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En La Cocina De La Mafia

Presentación

Mi nombre es Lola Acosta, tengo 24 años, tengo el cabello negro oscuro, pero realmente oscuro, mis ojos son verdes, soy bajita y gordita, si lo sé, no soy la epítome de la belleza, aunque muchos chicos me han halagado, pues para algunos tengo ya saben, buenas curvas, buenos pechos, trasero y muslos. Mi idea del romanticismo se basa en las novelas de mafiosos que tanto me encantan leer, si lo sé, soy rara y no imaginan cuánto, pues verán, tengo un IQ de 130 lo que me hace una cerebrito o algo así, ustedes dirán alguien así debe ser muy importante pero, no, se equivocan soy… nada, sólo una hija intentando ayudar a su padre y hermana. Cuando tenía 15 años mi madre falleció en un accidente, dejándonos a mi hermana y a mí al cuidado de mi padre, yo estaba en la universidad, si, en la universidad, estudiaba administración de empresas, pero mi padre no pudo con la pena y encontró refugio en el alcohol, tuve que dejarlo todo para hacerme cargo de mi pequeña hermana de 6 años, pues mi padre no podía hacerse cargo ni de el mismo. Dejé de estudiar y empecé a trabajar para ayudar en casa, además de criar a mi hermana, después de varios años enfrenté a mi padre, diciéndole que si no cambiaba nos iba a perder a ambas, dejó la bebida pero nadie lo aceptaba, pues no confiaban en un alcohólico en recuperación.

Durante muchos años trabajé en un hotel, dónde gracias a mi inteligencia y habilidades fui escalando posiciones hasta llegar a ser la jefa de eventos, la paga y el trabajo eran buenos excepto por mi jefe, el cretino, pero sabía cómo librarme de él.

Han oído eso de que "de buenas intenciones está lleno el infierno", pues creo que al fin entendí ese dicho, ya que después de realizar una buena acción por un demonio, fuí directo al mismísimo infierno, el problema fué que me enamoré del mismísimo diablo y ahora este amor será mi ruina, perdición y castigo o tal vez, sólo tal vez no.

Mi nombre es Christopher Morelli, soy el jefe de uno de los imperios más grandes del mundo, el Dios de la mafia italiana, soy sexi, muy sexi, ojos negros, cabellos igual de negros, una figura escultural, debo estar en forma por qué en este mundo uno nunca sabe lo que pueda suceder, tengo tatuajes, algunos con significados, otros porque me gustaron y el emblema de mi familia, un tigre en mi pecho izquierdo, tengo 35 años, sin embargo me han dicho que parezco de unos veintitantos años, si así de "en forma" estoy, mi vida siempre a sido rutinaria enviar y recibir drogas, matar a algunos enemigos, atar algunos cabos sueltos y coger, si, así es como me quito el estrés algunas veces, no me molesta traer mujeres a mi casa, pues tal vez no vuelva a verlas y no me importa que pase con ellas después de irse, miren soy un patán, lo reconozco, pero sigo ciertas reglas.

1-Mi familia es lo primero en mi vida

2-No violo, si una mujer quiere ser mía lo será y si no, no me interesa, bueno eso nunca ha pasado, ningúna se ha resistido a mí

3-No me meto con los niños

Mi vida es, dentro de lo que cabe, simple, no le rindo cuentas a nadie, hago lo que se me venga en gana, sin consecuencias, mi familia consta de mi hermana y mis padres, quienes me heredaron el negocio, Ivana ( mi hermana) también se encarga de algunos negocios, sí, una familia de mafiosos, no confío en nadie excepto en mi familia y Héctor, mano derecha y guardián.

Bien, ¿Qué más puedo decir sobre mí? Me gustan las mujeres bellas, delgadas y con buen cuerpo, pero entonces un día en la casa de mi socio, un olor delicioso me hará volver a ver la mujer que me encantó desde la primera vez que la ví, pero ella no es mi tipo, es gorda, sólo que esos ojos verdes me encandilan, ella volteará mi mundo de cabezas, haciéndome actuar cómo si fuera otra persona y sin siquiera proponérselo me conquistará, me tendrá en sus manos aunque yo sea demasiado orgulloso para decírselo, eso me hará extremadamente vulnerable, pues se convertirá en mi talón de Aquiles.

Hola sólo quería comentarles tres cositas:

1-No habrá mención de nombre para una siguiente novela.

2-En esta historia habrá conversaciones en italiano y ruso pero no las escribiré en ese idioma y luego de nuevo al español, para que sea menos complicado de leer, si recalcar que se está hablando en tal idioma y tal vez sólo algunas pequeñas frases si las escriba en el idioma original, veremos en el desarrollo de la novela

3- Espero disfruten leerla tanto como yo escribirla

Muchas, muchas gracias por leer mis historias, los quiero mucho y me complace saber que les gustan.

🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗🤗

Está historia fué editada, ya que me la borraron por el contenido erótico.

Capitulo 1

Christopher

Me encontraba en la oficina de uno de mis casinos, el principal, tengo varios en toda Italia y en otros países, además, también soy propietario de varios clubes nocturnos y hoteles, negocios lícitos que sirven como fachada para los ilícitos. En fin, estaba en mi escritorio mientras una de mis chicas me estaba haciendo un oral, aunque mi cabeza no se concentraba en ella, pero no importaba, eso servía para descargar.

-Maldición!- grité, la chica continuó pensando que lo decía por placer, pero era por frustración

La tomé de los hombres y la levanté, haciendo que se sobresaltara, la giré y coloqué sobre mi escritorio subí su falda, no tenía ropa interior eso lo hizo más fácil, entré en ella de una sola estocada, haciéndola gritar de placer y dolor por lo impetuoso de mi embestida, sujeté su cabello y lo estiré, llevó su cabeza hacia atrás, mientras salía y entraba y, carajo! Mis pensamientos de nuevo no se concentraban en la maldita chica.

-Christopher haaa

-Cállate- rugí

Al final acabé dentro de ella, tomé unas servilletas de mi escritorio, me volteé y limpié, miré a la mujer que estaba recostada en mi escritorio mientras arreglaba su ropa.

-Cuándo lo repetimos guapo?

-¡Lárgate! Tengo una reunión importante en una hora

Ella sólo aceptó y se fué. ¡Maldita sea! Tres meses ya y aún sigo pensando en… la puerta se abrió.

-Hermano la reunión con el ruso Petrov es en una hora

-Si ya lo sé Héctor- me levanté y me serví un vaso de whisky

-Te sucede algo?

-Nada

-Mmm sabes? Llevas así tres meses, estás algo irascible, bueno más de lo habitual, desde el atentado en ese hotel

-Lo dices en serio? ¡Claro que estoy molesto! Alguien intentó asesinarme a mí y a otros miembros de la mafia, ¡ya van tres meses y aún no damos con el culpable!

-Bueno no ha sido una tarea fácil, él o los sujetos cubrieron bien sus huellas

-Maldita sea!- bebí de un sólo trago el licor

-Será mejor irnos, luego hablaremos de eso

-Sí, vamos

Salimos del casino y nos dirigimos hasta mi auto, Héctor conducía, un auto con cuatro hombres bien amados nos seguía detrás y otro adelante a cierta distancia, Petrov era mi socio, pero uno nunca sabe, a veces los negocios no terminan tan bien como uno esperaba.

Cuando llegamos a la mansión del ruso, ví a sus hombres completamente armados, posicionados en lugares estratégicos. Antes de salir del auto tomé mi arma y la coloqué en mi cintura, en el cinto del pantalón, ocultándola debajo del saco, en cuanto bajé fuí recibido por Petrov, quién se acercó de inmediato hacía mí.

-Christopher amigo, es un gusto verte

-Dimitry lo mismo digo

Nos saludamos de manos muy formales y entramos a la casa, decidí que Héctor se quedaría en el auto mientras yo entraba con dos de mis guardias. Llegamos hasta el comedor, en cuanto entré un olor inundó mis fosas nasales, algo olía delicioso.

-¿Qué es ese olor?

-Es la comida, tengo una cocinera que hace magia en la cocina

-Mmm sabe tan delicioso como huele?

-Ya lo verás, escucha, almorzamos y luego hablamos de negocios ¿qué te parece?

-Normalmente me negaría, pero sabes que me gusta la buena comida y eso huele delicioso, así que en esta ocasión acepto

-khorosho (bien)

Nos sentamos en la gran mesa y en un momento nos trajeron los platos con comida, confirmé que no sólo olía bien, sino que también se veía exquisito, con la primera cucharada sentí mi boca explotar con los sabores.

-Cómo se llama este plato?

-No lo sé, la muchacha no es de aquí, cocina platillos de su país, creo, aunque también conoce la comida italiana

-Mmm puedo conocerla?

-Claro, si eso quieres

Nos levantamos después de terminar la comida y nos dirigimos a la cocina, ví a varias empleadas allí, aunque soy considerado alguien "malvado" o "cruel" sin dudas mantengo mejor a mis sirvientes, una mujer algo gordita estaba agachada, viendo el horno.

-Oye tú!- gritó Dimitry

Ella se enderezó y entonces observé su rostro, esos ojos verdes, esos labios, me sorprendió encontrarla, creí que había muerto. Vestía unos harapos y su hermoso cabello negro estaba cubierto por una especie de pañuelo, pero sabía que era de ese color porque la recordaba desde aquél día.

Tres meses atrás.....

-No lo sé Héctor, no me siento cómodo saliendo de Italia y menos yendo a un lugar que no conozco, por qué no se eligió uno de mis hoteles para esa reunión?

-Los jefes querían un lugar neutro Chris, así que eligieron este

-Ehm

Bajé del auto y me dirigí hasta el hotel, cuándo entré sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, soy muy desconfiado, sé muy bien que cualquier paso en falso me haría caer.

-Todo estará bien- Héctor trataba de tranquilizarme, mientras subíamos al ascensor con dos guardias más

-Eso espero

Cuando estábamos en el ascensor, ella, esa mujer se acercó caminando hasta allí, tenía un celular en la mano, colgó y dirigió su mirada hacía nosotros, nuestros ojos se conectaron por un segundo y pude verla mojarse los labios con la lengua. Subió sin decir nada, estaba a un lado de mí y por algún motivo no podía dejar de mirarla como un idiota, no sé si era por sus hermosos ojos verdes, su largo y perfumado cabello tan negro como la noche igual que el mío, o por su cuerpo que, a pesar de no ser el que suelo.... disfrutar, me había hecho tener una gran erección, sus grandes pechos, daban ganas de verlos sin esa camisa blanca, sus muslos y trasero enormes, la falda que llevaba puesta la favorecía y de qué manera, ya me la estaba imaginando desnuda cuando me volteó a ver, no me dí cuenta que la estaba observando desde hace un rato, ella me sonrió y yo giré la cabeza, Dios mío qué hermosa es cuando sonríe, qué carajos estoy diciendo?. Cuando llegamos a su piso ella se bajó y caminó por el pasillo dándome una espectacular vista, verla caminar era cómo ver una obra de arte de Picasso o da Vinci, la seguí con la vista hasta que el ascensor cerró sus puertas.

-¿Estás bien?- preguntó Héctor al entrar a nuestra habitación.

-Si

-¿Crees que no ví como miraste a esa mujer en el ascensor?

-No sé de qué hablas

-Claro, ¿quieres que la busque?

-Vinimos aquí a trabajar no a divertirnos, además, no es mi tipo

-Bueno me pareció que si es el tipo de tu amiguito por qué al si que le gustó- comenzó a reír

-Cierra tu boca!

-Yo....

Un estruendo sordo se oyó en ese momento, las paredes comenzaron a temblar, trozos de pared y techo comenzaron a desprenderse cayendo al suelo.

-¿Qué carajos pasa?

-No sé, vamos te sacaré de aquí jefe

Héctor y mis guardaespaldas me llevaron hasta las escaleras de incendios, bajamos y fuimos hasta el estacionamiento, pude ver el auto de Petrov alejarse delante de nosotros, subimos a nuestro vehículos y nos alejamos a toda prisa, pues no era conveniente que nos encontraran, harían preguntas y nos retendrán, podrían darse cuenta de quienes somos, en poco tiempo ya estábamos en el aeropuerto y unas horas después en Italia. Durante el vuelo me enteré que habían puesto una bomba en las bases del edificio, ordené que averiguaran de inmediato que quién fué y cuando pude tranquilizarme mis pensamientos viajaron hasta esa mujer, seguí las noticias de ese país y me enteré que había muerto junto con algunas otras personas, entre ellos, algunos de mis socios.

Presente....

Charla en italiano...

-Cuánto quieres por ella?

Pregunté después de unos segundos en silencio en que nuestras miradas se conectaron nuevamente, se acordará de mí? ¿Por qué carajos me importa eso? Rompió el contacto conmigo, para volver a su trabajo y yo fijé mi vista en el ruso.

-¿Qué dices? ¿La quieres comprar?

-Si así es, cuánto quieres por ella?

-Mmm no lo sé, su comida es muy buena, siempre halagan eso

-Sí, pero te pagaré cuánto pidas

-Qué tal 30.000?

-Muy bien

-¿Ella habla italiano?

-No, sólo español, sabes que mi madre era española y por eso hablo más fluido el español y el ruso, que es mi lengua natal

-Si lo sé, mi madre es latina así que nosotros nos comunicamos en ese idioma, ella no tendrá problema para adaptarse

Español

-Vamos a hablar de los negocios ahora?

-Si claro, vamos hasta mi oficina

Caminamos hasta allí, entramos y ambos tomamos asientos, después de que ofreciera un vaso de whisky que recibí con gusto.

-Bien, entonces las 10 toneladas llegaron al puerto en Moscú ayer, así que aquí está lo prometido- colocó un maletín en la mesa y lo abrió, estaba lleno de fajos de billetes- lo otro está allí- señaló las otras 5 maletas que se encontraban en el suelo- si quieres te dejo a solas para que puedas contarlo

-No es necesario, confío en ti- verdad a medias

-Está bien

-Sabes? Me parece curioso el hecho de que desde que tu sobrino no está aquí, los cargamentos llegan completos y en buen estado

-Sabes que eso se debió a una confusión Christopher, no tienes de qué preocuparte, no volverá a ocurrir, cuando él vuelva, te aseguro que estará más centrado en los negocios

-Mmm eso espero Dimitry, no quisiera tener que encargarme de él

-No, no, eso no tiene porqué pasar

-Toma- saqué 3 fajos de billetes y se los entregué- me la llevo ahora

-Te refieres a la mujer?- asentí- está bien, como quieras

Después de indicarles a mis hombres que llevarán las maletas al auto, fuí con Petrov hasta la cocina, ella seguía ahí, colocando algo en el refrigerador.

-Escucha te irás con el señor Morelli entendiste?- señalando hacia mí

No respondió sólo asintió y luego bajó su cabeza, al parecer era muy sumisa, supongo que Dimitry la habrá "entrenado" como a sus demás empleadas.

-Vamos

Caminé y ella iba detrás de mí en completo silencio, cuando llegamos a dónde estaba el auto, Héctor estaba recostado sobre el capó, su cara de sorpresa al verla fué innegable, le hice un gesto para que se subiera al auto y él obedeció, abrí la puerta del pasajero.

-Adelante- le dije, ella se quedó unos segundos observando algo confundida

Después de subirse hice lo mismo quedándome a su lado, intentó alejarse lo más posible de mí, se recostó por la puerta y miró por la ventana todo el viaje, de vez en cuando Héctor miraba por el retrovisor y ambos compartimos miradas, él con una gran sonrisa y yo con la cara más seria posible, todo el camino intenté no observarla, pero me era imposible, había momentos en que sin darme cuenta me encontraba mirándola de nuevo.

Cuando llegamos a la mansión bajé del auto y fuí hasta el otro lado del vehículo, le abrí la puerta, le dí mi mano, ella la observó un segundo y luego la tomó, sentí una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo haciendo que los vellos de mi nuca se erizaran, cuando se bajó, aún teníamos las manos unidas, ellas las miró y retiró su mano rápidamente como si le ardiera, eso me molestó y no tengo idea de porqué.

-Bien, está es mi mansión- ella observó asombrada y sin decir nada- escucha, sólo te diré algo, aquí hay reglas que seguir, tú eres mi esclava y no dudaré en castigarte si te lo mereces

Sonrió irónicamente, levantó su cabeza para mirarme directamente a los ojos, ya que es mucho más baja que yo y en un tono burlón dijo.

-Claro que si amo

Ni bien dijo la última palabra su expresión cambió a una de miedo, al parecer lo dijo sin pensarlo, porque mierda me exito tanto su rebeldía? Aún así con la cara más seria que pude dije.

-Amo? Me gusta, desde ahora me llamarás así "amo"

Bajó la cabeza y en una voz serena y queriendo parecer sumisa habló.

-Sí amo

Capitulo 2

Lola

Este maldito lugar se había convertido en mi prisión desde hace tres meses, tres meses viviendo en el infierno, en una pesadilla y todo por qué? Por ser una buena persona e intentar ayudar a alguien. Por la noches lloraba pensando en mi familia, mi padre y mi hermana, habrá vuelto a beber? Yo era el sostén de mi familia y temía que se derrumbara tal y como lo hizo cuando mi madre murió, qué pasaría con mi hermana? Tendría que pasar por todo lo que yo pasé? Cuidar de papá, dejar la escuela y trabajar, los extrañaba tanto.

En este lugar sólo éramos solidarios entre nosotros los sirvientes de bajo nivel, éramos humillados por los jefes e incluso las mujerzuelas tenían más estatus que nosotros, lo odiaba con todas mis fuerzas, pero a quien más odiaba era a Alexander, el sobrino de Petrov, el maldito, sólo quería que pagara por lo que me hizo.

Me encontraba cocinando como todos los días, desde que este sujeto me trajo aquí he hecho todo tipo de trabajos de la casa, pero el cocinar es mi trabajo principal porque a todos sus socios les gustaba mi comida, tengo muchas habilidades pero he intentado ocultar muchas de ellas para que no me obliguen a hacer cosas que no quiero, de pronto la voz de mi captor llamó mi atención.

-Oye tú!

Me enderece pues estaba observando un postre en el horno y entonces lo ví, esos ojos negros ya lo he visto antes, mentiría si dijera que no pensé en el algunas veces, pero ahora tenerlo cerca me atemorizaba, sus facciones eran duras y en este tiempo ya conocía a este tipo de sujetos, su perfume invadió mi nariz y me llevó a ese día de nuevo.

Tres meses atrás....

Miré mí reflejo en el espejo de mi armario, sonreí falsamente porque odiaba usar el uniforme de "ocasiones especiales", era una blusa blanca de mangas tres cuartos y una falda lápiz negra, que tiene de malo? Pues nada en sí, sólo que odio las faldas, así como los vestidos, me ponen muy incómoda y no me siento como yo misma, prefiero los pantalones o shorts, pero el trabajo es el trabajo y el uniforme es importante para este día, habrá un gran evento en el hotel, personas muy importantes vendrán y tengo que ser profesional.

-Buenos días- saludé cuando bajé por las escaleras, mi padre y mi hermana se encontraban desayunando

-Buenos días hermanita

-Buenos días hija, ven siéntate y desayuna

-Si está bien

-Te ves hermosa Lola

-Sí, tal vez, pero no estoy nada cómoda, sabes que odio esto- pasé mi mano por la falda

-Mmm bueno pero te vez hermosa y tal vez hoy consigas pescar a uno de esos CEOS de la convención

-En serio piensas que uno de esos grandes empresarios se fijaría en mí?

-Y por qué no hija? Eres bellísima

-Sí papá, pero no para los estándares de esos tipos, bueno, mejor me voy porque se me hace tarde, te amo papi- le dí un beso en la mejilla- y a tí también mi consentida- le dí un beso a Ana

Salí de la casa y me dirigí hasta el hotel cuando llegué, obviamente Sebastián estaba allí mandando a todos mis compañeros, su cara cuando me vió mostraba el desprecio que sentía por mí, no le agradaba y no tenía ni idea de porqué.

-Señorita Acosta está preparada para el día de hoy? Este es un evento muy importante, nada puede salir mal

-Si lo estoy señor y sí, también sé que esto es algo importante

-Muy bien, sabe dónde está su amiga? Está llegando tarde

-Mmm no señor, ya la llamo para saber

-Bien- giré para irme pero..- una cosa más señorita Acosta- voltee y lo miré

-Si señor

-Sabe? Debería implementar el usar ese uniforme más seguido, la favorece, aunque también debería pensar en bajar de peso

Le dí mi gran sonrisa de vete a la mierda.

-Claro señor, si me disculpa

Caminé por el pasillo y saqué mi teléfono, tenía que marcarle a Lore para saber porque no estaba llegando, pero justo en ese momento el teléfono sonó en mis manos.

📲Hola Lola

📲Hola Lore dónde estás? Ya es tarde, Sebastián me está volviendo loca, hoy es el peor día para llegar tarde

📲Lo sé amiga, perdón es que mi mamá tuvo una recaída, estamos en la clínica

📲¿Qué? Oh Dios mío amiga, lo siento, la señora Cristina está bien?

📲Todavía no sé, pero creo que quedará internada

📲Oh está bien, yo me encargaré de nuestro estúpido jefe, espero tu mamá se recupere, mándale saludos de mi parte

📲Si está bien, gracias amiga, te amo, eres la mejor, nos vemos luego

📲Si lo sé y yo también te amo, nos vemos

Corté la llamada y fijé mi vista en el ascensor, casi se me cae la mandíbula al ver a ese apuesto sujeto parado junto a tres hombres más, debe ser uno de los empresarios y esos sus guardias, supuse, pasé mi lengua por los labios no sé porque, subí sin decir una palabra. Debe ser ilegal ser tan guapo, me dije, él era alto, moreno, de cabello y ojos oscuros, era cómo ver un abismo, tenía un traje que lo hacía verse tan elegante y guapo.

Sentí que me observaba, así que giré mi cabeza para ver y, sí, efectivamente él me estaba viendo, le sonreí pero giró su cabeza, olvídalo Lola está fuera de tu liga, me dije, miré al sujeto al lado de él, me sonreía pícaro, así que le sonreí, era guapo, no tanto como su jefe, pero era alto castaño y de ojos azules. Volví a fijar mi vista al frente y cuando la puerta se abrió en mi piso, me bajé sin decir nada, caminé por el pasillo hasta encontrarme con uno de mis compañeros, hablamos un segundo, después seguí mi camino hasta la sala de reuniones, casi llegaba cuando se oyó un estruendo, escombros caían al suelo y todo temblaba. La puerta de la sala se abrió y varias personas salieron disparadas, entonces lo ví, él último en salir, un tipo algo gordo, de entre 40 o 50 años salía último junto con unos hombres, ellos corrían hasta las escaleras de emergencia y yo hice lo mismo, en un momento uno de los escombros golpeó en la cabeza a ese sujeto, al igual que sus guardaespaldas, me acerqué a él y lo ayudé a llegar a las escaleras, cuando bajamos hasta el estacionamiento, una camioneta negra frenó delante de nosotros, algunos hombres de trajes bajaron mientras otros quedaban dentro, subí al hombre con ayuda de sus empleados.

-Ella viene con nosotros- dijo girando hacía mí

-No, está bien, puedo ir sola al hospital- respondí ingenuamente

Hizo un gesto a sus hombres y me subieron a la fuerza.

-Qué haremos con ella, jefe?

-Deberíamos asesinarla y deshacernos de ella

-Qué?! No por favor, haré lo que sea, no me mate, yo le salvé la vida

-Bueno tienes razón, sería muy desagradecido de mi parte, está bien vendrás conmigo a Italia

-Qué?! No, yo...

-Cállate! Ya lo decidí, pero no tienes el cuerpo para ser una de mis chicas, sin embargo para algo servirás

Así fué como mi vida cambió por completo y terminé en esta prisión, no hice mucho por escapar, ya que me advirtieron que si lo hacía, no sólo me atraparían, sino que me castigaran de la peor manera y les creí.

Presente...

Corté el contacto visual en cuanto empezó a hablar en italiano, me concentré en mi trabajo para evitar cualquier tipo de problemas.

Fueron hasta la oficina del ruso y cuando volvieron unos minutos después, el ruso dijo algo que congeló mi sangre.

-Escucha te irás con el señor Morelli entendiste?- señalando hacía el

Esto era bueno? No lo sabía, no sabía cómo era este sujeto, podría ser igual o peor que los Petrov y que haría entonces? Yo no podría vivir así toda mi vida. Sólo asentí, pues era lo único que podía hacer, no podía negarme, yo le pertenecía y debía obedecer.

-Vamos- él caminó y yo lo seguí atrás

No hubo despedidas a mis compañeros y no me llevé nada, porque no tenía nada más que la ropa que llevaba puesto, si es que así se le puede llamar a estos trapos que me cubren, el "uniforme" que el ruso me dió eran trapos rotos y sucios.

Caminé detrás de él en completo silencio, hasta llegar al auto, ahí estaba el otro sujeto que ví en el hotel, era evidente que estaba sorprendido, él subió al auto, el señor Morelli abrió la puerta del conductor y dijo.

-Adelante

Lo miré un poco confundida, después de tres meses era la primera muestra de bondad y caballerosidad que veía de uno de estos mafiosos. Entré al vehículo y me alejé lo más que pude de él sólo por si acaso, miré por la ventana todo el camino, ignorando todo a mi alrededor, no había visto nada más que el patio de la casa algunas veces cuando arreglaba el jardín, salir y ver todo fué algo emocionante para mí.

Cuando llegamos él se bajó y me abrió la puerta del auto, estirando su mano hacía mí, lo miré un segundo pues me seguía sorprendiendo, tal vez esto no sería tan malo, tomé su mano y una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, esto era como en las novelas que tanto me gustaba leer, pero era obvio que él no iba a sentir lo mismo por mí, retiré mi mano de inmediato, después de darme cuenta que nos habíamos quedado sujetos durante un largo tiempo.

-Bien está es mi mansión- lo miré sorprendida pues era más grande que la del ruso y más bella porque era moderna y la otra era antigua- escucha, sólo te diré algo, aquí hay reglas que seguir, tu eres mi esclava y no dudaré en castigarte si te lo mereces- acaba de arruinarlo todo

Sonreí irónicamente, levanté mi cabeza para mirarlo directamente a los ojos, ya que soy mucho más baja que él y en un tono burlón dije

-Claro que si amo

¿Qué acabo de decir? Dios mío por qué lo rete así?, estoy loca? Va a matarme o peor me va a torturar, pero eso no pasó.

Cuando entramos a la casa pude ver qué era igual de hermosa que por fuera, su hombre iba detrás de nosotros, una voz femenina se escuchó al entrar.

-Christopher!

Una mujer jóven, alta, rubia, de ojos color miel y un cuerpo escultural, corrió a sus brazos y lo besó por toda la cara. Era obvio que un sujeto tan guapo como él tendría novia, esposa o amante, no es como que me importara.

-Ivana, cuándo volviste?

-Hace unas horas, pero eso es lo primero que se te ocurre preguntar?- miró detrás de él y vió a Héctor- hola Héctor

-Hola Ivana

-Oh por Dios! ¿Quién es ella?- se bajó de sus brazos y me miró detenidamente

-Ella es la nueva cocinera

-Haber quiero saber ¿Cómo te llamas preciosa?

-Puedo responder amo?- pregunté qué te pasa Lola? ¿Estás buscando tu muerte?

-Si claro, no tienes que pedirme permiso para hablar cuando te hablen- respondió restándole importancia

-Soy Lola, es un gusto señorita.

-Por favor llámame Ivana, tú me agradas, algo me dice que seremos amigas y por qué llamas amo al cavernícola de mi hermano?

-Hermano?

-Pues sí, mi hermano, qué pensaste? ¿Qué era su mujer? Jaja no

-Yo...- entonces no era su mujer, eso no me importa- si eh... así es como quiere que lo llame señor.... Ivana

-Uhm ya veo, bueno querida, ven te llevo a tu nueva habitación, hay una que será perfecta para ti.

-Si

La seguí hasta un cuarto detrás de la cocina, era hermoso sin duda, había una cama, un armario, una mesa de luz y luego el baño con todo las cosas, incluso una tina, el cuarto que tenía en la mansión Petrov era una habitación pequeña, sin ventanas, con algo que se asemejaba a una cama y el baño era un cubículo con sanitario, sin duda esto era mejor.

-Bueno, iré a buscarte ropa decente para que te quites esos trapos viejos ¿Hay algo que prefieras?

-Yo estaré bien con lo que sea, gracias

-Pero hay algo que prefieras?

-Bueno yo... prefiero los pantalones y shorts, no me gustan los vestidos ni faldas

-Ah entiendo, bien, vuelvo en media hora, sí?

-Está bien

Ella se fué y yo me quedé sentada en la cama, esperando a que ella volviera, parecía amable, no sé, no voy a cometer el error de confiar en este tipo de personas.

Cuando volvió, llegó con un montón de ropa, me dijo que me diera una ducha y me cambiara, colocó el resto de la ropa en los cajones y hasta trajo algunas cosas para adornar el cuarto, por qué era tan amable conmigo? Quizás ella no estaba metida en este mundo y no tenía idea de lo que su hermano hacía, no lo sé pero me caía bien, aún tenía mis reservas, pero me caía bien.

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