BUENAS A TODOS, ESTUVE UN TIEMPO PERDIDA PROBLEMAS PERSONALES... !!PERO VOLVÍ!! AHORA TAMBIEN HARÉ UNAS ADVERTENCIAS.

LA NOVELA TENDRÁ CONTENIDO NO APTO PARA PERSONAS SENSIBLES. TENDRÁ LENGUAJE INAPROPIADO, ESCENAS SEXUALES FUERTES Y VIOLENCIA. SI NO TE GUSTA ESTE TIPO DE CONTENIDO TE INVITO A ABANDONAR LA HISTORIA.

ADEMÁS QUIERO AGREGAR QUE ESTO LO HAGO POR ENTRETENIMIENTO, NO SOY UNA ESCRITORA PROFESIONAL. SI LA NOVELA NO ES DE TU GUSTO LO SIENTO... HAGO LO MEJOR QUE PUEDO. BUENO LES DESEO MUCHAS BENDICIONES Y GRACIAS POR EL APOYO ✨❤🙏

AHORA AQUI LES PRESENTO MI HISTORIA.

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Lo veía alejarse de ella con mucha molestia, se estaban mojando, pero a él no parecía importarle. Ella lo agarró de la mano y este la soltó... Volvió a intentarlo y él se volteó molesto.

Christian- ¿Que quieres de mi Priscila? - dijo con ojos llenos de furia

Priscila- Por favor Christian... por favor. Yo te amo, te juro que lo hago.

Esa tarde llovía a cantaros, la tormenta se hacía mas fuerte y con ella su corazón. Sabía que todo había sido su culpa. Por sus miedos lo estaba perdiendo, era la primera vez que se daba cuenta de lo egoísta que había sido con él. Pero tambien había sentido terror de su marido. Lo que seguía sonando como una tonta excusa en esos momentos.

Christian- ¡No te creo nada! Siempre tienes una maldita excusa, estoy cansado de todo esto. No quiero verte a escondidas, no quiero compartirte con otro. ¡Demonios!

Priscila- Yo solo te pertenezco a ti corazón, perdóname por favor.

Él estaba ya empapado y la miraba con dolor, era su culpa… tal vez debería dejarlo ir… ella no lo merecía. Era un hombre maravilloso, con él había descubierto muchas cosas que desconocía de si misma. Él había sido su motor para luchar. Llevaba casada 3 años con un hombre que la despreciaba por su físico. Le había mentido desde el principio, sus padres habían tenido mucho que ver en ese matrimonio. Se había dado cuenta de que estaba con alguien y la había amenazado con matarlo si no terminaban. Creía que lo protegía… pero no, solo era una cobarde. No era la primera vez que él le pegaba y la terminaba dejando en un mal estado.

Christian- ¿Cuantas veces te e pedido que escapemos juntos? Vámonos, dejemos todo esto atrás y comencemos una nueva vida juntos. Pero te niegas a hacerlo. ¿Es por que en estos momentos no tengo tanto dinero?- dijo frustrado

Priscila- Eso no es cierto… a mi nunca me a importado el dinero. Estoy enamorada de ti y eso me basta y me sobra.

Christian- ¿Entonces? Vámonos por favor, no tengo tanto dinero ahora… pero te juro que pronto lo lograré y te trataré como la reina que eres…

Priscila- Te amo Christian, me iré contigo lo prometo.

Sí, quería irse con él, alejarse de su familia y del abusivo de su esposo. Empezar una vida con él, sin nadie que se interpusiera a su relación. Sus preciosos ojos estaban nublados por la tristeza. El agua transparentaba su camisa y podía ver su perfecto abdomen a través de ella. A veces no entendía como alguien tan hermoso como él se podía haber fijado en alguien como ella. Este la agarró y la besó con una intensidad abrumadora. Lo amaba, amaba todo de él y la manera en la que la hacía sentir.

Christian- Vámonos mañana, dejemos todo sin pensarlo. ¿Que dices?

Priscila- Si, si ¡hagámoslo! Esta vez será diferente.

Christian-Esa es mi chica.- dijo felíz

La agarró de la cintura y dió un giro con ella en brazos.

Christian- Nos encontraremos mañana a primera hora frente a la estación del tren.

Priscila- Esta bien, allí te veré.

El semblante de él había cambiado, lo que antes parecía el final... se había convertido en un momento de esperanza. Esta vez serían felices...

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Esa tarde cuando llegó, comenzó a preparar su equipaje y lo dejó escondido en el auto. Esta vez sería valiente, igual su marido terminaba pegándole siempre que podía. Era un maltratante y aunque se lo decía a su madre, esta solo se reía y le decía que estuviera agradecida de tener un esposo. Suspiró con frustración… ¿como podía ser así? Era verdad que no era delgada, pero tenía buenas curvas.

Esa noche su esposo llegó borracho y comenzó insultarla como siempre. Ella solo se quedó callada , no quería provocarlo más. Pero este se enojó y tiró de su cabello.

Anderson- Te estoy hablando perra.

Priscila- Suéltame por favor…- dijo adolorida

Anderson- ¿Estuviste revolcándote con tu amante otra vez? Maldita zorra - dijo dándole una bofetada en el rostro, la sensación de ardor le hizo gemir. - Te dije que terminaras eso, eres mi esposa y no quiero que hablen más de mi. Ya es suficiente con que se rían por que me case con la gorda.

Priscila- Podemos divorciarnos…

Anderson- ¡Jamás! Nunca serás felíz con ese hijo de puta, no mientras yo viva.

Volvió a golpearla haciéndola caer al suelo. Luego se puso a patear su cuerpo y ella lloraba, el dolor era insoportable. Fué y comenzó a abrirse el cierre, ella lo miró aterrorizada. Le costaba mucho respirar, no podía dejar que la tocara.

Anderson- Te demostraré lo que es un verdadero hombre.

Priscila- No por favor… solo alejate.- dijo con dificultad

Anderson- ¿Te atreves a rechazarme perra ?

Priscila- No… me toques… por favor…

Cuando él se le acercó, ella lo empujó haciéndolo perder el balance. Trató de moverse lo mas rápido que pudo y volvió a agarrarla. Esta vez le dio un puño, haciéndola tambalearse. El golpe le causó vertigo.

Anderson- Te mataré perra, esta vez si que lo haré.

Se puso a estrangularla y la tenía pillada contra la pared. Ella estiró su mano tratando de coger la pequeña estatuilla que había a su lado. Cuando lo logró, pudo golpearlo en la cara. Él soltó un grito y maldijo, continuó moviéndose a la cocina con dificultad y agarró un cuchillo. Anderson llegó hasta donde estaba ella y luego se le abalanzo. Accidentalmente recibió una puñalada en el pecho y la observó impactado. Ella lo miró horrorizada y este calló a su lado.

Priscila comenzó a llorar en shock, lo había matado… se había convertido en una asesina. Se levantó tambaleando al teléfono y le marcó a emergencias. Se sentía muy débil…

Operadora- ¿Si cual es su emergencia?

Priscila- Mate a mi esposo… lo ma…

No recordaba que había sucedido, pero se había puesto todo negro… Lo último en lo que pensó fué en Christian. En su hermosa sonrisa… en su amor…

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Cuando abrió los ojos se dió cuenta que todo había sido un sueño... Pero al mirar donde se encontraba sus esperanzas volvieron a caer.... Seguía secuestrada por el maldito de su esposo.

¿Lo volvería a ver o moriría antes de que eso pasara? Lágrimas salieron de sus ojos... lo extrañaba tanto... Estuviera donde estuviera esperaba que la perdonara... Todo lo que le dijo había sido por su bien, pero lo amaría por siempre... Aunque muriera en el proceso.

Mi nombre es Priscila, vengo de una de las familias más adineradas de nuestro país. Fuí prácticamente criada por mi nana. Mi madre nunca fué una de esas mujeres amorosas con sus hijos. Bueno... al menos hasta que nació mi pequeña hermana. ¿Pero que les puedo decir? Nadie podía resistirse a la tierna mirada que irradiaba ella. Era como un pequeño rayo de sol.

En fin... su madre la trataba como lo más importante en su vida... mientras que a ella la criticaba constantemente por su figura. Siempre había sido una niña gordita y eso para su madre era imperdonable. La hacia estar en constantes dietas... que nunca funcionaban. Le agradecía mucho a su nana por cuidarla. Ella le llevaba comida a escondidas de su madre, lo que le agradecía. Su niñez fué menos difícil gracias a ella.

También tenía a su abuela Jordana, era la mejor. Sacaba a mi madre de quicio con una habilidad increíble. Como una vez cuando su mamá la insultaba.

Madre- ¿Qué haré contigo? Cada día estás más gorda. ¿Cómo podrás tener novio?

Abuela- Ella no está gorda, está saludable. ¿Crees que eres una hermosura? Pareces un esqueleto y lo poco digno de ver que tienes, es por las cirugías... que mi hijo pagó.

Su madre la miró con odio y se fué del lugar. Luego su abuela la abrazó y le dió un beso en la frente.

Abuela- Eres maravillosa tal y como eres. Y serás amada tanto como yo lo hago.

Priscila- Gracias abuela - dijo sonriendo

Cuando su abuela murió fue muy difícil para ella. Había perdido a uno de los seres mas especiales que hubiera conocido jamás. Para completar cuando dieron lectura a su testamento, se enteró que la había hecho heredera de todos sus bienes. Eso hizo enojar más a su madre. Creía que la abuela le dejaría algo... lo que era ilógico ya que la abuela la detestaba.

Al cumplir los 18 se fué a la Universidad, donde conoció a un apuesto chico. Anderson era hermoso y tenía una sonrisa que le derretía el corazón. Él era 2 años mayor que ella y la verdad la pasaba genial a su lado. Cuando le pidió que fuera su novia no lo podía creer... Pero ese mundo de felicidad se acabó, cuando se enteró que todo había sido planeado desde el principio. Él lo admitió cuando lo encontró siéndole infiel con una porrista. Lo peor era que habían puesto fecha para el matrimonio sin su consentimiento.

Priscila- No me quiero casar mamá, el ni siquiera me quiere... sin contar que yo tampoco lo amo- dijo con seriedad

Madre- ¿Estás loca? Ese chico es un buen partido. Créeme jamás conseguirás a alguien como él. Además el amor está sobre valorado en estos días. Tampoco te atrevas a decirle algo a tu padre. Anda muy emocionado con esta boda.

Se sentía abrumada con todo eso... no quería desilusionar a su padre. Él era bueno con ella... quería hacerlo felíz también.

Cuando llegó el día de la boda... se sentía la novia más infeliz. Sabía que iba directo al matadero. Su padre le sonreía con lágrimas en los ojos y la dejó frente al novio. Él muy cínico sonreía como si realmente la amara. Se casaron y todos aplaudieron... muchos con hipocresía claro. Lo peor fué en la noche de bodas, lo pasó sola.

Él tiempo pasaba y vivía en una mentira. Una noche le reclamó a su esposo y fué la primera vez que le puso una mano encima. Ya había pasado dos años desde que se casaron. Y esa noche se encontraba en un club con algunas amistades y su hermana.

El Club estaba lleno y la música era muy buena. Se encontraba bebiendo un trago con su hermana.

Alana- Me alegra tanto de que estuvieras hoy aquí. Te extrañaba tanto...

Priscila- Si lo siento... pero hoy estamos aquí. Debemos disfrutar de la noche. - dijo sonriendo

Alana- Tienes razón - dijo sonriendo- ¿Y como van las cosas con tu esposo?

Priscila- No te voy a mentir, es una pesadilla. No lo soporto... y el sentimiento es mutuo. Nunca debí casarme con él. No se por que tuve que caer en los chantajes de mamá.

Alana- Priscila... deberías si divorciarte de él. ¿Qué importa lo que digan los demás? Lo importante es tu felicidad.

Priscila- No quiero quitarle la ilusión a papá.

Ella suspiró con tristeza... tampoco deseaba tener esa vida. Era una estúpida y lo sabía. Notó que su celular vibraba y al mirarlo era Anderson.

Priscila- Voy un momento afuera, está llamando Anderson. - dijo fastidiada

Alana- De acuerdo.

Ella se movió entre la multitud y salió a la parte trasera del club. Cuando respondió este se escuchaba claramente enojado.

Anderson- ¿Dónde demonios estás?- gritó furioso

Priscila- Salí con mi hermana un rato.

Anderson- ¿Te vas sin avisarme?

Priscila- No tengo que pedirte permiso. Además tu haces lo que te da la gana siempre.

Anderson- Soy un hombre, claro que puedo. Mientras que tu estás para servirme.

Priscila- Vete a la mierda Anderson.- replicó molesta

Anderson- ¡Vuelve ahora Priscila!

Priscila- Espérame sentado querido...

Lo escuchó gritar y ella colgó. Ya le dolía la cabeza. ¿Qué se creía ese idiota? No lo soportaba... Se pegó a la pared y cerró los ojos. Sólo deseaba un momento de paz. ¿Era mucho pedir? Entonces escuchó un sonido y abrió los ojos sorprendida. Pensaba que estaba sola, al voltear se sorprendió. Se encontró con unos ojos profundos y sensuales...

Christian- Preciosa...

Priscila- ¿Per...perdón?- preguntó nerviosa

Christian- Dije que eres preciosa...- dijo sonriendo de manera maliciosa- Soy Christian...

Priscila- Soy Priscila...- dijo embobada

La tenía hechizada y eso le sorprendía.

Christian- Es un placer conocerte ... Priscila.

La forma en que dijo su nombre, le causó escalofríos. Sin conocerlo ya se sentía perdida y así fué como todo comenzó...

[CHRISTIAN]

Había tenido un día de mierda, así que había aceptado salir con algunos amigos. Pero nada lo emocionaba, estaba aburrido de estar allí. Para completar lo tenía hastiado la chica que se había sentado a su lado.

La había dejado en la mesa y había salido a fumar. Se puso a mirar el oscuro cielo, mientras pensaba que hacer. Hacia dos años se había ido de la casa de sus padres, para seguir sus propios sueños. No quería trabajar en la empresa de su padre. Su sueño era ser un artista... aunque hasta ahora rechazaban sus pinturas. Mientras... trabajaba de tatuador, tenía su propio establecimiento y eso lo ayudaba con las cuentas. Escuchó que alguien salió de la puerta trasera y se quedó en silencio, no quería ser molestado en caso de que la mujer lo hubiera seguido hasta allí.

Voz- Salí con mi hermana un rato.

Esa voz nubló sus sentidos... era muy sensual.

Voz- No tengo que pedirte permiso. Además tu haces lo que te da la gana siempre.

¿Peleaba con su amante? Era una pena...

Voz- Vete a la mierda Anderson.

Era brava la chica... eso le gustaba. Luego se volteó y se quedó embobado con esas curvas. ¿De donde había salido esa sirena? Ella se sobresaltó y volteó a verlo.

¡Joder! Ella era hermosa y no pudo evitar decirlo.

Christian- Preciosa...

Priscila- ¿Per...perdón?- preguntó nerviosa

Christian- Dije que eres preciosa...- dijo sonriendo de manera maliciosa- Soy Christian...

Si... quería saber más de ella, de repente la noche no se le hacía tan aburrida. De hecho se había tornado bastante interesante...

Priscila- Soy Priscila...- dijo embobada

Christian- Es un placer conocerte ... Priscila.

Y lo decía muy enserio, esa mujer era una diosa. Sus curvas lo tenían bajo un hechizo. Imaginaba ese cuerpo en sus sábanas. Como la haría gemir por horas, hasta dejarla extasiada de tanto placer. Ella seguía observando nerviosa... la verdad debería. Si supiera todo lo que deseaba hacerle en esos momentos, probablemente correría.

Christian- No deberías estar aquí sola, es un lugar muy peligroso para una chica.

Priscila- Dudo que alguien quisiera hacerme algo. - dijo con sarcasmo

¿Estaba loca? ¿Quien no querría tenerla?

Christian- Estoy confundido... ¿por que lo dices?

Priscila- ¿No es obvio? Soy gorda por dios. - dijo haciendo una mueca

Christian- Haber... ¿para ti eso es malo? Discúlpame pero para mi eres preciosa. Puedo demostrarte si deseas...

La vió tragar fuerte y como su respiración se agitaba. Definitivamente ella quería...

Priscila- Estás loco... yo tengo que irme.

Christian- ¿Con la persona que no logra satisfacer tus necesidades? - preguntó en tono burlón

Priscila- ¿Por qué piensas eso?

Christian- Además de la interesante discusión que tenían... yo jamás te dejaría sola en un lugar como este. De hecho estaría haciéndote el amor.

La miró con intensidad y ella lo miraba en shock. No sabía quien era el imbécil, pero se merecía una buena paliza.

Priscila- Nadie me considera bonita... supongo que debes estar ebrio... Bueno yo me retiro...

Él la agarró y la besó apasionadamente.

[PRISCILA]

Él la besó así de la nada y se sintió bien. Demonios, todo en él estaba bien. No entendía como podía atraerlo. Luego se apartó y su mirada era puro fuego.

Christian- Eres increíblemente sexy. - susurró

Priscila- Yo...

Alana- ¡Woah!, ¿interrumpo algo?

Ella saltó y se alejó de él. Este la miraba confundido. Mientras que su hermana sonreía.

Priscila- No pasa nada, vámonos.

Ella agarró a su hermana y la llevó adentro.

Alana- Ya te vi pillina. - dijo riendo

Priscila- No se de que hablas...

Alana- Vamos hermana, tienes los labios hinchados. - dijo riendo

Priscila- No quiero hablar de eso.

Alana- Con que si hay algo que contar, ¿eh?

Volvieron y se sentaron en la mesa. Su cuerpo se sentía enérgico y todo por ese desconocido. Lo más triste era que no lo volvería a ver. ¿En que pensaba? Estaba casada, no podía estar pensando en esas cosas.

Alana- Él es muy guapo y definitivamente lo traes loco. - dijo en tono travieso

Priscila- ¿De que hablas? Apenas y lo viste... ¿cómo puedes saber si lo traigo loco? - dijo quejandose

Alana- Desde aquí puedo ver como te come con los ojos.

Priscila- ¿Qué?

Se volteó a mirar al otro lado y allí estaba él. Sentado al otro lado, andaba con un grupo. Pero él los ignoraba, sólo la miraba a ella. Vió como una morena se acercó a él y le lanzó una mirada asesina, haciendo que esta se alejara. Wow... si que podía llegar a dar miedo.

Alana- Está muy interesado en ti, yo tu voy.

Priscila- Estoy casada, ¿recuerdas?

Alana- Con un imbécil, sólo te casaste con él por los estúpidos chantajes de mamá. La hubieras mandado a la mierda.

Priscila- Sólo quiero que papá sea feliz...

Alana- Papá ya eligió su vida y decidió casarse con una bruja. No deberías pagar por eso. Si se te acerca aceptalo, yo te cubro con el idiota de tu marido.

Priscila- Estas loca. - dijo riendo

Alana- Sabes que si lo deseas. Me iré a bailar con alguien, así que aprovecha. - dijo dándole una guiñada

Esta luego se levantó y se fue a bailar con un chico. La muy traidora la dejó sola... luego vió que Christian se movía directo a su mesa. La miraba con intensidad. Podía sentir como la desnudaba con su mirada. Sus pezones se endurecieron y se sintió expuesta. Su cuerpo jamás había reaccionado así antes. ¿Quien rayos era ese hombre? Cuando llegó se sentó a su lado y ella lo miraba sorprendida.

Priscila- ¿Por qué estas aqui?

Christian- Por que sientes lo mismo que yo.

Priscila- Soy una mujer casada...

Christian- No te estoy pidiendo matrimonio.- dijo mirándola a los ojos.

Priscila- Ni siquiera te conozco...

Christian- Y aún así nuestra química es innegable. Sólo déjate llevar por lo que sientes y no te arrepentirás.- dijo sonriendo con arrogancia

Sabía que estaba jugando con fuego. Y sin darse cuenta había terminado en su apartamento.