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El Arquitecto Perfecto

Un día de locos

Esta es mi historia… Me llamo Alexia, tengo 23 años estoy por terminar la carrera de Arquitectura, pero lo que más me apasiona además mi carrera, son los deportes de aventura.

Mi familia piensa que estoy loca porque cada vez que puedo arriesgo mi vida en algún deporte extremo, pero la verdad es que no veo el peligro en estos deportes solo la adrenalina, la misma que siento cuando voy a diseñar algo. Plasmar mis ideas en un papel para que luego se hagan realidad es super emocionante.

Como ya falta 1 año para terminar mi carrera, tuve que presentarme a varias empresas de construcción para mis prácticas laborales. No quise ingresar a la empresa de mi familia ya que no quiero que mi experiencia se vea nublaba por el hecho de ser la hija del dueño, prefiero experimentar desde el inicio como una empleada nueva.

Después de pasarme toda la tarde en mi estudio, mandando solicitudes, di por terminado mi día. Estaba super cansada y en verdad necesitaba darme un baño nuevamente e ir a dormir. Y todos se preguntan porque el cansancio, pues hoy aproveche que no tenía clases en la universidad y programe una excursión al Cañón de Autisha, donde hice rapel junto con Cristian y Alberto, mis mejores amigos y compañeros de aventuras.

Prepare mi tina, programe la música y me metí a tomar un baño relajante - oh por Dios, esto verdaderamente esta super rico, es una sensación casi orgásmica – estuve en la tina una hora, pero como el cansancio me estaba ganando preferí salir y de una vez dormir.

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En el fondo sentía un ruido, un ruido demasiado molesto – ¡bendita alarma! Ya voy…. Ya voy – creo que debí pensar mejor el salir de excursión entre semana, aunque claro no es la primera vez, pero igual hoy siento que mi día va a ser fatal, me alisto para salir a correr como todos los días, son las 5 am, hora perfecta para salir a disfrutar del ambiente, aunque la verdad preferiría seguir en mi cama y saltarme esta parte de mi rutina, pero NO, ya que después me voy a arrepentir de no hacerlo.

Después de estirar un rato en la puerta de mí edifico, me pongo los audífonos en los oídos, empiezo mi rutina. Después de 2 horas, me paro en el Starbucks que está cerca a mi casa y pido como siempre mi mocaccino con extra shot de expreso grande y una galleta choco chip, el mejor desayuno del mundo, espero que me lo sirvan apoyada en la barra. Sergio, el chico que me atiende todas las mañanas, es muy amable y siempre sabe cómo servir mi café, creo que ningún otro lo prepara igual.

– gracias Sergio! Eres lo máximo – él mueve la cabeza y se ríe.

¡Al recoger mi pedido justo suena mi teléfono – Hola papi!, como ama…… al voltearme me encuentro o mejor dicho me estrello en una pared o eso parece porque en verdad era algo duro, mi celular sale volando y mi café también!!!  – maldición!!! ¡Esto no puede ser! – digo sin siquiera mirar con que me había chocado. Al intentar recoger mi celular veo una mano que hace lo mismo y al subir la mirada me encuentro con un espécimen de esos que solo te los imaginas en tus sueños más húmedos y que solo podrías encontrar en un calendario playboy, la verdad no sé cómo llamarlo, ya que es hermoso, moreno, ojos azules, cabello castaño claro, y encima un cuerpo de infarto.

– lo siento, no te vi, estaba super distraída – él simplemente me miro, me entrego mi celular, se volteó sin ninguna palabra e hizo su pedido, termino de pagar y se fue sin recogerlo, esto fue muy extraño y la verdad que hombre para más idiota. ¡Al menos nunca más tendré que verlo, no les digo, este no será un buen día!

– Sergio porfis, puedes prepararme otro ca…. – no termine de hablar y el ya me estaba entregando todo nuevamente, siento que el sol vuelve a brillar! – Gracias! Toma mi tarjeta

- No es necesario ya pago todo el otro cliente – dice Sergio.

- No hay forma por favor cuando lo veas le devuelves el dinero y cóbrate gracias! – le digo un tanto molesta.

- En verdad no es necesario\, además así no lo haya pagado el accidente sucedió acá adentro y de todas maneras te lo iba a reponer – vuelve a decir\, con cara de niño bueno\, por lo cual ya no me pude seguir negando – Ok\, está bien tus ganas.

Lo miro con cara seria, porque nunca me ha gustado que otros paguen mis cosas, y menos extraños que se comportan de forma malcriada y ni siquiera dicen una palabra.

Salgo del Starbucks, cuando veo la hora me quiero morir, porque en verdad si no corro otra vez llegaré tarde a mis clases, y eso jamás puede pasar. Otra cosa que me gusta, es que siempre, siempre llego a tiempo. Soy la mejor de mi clase y jamás he faltado o llegado tarde, así que corro a mi edificio y al querer tomar el ascensor, me doy con la sorpresa que lo pusieron en mantenimiento.

– ¡En verdad hoy no debí levantarme, en serio, porque me castigas así! – grité en medio del lobby.

Termine de subir los 10 pisos que me separan de mi departamento, me bañe en tiempo récord, me cambie con lo primero que encontré, agarre mi mochila y mi portafolio y baje corriendo las escaleras hasta el estacionamiento, agarre mi Lexus y Sali a toda velocidad, supongo que hoy me pondrán algunas multas por exceso de velocidad, pero valdrán la pena si no llego tarde.

En verdad llevo en la universidad más de 4 años, he tenido este auto desde hace un tiempo, pero sigo sin entender como todavía hay personas que se quedan mirando cada vez que llego. No es que sea el único auto deportivo que hay en el estacionamiento, mis amigos también tienen algunos parecidos y hasta mejores que el mío. Alberto tiene un Ferrari y Cristian un Audi, creo que por eso nos llevamos muy bien ya que tenemos gustos iguales en casi todo.

Como siempre me esperan en la puerta de la universidad, nos conocemos desde el kínder, desde entonces hemos sido mejores amigos y jamás dejamos de estudiar juntos, aunque sabemos que falta poco para terminar nuestra carrera, y el destino hará que vayamos a empresas distintas, tenemos un pacto que lo respetamos al 100%.

– Hola hermosa – dice Cristian. – hola loquito – le digo de retorno, así nos saludamos toda la vida

– y ¿Alberto donde esta? – pregunto extrañada.

– Tuvo que ir nuevamente a su casa, ya que se olvidó los planos del proyecto que tiene que presentar ahora – lo dijo rodando los ojos.

– En verdad este no olvida la cabeza, porque la tiene pegada al cuerpo – digo riendo.

Entramos a clases y saludamos al profesor, el cual me llama, apenas me ve entrar.

– Ale por favor acércate un momento – dice.

Me acerco cargando todas mis cosas, porque ni tiempo me dio para dejarlas en mi escritorio, al acercarme me indica que el decano me estaba esperando en su oficina, y que por hoy no asistiría a clases, a menos que termine mi reunión rápido.

Con mil ideas en la cabeza, salgo del salón rumbo al edificio administrativo, antes de entrar le envió un mensaje a Alberto para que no se preocupe “loquito, me llamaron a la oficina del decano, no tengo idea para que, te aviso cuando salga, ¡besos!”.

Ingreso al edificio y me presento a la secretaria

– Hola soy Alexia Rinaldi, me cito el Decano Rossi –

- Hola Alexia\, claro que sí\, toma asiento y espera que te llame para que puedas ingresar – me indica\, señalando las sillas que están en la sala de espera.

Tomo asiento, después de 15 minutos, me indica que pase.

Al entrar, encuentro al decano que me mira con cara expectante y también a otra persona sentada en frente de él, pero no logro mirar su rostro, pero veo que este vestido con un traje gris, super muy elegante.

– Decano buenas tardes, me indico que viniera a verlo – le digo, tranquila, no es la primera vez que vengo a su oficina a conversar con él, es lo que conlleva que sea la mejor alumna de la universidad.

– Pasa Alexia, te estaba esperando, te presento al sr. D’Angelo – se levanta de su asiento y al voltear casi me caigo de espalda.

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hola a todos, esta es la primera vez que escribo y publico algo. Solo espero que les guste!

Dejen sus comentarios para ver si necesito mejorar algo, y además si me pueden apoyar con estrellas para que así pueda subir en el ranking.

Saludos a todos!!!

Ariú = )

¿El día no podía mejorar o sí?

Ahí estaba el extraño de la mañana, con su cara seria y sin expresiones.

– Buenos días, señor D’Angelo, soy Alexia Rinaldi - Después de unos segundos de impresión, reaccioné y puse mi cara de profesional.

Dios que siempre he sido una persona elocuente y jamás le he temido a nada, ni nadie. Pero en verdad, su porte emite sensualidad por donde lo mires, aunque su cara, como dije hace un rato estaba seria y sin ningún tipo de expresión, esa mirada que haría a cualquier persona salir corriendo sin pensarlo dos veces.

Al verme, se quedó callado unos segundos y luego reaccionó, dándome la mano. – buenos días - Al tocarnos una electricidad paso por todo mi cuerpo, dejándome nuevamente en shock. Por lo que lo solté de inmediato, y para disimular miré al Decano.

- Decano Rossi\, dígame en que le puedo ayudar\, ya que tengo clases en estos momentos y no deseo perdérmela – digo de forma seria\, a ver si así dice las cosas rápidas y no tengo que estar más tiempo en este lugar.

Ambos me quedan mirando, el Decano carraspea y me invita a sentarme al costado de mi “némesis”, sip a partir de ahora así lo voy a considerar, solo espero nunca más volver a cruzarme con él.

– Bueno, te llamaba, por lo que me comentaste el otro día, que no deseabas participar en la empresa de tu familia y que estabas buscando prácticas en otras constructoras, por lo que me tome el atrevimiento de presentar tu CV para el puesto de arquitecto junior en la constructora D’angelo constructores – dijo con prisa y con una sonrisa en la cara.

Yo me quedé helada, mi cerebro se quedó en blanco al escuchar lo que acaba de decir, y sobre todo porque después de un rato, uní las piezas y me di cuenta de que la constructora más grande de Sudamérica llevaba el apellido de mi némesis.

– Por esto el sr. D’Angelo se tomó la molestia de venir personalmente a conversar contigo, ya que le pareció que tu hoja de vida y tus notas excelentes son muy buenas para su empresa – siguió hablando, pero la verdad yo estaba distraída con mis pensamientos que escuche solo una parte, y solo reaccione cuando el señor aquí presente habló.

– Efectivamente, he leído con detenimiento tu CV, tu historial académico y además parte de tu tesis, y me parece que en mi empresa puedes encontrar un buen ambiente para que hagas tus prácticas, y si en un futuro todo sale bien, puedas trabajar en ella de forma permanente – dijo sin ningún tipo de expresión nuevamente, es que acaso este señor no sabe, ¿aunque sea sonreír un poco?

(reacciona mensa, estás quedando como alguien que no tiene idea de que hacer en la vida) pensé, y hablé lo más profesional posible.

– Me halaga que desee que sea parte de su empresa, y en verdad me siento muy honrada por esta oportunidad, claro está, que primero deseo saber cuáles son las condiciones en las cuales trabajaré, y sobre todo los horarios para que así no se crucen con mis estudios y otros temas personales – sip creo que me pase un poco de la raya encima, que el mismísimo dueño vino en persona a reclutarme, yo le hice ver que no es tan importante si entro o no, aunque la verdad es que me muero por esta oportunidad, ya que además de la empresa de mi padre, esta es la mejor que existe en el mercado y puede que mi CV crezca con solo mencionar donde hice mis prácticas.

– Claro, tendrás que venir a la oficina principal para que te den mayor detalle y así puedas firmar el contrato de prácticas, mañana a las 4 pm – dijo después de unos minutos de mirarme como evaluándome.

– No hay problema, ahí estaré – dije con seguridad – Decano, si no hay nada más para hablar, desearía volver al salón para escuchar lo que queda de clase – dije levantándome.

– o si claro, hablamos más tarde para darte los detalles, yo termino de coordinar con el Sr. D’angelo – dijo el decano un poco nervioso.

– Buenas tardes a ambos, me paso a retirar – dije, pero antes que logrará voltearme para dirigirme a la puerta, mi némesis me agarra de la mano y me la aprieta en despedida, por lo que me quedo quieta un segundo, respiro e inclino un poco mi cabeza en señal de gracias, y salgo casi corriendo de ahí.

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Dejen sus comentarios y sus estrellitas, los quiero!!!

Arilú

Creo que estoy en un sueño

Toda la tarde de ayer me la pasé pensando en esa extraña reunión que tuve con el decano y mi némesis. No podía sacar de mi cabeza esos ojos, esa electricidad que recorrió todo mi cuerpo. Tanto así que apenas me quede dormida tuve un sueño demasiado extraño e incluso se podría decir hasta erótico – al sonar mi despertador salte de mi cama asustada, mirando a todos lados para ver donde me encontraba.

– ¡que me pasa! No puedo, ni debo pensar de esa manera, va a ser mi jefe y así fuera el último hombre del planeta jamás me fijaría en él, además que me lleva 10 años o eso creo – dije en voz alta, para ver si así mi cerebro podía procesarlo y dejar clara las cosas.

Me preparé y Sali a correr como siempre, con música a todo volumen, para poder acallar mis pensamientos, que volvían en todo momento a ese sueño que tuve y que casi me hace tener un orgasmo sin necesidad de ayuda extra.

Corrí sin darme cuenta de adonde me dirigía, y con toda la velocidad que dejaba mi cuerpo, no pare hasta que sentí que mis piernas se iban a desarmar de tanto ardor por el ejercicio. Descansé un poco en un asiento del parque Kennedy, pero al ver la hora, empecé a caminar hacia el Starbucks para comprar mi desayuno.

– Hola Sergio, porfa lo mismo de siempre – dije tomando un jugo de naranja mientras ordenaba, pago y me siento en uno de los sillones, miro por la ventana de forma distraída mientras preparan lo que pedí.

No me di cuenta, que todo el tiempo que estuve distraída, una mirada muy seria, estuvo encima de mi todo el tiempo, no me percate de ella hasta que recogí todo y seguí hasta la salida, al voltearme a despedir a Sergio, me di cuenta de su presencia, y me quede quieta por un minuto o eso creo.

Justo cuando él se proponía a levantarse de su sitio, reacciono y salgo rápido, sin mirar atrás y gritando mi despedida a Sergio (me acabo de comportar como una demente, Dios que va a pensar ahora de mí).

Llego a mi departamento, y decido meterme a la ducha con agua fría, a ver si así me despejo, ya que ni por correr tanto tiempo logre hacerlo, y mas cuando cruce mirada con mi némesis, sentí nuevamente mi cuerpo vibrar como nunca lo ha hecho antes.

Me visto con un vestido semi formal, ya que por la tarde tendría que ir a la constructora. Y me dirijo con mi portafolio a mi auto.

Llego a la universidad y encuentro en la puerta a mis dos amigos, los cuales tenían cara de preocupación.

– Nos puedes decir donde estuviste toda la tarde de ayer, te mande mil mensajes y te llame 100 veces, y tu nada…simplemente no estabas – me dijo exasperado Alberto.

Al ver su actitud, mi genio apareció ya que odio que me traten de controlar, y mucho más me griten como si de mi hermano o padre se tratase. Creo que ni ellos lo han intentado alguna vez.

– en primer lugar, no me alces la voz, en segundo lugar, no tendría por qué decirte donde estuve, ya que no es problema de nadie. Pero para tu tranquilidad, estuve en casa, concentrada en avanzar mi tesis y dejé mi cel en el auto, me dio flojera ir por él nuevamente – ok, creo que me volví profesional mintiendo, porque la verdad es que mi cel estuvo todo el tiempo conmigo, solo que estaba tan ida en mis pensamientos, que ni siquiera lo mire hasta ahora.

– Ok, disculpa no quise que te molestaras, es que en verdad me preocupe, porque es la primera vez que haces algo parecido – me mira con cara de cachorro, solamente moví mi cabeza y mire a Cristian que todo el tiempo estuvo callado.

El me mira y se ríe de forma discreta, moviendo su cabeza como diciéndome que esta loco y que no le haga caso.

En el camino al salón, les cuento sobre mi entrevista con el Decano y la propuesta para hacer mis prácticas. Los dos casi se vuelven como dos chiquillas en su fiesta quince años, y empiezan a saltar de alegría, era tal escandalo que me dio vergüenza

– pueden parar por favor, todos los están mirando, hasta van a pensar que se pasaron al otro bando, jajajajaja – dije riendo a más no poder.

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La mañana se pasó volando, cuando menos me di cuenta ya eran casi las 2 pm, decidí ir avanzando para poder buscar donde estacionar y llegar a tiempo a mi cita.

El edificio de la constructora D’Angelo constructores, se encuentra en el centro empresarial de San Isidro, el tráfico por esa zona es una pesadilla y en verdad menos mal que decidí salir antes, ya que llevo casi una hora tratando de encontrar estacionamiento, tuve que dejarlo bien lejos de la zona, solo espero que me den un espacio en el mismo edificio.

Por los nervios no comí nada, solo tenía en el estómago mi desayuno, así que mientras me dirigía al edificio me fije si había algún restaurante cerca, así podría comer, apenas saliera de ahí, vi un restaurante muy bonito a unas cuadras, así que ahí volveré cuando termine.

Llego a la recepción del edificio, me recibe una chica despampanante de cabello Rojizo, ojos celestes y un cuerpo de envidia – me saluda – Bienvenida al edificio Pacific, ¿en qué le puedo ayudar?

Saco mi identificación, se la entrego, diciéndole:

– Buenas tardes, mi nombre es Alexia Rinaldi, tengo una cita con recursos humanos – Me queda mirando y sin necesidad de revisar su pantalla.

– claro, la están esperando, tiene que subir al piso 12, ahí la secretaria le dará las indicaciones – me entrega mi pase de visitante, y me señala el ascensor que debo tomar.

Mientras espero, miro la arquitectura del edificio, es uno de los más modernos que hay por esta zona, y la verdad me quede impresionada por todo, desde su estructura, que constaba más que todo de vidrios y columnas super anchas para poder soportar todo el peso del edificio, hasta el sistema de control de seguridad, todo moderno, una experiencia única, estoy tan distraída con todo, que no me doy cuenta de que el ascensor ya estaba esperando y que había 3 personas mirándome a la espera que me mueva.

Me puse como un tomate, y pidiendo disculpa, me metí en él, esperando que en el camino alguno se baje y pase desapercibida.

El ascensor inteligente menciona el piso número 12, donde bajamos los 4. Uno de ellos, un chico bien simpático, me queda mirando y me sonríe de forma coqueta. Por lo que le devuelvo la sonrisa y me dirijo a la recepción de ese piso.

Ni siquiera logro decir algo, puesto que la secretaria inmediatamente me ve y se levanta para recibirme y me acompaña a una oficina.

– Srta. Rinaldi buenas tardes, por aquí por favor, ya la está esperando -

Pasamos por un grupo de oficinas, donde varias personas estaban en sus computadoras sin alzar la mirada, se sentía una música de fondo, que la verdad me gustó mucho y se sentía un ambiente profesional.

Llegamos a una puerta doble de vidrio pavonado, la secretaria abrió la puerta y me hizo ingresar sin mayores palabras, dejándome sola o eso creía.

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