No olvidó el día en que morí. Fue en Noruega, el país de donde soy originario, hace ya unos cientos de años. En ese entonces yo tenía unos 6 años y desde ese día mi apariencia no ha cambiado.
Recuerdo el frío y el cansancio, mi padre era leñador y yo como único hijo varón debía acompañarlo para aprender el oficio.
Recuerdo que apenas podía levantar la pesada hacha, y que me tomó todo el día talar un solo árbol pequeño, mientras que mi padre en el mismo tiempo había talado siete árboles de enormes troncos mientras se tomaba 3 botellas de ron.
Me envió temprano a casa para que me bañara pero no sin antes darme la peor paliza de mi corta vida. Me dejó tan mal que mi madre lloró al verme, ella dulcemente me ayudó a bañarme y curó todas mis heridas. Más tarde pagó el precio de hacerlo.
Mi padre llegó algunas horas después, yo me encontraba dormido cuando escuché el grito de mi madre.
_MAMÁ_ grité desesperado cuando ví como la torturaba con un látigo de sauce.
_PADRE, DÉJALA EN PAZ_ volví a gritar mientras intentaba detener su brazo con todas mis fuerzas.
_SUELTAME MOCOSO DE PORQUERÍA_ me contestó mientras me arrojaba por los aires con todas sus fuerzas también. En ese segundo que pase suspendido en el aire, anticipé el dolor del impacto con la pared, cerré mis ojos sabiendo que dolería mucho, pero cuando finalmente impacté con ella, no sentí nada, realmente no dolió en absoluto. Me levanté pronto para suplicarle que deje en paz a mi madre y extrañamente lo hizo. Se quedó de pie mirando la pared con un rostro pálido. Mi mamá se tapó la boca en silencio hasta que de rodillas en el suelo soltó el grito más desgarrador que he escuchado en mi existencia.
_ENGEL, MI ENGEL_ trate de acercarme a ella pero por mucho que lo intenté no pude ni siquiera tocarla, mi cuerpo se había vuelto intangible como el aire, finalmente voltee hacia la pared y me encontré con un manchón de sangre a una considerable altura y mi propio cuerpo en el suelo.
Mi padre me había lanzado tan fuerte que el impacto rompió mi cráneo sin darme tiempo a sentir dolor.
Después de eso mi padre me cargó, el me enterró con sus propias manos, mi madre paso arrodillada sin moverse del lugar donde morí durante siete días y siete noches enteras, sin dormir ni comer.
Mi padre dejó el alcohol y se ocupó de la salud de mi madre, cambió por completo, se volvió un esposo dulce y atento. Cada noche después de que mi madre quedará dormida al fin, caminaba en el frío hasta mi tumba y me pedía perdón.
Yo solo podía observarlos, me daba mucha pena su dolor como para dejarlos, pero tampoco podía hacer nada, así que mi alma se convirtió en espíritu y quedé deambulando en este mundo.
Dos años después de mi muerte las heridas parecían haber cicatrizado, mi madre plantó un jardín de brezos púrpuras en mi honor y mi padre comenzó a ir a mi tumba para contarme de su día en el trabajo con más entusiasmo y ya no solo a disculparse.
Las heridas sanaban, los años pasaron, pero las costumbres y los hábitos salieron a flote con el tiempo. Cuatro años después de mi muerte mi madre volvió a quedar embarazada, y mi padre volvió a beber.
Fui testigo de como lentamente volvía a sus costumbres violentas, mientras yo solo podía permanecer junto a mi madre como un espectro intangible, hasta que conocí a cierto espíritu.
Estaba en el mercado junto a mi madre cuando lo vi atormentando a una señora, le cambiaba las cosas de lugar y le tiraba objetos. Me acerqué a él, su aspecto era extraño, su rostro era más pálido que el mío, su cabello negro y sus ojos oscuros.
_Señor, ¿cómo es que puede tomar objetos? lo he intentado mucho pero desde mi muerte me he vuelto como aire.
_Niño, ¿Cuánto tiempo llevas muerto?- tenia un acento extraño, uno que jamás había escuchado hasta entonces.
_ cuatro años, señor.
_La asusto porque necesito su miedo para seguir existiendo, el alma está echa de energía, y esa energía debe ser alimentada para existir sin un cuerpo, probablemente aquella señora peliroja sea tu madre, se te parece bastante, ella te alimenta con su amor, yo me alimento del miedo. A medida que vas obteniendo más energía, vas a poder hacer más cosas como estas.- el hombre estiró la bolsa de la señora dejando caer todo su contenido la señora pego un grito del susto y se agachó a recoger las cosas nuevamente.
No tenía tiempo para recolectar energía, pero quería asustar a mi padre al tal grado que huya dejando en paz a mi madre y a mi hermanito en camino.
_Mi nombre es Engel Hapelfull- le dije estirando la mano para estrecharla con la suya, el solo miro mi mano y agachó su cabeza levemente haciendo una pequeña reverencia.
_ Es un placer Hapelful chan, yo soy Shugo Tenshi.
Le pedí al señor Shugo que me ayudara con mi padre, y accedió gustoso, me enseñó a asustar personas casualmente y a mover cosas pequeñas. Me contó que provenía de un país muy lejano pero que aprendió el idioma escuchando. El llevaba muerto 500 años por lo que había viajado mucho en ese tiempo y había aprendido varios idiomas. También sabía meterse en los sueños de las personas para asustarlas más, me contó que el punto más alto de poder para un espíritu se obtiene causando la muerte de los humanos, pero que esa era una línea que no quería cruzar ya que los espíritus que cruzaban la linea se convierten en espíritus malignos que se diferencian de los demás por tener ojos rojos.
En fin, el plan resultó ser un éxito, mi padre huyó despavorido luego de unos meses de escarmiento. Mi madre muy embarazada consiguió trabajar en el mercado y el señor Shugo siguió su camino, me ofreció acompañarlo, pero yo quería quedarme más tiempo con mi madre.
El tiempo siguió pasando y mi madre supo sobreponerse a las adversidades con mi hermanito al cual llamó Andre Engel en mi honor. En el mercado conoció a un buen hombre, con quien formó un nuevo hogar, ese hombre fue para mi hermanito un padre tierno y amoroso, a pesar de mi muerte estoy agradecido de poder ser testigo de los años de felicidad que coronaron la vida de mi amada madre, hasta su muerte por vejez fue una mujer muy feliz, tanto que su alma descansó en paz de inmediato y no pude verla después de su muerte. Lloré su perdida junto mi hermano Andre, aunque él no pudo verme, solo después de eso pude seguir mi camino, y comencé a deambular por el mundo como el señor Shugo.
Estuve dando vueltas durante algunos siglos. Al principio no me gustaba la idea de asustar a las personas, luego me di cuenta que podía ayudar personas si solo asustaba a personas como mi padre. Aún así a veces sentía que debería parar y dejar de existir, aferrarme a una existencia eterna sin sentido es triste y solitario. O al menos eso pensaba antes de conocerlo.
Buscaba a mi próxima víctima cuando de la nada él tomó mi mano.
_¿Estas bien?_ preguntó con una voz dulce e inocente, su mano era cálida, no había sentido la calidez desde mi muerte, no lo entendía, ese niño no era un espíritu, lo podía ver en sus mejillas rosadas, estaba vivo.
_¿Me hablas a mi? ¿Puedes verme?
_si, ¿Por qué no te vería? Pareces perdido, sin destino ni propósito. ¿Quieres jugar conmigo?
Jaló de mi mano y corrió hasta una plaza, allí había muchos niños jugando, todos incluyendo el que sostenía mi mano tendrían más o menos la edad que yo tenía al morir.
_Soy Angel Frost, ¿Jugamos a las traes?-yo jamás había jugado con otro niño, cuando vivía debía trabajar con mi padre, porque éramos muy pobres y después de mi muerte aún tuve cosas que hacer.
_No se jugar_ mi cabeza no procesaba el echo de que yo estuviera más sorprendido que él. Entonces otro niño se acercó y lo empujó tirándolo al suelo y haciendo que suelte mi mano.
_¿Otra vez hablando sólo, Angel Raro?_ el otro niño no parecía mucho más grande, pero si muy violento, la verdad nunca había lastimado a un niño pero realmente quise hacerlo en ese momento.
El niño en el suelo me miró sonriendo.
_Lo siento, me distraje_ intentó levantarse pero lo volvió a empujar.
_¿Me estás ignorando Ángel Raro?_
Estuve apunto de intervenir cuando llegó un adulto y sacó al matón del lugar.
_ Angel, ¿Qué ocurrió ahora?
_No lo sé yo solo jugaba con mi nuevo amigo_ me señaló y me sonrió un momento, pero su sonrisa decayó antes de volver a hablar.
_Aun no me dijiste tu nombre.
_Hay Ángel, tu y tus amigos imaginarios, debes encontrar una forma de conectar con la realidad, y hacer amigos de verdad_ el adulto besó su frente con ternura y volvió a alejarse.
_Entonces no existes, creí que de verdad podía ayudarte y ser amigos, te veías tan solo como yo.
No sé si fué porque me agradó sentir el calor de su mano, o si tal vez ví en él una oportunidad de sentirme vivo, de compartir con alguien, una oportunidad de jugar y vivir en muerte la infancia que no tuve en vida, pero luego de verlo unos segundos decidí que quería permanecer a su lado. Estaba por tomarle la mano cuando él sonrió como si hubiese escuchado mis pensamientos.
_Te vas a quedar conmigo, soy feliz._ su sonrisa era hermosa, daba una sensación de calma y calidez.
_Me llamo Engel Hapelfull.
_Engel…. Engi ¿Puedo decirte Engi?
_ Dime como quieras.
Me explicó como jugar y corrimos toda la tarde, lo seguí a su casa, sus padres lo veían con decepción en los ojos, para ellos su hijo era un lunático. Un niño solitario que podía ver espíritus, todos los vivos lo consideraban loco.
Yo fuí su primer amigo, y el fué el mío.
Jugamos día y noche durante meses hasta que un viejo conocido apareció como tormenta de arena en mi oasis .
_ Hapelfull chan, tanto tiempo sin vernos_ la voz del señor Shugo en la calle me alejó sin querer de Angel.
Quedé sorprendido al verlo, sus ojos estaban teñidos de rojo, él me dijo que esa cualidad era característica de los espíritus malignos que habían cruzado la línea. El señor Shugo había matado humanos.
_Señor Shugo, me da gusto verlo.
En ese momento escuché el grito de la mamá de Angel. Él se había soltado para volver por mi. Tomó mi mano y miró al señor Shugo.
_Lo lamento mi amigo y yo tenemos que irnos_ le dijo sonriendo mientras me llevaba de un tirón.
_Engi ¿Lo conocías?_me susurro preocupado mientras su mamá lo regañaba.
_ Si, de hace unos siglos, una vez me ayudó.
_ Es peligroso, estaba buscando a quien matar.
Esa misma noche el señor Shugo apareció en la casa de Ángel.
_Lo siento mucho Hapelfull Chan- fue lo que me dijo antes que una luz segadora envolviera el lugar.
Cuando la luz desapareció el señor Shugo se fué, y Ángel despertó.
_Engi
_Dime
_Engi ¿Dónde estás? ¿Por qué tanto silencio? ¿Los hilos, que pasó con los hilos? Engi… ¿Engel? ENGEL_ Angel estaba en estado de pánico, y yo sumergido en la peor furia que abrazó mi corazón desde que mi padre volvió a beber.
Minutos antes de mi muerte desperté una habilidad sobrenatural, pude ver Miles de hilos blancos que conectaban a las personas, y un único hilo rojo que me conectaba con mi esposa.
Pude contarles a mis familiares y amigos que estaban a mi lado sobre la existencia de estos hilos, y sobre el hilo del amor. En ese entonces no imaginaba que mis palabras se volverían leyenda.
No pude descansar en paz después de mi muerte porque mi amada estaba embarazada y quería conocer a mi hijo. Tenía 18 años, no sabía lo joven e ingenuo que aún era. Después de mi muerte descubrí que el bebé que esperaba mi esposa era de otro hombre y que aquel hilo rojo era la muerte inminente que me esperaba desde el momento en que ella decidió asesinarme para ser feliz con ese hombre y con el bebé.
El sentido de mi existencia desde ese momento fue hacer miserable su vida, gracias a eso descubrí que su miedo me hacía más fuerte.
Después de su muerte, deambule por el mundo, aprendí muchas cosas como que las almas estamos echas de energía y nos alimentamos de la energía de las emociones humanas, el miedo es la más fácil de obtener. Aprendí que los hilos blancos aparecen cada vez que las personas toman una decisión y los conectan con el destino inevitable producido por esa decisión.
Los hilos rojos son los destinos fatales, aparecen cuando una decisión ocasionará una muerte, los negros son los que aparecen cuando una decisión puede cortar un destino inevitable, suelen aparecer cuando alguien salva a otra persona. Los hilos violetas son los menos comunes, estos aparecen solo frente a personas que pueden ver los hilos son los destinos que pueden ser manipulados por la persona que los ve.
En un siglo me volví un espíritu muy fuerte, solo los espíritus con ojos rojos podían superarme, aquellos son los que causaron directa o indirectamente la muerte de un humano.
Se aprende mucho estando muerto, idiomas, culturas, a controlar la energía y agarrar objetos, también a lastimar e incluso a querer.
Caminaba buscando mi próxima víctima cuando sentí un toque cálido por primera vez en mi muerte.
_Lo siento, lo confundí con mi hermano- La niña me miró a los ojos y me sonrió, después soltó mi mano y fue corriendo a tomar la mano de un joven que caminaba frente a nosotros.
_Nai ¿Con quién hablabas?
_con el chico de ahí, te confundí con él- me señaló y me saludó.
_ Nai ¿Estás bien? ahí no hay nadie
La sensación fue tan agradable que decidí seguirla, la niña insistía con mi presencia y su hermano comenzaba a preocuparse.
_Nee niña, tu hermano no puede verme, cuando estemos solos te explicaré todo pero por lo pronto debes saber que eres la única que puede verme y oírme así que debes guardar el secreto.
La niña me sonrió y asintió gentilmente, después, la seguí hasta su casa. Su nombre era Nai resulta que ella podía ver los hilos igual que yo, por eso pudo verme.
Su familia tenía la mente muy cerrada y la miraban con desaprobación, temor y hasta con asco cuando la descubrían hablando “sola”. Intenté alejarme de ella para no causarle más problemas pero debido a qué le agarré cariño me fue imposible. Ella siempre tiraba de mi, tomaba el hilo de mi decisión de irme y lo tiraba cambiandolo a color violeta y me atraía a ella otra vez.
Era una niña hermosa y sana, su único defecto fue nacer con una habilidad que sus padres no podían entender, pero aún así fue feliz hasta aquella noche en la que llegaron los doctores.
Cinco Hombres adultos se necesitaron para sacar a la niña de su habitación la noche que se la llevaron.
Ella suplicó a sus padres, ellos le respondieron “es por tu bien”. Le imploró a su hermano y el solo desvío la mirada. Desesperada me miró,
_ Tenshi por favor, no dejes que me lleven.
_Tranquila Nai Chan, ya no luches, ellos creen que estás loca pero no lo estás, solo debes pórtate bien y fingir que no me ves hasta que se den cuenta que estas bien.
La niña se tranquilizo y fue con los médicos, le ataron una camisa de fuerza y le dieron calmantes.
Estuvo un año encerrada en una habitación blanca dormida con medicinas, solo la despertaban para darle de comer y bañarla.
Lo único que podía hacer era estar a su lado y hacerla sonreír cuando estaba despierta. Quizás debí irme entonces, pero no quería abandonarla.
Los electro choques fueron la gota que derramó el vaso para mí. Un día un médico la llevo a una sala diferente y la ató a una camilla. Le hicieron ver un reloj por unos minutos y como por arte de magia la pobre Nai no pudo decir mentiras, entonces dijo que me veía, les contó sobre los hilos y que yo era su amigo secreto.
Después de eso le conectaron cables a la cabeza y pasaron electricidad por ellos. Los gritos de dolor de la niña parecían darle satisfacción a los sádicos doctores.
Desconecté los cables, tantas veces como pude, pero mis esfuerzos eran vanos ante la persistencia médica. No tenía tanto poder como para luchar contra la resistencia humana, solo podía desenchufar 5 de cada 10 veces los cables, pero eso no ayudaba a qué cesaran los gritos.
Años de gritos, agonía y torturas extinguieron por completo el espíritu de aquella hermosa niña. Para peor se corrió el rumor en el hospital de que la niña desenchufaba los cables con la mente y llamaron a un religioso para que le practique un exorcismo.
Me preguntaba si yo habré sido tan imbécil también en vida.
La rutina: pastillas, inyecciones, cables, gritos, ducha helada y oración, cada día, tras día, tras día, solo agonía y soledad su familia jamás vino a verla.
Un día cuando la niña ya no era tan niña, se cansó.
Cuatro médicos vinieron a buscarla pero antes de que pudieran alcanzarla ella estiró sus manos tomó sus hilos con su mano derecha. Aquellos hilos que la conectaban por venir a buscarla, cambiaron de blanco a violeta en el momento en que Nai los tomó, los miró con furia en sus ojos y los hilos cambiaron a color rojo.
Los cuatro cayeron de rodillas al suelo en el instante en que sus hilos se volvieron rojos. Sus bocas, ojos y oídos comenzaron a sangrar, tiñendo todo el suelo de carmesí.
Se lo tenían bien merecido. Otros dos médicos entraron y Nai tomó también sus hilos, estos hombres dejaron de respirar cuando sus hilos se volvieron rojos. Se tiraron al suelo a sacudirse con desesperación por un vestigio de aire, sus rostros cambiaban de color y sus ojos parecían querer salirse de sus cuencas hasta que pronto se quedaron quietos.
_Nai sé que estás muy enojada, Y estás en tu derecho, pero no puedes matar a todo el hospital debes detenerte antes de que las consecuencias sean mayores.
_ Cállate, NADA DE ESO HABRÍA PASADO SI NO ME HUBIERAS SEGUIDO, SI NO TUVIERA ESTA ESTÚPIDAS HABILIDAD. Llevo 15 años siendo torturada en este lugar. Ya estoy harta.
Un disparo era todo lo que se necesitaba. Estaba tan concentrado escuchándola y ella estaba distraída hablándome, que ninguno vio la decisión del disparo.
Fue una escopeta con lo que mataron a Nai, el orificio de entrada de la bala era pequeño comparado al de salida, dejó carne, hueso y sesos desparramados por el suelo y la pared. El maldito ni siquiera se detuvo ahí, recargó y disparó hasta quedarse sin balas, ya no había manera de reconocerla, solo quedaba un montón de carne, sangre y viseras dispersas.
Nunca entendí como una niña tan hermosa y llena de vida se convirtió en solo un montón de porquería.
Ese día me volví el espíritu más fuerte que haya existido. Había 300 personas en el hospital y solo 50 pacientes. Para cuando salí del hospital solo quedaban los 50 pacientes.
Seguí mi camino asustando personas, no porque necesitara energía si no más bien para mantenerme entretenido.
Un día ví dos niños salir corriendo de una plaza, uno era un humano vivo, el otro será un espíritu que lo estaba siguiendo o asustando. Después de mirar con atención reconocí que el fantasma se trataba de un pequeño que había conocido cuando estuve en Noruega. Creo que se llamaba Angel de esperanza o algo así… ah Hapelfull Engel.
_Hapelfull chan!
Me miró y nos sonreímos.
_Hapelfull chan, tanto tiempo sin vernos_ Tan transparente como siempre, no dejo de verme asombrado a los ojos. Probablemente no esperaba que matará a nadie.
_Señor Shugo, me da gusto verlo_ me respondió con una sonrisa tímida.
Entonces ocurrió lo que jamás pensé que podía ocurrir. El niño humano volvió corriendo y tomó la mano de Hapelfull Chan.
_Lo lamento mi amigo y yo tenemos que irnos_ se lo llevó a rastras casi. Ese niño era igual a Nai Chan.
La madre del niño lo miraba con la misma expresión de desaprobación con la que miraban a Nai Chan.
Los seguí mantenimiento una distancia segura para que no me vieran, cuando conocí a Nai era muy débil comparado con lo que era en ese momento, mientras el niño dormía tome todos los hilos que lo rodeaban, al tomarlos se volvieron violetas después los desaparecí usando una gran cantidad de energía, la luz que irradio mi energía llamó la atención de Hapelfull Chan que me vio con expresión de miedo por primera vez.
_Lo siento mucho Hapelfull Chan- fue lo que le dije antes de irme, y no era mentira, sabía lo sólo que se sentiría, pero eso era lo mejor.
El niño despertó y se asustó por no poder ver más a Hapelfull Chan.
_Engi...Engi ¿Dónde estás? ¿Por qué tanto silencio? ¿Los hilos, que pasó con los hilos? Engi… ¿Engel? ENGEL.
Después de los gritos del niño, Hapelfull Chan entendió que había perdido a su amigo y miro hacia afuera buscándome, había furia en su mirada. Sabía que esto no acabaría bien.
Mi nombre es Angel, Angel Frost. Nací con una habilidad única, puedo ver fantasmas y el futuro de las personas, es como un súper poder muy cool. Mi mamá siempre cree que es broma o que estoy jugando, pero no me importa demasiado que no me crea.
Eso de ver el futuro igualmente no es tan cool como quisiera. No puedo ver años solo segundos o minutos, cuando alguien toma una decisión un hilo blanco aparece desde la persona hasta lo que va a ocurrir, por ejemplo si alguien toma un camino dónde hay un poso y la persona no sabe que está el poso aparece un hilo que lo conecta con el piso, su futuro es caer, pero si alguien lo ve, el hilo cambia a negro y el futuro cambia porque lo atrapan. Es simple. Solo una vez vi un hilo rojo, conectaba a dos conductores de autos, me quedé a observar porque había escuchado una leyenda de los hilos rojos que conectan a los enamorados, pero resulta que la leyenda estaba equivocada. Los autos chocaron y uno de los conductores murió, entonces entendí que los hilos rojos significaban muerte.
En la escuela no tenía muchos amigos, la mayoría de los niños me molestaban por ser diferente. Ellos me dicen Angel Raro. Aunque habían otros que admiraban mis súper poderes, incluso una vez ayudé a un niño a hablar con su mamá que había muerto, fue algo hermoso.
Como sea vivo o muerto siempre tenía con quien jugar. Un día cuando estaba en el parque vi a un niño fantasma, era el niño más bonito que haya visto. Lo que más me llamó la atención era su cabello rojo, nunca vi un cabello tan rojo. Pero tenía los ojos muy tristes y sus hilos blancos no se conectaban a ningún lado, estaba perdido sin destino. Me acerqué a él.
_¿Estas bien?
_¿Me hablas a mi? ¿Puedes verme?
_si, ¿Por qué no te vería? Pareces perdido sin destino ni propósito. ¿Quieres jugar conmigo?
Lo tome de la mano y lo lleve a la plaza.
_Soy Angel Frost, ¿Jugamos a las traes?_ Me miró confundido pero me contestó
_No se jugar.
Otro niño me empujó y caí al suelo, era un compañero de la escuela que estaba también en el parque, estaba tan distraído con el niño pelirrojo que no pude ver el hilo que indicaba que me empujaría.
_¿Otra vez hablando solo Angel Raro?_ decidí ignorarlo y le sonreí al niño pelirrojo.
_Lo siento, me distraje_ le dije para calmarlo.
_¿Me estás ignorando Angel Raro_ insistió el matón, la verdad no era ni siquiera necesario contestarle, el hilo de mi profesor que estaba pasando por la vereda ya se había conectado con él, en segundos le llamarían la atención.
_ Angel, ¿Qué ocurrió ahora? _ dijo el profe.
_No lo sé yo solo jugaba con mi nuevo amigo_ señalé al niño sonriendo, puedo ver qué le gustó que lo hiciera.
_Aun no me dijiste tu nombre
_Hay Angel, tú y tus amigos imaginarios, debes encontrar una forma de conectar con la realidad, y hacer amigos de verdad_ el profe me besó gentilmente en la frente y se fue.
Yo volví a ver al niño pelirrojo, parecía molesto, supongo que se enojo porque me empujaron.
_Entonces no existes, creí que de verdad podía ayudarte y ser amigos, te veías tan solo como yo_ bromeé con él, y me sonrió al fin. Un hilo blanco desprendió de el se conectó a mi. Decidió permanecer a mi lado.
_Te vas a quedar conmigo, soy feliz._ nos reímos juntos un momento, supe en ese momento que seríamos los mejores amigos.
_Me llamo Engel Hapelfull _ me dijo con una vos suave y un acento gracioso, pensé que debía venir de otro lugar.
Una vez conocí a una mujer que tenía acento gracioso, mi mamá me dijo entonces que la gente que viene de otros lugares tienen esos acentos divertidos.
Me dijo que se llama Engel, me pareció un nombre bonito pero le quedaría mejor un apodo.
_Engel…. Engi ¿Puedo decirte Engi?
_ Dime como quieras._ volvimos a reírnos.
Jugamos toda la tarde y me siguió a casa, jugamos toda la noche y al día siguiente también. Desde que Engi apareció no volví a estar solo en ningún lugar. El no parecía conocer nada del mundo, no conocía ningún juego. Me dijo que cuando vivía no lo dejaban jugar, pensé que debió haber ser muy triste, y sentí algo de pena por el, pero ahora estaba bien porque estábamos juntos.
Gracias a Engi descubrí que tenía otro súper poder genial. Resulta que los fantasmas y espíritus se alimentan de energía, por eso deben asustar personas para existir, pero yo en particular poseía más energía que la normal, mucha más energía suficiente para alimentar a un batallón de fantasmas sin necesidad de que me asusten. Por eso Engi podía quedarse conmigo y no necesitaba nada más, es como si estuviéramos destinados a ser amigos.
Nuestros días siguientes fueron más y más alegres, aunque tuve algunas consecuencias, me llevaron un par de veces al psicólogo por mi “amigo imaginario”
Nada grave solo una charla aburrida por semana.
Todo andaba bien hasta que ví a aquel espíritu.
Tenía un aspecto raro, no era como nadie que haya visto antes, sus ojos y su ropa parecían salidos de algún anime de samuráis o algo así, sus ojos eran muy rojos y de su cuerpo salían muchos hilos rojos buscando donde conectarse. Era peligroso.
Lo ignore y seguí caminando junto a mi mamá pero Engi se detuvo a hablarle.
_Hapelfull chan! _ le saludó el hombre, no podía creer que se conozcan.
_Hapelfull chan, tanto tiempo sin vernos_ se reían juntos, podría haberlo dejado sin más, pero Engi no puede ver los hilos y no sabía lo peligroso que podía llegar a ser.
_Señor Shugo, me da gusto verlo_ le respondió Engi, definitivamente se conocían de antes, no sabía si meterme o no, finalmente me armé de valor y fui a buscar a Engi.
_Lo lamento mi amigo y yo tenemos que irnos_ por poco y no arrastro a Engi conmigo.
Le advertí que era un hombre peligroso y seguimos con nuestro día como si nada, hubiera deseado que todo siguiera como si nada por más tiempo.
Jugamos hasta muy tarde hasta que me quedé dormido. Una Luz fuerte me despertó junto con la sensación de haber perdido algo importante. Cuando abrí los ojos los hilos habían desaparecido, todos los hilos.
_Engi_ llamé buscándolo pero no hubo respuesta
_Engi ¿Dónde estás?_ insistí pero no solo había desaparecido Engi no podía oír a ningún fantasma, estaba absolutamente solo en mi habitación, tampoco podía ver hilos de ningún color.
_¿Por qué tanto silencio? ¿Los hilos, que pasó con los hilos?_ estaba asustado, nunca estuve tan asustado en mi vida, no entendía que pasaba.
_ Engi… ¿Engel? ENGEL._ seguí llamándolo pero no hubo respuesta.
Por primera vez me sentí realmente solo y perdido.
Perdí mis súper poderes y a mi mejor amigo la misma noche, y con ellos perdí mi razón de ser y existir.
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