Mi locura es justificada
Miro por la ventana, mientras de fondo escucho la voz del maestro Lobillo, es como si la escuchara en la lejanía, muy muy lejana de donde se encuentra mi mente en estos momentos, en lo único que puedo pensar es en que termine esta maldita clase para poder largarme, es tan pesada y fastidiosa como la voz de este maestro, solo pienso en todo lo que tengo planeado para conocer al que será mi futuro marido, Erick lacost, pero para que entiendan bien esta historia empezaremos desde el principio, tenemos que dirigirnos unos años atrás cuando tenía 14.
Vivo en el pequeño pueblo de “Castle Combe” en Inglaterra, es uno de los pueblos más hermosos y antiguos de la ciudad, somos vecinos de Londres la ciudad moderna y la cuna de la reina Isabel, y todas esas cosas que rodean a la corona, viviendo toda mi vida en este lugar creerán que me encanta hablar de los príncipes y sus riquezas o como todas están obsesionadas de encontrar a un príncipe y ser la siguiente dama de la realeza británica, porque ni siquiera te conviertes en princesa, si no tienes sangre real te consideran una simple plebeya, será que soy la única que piensa que son unos riquillos egocentristas, siempre serás la burla que consiguió cazar al príncipe “Que emoción” es de lo único que se habla en este pueblo, vivimos bailando alrededor de la corona es de lo único que importa, si hasta podría decir que el día más importante en este lugar son sus bodas que pasan en la tele, así que un día cansada de lo mismo de siempre, me encerré una semana en mi casa comiendo helado de chocolate y viendo el canal de las tele tiendas de las 4 de la mañana y sintiendo que la vida era una maldita mentira, pasando canales furtivamente aprecio ese ángel caído del cielo y era tan malditamente guapo que pensé que era una alucinación mía, leí una y otra vez su nombre en la pantalla como una obsesiva, se llama Eric lacost, el primogénito del empresario de ropa lacoste, sabía que empresa era, y los años de trayecto que tenía esa marca de ropa, nació y creció en Francia, recuerdo perfectamente la entrevista que le estaban haciendo ya que se estaba volviéndose bastante conocido entre la competencia por ser extremadamente suertudo en sus negocio, llamándolo el trébol dorado, apareció en la revista time, y en muchos medios de comunicación, cuando escuche que abriría una sucursal en Londres para probar nuevos terrenos de venta y enganchar nuevos clientes, sentí en ese momento como mi corazón volvió a latir y comprendí que no necesitaba un príncipe como a todas las tontas de esta ciudad, solo necesitaba conocer a Erick lacost, el seria mi futuro marido y primer amor, estaba tan segura como que me llamaba Abril Johnson, que Erick seria todo mío, lo conocería, así me costara toda una vida entera pero él se enamoraría de mí.
Y hasta aquí acaba la historia, sé que no es tan genial como se lo imaginaban, pero tampoco les iba a contar que; El hombre choco conmigo, nos vimos a los ojos y nos quedamos prendados el no del otro…. Eso solo pasan en las películas, ya quisiera yo que eso me pasara, pero lo cierto es que, si tu no haces las cosas por ti misma, no te caerán del cielo y no creo que me caiga un Eric en la cabeza. Si quiero obtener el amor de Erick tengo que forzar el destino, por eso tengo un plan que no fallara, la idea llego a mi mente como una Epifanía anagramica, estaba en la sala de mi casa comiendo una bolsa de papitas picantes cuando una se enterró en mi diente, y ahí estaba yo, mirándome en el espejo sacando la maldita papa, cuando me dije a mi misma »Abril… tienes que tener novio, pareces una monja esperando a que dios te ilumine, y por hombres no me faltaban, pero todos son unos tontos, al único que quiero es a Erick, ni más ni menos« Escucho la campana de la escuela avisándome que ya termino este infierno de clase, guardo mis cosas como loca, por fin dios, que calvario estaba siendo todo. Miro a mi alrededor y todos seguían sentados en sus puestos mirándome como si fuera un bicho de exhibición, miro al frente y el profesor me mira con molestia.
—Cuanta avidez trae señorita Johnson, estaba diciéndole a todos sus compañeros que se quedaran un momento para terminar un tema, no le quitare más de su tiempo valioso, que debe ser muy importante como para no atender a mi clase —todo el mundo suelta una carcajada llenado el salón de ruido, me siento lentamente en mi asiento con una vergüenza impresionante, termina su discurso de no sé qué tema y nos da permiso de salir, esta vez espero que todo el mundo se levante para no ser otra vez la burla, veo que mi amiga Kate se sienta en mi pupitre y me mira con una sonrisa de burla, después llega Nika y me palmea el hombro como si me estuviera consolando, quito su mano y los miro mal a los dos con mala gana.
—Ayy…. abril nunca cambiaras, se puede saber que hay en tu cabeza esta vez para que tengas tanta prisa de salir hoy —dice Kate con burla.
—Ayy…. abril nunca tu nunca cambiaras, se puede saber que hay en tu cabeza esta vez como para que tengas tanta prisa de salir —dice Kate con burla mirándome con sus pestañas risada y su gloss brillante. Realmente es muy bonita, siempre está muy elegante mientras que yo…. tengo lo mío y eso no me preocupaba, pero soy muy descuidada por andar siempre en las nubes, Nika se pone enfrente de la mesa y dice.
—Ya sabes cómo es, te apuesto a que estaba pensando en el tal Erick ese, que puede estar muy bueno y todo, pero no lo podrá conocer nunca. Si te das cuenta estamos en un pueblo alejado de la mano de dios, cariño —Kate lo mira mal y dice.
—Que exagerado eres, Nika, por si no sabías este pueblo es histórico, tiene mucha información interesante, además la biblioteca he iglesias son tan antiguas que se han vuelto un icono en cualquier lugar, nuestro pueblo no esta tan alejado del mundo —Y ahí está nuestra Kate, se puede ver muy linda y perfecta, pero en esa cabeza, es como una computadora viviente, siempre sabe todo y tiene el mejor rendimiento en la escuela, es toda una bibliófila. Nika la mira con una sonrisa de maloso y dice.
—Sí, pero aquí no hay hombres guapos saliendo por las bibliotecas —dice frunciendo el ceño con cara de aburrimiento, Kate se enoja y le responde.
—¡Y para qué quieres hombres, cuando tienes conocimiento! —lo mira a los ojos mientras yo observo su discusión sin sentido, el la mira con ojos de pícaro y le susurra en el oído algo que no alcanzo a escuchar, pero que con la reacción de Kate me lo puedo imaginar, ella abre los ojos y en un momento se pone roja como un tomate a veces pienso que Kate es muy inocente o se hace a propósito y Nika aprovecha eso. Ella lo empuja y se va hacia la puerta como alma que lleva al diablo, hasta creo que pude ver chispas salir de ella.
—¡Kate, Era una broma no te pongas así! —dice gritando Nika tratando de detener su salida, lo miro con expresión de sermón.
—No me mires así abril, todos los adolescentes saben lo que es el sexo, además me da mucha gracia ver la cara que pone —Nika el sincero, recuerdo la primera vez que llego a clases entro al salón y dijo “soy gay y al que no le guste, me importa un diablo, prefiero no tener a idiotas cerca mío” solo de recordarlo me daba risa. Al instante no hicimos amigos, sabía que sería un loco de atar igual que yo, Kate y yo llevamos siendo amigas desde la primaria, pero esa es otra historia que les contare más adelante. Tomo mi maleta y empujo a Nika para que salgamos del salón, él sonríe y me sigue.
—Espero que le pidas disculpas a Kate. Tengo algo muy importante que contaros a ambos, necesito que estén presentes —me mira con una sonrisa, pasa su brazo por mi cuello amistoso y dice.
—A ver cariño, cuantas veces te tengo que decir que tus planes siempre salen un fiasco ¡Déjalo ya, Abril! —me suelta y camina chulesco como un rey en pasarela, bueno tengo que admitir que últimamente los planes que doy salen mal, pero esta vez no, esta vez será mucho más elaborado y genial como yo, sonrió tontamente por mi comentario y digo.
—Esta vez es un plan que he estado elaborando con mucho cuidado, así que los veo en nuestra zona secreta —me voy misteriosamente y entro en el baño de las mujeres mientras el sigue adelante por el pasillo de la escuela.
El supuesto lugar secreto, es una banca detrás de la academia, al lado de ella se encuentra un árbol viejo, si lo digo de esa manera quita genialidad, me gusta más decir que es un zona secreta, le da más misterio, o tal vez soy yo la tonta que tiene que darle nombre a todo para que tenga un toque más sofisticado, soy la primera en llegar a la banca, abro mi maleta y saco un sándwich de queso y jamón, no sé si soy rara, pero primero me como el jamón y después el pan con queso es una maña rara que tengo desde pequeña, miro a la gente caminar normalmente como todas la mañanas en la academia y al fondo veo a mis dos amigos acercarse, todavía siguen discutiendo, Kate le dice algo y él se disculpa juntando las manos y poniéndole ojos de borrego, parece que lo disculpa. Cuando llegan a la banca, se sientan a cada lado de mí y Kate me quite un pedazo de mi sándwich, Nika hace lo mismo dejándome sin nada, frunzo el ceño acusándolos con la mirada mientras ellos me ignoran rotundamente, me levanto de la banca y me pongo enfrente de ellos mirándolos con molestia.
—¡Habla ya mujer que nos tienes en ascuas! “cuál es el gran plan que tienes” —dice haciendo las comillas con sus dedos, yo suspiro fuerte y digo con una sonrisilla maliciosa digna de una villana de comics.
—Bueno, como ya saben, Erick es mi futuro esposo —sonrió por mi comentario mientras ellos hacen una cara de incredulidad. —Tiene una sucursal de ropa muy famosa en Londres, así que estaba pensando en ir, y conocerlo en ese lugar, y ustedes me acompañarán para ayudarme, serán parte importante en mi plan —sonrió con autosuficiencia sintiéndome una diosa del mal. Los miro a los ojos, se miran entre sí, me mira después y sueltan a reír.
—Te enloqueciste o te diste un gran golpe antes de venir —suelta con gracia Nika.
—Me parece muy peligroso ir a un lugar desconocido, así como así abril, solo para conocer a un tipo que puede ser un completo pervertido —dice la Kate responsable, esa Kate que es mi polo a tierra.
—No es un pervertido, lo he visto casi toda mi vida por la tele y lo que he visto es muy bueno —digo sonriendo feliz, porque todo lo que tiene que ver con Erick, me produce un subidón impresionante, Nika suelta una carcajada haciéndome rabiar.
—Por favor, Abril… te lleva como 11 años de edad, crees que se fijara en una adolescente, te mandara de una patada para tu casa, búscate a un hombre de tu edad y listo —dice mirando sus uñas buscando alguna imperfección, maldito Nika tiene razón, pero no me rendiré sin dar la batalla.
—Eso será momentáneo, porque somos almas gemelas, y estoy segura que cuando me vea se enamorará de mi ¡Ya lo verán! —Kate se levanta para acercarse a mí y dice.
—Por favor, Abril. ¿Cuántos años tienes? Una cosa es que te guste como fan, y otra muy diferente en que quieras casarte con él, enserio crees en algo tan ridículo como las almas gemelas. Además… que le dirás a tu madre, no te dejara ir —dice mirándome con decepción.
—Pues ahí es donde entra mi querida amiga Kate —digo con gracia mirándola, ella se voltea para mirarme sin poder creer lo que escuchan sus oídos.
—¿Yo? ¡Estás locas! No me metas en problemas, Abril —dice cruzándose de brazos y viéndome con preocupación.
—Si le digo a mi madre que quiero ir a Londres por algo en especial, no me hará caso en lo absoluto, pero como tú eres tan estudiosa y ejemplar sé que, a ti si te creerá, ¡puedes decirle que iremos a una excursión de la escuela o que vamos a ir a una biblioteca de la ciudad. ¡Por favor, Kate! —digo juntando mis manos en señal de súplica y haciéndole pucheros.
—Abril, dijiste que no me volverías a meterme en tus locuras —dice negando con la cabeza, sigo suplicándole cuando Nika por fin abre su boca.
—Está bien, me parece una buena idea, podríamos ir por la mañana y volver por la tarde y nadie se enteraría, así abril conocería al amor de su vida, yo conocería la ciudad y a chicos guapos, Kate… compraría libros como siempre, todos felices y contentos —yo acepto con la cabeza rápidamente casi hasta se me descuelga con una sonrisa tonta mirándolos al mismo tiempo. Nika es como mi pequeño diablillo rojo que me sigue en las locuras más grandes y descabelladas, somos como la cordura y la locura todo muy bien balanceado, Kate niega rotundamente, Nika se le acerca lentamente, mirándola como un guapo chico heterosexual que está enamorada de Kate, toma sus manos y la mira a los ojos.
—No me dejes solo en esto cariño, o quieres que la loca de tu amiga se vaya sola a la ciudad, se pierda o muera en el camino —¡Oye! No soy tan tonta —suelto ofendida por su comentario, el sigue mirándola y por un momento veo como agacha la mirada sonrojada, se suelta rápido de Nika pensativa. Mirándolo bien, Nika es un chico realmente guapo, siempre también arreglado y elegante sin pasarse de exagerado, tiene unos ojos miel que podrían entontecer a la más guapa del colegio y unos labios carnosos envidiables, hasta para cualquier chica, su cabello chocolate perfectamente cortado, es una lástima que sea gay, siempre no lo dejado muy claro y se enorgullece de eso, así que…. olvidarse de él, por favor.
—Está bien… pero si algo malo llega a ocurrir, no quiero ver sus caras de amargados —dice un poco nerviosa por el momento, suena la campana y Kate es la primera que sale corriendo. ¿o es muy fanática al estudio, o está escapando de alguien? No lo sé… después hablare con ella —solo espero poder ver a Erick pronto, nada mas de pensarlo mi corazón late a toda velocidad ¡Que emoción!
ERICK LACOST
—¿Es muy grave? —pregunto un poco preocupado a mi doctor de cabecera y de mi entera confianza.
—Por ahora solo es un diagnóstico apresurado, pero viendo todos tus síntomas encajan perfectamente con el trastorno obsesivo compulsivo muy conocido como (TOC), no es un nivel del espectro muy alto, pero tienes algunos de los ejemplos como, excesiva devoción por el trabajo, inflexibilidad, perfeccionismo en todo, negativa a permitir que otros hagan las cosas, y muchas cosas más. —Me quedo pensativo escuchando todo lo que decía y no se equivoca, Últimamente siento que he empeorado, pero esto no es nuevo, siempre ha sido así. Sander deja los papeles en el escritorio me mira serio para decir.
—Si quieres mi opinión Erick, deberías relajarte más, siempre eres muy obsesivo con tu trabajo, eso podría ayudar un poco, vete de vacaciones enamórate, cambia de rutina, lo necesitas de verdad, después de la muerte de tu…—calla un momento y siento como una tristeza en forma de rabia crese envenenándome, lo miro enojado y digo.
—Eso es un tema que no tiene cabida en este lugar y me extraña de ti Sander, que te metas en mi vida privada de esa manera, además como me pides que me vaya de vacaciones o me propones que me enamore cuando conoces muy bien me historia, mi trabajo, mi rutina jamás cambiaran, ya me tengo que ir —Me levanto del sofá, tomo mi gabán y me dirijo a la puerta cuando sus palabras me detienen.
—Eso es un tema que no tiene cabida en este lugar y me extraña de ti Sander, que te metas en mi vida privada de esa manera, además como me pides que me vaya de vacaciones o me propones que me enamore cuando conoces muy bien me historia, mi trabajo, mi rutina jamás cambiaran, ya me tengo que ir— Me levanto del sofá, tomo mi gabán y me dirijo a la puerta cuando sus palabras me detienen.
—Sabes perfectamente que no puedes seguir culpándote de su muerte Erick y si te aconsejo personalmente no lo hago como tu doctor, si no como un amigo que te conoce muy bien, te espero la próxima vez —dice al final con un suspiro, tomo el pomo de la puerta y salgo sin decir nada más.
Me subo al auto y arranco con rapidez, no quiero llegar tarde para pedir cuentas de cómo van las sucursales en Londres al principio pensé que sería mucha responsabilidad y sería un completo fracaso pero todo va viento en popa, al llegar al lugar me estaciono a un lado de la calle mequito el cinturón, abro la puerta y salgo, le entregó las llaves a mi chofer para que lo guarde, camino erguido mientras todos me saludan con un “bienvenido señor” siempre me ha gustado como se siente el poder que tengo sobre la gente, el respeto de las personas es mi pan de cada día y ver como agachan sus miradas por miedo hacen que mi corazón se acelere y es como una maldita energía que fluye por mí, haciéndome sentir con la autoridad de mandar a todo el mundo al diablo sin importarme que pase, amo esa sensación, camino hacia mi oficina cuando marcela la subjefe de la tienda me intercepta y dice.
—Señor, ya tengo las cifras de este mes —Me pasa una carpeta, yo la tomo y le guiño un ojo de agradecimiento, ella se sonroja y sigo mi camino, cuando estoy a punto de abrir la puerta marcela me detiene y me dice.
—¿Puedo ir a su casa esta noche? —la miro con su cabeza agachada y las mejillas sonrojadas, sonrió mirándola de arriba abajo y la verdad no puedo negar que Marcela es una mujer muy guapa, ya hemos tenido nuestros encuentros, pero esta vez es ella la que quiere repetir sonrió mentalmente y susurro en su oído seductoramente.
—Nos vemos esta noche — me retito dejándola en el mismo lugar lo cual me hace gracia lo que provoco en las mujeres, entro con una sonrisa cuando me percato de que alguien está en mi escritorio, se gira para mirarme.
—Buenas noches hijo —dice con voz gruesa y una mirada fría ante mi persona.
—¿Qué haces aquí padre? —lo miro con el ceño fruncido y el dolor que me produce cada vez que lo veo.
—Eso es un tema que no tiene cabida en este lugar y me extraña de ti Sander, que te metas en mi vida privada de esa manera, además como me pides que me vaya de vacaciones o me propones que me enamore cuando conoces muy bien me historia, mi trabajo, mi rutina jamás cambiaran, ya me tengo que ir— Me levanto del sofá, tomo mi gabán y me dirijo a la puerta cuando sus palabras me detienen.
—Sabes perfectamente que no puedes seguir culpándote de su muerte Erick y si te aconsejo personalmente no lo hago como tu doctor, si no como un amigo que te conoce muy bien, te espero la próxima vez —dice al final con un suspiro, tomo el pomo de la puerta y salgo sin decir nada más.
Me subo al auto y arranco con rapidez, no quiero llegar tarde para pedir cuentas de cómo van las sucursales en Londres al principio pensé que sería mucha responsabilidad y sería un completo fracaso pero todo va viento en popa, al llegar al lugar me estaciono a un lado de la calle mequito el cinturón, abro la puerta y salgo, le entregó las llaves a mi chofer para que lo guarde, camino erguido mientras todos me saludan con un “bienvenido señor” siempre me ha gustado como se siente el poder que tengo sobre la gente, el respeto de las personas es mi pan de cada día y ver como agachan sus miradas por miedo hacen que mi corazón se acelere y es como una maldita energía que fluye por mí, haciéndome sentir con la autoridad de mandar a todo el mundo al diablo sin importarme que pase, amo esa sensación, camino hacia mi oficina cuando marcela la subjefe de la tienda me intersecta y dice.
—Señor, ya tengo las cifras de este mes —Me pasa una carpeta, yo la tomo y le guiño un ojo de agradecimiento, ella se sonroja y sigo mi camino, cuando estoy a punto de abrir la puerta marcela me detiene y me dice.
—¿Puedo ir a su casa esta noche? —la miro con su cabeza agachada y las mejillas sonrojadas, sonrió mirándola de arriba abajo y la verdad no puedo negar que Marcela es una mujer muy guapa, ya hemos tenido nuestros encuentros, pero esta vez es ella la que quiere repetir sonrió mentalmente y susurro en su oído seductoramente.
—Nos vemos esta noche — me retito dejándola en el mismo lugar lo cual me hace gracia lo que provoco en las mujeres, entro con una sonrisa cuando me percato de que alguien está en mi escritorio, se gira para mirarme.
—Buenas noches hijo —dice con voz gruesa y una mirada fría ante mi persona.
—¿Qué haces aquí padre? —lo miro con el ceño fruncido y el dolor que me produce cada vez que lo veo.
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