NovelToon NovelToon

Música De Amor

LOS BOLETOS

Por @bellabaumen

¡Hola! Yo soy Bella, tengo 33 años y vivo en la Ciudad de México.

A veces me he considerado muy afortunada, porque me encuentro algunas monedas en el camino, billetes premiados, o hasta he ganado diferentes premios muy buenos. Pero nunca me imaginé que un concurso navideño me pudiera cambiar la vida.

Todo comenzó cuando se acercaba la navidad del año pasado. Era una de esas rachas en las que todos tus proyectos se detienen y parecía que las cosas seguirían estancadas. Yo había perdido mi trabajo como maestra, ya que mi contrato se renovaba cada año, y ese año ya no lo pudieron renovar por reducción del presupuesto en la universidad.

Como me había quedado sin ingresos, ya no podía seguir pagando la renta de mi departamento, ni el gimnasio, tampoco podía seguir pagando mis tarjetas de crédito y tuve que vender mi coche.

Y, si fuera poco, mi novio terminó nuestra relación porque consideraba que yo no le daba suficiente tiempo… encontrando más tiempo en los brazos de alguien más… si entienden a lo que me refiero…

Tuve que regresar a vivir a casa de mis padres mientras encontraba un nuevo trabajo y conseguía estabilizarme. Durante algunos meses, para ser sincera, varios meses, no conseguí ningún trabajo de mi carrera. Había muy pocas vacantes, muy mal pagadas o con demasiada competencia. ¡Sentía que se me cerraban todas las puertas!

El invierno se acercaba y mi madre, a la que quiero mucho, pero a veces me desespera, no dejaba de repetirme que cuándo me iba a casar, que el tiempo se me venía encima, que buscara a mi ex novio, etc…

Sí, mi vida se volvió bastante deprimente, lo reconozco. Hasta me daba vergüenza contarle la verdad a mis amigos cuando me preguntaban por qué yo nunca podía salir con ellos… la verdad era que no tenía dinero para hacerlo…

Una noche, seducida por la insistencia de mi mamá, intenté escribirle a mi exnovio. Solo por curiosidad (ajá…) quería saber como le iba a él. Durante una semana entera no tuve ninguna respuesta y tampoco insistí. Luego, de repente, me contó que estaba muy bien con su nueva pareja, y que, por respeto a ella, él no podía escribirme más. ¿Puede alguien creerlo?... Después de profesarme un amor sincero por cinco años, resultaba que ya no quería ni siquiera hablarme. No recuerdo que él se privara de hablarle a su ex cuando estaba conmigo… pero eso obtuve por no escuchar a mi propia conciencia, sino a la de mi mamá.

A pesar de que no tenía trabajo ni dinero, no dejé de intentarlo con nuevas personas. En cierta parte, quería demostrarle a mi ex que yo también podía conquistar a alguien, y por otra parte, tenía fe en que existía para mí alguien especial y único.

Me basé en conocer chicos por medios de las famosas apps de citas. Creo, que después de todo, sigo conservando mis encantos, por eso pude conseguir varias citas en las que los chicos me pagaran un auto a domicilio que me recogiera y me llevara, así como la cena o el café.

Pero, aunque conocí a muchos hombres interesantes, la situación no mejoró del todo. La situación era que ninguno de ellos me tomaba en serio. El 90% de ellos me advertía en la primera cita que no buscaban nada más que algo casual (para las que no saben lo que significa, significa acostarse contigo y ya), y el otro 10% eran chicos que por una u otra razón no me parecían lo suficientemente atractivos.

Como mi madre decía, quizás me había vuelto muy exigente después de mi última relación, pero yo pienso que no se trataba de eso. Bueno, yo no necesitaba tanto la intimidad, así que el 90% ya estaba descartado, jajaja. Sucede, que siempre he pensado que el verdadero amor existe para todos, pero la diferencia entre encontrarlo o no, radica en seguir buscándolo o no. La mayoría de las personas se dan por vencidas ante el primer rompimiento, pero nunca ha sido mi caso.

Mi amigos y amigas me han dicho que quizás seguía creyendo ingenuamente en el amor verdadero porque no había vivido una ruptura de alguien de quien sí estuviera enamorada. Es verdad que con la mayoría de mis ex novios he sido muy fría, y que, aunque todos me han dolido, no he sentido que me haya enamorado verdaderamente de alguno de ellos.

Pero se trata solamente de que, cuando se ama verdaderamente, se ama para siempre. Entonces, en esos momentos, aún no había encontrado ese “para siempre”.

Los días y las semanas avanzaron, y el frío incrementaba, pero la soledad no me hizo su presa. Yo seguí sintiendo en el fondo de mi ser, que mi alma gemela existía y estaba esperando por mí con los brazos abiertos.

Después, tuve una de esas citas que, aunque al final no resulta como esperabas, estaba destinada de una u otra manera a presentarse en tu vida para ayudarte.

Esa vez, como ya era costumbre, salí con un chico de internet que vivía en una de las mejores colonias de mi ciudad. Me ví atraída hacia él solamente por su sonrisa, y por su colonia, jaja. Nos quedamos de ver en uno de esos cafés populares de los que todo el mundo habla. El muchacho no estaba tan mal físicamente, así que estaba dispuesta a escucharlo un tiempo prolongado e intentarlo con él.

Se llamaba Patrick y era programador de videojuegos. Pensé que, para vivir donde vivía, en una muy buena colonia, quizás tenía una empresa propia de videojuegos, y últimamente se han vuelto muy redituables. Pero la verdad, yo estaba muy equivocada...

―Así que… ¿por qué elegiste dedicarte a los videojuegos?

―Bueno… desde pequeño me ha gustado jugarlos… los disfruto muchísimo… me gustan más los de disparo… y acción… es como vivir en una película de acción… ―dijo Patrick, mientras jugaba con el popote de su bebida.

―Hmmm… ya veo… a mí también me gustan… bueno, no los juego, casi nunca, pero pienso que con los videojuegos podrías ayudar a la sociedad… ya sabes, por ejemplo para enseñar inglés… es un proyecto que me gustaría hacer… ―Intenté convecerlo de mis ideas innovadoras, sin éxito.

―Suena interesante… ¿Tú sabes inglés… das clases de inglés o algo así? ―Me preguntó, cambiando de tema.

―Sí sé… bueno… tuve que aprenderlo si quería ir al extranjero durante la universidad… pero no doy clases de eso… doy clases de artes plásticas… es a lo que me dedico… pero por el momento me quedé sin trabajo…

―Sí… comprendo… mi mamá también se quedó sin trabajo… ahora está intentando vender la casa en donde vivimos, porque quiere recuperar algo de dinero que invirtió en ella… ―Confesó.

―¿Cómo que invirtió? ―Pregunté, decepcionada de que esa no era su casa, pero aún podía ser una gran inversionista...

―Lo que quiero decir es que mi mamá es agente de bienes inmuebles. Esa casa no es de nosotros pero nos han dejado vivir ahí y amueblarla en lo que se vende. Así que mamá invirtió en decoración interior para amueblar la casa. El plan es que cuando se venda esa casa, llevemos todos los muebles a otra nueva que mamá pueda vender, y así sucesivamente ―dijo convencido de que era un gran plan.

―Me imagino que las comisiones deben ser muy buenas ―comenté guardando las esperanzas...

―Lo son… pero las ventas tardan tiempo… por eso estaba en otro trabajo donde acaban de recortar personal, no solo se dedica a la venta de casas… Y, ya que te gustan las artes… ¿de casualidad no te gusta la música clásica? ―Me preguntó misteriosamente, cambiando nuevamente de tema.

―¡Sí! ¡De hecho me encanta! ―dije con entusiasmo, porque es verdad.

―¿En verdad? ¿Y la música navideña? ―Me preguntó muy emocionado.

―¡Es mi favorita! ―Contesté, pensando que al fin alguien me entendía.

―¡Genial! Y, más particularmente… ¿no te gustaría ir a un concierto navideño de Andrés Boticelli?

―¡¿Lo dices en serio!? ¡Quiero llorar! ¡No sé qué decir, Patrick! ¡Sí! ¡Sí! Me encantaría… ¡Es un sueño para mí! ―dije, creyendo que por fin había conocido un chico que amaba lo mismo que yo e inclusive me invitaría.

―¡Qué bueno que te guste tanto! Entonces esta propuesta te va a encantar… ―dijo, mientras me palpitaba el corazón. ―Lo que pasa es que mi mamá ganó en un sorteo un pase doble con viaje incluido al concierto navideño de Andrés Botticelli de este año en la ciudad de Nueva York… pero nosotros odiamos esa música, se nos hace súper aburrida… Además, nadie de mi familia habla inglés y mucho menos tenemos pasaporte o visa… Entonces en lugar de dejar perder ese pase, ¿qué te parece si te lo vendemos a ti y vas con alguien a divertirte…?

―¿Es broma, verdad? ―Pregunté con todas mis ilusiones destrozadas...

En verdad creí que Patrick quería invitarme a ese concierto y que teníamos una conexión en gustos, pero era todo lo contrario y él solo quería venderme esos boletos, lo que me decepcionó completamente.

―Lo digo en serio, además a ti te gusta mucho. Mira para que te animes te los dejo a mil pesos cada uno… ―Intentó convencerme, pero mi rostro ya mostraba una gran decepción...

―Escucha Patrick, aunque el precio es muy barato, no tengo nadie con quien ir, y todavía tengo que pagar la visa, y te acabo de decir que me quedé sin trabajo… así que no podré comprarlos… ―dije contundentemente, para que no insistiese.

―No, mira, lo entiendo… Para que no se desperdicien, te dejo los dos por mil pesos, bueno ya 800… y no me los pagues ahora, si quieres me los pagas cuando consigas un empleo… ¿Qué dices? ¡Anímate! Mira… sé que te acabo de conocer pero me das confianza. Algo me dice que estos boletos son para ti… Llévatelos, piénsalo, consulta los términos por teléfono y ya después me dices si te animas o no. Pero tienes hasta este viernes para registrar tus datos, si no lo haces, los boletos se perderán por completo… ¡Considéralo! ―dijo, con una gran vocación de ventas, por lo que acepté.

Fue así como ese muchacho me entregó en las manos esos boletos para el concierto navideño de ese año, y ni él, ni yo, teníamos idea de que cambiaría mi vida para siempre.

Esa tarde, después de aquél café, traía los boletos en mi bolsa pensando en lo mágico que podría ser viajar a Nueva York en navidad. Pero yo aún no conocía los detalles de aquel premio, ni las condiciones. Me temía que debía llevar a alguien por fuerza y lamentablemente, ninguno de mis amigos o familiares había viajado jamás al extranjero… Además, quizás ni siquiera yo podría conseguir la visa a tiempo.

Por eso, cuando llegué a la casa, lo primero que hice fue verificar cuánto tiempo tardaría el trámite de la visa, y cuánto costaría, ya que en verdad mis recursos estaban muy limitados.

TRAMITANDO LA VISA

Por @bellabaumen

Cuando verificaba la disponibilidad de citas para tramitar la visa, por pura casualidad, verifiqué al día siguiente. Era una locura que ni yo misma me podía explicar, pero había un único espacio a las once de la mañana. Solo para “ asegurar” el espacio, coloqué todos mis datos, como si fuera a acudir en ese lugar.

Al terminar el registro revisé, la disponibilidad el resto de los días y ¡nada! No había ni  un solo espacio hasta enero. ¡Era increíble! Parecía como si ese lugar estuviera esperando solo por mí. ¡Eso es a lo que yo llamo "buena suerte"!

El costo del trámite era un poco caro. De hecho, si pagaba mi visa, literalmente  me quedaría sin dinero. Pero quería ver si eso estaba pasando en verdad para mí, así que a pesar de quedarme sin dinero, llegué hasta el final. Me imaginaba que hotel y vuelo estarían pagados para dos personas. Pero hacía falta la otra persona…

Como ya no había ni un espacio más para el trámite de la Visa, ninguno  de mis familiares podría acompañarme. Y me imagino que un concierto navideño no era lo que se consideraba “un caso de urgencia” para el trámite de una Visa de emergencia…

Así que, pensé que tal vez alguno de mis compañeros de la universidad tendría visa y quisiera acompañarme. Llamé a todos en mi agenda y ninguno podía. Muchos de ellos no tenían visa vigente, y muchos de los otros ya tenían planes. No conseguí a nadie esa noche.

A la mañana siguiente, coloqué un anuncio en las apps de citas diciendo “Si tienes visa de turista y quieres ir a un concierto de Andrés Botticelli en Nueva York, escríbeme.” Después fui a tramitar la visa con los boletos y todos mis documentos. Tenía un poco de miedo, porque no sabía exactamente las condiciones del viaje, dónde me quedaría, o cuántos días.  Normalmente si notan que no tienes claros los datos de tu viaje, pueden creer que lo estás inventando y no darte la Visa.

Literalmente estaba temblando, esperando por mi visa, pero ya estaba ahí, y ya no podía hacer nada. Tampoco era un buen momento para hablar y preguntar por el concurso, porque de hecho no puedes usar tu celular dentro de la embajada. Finalmente llegó mi turno y pasé a la ventanilla correspondiente.

Desde el principio hablé con ellos en inglés. Les expliqué que había ganado esos boletos, y que necesitaba la visa  para tomar el premio. La persona en la ventanilla tomó mis documentos, me preguntó que si había viajado antes y le dije que sí. Luego me preguntó que con quién iría, le dije que esperaba que mi novio, quien ya tenía visa, me confirmara…

pensé.

La persona de la embajada tomó mis boletos, me dijo que tomara asiento y fue a hablar con alguien. Yo confiaba que mis estados de cuenta del mes anterior, donde todavía tenía suficiente dinero, me ayudarán a hacerlos creer que tenía suficiente liquidez de dinero en cualquier caso de urgencia. Además, todavía tenía un seguro médico que estaba pagando por mi trabajo, válido en los Estados Unidos también… Parecía estar todo en orden, con excepción de que en la realidad, me estaba quedando sin dinero.

Después de unos minutos, la persona me regresó los originales de mis documentos y me pidió que pasara a pagar a la caja.  Eso sonaba como una buena noticia, al parecer, mis documentos sí cumplían con los requisitos.

Fui a pagar, y regresé con mi comprobante a la ventanilla. La persona me dijo que eso era todo, y que en una semana podría verificar si ya podía ir por mi visa.

Parece que todo salió bien esa mañana. No me hicieron muchas preguntas y mis documentos habían sido aceptados. Me dirigí a casa, dispuesta a hablar a la empresa que daba el viaje, y preguntar si no había problema con ir sola, o hasta cuándo podía registrar a la otra persona.

Cuando llegué, tomé un vaso de jugo de la cocina y verifiqué mis chats en aquellas apps. No obtuve ningún mensaje al respecto, y por si fuera poco, en una hora que estuve metida en la app, no obtuve ningún match.

―¿Esto significará algo? ¿Por qué no logro encontrar a nadie que quiera ir conmigo? ―Me pregunté, curiosa por mi destino.

Se me ocurrió que podía poner el otro boleto a la venta en internet, porque así podía enfocarme en una persona que le gustara el mismo artista que a mí. Y así, cuando esa persona lograra ver el precio tan económico, se animaría a ir… Pero eso significaría ir con una persona completamente extraña, y podía ser muy peligroso… Lo dejaría como última opción, dependiendo de qué fuera lo que me dijeran por teléfono.

Me senté en el sofá, y tomé unas fotografías del boleto, por frente y por detrás, y luego lo puse a la venta en una página de internet. Solamente pedía mil pesos por él. Considerando que el vuelo estaba incluido, aquél precio debería ser irresistible, incluso para cualquier persona que quisiera viajar cómodo y barato.

En ese momento, mi mamá se dio cuenta de lo que estaba haciendo y me preguntó desconfiada.

―¿Qué estás haciendo? ¿Y esos boletos? ¿A dónde fuiste esta mañana?... A ver… ―dijo, recogiendo mis boletos.

Aunque ella no habla inglés, de todos modos entendió que se trataba de un concierto navideño de Andrés Boticelli en Nueva York.

―¡No me digas que estás pensando ir a este concierto! ¿Te acabaste todo tu dinero en estos boletos? O, ¿con quién irás?... ¿Te invitó un hombre?... Los hombres no dan regalos así por nada… ¡Puede tratarse de un secuestrador! ―Comenzó a juzgar mi querida madre, de una forma muy precipitada.

Mi mamá siempre exageraba en todas las cosas que yo hacía. Fue lo mismo cuando viajé por primera vez yo sola. Tuve que explicarle que se trataba de un concurso, y que aparentemente todo estaba pagado, aunque yo todavía no tenía con quién ir.

―Invita a tu ex novio Eduardo. Él es extranjero, ¿no? Debe tener visa.

La idea de mamá era terrible, pero podría funcionar. Él es un arquitecto español y viaja constantemente a los Estados Unidos, porque debe hacer escala cuando viene a México. Quizás pudiera servir, así que lo intenté.

Le hice una señal a mamá con la cabeza de que lo consideraría, pero necesitaba que me dejara a solas. Ella entendió perfectamente y se fue a otro cuarto. Así que, llegó el momento de marcarle.

De primera instancia, creí que no respondería, pero lo hizo… Milagrosamente, lo hizo…

Comencé a preguntarme, si él aceptaba, quizás era el destino para reconciliarnos…

―¿Bella? ¿Todo está bien? ―Me preguntó Eduardo por teléfono, un poco sorprendido de mi llamada.

―Hmmm… ¿No te molesto? ¿Estás ocupado? ―Pregunté para abordarlo, haciendo un poco de rodeo.

―Estoy en la oficina… ¿qué pasa? ―dijo, ya un poco molesto.

―Hmmm… ¿Recuerdas que el año pasado fuiste a España e hiciste escala en Estados Unidos? ¿Tu visa sigue vigente?

―Bella, te dije que no puedo platicar contigo… Ya dime qué pasa… ―Me replicó, bastante molesto por no ir al grano.

―Está bien… te diré… Tengo unos boletos para un concierto en Nueva York, con viaje incluido. Son para dos personas, pero no tengo con quién ir… Me preguntaba si quisieras ir conmigo… ―dije, de manera concreta y resumida.

―¿Un concierto? ¿De quién?... ―Preguntó, poco interesado.

―Es un concierto de Andrés Boticelli… Un especial navideño… ―dije tímidamente, esperando convencerlo.

―¡Eso imaginé! ―dijo Eduardo. ―Eso es muy tú… Sabes que a mí no me gusta la música clásica… Además, si pudiera ir, que no puedo, no iría contigo.―Insinuó cobardemente, con el afán de molestarme.

―¿Qué? ¿Por qué no? Hasta hace un par de meses, tú decías que me amabas… ¿Qué pasó? Dime…―Expresé tranquila, en busca de explicaciones.

―Lo que pasó es que me di cuenta que el amor debe ser en ambos sentidos, y no en uno solo. Todos estos años el amor solo iba de mi parte y de tu parte nunca recibía nada. Siempre fuiste muy fría conmigo, y tú lo sabes muy bien. Ahora, si no tienes nada más que decirme, debo irme…

―Hm… Está bien… Adiós. ―Me despedí, sabiendo que sería un adiós para siempre.

Sin decir una palabra más colgué el teléfono. Pero me dolía reconocer que él tenía razón. Creo que en realidad no estaba enamorada de él. Me di cuenta de que duré tanto tiempo con él porque encajaba muy bien en el prototipo de novio perfecto que todas las mamás quieren para sus hijas: Alguien alto, guapo, con un buen trabajo, sin vicios y fiel.

Pero, quizás mi prototipo de novio perfecto buscaba algo mucho más allá. Una conexión inolvidable de almas.

Sí, creo que a veces soy muy imaginativa e ingenua, pero si las almas gemelas no existen, entonces ¿cuál es el sentido del amor? No creo que pueda amarse a una persona solamente para evitar que se extinga la especie humana. Y con tantísimas personas que existimos en el mundo, eso es muy difícil que suceda.

Además, ¿dónde quedaron aquellas conexiones que respiraban amor por los poros con solo verse a los ojos? ¿Dónde están esos amores de antes de los cuáles se escribían las novelas? Yo aún tenía fe en ese amor, y sabía perfectamente que Eduardo no podía dármelo.

Con esto en mente, decidí que revisaría una última vez las apps de citas. Ya tenía algunos mensajes, lo cuál me sorprendió. Por un instante, pensé que ya había encontrado alguien con quien ir, pero nop.

TIPO 1: "¿Un concierto? Yo te invito a un concierto mejor, de los Weat Dreams, heavy metal y rock… Será este sábado nena, te puedes quedar en mi casa…"

TIPO 2: "Vi lo del concierto… No puedo ir, pero ¿qué tal unos drinks esta noche???"

TIPO 3: "Soy el chavo que te invitaba a una party… ¿Sí vas a querer ir o no? ¿Por qué no contestas????"

TIPO 4: "Hola bb. Estás bien guapa eh.. Si vemos un concierto en mi pantalla y tomamos una cerveza... ¿puedes hoy a las 10 pm?"

TIPO 5: "Qué rica estás nena… Quiero @#%$te"

Descartados TODOS… ¡Un fracaso! Nadie se ofrecía para ir al concierto. Ni modo. Decidí que finalmente hablaría a la compañía que organizaba el concurso y haría lo posible por que me aceptaran ir yo sola, y si no era posible, intentaría conseguir a un desconocido que comprara mi otro boleto. Eso era lo único que podía hacer ya.

LA LLAMADA

Por @bellabaumen

Con el celular en mano, y aún saboreando el coraje en la boca por el mal que acababa de pasar hablando con mi ex novio, comencé a marcar el número indicado en los boletos. Evidentemente que contestarían en inglés, pues se trataba de una empresa de sorteos americana, así que me adapté mentalmente al idioma parapoder llevar la conversación.

―Hello? Estás hablando a Golden Heaven, Concursos y Sorteos en pro de los niños sin hogar… ¿Con quién hablo? ―Preguntó amablemente la operadora.

―Mi nombre es Bella… Estoy hablando porque tengo unos boletos ganadores para el concierto navideño de Andrés Botticelli en New York, y quiero saber todos los detalles…

―Comprendo, Bella… En primer lugar, ¡muchas felicidades! Y muchas gracias por ayudar… Con tu participación, hemos alcanzado 1 millón de dólares en donativos para la casa hogar Christopher's Heavens. Tu premio consiste en un viaje todo pagado a la ciudad de New York, en un vuelo redondo de primera clase para dos personas, y una estancia por siete días en el hotel de 5 estrellas Resse&Carl Thoms, ubicado en el Central Park de New York. Además de dos pases VIP para el concierto de Andrés Botticelli y la after party VIP, y servicio de limusina para el traslado al concierto y hotel desde el aeropuerto. Además tu estancia incluye alimentos y bebidas sin límites. ¡Todo esto para ti y tu acompañante! ¿Estás emocionada?

―¡Claro que sí! ―Respondí con alegría. ―¡Esto es un sueño para mí! ¡Hasta creo que justo ahora tengo un dejavu!... Pero, tengo un problema…―dije, cambiando de humor. ―Sucede que no he logrado conseguir a ningún acompañante que vaya conmigo… ¿Hay algo que pueda hacer al respecto?

―¡Oh! Yo lamento escuchar que no conozcas a alguien que pueda disfrutar esta mágica experiencia contigo…―dijo de manera comprensiva. ―Pero, déjame hablar con mi jefe, y espero que podamos hacer válido tu premio… Regreso en un momento…

―¡Gracias! ¡Espero que sí! ―Respondí, conservando la fe.

Y esperé varios minutos, escuchando una canción midi, mientras estaba ansiosa por escuchar la solución de la operadora. En verdad no quería perder esa magnífica oportunidad de tener el viaje de mis sueños donde todo está pagado, y además todo de primera clase. Cuando viajé al extranjero durante la universidad, tenía que quedarme en sucios y viejos cuartos para estudiantes y cuidar no gastar dinero de más… Pero esta podría ser la primera vez que en verdad disfrutara un viaje, y no quería perderlo solo por estar soltera…

Finalmente la operadora regresó y yo esperaba escuchar buenas noticias…

―Bella, lamento la demora. Tuvimos que hacer algunas llamadas y algunas confirmaciones, pero te tengo buenas noticias.―dijo, mientras yo me emocionaba por dentro. ―¡Felicidades Bella! Como no tienes un acompañante, tenemos para ti un invitado sorpresa que te acompañará al concierto y a la fiesta VIP de ese día. Irá por ti el día del concierto en la limusina. Y no te preocupes, te darás cuenta porque también irán a entrevistarlo, personal de nuestro equipo y algunos reporteros. ¿Qué te parece?

―¿En verdad? ¡Suena muy emocionante! ¡No puedo esperar más! ¡Estoy muy feliz y agradecida! ―dije al mismo tiempo que mi corazón se me salía de la emoción de alegría.

―Bueno, ¡me alegro! Te enviaremos el itinerario, los boletos de avión, y tu reservación por e-mail. Para ello necesito que me brindes todos tus datos...

Y así lo hice. Le di todos los datos que me pidió y la emoción no me cabía en el pecho. Mi corazón se desbordaba. Era una emoción que es difícil de explicar, pero es una de esas sensaciones en las que sientes que por fin estás recibiendo bendiciones y que ya nada puede salir mal. Los vellitos de mi brazo estaban erizados y la sonrisa estaba permanente en mi rostro, como un tatuaje.

Terminé la conversación de la operadora y solo en una hora ya tenía todo en mi correo. ¡Todo era verdad, aunque pareciera un sueño! Estaba segura de que nadie lo podía creer, pero aún así comencé a contárselo a todo el mundo.

―¡Mamá! ¡Mamá! ¡No vas a creerlo! ¡Sí me aceptaron que vaya sola al viaje! ¡Es todo pagado y de primera clase! ¡Me voy a quedar en un hotel de 5 estrellas por una semana! ―dije, abrazándola y brincando de la emoción.

―No puedo creerlo… ―dijo con una expresión de inconformidad. ―Hija… Ya sabes lo que tu papá y tu hermano piensan de que te andes yendo de viaje… Es muy peligroso… Además, que tal si el dichoso concurso ese, no es más que una mentira para la trata de blancas… Qué tal si en ese dichoso hotel te secuestran y ya no regresas… ―dijo mi madre, con un tono muy pesimista.

―¡Ay mamá! ―Le reclamé. ―Sabía que no entenderías… Ni debí decírtelo… Solo te preocupas de más… Ya te he dicho que no debes ser tan negativa… Si te hubiera escuchado en el pasado, ni siquiera hubiera podido estudiar nada… ―dije, muy molesta, por su falta de apoyo.

―¿Y de qué te ha servido eh? Te dije que con las artes te morirías de hambre y mira, ahorita no tienes trabajo… Nada como buscarse un esposo estable y sentar cabeza… ―dijo a modo de regaño, comportaándose muy necia, como era costumbre.

―Mamá, no me voy a casar no más porque sí… Necesito una verdadera conexión, un amor bonito… Quiero saber que la persona con la que me case, sea un amor real… ―Traté de hacerla comprender mis sentimientos, pero fue en vano.

―¡Ay mija! Pues te vas a quedar esperando… Si yo hubiera esperado eso, nunca me hubiera casado… Además, un matrimonio nunca puede ser miel sobre hojuelas, todos los matrimonios tienen altas y bajas… Y hablando de eso, a ver si ya llega tu papá para que te haga entrar en razón y no vayas a ese ridículo viaje… ―dijo, regresando nuevamente a lo mismo.

―¡Ay mamá! ¡Como digas! Nunca puedo compartir nada contigo, ni las cosas maravillosas que me pasan… A todo le ves un lado terrible y negativo… Mejor me voy a hablar con Debbie… ―Y me fui molesta de ahí, escuchando cómo mi madre aún tenía mucho para quejarse...

―¡Ayudarle a tu pobre madre es lo que necesitas! Si lavaras todos esos trastes, dejarías de estar metiéndote en concursos y tonterías… ―Gritaba, aunque ya no estuviera yo ahí.

Lamentablemente, ese tipo de "conversaciones" eran el plato de toda mi vida con mi mamá… Y aunque yo intentaba hacerla reflexionar, ella nunca estaba de acuerdo conmigo. No sé por qué solamente no se alegraba por mí y dejaba de imaginar los peores escenarios contra mí. ¡En fin! Ya había desarrollado cierta paciencia con ella, pero de todos modos siempre me dejaba un mal sabor de boca.

Al menos, yo contaba con mi mejor amiga Debbie, quien siempre me escuchaba y se alegraba por mí.

―¿Debbie? ¿Recuerdas que te conté de unos boletos para el concierto de Nueva York y que me hubiera encantado ir contigo? ―dije con emoción infantil.

―¡Sí! ¿Qué pasó? ¿Encontraste con quién ir? ―Preguntó igual de emocionada que yo. ―Ya ves que yo, aunque quiera ir, no puedo, por mi bebé y porque no tengo visa…

―¡Sí, lo sé… no te preocupes! Bueno, quería contarte que ya hablé con los organizadores del concurso y sí podré ir yo sola. Y, por si fuera poco… ¡Consiguieron un invitado sorpresa para que me acompañe al concierto! ¿Genial, no? ¡Todo parece un sueño! ¡Es tan perfecto! Verás… el vuelo es en primera clase, el hotel de 5 estrellas está todo pagado, con alimentos y limusina… Y por si fuera poco, pases VIP… ¡Quizás pueda conocer a mi Ídolo Andrés Botticelli en persona!... No lo sé explicar… Pero hasta sentí algo así como un dejavu… Una de esas sensaciones donde juras que ya lo has soñado o vivido…

―¡Estoy muy feliz por ti! Sé que tú admiras mucho a ese cantante… Pero… Ten mucho cuidado por favor… Quizás ese dejavu fue en realidad un presentimiento… ¿No te parece que todo es demasiado perfecto para ser real?... ¿Qué tal si el tal Patrick te estuvo espiando por Internet para conocer tus gustos y darte esos boletos falsos?... ―dijo de forma escéptica.

―Nooo… ¡Tranquila Debbie! Yo confío mucho en mi intuición y me dice que en verdad todo esto está pasando para mí… ―dije, confiando en mí misma.

―Bueno, pero de todos modos no confíes en ese supuesto invitado y en ese Patrick… Cualquier cosa rara, le hablas a la policía… ―Me recomendó, aún dudosa de que algo tan mágico pudiera pasarme.

―Siiíi… Lo prometo… Estaré muy atenta…

Aún mi mejor amiga tenía unas ideas muy pesimistas sobre algo que nos debería alegrar a todos… Pero ya dicen bien… algunas cosas solo las debes disfrutar en privado.

Iba a avisarle a mi mejor amigo, Alexander, pero él era muy parecido a mi hermano. En su afán de protegerme, a veces volvían cualquier asunto en el peor de los torbellinos… No sé qué le pasaba a la gente a mi alrededor, pero a pesar de que siempre veían el vaso medio vacío, esta vez decidí no escucharlos y solo confiar. Mi fe ante la magia que estaba viviendo era ciega, pero muy fuerte.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play