Españo 1985. Es una de las ciudades más hermosa de la historia, sus callejuelas de piedra, la gente a los alrededores suele tener flores de colores muy llamativas, las viejas villas, todo es una monada, los caballeras vestidos con sus elegantes trajes satinados, mi hermana y yo nos reímos diciendo que parecen pingüinos, no tenemos la dicha de conocer a un animal de esos en vivo, los conocemos desde ya hace mucho tiempo por la llegada de un circo ambulante, este nenia consigo una pintura de estos animales ejemplares.
-Hola Louise, le digo a mi hermana menor tiene 14 años, pronto cumplirá la mayoría de edad, la cual va bajando de las escaleras de nuestra casa para tomar nuestras clases de piano, en nuestra sociedad a las mujeres se les prepara para ser una buena ama de casa, se nos enseña a bordar, jardinería, piano, nosotros no sabemos leer ni escribir ya que según nuestro padre eso es solo para los caballeros a nosotros no nos sirve de mucho para ser sus esposas.
- Hola hermana dice sonriente, es una persona muy recatada y en todo obedece a mis padres, en cambio yo no, soy alegre y soy muy social, mi hermana cree que se casara con el hombre que le convenga a mi padre, en cambio yo, creo en el amor y en el príncipe azul, mi nana maría, me cuenta historias de amor cuando mi padre no nos escucha, así que yo quiero casarme con alguien que me ame así como yo lo ame a él, quiero entregarme en cuerpo y alma a alguien que me quiera por lo que soy y no por un matrimonió arreglado.
Nos dirigimos al gran salón donde ensayamos piano, luego de una hora ay, pasamos a acompañar a mi madre en el jardín, podamos y regamos las rosas, después sigue nuestra clase de bordado con la tía Beatriz.
Así es nuestro día a día, así debe de ser el día y la educación de una señorita decente.
-Como están mis hijas hermosas, dice mi padre al asearse a la sala, pues ya es hora del té.
-Muy bien padre, dice mi hermana Louisa, mi hermanda es verdaderamente hermosa, con sus ojos grandes color cielo, su cabello rubio que le llega a la cintura, su cuerpo es hermoso eso dice mi madre, tiene una silueta de envidia dicen sus amigas, y eso que todavía es una niña, su piel es blanca de terciopelo.
Mi padre es un hombre bien parecido, alto, cabello rubio, ojos de color cielo, siempre viste de traje y ama mucho a mi madre, en la sociedad es conocido como el intachable señor Aragón ya que es justo y caritativo.
Mi madre, es una persona recta, y a la vez tierna, de igual es alta bien parecida, tiene el cabello rojo, y sus ojos son grades como los de mi hermana, pero ella los tiene negros, ay veces que pienso que no soy hija de ellos pues yo tengo los ojos grandes y de color sol, tengo el cabello castaño claro y i piel es blanca de terciopelo como la de mi hermana, soy la mayor y pronto tendré la mayoría de edad, al principio estaba feliz pero ahora ya no, ya que según mi madre es tiempo de comenzar a buscar un buen partido para mí, pero yo quiero casarme con una persona que ame.
Señor Aragón: - tengo algo muy importante que comentarles, como ya saben en dos meses mi querida Arlet, y lo celebraremos con una gran velada, al escuchar mi nombre abro grandes los ojos pues es verdad, tan pronto se pasó el tiempo que ya solo estoy a dos meses de cumplir 17 años.
Arlet: padre, nada me daría más gusto que tener una fiesta, pero por qué mejor no me reglas un viaje a Londres o Francia, sería más feliz conociendo lugares nuevos y gente nueva, podría visitar en Francia a mi tía.
Señor Aragón: pero que cosas dices, esas cosas las harás de luna de miel con tu futuro esposo,
Arlet, padre pero que dices, si no conozco a ningún futuro pretendiente, y la fiesta será para presentarme en sociedad, para formar una relación estable aún falta mucho, le dije.
Señor Aragón: ya vez cuando te digo que as malcriado mucho a esta niña, una señorita no debe de contradecir ni alzar la voz, es mal visto, aparte soy tu padre, sé muy bien que aún no has sido presentada ante la sociedad, pero creo que ya tengo un buen partido para ti.
Arlet: no dije más y me fui a mi cuarto echa una fiera, me preocupa que me casen con un desconocido, y mi es viejo y me trata mal, aparte yo ya estoy enamorada de alguien, alguien que me quiere y me cuida, es mi amigo de la infancia el conde Eddy él es mi primer amor, pensaba mientras lloraba en mi cuarto.
Pase toda la noche ay encerrada sin ganas de salir.
Al día siguiente me levante temprano, y ya estaba lista la tina de baño, tenía pétalos de rosa, dice mi madre que ayudan a cuidar la piel. Hera domingo y deberíamos de estar listas, pues era día de misa, salí de la tina enredada en una toalla, me puse mi ropa interior que era de encaje fino, al ponerme las medias de senda me vi en el espejo, observé que mi cuerpo había cambiado, mis caderas eran más anchas que antes, pero no mucho, y mi busto había crecido también, era verdad que me estaba convirtiendo en una señorita como decía Eddy, él y yo teníamos planeados que en la fiesta de mi cumpleaños le pediría mi mano a mi padre.
Me coloque un corset que se abrochaba por enfrente, este resaltaba mis curvas y mi busto, era rosa palo, me coloque unos botines que asían juego con el mismo. También me peine el cabello en dos trenzas que solo tenían mi cabello de enfrenté y el resto suelto, ya que llevaría mi rebosó de encaje para misa, me coloque unos aretes de diamantes que mi padre me había regalado eran pequeños ya que mi madre decía que una señorita decente no debería de portar accesorios extravagantes.
Bajé y ya estaban listos, mi padre llevaba un traje negro, y un sombrero, mi madre llevaba un vestido azul oscuro que combinaba a la excelencia con el traje de papá, mi hermana llevaba un vestido oscuro igual que mi madre, almorzamos en silencio debido a la discusión de ayer.
Madre: hija, saliendo de misa quiero que vallamos a la tienda de vestidos, dicen que llegaron unos muy bonitos de París y son la sensación, para tu fiesta, debes lucir espléndido, decía mi madre, mi hermana Louise estaba más entusiasmada que yo, ya que a ella también le comprarían uno, tu padre atenderá asuntos de negocios así que tenemos todo el tiempo el mundo.
Yo solo asentí con la cabeza.
Nuestro carruaje ya estaba listo, subimos y nos dirigimos a la plazona de la ciudad, escuchamos misa como cada domingo, al salir estaba un hombre que desconocí, era alto su piel era blanca, sus cabellos eran oscuros como la noche igual sus ojos, su aura da miedo.
Buena tardes señor y señora Aragón, hasta que tengo el gusto de saludarlos.
Señor Aragón: el gusto es nuestro, esposa saluda o ya no te acuerdas de Alexandro Montenegro,
Señora Aragón, pero mira que grande estas, como no reconocerte, cuando te mandaron al extranjero eras solo un niño, me da gusto volverte a ver.
Señor Aragón: Alexander te presenta a mis hijas, la mayor es Arlet pronto cumplirá su mayoría de edad y sería un gusto que nos acompañaras a la velada.
Arlet: mujo gusto señor Montenegro, me daba miedo su forma de hablar tan liberadamente, esos ojos negros que no trasmitían ningún sentimiento.
Alexander: un placer saludarla señorita, es igual de hermosa que su madre, con el respeto que se merece, dijo al momento que besaba mi mano.
Señor Aragón: y ella es Louise mi hija menor.
Alexander: mucho justo Louise eres igual de hermosa que tu hermana.
Louise, muchas gracias señor Montenegro.
Señor Aragón: las dejamos que ballan que no se les haga tarde, yo y el señor Montenegro tenemos asuntos de negocios que tratar,
Señora Aragón, si, es verdad, espero nos disculpe, ya habrá oportunidad de platicar, ahora vamos a buscar vestidos para la fiesta de Arlet, con su permiso.
Montenegro: ella es hermosa, su piel banca yesos ojos, su vestido entalla muy bien esa figura que esta por desarrollarse, apenas es una niña y me excita mucho el solo hecho de pensar que no tiene malicia alguna, pensaba mientras las veía alejarse.
Arlet, estábamos saliendo de la iglesia, cuando vimos un carruaje dorado con su interior rojo, este tenía dos caballos negros como los ojos de aquel hombre que se quedó platicando con mi padre.
Señor Montenegro nos alcanzó: disculpen de nuevo, mi carruaje queda su disposición cuando deseen regresar a casa, yo y su padre nos iremos un poco antes ya que como se les menciono tenemos negocios que atender. Saludamos y seguimos nuestro camino.
Arlet: madre ese hombre da miedo, parece ser el diablo, en sus ojos no se trasmite ningún sentimiento al igual que su rostro.
Señora Aragón: pero que cosas dices, se porta asi porque no las conoce, es ya un señor si no más recuerdo cumple 26 años en el mes de noviembre.
Louise: es mucho mayor que nosotras, eso nos quita de encima que papa nos quiera emparejará con él, ya que él es fiel a que nuestro partido deberá tener nuestra misma edad. Si no hermanita imagínate ser la esposa del diablo.
Arlet, mientras mi madre nos regañaba nosotros reímos un poco.
Llegamos a la tienda de vestidos y comenzamos a probárnoslo, yo me medí un vestido largo color violeta, era muy bonito, tenía las mangas y la espalda de tela que trasparentaba un poco me sentía un poco desnuda ya que no acostumbraba a ese tipo de vestidos, mi madre quedo encantada con él y decidió que ese compraríamos, luego mi hermana Louise se probó un vestido verde olivó que también era una monada, nos decidimos por esos, luego de hacer las compras decidimos regresar a casa pues ya era un poco tarde y llegaríamos justo a la hora de cenar.
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