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Tiempo Difícil

Ella: Parte 1. Cap 1

...Capítulo: 1...

Ella decidió ir al baño, le parecía un buen lugar para aquella ocasión; ese lugar le hacía sentir más tranquila, le recordaba a su niñez cuando se escondía en el baño de huéspedes de su casa. Aquel día hacía algo de calor por eso decidió solo colocarse un pantalón deportivo holgado de color negro con una franelilla blanca, aunque lo pensó mejor y se colocó una franelilla roja.

Ella vivía con su pareja en un departamento alquilado, estaban allí desde hace tres meses, era grande tenía sala, comedor, cocina, un baño y una habitación, para lo que ellos necesitaban era perfecto. Ese día el sol salió con más intensidad que otras veces y era raro ya que el día anterior hizo frío, pensó que con ese cambio tan drástico del clima las personas podían morir; el departamento era grande y acogedor sí, pero, cuando lo recibieron estaba en las peores condiciones posibles, la cocina estaba llena de grasa acumulada quien sabe desde cuándo, su imaginación voló con ese recuerdo y se le vino a la mente la imagen de los inquilinos cocinando puerco frito y restregandose el aceite en el cuerpo y luego en las paredes, así de sucia estaban esas paredes para que se imaginara tal locura, la cocina tenía baldosas blancas hasta la mitad de la pared y la otra mitad era masilla de color amarillo, tenía una cocina empotrada con una mesa de granito blanca para que hiciera juego pero lo que ella no comprendía era el por qué la estructura dónde estaba empotrado el lavaplatos era de color rojo, las baldosas eran rojas con rayas grises y verdes, a la vista no era nada agradable pero cumplía su función, de frente a la cocina estaba el cuarto pintado de color amarillo, tenía una ventana grande al lado de la puerta quedaba al pasillo del comedor, cuando llegaron en el piso, que era de granito pulido de color marrón oscuro, habían muchos cabellos que pretendían eran de humanos, medía cinco por cuatro metros esa habitación, era cómodo para dos personas, el comedor y la sala principal con la misma temática de la cocina estaban hechos un desastre también había grasa y cabellos pegados, duraron tres días en terminar de limpiar aunque no del todo ya que algunas manchas de grasa quedaron momificadas en las paredes.

Luego de haber recordado todo eso ella fue al baño, salió de su habitación observando aquel pasillo que estaba lleno de polvo, temprano le dijo a su pareja que iba a limpiar todo el departamento pero no tenía ganas de hacerlo, pasó por el comedor y la sala, eso le trajo recuerdos cuando apenas se estaban mudando, dejaron todas sus cosas en la sala ya que era la que menos sucia estaba, se asomó por el balcón para observar el paisaje con la esperanza que algo allí cambiara pero no, era el mismo paisaje gris y sucio de aquella ciudad, se podían identificar solo dos colores deprimentes, el gris cemento ya que ningún edificio lo pintaban y el marrón grisáceo del polvo que siempre tenían los edificios ya que nadie los limpiaba, hacía énfasis en que nadie limpiaba y era así nadie limpiaba en aquella ciudad, prueba de ello el departamento donde vivían, un recuerdo fugaz de su niñez la abrumaron, colores vivos por doquier, sintió un dolor en su pecho característico de la melancolía, apagó una lágrima que quería salir de lo más profundo de su ser, cerró la ventana y se dirigió a la puerta del baño, cuando la abrió un olor a desinfectante y cloro invadieron sus sentidos.

Estaba oscura aquella habitación, encendió el bombillo que estaba allí e iluminó con amarillento aura ese ambiente, se sentó en aquel lugar, la cerámica estaba fría, observó a su alrededor y ahora que estaba sentada todo le parecía mas grande, nunca se había tomado el tiempo de detallar ese lugar, la cerámica amarilla ya estaba agrietada con el sucio incrustado en ella, esta llegaba casi terminando la pared el resto era solo cemento como si no lo hubiesen querido terminar, el techo era blanco lleno de grietas por falta de mantenimiento, el lavamanos por debajo tenía moho al igual que el inodoro, el recuerdo de ese baño le llegó a la cabeza, sin lugar a dudas el peor de limpiar, de por sí que limpiar baños es asqueroso, limpiar el baño que usó alguien más quizás quien sabe por cuánto tiempo y en la condiciones que se encontraba fue lo peor para ellos, no era muy grande y no combinaba nada con las otras habitaciones, sus colores amarillos y marrones hacían que se viera sucio así se limpiara una y otra vez, se dijo así misma que ella no era el problema de que ese departamento siempre se viera sucio, ella limpiaba bien siempre echaba desinfectante y cloro por todas partes pero siempre quedaba sucio, no ella no era el problema, el problema fueron esos inquilinos que no sabía bien si eran animales o personas, no había descripción de esas personas hasta los animales eran más limpios, llamar animales a esas personas era un insulto para los pobres animalitos que no tenían nada que ver en aquella situación, una furia muy adentro de ser surgió y exclamó:

! Malditos inquilinos sucios, rastreros, inmundos que no saben lo que es la limpieza, espero que les esté yendo muy mal y se estén hundiendo en su maldita miseria y suciedad !

Su mente se quedó en blanco luego de gritar eso, pensó que se iba a sentir mejor, pero se sentía estúpida por haber malgastado tiempo valioso recordando esas tonterías. Apoyó su cabeza en la cerámica y se relajó, observó un grieta en el techo y se preguntaba cómo se había formado, quizás el albañil hizo mal la mezcla y se secó muy rápido, quizás algo más fuerte como un temblor debilitó el material o quizás simplemente se agrietó y ya.

Suspiró allí sentada en la fría cerámica, deslizó su mano derecha a su bolsillo que a pesar de ser grande en esa posición sentada no se le cayó ese pequeño paquete que tenía dentro, pudo sentir el áspero tacto del papel rozando sus dedos, lo acarició un par de veces con el dedo y lo sacó, un sobre del tamaño de la mano, era angosto como el grosor del dedo anular, el paquete era de color blanco con unas letras negras que se podían identificar la marca del producto y el típico mensaje diciendo lo bueno que era ese producto, respiró profundamente y abrió el paquete, la luz amarillenta se empezó a reflejar en ese objeto mientras abría el paquete, era un bisturí quirúrgico, en la punta filosa tenía una cobertura de plástico, lo dejó en su regazo mientras sostenía el paquete con la mano para leer lo que este decía:

“ Maximun, bisturí quirúrgico echo con el mejor acero inoxidable del mercado, cubierto con una capa fina de diamante en la punta para hacer cortes más fáciles y precisos - era la presentación de aquel paquete - Instrucciones: sacar la cánula protectora y desinfectar muy bien el área a cortar con abundante alcohol. Material desechable, solo usar una vez y desechar en el bote de basura de residuos punzocortantes”.

Ella: parte 1. Cap 2

...Capitulo 2...

Había comprado aquel bisturí en una farmacia unos días atrás, le preguntó a varias amistades si conocían a alguien que vendiera un buen bisturí para un familiar que se iba a operar y se lo exigían en el hospital, un amigo le pasó el número de un doctor para que la ayudara con ese asunto, estaba nerviosa y ansiosa a la vez por llamar a ese doctor, no quería que le hicieran muchas preguntas al respecto, llamó y esperó el primer tono pero los nervios la traicionaron y trancó, se calmó un poco y volvió a llamar, esta vez si dejó que siguiera la llamada, sonó cinco veces pero no contestó, ella por una parte se sintió aliviada ya que estaba nerviosa pero por otra parte frustrada porque quería saber acerca del bisturí. Se había quedado dormida esa tarde y el sonido lejano de su celular la fue despertando poco a poco hasta caer en cuenta que la estaba llamando, era el doctor que le estaba devolviendo la llamada, entró en un pánico momentáneo que le quitó el sueño que tenía, respiró profundamente y se calmó un poco, al contestar una voz ronca por el otro lado de la bocina le dijo:

- Buenas tardes le habla el doctor Marlon, tenía dos llamadas suyas, - que pena pensó ella si le había registrado la primera llamada - dígame en que puedo ayudarla.

- Buenas tardes doctor Marlon, su número me lo dio un amigo, quería consultar con usted para a saber cuál es el mejor bisturí para una operación, es que una tía se va a operar.

Se sentía mal diciendo ese tipo de cosas, engañar a la gente para obtener información, ella sabía muy bien que era muy mala para mentir se ponía muy nerviosa.

- ¿ Eso es todo? Pensé que era otra cosa, ¿ De que operarán a tu tía?. - por un momento esa pregunta la exaltó y empezó a maquinar en lo más profundo de su cerebro la excusa para que el doctor no hiciera más preguntas -

- La operarán del túnel carpiano. - se sentía orgullosa de haber dicho tal mentira, era precisa y no necesitaba de tantas preguntas para dar una respuesta tan simple como esa operación -

- Ya veo entonces será una operación ambulatoria ¿ Cierto? - no sabía que significaba eso así que se quedó callada - Ya, entonces te recomiendo el bisturí marca Maximun. Tiene un ligero baño de diamante en su filo, con eso la persona podrá hacer cortes con precisión y sin aplicar mucha fuerza.

- Muchas gracias doctor por la información y disculpe las molestias.

- No se preocupe cualquier otra consulta solo llámeme.

Colgó el teléfono aliviada que el doctor no siguiera preguntando más, las manos le temblaban de los nervios por haber mentido así, unos minutos después el teléfono volvió a sonar con el nombre del doctor, el corazón dio un salto, en la garganta se le hizo un nudo y no sabía cómo actuar, su mente estaba en blanco por un momento se le paralizó el tiempo, se preguntaba el por qué estaba así si era una simple llamada, quizás el doctor sabía dónde comprar el bisturí más barato o hasta él mismo podía tener y hasta quizás le regalara uno, aunque se decía a ella misma que se calmara no podía mover su cuerpo estaba completamente paralizado.

El teléfono dejó de sonar y en la pantalla solo marcaba la llamada perdida del doctor Marlon, esperó unos segundos a ver si la volvían a llamar pero nada, lo más seguro es que se equivocó y marcó mi número de teléfono por error, pensó ella. Volvió a sonar el teléfono con el nombre del doctor, todavía tenía los nervios de contestar pero respiró y contestó.

- Dígame doctor Marlon en que puedo servirle - contestó ella nerviosamente -

- Sí, disculpe la molestia pero se me olvidó preguntarle ¿ Quién le dio mi número ? - a ella no le pareció tan raro esa pregunta ya que era totalmente comprensible -

- Su número me lo dio su sobrino ya que estudiamos hace tiempo juntos - notó un cierto aire de incredulidad y asombro por el silencio incómodo que hizo el doctor -

- Está bien y me imagino que él le avisó que cobro con cada consulta telefónica que me hagan.

Tras esas palabras ella sintió al principio sorpresa, de haberlo sabido no hubiese hecho esa llamada desde el principio.

- De verdad que el no me lo dijo doctor.

- Igual el no saber no la hace exenta del pago que me debe, usted me hizo una pregunta y yo le contesté con una buena respuesta a lo que buscaba.

La sorpresa de ella pasó a ira por el tono altivo con el que el doctor le estaba hablando.

- Pero como le pago a algo no que no sabía que usted cobraba, ¿ Acaso usted me dijo eso desde el principio?, ¿ Por qué cuando me contestó el teléfono no se presentó diciendo, se comunicó con el doctor Marlon paguen primero y después le ayudo?

- Está bien señorita, noto su tono burlón. Hagamos esto, no le cobraré esta vez pero si me las va a pagar, solo espero que con ese bisturí hagas un corte tan profundo en tu garganta que te cortes las cuerdas bucales para así ya no poder burlarte de nadie más, también me acuerdo de el viaje hace años que hiciste con tu familia, ¿ Te acuerdas lo que hiciste? Pues estuvo mal y espero que lo pagues muy caro, aunque sí, lo pagarás con tu vida.

Una carcajada macabra se escuchó a través de la bocina del celular, le heló la sangre todo lo que le dijo ese doctor. Un soplo helado recorrió toda su espalda pasando por su cuello y explotando la sensación de pánico en su cuerpo, su reacción fue tirar el teléfono tan lejos de ella como fuese posible.

Alzó su mano derecha donde estaba su teléfono y un pensamiento fugaz pasó por su mente, el recuerdo de su padre enseñándole a tirar piedras en el río, la forma de torcer la muñeca para que las piedras agarraran velocidad y saltarán danzando como bailarinas adiestradas de ballet sobre la superficie del agua, y el teléfono de un segundo para otro voló por los aires, para ella fueron minutos cuando en realidad fueron segundos, chocó fuertemente contra la pared dando un golpe seco, impactó con la pantalla hacia la pared y se deslizó hacia el suelo, el primer impacto del teléfono contra la pared la estremeció, y el segundo la sacó de ese trance que tenía en su mente, salió corriendo a observar el teléfono y se llevó una gran sorpresa.

Ella: Parte 1. Cap 3

...Capítulo 3...

Cuando levantó el teléfono este solo tenía unas grietas en la pantalla, esta respondía bien a sus gestos y todo gracias a ese protector que había comprado, recordó que su pareja le había dicho que era caro pero cumplió su función en ese momento.

Buscó en llamadas recientes para ver cuánto había durado esa llamada y ver si se logró grabar, tenía un programa que automáticamente grababa toda llamada que se hacía en ese teléfono, solo tenía una sola llamada registrada ese día y era la primera que le había hecho al doctor, no entendía nada pensó que quizás con el golpe se había borrado, buscó en el programa pero solo estaba la grabación de la primera llamada, reprodujo el audio y era solamente la conversación del bisturí, no había rastro de esa última llamada, desesperada siguió buscando necesitaba pruebas para acusar al doctor de maltrato pero nada, no había rastro de esa última llamada y se preocupó, pensó que las alucinaciones estaban regresando, se estaba volviendo loca, se dirigió a su cuarto y se recostó un rato, cerró sus ojos y se durmió.

Se despertó sin saber qué hora ni que día era, ni siquiera sabía su identidad, tuvo una de esas siestas que cuando despiertas no sabes ni quién eres, se sentó en la cama y los recuerdos volvieron, su identidad, dónde vivía y el recuerdo amargo de su vida de mierda la golpearon tan fuerte como la realidad misma.

Se levantó de la cama, se lavó la cara, se peinó, se vistió con un franela manga larga azul con un logo en el pecho que decía algo de vivir libre, un jean negro y unas zapatillas azules oscuro. Salió de su departamento, vivía en el tercer piso, tenía que bajar por escaleras ya que el ascensor estaba dañado, odiaba tener que usar las escaleras pero sabía que era la única forma de salir y entrar de aquel lugar, el pasillo frente de su departamento era de color blanco, las paredes con texturas corrugadas y una franja color mostaza delineaba el final de la pared y el comienzo del suelo, este era de granito pulido color borgoña, dos materos con palmas para parecer el lugar más fresco y ya, así estaban decorados todos los pisos en ese conjunto de departamentos.

Había mucho sol, cuando terminó de bajar todas las escaleras la luz hizo entrecerrar sus ojos, una reacción sin control cada vez que veía mucha luz, salió y el sol estaba en su punto más alto, cuando tiene más fuerzas de querer quemar a las personas, caminó rápido ya que no le gustaba mucho el sol, tenía una farmacia cerca de su casa a tres cuadras, estaba rezando para que allí estuviera el bisturí que estaba buscando, de no encontrarlo tendría que ir a otra más lejos y no quería que eso pasara, pasó por el parque que estaba cerca de allí y observó a una mamá y su hija caminando por allí, simplemente disfrutando el caminar en ese día caluroso y le trajo recuerdos que trató de reprimir lo más rápido que pudo. Cuando llegó a la farmacia habían dos personas delante de ella, hizo una cola de cinco minutos y cuando llegó su turno su corazón se aceleró, la chica que atendía, era rubia pero se veía que su cabello era pintado, de cara delgada y ojos claros, le preguntó:

- Buenas tardes, dígame ¿ En que puedo ayudarla ?

- Necesito un bisturí marca Maximun. - ella dijo en voz muy baja por los nervios -

La chica la miró con cara de confusión, pudo percibir que no le entendió lo que le quiso decir.

- Disculpe, puede repetir lo que dijo.

Ella aclaró su garganta, intentó tragar saliva pero le costó y dijo ahora con vos más clara.

- Disculpe tengo dolor de garganta, le decía que necesito un bisturí marca Maximun, ¿ Ustedes venden?

La chica asintió como gesto de comprensión lo que estaba buscando y dirigió su mirada a la pantalla de una computadora que estaba allí, comenzó a teclear y obtuvo un resultado, ella por la expresión de la rubia se dio cuenta que la búsqueda fue fructífera.

- Si tenemos, nos queda uno solamente, ¿ Cuántos necesita? Pues obviamente que le venderé uno, ósea, solo queda uno.

- Este... Solo necesito uno por favor.

- Parece que es retrasada - dijo la chica en voz baja -

- Disculpe ¿ Que dijo? - dijo ella -

- Nada, solo estoy hablando conmigo misma, jajaja. Está bien chica pero tengo que pedirle un recipe médico para poder vendérselo.

Cuando ella escuchó eso se palideció, estaba pensando que excusa dar pero no se le venía nada a la mente, sus manos empezaron a sudar.

- Era un broma chica, - dijo la rubia - y tiene rebaja el producto.

- Muchas gracias chica - dijo ella con voz nerviosa -

Ella le pagó y se fue de allí rápido, no quería seguir viéndole la cara a esa estúpida mujer que casi le provoca un infarto con aquel susto. Cuando salió de la farmacia no había mucho sol, eso la ayudó a calmar los nervios antes de llegar a casa.

Sentada allí en el baño cuando se recordó de la rubia que le jugó una broma, una pequeña sonrisa se asomó en su rostro para luego aplacarse por sus pensamientos oscuros, una cosa se preguntaba, ¿ Cómo sabía el doctor, o esa cosa que la había llamado, lo que había hecho en ese viaje ? El recuerdo de eso la lastima a, solo quería olvidar aquel terrible día. Ese pensamiento la perturbaba, tenía miedo de las alusinaciones, no quería volver a lo mismo, ahora su cabeza era un amasijo de pensamientos y recuerdos que iban y venían, pensó que ya que su vida iba a terminar dentro de poco estaba repasando lo que vivió, mucha gente decía eso, cuando una persona estaba a punto de morir veía su vida pasar frente a sus ojos, pero no quería eso, revivir cada momento, cada instante doloroso de su vida, no aguantaba más. No, no quería recordar su vida, solo quería terminar con ella.

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