CAPÍTULO 1 : PRESENTACIÓN DE LA HISTORIA, DE LOS PERSONAJES, E INICIO DE LA HISTORIA.
Era una noche de esas que a nadie le agrada vivir, con tormenta eléctrica y una lluvia pertinaz que mojaba por completo a los cuerpos de Andrea, Carmen y Beatriz, y que con el resoplido del viento las pasaba a ponerse a titiritar como pollitos recién nacidos del huevo, en una granja del campo.
Hacia frío real y verdaderamente, era un día atípico con respecto de los demás días, puesto que estaban en un lugar de playa, donde normalmente no tenía porque prevalecer tal clima tan adverso, y tan no deseado, al menos no para un lugar en donde su belleza no solo se debía a sus paisajes, si no también a lo benévolo de sus temperaturas, de sus aguas, por ser un lugar de hermosas aguas de mar, así como de un clima, atrayente para todo mundo, proveniente de cualquier parte de nuestro mágico planeta, siempre bello más a como ellas en ese instante lo apreciaban, no tan perfecto.
Andrea era delgada, poseía un encanto y carisma naturales, era rubia, con unos ojos color verde aceituna, tenía una estatura de 1.85 mts, la cual le daba una presencia que imponía un elevado nivel de admiración, y respeto por parte de los demás cada que la observaban..
Andrea provenía de un estrato social de clase media alta, su padre era un médico oncólogo nacido en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México, lugar de nacimiento de Andrea y también de su madre , misma que se dedicaba a las labores del hogar, y atendía a un negocio de cocina económica.
Andrea era risueña, alegre, realista, capaz, y ostentaba tener un liderazgo intenso que la hacia destacar ante cual quier otra persona, era hermanita de una adolescente y de un jovencito.
Carmen por su parte era de complexión robusta, ya que en sus ratos libres practicaba fitness y baile de Zumba, poseía una mirada dotada con unos ojos castaños, pelo también castaño, con una altura de 1.72 mts y un color de piel totalmente blanco.
Carmen provenía de un estrato social de clase media, su papa era un Contador Público por las mañanas, y un técnico Laboratorista de medio turno por las tardes, y radicaba en el estado de Morelos, mas su padre había nacido en Reforma, Chiapas, México. Carmen y su señora madre eran oriundas del estado de Morelos, siendo que esta última era ama de casa.
Carmen tenía un marcado imán y un carisma natural para las amistades, poseía una inteligencia emocional que le permitía relacionarse para con los demás, con una estupenda facilidad, y era así la que mantenía la unidad entre ellas tres.
Beatriz estaba un tanto regordeta, mas tenía una buena condición física, puesto que corría 3 km cada día que tenía de descanso, y de pernocta, en la ciudad de México, Beatriz era morena clara, con unos ojos negros brillantes que le iban a su piel, y a su pelo negro, siendo de las tres la más bajita de estatura, pues la misma no rebasaba el 1.65 mts.
Beatriz provenía de un estrato social de clase media baja, y había sido secretaria ejecutiva, y enfermera por cuatro años en el seguro social, antes de haberse realizado.como sobrecargo de aviación, por lo que de las tres era la que más difícil la había tenido, puesto que su padre era mecánico en un taller de una automotriz, vamos ni si quiera hubo de tener su propio taller, él era originario de la ciudad de México al igual que su mujer, quien para ayudarlo en los gastos de la casa, fuese que lavaba ajeno, por lo que Beatriz había de laborar como secretaria, para costearse sus estudios, primero de enfermera y luego como sobrecargo de aviación.
Beatriz era nativa de la ciudad de Córdoba, Veracruz, México. Lugar en donde por motivos de que en aquel entonces trabajara su progenitor, en un taller de una conocida empresa del transporte público de aquella localidad, fuera que por vivir él y su esposa en a quel lugar, nacieran allí, Beatriz y sus cuatro hermanitos varones. Beatriz era feliz y carecía de complejos, aunque a simple vista no lo pareciera, y ocurría que de las tres ella contaba con una tenacidad más marca da en cuanto a su persona.
Aquella noche de la lluvia pertinaz y tormenta eléctrica que las tres hubieran de vivir, parecía que no dejaba de llover, y al agua de la lluvia ese viento helado la pasaba a poner de aun tanto en tanto muy fría, el agua se derramaba sobre de aquella ciudad turística, a la que habían arribado Andrea, Carmen y también Beatriz, al haber abandonado, el vuelo del avión que las hiciera llegar hasta aquella ciudad repleta de turistas, luego de que hubieran terminado su jornada de labores en la cabina de pasaje del vuelo que abandonaran re recientemente, por aquellas noches de clima frío intenso.
Era así como estaban dejando de laborar aquel día las tres sobrecargos de aviación, de aquella línea aérea, y ya solo les quedaba abordar el taxi del puerto aéreo para así haber llegado por fin al hotel de pernocta, que con los viáticos de la aerolínea es que iban a pagar, y que en aquel momento dentro del taxi se protegieron del viento, que con su intenso resoplido les había aventando el agua a puras y grandes cubetas de agua, y de más agua, aun por debajo del techo de protección con que contaba el sitio de taxis, de aquel puerto aéreo, pues no bastaba como para haberlas cobijado del aguacero, intenso e incesante que por esos tiempos y momentos de sus vidas, era que así los estaban pasando a vivir, y a experimentar, las mejores colegas del mundo, las mejores sobre cargos de Aviación, pero sobre todo las tres mejores amigas también, y ello siempre lo habían demostrado entré si, más ese momento en sus vidas sería un momento también a típico, tal y como acontecía con el clima, pues era tan a típico que su amistad por igual iba a estar a prueba.
CAPÍTULO 2 : LA LLEGADA AL HOTEL DE PERNOCTA Y AQUELLA GRAN DUCHA.
Ah Andrea le tocaba en aquella ocasión liquidar el costo del viaje en taxi al hotel, y que aunque ya iban dentro de este, todavía tuvieron que bajar del mismo para tener que soportar al viento que les aventó a el agua de la lluvia, literalmente a cubetas de agua.
Andrea) - ¿Cuánto va a ser joven?,
- doscientos cincuenta pesos señorita,
(Andrea) – Aquí tiene por favor cóbrese, - Haber permítame me da $ 500 pesos y ahora le doy $ 250 pesos, me bajo para entregarles su equipaje.
El equipaje de las tres era el clásico maletín que se jalaba con la mano, y mediante de una agarradera, maletín que se observaba en cualquier puerto aéreo del mundo, ya desdé aquellos tiempos y momentos de la historia del nuestro mundo.
(Beatriz) – Deme el que está primero a su alcance,
Beatriz como que quiso adelantarse con respecto a Andrea, mientras que Carmen tomó primero el maletín de esta última para habérselo pasado , y luego con su mano diestra agarraba el suyo.
Beatriz otra vez quiso adelantarse con respecto de Andrea, y se dirigió hacia la recepción de aquel lugar donde se hospedaron, esto lo realizaba sin vacilar y sin cesar, como que deseaba evitar que Andrea se le logrará adelantar, como demostrando que ella, Beatriz, también tenía valía, y lo había hecho igualito por de debajo del techo que debía de dar cobijo de la torrencial caída del agua, esto en el lugar de aparcamiento de los taxis del puerto aéreo, que no era lo suficientemente ancho, el techo, como para haber cubierto a los pasajeros de cada nave, de la torrencial caída de la lluvia fría de aquella noche nublada y helada de invierno, que aún sin querer la experimentar lo tenían que hacer, pues estaban haciendo su trabajo amado, su trabajo de sus vidas y de sus sueños.
Carmen) – Vamos Andrea que el aguacero no quiere amainar. – Aquí voy Carmen, no creas que no quiero ponerme por debajo de la caída de agua caliente, de la regadera del baño de la habitación del hotel. (Carmen) – Si ese es el apuro de Beatriz.
Para cuando alcanzaban a Beatriz en la confortable recepción del hotel, ella recién había comenzado a registrarse, ella era así, auténtica y real, ella no tenía nada que esconder a sus colegas, si pero también ante todo ante sus mejores amigas, nada necesitaba ocultar.
La entrada a la recepción del hotel era amplia, acogedora, y en si espaciosa, era la típica recepción de un hotel de cinco estrellas, de un hotel de gran turismo, de un hotel estimulante para cualquiera de sus huéspedes, que lo elegían cada vez que visitaban aquel hermoso lugar paradisíaco del pacifico Mexicano.
Y una vez que se registrara Beatriz, esta exclamó :
– Les he ganado muy seguramente el baño de la habitación, en ella nos ve mos. (Carmen) –Si claro, nos saliste avispada.
Beatriz se dirigió a la habitación 307 que fuera la que les asignara la recepcionista, ella dirigía todos sus pasos y movimientos hacia esa habitación número 307, siempre pensando y jamás olvidando lo que representaba el conseguir llegar, estar ya en ella, pues el hacerlo era poner fin total a esa horrible sensación del frío, del cansancio, y poder por fin ponerse a descansar, y poder disfrutar de una rica cama, esto era el motivo por el cual Beatriz se esmeraba en dirigir sus pasos y movimientos en directo de esa habitación 307, y en directo de la caída de la muy seguramente, deliciosa agua caliente, y de su confortable baño.
Por otro lado los pilotos del vuelo de Aeroméxico, que ellas acababan de dejar, continuaban la jornada del mis mo hasta la ciudad de pernocta para ellos, que no era otra que la ciudad de México, a los pilotos les tocaba pernoctar en su camita, y ellas en el sitio turís tico de Ixtapa Zihuatanejo, México puesto que en aquella ocasión así les había tocado.
Y no obstante de que estaban en aquel lugar, ellas sentían el duro estado de la estación del invierno, estado del tiempo que se debía al cambio climático del planeta.
Para cuando llegaran a la habitación 307, Carmen y Andrea, ya Beatriz se encontraba dándose una ducha, en a quel lujoso baño de cinco estrellas.
Carmen se bañaría después, ya que le había ganado el volado a Andrea, con una vieja moneda de un peso de los años setentas, que Carmen llevaba siempre consigó.
Beatriz salía del baño y se ponía a platicar como perico con Andrea, como que quiso decirle te gane, esto mientras que Carmen se daba su baño. Carmen se duchaba y tomaba su tiempo por debajo de la cromada regadera, y entre los vapores que generaba la caída del agua caliente de está, fue que tal escenario, aunado a lo lujoso del baño de la habitación de aquel bello lugar, es que Carmen se estimulaba y disfrutaba de una buena ducha, en ese hotel de gran turismo.
Cuando salió del baño Carmen, Beatriz habló más suelta con ella, puesto que Carmen era la que mantenía la unión de las tres sobrecargos de aviación.
Andrea por fin se dejaba querer por la caída del agua caliente de la cromada regadera, de la habitación 307 de aquel hotel de gran turismo, mientras pensó para sí :
- Él último lo saborea mejor. Y si, así era, ya que después de ella no había otra en turno, y Andrea se dejaba querer por más tiempo por aquella caída de agua caliente, y por los vapores que esta generaba.
Para cuando Andrea saliera del baño, se encontró con Beatriz ya dormida, bueno, eso ella trataba de que pensaran ambas, y fue así que Carmen y Andrea bajaban al restaurante del hotel a cenar algo sabroso como todo lo que en esos lugares se acostumbraba cocinar.
Y cenaban bien, pues inconscientemente presentían lo que la vida les depara ría a las tres sobrecargos de aviación, para el día que hubo de llegar con bastante prontitud, y sobrecargos que prestaban sus servicios en la aerolínea de Aeroméxico.
CAPÍTULO 3 :DE REGRESO A UN DÍA NORMAL DE LABORES EN ESA PROFESIÓN TAN AMADA
Andrea y Carmen habían decidido llevar algo para cenar a Beatriz, pero más bien hubo de ser algo para desayunar, pues se había quedado en aquella vez, en verdad, entre los brazos de Morfeo, y así fue, no la dejarían sin haber probado bocado, pero tampoco la despertarían, ya que presentían ambas que las tres necesitarían, de todas sus fuerzas, para su siguiente turno de labores, mas no lo comentaban entre sí.
Cuando les llegara el amanecer a Carmen y a Beatriz, Andrea ya se había duchado, y a la vez metido dentro de aquel uniforme, de sobrecargo de aviación, de Aeroméxico, que bien sabían portar las tres, y que en esos instantes del tiempo, más que nunca lo tendrían que demostrar.
Carmen sacaba de su maletín de sobre cargo, aquella moneda de un peso viejo, de los años setentas, y le ganaba el volado a Beatriz, misma moneda con la que había vencido anteriormente, a Andrea, era su moneda de la buena suerte, misma que le hacía ganarle, el baño a Beatriz, a lo que inconscientemente Andrea era que comentaba :
(Andrea) – Bueno, no será tan malo,
(Beatriz) – ¿Tu también te sientes inquieta Andrea?.
(Andrea) – sí pero no tanto, ya que al menos hoy no has querido ganarme el baño o ganarme en algo, Beatriz solo se encogió de hombros y ya no comentó nada.
(Andrea) – Al menos tenemos a ese peso viejo de los años cincuentas de
nuestro lado, a lo que Carmen replicó desde el baño
(Carmen) – De los años setentas,
(Andrea) –Bueno me entendieron que para el caso es lo mismo, Beatriz se me olvidaba, Carmen y Yo te trajimos algo para que pudieses tomar tu desayuno, ya que tú no has cenado nada, Beatriz se volvió a encoger de hombros, ya que le gustaba competirle y celar todo a Andrea, pues sus motivos escondidos ella tenía.
Y mientras Carmen se duchaba, Beatriz se desayunó el sándwich club que le trajeran a ella Andrea y Carmen, quienes pensaban desayunar del comisariato del avión.
Cuando Carmen salió del cómodo, confortable, y calientito baño de aquella habitación de gran turismo, Beatriz ingresaba a este para bañarse casi de inmediato, pues a diferencia de la última vez en que lo había hecho, en esta y por esta ocasión ya no había tiempo que sobrara para tardarse algo demás, por debajo de aquella regadera cromada, con una sabrosa caída de agua caliente, ya que el mal tiempo persistía en aquel lugar turístico de Ixtapa, Zihuatanejo, México esto por el segundo frente frío de aquel año.
Una vez que salió del baño Beatriz, Andrea y Carmen ya le estaban aguardando en el amplio, espacioso, y bien iluminado lobby del hotel.
Y era igual y de la misma manera, que aquella lluvia continuaba, solo que lo realizaba ya al chipi chipi, esto era gota a gota.
Carmen ya había llamado al sitio de taxis, número telefónico que solicitara en la recepción del acogedor lugar. Y justo al aparecer Beatriz de entre el veloz, rápido, y oportuno ascensor del hotel, era que había llegado un taxi para las tres Sobrecargos de aviación.
En esa ocasión era un auto más cómodo y con un cierto grado de más performans, llevaba un equipo que calentaba a todo lo que era en si, su interior, contaba con un disco compacto con fuente de poder, y un letrero grande, y a la vista de todo el pasaje que lo pasara a abordar, y que a la letra decía, "prohibido fumar brother´s" y la música que tocaba el equipo del disco compacto, era música cristiana, música que logro aligerar, los nervios de las tres sobrecargos de aviación.
En esa vez le correspondía a Beatriz haber pagado el servicio del radio taxi, servicio que era de mayor calidad puesto que no era colectivo, y que desde que lo habían abordado lo notaran las tres.
(Beatriz) - ¿Cuánto va a ser jovencito??
(Taxista) – Solo trescientos pesitos primor,
(Beatriz) - ¿Cómo si ayer con todo y la lluvia nos cobraron solo $ 250 pesos?
(Taxista) – Sí pero este llego hasta ustedes primor, pues es un radio taxi, además yo le cargue sus maletines desde el lobby del hotel, hasta la cajuela de mi nave, mi adorable primor.
El taxista estaba con la razón de su lado, no obstante que tenía una menor preparación académica con respecto del anterior trabajador del volante.
Carmen y Andrea solo se dedicaron a escuchar la conversación de Beatriz con él taxista, y solo al final del jaleo entre ambos, fue que Andrea intervino un poco pero intervino, pues se daba cuenta que Beatriz comenzaba a hacer coraje.
Andrea) – Bety págalo, no te apures entre las tres nos arreglamos,
A lo que Beatriz cedió con respecto del trabajador del volante, quien solo apunta,
(Taxista) – Ya ve mi reinita, no haga coraje que sus violetas se le van a marchitar, y es que Andrea, Carmen y Beatriz nunca habían volado hacia a quel destino del Pacífico Mexicano, y por tanto no habían de conocer las tari fas de los taxis con exactitud,
(Taxista) – Bueno ya llegamos madrecitas, en seguida les entregó sus maletines y que tengan buen vuelo, a lo que Andrea apuntó,
(Andrea) – Muchas gracias señor, que tenga buen día, (Taxista) – Buen día mi adoración, y el taxista abrió con su mano diestra la puerta de su taxi, para así haberlo abordado, y acelerado, y se perdía en aquella maña na por la carretera con todo y su taxi.
Ese día Sábado había algo raro en el ambiente, algo que estresaba a
Andrea, Carmen, y a Beatriz, y con esa sensación ingresaban al puerto aéreo, justo por la zona donde se despachaban los vuelos de la aviación privada, saludaban al despachador de vuelo y se perdían por entre las avionetas de plataforma general, mientras caminaban hacia plataforma comercial, que era en donde abarcaban los reactores comerciales, y en si toda nave que fuera XA(Extra-Alfa o de pasaje que es lo mismo).
Ya habían abordado el vuelo 615, e iniciaban con todas sus responsabilidades, y habiéndose puesto ya a las ordenes del Capitán Mendiola, el comandan te de aquel reactor comercial, Carmen iniciaba con el show de cómo se utiliza ría la mascarilla de oxígeno, en caso de que la nave se había despresurizado, todo marchaba en orden aquel día nublado y faltó de viento de superficie, y en general faltó a cualquier altitud por ser las 07:00 am de ese día Sábado de invierno del mes de Diciembre, razón por la que los vuelos fueran a tope.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play