'Ethan'
La vida junto a una mujer que no amas no es nada fácil y menos aun cuando por culpa de los principios inculcados no puedes renunciar a ello.
Mi nombre es Ethan Rodriguez y llevo una vida miserable junto a Paula Rodriguez, mi esposa, de quien años atrás me hubiera divorciado si no me hubiera venido con el cuento de que iba a ser padre.
No me arrepiento de ello, pues tengo una hermosa hija de 2 años a quien amo y por quien daría la vida, mi pequeña Dixy.
Soy el CEO de una gran empresa que se dedica a la fabricación de Joyas, la cual me fue heredada por mi abuelo, quien se hizo responsable de mi luego de que mis padres decidieran tomar otro rumbo.
Lamentablemente para mi hacia un par de días que me toco despedirlo hasta que la hora de mi partida también llegue y pueda reunirme junto a él.
- Paula, la pequeña está llorando.- dije mientras restregaba mis ojos ante el cansancio de un agotador día.
- Ve a verla tu, eres quien le da las mañas y en parte también eres el responsable de que este aquí con nosotros.- otra ves la misma historia.
Bufe molesto para luego tomar mi almohada, arrebatarle la sabana de seda tan costosa que YO he comprado y mirarla con todo el desprecio que se merecía.
- Siempre volverás a lo mismo ¿No es así? te pasaras la vida culpandome por pedirte que no asesinaras a mi hija. - contesté viéndola sentarse en la cama con molestia.
- No se trataba de asesinarla, simplemente era no tenerla y era mi opción, tu te involucraste en esto y debes asumir las consecuencias.- respondió mientras se ponía de pie molesta y caminaba a mi.- *Ahora vete a cuidar a esa mocosa y devuélveme mi sabana.
- En primera, mi hija no es una mocosa como tu dices, vale muchísimo más de lo que puedas imaginar y me duele ver que pese a los años aún no puedas quererla ni un poco*.- Respondí con mi seño fruncido.- *En segunda, estas sábanas las he comprado con mi dinero y por lo tanto no tienes el maldito derecho de decir que te pertenece y para ya concluir este fastidioso tema.. tu y yo comenzaremos a dormir en habitaciones separadas, a menos claro de que prefieras firmar el maldito divorcio y te marches de una maldita ves.
- Ja ¿Y dejarte la vida resuelta*? - preguntó con una arrogante sonrisa.- *No te creas, si quieres que me marche deberás de darme la mitad de tus acciones de esa maldita empresa que tienes o de lo contrario.. seguiré aquí, haciendo presencia de mi persona.
- Mañana mismo sabrás el porqué jamás me he fiado de ti*.- Respondí tomándola con fuerzas de su mentón.- Pese a que pudiste engañar a mi abuelo con la escena de la encantadora y fina mujer, siempre supe que esperabas sacar provecho de todo esto y como sabrás, no soy tan imbecil como crees.- Añadí para luego girarme.- Iré a dedicarle de mi tiempo a quien si se lo merece.- Camine rumbo a la puerta dispuesto a salir de allí y poder dejar de verla de una maldita ves.
- ¿Estas seguro de que no merezco de tu tiempo? - respondió detrás de mi y giré a verla notando como dejaba caer su bata de dormir y se mostraba frente a mi con un conjunto de lencería bastante provocativo.- Porque puedo asegurarte que la pasarías muy bien debajo de mi cuerpo.- Añadió mientras jugaba con el tirante de su brasier.
Deje la almohada y la sabana sobre uno de los sillones que había en la habitación para luego caminar a ella y tomar su mano con brusquedad dirigiendola a mi entrepierna.
- Como verás, tu ya no me provocas ni causas ningún efecto en mi.- Respondí sonriendo para luego soltar su mano y alejarme nuevamente de ella.- Ni siquiera he disfrutado de una sola ves en la cual me he revolcado contigo, por ello mismo es que dude de tu embarazo hasta que las pruebas dieron positivo, pero siendo claros.- Sonreí una ves más.- *Ni siquiera me he venido una sola ves, solo aquella en la cual te embarace y solo bajo los efectos del alcohol.
- ¡MALDITO CRETINO*!- Gritó para luego tomar un jarrón.
Me marche de allí oyendo como el jarrón daba contra la puerta y sus muchas maldiciones.
Entré a la habitación de mi pequeña Dixy y sonreí al verla sentada en su cunita jugando con dos pequeños ositos mientras hipeaba.
- Hola mi princesa.- Dije llamando su atención para luego oírla decirme una ves más papá y estirar sus bracitos a mi. - Ven, de ahora en más compartirás la cama con papá y reiremos juntos hasta quedarnos dormidos. - Añadí mientras besaba su cabecita y luego tomaba aquellos dos ositos con los cuales siempre dormía y ya por fin dirigirnos a nuestra nueva habitación.
...💕Todo estará bien mi pequeña Dixy, ambos lograremos ser felices en un futuro no muy lejanos o al menos eso quiero creer. 💕...
^^^💫2 años despues💫^^^
'Emily'
Mi nombre es Emily Cruz y soy la secretaria de él CEO más famoso de el estado de New York. Si bien eso fue lo que me contaron mis compañeras, aún no he tenido la posibilidad de conocerlo por el simple hecho de que no ha estado durante 3 meses, mismos en los cuales he empezado a trabajar aquí.
Solo podía oír su vos en las llamadas cuando solicitaba algo o ordenaba una junta pero sin dejarme si quiera presentarme, supongo que fue informado de que su ex secretaria Lisa ya no trabaja para él, solo por el hecho de que al llamar ni siquiera dice un nombre, solo empieza a mandonear y bien, tengo que guardar silencio y acatar a todo lo que él diga.
Mi vida anterior se basa solo en desechables recuerdos de los cuales no quisiera hablar pero siendo franca..me han metido los cachos un par de veces y por ello he puesto la firma en que todos y cada uno de los hombres que habitan en el planeta tierra.. jama se conformarán con una sola mujer.
Suspiró mientras camino muy calmada con mi recien obtenido café y me dirijo a mi oficina, aunque soy interceptada por Bell, la encargada de él departamento de Joyas, al cual nadie tiene permitido entrar.
- ¿Bell? - pregunté al verla correr por mi lado.
- Luego hablamos Emi, algo urgente paso y debo de ..- ya no pude oírla más, cada paso que daba dejaba una pequeña duda ante sus palabras.
Solo reste importancia y seguí caminando hasta que un pequeño llanto proveniente de uno de los armarios en los cuales guardábamos nuestras pertenencias, llamó mi atención.
Me dirijo a él lugar para luego abrir la puerta y ver a una pequeña y dulce niña allí, inclinada mientras tomaba sus rodillas y lloraba como si alguien la hubiese lastimado.
Juntando todo ese valor con el cual siempre sostuve a mi pequeño hermano Dylan, me incline a su altura y acaricie su cabello.
- Hola cariño, ¿Porque estas aquí encerrada? - pregunté con una sonrisa ganandome su mirada.- ¿Alguien te ha hecho daño? - ella negó.- ¿Entonces? - no dijo nada, solo levanto sus hombros.- Ya veo.. entonces no me hablaras.- Añadí para luego pensar en algo que la hiciera hablar.- *Mi nombre es Emily y estoy muy encantada de conocerte, ¿Cual es tu nombre?
- Dixy*.- respondió con dulzura y asentí.
- *Tienes un nombre muy bonito.
- También me gusta tu nombre*. - respondió con ternura y me fue inevitable no decir el típico "oww" de ternura que damos las mujeres cuando algo nos parece muy tierno.
- Dime algo Dixy, ¿Te gustaría ser mi amiga? - pregunté y ella asintió.- *Bien, entonces ¿Que te parece si me acompañas a mi oficina y jugamos un momento? mi jefe no está y tu compañía me haría bien.
- ¡SI! ¡Quiero jugar contigo*! - contestó para luego lanzarse a mis brazos.
No dude ni un momento, la carge en mis brazos y camine junto con ella a mi oficina mientras hablábamos de el porque estaba allí escondida o el de donde se podrían encontrar sus padres.
Mi sorpresa fue inevitable al saber que tiene solo 4 años y que se ha escapado de su papá al verlo hablar con una mujer que no le agradaba. *Ese sujeto debe de ser un maldito desconsiderado.* Según lo que Dixy me contó.. Él y su madre estaban casados pero no había si quiera una pequeña muestra de cariño entre ellos, ambos vivían en la misma casa pero dormían en habitaciones separadas, todo un gran misterio.
- ¡QUIERO QUE LA ENCUENTREN! ¡DE SER LO CONTRARIO TODOS ESTÁN DESPEDIDOS! - escuché gritar a alguien para luego oír un golpe en la puerta de mi oficina.
- Ese es mi papi.- Dijo Dixy mientras bajaba su cabeza y lloraba.- *El va a regañarme.
- No cariño, no permitiré que eso suceda, tu quédate aquí y yo iré a hablar con él ¿De acuerdo*? - propuse y la vi asentir.
Me puse de pie y muy decidida camine a la puerta, si este imbecil vendría con intenciones de lastimar a la pequeña.. me importaría muy poco quien sea, se enfrentará a la furia de mi puño.
- ¿Si diga? - pregunté al abrir la puerta quedando tan paralizada como él lo estaba.
- Luego hablamos. - Añadió de forma fría para luego verme de pies a cabeza.- ¿Quién es usted?
- ¿Que es lo que desea señor? estoy ocupada.- contesté, ¿porque daría explicaciones a alguien que ni siquiera conozco?-
- ¿Ocupada? - preguntó cruzando sus brazos y levantando una ceja.
- Así es, mi jefe está al teléfono y no puedo hacerlo esperar. - Respondí. - O me dice que quiere o se va por donde vino.
- Pero mira tu a esta engreída.
- ¿Como me llamaste cabron?- pregunté con mi seño fruncido y las claras intenciones de hacerle escupir las palabras.
- ¡Señor! no la hemos encontrado por ninguna parte.- escuché decir a Bell y abrí mis ojos a más no poder para volver mi mirada a él hombre frente a mi.
- ¿U-usted.. usted es el señor Rodriguez? - pregunté y veo dibujarsele una mueca de molestia.
- Señorita Bell, quiero a esta muchacha fuera de mi empresa, no consideraré tal falta de respeto por parte de mis empleados.- respondió para luego voltear a verme. - En cuanto a usted.. dígame, ¿vio a una niña por aquí?
- ¿Y que si la vi? - Respondí cruzando mis brazos.- Estoy despedida y no tengo porque darle explicaciones, si me permite iré por mis cosas.- - gire para entrar pero él luego de bufar pasa por mi lado.
- Dixy..- Dijo al ver la niña, quien rápidamente me ve de manera asustada y por simple instinto me coloco enfrente de ella.- ¿que hace?
- ¡Si usted se atreve a lastimar a esta pequeña por una pequeña travesura como la que hizo.. Me iré de aquí pero con las manos llenas de sangre por darle su merecido! - Dije mientras cubría a la pequeña.
- ¿Que?
- Lo que oyó, atrévase a lastimarla y se las verá conmigo.
- ¡Es mi hija!
- Puede ser hija del presidente si quiere, pero no permitiré que ni usted ni nadie le ponga un dedo encima.- Respondí con mi seño fruncido obteniendo su cara de sorpresa al verme abrazar a la pequeña.
- ¿Y se puede saber quien le dijo que yo iba a lastimarla? - preguntó y mire el piso pensativa, a decir verdad.. nadie me dijo eso pero la pequeña Dixy se notaba asustada ante la presencia de mi ex jefe.
- No hay necesidad de que alguien me diga algo, la pequeña no quiso escaparse solo.. no le agrado esa mujer y ya.- traté de excusarla consiguiendo que mi ex jefe me viera para luego dirigir su mirada a la pequeña.
- ¿Es eso cierto princesa? - le preguntó y la pequeña en mis brazos asintió.
Él se inclinó para luego abrirle sus brazos dándole una razón para que ella se acercara. La pequeña se soltó con un poco de dificultad de mi y camino en su dirección, al llegar junto a su padre él la recibe muy cariñosa mente para luego besar su cabeza.
- No vuelvas a irte de esa manera, me he llevado un gran susto.- dijo tiernamente y suspire aliviada para luego girarme a recoger mis cosas. - Usted..- Habló y me gire a verlo notando como cargaba a la pequeña en sus brazos.- *La quiero en mi oficina en 5 minutos.
- Ya no soy su empleada, señor.
- Si aun quiere el trabajo deje de contradecirme y haga lo que le pido*.- Añadió y sin más salió de allí dejándome ver la sonrisa de la pequeña Dixy.
¿En que carajos me he metido?
'Ethan'
Valiente, no había forma de tachar a esa mujer más que con esa palabra.
Voltee mi mirada a un lado viendo a mi pequeña Dixy dibujar en su cuaderno y sonreí al recordar lo sucedido, es la primera mujer en mucho tiempo que prefiere enfrentarme solo para proteger a mi princesa.
Nunca, ninguna de todas las mujeres con las cuales he estado se han preocupado ni un poco por mi Dixy, ni siquiera cuando compartían la mesa con ella trataban de buscarle conversación, razón por la cual las despachaba una a una.
Dos golpes en mi puerta llamaron mi atención y di el pase para ver entrar a esa mujer cuyo valor ya no la acompañaba.
*¿Solo me enfrento porque sabía que ganándose a mi hija iba a tratarla diferente? no lo se pero hay que ponerla a prueba.*
- *siéntese señorita..
- Emily*.- respondió cabizbaja. - Y se lo agradezco pero aquí de pie estoy mejor.- Añadió y sonreí para luego suspirar.
-¿ Cuanto tiempo lleva trabajando aquí? - pregunté.
- Tres meses, señor.- contestó volteando su mirada a un lado.
- ¿Y no es tan necesario para usted trabajar? - pregunté ganandome su mirada confundida.- *Quiero decir, nadie, absolutamente nadie en su sano juicio se enfrentaría a su jefe de la forma en que usted lo hizo.
- Fue por justa causa.
- ¿Crees que puedo consentir de que una desconocida apañe las travesuras de mi hija*? - contesté y volví a ver esa molestia en sus ojos.- ¿ Es acaso usted madre como para saber si quiera lo que es educar un niño? - pregunta que use a mi favor.
- *No, no soy madre ,ni esposa , ni hija.. pero si soy una mujer capaz de defender a una inocente niña de las garras de su padre solo por haber cometido una mínima travesura.
- Mínima travesura*.- comenté mientras juntaba mis manos.
- Así es, eso es lo que fue y no necesito ser madre para saber que algo como eso es mínimo, con que se tome el tiempo de hablarle dulcemente y explicarle que eso esta mal.. es suficiente para que ella lo entienda.- Respondió y levante una ceja para luego suspirar.
- Entonces una don nadie vendrá a decirme como criar a mi hija.- Afirmé mientras colocaba una mano en mi frente.
- ¡No soy una don nadie! - Dijo molesta y la vi notando como sus ojos se llenaban de lagrimas. ¿Que es esto? ¿Porque va a llorar ahora*?* - Yo.. quizás en este momento no pueda ser lo que he soñado pero se que lo lograré.- *Dijo con firmeza para luego limpiar sus lágrimas con brusquedad*.- Se que seré alguien en esta vida y cuando eso suceda.. ¡será el primero a quien se lo restregare en la cara! - Dijo molesta mientras me señalaba con su dedo.
- ¿En verdad? - pregunté.- Poco me importa.- dije viendo mis uñas.- *Ahora el caso aquí es.. ¿Que pasaría si en este mismo momento yo le diera una advertencia a mi hija con mi correa para que ya no haga travesuras?
- Le arrancaría la maldita cabeza del cuerpo*.- Afirmó nuevamente molesta y dejándome aún con la duda. No parece ser un show pero para saber hay que averiguarlo.
Me puse de pie apoyando ambas manos en mi escritorio y la miré con firmeza.
- Eso quiero verlo.- contesté para luego girar mi mirada a mi hija. Lo siento nena, espero que no te asustes*.* - ¡Dixy! - *grité y ella volteo a verme*.- ¡*Ven aquí en este instante!
- No papi, estoy terminando mi dibujo*.- respondió con una sonrisa y apreté mis labios para evitar reír ante su respuesta.
- Dixy, luego sigues con eso.. ¡ven aquí! - Dije una ves más y la vi negar. *debía de improvisar o me Seguiría dejando hacer el ridículo. * - Bien, si tu no vienes entonces iré yo. - Respondí para luego caminar a ella mientras desabrochaba mi cinturón, antes de si quiera llegar a levantar mi mano.. la joven Emily me dio un tremendo empujón para luego tomar un jarrón y amenazarme.
- acérquese y vera lo que le sucede.- *amenazo y la vi incrédulo. *¿Piensas tirarme con ese pequeño jarrón*?*
- ¿Que sucedera? - pregunté caminando nuevamente en esa dirección.
...Realmente esperaba a que me arrojará el jarrón pero en su lugar solo lo aventó al piso y volteo a mi hija tomándola en sus brazos y cubriéndola con su cuerpo....
- ¿*Que hace?
- ¡Si quiere desquitar su enojo hágalo conmigo*! - *contestó dejándome sorprendido. *¿ Sería capaz de recibir un golpe por mi hija*?*
- ¿Aceptarías que te golpeara a ti en lugar de mi hija? - pregunté y la vi asentir sin dudar.
- No importa cuanto duela, puedo soportarlo.. ya estoy acostumbrada.- contestó y volví a asombrarme. *¿acostumbrada?* volví a colocarme mi cinturón y camine a mi asiento.
- Deje de hacer el ridículo, soy un hombre totalmente incapaz de lastimar a su pequeña princesa.- Respondí y encendí el ordenador para luego comenzar a escribir en el.
- ¿U-usted.. usted estaba tomándome el pelo? - *preguntó con su vos temblorosa y apreté mis puños. * por una extraña razón odiaba que ella me temiera, odiaba que creyera en en podría hacerle daño. ¿¡quien mierda la marcó de esa manera*!?*
- No, solo estaba viendo si el valor de hace un momento era el mismo.- Respondí para luego suspirar y verla.Ni siquiera me miraba, solo veía el dibujo que mi hija continuo asiendo y acaricio su cabello*.* - Ya deje de molestar a Dixy y venga aquí, tenemos asuntos que arreglar.- *dije llamando su atención. Ella me vio y asintió para luego ponerse de pie y caminar a mi*. - informé a el director que maneja la mina de Los Angeles que en solo dos días más visitaré el lugar. - *dije viéndola y ella asintió mientras limpiaba sus lágrimas y tomaba la hoja que le deje extendida. *Tenía ganas de abrazarla y consolarla.. hacerle saber que todo estaría bien pero.. solo opte por meter una mano en mi bolsillo y ofrecerle un pañuelo*.*
- *Gracias.
- No tienes que agradecer, a fin de cuentas yo te hice llorar*.- contesté volviendo mi mirada a la impresora. - ¿*Porque es que actúas así? ¿alguien te ha lastimado?
- No, no es nada señor.. no se preocupe*.- respondió para luego volver su mirada a el papel. - esto.. ¿Que es? - preguntó señalando.
- Su nuevo contrato.- Respondí.- *No cuento con muchas personas que estén dispuestas a cuidar de mi hija y usted es la primera que me ha demostrado ese valor, por ello le pido que firme el contrato. Solo los Lunes y Jueves tendría que cuidarla, los demás días asiste a clases de natación y baile, lugares a los cuales mi chófer la lleva.
- Pero yo.. no puedo estar en la oficina y cuidar de la pequeña.
- Eso no será problema, como verá mi hija es un angelito que solo se queda en silencio para permitirnos trabajar*.- dije señalando detrás de ella por lo que voltea y asiente con una sonrisa mientras ve de una manera dulce a mi pequeña Dixy. - *pero si eso es un impedimento, puede tomarse esos dos días exclusivamente para dedicarle tiempo a ella.
- Creo que será un poco aburrido para ella estar encerrada*.- contestó viéndome y asentí.
- ¿Que sugiere? - pregunté cruzando mis brazos.
- Quizás.. deberíamos de salir unas dos horas para que se distraiga fuera y tome un poco de aire fresco, luego volveríamos y Seguiría con el trabajo.' respondió y luego de meditarlo asentí.
- *Esta bien, usted pone las condiciones.
- Muchas gracias*.- respondió reverenciandome para luego tomar el bolígrafo y firmar.- Es un placer para mi poder cuidar de su pequeña y trabajar para usted. - Añadió para luego voltear y tratar de salir.
Antes de que pudiera detenerla la puerta se abrió de par en par dejándome ver a la odiosa de Paula.
- ¡Tu y yo debemos hablar ahora! - Gritó por lo que veo a Emily verme con preocupación y me pongo de pie.
- Emily, lleva a Dixy contigo.. este es un asunto privado y la quiero fuera de esto.- comenté y ella asintió para luego caminar a mi hija y acariciar su cabello.
- Cariño, ¿vamos a mi oficina? - pregunto de manera dulce y mi hija luego de ver con miedo a su madre, asiente y se deja cargar por ella.
Luego de que ambas salieran de aquí volteo mi mirada a Paula.
- Creo que te había dejado bien en claro que te desaparecieras.- Respondí y ella camina a mi para luego abofetearme.
- ¡Me he perdido 7 años de mi vida por culpa de tu maldito abuelo, no veo para nada justo que tu me hagas esto! - Comentó para luego tirarme el contrato pre nupcial que le hice firmar. - ¡*Si en verdad quieres que me divorcie de ti y te deje a tu hija..! ¡Más te vale darme algo para que me marche!
- Muy bien, sabía que dirías eso y por ello aquí tengo el divorcio listo en el cual renuncias a la patria potestad de Dixy*.- dije para luego colocar el papel sobre el escritorio junto a un cheque de 1 millón.
-*No más trampas.
- Con que te desaparezcas de nuestras vidas esto me basta*.- contesté y la vi tomar el bolígrafo para luego firmar sin un poco de remordimiento.
- Gracias por todo.- Dijo sonriendo mientras se hacía viento con aquel cheque.- Que seas feliz con esa mocosa y tus Zorras. - dicho eso, salio permitiéndome suspirar de alivio.
Sonreí al saber que mi hija era solo mía y que por fin había recuperado mi libertad, una que deseaba compartir con una buena mujer que no sólo me ame a mi sino que también a mi hija pero.. ese será será mayor reto, encontrar a alguien que pueda si quiera ocupar ese lugar.
'Emily'
Veía a la pequeña Dixy jugar y miles de preguntas se vinieron a mi cabeza.
La mujer que vi entrar a la oficina de mi jefe tenía gran parecido a la pequeña pero.. si era su madre, ¿Porque ni siquiera volteo a verla? ¿Acaso no le importaba discutir enfrente de ella? ¿Acaso le daba igual que este allí?
Entre preguntas vacías las horas fueron pasando y la hora de almorzar había llegado, esperaba a que mi jefe viniera por la pequeña pero no.. él no apareció en ningún momento.
¿Sería un descaro de mi parte llamarlo para recordarle que la niña debe almorzar?
Volteo mi mirada a la pequeña quien realmente ni siquiera daba problemas, se encontraba tranquila dibujando y pintando mientras mantenía su rostro completamente neutro, como si nada importara.
- Dixy..- la llame obteniendo su mirada.- ¿Tienes hambre pequeña? - pregunté y ella luego de pensarlo un momento, asintió. - ¿*Que te parece si te llevo con tu padre para que te lleve a almorzar?
- ¿No puedo almorzar contigo? mi papi no acostumbra a almorzar temprano*.- respondió dejándome sorprendida. pensé un momento en sus palabras para luego asentir y extenderle mi mano.
Ella corre rápidamente a mi y toma mi mano por lo que me inclinó hasta su altura y dejo un beso en su mejilla.
- *Ahora que estoy contigo ya no almorzaras tarde ¿De acuerdo?
- Si*. - respondió con una tierna sonrisa.
La cargue en mis brazos para luego caminar a la oficina de mi jefe, una ves estuvimos tras la puerta podía oír como él mantenía una conversación con alguien, quizás y en una llamada porque no parecía haber alguien más allí dentro.
Di dos golpes en la puerta y luego de un breve momento el me da el pase, al abrir pude comprobar que estaba en una llamada ya que tenía el teléfono en su oreja y su mirada puesta en nosotras.
- ¿Que desea señorita Emily? - preguntó mientras tapaba el micrófono de su teléfono.
- Solo venia a avisarle que es hora de él almuerzo y he invitado a Dixy para que almorzara conmigo.- respondí viendo su cara de sorpresa.- ¿*Le molesta si la llevo conmigo?
- Para nada, ella está a su cuidado*.- respondió y asentí.- Bebé, pórtate bien y no seas una niña mala. - Añadió y voltee mi mirada a la pequeña quien me veía y sonreía.- *Y tu también princesa.
- Si papi*.- *respondió la pequeña y lo miré confundida. *¿Porque es que..? ¡Ash! ¡ya entendí*!
Solo lo veo con molestia mientras que él sonríe y salgo de allí sin más.
*¡Cretino engreído!*
Decidí llevar a la pequeña por algo de almorzar pero la verdad es que no tengo ni la menor idea de lo que pueda llegar a gustarle.
- Dime algo Dixy, ¿Que es lo que te gustaría almorzar? - pregunté y la veo pensativa.
- No lo se, mi papi no me deja comer frituras porque dice que me hará daño y tampoco me permite las pastas porque también me hacen daño.- Respondió y negué con una sonrisa.
- Al parecer tu papi no tiene mucha experiencia con niño.- Respondí para luego dirigirme a lo de Giorgio quien era el mejor experto en pastas debido a sus raíces Italianas. - Verás que cuando pruebes las pastas de Giorgio no te arrepentirás. - comenté a la pequeña quien asintió con una sonrisa y continuamos nuestro camino.
Luego de unas cuantas cuadras caminando y que los pies ya me dolieran, puedo tener la satisfacción de ver aquel pequeño restaurante al cual me gusta venir por mis comidas, sea almuerzo o cena.
- ¡Buongiorno mio caro Giorgio! (*Buenos días mi querido Giorgio.*) - Salude al entrar y ver a mi querido Giorgio preparando una mesa.
- ¡oh mia bella Emily! ¡Buongiorno anche a te! (*Ho mi linda Emily! ¡Muy buenos días para ti También!*) - Respondió para luego ver a la pequeña en mis brazos.- E chi è questa ragazza preziosa? (*¿Y quien es esta preciosa niña?*)
- È la figlia del mio capo. (* Es la hija de mi jefe.*) - Respondí sonriendo mientras miraba a Dixy.- il suo nome è dixie. (*su nombre es Dixy.)
- ¡Oh ma che bel nome! (*¡Ho pero que nombre más hermoso!) - respondió Giorgio con una sonrisa.- Preparerò qualcosa di delizioso per entrambi. (*Prepararé algo delicioso para las dos.*) - Añadió con una sonrisa y asentí.
- ¡Grazie mille signor Giorgio! (*¡Muchas gracias señor Giorgio.*) - Respondió Dixy dejándome sorprendida y sacando una sonrisa de mi querido Giorgio quien hace una reverencia como si fuéramos princesas y luego se va.
- Guau, no sabía que hablabas Italiano.- dije sorprendida ganandome una sonrisa de Dixy como respuesta.
- Mi papi me envía a clases de italiano, según él eso me ayudara en el futuro.- Respondió y sonreí asintiendo.
- Tu papi tiene razón.
Seguimos hablando de todo tipo de temas, realmente hablar con la pequeña Dixy me daba la oportunidad de comprender que no es necesario ser de la misma edad para entendernos, pues ella solo tiene 4 años y habla como si tuviera los 25 que yo tengo.
Luego de una larga conversación y de saber que dentro de dos semanas cumpliría sus 5 años, vemos a Giorgio acercarse con dos platos de pastas, el mío tan fuerte como me gustaba y el de la pequeña un poco más suave.
-Qui ti ho portato il meglio della casa.(*aquí les traje lo mejor de la casa.*) - comentó mientras dejaba nuestros platos.
-Grazie mille signor Giorgio! (*¡Muchas gracias señor Giorgio.*) - dijimos ambos al unísono.
- Prego, se viene offerto qualcos'altro fammi sapere.(*Por nada, si se les ofrece algo más me avisan.*) - Respondió y pensé un momento para luego verlo.
- Giorgio..- lo llame y volteo a verme.- ¿Mi prepari un'altra porzione di pasta? (*Podrías prepararme una porción más de pasta?*) - él asintió a mis palabras con una sonrisa.- ¡grazie! (*gracias!)- volteo mi mirada a la pequeña y le sonríe.-¡A comer!
..
..
El almuerzo en compañía de Dixy fue muy entretenido, ella disfruto tanto como yo de la deliciosa pasta que Giorgio nos preparo.
Luego de almorzar y despedirnos de Giorgio, decidimos volver a la empresa, pues aun quedaba el asunto de él otro almuerzo.
Una ves llegamos y entramos, ambas nos dirigimos a la oficina de mi jefe, quien se encontraba muy entretenido en su trabajo.
- ¡Papi! - dijo feliz Dixy mientras corría a él.
- ¡Ho mi princesa! ya estaba extrañandote.- respondió mi jefe mientras dejaba a un lado lo que hacía y recibía a la pequeña en sus brazos.
- *También te Extrañe papi.
- Me alegra saberlo*.- respondió con una sonrisa mientras dejaba un beso en la frente de la pequeña.- *Dime, ¿Que has almorzado de rico?
- ¡La pasta de Giorgio*! - Dijo muy feliz y vi la confusión en el rostro de mi jefe quien voltea a verme.- *Fuimos a un restaurante Italiano.
- Ho vaya, me lo he perdido*.- respondió fingiendo tristeza y logrando que la pequeña riera.- Anda, ve a jugar mientras hablo con la señorita Emily. - Añadió y la pequeña asintió. - *Yo.. te agradezco mucho el que sacaras a Dixy cuando esa mujer entró aquí y también creo que te debo una disculpa por como te he tratado antes.
- No se preocupe, la compañía de su hija me alegro la mañana*.- Respondí para luego caminar a su escritorio y dejar la bolsa con el almuerzo sobre este.- Espero que no se ofenda Jefe, pero me he tomado la libertad de traerle un almuerzo para usted, pese a que el trabajo es importante no debe de saltarse las comidas.- Añadí viendo su cara sorprendida para luego girarme en dirección a Dixy. - ¿*Vamos pequeña?
- ¡Si! ¡adiós papi*! - Dijo muy feliz para luego correr a mi y saltar a mis brazos.
- ¡Espera! - Dijo mi jefe y voltee a verlo.- *Yo.. no te he dado dinero para comprar el almuerzo de Dixy y bueno.. él mio.
- No se preocupe Jefe, yo los invito*.- Respondí con una sonrisa para luego salir de allí y aprovechar a que había poco trabajo para poder jugar con Dixy.
Amo la compañía de esta pequeña, me recuerda a los momentos que viví con mi pequeño hermano Dylan.
*como lo extraño.*
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