Hace dos años...

Murilo siempre mostró gustar de Rebecca, hasta que un día sus acciones demostraron lo contrario.

Rebecca: Y ahora, Murilo?

Murilo: Puedes abortarlo, conozco una clínica.

Rebecca: Estás loco? Cómo puedes querer que haga eso?

Murilo: Yo no quiero ese hijo, amor. No vamos a dejar que esto arruine nuestras vidas. Somos jóvenes y mi negocio me necesita ahora que está creciendo. Después tendremos otro.

Rebecca: No puedo escuchar esto de ti... se queda impactada

Murilo: Mira, Rebecca, estábamos bien y tú sabías que no quiero tener hijos ahora. Por qué no te cuidaste?

Rebecca: Tomé anticonceptivos, los compraste tú mismo. No sé por qué no funcionaron.

Murilo: Entonces creo que es mejor que terminemos. Yo no quiero a ese hijo y tendrás que deshacerte de él.

Rebecca: No voy a abortar a mi hijo. Los dos lo hicimos, así que asumiremos juntos.

Murilo: ¡Basta, Rebecca!

Rebecca: Pensé que te importaba.

Murilo: Me importas, pero intenta entender que este niño solo nos traerá problemas. Si me quieres, tendrás que elegir entre yo y él. Además, Rebecca, tendrás que abortar porque no quiero que ese niño esté por ahí.

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Rebecca le contó a sus padres, ellos la apoyaron, pero Rebecca tenía miedo de Murilo porque él quería que ella abortara. Con la ayuda de sus padres, Rebecca se fue, se fue lejos de Murilo.

Rebecca dio a luz a una hermosa niña, hoy tiene 1 año. Consiguió un trabajo en un hotel de lujo y ahora está siguiendo su vida. Rebecca extraña mucho a sus padres, pero las videollamadas ayudan un poco.

Una mañana fría, lluviosa y con mucho tráfico, allí estaba una mujer retrasada para el trabajo. Rebecca tiene 19 años, trabaja en un hotel como recepcionista. Realiza check-ins, check-outs, responde preguntas, hace registros, realiza reservas, resuelve problemas de los huéspedes, contesta correos electrónicos, cuida la recepción, entre otras tareas... Rebecca habla portugués, el hotel estaba buscando a alguien que lo hablara fluidamente. Ahora vive en el extranjero, pero es de nacionalidad brasileña.

Como escritora de novelas profesional en español, necesitarás reescribir una novela en español. Por favor, ten cuidado de mantener la estructura de los párrafos en su estado original y no añadas ninguna explicación adicional.

Rebeca es una chica de alquiler cuyo salario no es muy alto, pero alcanza para sobrevivir. Al final del mes apenas le queda nada, ya que necesita comprar alimentos y cosas necesarias para Analu, además del alquiler y las facturas. También envía lo que puede a sus padres. Ser madre soltera no es fácil.

Durante todo este tiempo trabajando en el hotel, Rebeca ha entablado amistad con algunas personas, especialmente con Carol, que se ha convertido en su mejor amiga.

Rebeca no se ha involucrado con nadie durante todo este tiempo. En su vida no hay espacio para los hombres, su único enfoque es su hija.

A pesar de trabajar en el hotel todo este tiempo, Rebeca no sabe quién es su jefe. Según sus compañeros de trabajo, él vive en otro país.

Mientras Rebeca está trabajando, Analu se queda con una vecina, que resulta ser la madre de su amiga Carol.

Carol trabaja en el hotel desde hace 2 años, tiene 20 años, está soltera, y vive en el extranjero desde que nació. Siempre ha sido un poco loca, le gusta la fiesta, las discotecas, beber, bailar, salir de casa...a veces logra salir con Rebeca pero es muy raro porque no le gusta dejar a Analú sola, y ya no tiene muchas ganas de salir de casa para divertirse. Rebeca solía disfrutar mucho saliendo, era igual que Carol, pero después de enterarse de su embarazo, su vida y su tiempo fueron dedicados exclusivamente a su hija.

En sus días libres, Rebeca suele salir con Analú al parque, pasa tiempo con ella porque le encanta salir de casa, tal vez porque no sale mucho. Rebeca se esforzó mucho para asegurarse de que a su hija no le faltara nada, cuando ella ya tenía unos meses le fue escaseando la leche, entonces tuvo que comprar fórmula para ayudar, fue el momento más difícil que pasó, sus padres le enviaban dinero pero era poco comparado con lo que necesitaba, igualmente ayudaba mucho.

Rebecca dejó a Analu en casa de la vecina y se fue a trabajar. Mañana tiene el día libre, así que fue muy emocionada a trabajar.

Este es el uniforme del hotel, todas lo usaban, los hombres llevaban trajes y corbatas. Rebecca pasó la mañana trabajando, el hotel estaba lleno de movimiento hoy porque el fin de semana estaba llegando, así que era normal recibir más huéspedes.

Rebecca había registrado a un huésped y estaba esperando a alguien que llevara las maletas a la habitación. Sin paciencia, ella misma las llevó en el carrito de equipaje. Cuando llegaron al ascensor, Carol corrió hacia ella y se sentó en la maleta para ir de paseo. Rebecca no sabía qué hacer, siempre era así, Carol era una trasto. Rebecca corrió con ella llevando las maletas, era una aventura muy divertida, pero si alguien las veía, habría problemas.

Rebecca: No existes.

Carol: ¿Por qué no las llevó Thiago?

Rebecca: No sé, creo que está ocupado, así que lo hice yo mismo.

Carol: Si nos atrapan algún día, te echaré la culpa.

Rebecca: Jaja, eres ridícula.

Carol: ¿Vamos a salir hoy?

Rebecca: Ni lo intentes, me quedaré en casa con Analu.

Carol: ¡Uf!

Rebecca: ¿Vamos a pasear al parque mañana con ella?

Carol: Por supuesto, nunca diré que no.

Rebecca: Llegamos, vamos.

Llevaron el carrito hasta la habitación, después de dejar las maletas, regresaron a la recepción.

Así fue todo el día, mucho movimiento y mucho trabajo. Al final del día, Rebecca se fue con Carol, trabajaban en el mismo horario, de 07:00 a 15:00.

Rebecca pasó por la casa de la madre de Carol para recoger a Analu, ella estaba durmiendo hermosamente, parecía un angelito.

Rebecca la levantó y se fueron a casa, poco después Carol llegó con algo para comer. Rebecca estaba ordenando la casa, todo era un desastre. Comieron juntas lo que Carol había traído y luego Rebecca siguió limpiando, ya que Alanu estaba dormida.

Carol la ayudó, siempre era así. Carol llevaba pan, pastel, galletas, hamburguesas... no porque Rebecca no tuviera, sino porque le gustaba compartir con ella y pasar tiempo juntas, eran inseparables.

Rebecca se duchó y Carol se fue a su casa para ducharse también. Mientras Rebecca descansaba en la sala, Alanu se despertó. Rebecca fue a su habitación y la llevó a la sala para darle el biberón.

Rebecca: ¿Está rico el dedito?

Alanu asiente con la cabeza. Rebecca pone un dibujo animado para que lo vea, Carol entra con una caja de pizza y se sientan en la alfombra a comer.

Carol: ¿Vamos a la plaza por la mañana o por la tarde?

Rebecca: Por la tarde, también quiero ir al mercado para comprar sus pañales.

Carol: Está bien.

Alanu: ¿Darme Mamá?

Rebecca: No, hija, no puedes comer pizza. Después, mamá te hará una papilla rica, ¿vale?

Alanu: Sí.

Carol: Es mucho el amor de la tía.

Rebecca: Dámelo, mamá.

Carol: ¿Cuándo le vas a buscar un papá?

Rebecca: No entra en los planes.

Carol: ¿Se quedará solita, entonces?

Rebecca: Mi hija y yo nos basta.

Carol: ¡Ay, por favor!

Carol hace una mueca, pero a Rebecca no le importa y sigue comiendo.

Al día siguiente, Rebecca disfruta de su día libre, así que se levanta un poco más tarde. Sin embargo, Analu ya se había despertado temprano. Rebecca le da el biberón y se acuesta con ella en su cama.

Después de tomar café, Rebecca se quedó jugando con Analu. Carol fue a ayudarla a preparar el almuerzo y luego salieron. Fueron al supermercado para comprar pañales y Analu vio a algunos niños jugando en el parque frente al supermercado. Ella quería ir allí así que Rebecca pagó y las acompañó hasta allá. A los niños les gustó Analu y estuvieron jugando. Rebecca compró una ensalada de frutas para Analu y como estaba acostumbrada a coger las cosas con la mano, ella tomaba un pedacito de fruta y volvía a jugar. Rebecca dejó a Carol con ella porque se olvidó de comprar leche y fue a comprarla.

Carol estaba con Analu, ella estaba en esa fase en la que si corría mucho, perdía el equilibrio. Analu estaba muy feliz jugando y corriendo hacia Carol para coger más frutas, pero se tropezó y cayó a los pies de un hombre, ensuciando sus manos en su pantalón. El hombre gritó y Analu empezó a llorar. Carol tomó a Analu y comenzó a discutir con el hombre. Rebecca llegó y se acercó al grupo. Al ver que Analu lloraba y él hablaba mal de ella, Rebecca no pudo aguantarse y le dio una bofetada en la cara. Cuando el hombre estaba a punto de hacer algo, apareció un hombre atractivo que lo dejó callado.

Rebecca: No te atrevas a gritarle a un niño otra vez, porque te destrozo. No pienses que tengo miedo de ti solo porque estás de mal humor y eres hombre.

Hombre: ¿Qué está pasando aquí?

Carol: Señor, ¿es este su seguridad?

Hombre: Sí, ¿por qué?

Carol: Perdone, pero creo que debería elegir mejores guardaespaldas. Este matón estuvo a punto de golpear a la niña solo porque se cayó frente a él. Es una niña, no tiene equilibrio constante y él no tiene derecho a gritarle a nadie.

Rebecca: Vámonos, si sigo aquí voy a matar a este hombre... Coge a Analu y vámonos para comprar las cosas

Hombre: Salgan... le dice al seguridad

Perdón por esto, Carol. ¿Está lastimada?

Carol: No, señor. Solo fue el susto lo que la dejó así. Nunca ha escuchado gritos.

Hombre: Bien, cuide bien de su hija y disculpen nuevamente.

Antes de que Carol diga algo, él se va. Parece que Rebecca no ha notado al hombre, estaba tan enojada que solo miró al hombre que gritó a Analu. Analu seguía llorando, Carol cogió las bolsas para que Rebecca la sostuviera en brazos. Tomaron un taxi y se fueron. Analu se durmió en el camino y Rebecca aún estaba nerviosa. Siempre se ponía nerviosa después de pelear. Carol no dejaba de hablar del hombre atractivo. Llegaron a casa, Rebecca puso a Analu en la cuna y fue a la sala.

Carol: No puedo creer que no lo hayas visto.

Rebecca: Quería saber de mi hija, Carol. Solo miré al otro lado, solo vi una sombra.

Carol: Chica, él es nuestro jefe. Perdiste la oportunidad de conocerlo.

Rebecca: No importa, si él está aquí, lo veré mañana.

Carol: Pensó que yo era la madre de Analu, estaba preocupado. Al menos no es como el guardia, ni siquiera tuve tiempo de decirle que tú eras su madre.

Rebecca: Nadie se mete con mi hija.

Carol: Tranquila, ya pasó.

Rebecca: Voy a ducharme, quédate aquí por si ella despierta.

Carol: Está bien.

Rebecca fue a ducharse, dejó que el agua llevara todo su estrés. Apenas si recuerda el rostro del jefe, no tuvo tiempo de mirarlo. Se viste y vuelve a la sala donde Carol está preparando la cena. Hizo sopa, fue a ducharse y Rebecca se quedó en el sofá. Analu se despierta ya de noche, Rebecca la baña y se divierte con ella en la bañera. Le pone el pijama y la lleva a ver dibujos mientras come su sopa. Después de unas horas, se van a dormir.

Al día siguiente, Rebecca se higieniza, se viste y desayuna. Prepara a Analu para que se quede con la vecina, y luego salen a trabajar. Carol está emocionada por el guapo jefe, como ella dice. Al llegar, comienzan a trabajar. A Rebecca no le importa eso, Carol le molesta hablando de eso. Rebecca va a ayudar a una señora y vuelve a su lugar.

El hotel de repente quedó en silencio, todos miraban hacia la puerta, un hombre elegante entró acompañado de tres guardaespaldas, dos a su lado y uno detrás. Rebecca no entendía por qué todos se habían detenido, ella siguió trabajando en la computadora. Carol la pellizcó, entonces Rebecca miró al hombre que la estaba observando mientras caminaba, al hacer contacto visual, ella volvió a trabajar sin prestarle atención. Él volvió a dirigir su atención hacia adelante y entró en el ascensor.

Carol: Eres idiota, ¿por qué no te importaste en absoluto?

Rebecca: ¿Por qué? ¿Has visto la cantidad de trabajo que tengo?

Carol: Él es nuestro jefe, Rebecca, por eso todo el mundo se paró. Este hombre es muy poderoso, ¿sentiste el ambiente cuando pasó? Este hombre muestra su poder simplemente caminando.

Rebecca: No, no sentí nada.

Carol: ¡Argh, no existes, Rebecca!

Rebecca: Sí, es guapo, pero parece que todos ustedes se desmayan solo por verlo, los hombres no lo son todo.

Carol: Dices eso porque has sido decepcionada, ya te lo he dicho, hay hombres diferentes, no todos son iguales.

Rebecca: Vamos a trabajar, que ganamos más.

Carol saca la lengua, Rebecca sonríe y vuelve a trabajar.