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¡Dejame Ir!

¡Por favor dios!

La respiración de Elena era fuerte, no podía casi respirar a causa de la máscara que le pusieron esos hombres.

Estaba en un escenario, tenía una luz sobre ella pero todo lo demás estaba oscuro, escuchaba murmullos y podía jurar que había perros oliendo su cuerpo.

Le dolían sus manos y pies, pues, estaban atadas desde hace tres días.

Tenía frío, estaba desnuda.

Escucho pasos acercarse a ella, pero se detuvo a unos cuantos centímetros.

El hombre tocó una pequeña campaña, con eso los murmullos acabaron y todos prestaron atención a lo que iba a decir.

El hombre comenzó a hablar un idioma que ella no comprendía, pero pudo identificar que era italiano, por las películas que había visto.

No entendió nada, su cuerpo comenzó a temblar y las lágrimas a salir de sus ojos.

El hombre la tomó del cabello para que se levantará, comenzó a señalar su cuerpo desde los pies hasta su pechos, hizo que diera una vuelta y la volvio a lanzar al piso.

Ella no entendia como pudo pasarle eso, hace cuatro días estaba en casa viendo televisión y ahora estaba apunto de morir.

No podía entender el porqué.

“Querido dios... Si te he faltado al respeto lo siento mucho!! Señor, te lo suplico...¡¡ Dejame vivir!! No volvere a decir groserías, no volveré a ser bulgar... ¡¡Seguiré tus órdenes!!... Pero.. Por favor... Dejame... "

Elena le imploraba a dios, pues era el único que podía salvarla.

Escucho que el hombre dejaba de hablar, por un momento todo estaba en silencio.

Pero el silencio duró poco, escucho voces desde los asientos, gritando.

Cuando escucho que el hombre parado a su lado grito...

“Il vincitore è il signore dei Leóne, Congratulazioni!”

A su lado los perros comenzaron a ladrar, escucho aplausos y silbidos.

No sabía que pasaría, tal vez estaban celebrando que la matarían delante de todos.

Pudo sentir como uno de los hombres tomaba su brazo e inyectó algo en su cuerpo.

De pronto se sintió bien, relajada, como si todos los dolores de esos últimos días se fueran.

“Si esto es morir, entonces.. Esta bien....”

Un hombre grande la tomo y se la coloco en su hombro, el también llevaba una mascara.

La llevo a una habitación y la coloco en una mesa de metal, parecía un cadáver.

Después de salir de la habitación, dos mujeres entraron vestidas de enfermeras.

Comenzaron a peinar, maquillar y arreglar a Elena, cortaron sus uñas y la vistieron con un sostén blanco de encaje, una camisa de tirantes delgados y sobre ella una camisa transparente con bordados de color negro y un pantalón de color negro.

Al terminar, una de ellas se acerco a un botón en la pared, un hombre delgado y alto entró y sacó la mesa con Elena.

La llevó hasta un auto y la acostó en el asiento trasero.

El chófer al ver el producto en el auto comenzó su viaje.

Elena comenzó a parpadear, se sentía cómoda, por un momento pensó que todo había sido una pesadilla por comer dulces.

Pero su tranquilidad duró poco al ver a su alrededor, no era su habitación, se levantó de golpe sentándose en la cama, era una habitación enorme y preciosa, de esas que salen en las películas que ella veía con su mamá sobre gente rica y poderosa.

Tenía miedo de salir de la cama.

Pasaron minutos, ella quería analizar la habitación, ver si era un sitio de tortura o de asesinatos..

Escucho un ruido en unos de los muebles, quería levantarse y ver pero ya era tarde.

Un hombre se levantó de él y se aproximó a ella.

Era alto, su cabello era negro y su piel blanca como la leche, tenía unas cejas gruesas, labios delgados y ojos cafés claros.

Era atractivo, el corazón de Elena palpitaba rápido y su respiración era fuerte.

El hombre se detuvo a unos pasos de ella.

“Come ti chiami?”

Su tono de voz era grueso pero no parecía la de un monstruo.

Elena no sabía que responder, no entendía nada de lo que dijo.

“Sei sordo?”

Elena comenzó a ver a los lados, buscando alguna salida por la cual huir.

Su vista volvió al hombre de pie, pudo notar sus cejas fruncidas, se estaba molestando.

Solto un suspiro, su vista se fijó en el suelo y hablo.

“lo siento, no lo entiendo señor”

El hombre después de escucharla comprendió que no hablaba italiano, maldijo para sus adentros, no le gustaba hablar español fuera de sus negocios.

“Entiendo... Como te llamas?”

Se sorprendió el escuchar su voz y volteo a verlo,hablaba muy bien español, apenas y tenía acento.

“soy Elena.. ”

El hombre la miro de arriba a bajo, no era una mujer voluptuosa, no tenía unos pechos gigantes pero se podían notar lo suficiente, sus piernas eran delgadas, su cabello largo y negro, su tono de piel era del color del café con leche y sus ojos negros como la noche.

Elena se preocupo, ya pasaron varios minutos y aquél hombre no había hablado pero se sorprendió cuando sonrió y se acerco a ella, se sentó a su lado y tomó su mano.

Depósito un suave beso y levantó su cabeza, sus labios se movieron creando una sonrisa.

Se sintió nerviosa, nunca habían hecho eso con su mano.

“Elena... Valiste cada centavo"

La cabeza de le daba vueltas.

¿Centavos? ¿El la compró?¿Era su dueño?.

Su cabeza se lleno de preguntas pero fue interrumpida cuando el hombre se acerco a su oído y murmuró..

“Querida Elena, ahora será mi esposa, felicidades... "

Su cara se volvió la imagen de la sorpresa, su boca se abrió un poco, sorprendida por esa información.

Miro a aquel hombre y solo pudo verlo sonreir.

“Dios, cuando me refería a “dejame ir” no era ir a un matrimonio!!!!”

“definitivamente tendré que elegir mis palabras al hablar con dios!!”

Querido dios... ¡NI SE TE OCURRA!

La mente de Elena era un desastre, las preguntas eran demasiadas, pero no queria hacerlas, tal vez molestaría al hombre a su lado y no queria recibir alguna clase de maltrato.

No pudo evitar pensar en su madre, en sus hermanos, tíos, primos... Su familia.

¿Qué pasará con ellos?¿La buscarían? ¿Por cuánto tiempo? ¿Verán su cuerpo en las noticias?

No pudo evitar que las lágrimas salieran, el solo pensar que su vida ya habia terminado, no era una vida perfecta, Dios sabe que no, pero era su vida y ya se la quitaron.

Cierto, no estaba muerta pero de igual forma ya su vida no le pertenece.

Se preguntó si era por no haber ido a la iglesia por mucho tiempo, no tener la comunión o porque se perdio la misa navideña.

Elena por un momento sonrió por sus pensamientos y soltó un ¡Ja!.

Tener un conflicto religioso en esa situación era muy ridículo, no importa lo que pudo haber hecho en el pasado porque de igual forma ya está en esta situación.

El hombre a su lado solo podia ver como lágrimas salian de sus ojos, esperaba un llanto desesperado o gritos pero solo eran lágrimas, ningún sonido salia de su boca o se movia.

Sus ojos estaban... Vacíos, sin ninguna emoción que seria normal en esa situación, tal vez estaba en shock.

Estaba por levantarse para pedirles a cualquiera de sus empleados que le llevarán un vaso de agua.

Cuando ella de la nada sonrió y de su boca salio una carcajada.

Se sorprendió por eso, se esperaba preguntas o insultos.

- Elena, ¿te encuentras bien?.

Su mirada se posó en el hombre a su lado, había olvidado por un momento su existencia, no sabía que debía responder.

El hombre se estaba poniendo impaciente por el tiempo que le toma a ella responder, sus pensamientos ya estaban maquinando lo peor.

"No es una pregunta tan difícil... Tal vez sea retrasada o algo así"

Ella podia ver como la vena en la frente del hombre se hacía mas visible, debia responder y rápido.

-Esto.. Mmm.. Si, estoy bien, solo que estoy... -se toma un segundo para pensar en la palabra correcta de como se sentía - un poco...

Mira al hombre a los ojos y se pregunta si estaría bien decirle la verdad, No parecía ser alguien violento pero en esos días le pasó de todo así que podía ser posible que la lastimara.

Pero debía responder, así que diría la verdad, no importa que pasara.

-Bueno, físicamente, pues, no he dormido y/o comido bien en tres días, me duelen los pies, manos y brazos por los amarres que me han hecho para no moverme.. - suspira y mira al suelo - no me he limpiado y me siento sucia... Emocionalmente, pues, obviamente me siento confundida por ser secuestrada y vendida como un par de zapatos, asustada por..

Su mirada se posicionó en sus ojos y tomo una bocanada de aire para poder tener la fuerza para seguir hablando.

- Por no saber que clase de hombre eres y que me harás -levanta sus manos- sin ofender, pero entenderás que el "Comprarme" no es muy “normal”, además, me duele la cabeza por tener una crisis existencial religiosa... Y eso es todo.

El hombre no habia dicho palabra durante el discurso que había dicho elena, estaba sorprendido por la sinceridad de la chica, las mujeres a su alrededor habitualmente solo decían "estoy perfectamente" o "claro que si".

No estaba acostumbrado a la sinceridad, menos en mujeres que deberían estar en shock.

En su rostro se dibujo una sonrisa y la vena de su frente desapareció.

"Definitivamente, esta chica sera divertida"

Elena se asusto por el repentino cambio de humor del hombre, tal vez ser sincera no era buena idea después de todo.

"Carajo, me matará, lo hará, ya lo vi todo, adiós mundo cruel..."

El hombre siguió observándola, ella comenzó a sentirse incomoda, penso en decirle algo pero veía que el seguía con una sonrisa en su rostro.

"Tal vez piensa en como torturarte y matarte, listo, ALLÁ VOY SAN PEDRO!!!"

Al pasar los segundos, solo esperaba que el se abalanzara y matara, pero no pasaba nada.

"Vamos Elena Isabella Hernández González... Que nombre tan feo tengo, mi mama estaba muy loca cuando me lo puso, ni idea de que pensaba, ni rima... Ahhhhhhh, por dios!!"

Nego con su cabeza y cerro los ojos.

"Elena, yaaaaa!! Estas divagando... Bien, solo debes preguntar si esta bien o sufre una embolia, bueno, si la sufre no me podria responder, asi quee... Elenaaaaaaaa, no divagueees!!! Espera, pareces una loca, ojos cerrados y hablando mentalmente sola.. Obviamente que sola, ni modo que hable mentalmente con alguien, bueno,... Ahhh debe estar viéndome, bien, abriré mis ojitos y le preguntare si esta bien".

Se armo de valor y al abrir sus ojos, Pudo ver qué por fortuna el ya no sonreía, pero seguia viéndola con esa cara sin expresiones.

Debía hacer algo o sus nervios no podrían más.

-Señor comprador, ¿Esta bien? Me refiero que se comporta extraño...-murmuro eso último- aunque no lo conozco y no se que sería extraño para usted.

El hombre se levantó de la cama y le ofrece su mano, ella la observa sin saber si debia tomarla o no.

-Querida señorita, no le hare nada, se lo juro.

Su mano se acerca a la del hombre, antes de tomarla suelta un pequeño suspiro.

"bueno, ya que..."

Al tomarla sintió un pequeño tirón hacia arriba, se levantó y siguió a su comprador a través de la habitación se detiene frente a una puerta con un picaporte dorado.

-Este, es el baño, Siéntete libre de usarlo, adentro encontrarás todo para tu cuidado personal.

Continuó Caminando, se detiene enfrente de unas puertas blancas.

-El armario, el subastador dijo tus medidas asi que mañana se llenara con ropa adecuada para ti, por ahora solo te quedaras con la bata de baño que esta allí - señala a la mesa de noche que esta al lado de la cama- te quedará.

Siguió caminando hasta detenerse frente a la cama nuevamente.

Ella solo podia mirarlo confundida y definitivamente extrañada.

No era normal que un secuestrador sea así.. O eso le había enseñado la televisión.

Sus dudas pudieron más y decidió hablar.

-Señor comprador, ¿Por qué me es-..

El hombre decidió interrumpirla.

-Querida, no me gusta que me llames así, por favor, utiliza mi nombre o llamame señor.

La vena de su frente estaba volviendo, los apodos no eran de su agrado y mucho menos el “señor comprador".

Ella se sintió un poco avergonzada, tal vez lo habia ofendido.

-Bien, esto.. "Mierda no recuerdo su nombre" -desvía su mirada nuevamente al suelo- Señor, tengo una pregunta.

El se relajo, ser intimidante no era bueno para esta situación o la chica se moriría de un infarto y sería dinero gastado.

-Puedes hacerla, adelante.

Lo mira nuevamente a los ojos y al ver que la tensión bajo un poco decidió hablar.

-¿Por qué me esta diciendo donde queda el baño y el armario?.

El hombre sonrie, definitivamente se iba a divertir a su lado con sus preguntas.

-Querida mía, he dicho que serás mi esposa, por eso debes conocer "nuestra" - haciendo énfasis en nuestra- habitación.

Ella no paso por alto el como dijo nuestra, bien, los nervios volvían a ella.

-Señor, no le entiendo, ¿A que se refiere?

El volvió a pensar si tenía alguna discapacidad de comprensión, no era muy complicado.

Decidió explicarlo de manera simple, cómo si de un niño se tratara.

-Bien, bueno, TU - la señala con su dedo- y YO - se señala- nos casaremos.

Bien, definitivamente se sintió ofendida por esa explicación.

-OIGA! No soy retrasada! Solo no entiendo que estupidez es esa de que seremos esposos!!

Se sorprendió por su reacción, no esperaba que explotará de esa manera, normalmente las mujeres solo sonreían a lo que no comprendían, suspiró.

-Tienes razón, me disculpo por mi comportamiento, está situación es complicada para ti y debo ser más comprensible si seré tu marido.

Tampoco esperaba que el se disculpara.

"Este señor es raro".

- Okay... Ahora por favor, explique lo que esta pasando.

El se separo de elena y se encamino al sofa que estaba en la habitación, al sentarse en el, solo se quedo mirandola.

Pasaron los segundos y ella se empezaba a ponerse impaciente. Cruzo sus brazos y se dirigió hacia el, al estar enfrente el seguía sin decir nada, eso la molesto más.

- Entonceeees...

Quería explicaciones y las quería ahora.

-Entonces... - dijo con una sonrisa en el rostro, le encantaba hacer que las personas se pongan impacientes.

- Señor - rodo los ojos - no se haga el chistosito en este momento.

El solto un bufido, definitivamente compro a la mujer más loca de la subasta.

-Bien, señora seriedad, te dire la razón lógica del porque de esta situación, yo - se señalo- debo casarme con una señorita, osea, tu -la señala- para poder hacer que mis padres se retiren del negocio familiar y me dejen manejarlo, ya que dicen que si no puedo tener una relación como podría manejar bien los negocios -suelta un suspiro- asi que tu, me ayudaras con eso.

No podia creerlo, no era en serio, no podia serlo.

Comenzó a rezar.

"Querido dios, tu que estas en el cielo.."

El se levanta y se coloca enfrente de ella a poco centímetros de su rostro, pudo notar que olía a perfume barato.

Debía ser honesto, ser comprensivo no era lo suyo.

-Se que es confuso y complicado.

Cerro sus ojos por un momento pensando si debía ser honesto se resignó y al abrirlos la miro directamente a los ojos, una mirada amenazante y fría, diferente a la anteriores de diversión o molestia, ella sintió escalofríos por su cuerpo.

-Pero te prometo algo, si arruinas esto.. Si dices que lo nuestro es una farsa o intentas escapar, te juro - se acerca a su oído y susurra- te mataré con mis propias manos.

Los ojos de Elena se abrieron de golpe, debía terminar su oración definitivamente.

"Santificado sea tu nombre...De verdad! Me haces estooooo!!!???? Ni se te ocurra dejarme. Con este loco!!!"

Explicación!

Holis! ¿Cómo están?

Si han leído mi historia se los agradezco muchísimo!

Comenzare a ser muy activa con la historia.

La había abandonado por motivos personales pero ya estoy lista para seguir con la historia de la querida Elena!.

Espero que les guste lo que viene!!

Muchas gracias por leerla!! ☺️

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