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Sencillamente Mía

Papá en el Hospital

Sencillamente Mía

^^^La felicidad tiene su nombre…^^^

^^^DMVM^^^

...Epígrafe...

^^^Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde, te amo directamente sin problemas ni orgullo: así te amo porque no se amar de otra manera. ^^^

^^^Pablo Neruda. ^^^

...Dedicatoria...

^^^A mis padres a quienes me hubiera gustado mostrarles cada uno de mis escritos. A mi hija, para quien habitualmente van mis dedicatorias, y a mi familia en general, sin ellos nada sería posible. ^^^

^^^DMVM^^^

...Prólogo...

Hoy es 14 de febrero, día de San Valentín, uno que en vez de celebrar alegremente ha sido muy triste, además va rumbo al aeropuerto de Baltimore, ciudad donde se encuentra hoy, una que la recibió con los brazos abiertos luego de salir huyendo de su pasado, el cual tal vez les contará poco a poco durante esta travesía porque hoy regresará a casa, quizás con mil miedos, pero también tiene muchas expectativas por este retorno a San francisco lugar al que no ha querido volver, hay mil razones para eso. Puedo decirles que esta historia quizás sea triste la mayoría de las veces, pero tal vez tenga un desenlace inesperado.

Nota…

¡Hola! Antes de que inicies la lectura de mi novela quiero comentarte algunas cosas.

Después de mucho tiempo sin escribir por problemas personales, decidí terminar la edición completa de la historia, esto no quiere decir que no contenga ningún error, por eso les pido disculpas si se me ha escapado alguno.

1- Esta historia trata de la vida amorosa de Mía Hamilton quien llegó a pensar que nunca sería feliz, ¿Será que al final conocerá el amor? ¿Logrará realmente ser feliz? Hoy yo te invito a averiguarlo mientras lees mi novela...

2- Su contenido va cargado de amor, desamor y un final inesperado.

3- Hay bastante tensión durante toda la trama, donde se tocan temas como el secuestro, el maltrato tanto físico como psicológico y la superación personal.

4- Tiene contenido sexual, pero nada fuera de lo normal.

5- Esta historia fue escrita en pandemia. Espero que te guste la trama y que me apoyes con los likes y los comentarios.

Inicio del primer capítulo: enero de 2022

Inicio de la primera edición y corrección: 04 de agosto de 2023

Gracias de antemano por regalarme unos minutos de tu tiempo para leerla, está escrita con mucho cariño para quien la lee.

Hola, ¿Qué tal? Hoy quiero darles una breve reseña de mi vida antes de empezar a narrarles mi historia. Comenzaré diciéndoles que nací en San Francisco, lugar donde residía hasta hace 3 años; mi nombre es Mía Hamilton y tengo 25 años. Hoy puedo decirles que a tan corta edad ya cuento con un mal historial de relaciones. —al decirlo cubrí mi boca con mi mano, quizás porque me dio risa y me trajo recuerdos—. ¡Lo siento! Pero aquí creó que exageré un poco el asunto de mi vida amorosa, aunque realmente poner drama en algunas cosas que digo es algo normal en mí, recuerdo que mi madre lo odiaba, sobre todo cuando me caía de la Bici. —puse mis ojos en blanco y sonreí al recordarlo.

...Capítulo 1...

...Papá en el hospital...

Era una mañana tranquila en Baltimore y me encontraba en la oficina sentada tomando mi jugo de naranja habitual, y justo en ese momento sonó mi móvil. Recibí una llamada, la cual al responder me sorprendió, y le hice mil preguntas a quien me llamó, porque realmente estaba nerviosa, entonces pregunté: ¿Cómo está? ¿Qué pasó?, etc. etc. Lloraba mientras la chica al teléfono me informaba todo lo sucedido, al terminar de hablar con ella le he dado las gracias y sequé mis lágrimas, porque tenía mucho que pensar, e inmediatamente me puse a hacer las diligencias para estar en San Francisco lo antes posible.

La llamada era del hospital, mi padre había tenido un accidente y debía regresar lo antes posible. En ese momento no importaban las reuniones, y nada de lo que tuviera pendiente. Mi mente realmente se bloqueó y lo único que yo quería era saber que él estaba bien, y por la llamada que acababa de recibir, la salud de mi padre era de pronóstico reservado. Creí que mi cerebro colapsaría, pensé tantas cosas en un segundo que incluso las manos me temblaban. Sufro de taquicardia, entonces se podrán imaginar como estaban mis latidos, es que esto no es fácil.

Cuando me tranquilicé fui a la oficina de mi jefe para a hablar con él. Debía pedirle permiso para ausentarme unos días. Realmente puedo decirles que me demoré muy poco para obtenerlo, quizás porque comprendió lo sucedido. Me ha otorgado 20 días. Estaba feliz porque no tendría la presión de regresar pronto. Luego de agradecerle su comprensión antes de salir de su oficina, me ha dicho que ante cualquier eventualidad podía pedir más días.

Pasada media hora más o menos pude salir de mi lugar de trabajo. Donde mis compañeros me observaban al pasar por los cubículos donde ellos estaban trabajando, nadie sabía nada, no me dio tiempo de decirle a ninguno de ellos lo que me estaba pasando. Aunque la asistente de mi jefe se encargará de hacerlo. Le encanta contar todo lo que ve, escucha o sabe. Me subí al ascensor y bajé al estacionamiento donde busqué mi camioneta y me dirigí a mi departamento para hacer las maletas y además la reservación del boleto aéreo.

Al subirme en ella me puse el cinturón de seguridad. Como debe ser. Para luego colocar música que me ayudara a relajar. La cual debí quitar a los pocos segundos porque mi cerebro no dejaba de pensar en lo ofrecido por mi jefe antes de salir de su oficina. La prórroga en caso de que las cosas se complicaran. Realmente esperaba que no fuera necesaria. Esto era lo que más se repetía en mi mente, quizás porque yo deseaba que las cosas no se complicaran como para llegar a eso. Entonces respiré un poco profundo al recordar cada palabra dicha en aquella llamada, para luego exhalar lentamente, liberando todo ese aire inhalado, tratando de relajarme un poco. A mí me funciona casi siempre, aunque sé que es algo imposible en este momento.

Ya en el aeropuerto hice mi Check-in, para abordar el avión, y luego de unos cuantos minutos me senté en mi lugar favorito, justo en la ventanilla donde a mí me gusta, y mirando por ella me he puesto a reflexionar en todo lo que ha pasado en los últimos años. Juro que no sé por qué mi mente hizo un viaje a todo lo que dejé atrás cuando me mudé a Baltimore. En todo lo que he hecho, incluso en las personas que he conocido, además de todo lo que he cambiado, entonces respiré profundo de nuevo para soltar todo lo que había en mí.

Ahora pienso en aquel frente a frente con papá, porque tal vez se compliquen las cosas al llegar a casa y eso me da un poco de miedo. Mi padre siempre ha trabajado y aunque yo los ayudo económicamente, él es una persona muy independiente, y eso hace que a veces choquemos como dos rocas, acaso ¿me pareceré a él? —sonreí ante lo pensado. Luego decidí cerrar mis ojos por un instante, o eso creí que haría, porque realmente me dormí el resto del viaje, y los volví a abrí cuando aterricé en San Francisco.

Al llegar al aeropuerto y bajar del avión me dirigí a la salida, y fue cuando lo vi. Es que tenía tanto tiempo sin verlo que inmediatamente una sonrisa se asomó en mi rostro, era Alex, mi primo, quien estaba aquí ¡Esperándome! Y junto a él había un hombre, alto, guapo y musculoso, uno imposible de no observar. Por un instante me perdí en él. Lo estaba viendo tan intensamente que solo la voz de mi primo logró sacarme de aquel hombre que me cautivo robándose mi mirada.

—¡Hola, Prima! —me ha dicho Alex para luego abrazarme tan fuerte que me faltaba la respiración, entonces sonreí, y unos segundos después pude soltarme, y al hacerlo me giré para mirar a quien se había robado mis miradas, y sin ninguna pena le pregunté:

—¡Disculpa! Acaso, ¿te conozco? —. Tendré pena para unas cosas, pero para otras, creo que la pena me sostiene firme de la mano y me hace hablar, ¡Juro que eso es así siempre! Él me miraba fijamente antes de responder.

—Bueno, realmente no. —me ha dicho con pena, quizás porque él no esperaba que yo fuera de esta manera, tan impulsiva, nos miramos por unos segundos y sonreímos antes de hablarme nuevamente—. Soy amigo de tu primo, y vine para acompañarlo, mi nombre es Kenneth Smith, además también soy amigo de tus padres. A ellos los conozco desde hace dos años, ¡Discúlpame! Si no debí venir. —tenía una expresión dé lo siento en todo su rostro y yo una de qué guapo es, no sé aun si habla como ¿Los ángeles? O ¿Los demonios? Eso depende de cómo lo veas.

—No. —le dije con firmeza—. ¡Tranquilo! Era simple curiosidad. —entonces extendí mi mano antes de decirle—. ¡Mucho gusto! Mi nombre es… —pero no me dejó terminar de hablar.

—¡Mía Hamilton! —él ha sonreído luego de decirlo, mientras yo pienso, ¿cómo lo sabe? Aunque realmente esto se lo hubiera podido decir unos minutos atrás antes de que me dijera que los conocía a todos, de seguro mi madre le ha hablado de mí, entonces es obvio que sepa mi nombre, pero es hora de hacerme la tonta.

—¡Vaya! ¡Qué osado eres! Sabes mi nombre, eso es algo ¡Muy interesante! —sonreí, y fue entonces que me di cuenta de que nos mirábamos mucho para mi gusto, creo que lograba ponerme nerviosa. ¡Este hombre es muy atractivo! Pensaba mientras lo miraba. Ustedes deberían verlo en persona, ¡es que realmente es guapo! Y mucho.

Creo que mi primo se había dado cuenta de nuestras miradas porque nos interrumpió. Me ha jalado para abrazarme apartándome de él. Luego nos dijo:

—Iremos a casa a dejar tu equipaje antes de ir al hospital para ver a mi tío. —acariciaba mi cabello mientras me hablaba.

Me aparté de mi primo para luego caminar los tres juntos hasta el auto. Al llegar ellos guardaron mi equipaje y mientras lo hacían me subí al auto. Sentándome en la parte de atrás porque así iría más cómoda. Cuando estoy colocando mi bolso a un lado alguien tocó la ventana, al mirar me di cuenta de que era Kenneth quien me había regalado una sonrisa junto a un guiño de ojos. No le sonreí de vuelta, era mejor que no lo hiciera. Él es muy lindo conmigo y eso me preocupa, porque no quiero enamorarme.

Alex leda un codazo para que se mueva de mi ventana. Luego de que reaccionó se suben al auto acomodándose cada quien, en su asiento, es entonces cuando Alex coloca la llave en el suiche y lo enciende para salir del estacionamiento del aeropuerto. Mientras vamos camino a casa hay un silencio total, el cual es interrumpido por nosotros dos, quienes sin querer hablamos al mismo tiempo. —¡Sonreí! Porque me hizo gracia eso.

—¡Ups! Perdón, si quieres puedes hablar tú primero. —me dijo junto a una sonrisa amplia que reflejaba su rostro, la cual pude ver cuando se giró para hablarme.

—¡Tranquilo! Quizás sea mejor que hables tu primero. —le respondí con pena mientras sonreía.

—¡Está bien! Entonces hablaré primero. —respondió, sonriendo pícaramente y girándose más para verme—. Realmente quería decirte: ¡Que eres más simpática en persona! —ok, ¿cómo se supone que debo responder a lo dicho? Me miraba con insistencia en vez de hacerlo a la carretera. Puedo decir que este hombre me matará de un infarto de seguir así. Realmente esta situación no es tan fácil de manejar, porque él es bello, atractivo y además todo un galán.

—¡Gracias! —fue lo único que le dije. Seguramente mi rostro estaba rojo como un ají porque sentía que mis mejillas ardían.

—¡Ahora debes hablar tú! —me dijo aun mirándome, luego pensé, ¿Será qué me dejará respirar? Es que él es tan bello.

—Acaso ¿Tienes idea de lo guapo que eres? —¡Por Dios! Que le dije… Automáticamente, cubrí mi boca con ambas manos, no podía creer lo que acababa de decir, incluso ellos tampoco. Mi primo abrió los ojos de par en par y él se ha quedado atónito. Lo sé porque solamente me miraba. De repente me di cuenta de qué había pensado en voz alta—. ¡Eso no era lo que iba a decir! —le dije antes de sonrojarme nuevamente.

—¡Entonces debo darte las gracias por compartir tus pensamientos conmigo! —me miraba sonriendo, ¡Demonios! ¿Qué hice? Ahora se dio cuenta de que es atractivo para mí y yo no sé ni siquiera ¿quién es? —. ¿Qué es lo que ibas a decir? ¡Me gustaría saber! —en su voz había picardía, quizás porque sabía que me tenía en sus manos.

—Realmente Iba a preguntar por la salud de mi padre, solo quería saber ¿cómo estaba? Lo otro se me cruzó en el camino y solo lo dije y ya, pero no es para tanto, además seguro te lo han dicho antes. —esa fue mi respuesta luego de aquella confesión. Sé que soy una tonta por decir esas cosas, pero es que él me pone nerviosa.

—¡Prima no te lo ocultaré! Mi tío está bastante delicado de salud, pero debemos confiar en los doctores. —me dijo eso y pude ver la tristeza reflejada en sus ojos a través del espejo retrovisor. En ese momento me sentía preocupada, pese a las bromas con este chico guapo.

Luego de que Alex hablara, suspire profundo antes de mirar por la ventana y pensar en mi padre. Toda esta situación me tenía nerviosa. No sabía con exactitud lo que pasaba, realmente deseaba llegar rápido al hospital, odiaba tener que ir primero a casa, pero tenía que dejar las cosas y cambiarme.

—¡Escuchen! Mía y Alex, sé que el Sr. Hamilton se pondrá bien, ¡ya lo verán! —nos ha dicho.

Me lo quiero comer a besos, ¡Es que él es tan bello! Nos trataba de dar ánimo con sus palabras, realmente es un amor. Justo en este momento me sonreía, tal vez tratando de mejorar un poco la situación y la tensión del momento, quizá por eso era que hacía todo esto.

—¡Muchas Gracias! —un agradecimiento que se escuchó de ambos, y él nos sonrió de vuelta, entonces hice lo mismo, le sonreí, una sonrisa que se amplió más al darme cuenta de que habíamos llegado a casa. Al estacionar el auto él se bajó y me abrió la puerta para que bajara del auto.

—¡Gracias! —. le dije ante su cortesía.

—¡De nada! —. me ha dicho él con una sonrisa.

Al bajar me dirigí a la puerta de la casa, mientras él sacaba las maletas, las cuales ha colocado junto a mí. Lo observé y seguí buscando las llaves desesperadamente, porque estaba segura de que las había colocado en el bolso antes de salir del departamento en Baltimore, pero no las encontraba, entonces él me miró y sacudió su cabeza con una sonrisa en su rostro, porque yo estaba frenéticamente buscando las benditas llaves. De repente miré a mi primo y él estaba hablando por el móvil, eso me ponía nerviosa porque no sabía si era que había pasado algo malo y le estaban avisando.

Pasan unos segundos y por fin aparecieron mis llaves, entonces procedo a abrir, pero me doy cuenta de que él ya lo hizo. Lo miro confundida y es justo en ese momento que no entiendo nada. Deseaba saber ¿Por qué razón? Kenneth tiene una llave de la casa. Lo veo y me quedó pensando en todo lo sucedido hasta este momento; él me mira y entra primero hasta la sala de estar para luego subir a las habitaciones y dejar las maletas en la puerta de una de ellas. Justamente ¡La mía! Realmente estoy tan confundida que aun no entiendo nada de lo que sucede, tanto así que me he quedado parada abajo mirándolo. Cuando él vuelve a bajar me sonríe al pasar junto a mí antes de decirme unas cuantas palabras.

—Mía, cuando estés lista nos iremos al hospital, mientras tanto estaré en mi cuarto. —fueron sus palabras y les puedo decir que él es tan natural andando en la casa, como yo en la mía. Incluso para hablarme, lo hace como si nos conociéramos de toda la vida, realmente él estaba tan tranquilo y yo estoy intrigada. Termino de hablarme y se ha dirigido al área de la cocina, ¡De verdad no entendía nada! Y deseaba saber lo que pasaba.

—¡Kenneth! —le dije para llamarlo porque debía saber que era todo esto, entonces él voltea y me mira a los ojos antes de decirme.

—¡Mía! —lo observé por un instante antes de hablar, debo decir que sonaba raro ese Mía, en sus labios.

—¡Hay algo que no entiendo! Y que además ¡Quiero saber! ¿Por qué tú vives aquí? —tenía que hacerle la pregunta, aunque era muy evidente que él vivía en casa de mis padres. Mientras esperaba que me respondiera, cruce mis brazos.

—Esa es una buena ¡Pregunta! La cual te responderé de camino al hospital porque ahora tengo que hacer unas llamadas, ¡Discúlpame! Pero debo retirarme. —me ha guiñado un ojo luego de responderme.

Él es insoportablemente bello; se dio la vuelta con su móvil en la oreja y se desapareció entre la puerta de la cocina y la nevera.

Suspiré mientras lo miraba porque realmente es muy guapo, entonces sacudí mi cabeza porque debía dejar de mirarlo. ¡No sé por qué siento que me tiene idiotizada! Creo que debo ir a darme una ducha y dejar de pensar en él, y así hice.

En menos de 20 minutos estaba lista para irme, entonces bajé las escaleras y al llegar a planta baja estaba él, esperando por mí, se giró para verme y me dijo:

—Tu primo se adelantó porque tenía algo que hacer, además dijo que nos veía en el hospital. —suena su móvil—. ¡Hola! — me mira todo el tiempo mientras habla y yo hago lo mismo, entonces termina de hablar y habré la puerta para salir y me dice:

—¡Vamos, Mía! Debemos irnos. —nos montamos en el auto luego de salir y cerrar todo; pero al colocarme el cinturón, me doy cuenta de que él está muy serio y eso me preocupaba, sé que algo había pasado, entonces le pregunté:

—¿Todo está bien? —mi voz sonaba con miedo porque de seguro era algo malo de mi padre.

—¡Realmente no! —su respuesta me asustaba y me puse tensa al ver la expresión en su rostro.

—¿Qué pasó? No me asustes, di lo que tengas que decirme de una vez, ¡por favor! —ya mi preocupación se apoderaba de mí, a tal punto de que las manos me temblaban.

—¡Esa llamada era de tu primo! —exclamó—. me ponía al tanto de la situación de tu papá. —me ha dicho mientras encendía el auto, entonces solté el aire que contenía. Deseaba llorar, pero trataba de no hacerlo, aunque él no ayudaba con sus expresiones.

—Acaso ¿Paso algo malo? ¡Dime de una vez! Mira que me tienes mal con todo esto, ¡Habla! —lo presioné para que hablara porque de verdad que decir cuenta a gotas lo que sabía era una agonía para mí.

—¡Tu papá se complicó! Y está en terapia intensiva, ¡Perdón no quería decirlo así! Pero tú no podías esperar y yo te juro que te entiendo. —sentía que todo desaparecía justo frente a mis ojos, era una sensación de ahogo horrible, entonces comencé a llorar sin parar, y tapé mi rostro con mis manos, para que él no me viera. Por un instante sentí que moría lentamente.

No tengo una excelente relación con mi padre, pero quería poderlo ver antes de que algo malo pasara y pensar en esto me hacía sufrir, además de sentir un desespero por pensar que podía pasar algo peor y que tal vez no llegaría a tiempo, ¡Este dolor me segaba!

Faltaba poco para el hospital, de repente una mano se coló hasta llegar a la mía para sujetarla fuerte, en ese momento sentí algo extraño recorrer todo mi cuerpo. Levanté mi mirada y me di cuenta de que ya estábamos en el estacionamiento del hospital, Kenneth seguía sujetando mi mano.

—¡Recuerda que estoy aquí! —me dijo esas palabras mirándome a los ojos con ternura y además sin soltar mi mano.

—¡Gracias! —eso salió de mis labios junto a una mirada triste, sin ninguna sonrisa, porque me dolía el corazón y tenía miedo.

Kenneth se acercó lentamente y con sus manos que ahora estaban libres secó mis lágrimas. Fue un gesto inesperado para mí, además tenerlo cerca me ponía nerviosa, nos miramos antes de reaccionar, entonces me dijo:

—Mía, ¿Estás lista? Porque debemos entrar. —dijo mientras volvía a tomar mi mano entre las suyas, dándome tranquilidad.

—Sí, Kenneth. —le dije, aunque no lo estaba, pero debía entrar a aquel lugar, donde estaba mi Padre y mi Madre, quienes me necesitaban como único apoyo real.

Kenneth me soltó de la mano para luego bajarse y abrirme la puerta, en cuestión de segundos y sin preguntarme me tomó de la mano una vez más y lo mantuvo así hasta llegar a la sala de espera del hospital, entonces él me mira y yo le sonreí pese a mi dolor dándole a entender que se lo agradecía, ya adentro del hospital logro ver a mi madre y Alex, sé que ella está destrozada.

Suspiré profundo y me solté de la mano de Kenneth, para correr prácticamente a donde mi madre para darle un abrazo fuerte, y al hacerlo me di cuenta como ella se ha caído por un momento sobre mí, perdiendo todas sus fuerzas en ese abrazo, ¡Alex nos abraza! Entonces giré un poco mi cabeza y justo en ese momento me doy cuenta de que Kenneth se retira, lo veo fijamente tratando de ver si con eso él voltea una última vez a verme antes de salir por la puerta del hospital…

¿Mirará Kenneth a Mía antes de salir?

╰┈➤ Nota de la Autora:

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Hola, actualmente me encuentro editando la novela, subiré un capítulo editado una vez por semana, si puedo más se darán cuenta, pero no quiero prometer nada, actualmente la novela está narrada en 3.ª persona y con diálogos que no estaban como eran, quizás por mi falta de experiencia, una que he nutrido a lo largo de estos meses, tanto en la app como por mi cuenta, ahora estará narrada en 1.ª persona, que realmente es mejor tanto para ustedes como lectores, como para mí su escritora. Espero contar con su apoyo y comprensión, disfruten de esta nueva versión de Sencillamente Mía.

Esta novela es de mi autoría, Derechos Reservados.

Capitulo 2 El Puente de San Francisco

Kenneth: voltea para mirarla antes de irse.

- Mía: Sonríe con lágrimas en los ojos.

- Kenneth: Le da espacio por el momento familiar. Pasan 3 horas, el Doctor se acerca.

- Mía: Se pone de pie.

- Doctor: El aún no reacciona.

- Mía: ¿Lo puedo ver?

- Doctor: Hoy no será posible.

- Mía: Se le escapan las lágrimas de nuevo, ella tiene 3 años sin ver a su papá y de tan solo pensar que le pase algo malo y no lo vuelva a ver le dan ganas de llorar.

- Kenneth: La observa, a él le duele verla así, se da cuenta que ella está sufriendo.

- Mía: Le desvía la mirada, para que no la vea llorando.

- Doctor: Mía, tu Mamá debe descansar.

- Mía: Está bien, yo me encargó, gracias Doctor. Mía regresa junto a su mamá, la abraza, deberías ir a descansar, yo me quedo con papá está noche, mañana Alex te trae.

- Mamá: ¿Con quién te vas a quedar?

- Kenneth: Yo la puedo acompañar.

- Mía: Gracias Kenneth.

- Mía: Adiós nos vemos mañana mamá, descansen los quiero.

Alex y la mamá se van.

- Kenneth: Va por dos café, le da uno a Mía, no se si está bien de azúcar para ti.

- Mía: Toma un poco de café y asiente con la cabeza, está bien gracias, sonríe, suena su celular, es Max, un amigo de la adolescencia, le hace señas a Kenneth que va a atender la llamada afuera.

- Kenneth: La mira desde los paneles de vidrio de la sala de espera.

- Mía: Camina de un lado al otro, llorando mientras habla con Max, cuando deja de hablar por celular regresa y se sienta.

- Kenneth: ¿Todo bien?

- Mía: Sí

- Kenneth: Espera que Mía le diga algo de lo que acaba de pasar, tiene curiosidad de saber con quién hablaba Mía. Pasan las horas, son casi las 2:30 a.m.

- Kenneth: Se queda Dormido.

- Mia: Observa a Kenneth mientras duerme y piensa, aunque ronque mucho, su rostro es tan angelical cuando duerme, suspira... se dice Mía ¡¡no!! Deja de mirarlo, se levanta, camina por la sala de espera, hasta llegar a la ventana, a lo lejos se ven las luces de la ciudad, todo se ve tan tranquilo, recuesta su frente en el vidrio y sus lágrimas bajan por sus mejillas, cierra los ojos por un momento, al abrirlos ve por el reflejo de la ventana que Kenneth se despertó y suspira de nuevo.

- Kenneth: Se acerca, sabes amo el color de la noche, las luces que iluminan toda la ciudad y las luces del puente a lo lejos, pero lo que más amo....

- Mia: Es pasar por el Puente de San Francisco.

- Kenneth: ¡Exacto! sonríe.

- Mía: Voltea, lo mira a los ojos con timidez.

- Kenneth: Limpia esa lágrima que aún queda en su mejilla.

- Mía: Desde pequeña siempre me emocionaba al pasar por ahí.

- Kenneth y Mía: Se miran, la atracción en ellos aumenta con cada mirada, ya es inevitable que pase algo entre ellos.

- Mía: Busca algo en su mirada, para tratar de comprender por qué él es así, tan especial con ella. Alguien toca a la puerta y ambos voltean, una enfermera se asoma por la puerta, si quieren café, ya las máquinas fueron recargadas, disculpen.

Kenneth y Mía le agradecen, la enfermera se marcha.

- Kenneth: Se sienta.

- Mía: Se sienta frente a Kenneth y lo sigue mirando, revisa su celular y se da cuenta que tiene muchos mensajes, lo apaga porque no quiere responderlos ahora.

- Kenneth: Le busca conversación, ¿cómo es vivir en Baltimore? él se da cuenta que está nerviosa, piensa que es por su papá.

- Mía: No están malo como dicen, vivir en Baltimore.

- Kenneth: Estás nerviosa, ¡por tú papá!

...(pensamiento)...

-Mía: realmente es por Kenneth.

- Mía: No, solo quiero que esto pase y todo vuelva a la normalidad, Mía piensa, Dios!!! ¡no! olvídate de sus labios y de todo él por un segundo.

- Kenneth: Entiendo, debe ser agotador.

- Mía: ¿Porque Vives en mi casa?

- Kenneth: La mira, pensé que se te había olvidado.

- Mía: ¡No! Yo aún espero tu respuesta.

- Kenneth: Se levanta, ¿más Café?

- Mía: Niega con la Cabeza, ahí vas de nuevo, esquivas mi pregunta una vez más, está bien, si quiero café gracias.

- Kenneth: Regresa con el café, se sienta a su lado, yo conocí a tu primo en la universidad, estudiábamos juntos, mientras que viví en el Campus no había problema, pero cuando me gradué, debía buscar donde vivir y Alex me dijo que tenía una solución, me llevo con tus padres, hablé con ellos y tú papá me dijo que podía darme la parte de arriba del Garaje en alquiler, yo lo remodele y lo convertí en un anexo poco a poco, lo único que no me dejó hacer, fue la entrada por fuera de la casa, por eso tengo llave, recuerda que está por la cocina, lo extraño es que ellos nunca te dijeron nada.

- Mía: Mi papá siempre es así sabes, reservado, hace sus cosas y nunca dice nada.

- Kenneth: Pero si esto es algo que te molesta yo busco para dónde irme.

- Mía: ¡No! esta bien, si ellos aceptaron, yo no tengo ningún problema.

Los dos se miran, tocan la puerta y se ríen, de nuevo alguien interrumpe está vez es la señora de mantenimiento, ella les pide que le den un momento para ella limpiar la sala de espera, ellos salen.

- Kenneth: El coloca su mano en la parte baja de la espalda de Mía.

- Mía: Se tensa ante su toque y siente escalofrío por todo su cuerpo, se sonroja.

- Kenneth: Se da cuenta y quita su mano, suena su teléfono, el se retira un poco de Mía para responder, cuando lo hace está tranquilo, cuando habla se pone serio y cuando deja de hablar se pone muy molesto.

- Mía: ¿Todo bien?

- Kenneth: La mira, ¡ahora sí! está todo bien.

- Mía: Entiende que ese ¡ahora sí! es por ella, sus mejillas se ponen rojas.

Kenneth y Mía se devuelven las miradas y sonríen.

-Señora de mantenimiento: Ya pueden regresar a la sala, disculpen.

- Mía: Creo que no debemos vernos más Kenneth...

Capitulo 3 La Novia

-Kenneth: Se pone serio.

-Mía: No me refiero a eso se ríe, me refiero a que cada vez que nos miramos a los ojos alguien interrumpe.

-Kenneth: Ríe. Se vuelven a sentar.

-Mía: enciende el televisor.

-Kenneth: Se vuelve a quedar dormido, solo que esta vez está a su lado y no en el otro Sofá, está más cerca y lo puede admirar más, ver sus músculos, recorrer todo su cuerpo con la mirada y justo en ese momento, alguien abre la puerta.

-Kenneth: Se despierta, ve que Mía lo estaba mirando.

-Mía: Baja la mirada, se sonroja. En la puerta hay una mujer mirando a Kenneth.

-Kenneth: Se levanta de golpe cuando la ve, la agarra del brazo y sale con ella fuera del hospital.

-Mía: Amaneció y Kenneth no regresó, entendió que ella debe ser su novia, tal vez se molestó porque él está ahí. Son las 8:00 de la mañana, Mía va al baño, se lava la cara, se arregla un poco, sale para ver si hay alguien que pueda decirle algo de su papá, le suena su celular, es Alex, le dice que en 2 horas están en el hospital, cuando regresa a la sala de espera está Kenneth con café y unos sándwiches, lo miras, termina la llamada, Kenneth se ve agotado y agobiado.

-Kenneth: Le da un café y un sándwich.

- Mía: Se sienta enfrente de él, no hablan, solo se miran, terminan de comer y le dice, Kenneth ¿tienes problemas por estar aquí? si es así, puedo quedarme sola, tú hiciste mucho por mí y te lo agradezco, pero no quiero que por mi culpa tú tengas problemas con tu novia.

-Kenneth: La mira fijamente, ¿tienes novio? ¡Es el que te llamo ayer!

- Mía: Lo mira, ríe, moviendo la cabeza.

-Kenneth: Perdón es curiosidad.

-Mía: ¡No! El rostro de Kenneth cambia, Mía se da cuenta, pero ¿tú si tienes verdad?

-Kenneth: Se pone serio y quita la mirada, es más complicado que eso Mía, prefiero no hablar.

-Mía: Se levanta lo ve, le da la mano.

-Kenneth: La mira y la toma.

-Mía: Lo jala para levantarlo o hace el intento, porque él, es muy musculoso.

-Kenneth: Se levanta, quedando frente a frente, la mira con ojos de alguien que quiere más, aún están agarrados de la mano, mueve su dedo en la muñeca de Mía, sin quitar ni por un segundo su mirada de ella, entra una enfermera se aclara la garganta, ellos se apartan.

-Enfermera: El Doctor quiere verla.

-Mía: Al salir voltea a verlo.

-Kenneth: sonríe y Mía a él.

-Doctor: Tu papá pasó la noche muy intranquilo, hoy comenzaremos un tratamiento nuevo, esperemos que con este, estemos por buen camino.

-Mía: Puedo verlo.

-Doctor: Si acompáñeme.

-Mía: Se va con el Doctor, se coloca la Bata, entra y ve a su papá conectado a tantos aparatos y tan vulnerable.

- Doctor: Puedes estar 5 minutos.

-Mía: Hola papá sé que tal vez no me puedes escuchar, pero te amo mucho, tengo fe de que todo saldrá bien, te necesito, tengo tanto que contarte, además quiero que sepas que estoy aquí para ti, puedes contar conmigo para lo que sea, te prometo que, si sales de esto, no me iré de nuevo, me quedaré. Pasan los 5 minutos y tiene que salir, mientras estuvo dentro no lloro, pues tenía que ser fuerte para su papá, pero en lo que sale, comienza a llorar.

- Kenneth: Se acerca, la abraza muy fuerte, le dice al oído, aquí estoy Mía, no estás sola, si quieres llorar hazlo yo no te dejaré, aquí me quedaré.

-Mía: Se aparta, lo mira a los ojos, tratando de entender por qué es así, porque es tan especial.

-Kenneth: Toma su cara entre sus manos y se acerca a Mía, está a punto de besarla, cuando llega Alex con su mamá, se apartan.

-Kenneth: Se va.

- Alex: La mira fijamente y le dice, ¡él tiene novia Mía!

-Mía: Pasa por un lado de su primo, abraza a su mamá.

-Mamá: ¿Qué pasó? Hija, ¡lo viste¡ como está, reaccionó.

-Mía: Mueve su cabeza diciendo que no.

-Mamá: Hija tienes que ir a descansar, debemos hacer turnos para cuidar a tu papá.

-Mía: Mamá lo ví, está conectado a tantas cosas, me dolió verlo de esa manera, por eso lloro, adentro de UCI aguante, fuí fuerte como papá me enseñó, pero cuando salí, no aguanté más mamá, le da un beso y un abrazo.

-Alex: Mía, podemos hablar un momento.

-Mía: ¡Si claro? Salen de la sala de espera hacía el estacionamiento.

-Alex: Mía, Kenneth tiene Novia, las cosas entre ellos son complicadas, ten cuidado ¡si! no me gustaría que te hicieran daño otra vez, la abraza.

-Mía: Tranquilo primo no pasará, solo hablamos y nada más, le da un beso en la mejilla, voy a despedirme de Mamá.

-Alex: pero Como te vas a ir a casa, Kenneth se fue y se llevó el auto.

-Mía: En taxi.

-Alex: Está bien, entremos.

-Mía: (Piensa) donde estará, Kenneth.

-Alex: ¿Tú crees que podre ver al Tío hoy?

-Mía: Espero que si primo, igualmente mamá. Mami me voy te quiero mucho, nos vemos más tarde.

-Mamá: Te quiero hija gracias por estar aquí, Kenneth donde está para que te vayas con él.

-Alex: Tenía que hacer algo, Mía se va en taxi tía, vamos Mía, yo te acompaño hasta  la puerta.

-Kenneth: Estas lista, sonríe, nos vamos.

-Alex: La toma del brazo, Mía recuerda lo que te dije, sé que no se la llevan bien, pero desde que él sabe de ti siempre ha querido conocerte, te suelta y él entra al hospital.

-Kenneth: Está parado cerca del auto y le dice ¡vamos a casa! guiña un ojo.

-Mía: Lo mira, Kenneth ¿como se llama ella?

-Kenneth: Bárbara, van todo el camino de regreso a la casa sin hablar, llegan y ella está ahí parada en la puerta esperando.....

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