Lo primero que les voy a contar es mi vida hasta ahora para que puedan imaginarla. Me llamo Nisa y tengo 17 años. No tengo padres, he vivido siempre en alojamientos temporales. Ahora estudio y trabajo y me pago mi propio apartamento. No está en los mejores barrios, pero es lo que puedo pagar. Bueno a lo interesante, por decirlo a sí. Desde pequeña veo cosas, a ver, personas que para los demás no están. Me dan un poco de miedo la verdad. Muchos de ellos tienen los ojos como si fueran llamas de fuego. No sé por qué los veo ni porque están ahí, pero lo están. Yo hago como que no los veo, esa ha sido la táctica desde pequeña y hasta hoy ha funcionado. Que son, que hacen no tengo ni idea. Pero mientras no se acerquen a mí, está bien. No tengo familia o yo no la conozco y tengo una amiga del instituto que es mi mejor amiga. Pero no sabe nada de esto, nadie sabe nada de esto, pensarían que estoy loca. Quedan pocos días para que todo cambie.
Narra Nisa
Salgo se casa temprano para ir a la escuela. Estoy cursando bachillerato y trabajo por las tardes.
Salgo mientras llevo una taza de café desechable en las manos, me he quedado dormida otra vez.
Voy a toda velocidad entre la gente. Hoy noto algo extraño, todos me miran. ¿Por qué me miran? Hago como que no los veo como siempre, pero siguen mirándome. Esto es raro, ellos saben que los veo yo sé que me ven, pero nunca me miran fijamente. Esto me pone nerviosa, corro más hasta llegar a la escuela, tarde por supuesto. Entro corriendo al edificio y acudo a mi clase, toco la puerta.
Profesora- Pase
Abro la puerta e intento calmar mi respiración. Noto como el pelo de mi nuca se eriza y siento una energía fría... ¿De dónde viene esto?
Cuando consigo entrar.
Nisa- Lo siento maestra.
Algo hace girarme y veo un chico nuevo sentado en una de las mesas junto a la mía. Algo en mí se activa, no sé que es exactamente, pero lo hace. Él es espectacular, todo un dios griego. Tiene el pelo negro como despeinado, algunos mechones caen por su frente y lo hace terriblemente sexy. Tiene unos ojos azules claros casi transparentes como las aguas de los paraísos que soñamos. Y me están mirando fijamente a mí.
Maestra- Nisa, siéntese por favor.
Me saca de mi aturdimiento. Camino hacia mi mesa, justo al lado de la suya. Y me hundo en la silla. Intento no mirarlo y no notar su presencia pero es imposible. Lo miro de reojo y él está mirándome también. No sé de qué va la clase, no sé de qué habla la maestra, solo noto su presencia. En un intento de valentía me giro para mirarlo frente a frente y un destello de lo que ahora creo que son sus verdaderos ojos pasan por los azules del mar. Un destello de fuego.
Mi cuerpo empieza a temblar y me falta el aire, no sé en qué momento termina la clase, pero en cuanto veo salir a los demás, cojo mi mochila e intento salir lo antes posible. Llego a los pasillos e intento coger todo el aire que puedo, me dirijo al servicio a refrescarme la cara. ¿Por qué hay uno de ellos sentado a mi lado en clase?
Una vez salgo del servicio y estoy más tranquila, me dirijo a mi siguiente clase. Tengo la sensación de ser observada a sí que busco a mi alrededor, pero no veo a nadie raro acechando a sí que entro lo más rápido posible.
La mañana pasa entre clases y paranoias mías. Tengo el tiempo justo para comer e ir a trabajar a la cafetería.
En el camino intento no mirar a ninguno de ellos. Normalmente, suelen estar ahí sin más, pero hoy me miran todos a mí. Es como estar atrapada entre dos mundos, pero solo interfieres realmente en uno.
Llegó a la cafetería y saludo a la camarera que lleva el turno de mañana.
Nisa- Buenas tardes Marta
Marta- Buenas Nisa, hoy está el día tranquilo.
Nos despedimos y se marcha corriendo, ya que tiene que llegar a recoger a sus hijos pequeños a la escuela.
Me vuelvo a sentir observada y cuando miro hacia la calle, el pelo de mi nuca vuelve a erizarse y vuelvo a sentir la presencia de él. Se abre la puerta y entra a la cafetería. Por unos segundos los dos nos quedamos mirándonos a los ojos como si no existiera nada más. Se presencia deja de ser fría durante un momento y eso acelera mi corazón. Hasta que él mueve cabeza en negación como sacándose de su propio momento y se acerca a la barra de la cafetería.
Chico- Un café
Nisa- Por favor - le digo mientras me giro hacia la máquina de café.
Noto su mirada fría perforando mi espalda.
Cuando termina la máquina de café se lo pongo en un plato y se lo sirvo delante de él, ni lo mira, se me queda mirando a mí con el ceño fruncido.
Nisa- A mí también me caes mal no te preocupes.
Chico- No entiendo que tienes de especial bella
Nisa- Nada idiota.
Su ceño se frunció aún más y me fui a servir otras mesas. Él se sentó en una de ellas y estuvo toda la tarde ahí observándome. Cuando iba a cerrar el bar tuve que ir a echarlo. No quería hablar con él, pero no tenía otra opción.
Nisa- Tienes que irte, voy a cerrar.
Chico- ¿Y si no quiero?
Nisa- Te patearé el culo hasta que estés ahí fuera con los tuyos.
Chico- ¿Con los míos?
Lance una mirada hacia uno de esos seres que estaba en la acera de enfrente. Mirándome. Note como él lo vio y el de la calle lo miró también.
Chico- No soy uno de ellos.
Nisa- Claro que no, fuera de mi cafetería.
El chico se levantó y salió por la puerta no sin antes mirarme por unos segundos y decirme que tuviera cuidado.
Yo me reí de su comentario y seguí limpiando la cafetería hasta que termine y pude irme. Ya era de noche y apenas había gente en las calles y algunos de esos seres por ahí.
Empecé a caminar por las calles, estaba cruzando un callejón cuando note como una especie de nube paso por mi lado levantando una brisa de aire fría. Mi cuerpo empezó a temblar ¿qué era eso? Pasó una vez y más dos y me palarice en el mismo sitio donde estaba. Note como una corriente fría empuja fuertemente hacía a mí haciéndome caer de espalda al asfalto, sentí un gran dolor en la espalda. Me estremecí al ver un humo negro denso a mi alrededor, me estaba robando el oxígeno y cada vez se hacía más difícil respirar. Intenté levantarme, pero el humo se hundió en mí y me hizo caer al suelo una vez más. Mis pulmones buscaban el oxígeno que necesitaba, pero no lo encontraban, no podía. Empecé a ver todo negro y de repente mi los pelos de mi nuca se erizaron y noté su presencia. Algo suave se puso al mi alrededor y pude notar su pecho en mi cara, estaba segura de que era él. Pude abrir un poco los ojos y creía ver que unas alas llenas de plumas negras alzaban a su espalda y con ellas me tenía arropada protegiéndome de lo que fuera aquello que me atacaba. Solo pude escucharlo un poco.
Chico- Estúpidos humanos.
Estaba tan a gusto que me dio igual, me acomode más en su pecho y me deje llevar por la oscuridad sin importar lo que pasaba alrededor.
Narra Mikel
No sé por qué me mandaron a cuidar de esta estúpida humada. Dicen que es especial. No sé qué tiene de especial. Bueno puede ver en los dos mundos. Puede ver lo que queremos que vea y lo que no, eso ya es molesto no especial.
Soy uno de los demonios más fuertes del infierno, Mikel. Y por eso estoy aquí.
Únicamente sé que tengo que proteger su culo e ir detrás de ella, eso me han mandado.
Tiene que ver con una guerra que está por explotar en el inframundo. Nada es lo que parece aquí. Y esta niña es la clave. Está entre el bien y el mal y su muerte será el fin de la paz. Algo a si he escuchado. Todos quieren esta guerra, pero muchos no estamos preparados aún. A sí que me toca cuidar de la humana.
Y como no, se metió en problemas. Su actividad es más visible ahora para todo el inframundo. Cuando llegó la veo a punto de desmayarse. En el fondo me da pena verla tan indefensa y tan débil. Me meto en medio de ellos y la rodeo con mis alas para poder protegerla del mal que la quiere para él.
Ella se acurruca en mi pecho y creo que está cómoda porque se acurruca mejor. La miró a la cara mientras está entre mi pecho y estoy volando para llevarla a su habitación. En realidad es bonita.
Narra Nisa
No sé cuanto rato he estado desmayada, pero me despierto en mi cama y sé que él está aquí.
Giro a mi alrededor y lo veo sentado en la silla mirándome, un destello de algo que no entiendo pasa por sus ojos y su cara, pero vuelve a su semblante frío.
Nisa- ¿Qué ha pasado?
Intento ordenador las ideas en mi cabeza.
Chico- Te he salvado el trasero
Nisa- Bueno, pues gracias, supongo. ¿Cómo te llamas?
Se quedó pensando un momento...
Chico- Mikel me llamo Mikel.
Lo miré raro porque me pareció raro la forma en que lo dijo, pero asentí en aprobación.
Nisa- Pues gracias Mikel, ya te puedes ir.
Mikel- ¿A si tratas a tus invitados?
Nisa- No eres mi invitado. No deberías estar cerca de mí. Ellos siempre se mantienen lejos.
Mikel- Hasta ahora.
Mi mirada se queda fija en él
Nisa- ¿A qué te refieres?
Mikel- Sabes a lo que me refiero.
Recuerdo que todo lo que ha ido pasando y mi cuerpo empieza a temblar. Ellos me Dan realmente miedo, no se porque pero lo hacen. Tienen como un aura negra, oscura... Me empiezo a poner nerviosa y me falta el aliento.
Mikel me coge de la mano y yo lo miro fijamente.
Mikel- Respira, solo respira bella
Me llevo hasta su cuerpo y pegué mi cabeza a su pecho.
Mikel- Sigue mi respiración. Tranquila.
Mientras pasa sus manos de abajo hacia arriba por mi espalda, intentando darme algo de calma.
Mikel- ¿siempre sois a si de débiles?
Al escuchar sus palabras mi nerviosismo pasa a la ira. Me apartó de su pecho y lo golpeó con los puños.
Nisa- Y tú eres un idiota. Un grandísimo idiota.
Mikel se ríe y ni se inmuta por mis puñetazos, me agarra de mis muñecas y me acerca a él. Nuestras caras están a centímetros y puedo notar su aliento en mi piel. Huele a peligro, a tierra... Un sin fin de olores que hace que mis neuronas vuelen.
Mikel- Pequeña demonio - me dice mientras se ríe.
He de reconocer que mi respiración está algo agitada. Intento zafarme de su agarre pero es inútil. Suspiro frustrada. Inclina su cabeza en modo de pregunta.
Mikel- ¿Te sucede algo bella? Me dice acercándome un poco más.
Nisa- Suéltame
Mikel- ¿por favor?
Nisa- Por favor...
Mikel- Muy bien, me gustan las chicas obedientes.
Frunci mi ceño hacia el mientras una sonrisa permanecía en su perfecto rostro. Esos ojos azules parecía que podían leer mi alma y realmente lo creía.
Nisa- Voy a ducharme. Espero que cuando salga no estés aquí.
Mikel- Estaré en la cocina preparando unas palomitas. Te espero en el salón para ver una peli.
Nisa- Vete al infierno.
Lo noté marcharse mientras se reía, ¿por qué no se iba? ¿Qué se supone que es él? Igual se dio un golpe en la cabeza, no lo sé. Me metí en la ducha y mientras el agua caía caliente por mi cuerpo recordé ese momento en el que unas alas suaves me abrazaron para protegerme de aquello. ¿Eran alas? Estaba casi inconsciente, pero realmente pienso que vi unas alas, que bueno a estas alturas tampoco era tan raro en mi vida. Mi vida siempre ha sido rara.
Me terminé de duchar y me puse uno de mis pijamas de unicornios.
Fui hacia al salón y realmente olía a palomitas recién echas. Allí estaba el, sentado en mi sofá, que se veía pequeño para él con el mando en la mano eligiendo una película.
Nisa- ¿No es un poco tarde para ver una película?
Mikel- Mañana es sábado bella, siéntate aquí y disfruta. - Mientras me hacía un gesto al lado suyo del sofá.
Me senté en la otra esquina, tampoco es que fuera mucha la distancia porque mi sofá ere pequeño y el ocupaba ya la mitad. Yo estaba agotada, ya que el día había sido duro.
Me senté en el sofá y empecé a ver la película.
Nisa- ¿En serio? ¿De demonios y ángeles? Creo que por un día tengo bastante cosas paranormales para pensar.
Él solo se echó a reír.
Mikel- Venga, vamos a verla.
Estábamos viendo la película y no sé, pero como que todos los demonios y los ángeles eran seres perfectos en todo. Eran dioses en su masculinidad.
Nisa- Joder...
Mikel- ¿Qué sucede?
Nisa- Eh? Oh no nada... Solamente que si los demonios y los ángeles son a si, me dejaría llevar por ellos en cualquier momento. Solo eso- Me reía porque ¿quién podría resistirse?
Mikel- ¿A si? ¿No te importaría estar con un Demonio?
Lo miré con cara divertida aunque en la suya parecía haber algo más. Como si preguntase en serio. Hombres...
Nisa- Encantada dejaría que me encerrase en su mazmorra con un demonio a sí. - Me reí de mi comentario, las cosas que pasaban por mi cabeza... Y eso que yo no había hecho nada de eso aun, pero algunos hombres hacen volar tu imaginación.
Mikel- Eso es interesante bella.
No dije nada más, ya que sus palabras me hicieron sentir... No sé, ¿rara? Ni tan siquiera sabía si los demonios realmente existían ni sé que son esas cosas veo... Pero bueno es solo una película.
No sé en qué momento cerré mis ojos, pero me quedé dormida.
Narra Mikel
Note un pequeño peso que caía en mi hombro mire hacia la dirección y me di cuenta de que era Nisa quedándose realmente dormida. Me hizo gracia, ni tan siquiera la película de demonios y ángeles sexys habían conseguido mantenerla despierta.
La acomodé mejor en mis piernas para que no tuviera el cuello en mala postura, después del ataque debía estar realmente cansada. Me quedé a terminar la película. Estaba pensando en lo que Nisa había dicho ¿Lo diría realmente en serio? Porque tengo algunas ideas... Aunque no me gusta, a mí no me gustan las humanas.
Mientras me decían esto me di cuenta de que inconscientemente estaba acariciando el cabello de la muchacha. ¿Qué estaba haciendo? Esto era realmente estúpido. La cogí entre mis brazos dormida aún intentando apartar esas ideas de mi cabeza.
Entre mis brazos se le veía pequeña, dulce, adorable... ¡¡NO!! Me grité mentalmente no se le ve nada de eso.
Fui hasta su habitación y la acomode en la cama, la tape con las sábanas y me quedé mirándola por unos minutos.
No tenía que estar aquí, salí por la ventana y me fui. Simplemente, no tenía que acercarme tanto a ella. Eso estaba mal. Me iba a meter en líos por aquello.
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