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Por Las Mafias II

PRÓLOGO

RODRÍGO CAMPBELL.

La vida Rodrígo estuvo marcada de Sufrimiento desde muy pequeño.

Cuándo tan solo era un niño su madre se había suicidado por los maltratos que había sufrido por parte de su padre. Rodrígo había crecido con ese odio en su corazón un odio tan grande por el hombre que prácticamente había sido el culpable del asesinato de su madre, un amor que nunca tuvo por culpa del cabrón ese.

Sus vecinos era una familia de lo más feliz, tenían tres hijos casi de la misma edad de él. El mayor se llamaba Egan el cual se hizo su mejor amigo, tenía una hermana llamada Gasha y otro llamado Antón, desde ese día Rodrigo pudo conocer lo que era sentirse querido por alguien, los señores Levedev lo invitaron a pasar las vacaciones con ellos, lo llevaban a sus reuniones con sus hijos, al parque, incluso los llevaban a los 4 a la escuela... adoraba estar con ellos, hubiese preferido que esa fuese su familia y no la que le había tocado, pero aveces la vida era injusta y uno tenía que aceptar la vida que tenía, su padre no se preocupaba por él así que cuando Rodrígo se iba ni siquiera le preguntaba a dónde se iba o si volvería... odiaba verse al espejo y parecerse al hombre que tenía que llamar como padre... lo único que tenía de su madre eran los ojos de un ámbar tan clarito y hermoso.

Todo lo demás era como su padre, desde el cabello, la altura y hasta el tono de piel tenía los mismos rasgos... la misma sonrisa, la misma caminada... se parecía casi absolutamente al hombre que había aborrecido, la única diferencia era que su padre tenía los ojos azules y él no y se sentía orgulloso de ese rasgo tan pequeño para muchos pero inmenso para él. cuándo cumplió 16 años asesinaron a su padre y la responsabilidad de la mafia de los Campbell recayó sobre el como hijo único... no tenía hermanos ni hermanas, estaba él solo, cuando su padre falleció y la carga cayó sobre él no sabía a quién acudir... tenía tenía miedo de estar en su propia casa, ya no podía confiar en los guardias, no podía dormir tranquilo porque sabía que cualquier día podía amanecer muerto, las mafias era así, incluso tú hermano podía apuñalarte mientras dormías para quedarse con tu puesto... habían tratado de asesinarlo varios guardias, Pero tenía gente fiel qué había trabajado para su familia quienes lo habían protegido hasta lo último y cuando no supo que hacer recurrió a los Levedev, el padre de ellos era un hombre muy bueno y no se aprovechó de la situación, al contrario le enseñó a Rodrigo y a su hijo como debían llevar una mafia desde sus 16 años. Rodrigo era dueño de una mafia y la controlaba como tal, con mano dura, la traición se pagaba con muerte y todos sus hombres los sabían. Baltasar era su único hombre de confianza al que le confiaría hasta su vida entera, tenía alrededor de 65 años, ya estaba viejo pero todavía estaba lejos de morir, llevaba con su familia desde que tenía 10 años y había sido fiel hasta lo último, al igual que Asher el guardaespalda de los Levedev, llevaba muchos años con su familia y nunca los había traicionado, aprendió a manejar los clubs nocturnos los casinos, hizo crecer su negocio a una velocidad increíble, el hecho de que su padre haya muerto no había supuesto un impedimento para que lo haga un imperio incluso mejor de lo que había sido.

Era muy extrovertido y participaba en todo con los Levedev, eran como una familia y todos sabían que si te metías con los Campbell te metías con los Levedev, y si te metías con los Levedev también te metías con Los Campbell.

Todo había ido de maravilla desde la muerte de su padre, era un buen hombre aparte de que tenía casinos y se dedicaba al narcotráfico, también hacia donaciones a niños con cáncer, orfanatos, apoyos a las mujeres maltratadas, entre muchas cosas... pero el escondida la bestia que llevaba dentro... la misma que su padre había tenido y su madre fue víctima de eso... pero ese instinto que tenía resguardado bajo 7 llaves despertó cuando conoció a una joven rubia de apenas 17 años.

Rodrígo.

MERCEDES MAWSON JONNES.

Había sido criada por Danna Jonnes a quién quería como una hermana pero que en realidad no eran nada... ningún lazo sanguíneo las unía pero el corazón era mucho más fuerte y eso era lo importante, su madre había salido embarazada de ella desde muy joven y cuando tenía 4 años su madre estaba por dar a luz a su segundo hijo... falleció en el parto con su hermanito debido a las golpizas que su padre le daba, ella no recordaba mucho de eso y Danna evitaba hablarle esas cosas. Pero sabía que su madre lo había pasado muy mal en esos tiempos.

Admiraba a su hermana, era oficial de alto rango de la embajada norteamericana, era respetada por todos y ella quería ser así... una mujer de bien. No tenían el mismo carácter.

Danna era explosiva y ella era más pacífica, pero cuando se cabreaba incluso el diablo saldría huyendo.

Toda su vida había sido muy normal, su hermana se ocupaba de los gastos de la casa y ella estudiaba... hasta que un día en una de las infiltraciones del trabajo de su hermana salieron huyendo jefes de mafias, trabajadores narcotraficantes y entre otros de la emboscada que les habían tendido la embajada norteamericana para atraparlos... habían capturado algunos pero otros habían escapado y entre ellos estaba Rodrigo Campbell el hombre que le robó los sueños desde el día que lo vio entrar a su puerta para esconderse de los policías.

Se notaba que era un poco mayor que ella, aproximadamente a la edad de su hermana Danna.

Se había enamorado de Rodrigo y él había tratado como todo un caballero, pero lo que nunca pensó fue que cuando por primera vez lo hizo enojar él la golpeó sin compasión hasta el punto de dejarla muy mal y en el hospital.

Su historia de ellos le recordaba una de las películas que había visto de niña a la cual le decían La Bella y La Bestia y era porque ella era así... bella y frágil... y aunque Rodrigo tenia la belleza de un hombre muy guapo y llamaba la atención por donde cruzara... dentro de él llevaba una bestia que tendría que ser domada o de lo contrario podría romperla y acabar con ella.

Mercedes.

CAPÍTULO 1

Lo que había pasado había sido impactante... ahora mismo la cabeza de Rodrigo solo repetía una frase una y otra vez.

"Salva a Mercedes"

En pocos minutos la armada apresaria a todos los integrantes de las banda que pudiesen capturar y también a las personas que estuviesen alrededor de ellas, sean inocentes o no y más le valía sacar a Mercedes antes de que eso pase, las bombas estallaban, las granadas explotaban en un estruendoso sonido, las armas no dejaban de disparar... todo era un caos, la ciudad estaba en llamas y había sido revuelta cómo en un juego de llamas... ver la Ciudad de esta manera le recordaba cómo los hombres que usaban trajes blancos de la película Sinsajo: Los juegos del hambre habían terminado con el distrito 12... pero este no era el distrito 12 ¡Esta era la ciudad de Nueva York y el país de Estados Unidos era una potencia! no un pequeño pueblo y cada minuto que pasaba corría muchísimo más riesgo.

Los hombres de su amigo tuvieron que desmayar a Gasha de un golpe y sacarla pues la última Levedev gritaba y luchaba con todas sus fuerzas desgarrandose en llanto al ver lo que había ocurrido... era algo que nunca podrían olvidar... ni siquiera Rodrigo.

Vio como Mercedes soltaba el arma que tenía en las manos y corría con los de su grupo para salir de ahí, el ejercito Estadounidense empezaba a avanzar... pero entonces una granada explotó junto a las camionetas y lanzó al grupo a varios metros de distancia, todos contra el pisos... algunos muertos y otros heridos.

Fue en ese instante que Rodrigo solto su arma y corrió a por Mercedes, su cuerpo había impactado con fuerza sobre el asfalto y se preocupó de inmediato.

Llegó en menos de diez segundos evitando las balas perdidas que azotaban la ciudad, se arrodilló junto a ella y rápidamente le tomo el pulso. Seguía viva.

-Mercedes reacciona -le gritó dándole leves cachetada en su rostro, ella frunció el ceño y en su rostro se vio reflejado el dolor y abrió poco a poco los párpados.

¡Joder todo se había salido de control en menos de un santiamén!... ¿Donde estaba Ron? Se reincorporo con ayuda de Rodrigo y se giro a ver a sus hombres... 8 muertos... y apenas dos vivos... había venido todo un grupo de 40 hombres y ahora solo tenia a dos... Ron y Sebastián.

Ella se había venido sin avisarle a nadie, simplemente ordenó que 40 hombres que vayan con ella para ayudar a su hermana... y no reparo las consecuencias, ni se imaginó que este problema sería muy grave... pero sabía en el fondo de su corazón que aunque hubiese sabido que este problema sería inmenso y su hermana estaba metida en esto... de todas formas la hubiese ayudado y no se hubiese arrepentido aunque lo hubiese costado en la vida... Ron y Sebastián se levantaron cómo pudieron, tenían los polos desgarrados y Ron tenía una herida que se veía muy grave en su brazo... corrieron cómo pudieron hacia ella.

Incluso malheridos eran capaces de dar la vida por Mercedes, Rodrigo ayudó a levantar a Mercedes y los dos hombres llegaron a ellos.

-Señorita debemos salir ahora mismo -dijo Sebastian

Mercedes ya se había dado cuenta de la gravedad de la situación y ahora ya no había nada que hacer... las lágrimas escaparon de sus ojos sin poder contenerlas y asintió.

Entonces una bala fue directo a la cabeza de Sebastián y lo atravesó haciendo que un poco de sangre salpicada hacia el rostro de Ron... el cuerpo de su amigo cayó al suelo sin vida y Mercedes contuvo un grito.

Cada segundo que pasaba era una oportunidad de muerte para ellos.

Rodrigo apresó a Mercedes en sus brazos y con el otro joven malherido empezaron a correr entre las calles... en cada cuadra habían hombres disparando... en otras rectas estábamos los oficiales... caían bombas lacrimógenas, el humo de los edificios... era un completo caos...

Justo cuando doblaron la vuelta de una esquina para tratar de esconderse en un edificio del frente y llamar a Steven para que sacara a Mercedes de ahí... se aparecio un hombre frente a ellos, estaba vestido con ropa militares, chaleco antibalas y tenía un arma en sus manos.

-Malditos mafiosos -pronunció con tanto asco el hombre mientras levantó su arma rápidamente y soltó disparos hacia Mercedes.

Pero ninguna le dio... pues Ron se había puesto delante de ella para protegerla.

Fueron cinco balas que impactaron en el pecho del chico y éste se tiró encima del oficial.

Mercedes grito al ver la sangre manar del cuerpo de su amigo.

El oficial le dio dos puñetes a Ron y se lo quitó de encima, el chico ya no tenía fuerzas ni para pelear, tenía el brazo herido, 5 balas en el pecho y se estaba desangrando... era obvio que moriría

Rodrigo no perdió tiempo y se lanzó contra él oficial dándole de puñetes, le quito el arma y lo mató de tres disparos en la cabeza.

-Maldito oficial -fue lo que dijo Rodrigo.

Ahora él era el único que le quedaba a Mercedes y tenía que sacarla como sea... si el moría prácticamente ella también estaba sentenciada a muerte.

Las camionetas de su amigo ya se habían ido, el también staba inconsciente y Asher tuvo que sacarlo... y ahora él estaba solo.

Puso sus dos manos en el rostro de Mercedes para que lo mirará fijamente.

-Voy a sacarte de aquí... tienes que confiar en mí... aunque sea solo por esta vez.

Ella dudo de sus palabras, se había prometido nunca más confiar en él... pero ahora su vida dependía de eso y no le queda otra opción más que hacerlo.

Asintió rápidamente.

Rodrigo le tomó la mano, mientras en la otra tenía el arma y empezó a correr para sacarla de ahí como sea, no le importaba a quien tenga que matar... La sacaría de ahi por ella tenía tres hijos que la estaban esperando... Y también por qué si ella moria... El mismo se mataría para seguirla a donde valla.

CAPÍTULO 2

CINCO AÑOS ATRÁS. Estados Unidos, Nueva York.

Rodrigo había estado atendiendo unos pendientes en su empresa cuando la llamada de su amigo le llegó.

Egan

Contestó de inmediato

Se imaginaba que lo estaba llamando para ir a las reuniones de honor que había ese año y se estaba celebrando en Nueva York.

-Ya se lo que vas a decirme -le dijo sin dejar que hablara.

Egan empezó a reírse a través del teléfono.

-¿Vendrás?

Rodrigo sonrío con suficiencia al tiempo que miraba sus documentos

-Claro hermano, estaré ahí.

Los dos acordaron y colgaron la llamada, término de revisar todos los pendientes que habían en su empresa para luego salir directo a su casa y arreglarse para la noche.

Mercedes había terminado de hacer sus labores escolares y ahora mismo estaba en casa limandose las uñas, su hermana todavía estaba en el trabajo y por lo que sabía hoy no llegaría a dormir, tenían algo importante que hacer, al parecer era una emboscada para atrapar a delincuentes.

Ella también quería ser como Danna, una mujer respetada por muchas personas, admiraba bastante a su hermana y sabía que algún día sería como ella, porque era un gran ejemplo como mujer.

Estuvo en casa como siempre... sola, leyendo un libro y las horas transcurrieron hasta dar finalmente la noche.

Vio la llamada de su hermana y le contesto.

Tuvo una pequeña plática con Danna, le había pedido que por favor no abriera la puerta por nada del mundo, esa noche iba a ser movida y no quería que nada malo le ocurriera, era muy precavida y ella solo se rió y dijo que haría caso.

Pero cómo ella era muy obediente fue al minimarket del frente y compró una sopa instantánea, no tenía ganas de cocinar y como su hermana no vendría podría comer una comida rápida antes de irse a dormir.

Rodrigo se encontró con Egan y entraron juntos al Gran establecimiento que habían alquilado los anfitriones en Nueva York, era unos premios de honor que cada año se hacían en los cuales venían personas de todos los países para ver los rangos más altos... en Nueva York el primer puesto lo tenía la familia Levedev. Qué era la de su amigo y él no sentía envidia como muchos otros grupos, al contrario estaba orgulloso, ellos lo habían ayudado en momentos muy difíciles, el segundo puesto era para él y luego seguían los demás nombres de otros Carteles y Narcotráficantes, cosa que el omitió sin importancia.

Y luego la cosa se puso buena.

Entraron las bailarinas y la música DARK HOUSE empezó a sonar por los altavoces, las luces empezaron a ponerse rojas y las chicas bailaban sexymente.

-¿Que tanto miras?- pregunto Rodrigo que se situó al lado de Egan observando lo que el observaba- ¿La morenaza de piel blanca y curvas de infarto?- pregunto al tiempo que Egan sonreía y asentia.

-¿Tu ya le hechaste el ojo a alguna?- le pregunto Egan a Rodrigo y este negó.

Rodrigo era igual de alto, con el cabello castaño e igual de corpulento, también era joven, menor que Egan, tenía veinticinco años y manejaba la mafia se su familia.

-Ninguna me a gustado, pasaré el rato con alguna... claro que todas son hermosa y... tienen un lindo cuerpo muy bien definido pero... me extraña que unas cuantas prostitutas tengan un cuerpo tan trabajado, hasta parece que hacen entrenamiento... No lose pero ninguna es de mi agrado, preferiria una no tan volubtuosa.

Egan sonrió y asintio mientras no le quitaba el ojo a la pelinegra.

-Quiero a la chica a de ahí- miró como la señalaba- Pagaré por ella...

Justo en ese entonces las puertas salieron disparadas y un grupo entero del FBI entro con unas grades armas en sus manos.

Y todo se descontroló, les tiraron armas a las bailarinas... ¡que por deducción se dieron cuenta que no eran bailarinas! ya se había extrañado bastante Rodrigo de que esas mujeres estuviesen la piel sin apice de grasa... tenía un cuerpo muy bien trabajado que solo se conseguía con arduo trenamiento, esto había sido una emboscada y todos eran del FBI.

Empezaron a llover las balas y granadas mientras que todos empezaban a correr para salir de aquel lugar que se había convertido en un infierno era un alivio tenet las mascaras puestas o de lo contrario serían reconodos.

Su amigo parecía seguir imnotisado por la chica que había estado en el escenario ¡Que obviamente también era un oficial!.

Sus hombres se acercaron de los dos tanto los de Egan como los de él. Tenían que salir de esa barbaridad.

Luego de unos minutos Asher. El guardaespaldas principal de Egan logro sacarlos de aquel infierno por las ventanas.

-¡Baltazar! -llamo Rodrigo a su guardaespaldas más antiguo de su familia y el más fiel, el hombre rápidamente se hizo presente -quiero qué distraigas a los policías con las otras camionetas ve con los demás y dispersense. Yo haré lo mismo, traten de despistarlos.

-Sí señor -dijo Baltasar firmemente y empezó a dar órdenes a sus subordinados.

El subió el auto rápidamente y su amigo también se montó en su auto mientras empezaba la carrera contra los policías al igual que muchos líderes que habían salido de local huyendo en sus autos.

Mientras conducían hubo una curva en donde Egan se fue por la derecha y él por la izquierda para lograr perderlos... pero lo que pasó fue otra cosa, él estaba siendo perseguido por tres patrullas de policías, se habían cargado a sus guardaespaldas, presionó el acelerador y se alejó bastante del lugar donde había sido el atentado y la casería de los oficiales. llevaba más de veinte minutos siendo perseguido.

Los patrulleros seguían atrás unas dos cuadras detrás de él.

Sin pensarlo más, giró en una cuadra y paró rápidamente el coche bajándose y corriendo. Doblo la cuadra mientras escuchaba a la patrulla a la vuelta e hizo algo bárbaro ¡tocó la primera puerta que encontró!. Tocó como loco, y se quitó su máscara tirándola al suelo.

Era un apartamento blanco con ventanas grandes y un precioso jardín muy bien cuidado.

-¿Si?- escucho la voz de una chica

Rodrigo oía más a los patrulleros y no tenía más de otra que fingir.

Forzó una voz de mujer, tratando de parecer su mamá.

-Cariño soy yo- Dijo con voz aguda- Ven abre a mamá...

-¿Que?- se escuchó la voz de la joven más cerca y abrió la puerta-¿Quien mamá...?...

Rodrigo rápidamente le tapó la boca e ingreso a la casa y cerró la puerta escuchando como los patrulleros pasaban por ahí.

Mercedes abrió los ojos sorprendida y quiso quitar su mano de su boca para gritar y pedir ayuda pero Rodrigo no la dejo.

-Mmmm...- dijo Mercedes.

-Shuuu- le dijo despacio rodrigo- Porfavor has silencio

Miró a la puerta y luego a ella.

Vio bien a Mercedes.

No había tenido tiempo de observarla por que había entrado apresuradamente al apartamento pero ahora que observaba a la joven era muy hermosa tenía los ojos verde pálidos, un cabello rubio corto hasta los hombros y su piel era muy blanca.

Era muy hermosa.

Mercedes que había sentido miedo al ver como ese extraño se metía a su casa y la arrinconaba contra la pared tapandole la boca para que no gritase.

Pero ahora que escuchaba a los patrulleros pasar se supuso lo más obvio, la policía lo estaba siguiendo, quizás había hecho algo, podía ser un ladrón. Pero cuando esta la miró a los ojos, vio un rostro bellísimo, ese hombre era muy guapo, tenía la piel bronceada y sus ojos color ámbar eran de lo más curiosos, era alto ya que le sacaba dos cabezas a ella.

Una vez que no escucharon a la patrulleros Rodrigo hablo.

-Te voy a quitar la mano de encima pero necesito que no grites ¿De acuerdo?

Mercedes asintió lentamente.

Le quitó la mano y Mercedes lo miro en silencio

-¿Quien eres?- le pregunto y Rodrigo se quedó hipnotizado por sus pequeños y volubtuosos labios.

-Me llamo Rodrigo... ¿Y tú eres?...

Mercedes pensó en no responde pero más le valía colaborar.

-Mercedes...- Rodrigo asintió- si quieres dinero, cogelo, hay dinero en el segundo cajón del escritorio, si quieres llevarte alguna cosa más llévatela... No diré nada te lo prometo...

Rodrigo vio que estaba sustada pensando que podía tratarse de un robo y entonces negó.

-Lo lamento sé que no debí entrar así, no quiero dinero ni nada, solo... estába de paso...

-Te corrias de la policía...- dijo Mercedes un poco nerviosa.

Rodrigo pensó en que decirle

-Si, me estaban persiguiendo pero no era a mi realmente... es algo complicado de explicar, no me pueden ver por qué si me atrapaban entonces mi rostro estaría en las noticias y eso sí que sería un escándalo...

Mercedes frunció el ceño.

-¿Eres alguien importante?

Eso le cayó a Rodrigo cómo un golpe bajo, era dueño de la más famosa empresa de ropa para varones, su nombre aparecía continuamente en las revistas y en la televisión y la niña no lo conocía.

Sonrió y negó.

-Olvidalo... escucha debo irme no quiero causarte problemas...- saco su billetera de su bolsillo trasero y le tendió un forro de billetes y Mercedes abrió los ojos como plato- tomalos si, es como una paga por haberme dejado entrar a tu casa... y necesito que no le digas a nadies que estuve aquí.

Mercedes negó, no aceptaría el dinero

- No puedo aceptarte el dinero lo siento... Escucha no ten ofenda si... pero no sé quién eres y no acepto dinero de extraños.

Eso le pareció tierno a Rodrigo.

- Escuchame tu a mi...

Y entonces tocaron la puerta.

Los dos se giraron rápidamente a ver la puerta asustados ¿Sería Danna quién acababa de llegar?

-Señora- se escucho la voz de un hombre através de la puerta- Disculpe ¿hay alguien?

Rodrigo se tenso y Mercedes lo miro.

-Somos de la policía, venimos a hacerle algunas preguntas.

Rodrigo miró a Mercedes con desesperación.

-Te juro que no he hecho nada, porfavor no me delates- le susurró rogándole.

Mercedes no quería colaborar con un criminal, pero no sabía a ciencia cierta si era o no un criminal, así que decidió fiarse de su palabra.

-Vale escondete en la cocina, hay un espacio entre la encimera, seguro que entras, toma una manta y pontela encima.

Rodrigo se sorprendió pero asintió y se fue a la cocina y se metió en donde le había indicado Mercedes.

-¿Si?- dijo Mercedes- Un momento ahí salgo.

Espero unos segundos y a cuando Rodrigo ya estaba cubierto abrió la puerta.

-Buenos noches señorita queremos inspeccionar su casa, un fugitivo se nos a escapado y necesitamos atraparlos es muy peligroso.

Mercedes asintió.

-Claro pasen, pero no he visto a nadies.

Los policías de FBI entraron y revisaron la casa subieron a las habitaciones del segundo piso, registraron el baño, la sala, la cocina y nada.

-¿Que ocurre aquí?- escucharon la voz de Danna que acababa de llegar al apartamento y Observó a los oficiales- ¿pasó algo cabelleros?

De inmediato la reconocieron.

-No sabíamos que está era su casa oficial Jonnes, lo lamentamos pero uno de los fugitivos del restaurante escapó por esta zona y estamos revisando las casas.

Danna abrió los ojos y miró a Mercedes

-¿Estas bien Meche?... ¿alguien vino ?..

Mercedes negó.

-No nadies

Luego de un rato que buscaron en la casa se retiraron disculpándose.

Danna dejo su bolso en los muebles.

-Es mejor que no salgas estos días ¿de acuerdo Meche?

Mercedes asintió, en cuanto Danna se metió a la ducha, se acerco rápidamente donde se escondía Rodrigo y lo saco en silencio.

-Sube a mi habitación. Es la primera puerta- le susurró y Rodrigo asintió y subió despacio- Danna iré a descansar estoy agotada

-Si está bien no te preocupes- escucho a su hermana y subió tras Rodrigo, entro a su habitación y el estaba parado nervioso.

-Explicame quién eres antes de que grite- lo amenazó Mercedes.

Rodrigo exhaló despacio.

-Escucha no te puedo decir eso, solo te puedo decir que no soy una persona mala como me describieron... Muchísimas gracias por ayudarme no tienes idea de cuánto te agradezco... ahora necesito salir de aquí, te prometo que te contaré la verdad pero otro día, no ahora, tengo que salir de aquí antes de que mis hombres empiecen a buscarme por toda la cuidad y la pongan patas arriba, ten- le dejo su tarjeta de presentación en la cama y dinero se acerco a ella- Gracias por ayudarme... Ahí está mi número, llámame, pero por ahora...¿Como salgo?- Mercedes tomo su mano y sintieron que la piel se les ponía de gallina, a un así lo llevo a la ventana de su habitación y la abrió.

-La única manera es por aquí.

Rodrigo asintió, y se quitó su chaleco del traje negro que se había puesto. Mercedes lo tomo y lo guardo en su armario, ese hombre tenía la manisa pegada a todos sus músculos, tomo una casaca grande y se la dio para que se la ponga, una ves listo, se sentó en la ventana y saco los dos pies. De giro, miró a Mercedes y antes de saltar, por sorpresa le tomo el rostro y le dio un beso rápido.

-Gracias guapa, no te olvides de llamarme- y saltó a la calle cayendo en cuclillas al suelo para luego correr por la calle y desparecer entre la oscuridad.

Mercedes se quedó fría pero una tonta sonrisa se le formó en los labios, cerró la ventana y vió el dinero y la tarjeta que le había dejado...

Rodrigo Campbell.

Guardo su número en su teléfono y guardo la chaqueta y el dinero en su armario escondiendolo en un par de medias.

Se puso su pijama y se hecho en la cama pensando en él.

Danna por otro lado estaba saliendo de su ducha y abrió la puerta al escuchar su leve sonido afuera, no había nadies, lo que le llamó la atención era ver una de las máscaras negras que hubo en el baile tirada sobre su jardín, la recogió y se metió a su casa, quizás se le había caído al fugitivo cuando había cruzado por las calles. la boto a la basura y se vistió con su pijama, al igual que Mercedes, se hecho en su cama pensando en el hombre que la había observado en el restaurante, su mirada azul había sido muy intensa y entre tanto pensamiento quedó dormida.

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