Hola

Mi nombre es Mikel Holworth.

son pocos los buenos momentos de mi infancia que aún recuerdo.

Crecí en un mundo lleno de crueldad y frialdad, mi madre murió cuando nací y mi padre decidió hacer de mi una arma mortal sin sentimientos y alejado de todo aquel sentimiento que me hiciera débil.

Hasta mis 21 años crecí en medió de la soledad y la guerra.

Les mentiría si les digo que en mis 21 años no hice daño a personas inocentes, porque lo hice, maté muchas personas que no tenían nada que ver en mis asuntos y abuse de muchas chicas que solo buscaban amor, yo me dedique a desgarrar sus corazones.

Pero todo cambió cuando la conocí, su inocencia, su alegría, su sonrisa, su generosidad ayudó a que mi camino se desviara por un tiempo.

Cuando la vi con su genuina sonrisa,

Cuando la vi en su uniforme impecable , con un libro en sus manos y su mochila en su espalda.

Cuando la vi con su inocencía y su bondad.

Cuando la vi todo cambió.

Yo decidí jugar a un juego en el que termine por caer porque su alegría, su alegría era y siempre sería:

UNA SONRISA INQUEBRANTABLE.

Era otoño las hojas caían conforme iba pasando,  la velocidad a la que iba no excedió la velocidad a la que acostumbraba  ir en mi moto , sentia una inmensa libertad reconfortante.

Los estudiantes salían de clases directo a sus casas, muchos creyéndose los rudos burlándose de aquellos chicos que un dia en el futuro llegarían hacer importantes con un trabajo estable y una gran familia.

Lo que no alcanzamos a imaginar es que la vida nos tiene tantas sorpresas que los que creemos más débiles terminan siendo los más fuertes y las personas más valiosas en en el mundo.

De pronto una risa tan burbujeante como el champange se escucho en medio de todos los estudiantes alejándome de todos mis pensamientos. 

Busque con la mirada aquella persona que logró llamar mi atención tan solo con una risa y la encontré.

La chica reía con sus amigas. 

Su cabello estaba recogido en una coleta, tenia sobre sus ojos unas gafas que cubrian la mitad de su rostro, sus manos permanecían entrelazadas, su uniforme y su postura eran correctamente elegantes y al mismo tiempo impecables.

Qué le pasaba a esa chica? Acaso ella no sabia que sonreír tenia un precio?

Acaso nadie le habia enseñado que era sufrir?

Mis manos se apretaron con fuerza y me dio tanta rabia verla sonreír.

Yo seria el primero en enseñarle que para sonreír necesitabas aprender a sufrir.

Mi plan era simple. Primero: me dedicaría enamorarla con palabras bonitas y detalles pequeños que le llegaran al alma.

Segundo: despúes de enamorarla ella haría todo por mí, cambiaria su imágen porque de ninguna manera iba a andar con ella mientras tuviera ese horrendo aspecto y tercero: le arrancaría esa sonrisa de su rostro.

~♥~

Después de aquel día me dediqué a seguirla a los lugar que iba, que en definitiva no eran muchos; la biblioteca, el supermercado, el colegio, la pequeña cafetería y su casa; me era tan satisfactorio el plan que terminé obsesionado.

Ya era hora de que el plan comenzara, estaba fuera del colegio esperando hasta que sus amigas se marcharan en dirección contraria a la que ella se dirigia como todos los dias y minutos despúes eso sucedio, tal cual lo predije.

''Cuando te propones hacer algo  no te detengas a pensar en el momento en que lo harás, hazlo al instante''.

Encendí mi moto, con una velocidad reducida y a una distancia prudente la seguí hasta que no vi más personas a su alrededor me acerqué, di un bocinazo haciéndola sobresaltar.

Ella volteo a ver tenia la mano sobre su corazón tratando de calmarlo, nuestras miradas se encontraron, sus ojos tenían un brillo especial que traspasaba ese  vidrio grueso que tapaba casi la mitad de su rostro.

Me baje de la moto y me acerque a ella.

-una belleza como tú no debería caminar sola por un lugar tan desolado como éste solté tratando de ser amable pero lastimosamente fallé haciendo que la chica pusiera una expresión de miedo en su rostro y retrocedió unos pasos, la tomé del brazo y la hale con brusquedad haciendo que se chocara en mi pecho.

-no soy tan malo como crees susurre en su oído luego solté su brazo y la tomé de los hombros para ver su rostro, lágrimas caían de sus ojos grises que aún tenían ese brillo especial que se unía junto al miedo que le provocaba.

-te voy a llevar a tu casa, subete ordene señalando la moto.

-puedo ir caminando mi casa queda muy cerca expreso con voz temblorosa mientras se limpiaba las lágrimas con sus manos.

-no recuerdo haberte preguntado nada asegure,

-te dije que te subieras ordene.  La chica me miró a los ojos tratando de adivinar lo que pensaba, luego puso una expresión de enojó.

-te dije que puedo irme caminando dijo en tono fuerte. Esa actitud me gustaba pero no era bueno para ella retarme.

-y yo te ordene que te subieras a la moto dije en tono enojado tomandola del brazo y halandola hacia la moto.

-me haces daño se quejó ella. La solté al instante y me subí a la moto, ella se quedo de pie junto a mi con una expresión de enojó.

-te subes o te subo solté.

-no voy a ir a ningún lado contigo,  no te conozco replicó.

-ya habrá tiempo para eso aseguré halandola del brazo bruscamente. Ella se subió de mala gana y yo arranque a toda velocidad haciendo que ella me abrazara con fuerza logrando mi objetivo.

Conduje hasta el centro de la ciudad y detuve la moto.

-mi casa no es por aquí reprochó ella.

-necesitó hacer algo primero dije con seriedad. 

-puedes soltarme ya pedí con enojó. Ella se dio cuenta de que aún me abrazaba y me soltó al instante como si hubiera sido un germen al que tocaba,  se bajo de la moto, imite su acción y la tomé de la muñeca comenzando a halarla detrás de mí

-me duele se quejó cuando ya estábamos cerca al lugar a donde íbamos,  la solté y seguí mi camino mientras miraba de reojo como ella frotaba su muñeca yendo atras de mí.

La chica al creer que me habia descuidado intentó salir corriendo pero la alcance, abrazandola con fuerza para que las personas que estaban a nuestro alrededor no armaran un drama de la situación.

-tranquila. Sólo vamos por un helado informé. Vi como fruncio el ceño con confusión.

-qué quieres? Se atrevió a preguntar fingiendo seguridad.

-que aceptes comer un helado conmigo propuse fingiendo una sonrisa sincera.

-un helado? Volvió a preguntar en tono confundido.

-un helado y te llevó a casa aseguré sonriendo de lado.

-está bien acepto empujandome para deshacer el abrazo pero fallando en el intento. Su fuerza era demasiado poca comparada con la mía. Sonreí con burla a lo que ella me miró con fastidio y luego me aparte dándole paso para que fuera adelante de mí.  Tenía que vigilar que no tratará de escapar de nuevo.

Llegamos a la heladería,  era un lugar bastante cómodo y acogedor.

Tomamos asiento en una de las mesas, mientras la mesera venía a atendernos decidí hacer una conversación para no hacer de esa situación algo incómoda.

-lo siento por traerte de esta forma me disculpe. Ella quien tenía su mirada sobre las manos,  la levanto para mirarme con curiosidad.

-si querías venir conmigo a comer un helado.  Por qué no pedírmelo de una forma más sutil? Pregunto golpeando la mesa con sus dedos como si fuera un tambor.

-si te lo pedía sutilmente, no ibas aceptar venir conmigo explique.

-de eso se trata. De insistir tantas veces que yo terminé aceptando opinó ella.

-no me gusta las cosas complicadas conté con toda confianza encogiendo mis hombros.

-y tu forma de conseguirlas es a la furza complemento.

-exactamente le di la razón.

Ella sonrió por primera vez desde que nos encontramos. La mesera llegó minutos después,  pidió nuestra orden y nos trajo los pedidos.

Esa tarde la pase bien, fue un momento agradable, la conversación se torno placentera y el tiempo se paso volando.

La fui a dejar a su casa casi a las 7:30 de la tarde me fui de su casa con una sonrisa que se desvaneció cuando la perdí de vista, llegue a casa y volví a la realidad.

Los siguientes dias fueron una rutina completa trabajando con mi padre, pero aún así no descuide mi plan, le mandé mensajes a su celular aunque no tenía ni ánimos,  ni tiempo para babosadas, tambien la fui a visitar a su casa, lleve detalles, la saque a pasear, intenté que ella se sintiera recordada y querida  por mí.

Hoy me habia decidido a ir por ella a la salida de clases y ahora mismo la esperaba a distancia, subido en mi moto.

Los estudiantes salían unos atrás de otros haciendo diversas cosas.

Justo cuando estaba aburrido de tanto esperar y decidido en irme,  la vi. Venía sonriendo junto a un chico que la miraba con ojos de enamorado.

El enojó se apoderó de mí, se suponía que ella ya sentía algo por mí pero al parecer me habia equivocado.

Arranque mi moto a una gran velocidad y pase junto a ellos casi rosandolos, ella me miró reconociendome al instante y sonrió con sinceridad,  gesto que me hizo detener a una cuadra de donde ella venía.

No me gustaba rogarle a nadie pero con ella las cosas eran distintas, decidí esperarla y supe que ella estaba ansiosa de estar cerca de mí cuando apuró al paso dejando atrás al chico que venía con ella aún cuando el chico le gritaba cosas.

-hola saludo en tono animado con una sonrisa.

Me quede mirandola con seriedad, estaba enojado con ella.

-lo siento se disculpó.  -No sabia que vendrias a recogerme, me tarde en salir porque estaba hablando con Rafa de un trabajo en equipo que nos dejaron explico en tono acelerado.

-no te estoy pidiendo explicaciones dije en tono duro.

-pero te las quiero dar informó subiéndose en la moto. Arranque cuando sentí su agarré; iba a toda velocidad, estaba enojado, siempre sentía que la velocidad me calmaba y trataba de que hiciera lo mismo en este momento.

-para! Escuché el grito de la chica y sentí su agarré con fuerza,  la adrenalina me habia hecho olvidar a la chica. Reduci la velocidad y me detuve, traté de calmar mi enojó antes de voltear hacia ella.

-lo siento se disculpó ella con miedo. Me baje de la moto, la tomé de la cintura y la baje.

-no vuelvas hacer eso ordene apoyando mi frente contra la suya.

-llevamos saliendo tres meses y ni siquiera sé tu nombre susurro después de unos minutos en silencio. Reí con ironía, habíamos salido durante tres meses y ni siquiera nos habíamos presentado.

- Mikel Holworth,  ese es mi nombre me presenté.

-Sheila Dallas se presento ella besando mi mejilla.

La tomé del mentón para acercarla a mí y la besé con fuerza,  iba a reclamar lo que era mío,  iba a marcar territorio, ella me pertenecía y no la dejaría ir hasta que quebrara su sonrisa.

-debiste preguntar antes,  quieres se mi novia? Dijo ella con una sonrisa después que nos separamos.

-el beso no significa que tengamos algo serio comenté en tono frío. 

-estás jugando conmigo? Pregunto en tono enojado.

-yo no voy a ser tu juguete negó enojada.

-calmate pedí en tono frustrado. -solo dejemos que el tiempo nos diga si esto funciona o no pedí en tono calmado.

-no estoy deacuerdo se opuso.

Sabia que habia una palabra a la que las chicas no se resistían.

-vamos amor traté de convencerla.  Ella se sorprendio pero al final sonrió.

-esta bien accedió. -sin etiquetas acepto dándome un beso con lentitud.

No me agradaba estar en este tipo de situaciones con nadie,  me fastidiaba pero todo valdría la pena cuando ella comprendiera lo que yo queria enseñarle. 

~♥~

-entonces. Me vas a enseñar? Pregunto con inocencia.

-quieres aprender a conducir una moto? Pregunte con expresión seria.

Ella sonrió con orgullo.

-sí respondió dándome la mano.

-consiguete una moto y yo te enseñó dije en tono de burla.  Ella me miro de mala gana y quito su mano de la mía.

-crees que no puedo conseguirla? Pregunto retandome. Levante una ceja.

Era en serio,  ella me estaba retando a mí?. No lo podía creer,  esta chica cada dia me sorprendía más.

-piensas robarte una susurre cerca de su oído. Ella abrió los ojos sorprendida.

-qué? No. No hablo de eso Mikel negó ella sorprendida.

Solté una carcajada por la expresión de su cara.

-oye! No te burles de mí se quejo halandome del brazo para que parara de reír. Respire profundamente para calmar mi risa.

-voy a enseñarte asegure. Ella me miro con sorpresa y luego se tiró encima para abrazarme con fuerza,  respondí el abrazo bajando lentamente las manos y justo cuando iban a llegar a una zona peligrosa ella se separo de golpe.

-sube ordene señalando la moto con la cabeza.  Ella asintió tímida y se subió,  yo me subi atrás de ella.

Le explique los pasos que debía seguir mostrándole cada uno y luego la deje sola, se cayó unas cuantas veces raspandose la rodilla, el codo y golpeandose la cabeza pero después de una semana lo logro.

-hermano. Otra vez llegas tarde se quejo Brailly mi hermano mayor.

-me cubriste con papá? Pregunte en tono serio.

-papá no vino hoy informó él, mirándome con desconfianza.

Qué has estado haciendo todo este tiempo? Pregunto poniéndose de pie para caminar hacia mí.

-no te interesa respondí de mala gana.

-si no me cuentas le diré a papá que has estado llegando tarde al trabajo todo este tiempo amenazo. Rode los ojos con fastidio y saque el arma de el casillero.

-y además andas sin protección añadió en tono enojado.

-calmate! Pedí,  -no va a pasar nada aseguré.

-cuéntame ordeno en tono autoritario.

-estoy saliendo con alguien conté,  él me miró con reproche.

-pero le has dedicado mucho tiempo a esa chica comentó.

-ella es diferente admiti.

-te enamoraste? Pregunto en tono burlón.

-deja de ser estúpido regañe.

-entonces? Pregunto sacando un cigarrillo de su chaqueta para meterselo a la boca, saque mi encendedor y lo prendi.

El humo comenzo a salir en gran cantidad.

-la chica siempre sonríe, como si nunca hubiera sufrido,  como si nada le preocupara, como si tuviera una vida perfecta conté tratando de contener mi enojó.

-eso te jode aseguró él. 

-exacto admiti quitándole el cigarrillo y metiendolo a mi boca.

-qué planeas? Pregunto con curiosidad.

-enamorarla y destruir esa sonrisa inquebrantable conté con satisfacción.

-y de paso romperle el corazón aseguró mi hermano.

-puedo utilizarla luego? Pregunto quitándome el cigarrillo.

Lo miré con enojó,  ella me pertenecía solo a mí pero no dije nada, pronto se me pasaría la posesividad con ella, faltaba poco para terminar con esa fastidiosa sonrisa.

-eso es un sí? Pregunto mirándome con atención.

-como quieras dije encogiendome de hombros.

Estaba seguro que ningún hombre la iba a tocar después de mí,  ella me iba a llegar a querer tanto que no se iba a olvidar de mí jamas y no iba a permitir que nadie más la tocara.