Dasha Volkova, hija del Duque Volkov, uno de los dos hermanos del emperador, por lo tanto, ella tenía el título de princesa, ya que descendía de la familia real, fue una chica talentosa, digna de ser elegida como la sucesora del Ducado, pero, su madrastra no estaba de acuerdo con ello, pues creía que su hijo era quien debería ser el heredero al ser hombre, aunque todo mundo sabía que ese chico no era el hijo del Duque Ivanov, pues la nueva Duquesa, ya lo tenía cuando se caso con el padre de Dasha, la joven no solo tenía que lidiar con que su herencia quisiera ser robada, también luchaba contra Zaria Conti, la protagonista de esa historia, porque si, Dasha era la villana, su corazón se había endurecido con sus problemas familiares y por si fuera poco, su prometido, Viktor Makarov, ahora estaba enamorado de Zaria, ella hizo de todo para quitarla del camino, pero el amor triunfó al final, siendo Dasha condenada a ser ejecutada, abucheada por todos, su hermanastro se río de ella y estaba feliz porque finalmente él se volvería el heredero, el único que sufría por su condena era su padre, al final, cuando a Dasha se le aplicó la condena, poco le duro el triunfó al hermanastro, porque todo le fue quitado por orden de Viktor, considerando que la familia de una mujer malvada, no merecía tener nada; al final de la historia, Viktor se lleva a Zaria a su país donde tienen una feliz boda convirtiéndose en los principes herederos de ese país.

Kim había perdido la vida, pero de un momento a otro, abrió los ojos, mirando a su alrededor, no comprendía donde estaba, todo era diferente, el sitio tenía un diseño como de la antigüedad y la cama donde estaba era grande y con doseles de cortinas rosas, muy femenino para su gusto, miro más y entendió que estaba en una alcoba, pero no sabía como había llegado ahí, al fijarse mejor, puede ver sus manos más pequeñas y mechones rubios cayendo por sus hombros, se toca la cara y se levanta rápidamente hasta verse en un espejo que había en pared, su apariencia era la de una chica hermosa, rubia y ojos verdosos, al parecer, no pasaba de los 12 o 14 años.

No comprendía que estaba pasando, un dolor de cabeza la invadió, recordando fragmentos de la vida de la dueña de ese cuerpo, por supuesto, todo eso, era parecido a la novela que leyó hace tiempo y con todos esos recuerdos en su cabeza, se ha dado cuenta que ella, ahora es Dasha Ivanova, la villana de la historia, también recuerda que hace unos dos días cayó por las escaleras al huir de las insinuaciones obscenas de su hermanastro, hizo un gesto de desagrado, maldito hombre enfermo, ella solo es una niña y él ya es un adulto de 18 años. La puerta se abre, era Olga, su madrastra, quien la mira de manera arrogante.

- al fin despiertas, deberías de dejar de perder el tiempo.

- si, tiene razón, ya no perderé el tiempo madre, ya que estoy mejor, iré a ver al ministro de justicia, debo hacerle saber lo que esta pasando.

- ¿m? ¿De que hablas?

- que todos deben saber la clase de hijo que tiene, un asqueroso hombre adulto, que trata de tocar a una niña.

Olga se muestra molesta por las palabras de Dasha, no va permitir que su hijo sea difamado. Sujeta a Dasha del cabello.

- escucha bien mocosa, mi hijo es un buen chico, jamás haría nada, si arruinas su reputación voy a matarte.

- todos deben saber lo que es, para proteger a las demás niñas.

Dasha alcanza sujetar el cabello de Olga y tira de él, la mujer se sorprende pues es la primera vez que Dasha la contradice o que incluso se defiende, pero al sentir que su cabello es jalado, grita llamando a los sirvientes y cuando estos entran, suelta a Dasha para que todos crean que es la niña quien la está agrediendo.

- señorita, suelte a la señora por favor...

- hagan algo, por favor, me lastima, niña malvada.

Olga finge llorar, pero Dasha la suelta y la doncella la aleja, mientras que otras se llevan a Olga fuera de la habitación, ahora que todos vieron que fue agredida, le dirá a su esposo cuando él regrese. Para cuando la doncella la deja sola, Dasha se queda en cama, aún tiene mucho que procesar con lo que esta sucediendo, pero si de algo esta segura, es que debe sacar a su hermanastro de esa mansión, no puede seguir viviendo bajo el techo de un hombre tan asqueroso como él.

Habían pasado dos días, aún esta asimilando lo que pasaba, Lila le lleva todos sus alimentos del día, al menos Olga no le prohibía eso; en ese momento, Dasha estaba disfrutando de una tarde de té en la habitación cuando entré Boris, el hijo de Olga, su madre había salido y por supuesto que iba a aprovechar hacerle una visita a Dasha, enseguida la ordena a Lila salir.

- Lila se queda, además has estrado a mi alcoba sin pedir permiso.

- esta es mi casa, soy el próximo Duque y soy tu hermano, no necesitó pedir permiso.

Tomo asiento en el mismo sofá, cortando una porción de pastel para dárselo a Dasha.

- abre esos lindos labios, hermanita.

- maldito enfermo.

Chasquea la lengua, pero Boris se muestra molesto y la sujeta de la barbilla apretando para que abra la boca y le coloca el pastel en ella, orgulloso de lo hecho, Dasha se pone de pié y escupe el pastel, mientras que va a esconderse tras Lila.

- que sucia eres hermanita, todavía que te doy de comer en esa preciosa boca.

- largo, fuera de mi alcoba...

- bien, me iré, te veré después.

El chico guiña el ojo y se va de la alcoba, mientras que Dasha hace un gesto de desagrado, ese pastel le supo desagradable, Lila le limpia los labios, es horrible que ese chico ya adulto, trate así a una niña, no cabe duda que es un enfermo.

- ¿esta bien señorita? Si quiere, puedo quedarme con usted.

- estoy bien Lila...

Es hora de preparar algo, para deshacerse de Boris, un hombre así, debe acabar encerrado de por vida. Mientras tanto, le pide a Lila que la acompañe al jardín, ha estado encerrada mucho tiempo y quiere algo de aire fresco, después de pasar un mal rato. En el jardín, Dasha camina tranquilamente, el jardín era hermoso, lleno de flores y arbustos, todo ese sitió era más grande que un parque de su mundo, al estar en el jardín delantero, ve llegar un lujoso carruaje, que se detiene antes de llegar a la entrada de la mansión, pronto un joven chico baja de dicho carruaje, quien rápidamente camina hasta Dasha llevando consigo un ramo de flores, era un chico joven, de cabellera oscura y hermosos ojos azules, con una encantadora sonrisa, que encantaría a cualquier chica.

- buen día princesa, es tan agradable verla esta tarde.

Dasha se quedo en silencio, con el chico extendiendo la mano con el ramo de flores, hasta que finalmente reacciona y sujeta el ramo, haciendo una leve reverencia, le tomo un poco de tiempo, pero, supone que ese chico es Viktor Makarov, su prometido, un joven de 14 años, príncipe de otro país.

- alteza, no esperaba verlo este día, parece que ha venido sin previo aviso, eso no es muy educado.

Dasha muestra con gesto de molestia, pero Viktor sonríe.

- tiene razón, lamento no haberle enviado una carta anteriormente. Espero, no le moleste invitarme a la hora del té.

- lamento mucho eso alteza, la hora del té acabo hace un momento.

Por no decir que le fue arruinado por Boris. Pero Dasha le ordena a Lila servir té y bocadillos en el kiosko del jardín trasero, mientras es servido, Dasha camina con Viktor para guiarlo al sitio, aunque desde la ventana, Boris los observa nada contento al ver a Viktor, por supuesto el chico logra verlo y le sonríe. Viktor habla de como tuvo que hacer un largo viaje y se disculpa por no haberle avisado que se iba y por su ausencia, pero Dasha, sabe que el chico esta mejor sin verla, al menos, así fue descrito en la novela, Viktor no gustaba de Dasha, pese a que ella era una chica hermosa, así que tan pronto conoce a la protagonista, el se enamora, pero no de su belleza, si no, de su humildad y alegría, todo lo opuesto a ella, quien era siempre sería y algo presumida, debido a su actitudes talentosas, Dasha aprieta las manos en su vestido, pensar que ese chico ante ella, que le sonríe falsamente, es el causante de toda su desgracia, pero ahora, ella no es la verdadera Dasha y no se dejará llevar por los celos.

- señorita ¿esta bien?

Dasha reacciona y muestra una radiante sonrisa.

- estoy bien. No se preocupe, no le tomo importancia a si usted viene o no, el compromiso, es algo acordado entre nuestros padres, no esta obligado a venir.

- n-no...yo no vengo porque me vea obligado...en realidad...

- no tiene que ser tan modesto, en realidad, estoy bien, si no viene a verme.

Viktor ríe de manera forzada, mientras se rasca la nuca mirando hacía otro lado, apenado.

- vaya, hoy parece estar de mal humor, la próxima vez avisaré antes de venir.

Dasha frunce los labios, parece que el chico no está entendiendo, pero, no importa, al final, será él quien deje de venir, si sus cálculos son correctos, Viktor y Zaria se conocerán en su cumpleaños número 14, para ello, faltan un par de semanas. Viktor habló un poco más, hasta que finalmente debe marcharse, se despide tratando de besar el dorso de la mano de la chica, pero ella lo aparta, Viktor solo sonríe y sube al carruaje, ahí hay un chico un poco mayor que él vestido de guardia.

- parece que la princesa esta muy enojada, hoy nisiquiera le alegro verlo.

- eso parece, hay algo diferente, pero, eso me gusta...

Para cuando se ha marchado el carruaje, Dasha entra a la casa y en las escaleras Boris le esperaba.

- que feliz te ves con ese principito, pero no es más que un mocoso.

- eso es algo que a mi hermano no debe importarle, su alteza Viktor, es mi prometido, es normal que deba recibirlo con una sonrisa.

- ese mocoso no es nada, tú eres hermosa, aunque sea un príncipe, no es más que un niño y tú necesitas un hombre de verdad.

Boris se acerca intentando tocar el rostro de la chica, pero Dasha le golpea la mano.

- no me toques, enfermo.

Dicho esto, se apresura a subir a su alcoba, aunque Boris la sigue, ella cierra con llave su puerta, vaya hombre asqueroso que es, el padre de Dasha debe ser algo tonto como para no darse cuenta que deja a su hija con semejante peligro, algo debe hacer, para echarlo de la casa. Durante los siguientes días, procuraba no salir de su habitación y coloca el seguro de la puerta para evitar que Boris entre sin permiso, incluso a la hora del baño, pedía a Lila quedarse en la habitación, pues es en la única en quien puede confiar y la única que parece importarle lo que sucede, aunque lamentablemente siendo solo una doncella, no puede hacer mucho, porque si trata de decirle al Duque, será su palabra contra la de Boris y es obvio que ella, tiene las de perder y si es despedida, Dasha se quedaría aún más desprotegida.

Ya que finalmente había aceptado su nueva, solo había una cosa que debía resolver y eso era, no dejar que Olga y el hijo de está, sigan arruinando todo, de alguna manera, tendrá que arruinarlos ella primero, además de que debe lidiar con su compromiso, lo terminará apenas su prometido y la protagonista se conozcan, no piensa perder su segunda vida, solo por pelearse por un hombre, no es algo que valga la pena. Su doncella, Lila le ha llevado la cena y también le hace saber, que su padre llegará esa misma noche, aunque es probable que llegue tarde, ante eso, Dasha sonríe, se le ha ocurrido una maravillosa idea.

- gracias Lila, ya puedes ir a descansar.

- entonces me retiro, si necesita algo más, no dude en llamarme señorita.

Lila es la única doncella que suele portarse mejor con ella, pues las otras solo se ponen de parte de quien más les convenga, en ese caso de Olga, aunque eso no importa, no necesitará de ellas, para destruir a esa mujer, cuyo único interés, en volver a su sucio hijo en el heredero del Ducado Volkov. Después de cenar, abrió las puertas del balcón, el sitió si era bastante alto, le será difícil saltar por ahí y más con cuerpo tan frágil, además de que no hay ningún soga y lo más cercano es un árbol, pero, quizás lo pueda lograr, se quito los zapatos y se rasgo las ropas, también se revuelve el cabello, la cama, tira algunas cosas e incluso se hace una pequeña cortada en el brazo donde rasgo la manga, si Olga pensaba hacerla ver mal ante su padre, su plan no le va salir como quiere. Espero en el balcón y en cuanto vio el carruaje entrar por el portón, abrió las puertas de su habitación y salto por el balcón hasta el árbol aunque cayó dándose algunos golpes y raspones, lo que venía bien, al llegar el carruaje, el Duque baja, justamente Olga y su hijo, Boris, iban saliendo, pero antes de acercarse por completo, Dasha sale corriendo de entre los arbustos abrazando a su padre mientras llora desconsolada.

- padre, padre sálvame...él quiso hacerme daño...

- ¿Dasha? Pero...

El Duque se sorprendió al verla llena de raspones y con la ropa rasgada.

- ¿Dasha pero que haces así? No es manera de recibir a tu padre, le ensuciaras la ropa.

Olga la jala del brazo, pero Dasha grita pues la jaló donde ella misma se corto, ante ello Olga la suelta haciendo un gesto de asco por la sangre que quedo en su mano, mientras que Dasha solo se cuelga del brazo de su padre, quien la observa preocupado.

- pero Dasha, hija ¿que te ha pasado?

- no me dejes sola con él de nuevo papá, tengo miedo, me dijo que me haría su mujer...tengo miedo.

- ¿que? ¿Quien hizo tal cosa?

El Duque rápidamente se quita el abrigo y cubre a Dasha, mientras ella se aferra a su brazo.

- solo quiere llamar la atención, seguramente hizo algo travesura.

- ay hermanita, siempre tan traviesas.

Boris se acerca tratando de acariciar su cabello, pero Dasha grita y se aferra más a su padre.

- ¡No! ¡noooo! Padre no dejes que me toque...intento quitarme la ropa, dijo que sería suya...no quiero padre...

Ante lo dicho, todos incluyendo al Duque, se han quedado pasmados, Olga se muestra roja de la rabia, mientras que Boris aprieta los diestes pero jala a Dasha del brazo.

- ¿por qué mientes? Padre yo nunca le haría daño...

- padre, por favor...ayúdame...

- si no le harías daño ¿por qué esta ella así?

- cariño, Dasha suele decir mentiras, es una niña y no sabe que lo que dice, es una acusación grave.

Olga aprieta los dientes, de la irá que esta sintiendo, pues el Duque se nota furioso, pues Dasha esta temblando aún colgada del brazo de él.

- se lo que digo padre, madre siempre me dijo, que ningún hombre tenía derecho a tocarme, pero mi hermano lo hizo, metió su mano bajo mi falda y al escapar me hizo un rasguño en la pierna.

El Duque enfurecido cierra el puño, pero antes de hacer algo, ordena a la doncellas que estaban ahí, revisar a Dasha, las chicas se acercan pero Dasha se muestra temerosa.

- hazlo hija...es para tener pruebas...

Dasha acepta y deja que las doncellas la revisen, quedando horrorizadas, en efecto no llevaba ropa interior y tenia rasguños en los muslos, la doncella le confirma al Duque lo que Dasha dijo, aunque le mencionan que no hay sangre, así que todo debió quedar en un intento, el Duque furioso ordena a los caballeros que estaban con él arrestar a Boris, mientras que Olga se queja.

- cariño, no puedes hacerle eso, Boris es inocente, todo debe ser un truco de esa niña, tal vez ella metió a otro hombre a su alcoba.

- Olga, Dasha es una niña ¿como podría meter a un hombre? ¿Acaso tú sabías y estabas dejando que esto pasará?

- n-no por supuesto que no sabía nada, pero mi hijo es incapaz, Dasha siempre nos ha odiado ella quizás...

- padre, por favor, créeme, jamás le haría daño, ella es mi hermana.

- no me llames padre más, lo siento Olga, pero tú hijo no puede estar más en esta familia.

- no cariño, no puedes arrestarlo, dañaras su futuro...¿quien cuidará del Ducado?

- debió pensarlo antes de intentar algo tan horrible. Que lo encierren en su alcoba, mañana veré que hacer.

El Duque envuelve a Dasha con el abrigo y la carga para ir dentro de la mansión, pero ella apoya la barbilla sobre el hombro de su padre y como Olga se quedado hacía atrás, le sonríe con burla.