...GRACE...

—¡¿Qué carajos está diciendo?!

Me levanto de golpe dejando caer la silla en la que estaba sentada alfrente del abogado y lo miro con el ceño fruncido y pongo mis manos sobre su escritorio.

—Lo siento Srta. Grace, pero esta fué la última petición de su padre antes de morir y está en su testamento.

—En dos meses cumplo mis 25 ¿Entonces se supone que me debo de casar antes de aquella fecha o todo lo que me fué heredado me será quitado?

—Lamentablemente sí. Como abogado de el Sr. Leonel Hardy, su padre, supe que él quería asegurarse de que usted se casara ya que siempre decía que usted era la que menos tenía intención de hacerlo.

—Pues ojalá y el maldito de mi padre me escuche desde donde esté, ¡no me voy casar nunca!— agarro mi bolso y camino por un largo pasillo en el que me tropiezo con Alexander.

—Discúlpame, ¿te hice daño?

—Quítate — lo empujo y como alma que lleva el diablo camino hacia mi auto.

...ALEXANDER...

—¡Uy que genio!— río.

Abro la puerta de la oficina que acaba de salir Grace.

—Buenos días abogado, discúlpeme por molestarlo, ¿sabe que la pasa a aquella loca que acaba de salir?

—No está de acuerdo con la petición de su padre, la de casarse antes de sus 25 o podría quedarse en la calle.

—Que cosa más estricta, pero para nadie es sorpresa que mi padre siempre haya sido así. Muchas gracias — salgo.

Grace Hardy y sus hermanas son las mujeres que llegaron a la familia Hardy hace más de 4 años como adoptivas. Nunca había cruzado palabras con ella, hasta ahora. Siempre tan seria y restringida, nunca la eh visto con un hombre que hasta ya eh llegado a pensar en si es lesbiana, lo sé, siempre se me ocurren cosas locas. Desde que la conocí me atrajo demasiado, y a decir verdad me gusta esa mujer, no sé cuando comenzó todo solo sé que lo que siento por ella no es cualquier cosa.

Entro a mi oficina y lo primero que le pregunto a mi secretaria es que tenemos hoy, y como siempre, reuniones y más reuniones.

—A veces pienso que mi vida es tan aburrida, tanto que creo que necesito un poco de diversión — miro la ciudad desde mi silla a través del ventanal.

Fundé mi empresa hace dos años por lo que sacarla adelante me ha costado mucho trabajo.

—¿Sr. Alexander, ya vió las revistas?

—No tengo tiempo para chismes.

—Lo que pasa es que hay rumores que mantiene relación con la hija de su socio; la Srta. Brooke.

Sonreí ladeado.

—Tal vez necesite poner todo en orden en la prensa.

—Tal vez necesite darles noticias buenas. Les gusta hablar cosas de mí y ganar popularidad, no?

Me levanto y camino hacia la puerta.

—No asistiré a la reunión de esta tarde.

—Pero Sr. Alexander...

—Hasta luego, Verónica.

Me subo en mi carro y acerco el celular a mi oído luego de marcar un número.

📲 — ¿Hola?

📲 —¿Qué tal Grace? Tal vez te extrañe mi llamada ya que nunca he conversado contigo, pero necesito verte, tenemos que platicar de algo importante. ¿Tienes tiempo?

▪︎▪︎▪︎

—¿Llevas mucho tiempo esperándome?— me siento delante de Grace y le hago una seña al mesero.

—¿Para qué me citaste aquí?

—Es raro que nos encontremos aquí, hace cuatro años nos hemos visto pero nunca hemos llegado al grado de cruzar palabras...

—Al grano Alexander— sonrío.

—Supongo que sabes de los rumores que me vinculan con Brooke, la hija de mi socio.

—¿La niñita de papi, arrogante y engreída? Lo siento pero tengo un gran problema como para hablar de esa irritante mujer— se levanta y voltea.

—Te propongo algo que nos beneficia a ambos. Cásate conmigo Grace, de esa forma no te será arrebatada la herencia de mi padre y de esa forma me ayudarás a salir de falsos rumores que me han traído problemas en la empresa. No solo te convertirás en la hija adoptiva de Leonel Hardy, también mi esposa. El contrato durará tan solo cinco meses, ¿qué dices? ¿aceptas?

...ALEXANDER...

—El contrato solo durará 5 meses, meses en los que estarás casada conmigo y luego nos podremos divorciar. Tu tendrás intacta la herencia y yo saldré de aquellos chismes.

Gira su cabeza.

—¿Estás diciendo...que me case con un desconocido?

—No, te casarás conmigo...

—Por eso. El hecho de que ta haya estado viendo por más de 4 años, no significa que te conozca. Quien sabe cuál serán tus oscuras intenciones hacia mí — rio —. Ya lo dije una vez y no lo volveré a decir. Leonel Hardy no se saldrá con la suya, así esté tres metros bajo tierra, no me casare nunca.

—¿Te puedo...hacer una pregunta?...¿Eres lesbiana? — abrió los ojos bien grandes —. No, no, que imprudente que soy — me levanto y le dejo mi tarjeta encima de la mesa — .Por si no conoces mi empresa, puedes ir a verme cuando quieras. Espero tu respuesta — le doy un guiño —. Hasta pronto, hermana— le hago la mano antes de alejarme del lugar en mi auto.

Tengo la impresión de que es lo mejor que haya podido hacer en mi vida. Después de todo, estoy ayudando a la mujer de la cual eh estado enamorado hace 4 años, aunque ella nunca lo haya sabido, es la única por la que eh sentido esto con tan solo verla.

Una semana después...

📞 — Sr. Alexander, alguien necesita verlo.

Miro de reojo el teléfono sin quitar la mirada de la ciudad.

—Dije que no quería ser molestado, Verónica.

📞 — ¿Entonces le digo a la Srta. Grace que no podrá recibirla?

Tomo el teléfono en mis manos.

📞 —Hazla pasar.

Dejo el teléfono en su sitio y arreglo mi traje. La puerta se abre y observo a aquella castaña de ojos azabache que acaba de llenar mi día de un sinnúmero de emociones al ser deslumbrado una vez más por su inigualable belleza.

—¿Qué tal?— me dice tan seria y tan corta.

—¿Vienes por lo que te propuse en la cafetería hace una semana?

—¿Por algo más debía de venir? Acepto hacer el trato contigo. Será lo último que haga para darle el gusto a tu padre. ¿Solo serán cinco meses, no?

—Claro, a menos que te enamores de mí— murmuro y me mira con el seño fruncido. Saqué unos papeles de mi cajón y se los entregué con un bolígrafo— firmalos, y al hacerlo estaremos legalmente casados.

—Ya estabas preparado por lo que veo.

—Mi firma ya está ahí, tan solo se necesita la tuya. Puedes leerlos con calma. Al estar casada conmigo tendrás que mudarte a mi mansión, y obvio, dormiremos en camas separadas. Asistiras conmigo a todos los eventos especiales. Y fingiras ante todos que tenemos un matrimonio verdadero y feliz. Después de los cinco meses podremos divorciarnos sin problemas. ¿Tienes alguna duda?

—¿Por qué justo yo?

—Porque necesitas ayuda, y yo de la tuya. Estamos pasando por momentos fastidiosos. ¿Firmaras?

Acercó el bolígrafo a las hojas y empezó a firmarlas.

—¿Nada más?—niego y los deja sobre la mesa—. No sabía que hoy en día los matrimonios eran tan rápidos. Iré a preparar mis cosas para mudarme— camina hacia la puerta.

—Ya somos esposos, ¿ningún beso me darás?

Voltea con una sonrisa encantadora y se acerca a mí, quedando a tan solo 15 centímetros.

—Ni lo sueñes— se aleja y sale de la oficina.

Por casi me la creo, esperaba el beso.

Llevo el celular a mi oído.

📲 —¿Qué tal Manuel? necesito que reunas a la familia, tengo una noticia importante que darles esta noche. Los espero en mi mansión, que no falte  ninguno— corto la llamada.

Aún no tengo en claro el propósito de haber hecho el trato con ella, tal vez porque necesite tiempo para conquistarla.

▪︎▪︎▪︎

— Bien, ¿y nos dirás para que nos reuniste aquí?

Observo a mi familia.

— Tengo pareja.

—¿De verdad?— sonríe Katherine— a pues, felicidades. ¿Y dónde está mi cuñada?— sonrío y miro a Grace que está a su lado.

—Tu hermana, y tú cuñada, está a tu lado.

Todos la miran y fruncen el seño.

—¡¿Ella?!

—Madre, hermanos y hermanas. Les presento a Grace Hardy, mi esposa.

—¡¿Tu esposa?!— exclaman sorprendidos al unísono.

—Es un trato que hicimos hace unas horas. Me casé con Alexander porque mi padre me obligaba en su testamento a unir mi vida con un hombre antes de los 25, más nada, así que no imaginen cosas en su cabeza. El trato dura 5 meses, en cinco meses volveré como antes, a ser solo su hermana adoptiva.

—¿Pero cuando fué la boda? ¿Por qué no fui invitado?

—No hubo boda Arthur. Tan solo unos papeles firmados.

—Pero claro, nadie lo sabe, por lo que les pedimos discreción, ya habrá tiempo para comunicarle a la prensa de esto. Espero contar de su apoyo.

—Cuenten con el mío sin problema— sonríe mi madre.

—Iré a tomar un poco de aire. Este cambio tan brusco me ha dejado confundida— salen las chicas.

—Sabía que esto sucedería en cualquier momento— murmura Arthur.

—¿5 meses? En 5 meses pueden ocurrir muchas— ríe Manuel.

—¿A sí? ¿Cómo cuáles?—sonrío.

▪︎▪︎▪︎

—¿Qué está pasando allá afuera, Alexander?—mira Grace desde el ventanal de la oficina.

Me acerco para verificar que es lo que está viendo y veo a periodistas rodeando el auto de Brooke.

—¿Qué carajos? No otra vez— agarro su mano y salimos de la oficina.

—¿Donde vamos?

—Si nos casamos fué para salir de estos chismes, no? Hoy harás tu mejor actuación.

—Pero...

—Buenas tardes señores, ¿en que les puedo ayudar?— ahora es a mi al que acorralan. — Una pregunta por persona, o si no me veré en la obligación de sacarlos de aquí.

...GRACE...

Esto será interesante.

Podía ver la impaciencia en sus ojos pero una expresión segura a cada pregunta que le hacían los periodistas.

—¿Nos contará Sr. Hardy de la relación amorosa que mantiene con la actriz Brooke Evans?— acerca una de las periodistas la grabadora a Alexander.

—Los rumores falsos que han circulado en todas partes de mi supuesto romance con la Srta. Evans, son sólo mal intencionados para arruinar mi carrera como empresario. No me gusta tener ningún tipo de relación y más con las hijas de mis socios. Apenas un par de veces la he visto pero más nada. Además, sería incapaz de engañar a mi esposa.

Se miraron confundidos.

—¿Se casó? ¿Cuando fué la boda y cuál es la afortunada?— preguntó la misma.

—Sucedió hace dos días, quería hacer todo en la comodidad de mi hogar por lo que no tuve tiempo de decírselos. Pero sí señores, me casé y mi esposa—me miró—, es Grace Hardy.

—Hasta donde supe ella es su hermana adoptiva.

Miro de reojo a Brooke la cual está igual de sorprendida que todos. Como no soporto a esa mujer, estudiamos juntos en la universidad, siempre tan ridícula y tratando de dejarme humillada, cuánto tiempo sin verla, ya son dos años, será divertido ver sus humitos de celos, después de todo descubrí que ella siempre estuvo enamorada de Alexander y la que provocó que el rumor se esparciera en Londres.

—Grace y yo actualmente somos muy felices. No es así mi amor? —sonreí sin dejar de ver a Brooke.

—Claro, después de casi dos años de relación decidimos casarnos.

—Felicidades a los recién casados. ¿Nos podrían mostrar su amor con un beso?— la mujer me dió un guiño y sonreí.

—Claro que sí— giré hacia Alexander.

—¿Qué haces? —susurra cuando me acerco a sus labios.

—Solo actúa, mi amor.

...GRACE...

Me alejo acariciando su mejilla y le doy un guiño.

—¿Algo más que quisieran saber?— pregunto disfrutando la sorpresa de Alexander y los celos de Brooke.

Después de prestarle atención a los chismosos periodistas, por fin regreso a la oficina con Alex.

—Grace...

—Antes de que me reclames algo, sé que nuestro trato es solo fingir que somos felices delante de todos. Lo del beso era parte de eso. Pero no se volverá a repetir — giró a verme— tengo mis reglas. Y la número uno es nada de besos. La segunda es que ninguno se meta en los asuntos del otro. La verdad es que quisiera mi espacio y vivir mi vida normal. Digo, no creo que haya problema, después de todo lo único que nos une son unos papeles no el amor.

—Si...tienes razón, no te preocupes, respetaré tus reglas— sonreí y agarré mi celular que estaba sobre su escritorio—. Por cierto, hoy puedes mudarte a mi mansión, ya todas tus cosas las acomodaron en una de las habitaciones.

—Muchas gracias— abro la puerta.

—Grace.

—¿Si?

—Hoy...estás hermosa— asiento con una sonrisa apenas visible y salgo de la oficina y al hacerlo me sonrojo.

Es la primera vez que un hombre me dice esto.

...ALEXANDER...

Doy un golpe en la mesa.

—Pinche madre.

No sé cuánto tiempo más podré tragarme esta confesión de amor, pero con el beso de hace una hora, creo que más pronto de lo que pienso terminare gritandolo a los cuatro vientos.

▪︎▪︎▪︎

—Rocío, ¿dónde está mi esposa?— la preguntó a la más joven de mis empleadas mientras me preparo un vaso con un trago fuerte.

—Hace un par de minutos acaba de llegar junto con su madre, fueron a ver la habitación que ella le preparó.

Le doy un trago a la bebida.

—Si preguntan por mí, diles que quiero estar solo. Puedes retirarte—asiente y se pierde por el pasillo que lleva a la cocina.

...GRACE...

—Y...¿te gusta la habitación?— me pregunta mi suegra cuando me quedo observando la elegante habitación de color rosa y blanco.

—Me encanta, está hermosa— ríe.

—Yo me encargué de los detalles y el color. La verdad siempre quise tener una niña ya que estar rodeada de varones es algo aburrido— reímos.

—Le agradezco este detalle, Sra. Jennifer.

—Podríamos dejar lo de señora para otra persona. Ahora eres mi nuera, dime mamá.

—Ay, ¿de verdad?— rio— bueno, entonces muchas gracias por este detalle, mamá— doy un beso en su mejilla.

—Sé que mi hijo no se equivocó al elegirte en su corazón.

—El y yo nos casamos por un contrato, no por amor.

Agarró mis manos y acaricio mi mejilla.

—Antes de ser mujer, soy mamá— la miro con el ceño fruncido— me puedo dar cuenta de cosas que ni mis propios hijos han descubierto. Te dejo para que conozcas la habitación. Quedé con tus hermanas en que preparariamos una fiesta para Alexander, tu también nos podrías ayudar.

—No sabía que estábamos de cumpleaños.

—Es en dos semanas— sonríe y deja un beso en mi frente— dulces sueños, linda —me dá un guiño antes de dejarme sola en la habitación que es tres veces más grande que la tenía en mi antiguo apartamento.

El principal tema de burla de Brooke hacia mí era que aún siendo mayor de edad no daba mi primer beso, y quien diría que el primer en tocar mis labios sería Alexander. Pero vaya que no me arrepiento de haberle entregado mi primer beso. Es lo único bueno que ah sucedido desde que nos conocimos. Pero no puedo romper la regla uno: Nada de besos.

...ALEXANDER...

Ya una semana de lo del beso y mis oscuros pensamientos y deseos han aumentado. Cuanto deseo hacerla mía, y recorrer su cuerpo con mis manos y besos. Hacerla estremecer del placer cuando esté entre sus piernas y hacerla gemir hasta más no poder cuando una ola de placer nos acompañe. Maldita sea, la deseo. Y lo peor, tengo que resignarme a tan solo verla, y complacerme yo mismo cuando me imagine su cuerpo desnudo debajo de mí.

—Grace...— se me escapa el primer gemido con el nombre de Grace— Mmm...

—No hay nada más excitante que escuchar mi nombre salir de tus labios entre gemidos— mi sangre de congela y el terror no tarda en aparecer cuando al abrir los ojos veo a Grace delante de mí cruzada de brazos.

—Grace...—trago grueso y no sé que hacer—yo...¿te puedo ayudar en algo?

Camina hacia mí y agarra mi miembro entre sus manos, comenzando con lentos movimientos que me sorprendieron.

—No, pero yo sí a ti. Digo...— sus movimientos aumentan— ¿te ayudo o nos ayudamos?