Es verdad que estos últimos meses han sido agotadores, pero sigo sintiendo como si no hice lo suficiente en todo este tiempo.
El reloj marca las 9 de la mañana, me levanto, entro en la ducha y dejo que el agua arrastre ese cansancio acumulado, hasta volverme una con el agua. Salgo envuelta en mi toalla y me dirijo directo al armario.
Tomo una gran caja dorada, que fue un regalo que me dió mi madre para la exhibición de su siguiente obra, mi madre siempre ha sido muy reconocida por sus artes plásticas, incluso tiene unos clientes que pagan mucho dinero por sus obras, lamentable una enfermedad acabo con el sueño de crear su propia galería.
deje a un lado mis pensamientos, mientras me colocaba el hermoso vestido negro noche lleno de pedrerias incrustadas, me hubiese encantado usarlo para otra ocasión, pero se que este es el momento adecuado, recojo mi cabello en un moño alto y me aplicó un poco de base y corrector para tapar esas ojeras terribles por mi falta de sueño.
bajo las escaleras tomo las llaves de mi auto y salgo a despedir a mi mamá. Al llegar hay una cantidad numerosa de personas, está mi mejor amiga Mariam que toma asiento justo a mi lado.
todo el mundo murmura a mis espaldas, se que no es el momento para traer un traje de gala pero a mamá le hubiera encantado poder verme con el, y tenía la necesidad de sentirla tan cerca de mi que no quise usar nada más.
el sacerdote comenzó con las palabras del funeral, pero realmente mi mente no estaba presente en ese momento, estaba recordando esa mañana cuando la ví por última vez viva.
mi madre ya llevaba más de un mes internada, su enfermedad avanzaba muy rápido, pero justo esa mañana cuando me acerque a su lado y le tome las manos las sentí más frías de lo normal y su cara estaba aún más pálida.
-hija despertaste -dijo mientras me sonreía.
-si mamá, te sientes bien? -le pregunté
-mi Beka, estoy muriendo - sus palabras colgaron en el aire por un momento.
-no, mamá no, aún no estoy lista para que me dejes. -le dije tratando de no llorar
-llego mi hora Beka, no estés triste, comparte conmigo estos últimos momentos hija -no quiera seguir escuchandola pero si salía corriendo se q m iba a arrepentir por el resto de mi vida
-te pareces tanto a él... -mi madre casi nunca hablaba de él, incluso lo único que sabía de mi padre es que era un hombre muy poderoso, presumido, testarudo pero que tenía un gran corazón según mi madre.
-no es momento para estupideces mamá, no me parezco a nadie - le reproche
-claro que si, incluso puedo decirte que tienes el carácter de tu abuela Antonieta, la mamá de tu papá.
-mamá basta! no sabes lo que estás diciendo, no me parezco a esa gente, ni siquiera los conozco - le dije molesta
-Beka es tu padre, ellos son tu única familia ahora hija, no quisiera dejarte pero ya ni cuerpo no resiste más - me dijo con una mirada algo preocupada.
-es el momento que busques a tu padre y....
-buscar a alguien que nunca se preocupo en buscarnos mamá? en saber si estábamos bien? - la interrumpí
-Rebecca por favor, hay muchas cosas que no sabes hija
-y no quiero saberlas mamá, llevo 24 años esperando que un desconocido venga a conocer a su hija, pero.... pero jamás vino - las lágrimas amenazaban con salir
mi madre alargó su brazo y tomo un libro que ya estaba algo desgastado, jamás de había despegado de él, era un tesoro para ella, algo así como su biblia personal.
-toma hija, ahora que me voy de este mundo por favor conserva esto por mi - dijo mientras me entregaba el grueso libro
habia un marca libros en el, así que al tomarlo en instintivamente abrí el libro justo donde estaba la página marcada, para mí sorpresa era una foto de mis padres, era la primera vez que podía ver una foto de él, esos ojos verdes esmeralda como los míos, incluso el grosor de mis labios eran rasgos de él.
-es la única foto que pude conservar, junto al único regalo que quedó de tu padre... yo lo ame mucho Beka y se que el también me amo - aunque mamá hablaba su mirada está perdida en sus propios pensamientos.
escuché detenidamente la historia de mi madre, muchos secretos que jamás me había revelado, estaba muy confundida, por que ahora?
-Rebecca es hora hija me siento muy cansada- dijo mi madre con sus ojos ya cerrados.
-mamá por favor, dame un poco de tiempo más... no me dejes sola mamá! - ya no podía evitar que mis lágrimas se derramarán
-te amo mi pequeña Beka...
y al decir esto mi madre dejo de respirar, fue un momento muy duro para mí, solo me aferre a su mano hasta que llegaron a llevarse su cuerpo.
una voz logro sacarme de mis pensamientos
-Rebe creo que es hora de irnos- me apremio Mariam - ya todos se han ido.
no me di cuenta en qué momento termino el funeral de mi madre pero ya solo nos encontrabamos nosotras dos. Me levanté y comencé a caminar a dónde se encontraba mi auto.
-Adios mamá, te amo!!
llevaba días sola en mi casa, no salia, no comía, ni si quiera contestaba los mensajes de Mariam. Me la pasaba el día entero en la cama de mamá, esperando despertarme de esta pesadilla.
después de casi una semana en estado de zombie decidí darme una larga ducha y ordenar un poco la casa, comencé por guardar las cosas de mamá en cajas. Sus libros, sus cuadernos de dibujos y una gran cantidad de revistas.
dentro de una de ellas cayó una carta, era de mi madre para él; Antonio Cipriani. Dude en si debería leerla o dejarla justo donde estaba, cuando había tomado una decisión tocaron la puerta.
dejé la carta sobre la mesita de noche de mi madre y fui a ver quién era tan importuno.
-Hola Rebe, estaba muy preocupada por ti, hace días que no respondes mis mensajes. -dijo Mariam mientras entraba
-solo necesitaba algo de tiempo - le dije sin ánimos. No podía discutir con ella era mi mejor amiga y en todo este tiempo había Sido como una hermana para mí.
-Mari hay algo que necesito contarte- se que no debería decirle nada a nadie pero me estaba volviendo loca con todo esto en mi cabeza.
luego de contarle lo que mi madre me reveló en su último día necesitaba oír su opinión, hay cosas que tuve que omitir, porque eran secretos que no me pertenecían.
-amiga quieres decir que eres rica? - me dijo algo sorprendida.
admito que no era la reacción que esperaba, después de todo solo escucho la parte de la herencia.!
-digamos que algo así. -le dije sin ganas
-deberias ir a conocer a tu padre, después de todo era la última voluntad de tu mamá. -dijo llamando totalmente mi atención
-no quiero aparecer y decirle aquí está tu hija perdida, de 24 años. -dije en tono irónico
- entonces debemos idear un plan para que logres acercarte a el sin revelar tu identidad. - me dijo muy animada
trabajamos la siguiente semana en el plan de Mariam, sonaba algo loco, pero podía conocerlo y saber si podría aceptarme en un futuro o no.
Después de una larga semana estaba tomando el avión directo a New York dónde se encontraba las empresas Cipriani
-Amiga te deseo lo mejor del mundo cualquier cosa llamas, estamos a unas horas de distancia - decía Mariam mientras me abrazaba
-lo se Mari, tranquila no me pasará nada además Atlanta está a la vuelta - le respondí con una sonrisa para no sentir que iba a estar sola de nuevo.
subí al avión y luego de unas pocas horas estaba frente a una de las empresas más grandes del mundo. tome un largo suspiro y me encamine al ascensor
durante esa semana con Mariam estudiamos las instalaciones y nos conseguimos con que estaba disponible una vacante para el departamento de Finanzas.
-Buenos días, vengo a la entrevista por el puesto de Finanzas. - le dije un poco nerviosa a la chica de recepción
-tiene usted alguna cita programada. -me dijo la chica mirándome de arriba abajo.
-la verdad no, no sabía que era por previa cita -le dije apenada.
-si quiere le agendo una para esta semana y le llamamos un día antes.
-bueno está bien. - tendria que posponer un poco más nuestro primer encuentro padre.
la recepcionista tomo todos mis datos y quedó en avisarme el día y la hora de la entrevista.
cuando iba saliendo de la empresa decidí llamarle a Mariam y decirle que había ocurrido un contratiempo. Mientras buscaba su número en mi celular, el semaforo cambio de color pero yo segui caminando distraida y lo que sentí fue un fuerte apretón en mi hombro.
-oye, te quieres suicidar? -me dijo una voz masculina
-lo... lo siento... no me fijé del cambio de co-lor..- dije quedando sin aliento en esos ojos azules que me miraban con ganas de atravesarme el alma.
-deberias de estar más pendiente del camino y no del celular - me dijo con reproche
-si lo sé, gracias... es que soy nueva aquí y necesitaba avisar que había llegado - no entendia porque razón necesitaba explicarme.
-entiendo! - dijo sin apartar la mirada de la mía
-que te trae por estos lados pregunto? - con un tono de autoridad que me hizo temblar.
-ve... venía por el cargo de Analista en finanzas de esta empresa pero no sabía que tenia que programar cita... debo irme tengo que conseguir un apartamento disponible- le dije avergonzada
-mmm ya veo!. pues acompañame adentro quizás pueda ayudarte - me dijo mientras avanzaba hacia la empresa.
-Señor Nicolás, buenos días... - le dijo la recepcionista
-buen día María, por favor cancele la cita de la señorita y programela en media hora.
-Señor Nicolás, pero es que... -dijo nerviosa
-te he dado una orden! - le dijo mientras le lanzaba una mirada aterradora.- yo hablaré con el Sr. Antonio para que la reciba.
-si señor. -dijo tecleando algo en el ordenador
seguí apresurada detrás de el hasta el elevador, ambos subimos en un silencio bastante incómodo.
Al llegar al último piso se bajó sin decir palabra alguna, lo seguí rápidamente y luego se detuvo frente a una gran puerta.
-Buenos días Elena, puedes avisarle al Señor Antonio que acabo de llegar.
-Si señor, deme un segundo. - le dijo la secretaria.
después de unos segundos nos dió pase a la oficina de mi padre.
-Buenos días Nicolás- lo saludo muy animado
-Buenos días Antonio. -le respondió con un abrazo el saludo.
-ha que debo tu visita tan temprano? -le pregunto
-me conseguí a esta increíble mujer fuera de la empresa buscando trabajó - le dijo mientras me miraba con esos increíbles ojos color mar. - podrías hacerme el favor de tomar en cuenta mis acciones dentro de tu empresa y darle empleo? - le dijo muy serio Nicolás
-bueno, hijo déjame hacerle una entrevista y decirte si está capacitada para trabajar con los Cipriani. -lo dijo en un tono no muy agradable.
-yo esperaré afuera - respondió Nicolás
-suerte- dijo al pasar por mi lado.
-tome asiento señorita.....
-Mi nombre es... Mariam Evans -Mariam y yo habíamos decidido usar su nombre mientras encontraba el momento perfecto para decirle la verdad a mi padre.
también teñí mi cabello a café oscuro, me coloque unos lentes de contacto y unas gafas sin aumento para cambiar un poco la imagen, porque sin duda tenía muchos rasgos a mi madre y a mi padre.
el me observo por un largo momento, haciendo que me sintiera algo nerviosa.
-Muy bien déjame ver tu expediente. - me dijo extendiendo su mano
-viaje muy rápido y no tengo algunos respaldos pero apenas mi amiga venga se los hago llegar - me excuse mientras le entregaba la carpeta.
-mmmm - fue lo único que dijo mientras leía mi expediente modificado
después de unos minutos en un silencio incómodo por fin hablo.
-bueno, parece que tienes mucha experiencia en economía... déjame hablar con Nicolás un momento por favor.
-Si claro - le dije mientras me levantaba de la silla e iba a buscar a Nicolás.
-Que te dijo? -me pregunto Nicolás sonriente.
-Que necesitaba hablar contigo - le dije un poco arrepentida de haber ido hasta allá.
unos minutos más tarde salió Nicolás algo disgustado.
-comienzas mañana! - dijo sin mirarme mientras se encaminaba al ascensor.
no sé que había pasado entre esos dos pero estaba dentro de la empresa. y eso me hacía inmensamente feliz.
justo cuando estaba dispuesta a marcharme a buscar un apartamento donde quedarme durante esta misión, la secretaria de mi padre me detiene.
-señorita, el señor... que por favor entre a su oficina.
sentí como el alma abandonaba mi cuerpo. No podía creer que me había descubierto, era un buen plan, que había fallado?
-tome asiento señorita Evans. - me ordeno
-vera en esta empresa somos muy serios a la hora de contratar al personal, pero en visto de su experiencia, sus habilidades con las estadísticas, y sobre todo la insistencia del señor Nicolás que es el segundo al mando, queda usted contratada inmediatamente. espero sepa aprovechar esta oportunidad señorita Evans. - me dijo él con un tono severo.
-puede retirarse.- me dijo mientras volvía a meter sus narices en un montón de documentos que tenía en el escritorio.
-muchas Gracias...- papá dije para mis adentros.
me levanté cuidadosamente, y salí prácticamente corriendo de esa oficina, lo habíamos logrado estaba dentro de la compañía de mi padre.
tome el elevador y sali en busca de un pequeño apartamento.
conseguí uno no era muy grande, lo suficiente para una persona y estaba a pocos minutos de la compañía, además de no ser tan costoso. Tome una gran ducha y me acosté, antes de poder dormirme le envié un WhatsApp a Marian.
-*mensaje*
-Amiga comienzo mañana a trabajar. te quiero! mañana te cuento todo con calma estoy agotada.
-me alegro mucho Rebe. ten mucho cuidado por favor. te quiero - me respondió
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A la mañana siguiente, me levanté muy temprano para arreglar adecuadamente mi imagen. me coloque los lentes de contacto una falda de tubo azul indigo y una blusa blanca de tirantes, tome una chaqueta que hacía juego con la falda me la coloque y salí a buscar mi auto para comenzar mi gran día.
-buenos días.. le dije a la señorita de la recepción
-buenos días señorita Evans. -me saludo con un tono de desprecio supongo que era por lo sucedido el día de ayer.
tome el elevador sin saber dónde se encontraba mi lugar de trabajo. al abrir las puertas en uno de los primeros pisos me baje y camine a dónde se encontraba una de las secretarias de oficina.
era muy linda tenia un cabello rizado hermoso, sin pensarlo dos veces me acerque y le pregunté.
-disculpa! me podrías decir en donde se encuentra la oficina de finanzas?.
no pude terminar de hablar cuando escuché una voz muy familiar decir
-aparte de ser impuntual, se la pasa molestando a las secretarias de los demás compañeros señorita....
-Evans, Mariam Evans. - le dije sin intimidarme esta vez mientras observaba discretamente mi reloj para confirmar la hora. apenas eran las 7:03 minutos.
-bueno señorita Evans déjeme y le digo dónde se encuentra su oficina.- me dijo en tono burlón
ese hombre que se creía? quizá para el yo sea un juego pero lo que vine a hacer aquí no lo es. Caminamos hasta una pequeña oficina que tenia mi nombre escrito en la puerta.
*Mariam Evans*
DIRECTORA DE FINANZAS
vaya que aquí si se tomaban las cosas en serio.
el abrió la puerta y la sostuvo hasta que yo pasará.
-gracias! Señor Nicolás. si no hubiese Sido por usted -le decía pero el me miraba como un león acechando su presa.
sin decir nada se me fue acercando hasta dejarme acorralada contra la pared.
-No tolero la impuntualidad señorita Evans. - me susurro en el oído haciéndome poner nerviosa
-si vuelve a llegar tarde, me temo qué tendré que castigarla. -inmediatamente mi mente viajo a un Nicolás dándome nalgadas de castigo y mi entrepierna comenzó a mojarse.
Diablos Rebecca que te está pasando enfócate en lo que realmente viniste hacer me dije para recobrar el valor.
-Disculpe Señor Nicolás, pero invade mi espacio personal- le dije mientras lo empujaba un poco.
-Yo amo invadir los espacios personales. -en ese momento que sus labios de acercaron tentativamente a los míos alguien tocó a la puerto.
el tomo un espacio considerable y me dijo
-espero que termine de instalarse señorita Evans, una vez instalada me busca en mi oficina que está en frente de esta.
abrió la puerta y miro a una muchacha muy nerviosa, por lo menos no era la única que el lograba poner en ese estado.
-ella es Lorena, será su asistente y mano derecha para lograr que se ponga al día con las cosas de la empresa.
-adelante! - le indico a Lorena mientras el salía de mi visión
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