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MATRIMONIO ARREGLADO.

Cap 1

...Narradora:...

...Luego de la perdida de sus padres, una hermosa joven quedó a cargo de él mejor amigo de su padre....

Si bien su familia no venía de la clase alta, Él mejor amigo de su padre era un hombre puro que no creía en que los verdaderos amigos deban de tener el mismo nivel social.

...

Al transcurrir los años, la joven Diana se graduo de la universidad obteniendo su carrera de contadora y administradora , sugerencia de el señor Evans, quien le pidió de favor estudiar aquello ya que quería involucrarla en los asuntos de su empresa, pues el pobre hombre ha sido estafado en muchas ocasiones por personas a las cuales llegó a apreciar.

Luego de que llevara a Diana a la empresa, el amable señor Mario Evans enfermo terriblemente pidiendo a su hijo que tomara su lugar en la empresa y se hiciera cargo por un tiempo de ella en lo que el se recuperaba.

El joven Sam no estuvo de acuerdo con el pedido de su padre, pues este creció en otro país junto a su madre viviendo la ausencia de su padre debido a su trabajo, Claro estaba que sus padres se habían divorciado cuando el tenía solo 12 años, pero a pesar de ello.. estos se llevaban de excelente manera debido a la historia vivida entre ambos y la unión que los mantendría por siempre, su amado hijo.

......Hospital:......

~Sam, comprendo tu desprecio asía mi, pero no puedo dejar mi empresa en manos de alguien más. ~ Dijo el hombre mientras tomaba su pecho con notorio dolor.

~No puedes pedirme eso padre, Jamás he vivido en el mundo de los negocios, jamás he ejercido semejante responsabilidad y solo deseo seguir mi vida como esta, haciendo lo que amo.~ Respondió el joven de hermosos ojos azules y cabello azabache. ~ Tengo una vida, una oportunidad para salir a delante sin tu ayuda y quiero cumplir mi meta.

~¿De que hablas?~ preguntó el hombre con cierta curiosidad, pues su ex esposa no le había comentado absolutamente nada de todo lo que él joven vivía luego de que este cumplió sus 21 años.

~ El siguiente año recibiré mi título como Médico generalista y no quiero dejar eso para irme a trabajar a tu empresa. ~ contestó este con frialdad.

El hombre quedó en silencio, comprendía el que su hijo lo aborreciera y así mismo a su empresa debido a el tiempo que está le ha robado para estar a su lado, pero el joven que estaba frente a él debía de aprender algo, pues todo lo que ha tenido en la vida fue a causa de el gran esfuerzo que el ha puesto en su empresa, gracias a que ha dejado todo allí.. a su hijo jamás le faltó nada material.

Debería de hacerlo, pues está era su única oportunidad y quizás sabiendo de que su único hijo rechazara ese puesto, tendría que si quiera poner a alguien de su familia.

~Sam, ¿con que estas pagando los estudios de tu carrera? ~ preguntó el hombre poniendo dureza en su vos. ~ ¿Lo has conseguido debido a el duro trabajo que haces o solo aceptas los cheques que le envío a tu madre para suplir cualquier necesidad?

~ Mario, habla con tranquilidad. ~ habló su ex esposa, quien al saber sobre su recaída no dudo en ir a apoyarlo con aquella decisión que este había tomado.

~ Mi hijo no entiende razones y debo actuar. ~Respondió desviando su mirada de Elena a Sam. ~ Respondeme.

~ Sabes bien que no he trabajado jamás, siempre quise esperar a encontrar mi profesión, la cual no tiene nada que ver con tu empresa. ~ Respondió este con amargura mientras volteaba su mirada a un lado.

~ ¿Entonces dejarás que todo mi esfuerzo de años se vaya a la basura? ¿Que todo lo que he preparado para que tu siguieras quede en manos de alguien que no es de mi familia? ~ él no responde. ~ ¡ Responde! Porque si tienes algo hoy en día es gracias a mi, gracias a todo el trabajo diario que he hecho.

~ No necesitas hecharme todo eso en cara, padre. era tu deber si quiera mantenerme, ya que físicamente jamás estuviste.

~ Fui y soy quien paga todo lo que tienes, el dinero que usas para salir con tus amigos y mujeres a fiestas es el que me he ganado a costa de mi trabajo.

~ ¿¡ESTAS ECHANDOME EN CARA ESO!? ~ Gritó al borde de las lágrimas. ~ ¿¡Porque hacerlo!? si jamás me diste una muestra de cariño, jamás estuviste para mis cumpleaños o cuando enfermaba, ni siquiera te presentaste cuando me gradué de preparatoria. ¿Ahora vienes a reclamar me? ¿Quieres que haga tu voluntad por amor? ~ se acerca a su padre y lo toma por el cuello de su camisa. ~ Pues déjame decirte que el dinero jamás comprara un abrazo, ni el cariño, ni la presencia que tu jamás me diste, YO NO TE AMO.

La maquina que se encontraba a un lado de él hombre, la cual marcaba su ritmo cardíaco comenzó a sonar, alertando a los presentes en la habitación para que llamaran a los médicos.

...

...

Horas más tarde, el abogado se encontraba reunido con la señora Elena y el Joven Sam, pues debía de anunciarles lo que el señor Evans había dejado como cláusula por si un nuevo infarto llegaba y lo dejaba en coma.

~¿¡Renunciar a nuestros vienés!? ~preguntó la mujer con preocupación. ~ Pero.. tiene que haber un error, Mario jamás nos dejaría desamparados.

~ Señora Elena, él ha dejado una condición para que ustedes no pierdan procesión de todo lo que tienen. ~ comentó el abogado Carl mientras veía a ambos. ~ Si me permite, terminaré de leer la carta.

~ Prosiga. ~ Respondió Sam viendo a el Hombre.

...Carl:...

Si bien mi compromiso partió a los 21 años cuando ella cumplió su mayoría de edad, fue por mi pedido que ha estudiado economía y administración de empresa, le he prometido una buena vida desde que mi difunto amigo falleció dejándome a su mayor joya.

Ella a aceptado los términos de este contrato como agradecimiento a todo lo que he hecho por ella y espero que mi hijo también acepte voluntariamente mi petición.

apartado: Mi unico hijo Sam Evans deberá desposar a mi ahijada, la señorita Diana Monz, quien se hará responsable de la empresa hasta que mi salud vuelva a mejorar, el lapso del matrimonio debe de ser como mínimo 1 año, en el cual ambas partes deberán de convivir. Si mi hijo se niega a aceptar, deberé de retirar toda la ayuda que le he otorgado ya que su negación formaría parte de él poco valor que le tiene a mi sacrificio para llevar a mi empresa hasta la sima. No hay necesidad de que intente trabajar allí ya que se que desconoce este rubro, pero si quisiera aprender, la señorita Diana esta capacitada para enseñarle todo lo que ha aprendido de mi.

dejando esto como cláusula, pido perdón por esto y deseo que ambos cumplan con su parte.

^^^Señor, Mario Evans.^^^

~¿¡Acaso se ha vuelto loco!?

~ Creo que su padre sabía de ante mano que el señor se negaría a aceptar. ~ comentó el abogado viendo a el joven fruncir su seño.

~ Hijo, comprendo que no quieres hacer esto pero.. es la única forma que tenemos para conservar todo lo nuestro. ~Habló la señora Elena tratando de persuadir a su hijo. ~ Un año pasa como si nada, cuando menos te des cuenta, ya estarás nuevamente soltero y con tu carrera finalizada.

~ Él jamás dijo nada de mi carrera.

~ Permitame decirle que su padre accederá a pagar sus estudios siempre y cuando usted despose a la señorita. ~ *interrumpió el señor Carl ganándose la mirada confusa del muchacho. *¿Que quería conseguir con eso su padre*?*

~ Un año viviendo con una completa desconocida, ¿No crees que es una locura madre? ~ preguntó y está solo bajo la mirada.

~ Sam, solo es un año.

Éste bufa para luego ver un punto fijo, no estaba seguro de si aceptar o no.. pero viendo todas sus opciones, no tenia otra salida, o aceptaba las condiciones de su padre para que siguiera pagando su carrera o simplemente debería de buscarse un trabajo para no perder los 5 años que invirtió en esta.

*No podía estarle pasando esto.*

Cap 2

No ha podido ir a visitar a su padrino, el señor Evans, debido a el mucho trabajo acumulado.

Diana se encontraba nuevamente envuelta en el trabajo que había dejado pendiente su padrino cuando enfermo, si bien a muchos de los empleados no le agradaba, ella quedó como responsable de la empresa ha pedido de su padrino.

Sus pensamientos viajaban a aquel día en el cual le pidió que aceptara despozar a su hijo para que no se sintiera sola, pues él hombre sabía que debido a su reciente enfermedad.. no podría acompañarla por mucho tiempo.

Pese a que se quiso negar no pudo hacerlo, pues él hombre se había hecho responsable de ella cuando sus padres partieron, era el único familiar que tenía y al cual le debía mucho.

......Flashback: ......

- Se que la idea no te emociona, pero es necesario que tu y Sam se casen y tomen ese año para conocerse el uno al otro.- habló el hombre mientras veía el piso con tristeza. - *No podría marcharme en paz sabiendo que te encontrarás sola.

- Padrino, ya no soy una niña pequeña de la cual debas preocuparte, ya tengo 25 años*.- respondió la joven mientras tomaba la mano de él hombre y la acariciaba con ternura. - *Pase lo que pase, seguiré haciendo crecer tu empresa y cuidare de que nadie vuelva a robarte.

- La muerte es la que me esta robando, Cariño*.- dijo el hombre viéndola apenado.- *Lo único que deseo es verte casada para partir en paz y no hay mejor hombre para ello que Sam, él no te pedirá nada y siempre respetará tus decisiones.

- ¿Que piensa él de esto, padrino? no quiero que me odie por tomar esta decisión*. - respondió ella sacando una sonrisa de él hombre, pues su respuesta la acababa de dar en aquella pregunta.

-Tu no te preocupes por ello, yo hablaré con él y lo convencere de hacerlo.- respondió palmeando la mano de la mujer con dulzura. - *Entonces.. ¿harás feliz a este pobre viejo antes de que se marche de este mundo?

- Padrino*..- dijo la joven mientras lo abrazaba y dejaba escapar unas lágrimas.- *Sabes que todo lo que me pidas lo haré, pero no estoy preparada para dejarte partir, no quiero que te mueras.

- Tranquila, este donde este.. yo cuidare de ti*.- respondió para luego besar con ternura la cabeza de la joven, a quien ha querido por mucho tiempo como a su propia hija.

......Fin del Flashback. ......

Pesé a lo que ocurriera luego, ella no lo decepcionará.

- Señorita Diana, un hombre la busca.- dijo la secretaria de él señor Evans mientras la veía de mala manera.- ¿*Que desea que haga?

- Déjalo pasar, de seguro tenia cita con mi padrino*.- respondió ella sin quitar su mirada de la portátil, pues sabía con el prejuicio que todos la miraban allí, Jamás dejaron pasar la oportunidad de decirle que ella se encontraba envuelta en un amorío con el Señor Evans y por ello este la ha dejado a cargo de todo.

Momento después de que la joven salió, Diana se permitió suspirar para luego tomar su cara entre sus manos y pensar en cuan difícil se volvería todo.

- Así que ya estas acomodada. -una desconocida vos la trajo nuevamente a la realidad y levantó su mirada para ver de quien se trataba. Un apuesto hombre de ojos azules la veía con rencor, sin saber aún todo lo que está linda joven ha tenido que vivir. - Mi padre ha dicho que no estabas interesada en el dinero pero veo que se ha equivocado. - dijo viendo todo a su alrededor.- *Estas bastante cómoda aquí.

- Usted ha de ser el señor Sam Evans*. - respondió ella poniéndose de pie.

- Al parecer algún parecido debo de tener con mi padre. - respondió sonriendo falsamente.- *He venido a hablar contigo por el pedido de mi padre.

- Comprendo*.- contestó para luego caminar a él sofá y sentarse en el.- Esta en su empresa señor Evans, puede hacer lo que se le plazca aquí.- Agregó dándole a entender que si quería sentarse o quedarse de pie, era libre de hacerlo.

- Esta no es mi empresa y no quiero saber absolutamente nada de ella. - respondió de mala manera para luego caminar a un esquinero en el cual su padre tenía una deliciosa botella de vino junto a dos copas.- ¿Gusta señorita Monz?

- No señor, no bebo.- respondió con amabilidad y él levanta sus hombros restandole importancia para luego servirse una copa de vino y caminar a ella sacando un papel y poniéndolo frente a ella. - ¿Que es? - preguntó y el se apoyo por la pared viéndola con firmeza.

- Es un acuerdo que firmaras renunciando a todos los bienes que mi padre a dejado a tu nombre y permitiendo que estos vuelvan a mis manos, también aclara la parte de que ninguno de nosotros piensa contraer matrimonio rechazando con esto que la palabra de mi padre se cumpla.- respondió y vio con atención a la mujer que tenía enfrente. *No estaba mal para pasar una noche ¿pero casarse con ella? no, él ya tenía a alguien en su vida para dar ese paso.*

- Señor Evans, pese a que me gustaría complacerlo.. no puedo firmar dicho acuerdo.- respondió provocando que este frunsa su seño con molestia.

- ¿Porque no? - preguntó molesto.

- Porque no se pueden firmar dos contratos distintos.- respondió ella mientras se ponía de pie y caminaba nuevamente al escritorio.- Esta es solo una copia de lo que su padre me ha hecho firmar, el original esta en manos de el abogado y no es persona fácil para poder apoderarse de dicho contrato. - añadió dejando el contrato en la mesilla.

Sam camino hasta el lugar y tomó aquel contrato mientras se molestaba aún más. Su padre sabía de ante mano que el vendría a el lugar para exigir lo que exigía.

- Este viejo siempre está un paso a delante.- respondió tirando el papel al piso para luego golpear con molestia la mesa.- Bien, entonces aceptaré desposarla pero en cuanto se cumpla el año.. usted se borrara completamente y dejará todos los bienes de mi padre a nombre mío.

- No tengo problemas con ello, Señor. Aquí solo soy una empleada más que vela por todo lo que mi padrino ha luchado por años, solo estoy aquí hasta que el mejore y para asegurar que nadie vuelva a estafarlo.- respondió la joven con seriedad.- *Lo material jamás me importo y mi padrino acabe que no deseo nada de su parte.

- Pues no parece, ya que ha puesto todos sus bienes a tu nombre olvidándose por completo que tiene un hijo*.- respondió él con desprecio.- *Al caso, todas dicen no querer nada pero en cuanto el dinero falta, su ausencia se nota.

- Lamento que haya pasado por eso pero este es un caso completamente distinto, no me interesa ni sus bienes, ni su dinero, ni usted. Lo único único quiero es que mi padrino mejore cuanto antes*.- *contestó dejando a él joven observarla con dudas. *¿En verdad está mujer no deseaba nada de lo que su padre tenía? por que bien fácil la tenía para renunciar a el matrimonio y apoderarse de todo, pies su padre se había encargado de dejar todo a nombre de la joven*.*

- Muy bien, te dejare unos puntos claros entonces.- dijo aclarando su garganta.- Primero, nos casaremos solo por el civil, no deseo que haya fiesta ni algún recuerdo de que esto alguna ves pasó.- Ella asiente. - Segundo, conviviremos pero no compartiremos la habitación ni el espacio, solo cocinaras para ti, limpiaras lo que ensucias y te encargaras solo de ti, no tienes que estar sobre mi mientras estamos solos, eso lo harás solo cuando estemos en público.- ella vuelve a asentir.- *Tercero, me enseñaras todo lo que hay que saber para manejar esta empresa. Pese a que no deseo seguir con esto, debo de reconocer que mi padre ha luchado mucho para tenerla.

- Así es señor*.- respondió ella y el la vio sin ninguna expresión.

- Cuarto, no debe ni tiene que importarte si vuelvo o no a casa, si como o no. - añadió. - *Soy un hombre al que le gusta ir de fiestas y estar rodeado de lindas mujeres y no me gustaría que me hicieras un escándalo por ello.

- No se preocupe, no soy ese tipo de mujer*. - contestó ella.- *Haré de cuenta que ni siquiera lo he conocido.

- Solo podrás hablarme si estas dispuesta a ofrecerme algo interesante, que nos beneficie a ambos*.- agregó viéndola de pies a cabeza. - *Porque debo de imaginar que para la cama a de ser un lindo desastre.

- Se confunde, no tengo experiencia en el ámbito sexual ni me apetece experimentar nada con un hombre que se casa conmigo por medio de un acuerdo*.- respondió para luego caminar nuevamente a el escritorio y comenzar a teclear en su portátil.

- ¿Estas diciéndome que eres virgen? - preguntó incrédulo más sin embargo ella no respondió.- No me lo creo, eso tiene que ser una mentira.- agregó sonriendo pero de igual manera no obtuvo nada.

luego de unos cuantos minutos en los cuales ella se entretuvo con su portátil y el la veía con detenimiento.. él ruido de la impresora trajo a Sam devuelta a la realidad.

Diana camino en su dirección, tomo un bolígrafo y firmo un papel para luego entregárselo.

- Cada uno de los puntos que han dejado claros están escritos aquí y ya lo he firmado, solo falta ti firma.- dijo al ver que el no lo tomaba.- Puedes leerlo tranquilo y luego firmarlo, mientras tanto volveré a mi oficina. - él levanta la cabeza sorprendido viéndola recoger sus cosas.- *Si llega a necesitar algo, mi oficina es la de al lado jefe.

- No no no no*.. - dijo deteniendola.- *No puedes dejarme solo aquí, ¿que se supone que haga?

- Sobre el escritorio he dejado 3 carpetas que necesitan la firma de el jefe, en este caso mi padrino no está y como usted es su hijo puede hacerlo*.- respondió ella. - Son acuerdos con accionistas y presentaciones de empleados, todo esta bien detallado, si no necesita nada más paso a retirarme.- dicho esto, salió de la oficina dejándo a el joven con mal sabor en la boca.

*¿Acaso había prejuzgado a esa inocente mujer sin motivo alguno? - No, de seguro esta era solo una máscara para que el cayera rendido a sus pies.*

Cap 3

Dos tediosos meses pasaron como si nada, en solo unos días más ambos deberían de dejar su firma en el registro civil para que el trato sea concretado.

Diana había ayudado a que Sam entendiera muchas cosas de la empresa por lo que él, en lo más profundo de su silencio se lo agradecía.

Ambos siguieron de acorde a lo planeado, no cruzaban más que las palabras necesarias y se disponían a hacer cada quien su vida.

La casa que les fue asignada era hermosa, pero lo era para un verdadero matrimonio, algo que ellos no eran.

...........

Sam se encontraba perdido en el trabajo cuando un golpe en la puerta lo distrae de ello.

- Adelante. - Dijo viendo a la puerta para ver a Diana pasar por él umbral.

- ¿Me a solicitado, señor? - preguntó ella, más sin embargo no obtuvo respuesta. Él realmente se había molestado porque ya estaba arto de escuchar a su futura esposa tratarlo de "señor o Jefe"

- Si te he solicitado y antes que nada, de ahora en adelante te dirigiras a mi por mi nombre. - respondió con seriedad obteniendo solo el asentamiento de la joven.- *Necesito que me expliques un poco de él nuevo proyecto, hay cosas cosas el que no me cierran del todo.

- Él nuevo proyecto abala la extensión en distintos países para que la empresa pueda crecer aún más*.- comentó mientras se dirigía a el escritorio y se paraba enfrente de Sam.- *Como puede ver, aquí esta la solicitud enviada a la ciudad de Los Angeles y la aprobación inmediata que recibimos.

- ¿Porque alguien aceptaría cerrar un trato en meno de dos días?

- Porque la empresa de su padre es una de las más grandes conocidas a nivel mundial y el respeto que él se ha ganado de muchas personas fueron la causa de la aceptación de esta ciudad*.- contestó nuevamente y el asiente.

-Muy bien, quiero que mandes a un equipo para que termine con el acuerdo allí.- ella asiente y espera un momento más, él levanta su mirada a ella. - ¿*Que sucede?

- Es que.. quería pedirle permiso para salir un poco más temprano*.- respondió ella viendo el piso.

Él se tira para atrás en su asiento mientras la ve y juega con su bolígrafo, por una extraña razón su pedido lo molestaba ya que Diana no era de esos empleados que pedía salir antes.

- ¿Para que deseas salir antes? ¿Tienes que ver a tu novio? - preguntó con su seño fruncido y ella negó sin levantar su mirada.

- Mi padrino lleva dos meses y medio internado y aun no he podido visitarlo ni una sola ves. - respondió. - Solo deseo ir a visitarlo hoy si me lo permite.

Por más que quizo, simplemente no pudo negarse a su pedido, su padre ha sido un hombre ausente con él pero.. para ella fue aquel padre que había perdido.

- Da el aviso a el grupo que le corresponde ir a aquella ciudad y ve. - Respondio. - Tienes el resto del día libre. - Ella levantó su mirada a él y agradeció enormemente su gesto, asintió y se despidió de él para luego marcharse.

Estaba más que claro de que no la dejaría ir así nomas, se encargaría de seguirla y saber si realmente iba a ver a su padre.

Esperó aproximadamente unos 20 minutos en el estacionamiento hasta que pudo ver a Diana salir, más sin embargo ella no se dirigió a el lugar.

Rápidamente se subió a su carro y vio como la joven caminaba hasta una florería, salía de esta con un hermoso arreglo floral para luego caminar a la parada de bus.

*¿Acaso era necesario tomarse un bus? con lo que ganaba en la empresa de su padre podría comprarse un vehículo con facilidad.*

Espero por un largo rato hasta que el bus llego, Diana se monto en el y Sam lo siguió.

pasaron aproximadamente unos 40 minutos hasta que la ve bajar a dos cuadras de él hospital privado en en cual su padre se encontraba.

*¿Existía la posibilidad de que ella fuera a ver a alguien más?*

Eso no lo sabia pero iba a averiguarlo.

bajándose del carro se dirigió dentro de el hospital y se escondió al ver a la joven parada frente a recepción.

- Disculpe, ¿la habitación del señor Evans? - pregunto con amabilidad.

- ¿Es usted un familiar cercano? - preguntó la enfermera.

- Soy su ahijada, la señorita Diana Monz.- respondió y vio a la mujer teclear su nombre en el computador.

- *Disculpe, usted no aparece autorizada para visitar a el señor Evans.

- No puede ser, tiene que haber un error*.- comentó ella con preocupación.- ¿*Podría si quiera hacer la excepción? llevo tiempo sin ver a mi padrino y quiero hablar con el un momento.

- El señor Evans está en coma, no creo que pueda hablar mucho con él y lamentablemente no puedo ayudarla, no aparece en el registro de visitas*.- *contestó la mujer mientras la joven sentía sus ojos arder y su corazón doler. *Jamás supo que su querido padrino había caído en coma*.*

- Señorita, se lo suplico..- Dijo con su vos entrecortada.- *Déjeme ver a mi padrino.

- No puedo hacerlo, lo lamento*. - contestó apenada la mujer, quería poder ayudarla pero lamentablemente los protocolos del lugar no se lo permitían.

Sam observo la escena y aunque quisiera evitarlo, no pudo con el dolor que sentía en su pecho al ver a su futura esposa llorar.

Jamás le ha gustado ver a las mujeres llorar y esta no podía ser la excepción.

Diana camino cabizbaja en dirección a la puerta mientras zollosaba y limpiaba sus lágrimas, parecía una niña que perdió lo más importante de su vida.

Sam se acercó a ella tomándola de su mano para luego caminar con ella en dirección a el ascensor, la enfermera trato de detenerlos pero ya era tarde, ellos se encontraban subiendo.

- Tu.. ¿me has seguido? - preguntó con sorpresa la joven mientras lo veía.

- Agradece a que lo hice, de otra manera no podrías ver a mi padre.- respondió sin voltear a verla.

- *Yo.. te lo agradezco.

- Bien ya vamos avanzando*. -comentó confundiendo a Diana.- acabas de hablarme sin formalidades y la verdad prefiero que sea así, porque cuando me hablas de señor solo me haces sentir viejo. - añadió más sin embargo ella no dijo nada, solo bajo su mirada esperando a que el ascensor se detuviera.

Cuando las puertas por fin se abrieron, Sam vio a Diana correr a la habitación de su padrino, la cual era la única en ese piso.

- Padrino..- zolloso mientras tomaba la mano de él hombre que se encontraba postrado en la cama.- Perdóname, no sabia que tu estado era tan grave, debí de venir antes pero.. no había forma de dejar todo, no quería que alguien aprovechara tu ausencia para robarte, lo lamento en verdad. - Añadió mientras dejaba un beso en su mano.- Prometo que trataré de venir todos los días a verte, a hablar contigo hasta que despiertes, por que si lo harás ¿verdad? - preguntó mientras acariciaba su cabeza y sentía como el dolor incrementaba en su pecho. - Tienes que hacerlo padrino, eres todo lo que me queda en esta vida y.. si tu mueres.. yo moriré contigo. - finalizó para luego romper a llorar.

*Eres todo lo que me queda.*

Esas palabras retumbaron en los oídos de Sam quien observaba la escena. ¿Como podría él decirle que no se debía de sentir así? si no podía prometerle estar a su lado para siempre, no podía ofrecerle algo más que aquel trato.

Dándose la vuelta abandono el lugar, dejaría que ella hablara con su padre a solas, pese a que este no la escuchaba, ella seguiría hablándole sin importar nada.

Al llegar a el primer piso vio a la enfermera de recepción con dos policías, quienes estaban siendo informados de él acto cometido por él.

- *Señor..

- Soy Sam Evans, hijo de Mario Evans y la mujer que entró conmigo es mi prometida*.- habló interrumpiendo a el policía.- Quiero que en este mismo momento la agreguen a las visitas de mi padre, pues fue la única persona que estuvo a su lado por años.

Finalizando eso, se dirigió a los asientos de la sala de espera y suspiro. Esta mujer estaba provocando cosas que él no quería sentir, pero sería quien se encargue de dejar claro que no es más que una mujer dispuesta a todo por dinero, él lo creía así y iba a demostrar que no se equivocaba.

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