikaela.

Damian contento se puso de pie y comenzó a mostrarle cada límite que el su clan tiene, los vastos bosques alrededor fueron una de las cosas que él notó que a Mikaela le gustaron. Un lobo Aaiss está muy acostumbrado a los bosques, así que eso él cumple con los bosques. Al poco rato de haber dado una larga vuelta en calma y respondiendo dudas y preguntas, Damian y Mikaela regresaron a la mansión de él, Mikaela fue hacía la habitación de Damian y él nerviosamente, detrás de ella, cuando él entra la encuentra cepillando su cabello con calma.

—Mikaela. —Le llamó Damian.

—Dime. —Respondió Mikaela sin voltear a verlo.

— ¿Te molesta la idea de compartir la habitación conmigo?

—Sé que no te conozco, pero...

Su 'pero' se prolongó un poco, Damian observó su rostro, no estaba ni molesta ni nada negativo, si no que era triste y melancólico.

—Pero, no me molesta la idea. —Respondió al final ella.

— ¿Estás segura? —Preguntó Damian.

—Sí.

Damian un poco nervioso de las reacciones de Mikaela, se recostó sobre su cama y prendió la televisión, mientras que él buscaba algo para matar el silencio medio incómodo, Mikaela se sentó en la orilla de la cama mientras seguía cepillando su cabello.

—Últimas noticias del día, los cazadores de lobos han estado mucho tiempo en las nevadas del tundra. —Damian se detuvo en un canal de noticias.— Se dice que un grupo de treinta hombres salió hace una semana y solo regresaron dos, con un lobo blanco demasiado grande, se rumorea que sea un hombre lobo…

—Damian ¿podrías quitar la noticia, por favor? —Mikaela le pidió.

—Claro. —Damian obedeció rápidamente, hasta él entendió a la primera.

Damian paso del canal de las noticias a poner una pelicula, los primeros minutos ninguno de los dos puso atención, Damian estaba perdido observando a Mikaela quien se había recostado a su lado para verla, aunque ella misma parecía tampoco ponerle atención.

Otros pocos minutos después, el teléfono de Damian sonó eh hizo brincar a los dos, él chasquea la lengua y contesta de mal humor.

— ¿Qué? —Contestó Damian.

—Ow calma ¿Por qué andas tan molesto cariño?

—No me digas así ¿Qué quieres Day?

— ¿Puedo ir a tu habitación? En realidad ¿puedo entrar? Estoy delante de tu puerta.

— ¡No! ¡Largo de aquí!

—Oye porque...

— ¡Eh dicho no! Soy tu Alfa y tienes que obedecerme, si te atreves a desobedecerme vas a pagarlo muy caro Day.

Damian colgó la llamada y segundos después sintió que la presencia de Day que estaba en su puerta, se fue. Suspirando de frustración, arrojó su teléfono a los pies de la cama.

— ¿Estás bien? —Preguntó Mikaela.

—Sí, perdona este momento tan incómodo. —Respondió Damian.

—No te preocupes.

Damian quería decirle algo más a Mikaela, pero justo cuando estaba por plantear lo que quería decir, tocan la puerta de su habitación.

"(¡Es en serio! ¡Joder!)" —Exclamó Damian en sus internos.

Damian se levantó y abrió la puerta, se calmó al ver que solo era una sirvienta avisando de la cena.

—Mikaela ¿vienes a cenar? —Le preguntó Damian.

—Perdóname Damian, pero no tengo apetito. —Respondió Mikaela con voz débil.

—No preparen la cena no voy a...

—Damian no te preocupes por mí y baja a cenar. —Interrumpió Mikaela.

—Pero Mikaela…

—Está bien, solo porque yo no quiera comer no debes de retener tu hambre, si no después vas a querer cazar un siervo al aire libre, conozco el apetito de un hombre cuando tiene mucha hambre.

—Jaja, está bien.

Damian se fue a cenar en cambio Mikaela se cambió y se puso su pijama.

Ella pronto se acostó tras haberse preparado para descansar, más ella no pudo conciliar el sueño a pesare de ser ya las diez de la noche, sin embargo, los recuerdos de haber regresado a Inglaterra le atormentaban, eran como un flor que brotaba y su despertar era lento y tortuoso. A pesar de que ella había enterrado esos recuerdos en lo más profundo de su alma, estos comenzaban a dar problemas a la alfa de Aaiss, problemas que después de un año aún le siguen torturando.

Ella hundió su cara contra la almohada mientras sus lágrimas caían de sus ojos y eran absorbidos por la almohada, su pecho brincaba con cada sollozo que ella soltaba. Aquellos recuerdos hermosos y molestos, fueron su más grande tormento, ella quería parar de llorar, pero sus ojos no paraban de crear y crear lágrimas desde el fondo de su alma, eran lágrimas de su alma, pronto ella escuchó pasos acercarse a la puerta y está se abrió y cerró, por el olor supo que era Damian, por lo que ella solo se dio media vuelta mirando en dirección a las ventanas.

Damian le vio, pero no hizo nada por hablar o mencionarle algo, él se metió a darse un baño y prepararse para dormir, al terminar se recostó en la cama junto a Mikaela y le dio la espalda, Mikaela en el fondo trataba de mantener callados sus sollozos, pero no era sencillo, el agudo oído de Damian, le hizo voltear y suavemente levantó un poco del cabello de Mikaela que cubría su rostro, fue así que Mikaela le vio y Damian vio ese profundo azul lloroso de los ojos de Mikaela.

—Mikaela, ¿Qué tienes? —Le preguntó Damian.

—Yo…

Mikaela cerró los ojos y siguió llorando, intento ocultarse con la almohada, pero Damian no se lo permitió, solo les las ingenió para voltear a Mikaela y él abrazarla, ella se sorprendió, pero no le negó el afecto.

— ¿No te gusta esto? —Le preguntó Damian.

—No es, no es eso. —Respondió Mikaela.

— ¿Quieres volver al Tundra?

—No, solo debo superarlo, e-estaré bien.

La voz de Mikaela se le entrecortó y ocultando su rostro en el pecho de Damian, sus lágrimas volvieron a caer, Damian acariciaba su cabeza repitiendo una y otra vez que estuviese tranquila, que todo iba a estar bien. Pero ójala todo realmente estuviera bien para ella, porque nada iba a estar bien, ella no quería volver a Inglaterra por las memorias que tiene de ese lugar el simple hecho de haber vuelto, solo le está causando un gran caos en su mente, corazón y alma.

Mientras tanto un clan está en marcha.

—Padre no me siento tranquilo… —Dijo Tony, hermano de Mikaela.

—Tony, si es por tu hermana que regreso a Inglaterra debes dejarla, ella debe de enfrentar sola lo que sucedió allá. —Respondió su padre.

—Pero recuerda cómo se puso la vez pasada por los recuerdos además, no se llevó su medicamento para tratar la herida interna que tiene.

—Tony, si tu hermana no se la llevó es por algo, no te preocupes por ella, estará bien.

—No padre, tú no la conoces tanto como yo y eso que eres nuestro padre, me adelantaré, espero verlos pronto en la mansión.

— ¡Tony espera!

Tony no obedeció a la orden de su padre, él se separó del clan y corrió lo más rápido que pudo hacía Inglaterra, él conoce mejor que nadie a su hermana, sabe lo débil que puede ser estando en mal estado por regresar ahí como también sabe que Mikaela no soportará mucho tiempo estar en ese lugar, nadie entiende bien porque no regreso nunca más a Inglaterra, pero cuando vieron que acepto, todos dieron por hecho que ella estaría bien, pero Tony sabe, que eso no será así.

Mientras Tony corría miraba el cielo estrellado con melancolía.

"(Oh, amigo, si supieras como sufre Mikaela por ustedes, te sorprenderías…)" —Pensó Tony.

A la mañana siguiente Mikaela abrió sus ojos por el ruido constante de una escoba estando en movimiento, al despertar completamente, vio a una sirvienta limpiando la habitación.

—Buenos días. —Le saludo Mikaela.

— ¡Srta. Luna! A despertado… disculpe, buenas tardes. Le hablaré al Sr. Damian de inmediato. —Respondió la sirvienta.

—No hace falta y… espere ¿buenas tardes?

—Ah, sí ya es hora de la tarde.

— ¿Qué hora es?

—Son las cinco de la tarde, señorita.

— ¿¡Qué!?

Mikaela se levantó tan rápido de la cama que sintió una ligera punzada en la cabeza, no se sentía bien.

— ¿Se encuentra bien? —Se acercó la sirvienta hasta Mikaela.

—Sí, solo me levante muy rápido. —Respondió Mikaela no dandole importancia.— Cinco de la tarde, no puede ser... ¿Qué día es hoy?

—Estamos a cinco, señorita.

— ¿Qué? Pero ayer era tres.

—No señorita, usted ha estado durmiendo desde el tres y no había despertado hasta ahora.

Mikaela quedó sorprendida, había dormido dos días y medio, así ella se ha dado cuenta que el haber regresado a Inglaterra, le estaba trayendo estragos.

— ¿Dónde está Damian? —Preguntó Mikaela.

—Él está en el comedor, ha estado muy preocupado porque usted no ha despertado en dos días. —Respondió la sirvienta.

—De acuerdo, lamento las molestias, voy a ir a verlo.

Mikaela se puso de pie de la cama con la intención de darse un baño y refrescarse, pero repentinamente siente un dolor de cabeza acompañado de un mareo y de manera totalmente involuntaria, ella toma su forma de lobo.

— ¿Qué está pasando conmigo? —Se preguntó Mikaela.

Mikaela comenzó a caminar hasta la puerta, ignorando que la sirvienta le hablaba para advertirle del choque a la puerta.

—Señorita Luna cuidado con...

Mikaela chocó fuertemente contra la puerta, el golpe fue sordo y un poco grueso.

—Ow, qué…

—Srta. Luna ¿se encuentra bien? ¿Segura que desea bajar? —Le preguntó la sirvienta.

—Sí, no se preocupe, estoy bien. —Respondió Mikaela, cuando sabe que no es así.

La sirvienta abrió la puerta para ella, aunque tenía una mala espina acerca de Mikaela en que realmente se sintiera bien, pero no podía debatirle a una alfa y menos si es dominante como ella, estaría en problemas grandes si lo hace.

"(Los lobos Aaiss no son como los Zwarte, ante el mínimo detalle de intento de sujeción, ellos reaccionan mal.)" —Pensó la sirvienta.

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