Soy Kate Samantha Blake, tengo 21 años y ésta es mi historia
Tengo una familia normal compuesta por mis padres, mi hermana Carola de 17 años y mi hermano Sebastián de 15. Ellos son mi vida entera y haría lo que sea por su bienestar; aunque nunca creí que acabaría con un desafío tan grande.
Tuve una infancia normal, llena de lujos y comodidades, nací en Canadá y ahí vivimos hasta mis 17 años. Ahora estamos en Nueva York, Estados Unidos desde hace 4 años.
Mis padres dejaron todo por mi, vendieron absolutamente todo y volvimos a empezar en otro país lo cual no fue sencillo, pero ya no podía seguir en Canadá.
Mi adolescencia fue magnífica mientras duró, iba a una escuela privada, tenía amigos, popularidad, absolutamente lo mejor de lo mejor. Yo era la persona más afortunada en aquellos tiempos pero nadie podía prepararme para el gran cambio que mi vida daría de un día para el otro.
-Vamos Abi, Jason organizará una fiesta y sabes bien lo magníficas que son, además prometo que si te aburres podemos irnos
-*No tengo ganas de salir hoy, quería quedarme en casa y estudiar para el examen del lunes
-Vamos Abi, sabemos que no hay nada que no sepas, por algo tenés el mejor promedio de la clase. Por favor acompáñame, Max también vendrá
-Ok vamos pero regresamos temprano ¿ok?
-Claro, te amo amiga, verás que nos vamos a divertir*
Esa conversación con Danna quien en aquel momento era mi mejor amiga quedó grabada en mi mente. Se preguntarán quien es Abi, yo era Abigail Jhonson Blake hasta hace unos años dónde decidí por mi bienestar cambiar mi nombre y usar solamente el apellido de mi madre.
Recuerdo que Danna y yo nos vestimos juntas y nos maquillamos ese día. Max pasó a recogernos por mi casa y emprendimos rumbo a la dichosa fiesta que acabó arruinando mi vida.
Éramos hermosas y populares, las típicas porristas que todos los chicos desean y que las chicas envidian. Ella era rubia, delgada, ojos azules impresionantes. Mientras que yo tenía el cabello negro y lacio hasta debajo de los hombros, ojos verde esmeralda, piel clara, cuerpo fantástico por hacer deporte desde niña, inteligente, carismática.
Llegamos a la fiesta, la música electrónica se escuchaba desde lejos. Jason tenía una mansión estupenda, casi tan grande como la que teníamos nosotros, él era el típico niño rico consentido que podía hacer lo que quisiera cuando sus padres no estaban.
Al entrar a la fiesta estaba lleno de gente por todos lados, bebiendo, bailando, besándose y hasta más. Danna y yo comenzamos a bailar cuando Max dijo que iría a buscar una bebida y luego a saludar a sus amigos del equipo de fútbol. Luego de varios minutos decidimos ir por algo de tomar para refrescarnos luego de tanto bailar, lo que pasó después está un poco borroso
A Max no volvimos a encontrarlo. Seguimos bailando, tomando algo y luego nos encontramos con nuestro grupo de amigos. Después de un tiempo fui al sanitario y al salir ya no encontré a Danna ni a nuestros amigos pero no me preocupe demasiado, seguro estarían afuera o en otro sitio de la casa y luego volverían, error. Un chico muy guapo me invitó a bailar y acepté gustosa, luego fuimos a tomar una bebida y poco tiempo después dos amigos suyos se nos unieron. Eran los tres muy agradables y divertidos. No sé en qué momento mi bebida fue alterada pero de pronto comencé a sentirme muy mareada, todo a mi alrededor daba vueltas, era extraño porque no había bebido demasiado. Milo, quien fue el primer chico con quién bailé me ayudó a dirigirme a una habitación y sus amigos vinieron detrás de nosotros. Al llegar me dejó con poca delicadeza sobre la cama, todo seguía girando y mi cuerpo se sentía pesado, a cada minuto moverme suponía un esfuerzo sobrehumano.
-¿Cómo se siente la princesa?- habló uno de ellos riéndose
-Me siento mal, necesito volver a casa, llamen a Danna por favor
-Linda no se quién sea Danna pero nos vamos a divertir- dijo otro comenzando a desvestirme
-No me toquen, paren por favor- suplique comenzando a llorar y arrastrando las palabras
-Shhh tranquila nena que te prometemos lo disfrutarás- escuché eso y me sumergí en una profunda oscuridad
Luego de aquella noche toda mi vida cambió. Jamás volví a hablar de lo sucedido, mis padres pagaron demasiado dinero para que la justicia actúe rápidamente y que los culpables de aquellos paguen con cárcel y por más que me tomaron fotos no llegaron a hacerse virales.
Yo no volví a salir de casa, no podía aunque lo intentara. Me sentía insegura, aterrada. Mis padres intentaron que vuelva a retomar mis estudios pero no podía, todos sabían parte de lo ocurrido y murmuraban. Mis amigos me abandonaron cuando más los necesité y de no ser por mi familia se que no estaría en este mundo.
Papá contrató las mejores profesoras particulares para que pudiera finalizar en casa mis estudios y así lo hice. Pero no estaba sana, al menos no mentalmente. Contrataron psicólogos diferentes para que me vean en casa pero no pude superar mi temor ni olvidar aquella fatídica noche. Tomé la decisión de cambiar mi nombre y usar mi apellido materno antes de irnos del país, porque si, mis padres vendieron la empresa y nuestra hermosa mansión para comenzar desde cero en Nueva York.
El primer año fue difícil, casi no veía a mis padres porque trabajaban demasiado con su nueva empresa pero los entendía. Logré salir de casa poco a poco pero con un guardaespaldas que me seguía a todas partes para que me sintiera segura. Estudié administración de empresas online porque asistir a la universidad era un reto para el cual no estaba preparada, pero aún así acabé mis estudios con buenas notas con la esperanza de unirme a la empresa familiar en un futuro cercano.
Mis padres comenzaron a preocuparse, ya casi no los veíamos en casa y estaban demasiado estresados, podíamos notarlo. Sabía que algo estaba mal pero por más que intenté averiguar qué estaba sucediendo no querían decirme. Hablé con mi hermana, quizás ella sabría algo, pero fue inútil.
Días pasaron mientras las cosas continuaban absolutamente iguales, algo nos ocultaban.
Quizás la empresa pasaba por un mal momento, podría ser posible aunque siempre papá fue muy hábil con los negocios y ya llevábamos años aquí en Nueva York. En Canadá éramos la empresa más reconocida, la mejor, pero aquí es diferente ya que hay mucha competencia lo cual es muy normal.
Pasaron algunas semanas pero todo seguía igual, quizás hasta peor que antes. Quise incorporarme en la empresa en algún puesto pero se negaron rotundamente argumentando que no era el momento, ¿Cómo era eso posible? Mientras antes comenzara mejor, era una recién graduada y necesitaba un trabajo para aplicar lo que aprendí y tener mi propio dinero. Nunca me faltó absolutamente nada pero es diferente vivir del fruto del trabajo de mis padres a hacerlo del mío propio aunque sea en su empresa.
Mis padres jamás discutían, tenían el matrimonio más sólido que podía haber. Sin lugar a dudas puedo afirmar que eran la pareja ideal hasta que comenzaron los problemas; aveces discutían, otras en cambio veía a mamá llorando pero intentaba disimularlo lo mejor posible
Las visitas del señor Maxwell eran ahora frecuentes. Supe por mamá que él ayudó a papá cuando fundó la empresa en Canadá. Ahora quizás estaba intentando ayudar sea lo que sea que ocurre, se encerraban por horas en el despacho.
Un día los escuché hablar y me confundí más aún
-No podemos hacer esto, tiene que haber otra manera- dijo papá
-*Pero no la hay, sólo debes de informarle
-No me pidas eso, sufrió demasiado ya. No quiero imaginar lo que algo así le haría, no puedo
-Todo depende de eso, entiendo lo que me dices pero entiéndeme a mi. Nosotros también necesitamos esto por esa estúpida cláusula*
Estaba escuchando demasiado confundida hasta que escuché que se levantaban y me alejé rápidamente del lugar. No me educaron para escuchar conversaciones ajenas pero la situación lo ameritaba.
Al salir del despacho fueron a la sala donde estábamos mi hermana y yo. El señor Maxwell preguntó la edad de ella, fue extraño.
-*La solución está en tus manos, piénsalo
-Lo haré
-No demores mucho, a nosotros también el tiempo se nos agota
-Lo sé
-Me retiro, como siempre un placer verte*- giró hacia mí y me habló- buenas noches señorita, creo que nos veremos pronto
Diciendo aquello se fue sin darme tiempo a responder. ¿Vernos pronto? ¿Qué significa? Todo esto me deja un presentimiento, algo se que sucederá y no va a gustarme.
Papá se retiró e inmediatamente fue con mamá. Mi hermana y yo nos mirábamos preguntándonos ¿Que fue todo esto?
Cenamos en silencio, el único más animado era mi hermano que estaba ajeno a todo esto. Cuando estábamos por retirarnos mamá habló dirigiéndose a mi
-Sam necesitamos decirte algo en privado, por favor acompáñanos al despacho
Así lo hice, miré a mi hermana antes para tranquilizarla, todo estaría bien. Entramos pero comencé a ponerme muy nerviosa porque no decían una sola palabra
-¿Van a decirme que sucede?- finalmente pregunté
-Hija antes de comenzar necesitamos que entiendas que no estás obligada a nada y entenderemos lo que decidas- contestó mamá
-*Antes de que nacieras no teníamos demasiado, una pequeña empresa que sabíamos podía mejorar. Mi buen amigo Patrick Maxwell estaba en posición de ayudarnos a crecer aún más. Él estaba en una posición económica mejor porque su familia siempre tuvo empresas y amablemente nos dió una buena suma de dinero. Con eso fue que nos expandimos y fuimos creciendo más y más hasta convertirnos en la gran empresa que tuvimos en Canadá
-Si lo sé, no tenía idea que fue el señor Patrick quien les prestó el dinero, pero ¿Por qué me cuentan esto ahora?
-Ahora las cosas en la empresa no están bien. Buscamos la solución pero esto se fue de nuestras manos. Por más que podamos un préstamo no sería de ayuda ni tampoco nos lo otorgararían
-No entiendo
-Sam, estamos al borde de la bancarrota, ya gastamos nuestros ahorros y si no solucionamos esto la empresa cerrará, lo perderemos todo*- finalmente me explicó mamá
-*No puede ser, ¿Por qué?
-Fue una mala inversión y además hay una crisis económica en el país, muchas empresas cerraron, pero nosotros somos nuevos y por eso no tenemos demasiado apoyo para salir de esto por nuestros propios medios
-¿Qué haremos? Muchas familias dependen de la empresa, no pueden quedarse en la calle
-Patrick puede ayudarnos pero solo hay una forma y está en tus manos lamentablemente cielo*- expresó mamá agarrando mi mano
-¿*En mis manos? No entiendo, ni siquiera trabajo en la empresa
-Hija la situación es así, el padre de Patrick falleció hace unos pocos meses y dejó un testamento con una cláusula, en ella explicaba que Ethan, su único hijo debía contraer matrimonio para que él herede unos bienes importantes. Además su hijo recibirá el 30% de una herencia y el otro 70% después
-¿Y eso que tiene que ver conmigo?
-A eso iba justamente. El futuro de Ethan depende precisamente de que se case porque a menos que lo haga en un plazo de sesenta días lo que su abuelo le dejó en su testamento será donado a obras de caridad y por otra parte, la suma que recibiría Patrick y un porcentaje de acciones caerían en manos equivocadas*- concluyó papá
-*Lo que queremos decir hija es que Patrick nos dijo que para ayudarnos necesita ese dinero de la herencia y la única forma es con el matrimonio de Ethan. Él desea que seas quien se case con su hijo
-¿Esto es una broma?
Download MangaToon APP on App Store and Google Play