La Casa En El Bosque
Capítulo 1 mejorado
El sol del atardecer teñía el cielo de tonos dorados y rosados cuando Cristina y Diana las dos hermanas salieron corriendo al patio trasero de su nueva casa.
La emoción las hacía correr de un lado a otro mientras admiraban el bosque que se extendía justo detrás de la cerca de madera. Los árboles, altos y frondosos qué les recordaban a su antigua casa
Diana
Cris, mira cuántas flores hay
* señalando un grupo de margaritas silvestres *
Cristina, la mayor, asintió con una sonrisa. Ambas adoraban hacer ramos
Cristina
Podemos hacer un ramo para mamá *propuso, con la emoción brillando en sus ojos azules como el mar profundo *
Las dos niñas recogieron flores con entusiasmo, risueñas, llenando sus manos con flores de colores. El aire olía a tierra húmeda y savia. Era un lugar hermoso, tranquilo, un sueño para cualquier niño con ansias de aventura
Diana
Allá hay más flores
* señalando un rincón más profundo del bosque *
La casa aún era visible desde donde estaban
Cristina
No tardemos mucho, ¿sí?
Diana asintió con una sonrisa, y juntas cruzaron la línea invisible que separaba la seguridad del hogar de lo desconocido
pero cada vez se alejaba demasiado
Caminaban sin darse cuenta de cuánto se alejaban, cada paso las hacían ir cada ves más lejos. Sin embargo las flores eran cada vez más grandes y hermosas
A lo lejos, se aproximaba un campo entero de flores silvestres se desplegaba ante ellas como un mar colorido. Diana chilló de emoción y se lanzó a recoger más
El sol baña el campo con una luz dorada, y una suave brisa mueve los pétalos como si fueran olas de colores
Diana
Cris, mira esto!
*emocionada le muestra una flor con pétalos morados y un centro amarillo*
Parece una estrellita, pero en el suelo.
Cristina
*Sonríe, tomando una margarita blanca y girándola entre sus dedos*
Sí… hay tantas flores diferentes aquí,
Cristina
Nunca había visto un lugar así. Es como…
Diana
*Interrumpiendo, con los ojos brillantes* Como un sueño. Como si hubieran sido pintadas todo con colores mágicos
Cristina
*Ríe mientras mira a su alrededor *
Sí, como si las flores crecieran solo para hacernos felices. ¿Crees que mamá y papá ya hayan visto este lugar?
Diana
Pero si lo hubieran visto, seguro nos habrían traído antes. Es demasiado bonito para no venir
*Corre un poco más adelante, girando con los brazos abiertos*
Mira qué grande es. Es un campo de flores gigante, Cris Nunca se acaba
Cristina
*Observa el horizonte, donde las flores parecen extenderse hasta donde alcanza la vista*
Sí… se siente como si estuviéramos dentro de un cuento
Cristina
*Recoge una flor azul y la coloca tras la oreja de Cristina*
Eres la princesa del campo de flores
Diana
*Sonríe y coloca una florecita amarilla en el cabello de Diana*
Y tú eres la reina de las margaritas.
*Las dos ríen, disfrutando del momento. Diana sigue recogiendo flores, mientras Cristina se estira sobre la hierba, contemplando el cielo
Después de un rato, Cristina suspira y se incorpora
Cristina
*Mira hacia atrás, donde deberían ver el bosque por el que vinieron*
Diana, creo que ya es hora de volver.
Diana
*Todavía agachada, escogiendo más flores*
¿Ya? Pero apenas encontramos las más bonitas.
Cristina
*Se sacude la hierba del vestido y le sonríe con dulzura*
Sí, pero si tardamos más, mamá se preocupará.
Diana
*Suspira, pero asiente, abrazando su ramo*
Está bien… pero tenemos que volver otro día, ¿sí?
Cristina
*Tomándola de la mano*
Okey, esta bien
Con una última mirada al hermoso campo de flores, las dos niñas comienzan a caminar de regreso
Al tratar de regresar no supieron exactamente en qué momento todo cambió
Tal vez fue cuando dejaron de escuchar el canto de los pájaros. O cuando los últimos rayos del sol se apagaron, dejando todo envuelto en una penumbra azulada.
El aire se volvió más pesado, cargado de humedad y silencio.
Cristina miró a su alrededor y sintió un nudo en el estómago.
Diana
*Mirando en todas direcciones, con el ceño fruncido*
Cris… ¿segura que era por aquí?
Cristina
*Tratando de sonar confiada, aunque su voz tiembla un poco*
Sí… bueno, creo que sí. Solo tenemos que seguir caminando.
Pero a medida que avanzan, nada se siente familiar. El bosque, que antes parecía acogedor, ahora se alza a su alrededor como un muro impenetrable de troncos y sombras. Las ramas crujen con cada paso, como si alguien más estuviera moviéndose entre los árboles
Diana
*Se detiene bruscamente, jalando la mano de su hermana*
Espera… aquí no pasamos antes.
Cristina mira a su alrededor
Diana tiene razón. No reconoce nada. Ya no hay flores cerca, solo maleza y raíces que sobresalen del suelo como dedos torcidos
Cristina
Tal vez tomamos un desvío sin darnos cuenta. Vamos por este lado
Dan media vuelta y caminan en otra dirección, pero el paisaje sigue siendo el mismo. Árboles altos, hojas secas, sombras alargadas
Es como si el bosque los estuviera envolviendo más y más. Diana aprieta la mano de Cristina con más fuerza
Diana
Con voz temblorosa*
Cris… creo que estamos perdidas.
Cristina siente una punzada de miedo en el pecho, pero se esfuerza por no demostrarlo
Cristina
*Apretando la mano de su hermana con suavidad*
No, no lo estamos. Solo tenemos que… encontrar algún punto que reconozcamos.
Diana
*Las lágrimas se acumulan en sus ojos, su voz es apenas un susurro*
Pero todo se ve igual…
Cristina mira a su alrededor, buscando desesperadamente algo, cualquier cosa que les dé una pista de dónde están. Su respiración se acelera. El bosque no debería sentirse así… tan cerrado, tan pesado
Cristina
Respira hondo, tratando de pensar*
Tal vez si encontramos un lugar alto, podríamos ver la casa desde ahí
Diana
*Se seca las lágrima con la manga*
O… o a alguien que nos ayude.
Siguen avanzando, esperando encontrar algo familiar. Pero cuanto más caminan, más extraño se siente todo. El sol sigue bajando y las sombras crecen
Sin embargo a lo lejos, ven algo inesperado*
Entre los árboles, como si hubiera aparecido de la nada, se alza una encantadora casa de madera, con ventanas de cristal que reflejan la luz tenue del atardecer.
Su techo de tejas rojizas y las enredaderas trepando por las paredes le dan un aire acogedor, casi mágico. Una pequeña chimenea humea suavemente, y una lámpara amarilla parpadea en la entrada, dándole un aspecto cálido, como sacado de un cuento de hadas
Diana
Cris, mira *señalando con su mano temblorosa*
A pesar del miedo que aún se aferra a su pecho, Cristina siente un pequeño alivio al ver la casa. Tal vez ahí podrían encontrar ayuda… o al menos, indicaciones para regresar a casa
Se acercaron y Cristina tocó la puerta con los nudillos.
Cristina
Con voz cautelosa*
¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
Por un instante, solo hay silencio. Diana aprieta su ramo de flores contra su pecho, inquieta. Luego, una voz suave y dulce se oye desde dentro, tan cálida
La mujer
Oh, cielos… ¿quién anda ahí?
Cristina
*Se aclara la garganta*
Me llamo Cristina y vengo con mi hermana pequeña Diana
Cristina
Nos perdimos en el bosque y no sabemos cómo regresar a casa.
La mujer
Con un tono maternal y tranquilizador*
Oh, pobrecitas… deben estar asustadas
La mujer
Qué suerte que encontraron mi casa
Cristina intercambia una mirada con Diana. La voz de la mujer es amable, y la casa parece segura… ¿verdad?
La mujer
Vengan, pasen, queridas. Hace frío ahí afuera, y seguro están cansadas. Tengo galletas recién horneadas y chocolate caliente. Puedo darles inducción mientras descansan un poco
Cristina duda. Su madre siempre le ha dicho que no confíe en extraños, pero… están perdidas, el sol está bajando, y no hay nadie más alrededor
Además, la mujer suena tan amable… y el olor que sale de la casa es dulce y tentador, el suave aroma de galletas de vainilla resiente horneadas
La mujer
*Con una risa ligera*
Oh, no tengan miedo. Solo quiero ayudarlas.
Cristina respira hondo y aprieta la mano de Diana
Cristina
Está bien… pero solo un momento
Lentamente, gira la manija de la puerta… y entra junto a su hermana
Frente a ellas, una mujer , con una sonrisa amable y ojos brillantes, las observa con ternura mientras limpia sus manos en un delantal
Marta
*Con una voz dulce *
Hola pequeñas, mi nombre es Marta
Marta
Qué niñas tan lindas. No las había visto antes por aquí…
Cristina
*Tomando asiento junto a Diana en la mesa*
Nos acabamos de mudar
Marta
Asintiendo con una sonrisa*
Ah, ya veo. Entonces son nuevas en el pueblo
Marta
Qué emocionante… Pero qué susto debieron pasar al perderse en el bosque.
Diana
*Asintiendo, sosteniendo con fuerza un pequeño ramo de flores*
Sí… nos fuimos muy lejos sin darnos cuenta.
Marta
*Colocando dos platos con galletas frente a ellas*
Bueno, pues coman un poco queridas, deben reponer energías.
Marta les sirve una taza de chocolate caliente y humeante
Marta
*Con una sonrisa cálida*
Prueben, les hará sentir mejor.
Las niñas, confiadas por la amabilidad de la mujer, toman sus tazas y beben pequeños sorbos. El chocolate es delicioso, dulce y reconfortante.
Cristina siente que el calor se esparce por su cuerpo, y el agotamiento de la caminata comienza a desvanecerse. Por un momento, todo es agradable.
Conversan sobre su mudanza, el bosque y lo bonito que es el pueblo
De repente, Cristina parpadea varias veces. Sus párpados se sienten pesados.
Un leve mareo la invade, y cuando voltea a ver a su hermana, Diana está completamente desplomada sobre la mesa, con la cabeza apoyada en sus brazos
Cristina
*Con la voz débil*
Diana…
Intenta mover su brazo, pero se siente entumecida. Su visión comienza a volverse borrosa, y la habitación parece girar a su alrededor
*Antes de que pueda reaccionar, todo se oscurece*
Por segundos ahí un completo silencio
Una voz fría, completamente distinta a la dulce y calida de antes, rompe la calma
Marta
*Con tono seco y sin emoción*
Alex… ven aquí
Se escuchan pasos en la madera. Un joven, alto y de expresión neutra, aparece en la habitación
Marta
Sin mirarlo directamente*
Levántalas y llévalas al sótano.
Alex observa a las niñas desmayadas. Sin dudar, asiente lentamente y camina hacia ellas
Alex
*Con voz monótona, soltando un leve suspiro * Sí… madre
Marta no dice nada más. Solo se queda en silencio mientras su hijo recoge a Cristina y Diana, y las arrastra hacia la oscuridad del sótano
Capítulo 2 mejorando
Los pasos de Alex resuenan en la escalera de madera mientras baja con las niñas en brazos. El sótano es oscuro y frío, con un leve olor a humedad que impregna el aire. Solo una tenue bombilla cuelga del techo, proyectando sombras temblorosas en las paredes de piedra. Alex se detiene un momento, observando a las dos pequeñas en sus brazos. Su expresión es seria, pero en sus ojos hay algo más… duda, incluso culpa
Con cuidado, coloca a Cristina y Diana en el suelo, apoyándolas contra la pared. Suspira y se queda mirándolas por un momento, como si su mente estuviera debatiéndose entre dos caminos opuestos
Alex
*Murmurando para sí mismo*
Ojalá pudiera hacer algo… para ayudarlas…
Aprieta los puños y desvía la mirada. Luego, sin más opción, se gira y sube las escaleras, cerrando la puerta con un fuerte clic que resuena en la fría habitación. El silencio se apodera del lugar, dejando solo la débil respiración de las niñas y el sonido del viento filtrándose por algunas rendija
Las horas pasan. El silencio se siente pesado, hasta que un leve quejido rompe la quietud. Cristina comienza a moverse, su cabeza le pesa y siente su cuerpo entumecido
Abre los ojos lentamente, parpadeando varias veces para enfocar su visión. Todo está borroso al principio, pero pronto empieza a distinguir la oscuridad a su alrededor, el frío suelo de piedra debajo de ella y… a Diana, encogida a su lado, aún inconsciente
El pánico la golpea como un balde de agua fría, y se incorpora rápidamente, ignorando el mareo que amenaza con hacerla caer
Cristina
*Sacudiendo suavemente a su hermana*
Diana Diana, despierta.
Diana levemente suelta un quejido y parpadea, sus ojitos llenos de confusión y miedo al abrirse. Se aferra instintivamente a Cristina, temblando
Diana
*Con voz temblorosa* ¿Cris?
Cristina
*Abrazándola con fuerza*
Estoy aquí, Dianita. Todo está bien, estoy contigo
Diana
*Mirando a su alrededor con los ojos muy abiertos, aterrada*
¿Dónde estamos?
Cristina
*Apretando los labios, tratando de mantener la calma por su hermana*
No lo sé… pero vamos a salir de aquí.
Diana solloza bajito, escondiendo su rostro en el pecho de Cristina. Cristina acaricia su cabello, intentando calmarla, aunque su propio corazón late desbocado por el miedo y la incertidumbre
Entonces, un movimiento a su lado la hace tensarse. No estaban solas
Apenas ahora, en medio de la penumbra, Cristina nota una figura a su izquierda. Es una chica, más grande que ellas, que también parece estar despertando.
Al principio solo se mueve levemente, su respiración acelerándose mientras su mente empieza a comprender lo que ocurre. Luego, sus ojos se abren de golpe y su cuerpo se sacude con un sobresalto.
chica
*Gritando de pánico*
No… no ¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando?
Cristina y Diana se sobresaltan ante el grito. La chica parece estar en completo pánico, sus ojos recorren el sótano frenéticamente, su respiración es errática y sus manos buscan desesperadamente algo a lo que aferrarse. Al ver a las dos niñas, su expresión se llena de pavor y se aleja unos centímetros arrastrándose
chica
*Mirándolas con los ojos bien abiertos* ¿Q-qué… quiénes son ustedes? ¡¿Qué está pasando?!
Cristina
*Levantando las manos en un gesto tranquilizador*
Espera, No te asustes… nosotras tampoco sabemos qué está pasando.
Diana
*Aún abrazada a Cristina, con voz temblorosa*
Solo… solo nos despertamos aquí, igual que tú.
La chica respira agitadamente, tratando de procesar la situación. Sus ojos van de un lado a otro, como si buscara una salida, pero solo hay paredes de piedra y la puerta cerrada en lo alto de la escalera
chica
*Aún temblorosa, pero con la voz un poco más controlada*
¿Q-quiénes son ustedes?
Cristina
*Con un tono firme, pero amable*
Me llamo Cristina, y ella es mi hermana Diana
Diana asiente levemente, aún aferrada a Cristina
Diana
*Con voz leve *
Hola…
La chica las observa un momento, todavía temblando, pero algo en la calma de Cristina parece tranquilizarla un poco. Finalmente, traga saliva y baja la mirada
chica
*Suspirando* Mi nombre es Mia…
Mia
*Levanta la mirada nuevamente*
Tengo 16 años.
Cristina asiente, registrando la información. Al menos ahora no están solas
Mia
Aún con miedo en la voz*
¿Cómo… cómo llegaron aquí?
Cristina respira hondo y mira a Diana, asegurándose de que esté bien, antes de girarse hacia Mia
Cristina
*Con voz seria* Nos perdimos en el bosque
Cristina
Encontramos una casa… la casa de una mujer que se llamaba Marta
Cristina
Ella nos ofreció galletas y chocolate caliente, nos dijo que quería ayudarnos
Cristina
Pero después de un rato… *Se detiene, su estómago se revuelve al recordar lo que pasó* …nos sentimos mareadas, y lo último que vi fue a Diana desmayada antes de que todo se volviera negro.
Mia escucha atentamente, su expresión endureciéndose con cada palabra
Mia
*Con la voz temblorosa, pero llena de enojo y miedo* Esa mujer… *Aprieta los puños* Nos secuestró
El silencio cae sobre ellas.
El peso de la verdad es aterrador.
Diana tiembla en los brazos de Cristina, y Cristina siente un frío helado recorrer su espalda.
Tienen que salir… antes de que sea demasiado tarde
El aire en el sótano se siente denso, cargado de miedo e incertidumbre. Cristina y Diana aún procesan la verdad de lo que Mia acaba de decir. "Nos secuestró." Esas palabras resuenan en sus mentes como un eco aterrador
Cristina aprieta los labios, sintiendo la responsabilidad de mantenerse fuerte por su hermana. Se gira hacia Mia, aún con muchas preguntas en la cabeza
Cristina
*Con un tono firme pero lleno de curiosidad*
Mia… ¿y tú? ¿Cómo llegaste aquí?
Mia traga saliva, su mirada se vuelve distante, como si los recuerdos fueran demasiado dolorosos de revivir. Suspira profundamente antes de hablar
Mia
*Con voz baja*
Fui al centro comercial con una amiga…
Se detiene un momento, cerrando los ojos mientras trata de recordar cada detalle.
Mia
Estábamos paseando, mirando tiendas, como cualquier otro día. Había mucha gente
Mia
Recuerdo que mi amiga quería entrar a una tienda de ropa, pero yo me distraje mirando algo en el pasillo… y cuando volteé… ella ya no estaba
Cristina y Diana la observan con atención. Mia respira hondo antes de continuar.
Mia
Pensé que tal vez se había adelantado, así que caminé un poco, buscándola
Mia
Pero… cada vez me metía más entre la multitud y… de alguna manera… terminé en una zona del centro comercial que no reconocía
Mia
Los pasillos estaban más vacíos. Todo se sentía… extraño
Sus ojos reflejan angustia al recordar lo que pasó después.
Mia
Fue cuando vi un callejón entre dos edificios. Me pareció raro porque no recordaba haberlo visto antes, pero pensé que tal vez mi amiga había pasado por ahí, así que entré…
Cristina siente que su corazón se acelera. Algo en la forma en que Mia lo dice le da escalofríos.
Diana
*Abrazándose a Cristina*
¿Y qué pasó?
Mia
*Baja la voz, como si temiera que alguien la escuchara* No tuve tiempo de reaccionar… alguien me tomó por detrás.
Mia
*Se lleva la mano al cuello, como si aún pudiera sentir la presión.*
Intenté gritar, pero me taparon la boca. Luego… todo se volvió negro
Mia
Lo único que recuerdo es despertarme aquí… igual que ustedes
Un profundo silencio se instala en el sótano. Cristina traga saliva, tratando de asimilar todo
Diana aprieta más fuerte la mano de su hermana, sintiendo que el miedo la consume
Mia, aunque temblorosa, aprieta los puños, mostrando más enojo que miedo ahora
Cristina
*Con voz determinada*
Tenemos que salir de aquí.
Mia
*Asiente, con la mirada seria*
Pero primero tenemos que descubrir cómo.
Las tres se miran, comprendiendo que, a pesar del miedo, ahora están juntas en esto
Y juntas… tal vez tengan una pequeña oportunidad de escapar.
El silencio en el sótano se siente opresivo. Solo el tenue zumbido de la bombilla colgante y su propia respiración rompen la quietud.
Cristina no puede quedarse quieta. Tiene que haber una forma de salir. Su mirada se mueve rápidamente por la habitación, analizando cada rincón.
Entonces, algo llama su atención: una pequeña ventana en lo alto de la pared. La luz de la luna entra débilmente a través de ella, iluminando un poco la oscuridad del sótano
Cristina
Señalando la ventana*
Miren, Ahí hay una ventana.
Mia y Diana siguen su mirada. Pero cuando se acercan, notan algo desalentador
Mia
*Examinándola con una mueca*
Tiene rejillas… no podremos salir por ahí.
Diana
*Mirando con tristeza *
Y está muy alta…
Cristina
*Pensativa, pero sin rendirse*
Tal vez no podamos salir, pero… si podríamos encontrar una pista de dónde estamos.
Diana
*Frunce el ceño*
¿Pero cómo? No llegamos tan alto.
Cristina se muerde el labio, analizando la situación. Entonces, se le ocurre una idea y se vuelve hacia Mia
Cristina
Podemos subir a Diana a nuestros hombros. Ella es más ligera y tal vez pueda ver algo desde allí
Cristina
*Acariciándole el cabello con suavidad*
Eres la más pequeña, podrías alcanzar mejor. Solo necesitamos que mires y nos digas qué hay afuera.
Mia
*Asiente*
No es una mala idea. Si sabemos dónde estamos, podríamos pensar en un plan mejor.
Diana
*Con un leve suspiro*
Está bien… lo intentaré.
Cristina y Mia se posicionan bajo la ventana. Mia entrelaza las manos para ayudar a Cristina a subir primero. Luego, Cristina se pone de rodillas y con mucho cuidado levanta a Diana sobre sus hombros. Diana se tambalea un poco, pero logra agarrarse de la pared para estabilizarse
Cristina
¿Puedes ver algo?
Diana se estira lo más que puede, tratando de enfocar su vista más allá de las rejas
Diana
*Susurrando con los ojos muy abiertos* Cris… creo que estamos en medio del bosque…
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