Mari salía a toda prisa de su trabajo para dirigirse a su casa, se le veía nerviosa quizás era por qué sabía que pronto tendría que dejar su empleo por la escasez de empleo debido a la situación actual, aunque para aliviar esa tristeza solía leer novelas para poder olvidar un rato esos momentos de tristeza o angustia.

Pero hoy leería el final de su novela favorita la cual se llamaba Hechizó de amor aunque ella sabía que el final no sería clásico felices porqué siempre .

Mientras corría no miró que el semáforo había cambiado de color rojo a verde y está inevitablemente termino siendo arrollada por un automóvil .

—Por que de repente todo se ve tan borroso y brillante.

Esas fueron las últimas palabras de Mari o eso creía.

Cuando Mari despertó noto que el lugar donde estaba no era un hospital y mucho menos era su departamento, sorprendida corrió a la venta para saber dónde está pero se dió cuenta que estaba en una cabaña.

—¿Que es esto?, no se parece en nada a la ciudad.

Empezó a tocar su rostro y notar que su cuerpo era diferente.

— Pero yo morí...

Al salir de la cama está notó que su piel era pálida, su cabello era castaño no muy largo y se encontraba enredado.

— ¡No!.. yo tuve un accidente, ¿no debería estar aquí?. Y si es una especie de mal sueño.

Se dirigió a buscar un espejo para ver cómo lucía ahora.

—¡No puede ser!... está no soy yo.

Al ver su reflejo ella quedó en Shock al verse, si bien era una mujer joven su apariencia era completamente distinta, su estatura era un poco más baja de estatura además de tener uno rostro alargado, ojos marrones y labios carnosos color rosa.

— ¿Que... pero como?

De repente empezó a sentir confusión del por qué estaba en un cuerpo diferente y en un lugar que ella no conocía. Mientras tanto una mujer desconocida se acerco a la cabaña donde se encontraba y entro a la casa.

—¿Ameyal estas despierta?

...

— ¿Ameyal?

La mujer camino directo al cuarto y abrió la puerta y miro a su hermana menor completamente quieta frente el espejo

— ¿Por qué estás así ?

—¿..?

— No me piensas decir nada Ameyal ...

Marí se dió cuenta que la mujer se refería a ella como Ameyal, lo cual solo la dejaba aún más confundida, pero por alguna razón el nombre le sonaba conocido de algún lugar.

— Sí

Dijo ella algo nerviosa.

— Ya es tarde, ¿No vas a ir a atender a los clientes?

—¿Cuáles clientes?

Se le veía tan desconcertada, aún le costaba creer que estaba viva en otro cuerpo.

— ¡Es enserio !

Dijo la mujer confundida por el comportamiento de su hermanita.

—... ¿Que es lo que voy a hacer?

— Lo de siempre leer las cartas, ¿por siento al final si hiciste el amarre que la chica de ayer te rogó?

—¿Cual chica?

— ¡Como que cuál!, me refiero a la amante del esposo de Dulce.

—¿...?

— Como es que se llamaba... creo que su nombre era Diana, si se llama Diana creo que trabaja como contadora no estoy segura.

Dijo la mujer, mientras tanto ella empiezo a recordar que la protagonista de su novela favorita se llamaba Diana.

— ¿Se llama Sebastián el, verdad ?

— El esposo de Dulce, si .

— No puede ser, disculpa me iré a cambiar

—Pero tardes.

Mientras se dirigía al cuarto ella se había dado cuenta que se encontraba dentro de la novela,

al momento de entrar se quedó recargada de la puerta .

—¡No!

...

—Ahora ya es demasiado tarde ... tengo que encontrar una manera de escapar...

Mari empezo a sudar frío del shock mientras se sujetaba de la puerta para no caer en el suelo.

—¡No!. Yo quiero vivir.

Sin darse cuenta empezo a perder fuerza en sus manos y termino callendo inconsciente alado de la puerta. Por otro lado la hermana de Ameyal se dirigió a su cuarto para saber por qué tardaba tanto, al tratar de abrir un la puerta se encontró Ameyal inconsciente junto a la puerta y está grito

—¡Ameyal!, reacciona

Mientras la mujer llevaba Ameyal a la cama, Mari en el cuerpo de Ameyal empezó a tener recuerdos de la novela y a soñar con dos mujeres en una tienda isotérmica y a escucharlas.

...

—¿Que es lo que quieres saber?

Dijo la bruja mientas dividía en dos partes las cartas

— Quiero que me diga si el dejara su esposa por mi ....

Dijo Diana ansiosa, escogiendo la mitad de la baraja del lado izquierdo, Ameyal empezó a leer las cartas y le dijo:

—No, el ama más a su esposa

—¡No!, si el la amara, crees que la engañaría. Me tiene que ayudar a que el se quede conmigo...

Diana sujeto con desesperación las manos de Ameyal.

— Me dejas continuar leyendo ....

—Yo no quiero saber más, suficiente tengo con esto, Por favor ayúdame a qué la dejé a ella.

— Yo no hago esa clase de trabajos ...

— Eso es mentira, se perfectamente que a una de mis vecinas le hizo un amarre para retener a su marido, le pagaré muy bien se lo prometo...

—...

— Pero que no sea como como el que le hizo a Claudia, quiero que sea pará siempre.

—Perdón ...

— Oi que le dijo a ella que cada día matará una de sus gallinas para que su marido no se fuera... ella prácticamente ya no tiene gallinas no creó que dure mucho tiempo con su marido.

— Pero que pasá si con el tiempo dejas de tener interés en el o te enamoras de alguien más

— Eso no pasará yo siempre lo voy a amar

Dijo Diana mientras se empezaba a desesperar esperando una respuesta de la bruja, mientras miraba el suelo.

— No te da pena hacer esto, obligar a ese hombre a qué se quede contigo

—Me va ayudar o no.

—… Estás segura de que es lo que quieres...

Ameyal estaba insegura de lo que apunto está de hacer por qué no consideraba correcto atar a una persona a esta con otra en contra de su voluntad a basé de brujería a pesar de tratar de convencerla de lo contrario

—Si, no me importa lo que pase después, dígame qué es lo que tengo que hacer ...

—Sigueme

Ameyal se dirigió a un mueble y abrió un cajón donde se encontraban un montón de plantas

y abrió otro cajón donde había muñecos y saco un par de estos y del otro un sobre de hierbas y cerro los cajones y se dirigió a Diana para entregárselos.

—Tomas estás hierbas, usarlas cuando te bañes mientras secretas lo que está escrito en el papel que está en la bolsa y los muñecos los unes juntos con un liston rojo al rededor con siete nudos mientras dices su nombre y el tuyo y enciendes una vela durante un mes .

—Bien, ¿cuánto va a ser ?

Diana tenía una sonrisa que no se podía ocultar aunque está estuviera agachada evadiendo la mirada de Ameyal

—Son 3000 pesos.

Dijo Ameyal mientras solo esperaba que ella se fuera, Diana abrió su bolsa y metió los objetos que le habían dado, saco del dinero y se lo dió a Ameyal en la mano.

—Gracias

—Espero que no te arrepientas de tu decisión...

Esas fueron las últimas palabras entre Diana y Ameyal antes de que todo iniciará a ir mal ...

Poco tiempo después Sebastián se había divorciado de Dulce y empezó a vivir juntos con Diana en otra ciudad al principio todo era perfecto para ellos.

— Me preguntó cuánto tiempo más va a durar su felicidad antes de que el karma haga efecto.

Se pregunto Ameyal mientras solo escuchaba lo que las personas del pueblo decían.

Conforme más pasaba el tiempo era más evidente que Diana ya no sentía nada por Sebastián, el ya no era el hombre del que se había enamorado solo era como perro esperando ordenes de su amo, su comportamiento era tan irracional, cada que veía a Diana con otro hombre hablando.

No pasó mucho tiempo para que Diana decidiera dejar a Sebastián pero no sabía cómo, pasaba todas las noches pensando como escaparía sin que el se diera cuenta , había renunciado a su empleo y sin decirle nada a el sobre que ya no trabajaba, en una mañana lluviosa de octubre salió solo con lo que tenía puesto, una bolsa con sus documentos personales y un boleto de autobús con destino a otra Ciudad lejos del hombre al cual alguna vez amo tanto como para condenarlo a amarla por siempre.

Cuando el llegó al departamento departamento inmediatamente noto que un silencio incómodo

— ¿Diana?

...

— No es posible que aún no aya llegado... Voy a llámala.

Rápidamente saco su teléfono de su pantalón y este llamo al número de Diana pero solo escuchaba a la operadora.

— El número que usted marco está fuera de servicio...

Volvió a Intentar llamar varias veces pero era el mismo resultado

—¡Diana, contesta!

Paso la mayor parte de la noche sin recibir una respuesta de ella, por otro lado Diana apenas acaba de llegar a una nueva ciudad la cuál nunca había conocido, estaba ilusionada con tener una mejor vida y escapar de su pasado,

al día siguiente de llegar empezo a buscar empleo en diversos despachos como contadora.

Sebastián estaba tan ansioso por qué ella no había llegado en la noche, así que fué a buscarla en dónde trabajaba pero solo recibió la noticia de que ella había dejado de trabajar más de una semana y esto solo provocó enojó y con una necesidad de estar cerca de ella al tal punto de ir a buscarla, aunque ni el mismo entendiera el por qué le era tan importante estar con ella necesariamente.

Después de unos días Diana consiguió un trabajo temporal y ahí conocio a Franco el cual era su compañero de trabajo, al principio solo tenían una relación laboral pero conforme se fueron conociendo se enamoraron.

Mientras Diana empezaba a tener algo más serio con Franco, ella se fue olvidando de Sebastián y el daño que a el le había causado por su obsesión, además de que con ayuda de una bruja lo había hechizado.

Sebastián al no saber nada sobre Diana decidió contratar a un investigador para saber en dónde ella se encontraba, para su suerte Diana tuvo que volver a su pueblo natal debido a que su abuela había muerto.

Mientras Diana y su familia estaban en el velorio, hombres y mujeres entraban a su casa para dar el pésame a la familia algunos dejaban flores y velas otros les llevaban cajas de galletas baratas a la familia y muchos solo fueron por pan y café. Sebastián al saber que Diana había vuelto no dudo ni un poco en aparecer en el velorio, el estaba muy emocionado por volverla a ver pero cuando la vio noto que estaba acompañada de un hombre que jamás había visto. El se acercó a los familiares de Diana y les dió el pésame poco a poco se fue acercando más a Diana y le dijo.

—Mis más sentido pésame para ti y tu familia.

—...

Diana no sabía que decir se puso tan pálida que no sabía que decir.

— Tiene un año que no te veía.

Dijo Sebastián mientras miraba como Diana sostenía la mano de Franco.

—... bien.

— Me alegro, Pero acaso no me piensas presentar a tu acompañante.

— el.... es.... Franco es mi compañero de trabajo...

Diana estaba tan nerviosa que tartamudeaba y sus manos tenían un ligero temblor, de solo ver a Sebastián quería huir a cualquier otro lugar donde el no pudiera encontrarla.

— Mucho gusto Franco, mi nombre es Sebastián.

—Mucho gusto ... supongo.

susurro Franco mientras trataba de alejar a Sebastián de Diana.

— ¿Que?

— Nada importante.

— ... Veo que eres un muy buen amigo al estar con ella en un momento como este.

Dijo Sebastián con una sonrisa tratando de ocultar sus celos.

— El es mi pareja ...

Dijo Diana pensando que de esa manera Sebastián dejaría de molestarle.

— Así que estás saliendo con el...

Su rostro se mostraba casi tranquilo a excepción de sus ojos los culés estaban completamente mirándola a ella mientras apretaba su puño oculto detrás de su espalda.

— Decidí acompañarla para pedir su mano

— ... Para que... tu familia ya tuvo suficiente cuando solo los dejaste para irte conmigo...

—... creo... que deberías irte de aquí Sebas....

Diana traba de ser clara y que Sebastián se fuera antes de que el armara un escándalo frente de todos los presentes, además de tratar de que no siguiera hablando del pasado frente su prometido pero fue inútil por qué solo lo alteró más.

—Por que ... ¿acaso tienes miedo de algo?

—... ¡Solo vete!

Varias personas empezaron a murmurar sobre ellos, mientras en su ojos podría verse como devoraban a Dianas y la destrozaban con sus palabras.

— No les da vergüenza estar haciendo un escándalo en un momento como este.

—Silencio te pueden escuchar.

Dijo una mujer mientras pellizco a su esposo.

al otro lado del lugar se podía oír a otra mujer hablando.

— Que crees que haga ella cuando el hombre que la acompaña se de cuenta que ella es una zorra que le quitó el marido a su propia prima.

— Es tan cobarde que lo único que va hacer es huir como siempre, es una pena que siga causando problemas a si abuela que todavía ni es enterrada.

— Cállense que viene la madre a sacar de problemas a su hija.

Decían varias mujeres tratando de guardar compostura, varias personas empezaron a notar que la madre de Diana empezó a caminar dónde se encontraba su hija.

— Mamá, no es lo que parece.

—...

Dijo diana mientras encogió los hombros y miraba al suelo. Su madre se sentía pena por lo que la gente decía de su hija y solo la miro con una mirada fría.

— Vete a tu cuarto Diana y tú Sebastián te invito a que salgas de la casa como sabrás ya no eres bienvenido aquí.

— Está bien me voy.

Mientras Diana empezo a caminar en dirección al pasillo Sebastián la miró y le dijo.

— ¡Tu y yo tenemos un asunto pendiente!

al salir de la casa el se empezó a reír y golpeó con el puño la pared mientras algunos mujeres que salían del velorio se quedaron mirando.

— ¡ Que miran, viejas chismosa !

Las mujeres solo se fueron corriendo pensando que se trataba de un borracho.

Por otro lado Diana había entrado junto con su madre a su cuarto y ella trató de explicarle que ya no tenía ningún tipo de relación con Sebastián pero su madre solo termino sin más enojada y pensando en el que su familia iba a ser la comidilla del pueblo. Al salir su madre del cuarto, ella solo se quedó pensando en por qué regreso si solo iba a causar problemas a su familia .

— ¿Que clase de relación tenías con él?

Pregunto Franco al entrar al cuarto.

—... yo era... la amante ... de ese tipo

Ella contesto con un tono de voz bajito y llorosos que muy poco se podía comprender

—¿Por qué nunca mencionaste nada de esto?

—Es difícil de explicar...

—Por qué creíste que te iba a juzgar o a dejar, dime ¿porque?

—Yo no quería alejarte de mi cuando te contará la verdad...

— Por qué crees que yo me alejaría de ti por algo que pasó en el pasado.

Dijo el bastante confundido por las respuestas a medias de ella.

— Yo era más joven y me enamore del novio de Dulce... era mi primer amor... yo no nunca pensé que el se interesaría en mi. Y actúe como una tonta y termine aceptando ser su amante con el tiempo el se casó con ella mientras yo era la otra... yo me cansé de siempre escuchar sus mismas escusas y yo ....

Mientras Diana trataba de hablar con claridad sin que la ansiedad la consumiera, Franco trataba de comprender lo que ella le decía.

— ...

— No, si yo no hubiera ido con esa bruja ...

— ¡De que me estás hablando! ¿A qué te refieres con una bruja?