“Tu boda con el duque Lamper será en un mes”

Esas fueron las palabras más horribles que escuché en toda mi vida. Escuchar esas palabras saliendo de los labios de mi padre fue como una puñalada al corazón.

¿Yo casarme con ese anciano desfigurado? ¡JAMÁS!

“Están bromeando ¿cierto?” Pregunte aún sin poder creer lo que escuchaba.

El joven de hermoso cabello rubio y ojos violeta miraba con sorpresa a sus padres, tenía el corazón acelerado de solo imaginarse que no estaban bromeando y tal como pensó, los ojos profundos de su padre le dieron la respuesta que tanto había esperado.

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...Castillo Lamper...

“Ya está todo listo, su excelencia”

“Muy bien, mantenlo vigilado” ordenó aquel hombre detrás del escritorio

El gran duque Lamper leía una carta de su maestro y benefactor, la persona que lo ayudó a llegar a donde ahora se encontraba. Aún tenía una deuda pendiente con el que pronto cumpliría.

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...El día de la boda ...

Las personas más importantes de la alta sociedad ya estaban reunidos en el gran salón de la iglesia esperando a que llegaran los novios.

Nunca se imaginaron que el duque Christopher Lamper después de casi diez años sin ser visto contraería nupcias con Ivy O’Brian, si bien era un gran cantante y si era uno de los omegas más hermosos del reino seguía siendo… objeto de muchos rumores debido a su promiscuidad ¿cómo alguien tan refinado como el duque buscaría darle el título de duquesa a un omega más usado que un trapo sucio?

A pesar de los rumores, Christopher era un hombre bastante atractivo de cabello negro y ojos dorados quien solo tenía 25 años, y si bien si estaba en una silla de ruedas y la mitad del cuerpo vendado había una razón por la cual se encontraba en esa situación.

Christopher ya estaba en el altar en un elegante traje especial para esa ocasión, de color blanco con azul los colores representativos de su familia desde hacía muchos años atrás. Tenía un broche bastante llamativo que era eschudo de esa rosa azul y este sujetaba la larga capa que estaba usando.

A pesar de todo su aspecto había dejado suspirando a muchos omegas tanto chicas como chicos, Christopher era un alfa dominante y sus fuertes feromonas a con olor a hierbabuena lo demostraban. Cualquiera estaría más que feliz de lanzarse a sus brazos en ese preciso momento.

El alfa estaba esperando en el altar a quien sería su esposo, aunque la parte descubierta de su rostro no se mostraba nada feliz después de todo no había sido su decisión haberse casado con Ivy…

La música del piano comenzó a sonar y las puertas se abrieron de par en par donde todos esperaban ver al hermoso omega de cabello rubio, sin embargo; en vez de Ivy entró el hijo mayor de la familia O’Brian acercándose hasta el duque para susurrarle algo que claramente molesto al contrario.

“¡BÚSQUENLO AHORA!”

El grito de esa profunda voz hizo a todos estremecer mucho más por la presión que sus feromonas estaban haciendo en todos, ya no era agradable sentir ese aroma… ahora era pesado y muy sofocante.

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Del otro lado del reino muy lejos donde sabía que nadie podía encontrarlo, Ivy miraba el orizonte con una sonrisa de complicidad. Había escapado Justo a tiempo y no volvería nunca…

“¡Viva la libertad!” exclamó con emoción levantando los brazos sin importarle que parecía un maniaco.

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...Una semana después ...

“Doctor ¡despertó!”

Los ojos violeta del joven postrado en la cama enfocó sus ojos en el rostro de todas esas personas que lo miraban con sorpresa y algunas lágrimas en sus ojos. El chico que recién despertaba se preguntaba ¿Porque lucían tan tristes? Y ¿quienes eran?

“¿Cómo te sientes? ¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo?”

Su madre comenzo a preguntarle mientras buscaba algún rastro de heridas sin embargo el chico solo le miro aún más confundido y se atrevió a preguntar.

“¿Quien… es usted?”

La sorpresa se les notó a todos los presentes sin saber que hacer o decirle al joven.

...…...

Ivy O’Bien escapó de su boda con la intención de vivir en libertad pero ¿realmente pudo escapar o el destino le tiene preparado otro futuro?

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...Continuará ...

...Teatro L’Feur...

Una mujer de unos 40 años fue al escenario donde se encontraba Ivy practicando el acto de esa noche junto a otro chico, después de tomar un poco de aire y soltarlo fue hasta el.

“Ivy, el director te espera en su oficina”

“¿Ahora? Sigo ensañando” la voz del chico sonaba molesta y por supuesto su rostro lo demostraba también.

“Si, ahora…”

“Ah… bien tómense un descanso de 5 minutos”

Ordenó a todos los que le estaban ayudando desde los que ajustaban los reflectores del teatro como los tramoyistas.

Todos los presentes comenzaron a susurrar sobre qué podría ser tan importante, aunque Ivy era un omega puro bastante atractivo y carismático tenía muchos enemigos y su actitud arrogante como si fuera un príncipe a pesar de ser sólo el hijo de un barón no ayudaba mucho.

Todos sabían que al chico senle había subido la fama porque en todo el reino era el único que cantaba como un supuesto ángel, desde que el director lo descubrió y empezó a ganar infinidades de dinero Ivy presumía de todo en su vida, incluso de la más mínima e insignificante cosa que le pasaba.

Ivy estaba enojado por haber sido intereumpido pero si el director le había llamado de esa manera solo significaba una cosa, le renovarían su contrato, eso le emocionó un poco.

Camino por los pasillos del teatro hasta llegar a la oficina del director de ese lugar, tocó un par de veces y escuchó el permiso para poder entrar; sin embargo, cuando vio el rostro del director, no se veía precisamente como alguien que renovaría su contrato.

“Buen día, director”

“Siéntate Ivy” Demandó el hombre sentado detrás del escritorio quien se encontraba haciendo un recuento de sus ganancias

“¿Que sucede? ¿Quiere hablar del próximo gran éxito?”

“¿El próximo? Ah…” el suspiro pesado del hombre hizo estremecer el cuerpo del chico “¿Porque piensas que habrá un próximo?”

“No entiendo director…”

El director del teatro le aventó unas fotografías a la cara del chico donde aparecía Ivy con el chico con quien siempre practica, y no sólo eso una también le lanzó una carta con los hechos sobre la verdad acerca de su “talentosa” voz.

La realidad era que Ivy no sabía cantar nada, había conocido a un campesino con una voz impresionante pero en vez de ayudarlo a usar su talento se aprovechó de él para hacerle creer al mundo que él era él cantante dueño de esa voz, ¿con qué objetivo? El de atraer al príncipe heredero y casarse con él ya que el chico amaba la ópera, asistía siempre a cualquier función si la voz que escuchara tenía esa magia que muy pocos podían mostrar.

Ivy al saber eso cuando encontró al campesino le hizo una propuesta y se coordinaban para que el solo imitara los movimientos de la canción para parecer que estaba cantando. El campesino quien necesitaba con urgencia un poco de dinero para su familia, su madre estaba enferma y no podía pagar el medicamento, además de que debía trabajar para alimentar a sus dos hermanos menores pero al no ser un omega nadie le daba trabajo. Por ende la propuesta de prestar su voz para ganar dinero le venía de maravilla, sin embargo; el príncipe se había dado cuenta de su fraude y ahora iba a exponerlo.

“Me colmaste la paciencia, ¡nunca imaginé que fueras tan atrevido como para MENTIRME! ¿Crees que el príncipe nunca se iba a dar cuenta? ¿Como quieres que explique que “el mejor cantante del reino” EN REALIDAD NO SABE CANTAR?”

Ivy estaba consternado al ver toda la evidencia en su contra, incluso había una declaración del campesino que contrató, el grito del adulto hizo que se encogiera en su lugar y apretara aquella carta con furia. Sabia que no lo había engañado, cuando por fin gano el “afecto” del príncipe este había insistido mucho en que le cantara fuera del teatro, sus citas siempre habían sido en solitario pero sentía cierta desconfianza de su parte.

Ivy quería llorar en ese momento, solo había hecho todo eso porque se había enamorado del príncipe pero al no ser de noble cuna él jamás podía soñar en tener una relación con él pero ahora lo estaba tratando como un criminal solo por enamorarse y mentir un poco…quwria llorar en ese momento por lo impotente que se sentía, a pesar de no poder cantar y recurrir a métodos tan frívolos otra ganar su corazón, no era un mal chico, tenía otros talentos que nadie veía.

“Yo… puedo resolverlo… hablaré con el príncipe” hablaba nervioso tratando de encontrarle una solución.

“Olvídalo, el príncipe me dio dos opciones, o te despido o me arriesgo a que esto salga a la luz y el teatro se vay a la quiebra”

“¿Que?… pero no puede…”

“El chico tomará tu lugar en la obra después de la última función, ya está decidido”

El hombre le tendió un papel de anulación de contrato para que lo firmara pero Ivy solo miró aquello con un ligero temblor en sus labios. No pudo hacer más que firmar saliendo del teatro sin mirar a nadie, estaba triste, dolido y no tenía una sola persona que le apoyara por que su personalidad se había deformando tanto con los años que ya no tenía amigos.

...…...

Después de ser despedido tomó un carruaje para que le llevara lejos de la capital, quería ocultarse en su bosque favorito, el cual visitaba con sus padres cuando era niño, necesitaba desahogarse y llorar, no podía hacer aquello en casa porque sus padres lo regañarían, y por obvias razones no podía mostrarse débil frente a las personas, sabía que todos lo odiaban incluso él mismo llegaba a odiarse en ocasiones pero ¿que podía hacer? Esa era su personalidad, estaba tan podrido por dentro gracias a su crianza que no podía cambiar ahora.

Los minutos pasaron rápido y cuando las lágrimas ya no bajaban más por sus mejillas decidió volver a casa; sin embargo el sonido de unos pasos acercándose a él le puso nervioso, alguien lo había seguido y peor… le habían visto llorar…

Rápidamente se volteó para enfrentar a quien estuviera detrás de él pero sus ojos se abrieron con sorpresa al ver de quien se trataba.

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...Continuará ...

Rápidamente se volteó para enfrentar a quien se encontraba detrás de él pero sus ojos se abrieron con sorpresa al ver de quien se trataba….

El príncipe heredero, Caius Lerougue, aquel atractivo chico de cabello negro prfofundo y ojos azul tan claro como el agua.

“Su… alte…” Ivy iba a tratarse hablar con él pero el príncipe le interrumpió de inmediato.

“No pensé que tuvieras sentimientos después de robar el talento de otra persona”

El chico calló de inmediato observando como él contrario se acercaba lentamente hacia el, Caius estaba liberando sus feromonas con aroma a sándalo haciendo que Ivy se sintiera algo sofocado por lo pesadas que se sentían, el príncipe estaba furioso y con su aroma lo podía comprobar, ademas habían muy pocos alfa dominantes en el reino y uno de ellos estaba frente a Ivy en ese momento.

“Arrodíllate” ordenó Caius mirando al contrario

Ivy inmediatamente se arrodilló frente al príncipe, el contrario al ser un alfa dominante su voz era aún más imponente que la de cualquier otro alfa y si de por si un alfa al usar su voz podía mandar sobre algún omega algunas veces podían no obedecer, sin embargo; con un dominante nadie podía desobedecer ni siquiera otro alfa normal.

“Tuviste mucho valor al tratar de engañarme, pero no te acuso de mentirle a la realeza por que alguien me dijo tus razones”

Ivy sintió un gran nudo en su garganta que se iba aflojando, si lo acusaban públicamente de tratar de mentirle a la familia real lo habrían colgado o decapitado, levanto el rostro mostrando una suave sonrisa pero él rostro deformado de la ira del contrario le borró aquella mirada de alivio.

“Sin embargo es bastante gracioso debo decir, ¿porque pensaste que me gustaría un omega barato como tú?”

Con una risa el príncipe se alejó del contrario, Ivy sintió un gran dolor en su pecho al escuchar esas crudas palabras, la ternura del príncipe que conoció se había borrado por completo y algo dentro de Ivy se rompió…

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No supo cuánto tiempo se había quedado arrodillado ahí sino hasta que la luz fue nula y la luna se asomó en el cielo. El mundo de Ivy se estaba derrumbando lentamente o así es como lo sentía, cuando escucho esas palabras su corazón se habia detenido por un instante, le dolía demasiado como si lo pincharan con alfileres ¿ese era el karma que recibiría por todo lo que hizo?

Apretó sus manos con ese sentimiento de rabia y tristeza en su interior antes de levantarse y volver al carruaje que lo llevaría a su hogar, le pidió al cochero que le dejara en la entrada para alargar el momento en que llegara. Caminó de la entrada hasta la mansión que había comprado para sus padres dejando que el frío viento le ayudara a despejar su mente.

Lo primero que recibió al pasar la puerta fue una fuerte bofetada de su madre seguida de un regaño interminable.

“Ivy O’Brian ¿Sabes la hora que es?”

Esa era la pregunta de siempre, no ¿donde estabas? ¿Estás bien? ¿Que te sucedió? No le importaba que su hijo más joven de 17 años estaba afuera sin el conocimiento de nadie. Siempre era la maldita hora, como si eso fuera lo más importante del mundo.

“Lo siento, no me percate de la hora…”

“Es que ese siempre es tu error, tu piensas que aquí nada pasa, aquí no puedes hacer lo que se te pegue la gana, a la próxima te dejo durmiendo afuera” le amenazo su madre con una voz mordaz

Su madre no mentía cuando amenazaba a Ivy, ya varias veces le había dejado dormir en la calle por haber llegado tarde incluso aunque fuera la culpa de algún factor externo, no le importaba.

Ivy a veces se preguntaba si les importaba aunque sea un poco a sus padres o hermanos porque en casa todos le trataban como un mueble más de decoración pero para todos los amigos de sus padres ellos eran la familia más amorosa y perfecta.

“Entiendo… iré a dormir”

“¿Estás bromeando? ¡Te toca hacer la cena!… dormir…mocoso sin vergüenza”

Ivy sintió otro golpe antes de que su madre de fuera a su habitación, soltó un suspiro agotado yendo a la cocina para preparar la cena de toda su familia, a pesar de tener empleados para esas tareas sus padres siempre le hacían hacerlo porque si aunque pareciera difícil de creer su gran talento era la cocina, no sabía cantar pero él sazón de su comida era exquisito.

Siempre había querido poner un restaurante para cocinar sin embargo sus padres nunca se lo permitieron porque según ellos era un trabajo denigrante él cocinar para otros como un simple “esclavo” Siempre lo habían tratado como él apestado de la familia dentro de la casa porque claro afuera lo presumían al ser el único que tenía una belleza sin igual, y cuando se inició como un “cantante” lo presumieron con todo el mundo.

Sabía muy bien que solo lo querían porque proveía todo el dinero para pagar la mejor mansión del reino para un simple barón, compraba las extravagantes joyas de su madre y su hermana, y pagaba por la ropa del mejor costurero del reino para sus hermanos y padre.

Sirvió la cena para todos pero él no tenía apetito así que subió para dormir un poco, a la mitad de la madrugada cuando todos se habían ido a dormir Ivy despertó con un intenso dolor en el pecho, salió para buscar una compresa caliente en la penumbra de la noche. Llego a la cocina y retorciéndose un poco pero después el dolor simplemente desapareció y un gruñido de su estómago le indicó que aunque él no quería su cuerpo estaba hambriento.

Después de tomar algunas cosas para comer, algo extrañado por el dolor en su vientre regreso a su habitación, sin embargo; los pasos de alguien le hizo subir las escaleras metiéndose hasta el ático de la casa, estaba prohibido tocar la comida de la cocina después de que su padre se fuera a dormir así que si alguien le veía estaría en problemas, algo más tranquilo fue a buscar donde sentarse entre tantas cajas abandonadas ahí, ese era el único lugar seguro donde podía ocultarse sin sentir que lo vigilaban.

Durante su niñez ese lugar había sido donde pasaba la mayor parte de su tiempo cuando quería estar solo o trataba de evitar que sus hermanos lo golpearan.

Comió la pasta con carne y masticó un poco de pan mirando por la ventana que daba hacía la calle principal, podía ver quien pasaba por su hogar, así como la luna y las estrellas para distraerse. Al terminar de comer se levanto de su cómodo asiento pero al escuchar la puerta abriéndose le hizo esconderse rápidamente aunque por hacer eso casi tira una caja con cosas “delicadas” ahí dentro.

Afortunadamente tenía reflejos de gato y logró evitar hacer ruido y causar una conmoción en medio de la noche, se ocultó abrazando esa caja mientras la persona que entró a la habitación por los ruidos solo se alejaba lentamente cerrando con llave el ático; eso le puso nervioso y quizo gritar se maldijo para sí mismo por su mala suerte, sin duda ese no había su día.

No podía salir por la puerta pero si se iba por la ventana de ese lugar sería peligroso, pero si no llegaba a su habitación y lo encontraban ahí tendría muchos problemas, aún recordaba la última vez que entró ahí y sus padres se enteraron, le habían dado una “lección” que nunca olvidaría y no se había podido sentar por una semana gracias al castigo que recibió.

Aunque sus padres no lo golpeaban con mucha frecuencia había momentos en que debían ejercer su “castigo”

Ese fue el peor momento de su vida, su trasero había quedado morado y adolorido y aunque lucía como un raro en la escuela se había quedado de pie en todo momento, en su descanso se recostaba en el pasto para evitar el dolor y que alguien le viera

Con un suspiro de resignación busco ente las cajas alguna cuerda o sábana vieja que pudiera usar para salir de ahí, empezo por la caja que casi tiro pero ahí encontró algo mucho mejor…

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...Al día siguiente ...

Afortunadamente había encontrado por accidente un al pasaje secreto en una pared de aquella habitación y logró llegar a su habitación aunque tardó casi toda la noche averiguando aquel laberinto, despertó con unas ojeras enormes al no haber dormido muy bien pero no se quejaba porque había encontrado información muy jugosa en el ático y ahora entendía algunas cosas y porque sus padres no querían que entrara en ese lugar.

Cómo un zombie pidió a una mucama que le preparar la tina y se dio un baño con toda lentitud, al salir del baño se colocó un pantalón color negro, con sus botas del mismo color y una camisa blanca con olanes, quería montar un poco a su caballo ya que había estado muy ocupado para hacerlo, se colocó una chaqueta para abrigarse, se maquilló un poco para ocultar la mala cara que tenía y se peinó su corto cabello. Ya listo bajo a desayunar con su familia como si nada hubiera pasado, terminó y se despidió de todos para salir al establo sin embargo al llegar, el lugar donde siempre estuvo su caballo estaba vacío…

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...Continuará...