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Mi Pequeña Collins

Principe

La familia Collins había esperado este día desde que Lizet nació, su hermosa niña, esa luz que vino a iluminar sus vidas luego de tanta oscuridad, cumplía 15 años y lo celebraban a lo grande.

Antoan su padre pago el mejor servicio y Lion su hermano mayo contrato a las bandas que a ella le gustaban para alegrar su fiesta.

Elizabeth su madre no quiso quedar atrás y participó en el diseño del hermoso vestido color rojo que tanto amaba su niña.

En la habitación del hotel cinco estrellas, perteneciente a la familia, se encontraba la cumpleañera con un equipo de estilista atendiéndola.

-Debes quedarte quieta lulú, como piensas que van a peinarte así. Elizabeth regaño por décima vez a la chiquilla que parecía no entender razones.

-Mamá la fiesta pronto va a comenzar y debo estar allí ya- dijo bufando.

El estilista sonrió por la ocurrencia de la niña, como la fiesta empezaría sin la agasajada.

El sonido de alguien golpeando llamo la atención de Elizabeth que camino apresurada a atender.

-Se puede- Lion llevaba un hermoso esmoquin negro con un corbatín rojo haciendo juego con el vestido de su hermanita.

-¡¡Lion!! Llegaste -Lizet empujó al servicio y como pudo corrió con el enorme vestido corte princesa al encuentro de su hermano.

-Estas hermosa, pequeña- él beso la mejilla mientras la sostenía en un abrazo.

-Ya no me digas pequeña, hoy me convierto en mujer- ella dio un golpecito con su dedo en la nariz de su hermano.

-Mira mocosa tu serás una mujer cuando me alcances, ok- Lion rio feliz sabía que el reto era imposible, pues Lulú era varios centímetros más pequeña.

-No se vale, tu mides 1,90, te odio. -Extendió su pico molesta.

-Pues yo te amo. Ahora, ¿estas lista?

-Sí, vamos, vamos-  dijo estirando del brazo a su hermano para salir, estaba desesperada por ver al chico que tanto le gustaba

-Alto ahí- Elizabeth levantó la voz y ambos hermanos clavaron los pies.

-Ven aquí Lizet, aun no terminan de peinarte. Elizabeth señalo la silla junto al estilista, su rostro estaba tenso y sus ojos verdes destellaban fuego.

-¡¡Mamá!!- Lulú miro a su hermano pidiendo ayuda.

-No me mires así, tu sabes que mamá es una fiera, anda termina estaré esperando. Lion salió y dejo a su pequeña hermana arreglándose.

La fiesta era todo un éxito, más de setecientos invitados, entre ellos inversionistas amigos de Antoan.

Lion estaba sentado en una de las mesas, su mirada estaba perdida en su celular hasta que sintió una mano apretando su hombro. Levanto el rostro y allí con su pícara sonrisa estaba su mejor amigo y socio.

-Deja ese teléfono, es la fiesta de Lizet. Cameron tomo asiento junto a él y arreglo un poco el saco que llevaba puesto.

-Se puede saber por qué llegas recién, - pregunto Lion con una sonrisa.

-Bueno tu sabes, lo importante que son los negocios para mí y nuestra clienta necesitaba atención personalizada- jugo con sus cejas de arriba abajo.

- ¿La rusa?- pregunto Lion.

-No, la latina hermosa, no sabes lo que fue recorrer esas curvas. Mordió sus labios inferiores recordando su cita caliente.

-No cambias más- Lion llevo el trago a su boca y negó observando rápidamente la fiesta.

-Dime, ¿sigues con el estúpido plan del contrato? - pregunto mirando alrededor al igual que su amigo a los invitados, en especial a las mujeres

-Debo protegerla, su padre está cada vez peor, y el maldito mafioso…- Lion fue abruptamente interrumpido.

-Ya, ya, deja tu novela para otro, sé que, aunque te diga que es estúpido tu plan, al igual que las benditas rosas que le dejas desde hace tres años, no me harás caso. Ahora dime ¿dónde está la pequeña Collins? Sonrió al pensar en esos brillantes ojos verdes y esa sonrisa que puede alegrar a la persona más triste del mundo.

-Pues allí- Lion señalo la mesa principal.

Lizet estaba mirando a la pista de bailes, sus ojos estaban tristes y su rostro precioso parecía falto de ese brillo que la hacía única

-¿Qué le sucede? Hablo preocupado Cameron

-No sé, hoy era una chispa, no dejaba de saltar de felicidad- Lion sonrió al recordar como lo jalo para ingresar al salón- pero luego simplemente se quedó allí, e intentado sacarla a bailar, pero se niega así que pensé en dejarla en paz, tal vez este cansada- se encogió de hombros.

Autch- Cameron eso duele, Lion refregaba su pierna al recibir un golpe de su amigo.

-Serás estúpido o desde que te enamoraste no usas la cabeza, Lulú esta triste- Cameron miro para todos lados ¿alguien le hizo algo? ¿lo viste? Pregunto furioso.

-Cameron deja de decir bobadas, desde que entro todos la felicitan.

-Eres… mordió sus labios para no insultar a su amigo y decidió ir por la pequeña princesa sentada en el otro extremo del salón.

A medida que avanzaba, Cameron podía ver las miradas de las mujeres y adolescente, y como es de esperarse de quien sabe y se siente guapo sonrió de costado,  asentía saludando a las damas, que con ver esos profundos ojos negros se derretían en el lugar.

Lizet tenía la mirada perdida, hasta que sus ojos se iluminaron al ver la hermosa figura del amigo de su hermano atravesando la pista como un Dios.

Cameron dejo su saco en la silla junto a Lion y solo llevaba puesto una camisa Gucci negra arremangada hasta los codos y un pantalón pinzado que marcaba sus tonificadas piernas, la mano izquierda estaba oculta en su bolsillo y caminaba como si el mundo fuera de él.

Lizet suspiro y rápidamente sacudió su cabeza, nunca se había sentido así por Cameron, pero lo cierto es que era la primera vez que veía a este hombre en plenitud, y era realmente guapo.

Cameron llego a la mesa y con una espléndida sonrisa extendió la mano.

-Me concedería esta pieza hermosa damisela-

Lizet apretó sus labios y se sonrojo al ver como sus amigas detrás de la gran figura de Cameron asentían desesperadas.

-Por supuesto caballero. Rápidamente se puso de pie y camino sosteniendo la mano fuerte de Cameron hasta el centro de la pista, donde todos cedieron el espacio.

El grupo comenzó a tocar un melodía más calmada y Cameron tomo la pequeña cintura para guiar los pasos de Lulú.

-Dime pequeña ¿porque estas triste?

Lizet trato de concentrase, el calor de la palma de la mano de Cameron atravesaba su vestido, esa sensación era completamente nueva.

-El chico… el chico… trataba de concentrarse, pero no podía.

Cameron entrecerró los ojos y se inclinó un poco más para escucharla, de mas esta decir que este tenía una altura similar a la Lion,.

-¿Qué chico,?, ¿te lastimaron? Dime Lulú- su voz salió molesta y preocupada.

Lizet se apresuró a negar- No, no… el chico que me gusta, Nicolás, hoy vino con su novia- Lizet levanto la vista y se encontró con la mirada profunda de Cameron y automáticamente sus ojos se clavaron en los perfectos labios carnosos de este, cuando una sonrisa se dibujó en él.

-¿Esta aquí? Pregunto para asegurar.

Lulú solo asintió y disimuladamente señalo a un niño rubio que sostenía a otra de la misma edad.

-Pues princesa, aquí llego tu príncipe azul, le daremos envidia a todos y te aseguro se arrepentirá de no apreciar tu belleza, promesa de hermano mayor. Sonrió Cameron acariciando la mejilla de lulú.

Por una extraña razón las últimas palabras de Cameron la incomodaron.

-Cameron tú no eres mi hermano- sonrió con pena por no poder controlas su boca-

-Tienes razón princesa, hoy soy tu príncipe.- Con ternura acaricio la suave mejilla ruborizada de Lulú.

Y a partir de allí el corazón de Lizet dejo de pertenecer a Nicolás.

Solo eso

Temprano por la mañana los vehículos se agolpan en la autopista, personas que desean abandonar la ciudad, para pasar un fin de semana en algún lugar tranquilo, en familia o con amigos cualquiera fuera la excusa con tal de desconectarse del mundo ajetreado que ofrecía la jungla de cemento.

Sin embargo, dos adolescentes tenían otros planes pasar un buen rato en el salón de belleza, una por la boda de su hermano y la otra por la cita con el chico que tanto le gustaba.

El sonido de la campanilla al ingresar al lugar llamo la atención de la recepcionista que con una sonrisa amable les dio la bienvenida.

-Buenos días Marisa, se tenemos cita con Claude.

- Buenos días\, él las está esperando.

Ambas caminaron detrás de la joven que contoneaba sus caderas delicadamente. El lugar estaba cubierto de espejos y luces, los productos de belleza se encontraban ordenados sobre cada cubículo, los diferentes estilistas atendían a sus clientas vip con la mayor dedicación, sirviendo bocadillo y bebidas frescas para hacer de su tiempo el más placentero.

- Mi querida Lulú, te ves cada vez más bella – Claude saludo con un fuerte abrazo a la pequeña adolecente y luego dejo dos besos en el aire a su acompañante.

- Claude, te ves sensacional, tu cabello es hermoso amo ese color.

Claude agito su melena sonriendo arrogante, sus gestos femeninos lo hacían ver más elegante en especial con aquel uniforme entallado blanco y negro.

-Gracia preciosa, ven toma asiento. ¡¡Frankkk!!- grito a su asistente que corrió a auxiliarlo-

-Atiende a esta preciosura, ¿te llamas? - Pregunto Claude a la amiga de Lizet.

-Soy Amelia- la jovencita sonrió y tomo su lugar.

-Bien princesa Collins dime a que se debe la visita de estas dos bellezas a mi local- Claude hablo mientras tomaba sus herramientas para hacer su magia.

- Tenemos una cita- irrumpió Amelia cerrando sus ojos cuando era ligeramente tocada por las gotas de rocío del brumisador de Frank.

-Mmm, una cita ¡que emoción! – chillo Claude

-No, no, - Lizet se mostró emocionada- el día de hoy Lion se casa-

Claude entrecerró sus ojos dudoso- Princesa ¿acaso tu hermano no estaba casado?

-Sí, pero es una larga historia, hoy será una boda sorpresa en la cabaña que tiene fuera de la ciudad.

-Wow ese hombre no solo es bello, que digo, bellísimo, sino que también es romántico.

-Si es una pena que sea tan grande, sino competía con Alma- Amelia rio por lo alto

- Amelia\, eres mi amiga\, pero lamento decirte que en este mundo no hay mujer que sea competencia para Alma ante los ojos de Lion. Lizet suspiro enamorada al decir esas palabras.

-Creo que alguien aquí está enamorada- agrego Fran señalando con el mentón a Lizet, que por unos segundos se perdió en sus pensamientos.

-Claro que lo está, desde hace un año sueña con el amigo de su hermano-

-Nooo, Cameron Anderson- Los ojos de Claude se abrieron emocionados- y quien no, si ese hombre es un crimen ante los ojos de cualquiera, pero cariño- Claude sujeto el cabello renegrido de Lizet por lo alto- él debe tener la edad de tu hermano.

Lizet, observo el rostro compasivo de Claude, entendía esa mirada, para todos lo que la rodeaban ese amor era completamente imposible, pero como hacerle entender a su corazón que se agitaba con cada sonrisa de Cameron.

-Lo sé , aunque es unos añitos menor que Lion- hablo con cierto temor encogiendo sus hombros-

-Amiga es más grande que tú por casi doce o trece años- agrego Amelia.

-No importa, me gusta- Lizet enderezo sus hombros y sus ojos verdes se iluminaron- y sé que con el tiempo el sentirá lo mismo. Amalia sonrió por la ocurrencia de su amiga, pero no quiso agregar más, reconocía a alguien terco cuando lo veía.

-Bueno si lo que quieres es atraer la mirada de ese adonis, has llegado al lugar correcto, hoy me asegurare que cuando Cameron Anderson te vea no pueda dejar de pensar en ti.

Lizet mostro su más amplia sonrisa y asintió feliz.

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Pasaban de las siete de la tarde y el porche color blanco aparco a unos metros de la cabaña, descendió Cameron con un traje color negro perfectamente diseñado para su cuerpo, camino con la seguridad que lo destacaba y sonrió feliz al ver el lugar repleto de pétalos y detalles finos como le había pedido su amigo, se palmeo internamente el hombro, había echo un gran trabajo organizando la boda para Lion.

Atravesó la puerta de la cabaña y corroboro como el poco personal que fue contratado para esta boda, pequeña pero elegante, trabajaba sin parar.

Dio un vistazo general, pero sus ojos se detuvieron en el perfecto cuerpo de una dama en el patio trasero del lugar junto a las sillas de los invitados.

Sus ojos deliñaron desde los tacones de doce centímetros, hasta las perfectas pantorrillas, se detuvo en el trasero firme y redondo para luego continuar por la espalda desnuda que dejaba entrever la pequeña cintura.

Cameron jamás le dio importancia a la ropa que llevaba una mujer, solo en cómo debía hacer para arrancársela, pero ese vestido azul fue un deleite para sus ojos.

Camino como un depredador a su presa, mientras su lengua recorría su labio inferior y mostraba una sonrisa arrogante y seductora a la vez, cuando se detuvo detrás de esa figura tan hipnótica se inclinó para susurrarles al oído.

Estaba seguro que esa belleza era Dana la amiga de Alma, y aunque jamás pensó que esta mujer poseía semejante cuerpo esta vez estaba dispuesto hacer los honores de probarlo.

-Hola preciosa. Susurro al odio. Quien percibió el aliento caliente, sintió la piel se erizarse desde la punta de los pies a la cabeza-

Lulú lentamente volteo, allí estaban esos ojos negros profundos, que comenzaron a parpadear sorprendidos.

-¡¡Cameron, llegaste!!- sin darle tiempo al empresario, sus brazos rodearon el cuello y sus labios impactaron en la mejilla rasposa producto de la sutil barba de este.

-Lulú? Hablo casi dudoso.

-Te tardaste demasiado, Lion estuvo preguntando por ti. Lizet hablaba con el mismo entusiasmo de siempre, quería evitar que el hombre que tanto le gustaba se diera cuenta de cómo se había sonrojado.

Cameron por su parte se golpeaba mentalmente, por todos los pensamientos pecaminosos que transcurrieron en su mente al ver a Lizet.

-¿Estas bien? - pregunto Lizet al ver que este solo la miraba perplejo y no hablaba-

-Por fin llegas zopenco- Lion golpeo la cabeza de Cameron y este reacciono al fin.

-Debía ir a casa a ducharme, estuve todo el día aquí.

-Bueno, bueno, te perdono por que hoy es mi bod…- Lion quedo con la palabra a medio terminar al ver a su hermanita.

¿Qué llevas puesto? - hablo como todo hermano celoso.

-¿Te gusta? Lulú giro sobre sus pies y la falda que daba sobre sus rodillas se levantó ligeramente mostrando sus delicados y perfectos muslos.

Cameron trago saliva y sacudió su cabeza tratando de apartar la vista.

-Es tu hermanita, pervertido- se dijo para sí.

-Estas hermosa, y permito que estés vestida así porque es mi boda y no hay ningún niño aprovechado mirando- afirmo Lion-

Cameron aclaro la garganta y acomodo su corbata.

Lion volteo para encontrase con el rostro de Cameron, pero este estaba mirando alrededor, buscando desviar la vista de lulú.

-Cameron, tu acompañante ¿Dónde está?- pregunto curiosos-

Lulú mordió el costado de su mejilla interna tratando de contener los celos, siempre que Cameron estaba con una mujer era muy difícil para ella manejarlo.

-Ocurrió un accidente y la llamaron de urgencia creo que no podrá llegar- sonrió al ver los ojos brillantes de lulú, y recordó como esa niña lo enternecía-  Pero no importa- camino hasta lulú y tomo su mano para sujetarla a su brazo.

Lizet se emocionó con el gesto y su sonrisa se amplió hasta donde permitían sus labios.

-Mi pequeña hermana será mi acompañante ¿Qué dices Lulú? Preguntó emocionado Cameron.

Lizet trato de mantener la sonrisa y asintió, frente al rostro feliz de Lion.

-Solo soy su hermana, solo eso- pensó

Nuevos sentimientos

La noche se volvía cada vez más romántica, Lizet se paró a un costado de pista y sus ojos se cristalizaron, suspiró profundo tratando de ahogar su tristeza, no dejaba de ver a su hermano susurrar al oído de su esposa la canción que había elegido para su primer baile de esposo.

Fue mucho para procesar cuando detrás de la pareja vio la sombra del hombre que amaba y ella no era quien estaba junto a él. Quien iba a pensar que treinta minutos antes ella era su acompañante, pero todo se esfumo en parpadeo.

30 minutos antes

-Los novios deben dar su primer baile- exclamó Elizabeth y todos aplaudieron.

Lizet estaba sentada tomando una copa de jugo natural y volteo a buscar a Cameron, no quería perder la oportunidad de bailar con el cuándo todos se unieran a los novios.

Se puso de pie y observo todo el lugar, pero no lo vio, entonces decidió adentrase a la cabaña, busco en las habitaciones, pero él simplemente no aparecía.

-Disculpe, ha visto al Señor Anderson- pregunto con una gran sonrisa a uno de los mozos.

-El señor salió, iba hablando por teléfono. El hombre sonrió y se retiró del lugar.

-Gracias – Lizet camino apresurada y sus pies se congelaron debajo del marco de la puerta principal.

Poco a poco sintió como un frio que recorría su nuca y apretó sus manos en puño para contener las lágrimas.

Cameron sostenía de la cintura a una bella mujer que lo tenía agarrado del cuello, sus bocas se entregaban en un beso apasionado como si no quisieran parar.

-Cameron- susurro Lizet, pero fue suficiente para que el soltara a la mujer y limpiara la comisura de sus labios.

-Lulú ¿Qué sucede pequeña?, acomodo su ropa y camino hasta ella, los grandes ojos verdes se clavaron en la mujer que arreglaba su cabello y la miro con ternura.

-Tu eres Lulú, la hermanita de Cameron ¿no?, soy Nicol su novia.

Lizet permanecía congelada -No- dijo con seguridad-

Cameron se sorprendió por la respuesta y tomo las manos de Lizet, estas estaban frías.

-Lulú ¿sucede algo? Pregunto preocupado-

-Nada- saco su mano, el baile va a comenzar- sin más giro sobre sus pies y camino al baño- Detrás escucho la voz de Cameron llamándola, pero ya no podía soportarlo, cerro con seguro la puerta y se paró frente al espejo.

-Respira, solo respira- se decía tratando de contener las lágrimas- ella es hermosa- susurro llevando ambas manos a su boca para cubrir sus sollozos. -

Paso largo tiempo y ahora estaba observando a la distancia al hombre que amaba con alguien más.

La canción que su hermano eligió era hermosa, expresaba incluso lo que ella sentía, tal vez algunos la veían como una niña tonta de dieciséis años que se emocionaba por todo. Si supieran que su corazón estaba simplemente roto habrían entendido el porqué de sus lágrimas.

“Porque te doy todo los mío, y tú me das todo lo tuyo”

“Cuantas veces tengo que decirte que incluso cuando lloras eres todavía hermosa”

Lizet miro con ternura como su hermano le decía te amo a su cuñada y el dulce beso que ella le regalo, su corazón simplemente se apretó más en su pecho. Seco sus lágrimas y sonrió con tristeza

-Hey hermosa ¿porque lloras? - Cameron la abrazo y ella como cada vez sintió su corazón acelerarse. En qué momento él había llegado a ella

-No ves- señalo a la pareja, no iba a decirle que verlo con otra la destrozaba por dentro- quisiera que me amaran así.

-Quisiera que tú me amaras así- se dijo para si

-Tranquila, seguro encontraras a quien amar así- Cameron observo a la pareja que no dejaba de darse caricias en la pista.

Lizet sintió una puntada en su estómago, una mezcla de dolor e ira, para él ella solo era una niña incapaz de amar a tan corta edad

-¿Quién dijo que no lo encontré? Lulú salió caminado a hacia la cabaña molesta, ya no soportaba estar allí

Cameron frunció el ceño y volteo para verla marcharse, por una extraña razón eso lo molesto

- Lulú tienes solo dieciséis años\, tienes prohibido enamorarte- Cameron la seguía molesto\, era su hermanita\, pero sus ojos se clavaron en la espalda desnuda y como contoneaba ese cuerpo\, mordió su mejilla interna fuertemente\, por mirarla de esa manera.

-¡¡No moleste Cameron!!- ella grito y entro a la cabaña seguida por él-

Cameron la tomo del brazo y la jalo contra su cuerpo, el pequeño cuerpo de Lizet choco con el amplio pecho y su rostro quedo a la altura del mismo.

-¿Qué sucede, linda?- él tomo la barbilla de esta y la levanto , grande fue su asombro por todas aquellas sensaciones que le generaron esos hermosos ojos verdes lleno de lágrimas; el rostro perfecto delineaba mejillas rosada suaves, la piel blanca relucía con los mechones de cabello negro que caían delicadamente. Cameron con dulzura alejo el cabello y lo ubico detrás de la pequeña oreja.

-Solo déjame ir. Susurro Lizet clavando su mirada en aquellos ojos negros que la desarmaban.

Cameron comenzó a inclinarse, no entendía porque esos labios brillantes y rosas lo atraían con desesperación.

-¿Qué sucede?- la voz femenina detrás provoco que él despertara de esa ilusión y se alejo de Lizet como si ella quemara.

-Mi pequeña es muy emocional. Sonrió caminado hasta la mujer

-Oh, las bodas también me ponen sensible- Nicol camino al encuentro de Cameron, este beso su frente y luego la sostuvo de la cintura.

Lizet observo la escena, aun se preguntaba que habría echo Cameron si ella no interrumpía y por una extraña razón se siento feliz.

-Pero no te reocupes es normal a tu edad, enamorarse y luego desenamorase, - Nicol rio

-No mi hermanita es muy pequeña aún. Lulú jamás miraría a un chico aun ¿Cierto? Preguntó curioso.

-Pues te equivocas Cameron, hay alguien que me gusta, pero no me ve- Sonrió con tristeza-

Cameron tenso su rostro y presiono sus dientes, estaba en extremo celoso. -

-Aun eres pequeña- afirmo molesto-

-Amor, déjala ser, a su edad tu también buscabas niñas bonitas, aunque ahora solo me tienes a mí- Nicol tomo el rostro de Cameron y dejo un corto beso. Lizet no pudo soportarlo y cerro sus ojos.

-Lo se hermosa, ahora solo tengo ojos para ti – su dedo índice toco la pequeña nariz de Nicol

-Pero tú…- cuando volteo quedo con las palabras en la boca Lizet ya no se encontraba allí.

-Sera mejor que no la molestes, debe estar pasando por un desamor, todas las niñas son así, ven vamos a bailar- Nicol lo jalo afuera.

Cameron volvió su vista atrás para encontrar a esa niña y el solo pensar que su lulú estuviera con alguien hizo que apretara su puño con fuera, ella no podía, no debía.

- Ella es pequeña aun,

- Eres un hermano muy celoso, si no fuera porque ella tiene dieciséis y la gran diferencia de edad entre ustedes, diría que estas enamorado- Nicol rio por lo alto y Cameron solo sonrió.

No, eso no… ella solo es mi pequeña- se aseguró para sí.

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